Reclutamiento inesperado

Miraba todo con los ojos entreabiertos por la desconfianza que me había causado el disimulado gesto de advertencia de mi maestra. Allí pasaba algo muy malo, y la sensación de peligro fue creciendo en mi interior.

La enfermera malencarada nos llevó hasta una consulta, donde lo que se palpaba en el aire ya no era tan malo como en el resto del hospital.

El médico que las dejó pasar tenía un brillo de pánico apenas oculto en su mirada, y en cuanto la enfermerá desapareció por la puerta, pareció venirse abajo.

-Gracias a Dios han llegado.....-dijo, con unas palabras que parecieron sorprender a Azura.

Mi educación me impelía a reconfortar al hombre, pero no sabía como comportarme. El cargo de exorcista era de mi maestra, no mío, así que supuse que era ella la que debía hablar. Pero quería ayudar...

Me levanté lentamente sintiendo la mirada del asustado doctor en mi espalda, con una súbita idea y me dirigí a la puerta, donde me apoyé con los brazos cruzados. Así evitaríamos al menos, las interrupciones inorpotunas y que nadie nos espiara, pues escuchaba el pasillo perfectamente. Además observé la ventana, desde la qu e se veían los tejados. Otra posible vía de entrada...

Esperaba que al menos ese gesto ayudara al hombre a calmarse y hablar con mi maestra.

La exorcista observo al medico, creyo que el tenia que ver o era complice con el supuesto implicado en el tema pero al parecer se habia equivocado, le miro con atención, el miedo, los nervios y la desconfianza se reflejaban claramente en su mirada mientras un sudor frio le humedecia la frente.

Observo a Nine que se osicionaba en los lugares donde pudieran espiar, por lo que se sintio más tranquila al igual que el doctor para hablar. Enseguida apoyo las manos sobre el escritorio que tenia delante de si- muy bien tranquilo ahora cuenteme ¿cómo es que sabe de nosotras y también diganos lo que sepa sobre todo esto- exclamo Azura por lo que el hombre respiro profundamente y comenzo a hablar.

-bueno veran todo comenzo hace un par de semanas ya que estamos en el aniversario de este hospital, cierto sujeto politico a estado apareciendose en el hospital, parecia ser un hombre amable y gentil ya que visitaba mayoritariamente a los deshauciados y a sus familias- comento el hombre quien hizo una pausa y volvio a suspirar profundamente- sin embargo.....ahi comenzaron los problemas ya que horribles mounstruos aparecieron en la ciudad y comenzaron a atacar, mientras que al mismo tiempo los deshauciados desaparecian misteriosamente sin dejar rastro- bajo la mirada y se tiro en su silla mientras llevaba su mano a su cara lleno de angustia.

-entiendo......supngo que eso nos da las pruebas que necesitabamos para inculpar a este supuesto embajador- exclamó llevando su mano a su menton- pero aun no me dice como se entero de nuestra por decir existencia- le volvio a mirar-

-sobre eso....me entere ya que oí hablar al embajador con la enfermera que las trajo aqui, la señorita Elisa esta más que involucrada.....pero ellos me descubrieron y la unica manera de salvar mi vida fue diciendo que cooperaria con ellos ya que soy el administrador del hospital, pero estoy tan avergonzado....fui tan cobarde.....-decia una y otra vez- es por eso que les pido no....les ruego que solucionen este problema, tendran todo mi apoyo- agregó.

Azura le miró y sonrio, sin embargo no hizo ningun gesto sospechoso para evitar que cualquier observador descubriera la traicion del doctor y no arriesgar su vida- comprendo, no se preocupe arreglaremos todo esto para que el pueblo vuelva a ser como era antes- afirmó con toda confianza- respecto a su ofrecimiento, si hay algo que deseo saber.....¿cuándo sera la proxima visita del embajador?-

-sera en un par de horas más ¿qué tiene pensado hacer?-pregunto mirando a Azura- algo simple.....le esperaremos y lo atraparemos en pleno acto, por lo demas no debe de preocuparse-musitó y le dio la espalda mientras se acercaba a Nine- muy bien hora de irnos- abrió y cruzó la puerta esperando a Nine para salir del hospital y esperar.

-tengan cuidado....exorcistas- dijo en un leve susurro el Dr Andrews, mientras juntaba sus manos y miraba a las jovenes alejarse.

Escuché atentamente todas las palabras del médico y vi como el rostro de mi maestra cambiaba según se hiba concentrando en la tarea que teníamos por delante.

Con un último vistazo a la ventana, incliné mi cabeza a modo de despedida para el doctor y atravesé la puerta que Azura mantenía abierta.

Antes de salir, las palabras del hombre resonaron en mis oídos...

Miré a mi maestra sin saber qué sentir exactamente. Supuse que no debía preocuparme pues ella era una persona fuerte pero aún asi me sentí inquieta.

-Disculpe maestra, pero... qué tiene planeado hacer? - le pregunté mientras caminábamos arección al pasillo del hospital.

No podía quitarme la sensación de peligro de encima.

Mientras caminaban por el hospital, el piso de los pasillos resonaban con cada paso de las exorcistas, su mirada era normal no queria levantar sospecha alguna especialmente con aquella enfermera que les tenia el ojo puesto encima, no cabia duda, ella era un akuma.

Azura giro la mirada hacia Nine que le preguntaba algo, no podia responderle en ese momento asi que solo le sonrió y posó su mano en la cabeza de la chica.

Al salir por la puerta principal del hospital mantuvo el silencio durante un largo rato mientras se alejaban del hospital y de la vista de cualquier espia que hubiese en el edificio, ahi se detuvo y miró a Nine- je...siento la insertidumbre y el no haberte respondido antes pero no podia decirtelo dentro del hospital, habian muchos oidos ahi dentro- le dijo mirando nuevamente el hospital mientras entrecerraba los ojos levemente- le pregunte al señor Andrew cuando seria la siguiente visita de del embajador y me dijo que seria en un par de horas por lo que planeo esperarlo, seguramente sera un gran escandalo cuando llegue por lo que sera facil mezclarnos con el gentío y atraparlo con las manos en la masa por decirlo así- agrego terminando la explicación de su plan-

Guardo silencio por un rato para luego agregar- y hay algo que descubri....esa mujer, la enfermera de nombre Elisa, es una akuma nivel 2 que lo más seguro es que este vigilando al señor Andrew por cualquier muestra de traición o algo asi....-termino.

Miré a mi maestra asimilando todo lo que me había dicho con los ojos bastante abiertos.

Así que en pocas horas tendría lugar otra pelea. Mi cuerpo tembló ante la expectativa. No sabría decir si fue miedo o qué, pero estaba bastante entusiasmada.

Pensé que lo mejro para atraparlo sería colocarnos en algún lugar cerca de donde aparcaría la diligencia así que señalé en dirección a una esquina de la calle donde había una farola. Y mucho mejor estando separadas, porque así una observaría lso alrededores por si se aercaban akuma para que no nos cogieran por sorpresa.

-Vigilaré delante de aquella farola, y cuando esté segura de que no hay akuma volveré aquí.- le dije en apenas un susurro.

Con un gesto de la mano me dirigí allí evitando mirar demasiado a mi maestra pues no quería levantar sospechas.

El tiempo fue pasando.
La gente comenzaba a congregarse delante de los puestos de las tiendas y la policía comenzó a acordonar la zona. Realmente el ambajador debía ser alguien importante.

Busqué a mi maestra con la mirada y cuando la localicé volví a conecntrarme en la empedrada calle.

Ya se oía a lo lejos el sonido de los cascos de los caballos. Estudié nerviosa la acera, intentando averiguar cuantas de aquellas personas que parecían totalmente normales podían ser akumas.

Resultaba aterrador.

Enseguida de terminar su explicación esperando haber sido lo suficientemente clara con Nine esta se notaba sorprendida por solo un momento hasta que enseguida le señalo una farola, la exorcista miro enseguida y escucho la idea de la joven, con calma.

-muy bien cuento contigo- dijo efectuando un guiño con su ojo derecho, la vio alejarse, era hora de poner el plan en marcha asi que ella tambien tenia que pasar desapercibida. Lo primero que opto por hacer fue el envolver la cuchilla de la gran guadaña con algun trapo o cinta para no levantar sospecha, era demaciado grande para esconderla y no se atreveria a alejarse de ella, no sabia que era lo que podia pasar, por ultimo, recogio su cabello en una cola de caballo y se quitó su chaqueta de exorcista quedando en una polera comun y corriente.

No paso mucho rato para que la gente comenzara a llegar y a reunirse frente al hospital, al parecer el hombre tenia gran fama entre los pueblerinos ya que más de uno le aclamaba o se desesperaba por que no llegaba. La exorcista se comenzo a mezclar entre la gente, busco la mirada de Nine que intentaba localizarle, al hacerlo supo que no habia inguna alerta de akuma hasta el momento, eso la dejaba más tranquila, con tanta gente reunida seria un desastre.

Al rato los cascos de los caballos y las ruedas del carruaje se hacian presentes en las cercanias, todos dirigieron un mirada al transporte que poco a poco se acercaba y se detenia frente al establecimiento. El cochero bajo despues de detener la marcha de los corceles, su mirada era fria y vacia, era un akuma no habia duda alguna de eso. Acto seguido se acerco a la puerta del coche y la abrio.

Del transporte bajo un hombre que superaba los 40 años de edad, sin embargo tenia un fisica envidiable para cualquier persona tanto vieja como hasta el más joven, asta a Azura le sorprendio, sin embargo debia concentrarse, el hombre se tomo su tiempo para saludar a la gente con una agradable sonrisa para despues ingresar en el interior de la edificación.

-muy bien hora de entrar.....-puso su mirada sobre Nine y con un gesto le indico que entraran de una buena vez.

Me giré en cuanto noté que la multitud se alteraba, agitada por la llegada del carruaje. Tape mi rostro con el cuello de la capa y me limité a observar cualquier detalle que pudiese resultar sospechoso.

Cuando el embajador salió por la puerta del carruaje, me sorprendí bastante. Allí estaba el detalle sospechoso. Era muy raro que mantuviese esa forma física solo pro el hecho de ocupar el peusto que ocupaba. Al ser un hombre acomodado, lo normal habría sido una forma más bien redonda. Pero aquel hombre revosaba músculos y energía por los cuatro costados. Parecía que tuviese que luchar a menudo.

Me dije a mi misma que no hiba a ser tan fácil como parecía pero ayudaría a mi maestra a pesar de todo.

Capté su gesto y me dirigí atravesando la multitud hacia ella sin destacar en absoluto.

Cuando pasé al lado de donde estaba el embajador, sentí una fría mirada clavada justo en mi nuca.

No me di la vuelta. Me limité a seguir a mi maestra al interior del hospital.

Más adelante logro reunirse con con Nine, era hora de poner sus planes en marcha. El carruaje comenzaba a ponerse en movimiento nuevamente, alejandose del hospital y tomando distancia, al igual que el gentio empezaba a dispersarse por las calles.

-bien el alboroto ha pasado, supongo que podremos entrar sin levantar sospechas- agregó la mujer mientras entraban y caminaban por el interior del hospital, de un momento a otro el sitio en su interior habia enfriado, al respirar la exorcista podia ver su aliento al tomar contacto con el ambiente- vaya hace mucho frio aqui...-dijo en voz baja mientras desenvolvia la cuchilla de su arma y se colocaba otra vez la chaqueta del uniforme.

Los pasillos eran silenciosos, las luces ahora apenas iluminaban, el ambiente era tetrico, sin embargo las pocas personas que habian allí parecían no presentirlo, era extraño...por eso debian de darse prisa. Al frente de ellas se presento una puerta, Azura la abrio con lentitud, en su interior se escuchaban variados llantos, de mujeres, niños inclusive de algunos hombres, parecian muy angustiados.

-al parecer llegamos al lugar indicado....el bastardo debe de estar cerca...-dijo a la chica y le hizo una seña para continuar, por suerte cada puerta tenia una ventanilla de cristal que permitia ver el interior, no mucho pero algo podian observar.

Al fondo del pasillo se dividian en 2 direcciones a la derecha y a la izquierda, con aproximadamente 9 o 10 habitaciones por lado- Muy bien Nine, ayudame a buscar al impostor ¿ves las ventanillas? ve a traves de ella y avisame si ves al hombre- le indicó- ve por el lado derecho yo por el izquierdo, ten cuidado ¿si?- finalizó para luego avanzar por el lado escogido.

En cada ventanilla se podian ver tristes escenas, en una habia una mujer con un niño de unos 6 años y ella llevaba un bebe en sus brazos, mientras que un hombre mayor estaba en la cama instalado a un sin fin de maquinas que le mantenian con vidas, la mujer tenia una mirada vacia y triste- vaya.....estos escenarios son horribles....pero pensandolo más friamente....todo este hospital es una fabrica de akumas, hay que detener esto....-se dijo para sí y continuó.

Asentí con la cabeza en cuanto escuché las indicaciones de mi maestra y me puse a ello. Lo que más raro me parecía es que yo no notaba que hiciera frío. Aunque quizás era por la costumbre...

Me paseé lentamente observando las terribles escenas que aparecían ante mis ojos. Los gemidos de mujeres, ancianos y niños escalaban las tétricas paredes de aquel ''hospital'' y penetraban hasta el alma.

En algunos momentos me avergonzó tener que apartar la vista, pero era demasiado.

Seguí atenta a las habitaciones y de pronto, en la tercera que me quedaba por ver, un extraño movimiento me llamó la atención.

Me fijé y vi justo a tiempo como una mano enguantada cerraba una puerta en la habitación. Pero todas las demás estaban hacia el tejado... quizás aquello era una salida secreta o algo por el estilo.

Rompí el cristal de una patada, me daba la sensación de que no teníamos tiempo para andar meditando qué hacer y llamé a mi maestra.

-Azura! Creo que están aquí! - no alcé demasiado el tono de voz, pero tampoco se habría escuchado entre los gritos.

Salté dentro de lo que parecía un despacho de un médico y esperé a mi maestra con el hombro apoyado en la pared de la puerta.

Continuó su camino, el frio y lo lugubre del pasillo se volvia más profunda mientras que los escenarios que se observaban tampoco ayudaban mucho. Cada ventanilla mostraba un final, una familia que perdia a un padre a una madre un hijo o inclusive a un amigo, eso traia malos recuerdos.

Final y rapidamente llegó hasta la penultima puerta y no habia encontrado nada, a parte de los desahucios del hospital por lo que al terminar de revisar la ultima puerta, se encamino a juntarse con Nine, apresuro el paso al escuchar el cristal romperse y la llamada de la chica.

Se apresuro más al llegar y de igual manera ingreso por la puerta para quedar a su lado, delante de ellas se presentaba un despacho parecia que no se habia utilizado hace mucho tiempo ya que estaba lleno de polvo y de telarañas, ahi se encontro con la joven que apoyaba su hombro apoyado en la pared y a un lad la sospechosa puerta.

-excelente.......ahora ahi que....-se silencio por un momento, en la puerta se oían pasos y algunas voces, incluyendo llantos y suplicas. Al parecer el proceso de creación akuma estaba en progreso y el supuesto embajador no sospechaba nada aún.

-demonios......suficiente, ¡tendremos que entrar ya!- aclaró y abrio la puerta de golpe, alertando a los akumas nivel 1 que señalaron con sus cañones a ambas jovenes- ¡quitense!- grito y movio de lado a lado su arma partiendolos en 2, mientras dos niveles 2 que correspondian al cochero y a la enfermera gritaban a viva voz- ¡¡¡Exorcistas!!!-

[off: perdón por la tardanza, estoy teniendo problemas para conectarme por sobrecarga de trabajo de la uni y cosas de la familia, mil perdones en serio.]

Con un salto me quité de en medio para no estorbar a mi maestra y observé la situación.

Al grito de la enfermera y del cochero que se habían convertido en niveles dos, unos 4 akumas nivel 1 aparecieron en la escena y rodearon al hombre que se suponía era el ambajador.

Me extrañó un poco porque al parecer era un humano normal y corriente...

Esquivé con una voltereta lateral los disparos de los nivel 1 y seguí rodando hasta que pararon de disparar, momento que paroveché para ponerme en pie y activar mi inocencia.

No tenía demasiada práctica, pero la desesperación hace milagros. Con un movimiento de mi mano, dos de los cuatro nivel 1 se congelaron y corrí hacia ellos para golpearlos. Salté y les di dos patadas a cada uno, lanzándolos contra los otros dos nivel 1.

Hubo una explosión, pero uno de ellos consiguió escapar y disparar de nuevo. Salté y esquivé, aunque al caer me lastimé un codo y las rodillas, pero conseguí llegar hasta el y ponerle una mano encima. Se congeló al momento y solo tuve que empujarlo para que se chocara contra un nivel 2 y explotara.

Al nivel 2 no pareció hacerle gracia, pero estaba más concentrado en mi maestra.

MIré al hombre, que contemplaba todo con los ojos como platos e hizo el amago de intentar escapar.

Alcé mi mano y creé una pared de hielo bastante gruesa a su alrededor. No podía dañarlo pero si encerrarlo.

Hecho esto, me giré en posición de defensa hacia los otros akuma y aunque me sentía bastante agotada y con frío decidí que no dejaría que me lo notaran.

No defraudaría a mi maestra.

[off: Descuida yo ando en las mismas xD con la universidad]

Tanto el cochero como la enfermera se habian convertido en niveles 2 y se dirigian a atacar a las dos juvenes que se interponian en sus planes, el supuesto embajador habia cambiado la expresion de su rostro de uno amable y finjido para sus victimas a uno de enfado en solo segundos.

La exorcista observo por un momento a Nine quien se manejaba bastante bien ahora que habia logrado dominar la inocencia por lo menos un poco, sabia que con tan solo un poco más de entrenamiento en la orden se converitiria en una poderosisima exorcista.

Sin embargo ahora no era momento de distraerse, tenia a dos akumas nivel 2 en frente y lo unico que querian era destruir a la peli-Azul y a su compañera- no saldran de aqui con vida- dijo el que alguna vez fue el cochero- ¡tenia muchas ganas de hacer esto desde la primera vez que les vi!- dijo la enfermera.

-enserio....adelante...-dijo Azura quien levanto su arma con fuerza y activo su inocencia que rodeo la guadaña, contra la primera que se lanzo fue la enfermera que con unas cuchillas en sus muñecas le atacaba como podía, pero tan solo basto con agacharse para esquivar y darle un corte de lado a lado tomago para partirla en dos- ¡muy bien tu turno!- le grito al otro akuma quien levanto la guardia y de una de sus manos salio una esfera color negro a gran velocidad, que pudo esquivar con facilidad y sin decir nada dio un salto por sobre la cabeza del nivel dos y le dio un corte de arriba hacia abajo antes de que este pudiese actuar.

Frente a ellas solo quedaban el embajador y un par de akumas nivel 1, el hombre se notaba más enfadado que nunca al ver las acciones de la chica y de la mujer.

Noté un movimiento a mi derecha y vi que añun quedaban dos akuma que yo no había visto.

Por suerte eran nivel uno.

Calculé mis fuerzas y me di cuenta de que si bien podía acabar con uno, igual con el otro no era capaz.

Miré a mi maestra y esperé que se iera cuenta de que me estaba costando mantener la barrera de hielo alrededor del embajador y no podría hacer nada más.

Apunté al akuma que tenía más cerca y lo congelé.

- Azura! - le grité esperando que ella se encargara.

Tenía que permanecer concentrada en el embajador, que había sacado una pistola y estaba disparando al hielo.

Parecía bastante enfadado, pensé con una sonrisa.

El hielo no aguantaría mucho más...

Ya terminado con los niveles 2 los cuales no fueron dificiles de exterminar, dirigió una rapida mirada hacia Nine para ver si estaba segura, sin embargo la vio metida en un apuro por lo que reacciono acercandose a ella.

Tenia 2 akumas nivel 1 encima y al embajador, por lo que al oirle gritar su nombre esta respondio rapidamente- ¡entendido!- respondio y le dio una patada al akuma congelado, que enseguida exploto, por ultimo y para que no ocasionasen más problemas con su arma y una voltereta basica ataco al otro que tuvo el mismo destino de su compañero.

Por ultimo se posiciono junto a la esforzada joven para quedar frente al desesperado hombre- todo se acabo embajador, su macabro juego acaba aqui- exclamó mientras el embajador dejaba de disparar ya que se le habian acabado las balas de su elegante arma.