[MS] Rescate en Rapa Nui

El miembro 'Kanda Yuu' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Exorcista B' :

Oscuridad y silencio, no había más que eso… y en un extraño modo aquello resultaba ventajoso para su malherido cuerpo, pues sin conciencia no había forma de que el italiano le forzase a moverse, a soportar el dolor en múltiples grados y luchar. Era un respiro para sus huesos, músculos y órganos que por ahora funcionaban en automático buscando su recuperación.

La cuestión es que permanecer inconsciente no era una opción saludable y en algún punto “la mente” tenía que volver, debía regresar y tomar el control nuevamente si es que aún querían considerarse vivos. Era extraño no sentir, no saber, no percibir y aquello empezaba a incomodar a “alguien/algo” por lo que un zumbido empezó a sonar; primero distante y bajo, luego más cercano y potente hasta que por fin Ther volvió a percibir.

Se trataba de una leve presión, una calidez diferente a la de su propia sangre, el roce de algo contra su rostro, sonidos parecidos a palabras. Incluso el meñique derecho se tambaleó un poco y los parpados vibraron levemente.

“Hermana…”

¡Ah! Por fin un pensamiento, aunque errado y confuso... y finalmente regresó el dolor señal de que estaba vivo y a poco de volver en sí.

Spoiler:

Observaba el rostro del italiano con preocupación, no parecía moverse y había recibido un buen golpe. A decir verdad, ellos dos eran los que más daño habían recibido pero también era normal, dado su grado dentro de la  Orden. A pesar de lo inútil que eso podía llegar a hacerla sentir, no era suficiente motivo para pararle los pies. Siempre veía el lado bueno de las cosas y sabía que ese optimismo ciego le traería muchos problemas con el paso del tiempo. Hasta que llegara ese momento, solo podía hacer uso de la fuerza que le daba y seguir hacia delante, levantándose a pesar del dolor o de que su cuerpo se cayera a pedazos.

-Vamos Ther, sé que me estás oyendo. Abre los ojos. -murmuró todavía con su mano en el rostro del joven. Desvió la mirada hacia el resto de personas, pasando los ojos por los buscadores que permanecían aterrorizados y clavándolos finalmente en kanda. -¿Qué haremos ahora? Si no despierta tendremos que moverlo, deberíamos buscar un sitio donde poder descansar unas horas y hablar. Aquí hay mucha información que escasea. -miró de reojo a los buscadores.

Seguía sintiendo la presión en su abdomen, no quería tocarse porque sabía que se quejaría y no era momento de parecer débil y menos delante de alguien como el peliazul. Sabía perfectamente el número de huesos que le había roto de un simple golpe y lo que tardaría en recuperarse, pero no había tiempo para volver a la Orde ni consideraba la opción de quedarse atrás. Aguantaba el dolor apretando los dientes, tragando saliva y dejando la mente lo más fría posible.

-Debemos movernos, aquí estamos expuestos. Si nos ha encontrado una vez, lo hará una segunda.

La opresión en el ambiente seguía siendo tan intensa como a media batalla, sólo que ahora, un frío tétrico inundaba la planicie. Comprendió, de una manera poco natural, que era el momento de marcharse de allí; de que quizás, desde que había destruido al akuma, debían de haberse ido. Era extraño que no lo hubieran hecho, pues él no solía perder el tiempo después de haber cumplido una misión, aunque este no fuera el caso, estrictamente hablando. Observó al equipo que lo acompañaba en esta ocasión, por un segundo pensativo. Daniela que seguía hablándole a Ther y los buscadores que esperaban órdenes. Chasqueó la lengua cuando ella se dirigió a él.

—Volveremos a la Orden. —Replicó tras uno instantes de pensar sobre ello. Si lo miraba bien, no tenían nada que hacer allí. El buscador con la información estaba vivo y lo habían salvado. Era suficiente para volver. —Tú, —indicó a un buscador— ayuda a la exorcista a caminar. Y tú —dijo a otro—, ayuda a tu compañero. —Ordenó sin fijarse en a quien apuntaba, rodeando el cuerpo de Ther hacía el lado que Daniela dejaba libre, se hincó y tomando del brazo al exorcista lo alzó hasta sentarlo.

Lo sostuvo allí, moviéndose lentamente hasta que lo recargó en su espalda; moverse de manera cuidadosa tocaba sus nervios, pero intentó hacerlo, por un momento. Como le estorbaba en ese momento, dejó a mugen en el suelo, junto a él, hasta que Ther estuvo recargado firmemente en su espalda y pudo tomarle de las piernas con firmeza para alzarlo, entonces volvió a tomar a mugen y se levantó de una sola vez, apoyando con firmeza su pie e impulsándose. Fue entonces cuando pudo calcular el peso que sostenía; no sería un problema moverse con él. Pesaba un poco, pero no para entorpecerlo.

Se balanceó en sus dos pies por un instante, equilibrándose y entonces se puso en marcha, decidiendo volver por el mismo camino que los había llevado allí, aunque dando uno que otro rodeo con el fin de no toparse con ningún molesto aldeano.

A penas acababa de entender lo que sus violáceos distinguían, las figuras confusas que tomaban forma de personas y los colores del sitio en el que se hallaba, cuando sintió su cuerpo moverse, aunque no voluntariamente...

El Akuma había sido destruido.

Estaba demasiado débil y confuso para oponerse a lo que fuese que estuviese haciendo con él aquel muchacho de cabello oscuro, por lo que ningún sonido surgió de su boca hasta que su cerebro lo ubicó siendo cargado por el de Asia.

Intentó moverse y una especie de gruñido quiso escapar de su garganta, sin embargo el mal estado de su cuerpo le recordó en forma de punzadas que era mejor no ser terco.

El italiano buscó entonces con la mirada cualquier cosa que pudiese darle una pista de lo que sucedía y si es que se había perdido de algo importante.

Reconoció a Daniela y a los buscadores, lo cual logró un esbozo de sonrisa en sus labios, aunque su corazón volvió a alterarse ante el pensamiento de lo que había quedado pendiente.

-Gracias... ¿El buscador terminó su reporte?- masculló con voz ronca hacia Kanda...