Tomando algo

Dibrael alzó una ceja ante la respuesta de la pelinegra; después rio a carcajadas sobresaltando algunos comensales cercanos, seguía siendo la misma niña inocente que conocía

-Nunca dejará de sorprenderme- añadió mientras se recargaba sobre sus propias manos como un animal curioso, notó el rostro de ella, se había vuelto pálido

-No debe estar nerviosa, si quisiera hacer algo malévolo ya lo hubiera hecho- dijo escudriñándola con la mirada

-Eres más bonita de lo que recordaba-  agregó; el mesero llegó con la taza de café y Dibrael agradeció con un gesto amable, el hombre se retiró sin sobre saltos, al final  todo eso era una escena normal, nadie imaginaba la clase de criaturas extrañas que ahora mismo conversaban

-Sé que es una situación rara y no tienes más que mi palabra pero te puedo asegurar que lo que menos quiero es dañarte- inquirió mientras sonreía –Como debes imaginar las personas no me importan, regularmente son hipócritas y mezquinas, “nuestra guerra” se debe a esa clase de sentimientos- bebió un poco de café, degusto el asqueroso sabor amargo de la bebida pero no hizo gesto alguno –usted no es como ellos y por eso me gusta-habló con voz seria –hay tanta inocencia y honestidad en sus actos que me aturde- agregó esta vez con una mirada tétrica en su rostro –no puedo ignorar eso, hay tanto dolor en sus acciones pero tiene la lucidez suficiente para enfocarlos a una causa-  agregó, clavo el Índigo de sus ojos en los ojos de ella, durante esos segundo hubo un momento en que desvió la vista y se topó entonces con la silueta desenfocada de alguien conocido a lo lejos; sus sentidos se agudizaron inmediatamente como quien se prepara para luchar y sin hacer mucha alarma se dedicó a observar al brasileño que recién se había puesto de pie, distinguió entonces a Coralie y al exorcista "recostado" sobre la mesa

-Señorita Alice salgamos de aquí– interrumpió  con seriedad –está en riesgo si nos quedamos- continuó mientras colocaba un puñado de monedas sobre la mesa, disimuladamente le ofreció entonces la mano, de momento en lo único que pensaba era en sacar a Alice del lugar, Balam era un ente muy “voluble” no podría predecir sus acciones para con la exorcista aunque tenía una idea muy clara de que podría pasar…

Spoiler:

Ante las carcajadas de su nuevo e inesperado acompañante, Alice tan sólo se sobresalto en su silla, mirándolo entre sorprendida y avergonzada, y porque no, un poco asustada.

Por favor sólo finge que no me conoces. Había pedido hace tan sólo unos segundos en su interior, como si el otro pudiera leerle su  mente, pero claro que eso no iba funcionar de buenas a primeras, primero porque era imposible que leyera su mente y segundo porque quien estaba frente a ella no se iría tan fácilmente.

Ante el halago que le daba tan sólo pudo sonrojarse levemente, no lo venía venir. No, la verdad es que muy en su interior sabía que le diría algo así, pero de todas formas no pudo evitar el bochorno. Pero enseguida se puso seria.- No se que estas tramando pe...- más sus palabras se quedaron interrumpidas cuando el mesero llego a la mesa y ella enmudeció casi enseguida, dejando lo que iba hacer una amenaza para después.

Sin embargo, el otro comenzó a hablar antes de que ella retomará lo que estaba tratando de decir antes, y las palabras que salían de la boca del contrario, parecían ser sinceras, bastante sinceras tanto así que Alice parecía creerlas. Aunque aún no comprendiera muy bien lo que él quería hacer.

Pero, pensaba ella mientras observaba los ojos del contrario, no podía evitar sentirse algo inquieta con la presencia del otro. Al final, termino por preguntarse si de verdad era como decía él.  

Enseguida se puso a la defensiva cuando Dibrael se levanto de la mesa, quien dejo unas monedas y pedirle sacarla de allí.- Oye, de verdad tu…- hablo confundida ella.- ¿Qué estas tramando?- pregunto finalmente la exorcista. Pero no se quedo callada.- No, espera no me contestes.- le dijo ella, tapando su rostro con ambas manos en medio de su confusión, hasta que se le ocurrió algo al ver sus dulces a medio terminar.

-  Aún tengo hambre.- menciono ella de la nada observándolo.- No me iré, a menos que sea otro lugar donde comer, Dibrael.- exclamo mirándolo desafiante, como si él no fuera capaz de invitarla a otro lugar.

Spoiler:

La joven se puso roja como un tomate al oir el comentario del brasileño, entre que no lo esperaba y que no acostumbraba a ser tratada de ese modo casi era como un pequeño shock.

-N...no...no es eso, se trata de...- al volver a mirar donde estaba la exorcista para decírselo, abrió los ojos con cierta sorpresa, otra cara familiar había aparecido y estaba hablando con la chica ¿Quien podría imaginarse que Dibrael podría aparecer en un momento como este? Incluso parecía que tras haberles visto comenzaba a apresurarse con la exorcista ¿Era posible que estuviera preocupado de lo que pasaria?

Quiso escusarse ante el otro exorcista, mas Balam ya había hecho algo "similar" por ella.

-Pienso saludar…- le dijo el joven.

-Yo también, ire un poco por delante- dijo sonriente mientras se reincorporaba, tenia una idea clara de lo que hacer y quizá no solo sorprendería a la chica, puede que tambien al propio Balam cuando supiera de aquello.

-¡Eeeeyyyy! ¡Dibraaaeeeelll! ¡Cuanto tiempo!- dijo en un tono alegre alzando la voz mientras saludaba con la mano

Por un momento Dibrael no supo que contestarle a la exorcista, estaba pensando demasiado en  la presencia de sus compañeros de armas

-Claro que sí, lo que usted  guste- dijo al fin y se llevó una mano a la frente; con disimulo intentaba buscar una vía de escape, incluso algún pretexto pero fue muy tarde cuando la voz de Coralie le llamó.

-¡Eeeeyyyy! ¡Dibraaaeeeelll! ¡Cuánto tiempo!- retumbaron sus palabras y el morocho sintió un escalofrió en la espalda

-Señorita Alice pase lo que pase no olvide que de momento soy su aliado- le murmuró a lo que enseguida correspondió el saludo de la francesa con una reverencia y un recatado “Hola”, no pretendía cambiarse de sitio, si querían algo los esperaría en esa mesa

-Me temo que tendremos invitados pronto- agregó –solo espero no tengamos una conversación muy... densa- concluyó mientras bebida nuevamente el asqueroso café que había pedido, detestaba esa clase de sabores pero estaba lo suficientemente acostumbrado a fingir modales que poco ya importaba…

Las acciones de Coralie realmente le hacían sentir en un ambiente familiar, por más extraño que pareciese, la idea de que Gogu y ella serían buenas amigas no dejaba de rondar su mente y ello le hacía sentir a gusto. Demasiado en realidad.

-Si continuas siendo tan espontanea voy a terminar llevándote a casa…- le comentó a la de mirada rubí mientras pasaba a su costado con la intención de adelantarse, algo en el “no gesto” del inglés le daba cierta sensación de desconfianza y premura.

¿Realmente estaba tenso? Incluso podría arriesgarse a decir que preocupado y ello sólo acrecentaba la curiosidad que sentía por su acompañante, quien ahora estaba seguro era una excepción en las “reglas” del morocho.

-Irmão ¿Quién es tu adorable compañía?- le cuestionó incisivamente, colocando su diestra sobre la espalda del aludido y con una sonrisa burlona en el rostro mientras sus plateados orbes se clavaban en la imagen de la exorcista...

Tras aquellas palabras, sintió la mano de Balam en su espalda, supo entonces que lo molestaría hasta el infinito, era difícil ocultarle algo, lo conocía muy bien, habían crecido juntos y estaban igual de retorcidos.

-Señorita Alice le presento a este humilde caballero, lo conocen como Onca y es mi hermano de otra madre-dijo con el gesto tranquilo mientras cruzaba la pierna y daba otro trago a su café

-La señorita que esta por acompañarnos también es una preciada amistad- agregó  mientras con un gesto invitaba al pelirrojo a tomar asiento, no quiso aunar más en la identidad de la rubia debido a que a diferencia de ellos no poseía un “Alias” que la protegiera en el anonimato (o por lo menos uno que él conociese)

-Es una grata coincidencia que pudiésemos encontrarnos justo en un momento como este– dijo casi con molestia mientras le mostraba una sonrisita retorcida al Noé ¿era demasiado pedirle al destino un encuentro menos agitado?

Miró a Alice expectante de sus reacciones, a esas alturas ella era quien más desventaja tenia, no solo por el hecho de que enemigos con tales habilidades estuvieran enfrente, quizás no hubiese pasado nada si no llevase el uniforme tan representativo de la orden, pero por alguna razón el universo se empeñaba en fastidiar de una u otra forma sus pocos encuentros…

La verdad es que no esperaba que respondiera un sí a su desafío ¿de verdad no podría deshacerse de él? Por ahora esa pregunta quedó a la espera, porque se había quedado sin palabras luego de su respuesta. Además, notaba que el otro estaba pensando en otras cosas en ese instante  y sus reacciones eran un poco diferentes.

El grito de una tercera persona que llamo a Dibrael, capto su atención, más bien la de ambos en  ese momento, o mejor dicho de casi todos los comensales del lugar, que murmuraron cosas pero siguieron con lo suyo. Alice con sorpresa y algo confundida no paso por su cabeza quien sería la persona que saludaba tan cordialmente a Dibrael, la verdad es que poco le importaba eso, pero de todas formas sintió curiosidad y la busco con la mirada.

Su mirada se cruzo con la figura de una mujer que conocía perfectamente y que no había visto hace mucho tiempo, pero recordaba muy bien cuáles fueron las circunstancias en que la había visto aquella última vez. Dibrael había dicho, sobre que era su aliado y que tendrían invitados muy pronto.

- Ella… es…- murmuro en voz baja.

¡Es la mujer de la última vez! Obviamente quiso gritarlo, pero algo le decía que no, quizás su instinto o algo más. O simplemente fuera el trueno que se escucho que le impidió gritar y que provoco que algunos comensales se quedaran en silencio por unos segundos para luego ir retomando sus charlas paulatinamente.

Se removió levemente en su asiento al ver que otra persona  se acercaba, al parecer amigo de la mujer, así que eso sólo podía significar una cosa: Había bajado la guardia. Lo único que logró pensar es que el nuevo personaje que le saludaba, le daba mala espina, no sólo por su presencia si no porque venía acompañando a aquella mujer y además conocía a Dibrael.

Ya sabía muy bien en qué situación se encontraba, agradecía mentalmente que Dibrael le hubiese puesto en sobre aviso momentos antes, aunque no le hubiese creído, y tampoco como es que le fuera a dar las gracias de verdad.

Le iba a responder algo como: “Ahora finges demencia Dibrael”- molesta porque no le había seguido el juego antes, pero no lo hizo. Bien, si algo había aprendido con su maestra eran modales.

- Es un gusto conocer a alguien de la familia de Dibrael.- hablo ella dirigiéndose al susodicho medio hermano de Dibrael, si es que era cierta esa información. Las palabras de Alice salieron tan naturales, que hasta parecía que un aura de tranquilidad le rodeaba. Quizás, simplemente, ya se estaba acostumbrando a esos encuentros inesperados y peligrosos.

Coralie trato de evitar de sonrojarse ante aquel comentario, y lo consiguió aunque fuese por muy poco... Por muy raro que le sentaran todos esos comentarios, ahora lo que quería ver era como iba a desarrollarse todo aquello.

Por lo que ya sabia, Dib parecía conocer a aquella chica de antes, seguramente era por alguna misión, tambien noto que se sentia nervioso ante la presencia de Balam, puede que incluso mas de lo que ella estuvo cuando se la encontró junto al ahora dormido exorcista... Si, todo parecía mas entretenido.

-No necesitamos mucha presentación, Dib, ella y yo nos conocemos de antes- dijo sonriente, tras lo que luego se dirigió a ella - ¡Has crecido mucho desde la ultima vez que nos vimos! Me sorprende- decía aun alegremente, como si el hecho de que la había dejado sepultada fuese ya agua pasada- Veo que también eres amiga de Índigo... En cierto modo parece hasta romántico

Spoilers:

Y la siguiente en presentarse ante ellos fue aquella rubia, quien no sabía muy bien como se llamaba, según lo que recordaba al parecer era Monich, pero dudaba que ese fuera su nombre, quizás su apellido.

Alice sólo sonrió ladeando su cabeza hacia un lado, dejando que su largo cabello oscuro resbalara por sus hombros.- Claro que ya nos habíamos visto.-

“Si la última vez que nos vimos nos dejaste sepultados, señora líder”- pensó ella en su interior, aunque por fuera aún siguiera sonriendo tranquila, ante los dos nuevos personajes que se habían presentado ante ella. Aún se seguía preguntando qué clase de mala broma era esa.

Tomo su taza de té para beber un poco de ella y quizás tranquilizarse más con aquella infusión y pensar con claridad. Mientras la otra mujer seguía hablando.Veo que también eres amiga de Índigo... En cierto modo parece hasta romántico

Casi escupe su té ante aquel comentario de la rubia, ella rio nerviosamente algo avergonzada, evitando la mirada de Dibrael y del otro.- Pero que cosas dice, señorita Monich.- exclamo resaltando el apellido de la otra.

Por como trataba a Dibrael parecía haber bastante confianza, eso quería decir que ambos eran colegas de lo que fuera que eran. Ella sabía que Monich no era una Noé, eso por los reportes anteriores y lo último que había visto y oído de otros exorcistas y buscadores. Pero era un total misterio lo que era aquel individuo llamado Onca, por la forma en cómo reacciono Dibrael podría suponer algo, y no le estaba gustando lo que estaba suponiendo.

- Supongo que la lluvia durara un buen rato.- exclamo Alice sonando tranquila, para intentar cambiar el tema de lo último que había dicho la rubia allí presente, no quería sentirse más incomoda de lo que ya realmente se sentía.

Spoiler:

Balam asintió con sencillez ante la presentación del ojiazul y le dio un par de palmadas en la cabeza mientras se reincorporaba escudriñando con poca delicadeza las facciones de la joven exorcista, quien resultaba tener un rostro delicado, piel tersa y ojos brillantes; sí, la muchacha era muy linda pero aquello no podía ser todo… o por lo menos no lo suficiente como para que tuviese tal atención del Burleigh.

“Me es claro que ella no le teme por que él no ha intentado matarla…” pensó lanzando una mirada recriminatoria hacia Dibrael, pero antes de que pudiese emitir alguna palabra los nuevos comentarios de Coralie y el hecho de que ella también le conociese lograron que arquease una ceja.

Aunque sonrió pícaramente tras las reacciones por parte de la uniformada ante las insinuaciones de la francesa y el “ambiente romántico” que parecía tener con el Duque, finalmente soltó una carcajada cuando la pelinegra intentó desviar la conversación comentando lo de la lluvia.

-Vaya… ¿interrumpimos entonces?- habló finalmente con cierto tono burlón -Debo tomar la responsabilidad, realmente tenía ganas de saber cómo se encontraba “Diby”, ya que la última vez que nos vimos las circunstancias no nos permitieron una tranquila reunión…- continuó con un dejo divertido y cedió serenamente la silla al frente suyo a la de dorados cabellos.

-Bella si me haces favor… - le dijo pronunciando con acento italiano la primer palabra y con un ademán elegante.

-Me gustaría pudiesen contarme un poco más del porqué Alice es tan especial- agregó tomando sin tapujo alguno una de las sillas de la mesa de a lado.

Índigo respiró profundo, le sorprendió  enterarse que ambas mujeres ya se conocían, no era difícil pensarlo tanto Alice como Coralie constantemente estaban en batalla, intentó imaginar a qué conclusión llegó su encuentro. Luego la rubia hizo un comentario sarcástico acerca de su relación oculto con dulce tono, quizás no era del todo consiente pero había dado en el clavo, sintió otro escalofrió en la espalda, después de todo Coralie era una amiga íntima.

Luego Balam habló…y habló y habló y entre su discurso le dio algunas palmadas en la cabeza y Dibrael sintió que su visión le daba vueltas. Le vino a la mente un recuerdo de juventud: vio al pelirrojo entre el grupo de gente de “siempre” sonriendo con malicia, haciendo con su mano alguna señal para desatar el caos en la reunión de alcurnia.

Diby Diby Diby Diby Diby resonó en su conciencia.

¿Que debía hacer? No había estado en una situación como esa; el Duque nunca se justificaba, nunca lo hacía y no pretendía hacerlo, por lo que de un sorbo terminó su café y se cruzó de brazos.

Luego Alice habló del clima y Dibrael se encontró a si mismo enternecido

-No tengo por qué decirte nada- respondió secamente al brasileño en una especie de rabieta, sabía que estaba en serios problemas, Balam no lo dejaría pasar...

Spoiler:

Sabía que desviar el tema no iba a funcionar, pero no pudo evitar maldecir al llamado Onca internamente. Sobre todo porque se rió de su intento fallido.- Por favor muérete…- pensaba dramáticamente Alice.

Esto ya se estaba volviendo más incomodo que antes, la verdad es que para este punto que fueran enemigos estaba pasando a segundo plano, por lo menos para Alice en ese momento. Sin embargo no iba a dejar que esto la superara de nuevo, bajar la guardia sería lo último que podría hacer a estar alturas y sabiendo su posición.

Iba a decir algo hacia Onca, como: Estas siendo un poco irrespetuoso, de la manera más tranquila posible y salir de la cafetería sintiéndose ofendida, ese era su plan que había hecho en pocos segundos, pero Dibrael le gano.

Se quedo pasmada unos segundos ante la respuesta seca, que parecía más bien una rabieta que se veía algo extraña viniendo de alguien de la edad (y apariencia) de Dibrael. La verdad es que debía estar molesta ante todo eso, pero de alguna forma la escena le pareció cómica - fu…- Alice llevo una mano a su boca para mitigar la pequeña y clara risa que salió de sus labios.- Pe-perdón…- se disculpo ella casi entre pequeñas risas, que se detuvieron luego de unos pocos segundos.

- No soy nada especial.- respondió ella dándole poca importancia al asunto.- Y creo que es mejor que me vaya, porque siento que estoy molestando en su reunión familiar.- exclamo inocentemente o haciéndose la inocente mirando a Dibrael y a Onca, para ese momento estaba un poco más relajada aunque no había olvidado la verdadera naturaleza de sus acompañantes.

-Merci Monsieur- le contesto la rubia al Noah, ahora que todos estaban en la mesa las cosas podrían tornarse muy interesantes.

Ahora Coralie sabia el nombre de la exorcista, ademas veía como se encontraba incapaz de evitar la atención del resto, Balam estaba interesado en ella y mentiría si la exlider dijese que no lo estaba, alguna razón debía de tener Dibrael para llevarse bien con ella... al menos en ese momento.

Pero la morena se estaba agobiando y quizá debía acomodarla un poco, después de todo ¿Cuantas oportunidades hay de hablar con el enemigo de la manera que estaban haciendo?

-No, no creo que interrumpas nada, mas que nada todos estamos sorprendidos- dijo la joven, mantiendose jovial en todo momento- Ademas aun te queda por comer ¿No?

Dibrael no pudo evitar sonreír ante la risa que Alice hubo intentado contener, eso le hizo sentir confianza con respecto a las acciones venideras de sus compañeros; dejó de preocuparse pues de cualquier modo si la situación terminaba en batalla estaba completamente determinado a defender a la exorcista. No necesitaba excusarse por sus acciones, sabía que la personalidad de Alice en algún punto  aclararía su interés; Balam no era idiota y Coralie solía evitar batallas sin objetivo claro.

Reflexionó un momento el comentario de la rubia, estaba en una actitud "pasivo-agresivo" que le resultaba curiosa y muy estimulante.

Respiró y su gesto volvió a ser él de siempre, inaccesible, controlado y elegante: el Dibrael de siempre en toda regla.

-¿Les gustaría ordenar algo más?– agregó amablemente, observó por el venta, la lluvia era intensa  las calles estaban casi vacías y el sonido animado de los comensales de vez en cuando ocultaban al de la lluvia. Sintió una relativa nostalgia, la vida en general era reconfortante por aquellos minutos de convivencia; las personas siendo personas y los monstruos siendo monstruos en una coexistencia casi idílica; una calma que se rompería en cualquier momento…