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Todo el material que se publique dentro del foro es y será propiedad de su creador a menos que se indique lo contrario.
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Ataque a Transilvania~
D. Gray man Rol :: El mundo :: Europa
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Re: Ataque a Transilvania~
Estaba tirado en aquel frío piso aun sangrando por las heridas de la misión y lamentablemente aun seguía consiente y sufriendo aquel dolor lentamente una sensación horrible y dolorosa. Su cuerpo le pesaba y su respiración era agitada y entrecortada el exorcista estaba muy mal era la primera vez que había enfrentado a un nivel 3 y sintió con su propio cuerpo lo fuerte que eran aquellas maquinas asesinas del conde.
Entre los pensamientos vagos que pasaban por la mente del chico sintió unos molestos piquetes por lo que levanto un poco la vista para que sus ojos se abrieran lo que mas podían aquellas figuras tan familiares…no era posible que estuvieran en ese lugar.. pensaba Ryota aun mirando aquellas figuras y una de ellas lo picaba insistentemente no dijo nada y solo escucho lo que decían.
-Jee.. ¿muerto?, no podría morir tan fácil- pensó Ryota para de pronto girar su cuerpo quedando boca arriba tomando la ramita con una mano mientras empezaba a toser y sin que los gemelos le hizo una señal al Golem para que grabara la conversacion.
-Neee, no moriría tan fácilmente tontos gemelos- los miro a ambos, estaba en una posición con mucha desventaja que si aquellos gemelos quisieran podrían eliminarlo.
-No pensé volverlos a ver…- dijo esforzándose en hablar- Tsk… vaya posición para poder verlos de nuevo- comento hablando con mucha dificultad, realmente le costaba hablar.
-Tsk… que patético ni siquiera puedo pelear pero tampoco dejare que vayan por mi compañero- dijo tomándose del pecho para dejar de sangrar y lentamente tratándose de levantar.
Entre los pensamientos vagos que pasaban por la mente del chico sintió unos molestos piquetes por lo que levanto un poco la vista para que sus ojos se abrieran lo que mas podían aquellas figuras tan familiares…no era posible que estuvieran en ese lugar.. pensaba Ryota aun mirando aquellas figuras y una de ellas lo picaba insistentemente no dijo nada y solo escucho lo que decían.
-Jee.. ¿muerto?, no podría morir tan fácil- pensó Ryota para de pronto girar su cuerpo quedando boca arriba tomando la ramita con una mano mientras empezaba a toser y sin que los gemelos le hizo una señal al Golem para que grabara la conversacion.
-Neee, no moriría tan fácilmente tontos gemelos- los miro a ambos, estaba en una posición con mucha desventaja que si aquellos gemelos quisieran podrían eliminarlo.
-No pensé volverlos a ver…- dijo esforzándose en hablar- Tsk… vaya posición para poder verlos de nuevo- comento hablando con mucha dificultad, realmente le costaba hablar.
-Tsk… que patético ni siquiera puedo pelear pero tampoco dejare que vayan por mi compañero- dijo tomándose del pecho para dejar de sangrar y lentamente tratándose de levantar.
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Re: Ataque a Transilvania~
FDP: Siento la tardanza, he tenido problemas con internet desde que llegué a mi casita (en XD Liege), en serio, lamento mucho la espera. >.< ¡¡No me matéis!! DDP:
Era difícil colocar bien los trozos de cristal en los lugares más propicios sin mancharlos de sangre. Si bien había conseguido que la herida de su frente hubiera dejado de sangran hacía ya varios minutos, ahora lo que sangraba era el brazo con el que había recibido todo el golpe contra aquella ventana, sujetaba el abanico, aún con la inocencia desactivada, apretándolo contra su pecho y así evitando que la sangre que se había escurrido hasta sus dedos tocara el suelo. Intentaba hacerlo de manera rápida, pero Jaylen era consciente de lo limitados que eran sus movimientos y que su velocidad dejaba mucho que desear una vez que había vuelto a relajarse.
De tanto en cuando observaba al exorcista y al Akuma, a veces preocupada por la manera en que el chico peleaba contra él, no sabía cuan incorrecto sería si se decidiera intervenir si las cosas se pusieran feas, le había pedido que se quedara escondida, pero para Jaylen a veces se le hacía difícil obedecer si creía que podía hacer algo mejor que quedarse asustada y agazapada detrás de una columna esperando de que un monstruo del cual no había sabido de su existencia hasta hacia unas horas apareciera para patearle el trasero.
Un nuevo sonido producido por la colisión del Akuma contra algo hizo que sus ojos azules se entornaran hacia el lugar donde lo había mandado el chico… ¿Se habría acabado? Sabía a la perfección que no, simplemente se estaba tomando su tiempo para volver a la carga porque por alguna rara razón le gustaba jugar con ellos, así parecían ser esas cosas, no descansaban, eran a ojos de cualquier persona que siguiera un poco la lógica de las cosas los soldados perfectos, las máquinas perfectas, porque solo se guiaban por el instinto básico de comer, y crecer, o subir de nivel, por lo que estaba viendo hasta ahora.
Jaylen se enderezó quedando a unos pocos metros del chico de ojos rojos, con sus ojos ligeramente abiertos al verle con el torso desnudo… ¿Acaso no tenía frío? Ella se estaba congelada y lo único que le faltaba era una manga, consideró que fuera porque estuviera desangrándose. Se encogió de hombros mientras su mirada seguía fija en el exorcista, estudiándolo sobre todo por las altas probabilidades de poder ver como influía esa inocencia en uno mismo…
-Fi –Sus palabras quedaron muertas en su boca cuando observó que el Akuma y una de sus copias, se lanzaban sobre ellos, una vez más silbó para activar su inocencia, se hizo unos pasos hacia atrás mientras que con las pocas fuerzas que le quedaban echó atrás el abanico.
–Fiù, tu simplemente ataca al Akuma real. –Medio gritó, cerrando los ojos, y dando una vuelta sobre sí misma, haciendo que su inocencia creara un golpe de viento ascendente que levantó todos los cristales de la zona donde se encontraban que al proyectarse la luz lunar sobre ellos crearon la suficiente luz como para que las sombras desaparecieran, entre ellas las de la copia del Akuma, que desapareció, al igual que los tentáculos del su enemigo real, con un poco de suerte el chico exorcista sería capaz de hacer algo durante los segundos que aquello pudiera durar.
Por su parte Jaylen, cayó de rodillas sintiendo que finalmente había llegado a su límite, y sabiendo que aquello que había logrado hacer, sería a lo que más podría llegar a aspirar al menos por ahora, y dudaba que pudiera repetirlo.
Era difícil colocar bien los trozos de cristal en los lugares más propicios sin mancharlos de sangre. Si bien había conseguido que la herida de su frente hubiera dejado de sangran hacía ya varios minutos, ahora lo que sangraba era el brazo con el que había recibido todo el golpe contra aquella ventana, sujetaba el abanico, aún con la inocencia desactivada, apretándolo contra su pecho y así evitando que la sangre que se había escurrido hasta sus dedos tocara el suelo. Intentaba hacerlo de manera rápida, pero Jaylen era consciente de lo limitados que eran sus movimientos y que su velocidad dejaba mucho que desear una vez que había vuelto a relajarse.
De tanto en cuando observaba al exorcista y al Akuma, a veces preocupada por la manera en que el chico peleaba contra él, no sabía cuan incorrecto sería si se decidiera intervenir si las cosas se pusieran feas, le había pedido que se quedara escondida, pero para Jaylen a veces se le hacía difícil obedecer si creía que podía hacer algo mejor que quedarse asustada y agazapada detrás de una columna esperando de que un monstruo del cual no había sabido de su existencia hasta hacia unas horas apareciera para patearle el trasero.
Un nuevo sonido producido por la colisión del Akuma contra algo hizo que sus ojos azules se entornaran hacia el lugar donde lo había mandado el chico… ¿Se habría acabado? Sabía a la perfección que no, simplemente se estaba tomando su tiempo para volver a la carga porque por alguna rara razón le gustaba jugar con ellos, así parecían ser esas cosas, no descansaban, eran a ojos de cualquier persona que siguiera un poco la lógica de las cosas los soldados perfectos, las máquinas perfectas, porque solo se guiaban por el instinto básico de comer, y crecer, o subir de nivel, por lo que estaba viendo hasta ahora.
Jaylen se enderezó quedando a unos pocos metros del chico de ojos rojos, con sus ojos ligeramente abiertos al verle con el torso desnudo… ¿Acaso no tenía frío? Ella se estaba congelada y lo único que le faltaba era una manga, consideró que fuera porque estuviera desangrándose. Se encogió de hombros mientras su mirada seguía fija en el exorcista, estudiándolo sobre todo por las altas probabilidades de poder ver como influía esa inocencia en uno mismo…
-Fi –Sus palabras quedaron muertas en su boca cuando observó que el Akuma y una de sus copias, se lanzaban sobre ellos, una vez más silbó para activar su inocencia, se hizo unos pasos hacia atrás mientras que con las pocas fuerzas que le quedaban echó atrás el abanico.
–Fiù, tu simplemente ataca al Akuma real. –Medio gritó, cerrando los ojos, y dando una vuelta sobre sí misma, haciendo que su inocencia creara un golpe de viento ascendente que levantó todos los cristales de la zona donde se encontraban que al proyectarse la luz lunar sobre ellos crearon la suficiente luz como para que las sombras desaparecieran, entre ellas las de la copia del Akuma, que desapareció, al igual que los tentáculos del su enemigo real, con un poco de suerte el chico exorcista sería capaz de hacer algo durante los segundos que aquello pudiera durar.
Por su parte Jaylen, cayó de rodillas sintiendo que finalmente había llegado a su límite, y sabiendo que aquello que había logrado hacer, sería a lo que más podría llegar a aspirar al menos por ahora, y dudaba que pudiera repetirlo.
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Re: Ataque a Transilvania~
Ya se había lanzado hacia ella. Ya había asumido que el akuma lo mataría... y al parecer Dios quería reírse de el aquel día.
Una cría le había....le debía la vida a una cría...
Y realmente no le sentaba tan mal como había pensado. Sonriendo diabólicamente, se giró en seco y lanzó una patada directamente a la cara del akuma.
El mosntruo sorprendido por la luz que había destruido su clon, no sabía que hacer y bajó la guardia. Un espacio. Un segundo. Un movimiento.
Se impulsó con las piernas y agachado se colocó justo bajo el akuma. Se concentró y golpeó con el puño izquierdo. Desde abajo. Imbloqueable. Con toda la potencia. Rugió eufórico mientras su puño impactaba con lo que parecía la barbilla de aquel ser.
-Schachmatt!!- exclamó riendo macabramente.[jaque mate en alemán]
El akuma salió despedido hacia arriba y describió un semicírculo mientras era consumido por las llamas. Antes de tocar el suelo, explotó violentamente y no quedó ni una sola ceniza que evidenciara su presencia.
La calle consumida por el crepúsculo quedó silenciosa y vacía. Las sombras tan solo eran eso...sombras. Dämon suspiró decepcionado. Sei suspiró aliviado.
Recordando a la niña que había interferido en su baile, se giró lentamente mientras flexionaba los hombros y se acercó a ella.
Parecía verdaderamente cansada y estaba algo lastimada. Dämon se sintió confuso. Sei no le estaba influyendo en lo más mínimo pero sentía algo así como una quemazón en el pecho...
Sacudió la cabeza y se acuclilló para quedar a su altura. Por algún motivo le siguió hablando en húngaro como hacía el idiota.
-Oe, Kätzchen-[gatita en alemán]-...no me digas que te vas a morir ahora...-le cogió la barbilla con una mano haciendo que lo mirara a los ojos- Me debes un baile, recuérdalo.- le susurró esbozando una media sonrisa torcida. Era lo más suave que tenía. Tsk, no sabía por qué demonios se preocupaba tanto de parecer...menos malo?
Se incorporó y buscó su chaqueta...que estaba rota e inservible.- Bueno...dejemos que cargue el con la culpa de romper el uniforme. Hasta la vista pequeña, y ya sabes...no puedes morirte sin cumplir tu deuda.
Y tras esas palabras se dejó aletargar y cedió terreno a su parte...idiota o bondadosa, como se diga. Lo único que le fastidió fue que el muy imbécil de Sei le sonriera a mitad de camino como si el supiera algo que Dämon no. Demonios, si pudiera se rompería los dientes a si mismo.
Una cría le había....le debía la vida a una cría...
Y realmente no le sentaba tan mal como había pensado. Sonriendo diabólicamente, se giró en seco y lanzó una patada directamente a la cara del akuma.
El mosntruo sorprendido por la luz que había destruido su clon, no sabía que hacer y bajó la guardia. Un espacio. Un segundo. Un movimiento.
Se impulsó con las piernas y agachado se colocó justo bajo el akuma. Se concentró y golpeó con el puño izquierdo. Desde abajo. Imbloqueable. Con toda la potencia. Rugió eufórico mientras su puño impactaba con lo que parecía la barbilla de aquel ser.
-Schachmatt!!- exclamó riendo macabramente.[jaque mate en alemán]
El akuma salió despedido hacia arriba y describió un semicírculo mientras era consumido por las llamas. Antes de tocar el suelo, explotó violentamente y no quedó ni una sola ceniza que evidenciara su presencia.
La calle consumida por el crepúsculo quedó silenciosa y vacía. Las sombras tan solo eran eso...sombras. Dämon suspiró decepcionado. Sei suspiró aliviado.
Recordando a la niña que había interferido en su baile, se giró lentamente mientras flexionaba los hombros y se acercó a ella.
Parecía verdaderamente cansada y estaba algo lastimada. Dämon se sintió confuso. Sei no le estaba influyendo en lo más mínimo pero sentía algo así como una quemazón en el pecho...
Sacudió la cabeza y se acuclilló para quedar a su altura. Por algún motivo le siguió hablando en húngaro como hacía el idiota.
-Oe, Kätzchen-[gatita en alemán]-...no me digas que te vas a morir ahora...-le cogió la barbilla con una mano haciendo que lo mirara a los ojos- Me debes un baile, recuérdalo.- le susurró esbozando una media sonrisa torcida. Era lo más suave que tenía. Tsk, no sabía por qué demonios se preocupaba tanto de parecer...menos malo?
Se incorporó y buscó su chaqueta...que estaba rota e inservible.- Bueno...dejemos que cargue el con la culpa de romper el uniforme. Hasta la vista pequeña, y ya sabes...no puedes morirte sin cumplir tu deuda.
Y tras esas palabras se dejó aletargar y cedió terreno a su parte...idiota o bondadosa, como se diga. Lo único que le fastidió fue que el muy imbécil de Sei le sonriera a mitad de camino como si el supiera algo que Dämon no. Demonios, si pudiera se rompería los dientes a si mismo.
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Re: Ataque a Transilvania~
Cuando la ramita de Jasdero que piqueteaba insistentemente la cabeza de exorcista fue detenida por la mano del chico que repentinamente comenzó a dar signos de vida una vez más, los gemelos se centraron exclusivamente al chico.
-Así que aún no mueres niñato y parece que aún nos recuerdas -dijo el pelinegro sonriendo petulantemente y, al ver como el chico intentaba incorporarse, ponía su pie violentamente sobre el pecho del exorcista, obligándolo a volver a tenderse sobre el suelo-. ¿Aún no aprendes a tenernos respeto? Parece que la vez pasada no fue suficiente, estúpido -Devitto disfrutaba el momento, pues ellos tenían el poder sobre Ryota, pues ni siquiera esa vez el chico podía defenderse de ellos.
En cierta manera, eso era bueno, pero se tornaba algo aburrido.
-Jasdevi te enseñará a respetar a Jasdevi, Hii~ -acotó risueño el rubio, recuperando nuevamente su ramita y riéndose de la situación del chico-. Pero Devi... está medio-muerto. No será divertido, Hii~ -alegó el Noah.
-Recuerda Jasdero -comenzó a decir el gemelo mayor, sonriendo con confianza a su hermano-, si Jasdevi lo hace... siempre será divertido -corearon la última frase al unísono riendo, indicándole a Ryota que si no hacía nada... que se fuera despidiendo de un próximo amanecer.
-Así que aún no mueres niñato y parece que aún nos recuerdas -dijo el pelinegro sonriendo petulantemente y, al ver como el chico intentaba incorporarse, ponía su pie violentamente sobre el pecho del exorcista, obligándolo a volver a tenderse sobre el suelo-. ¿Aún no aprendes a tenernos respeto? Parece que la vez pasada no fue suficiente, estúpido -Devitto disfrutaba el momento, pues ellos tenían el poder sobre Ryota, pues ni siquiera esa vez el chico podía defenderse de ellos.
En cierta manera, eso era bueno, pero se tornaba algo aburrido.
-Jasdevi te enseñará a respetar a Jasdevi, Hii~ -acotó risueño el rubio, recuperando nuevamente su ramita y riéndose de la situación del chico-. Pero Devi... está medio-muerto. No será divertido, Hii~ -alegó el Noah.
-Recuerda Jasdero -comenzó a decir el gemelo mayor, sonriendo con confianza a su hermano-, si Jasdevi lo hace... siempre será divertido -corearon la última frase al unísono riendo, indicándole a Ryota que si no hacía nada... que se fuera despidiendo de un próximo amanecer.
Re: Ataque a Transilvania~
[Off: sorry por la tardanza tuve ligeros problemas técnicos con Internet que espero solucionar para la próxima semana, no me maten por no postear antes TwT]
Ryota miro aun tosiendo y a veces expulsando algo de sangre a los dos gemelos, no había duda que su vida corría peligro en aquella ciudad y también su compañero corría peligro, casi no quedaba nada que hacer y pensar que ese podría ser el último paisaje que vería con sus ojos.
-¿Voy a morir en esta ciudad?..neee aun es muy pronto para morir aun mas cuando no he podido proteger a nadie..- se dijo así mismo en su cabeza mientras pensaba en algo que hacer.
Su cuerpo no respondía bien y apenas podía mover las manos y el dolor a estas alturas era mucho aun que la sangre paresia haber disminuido, cerro ambos ojos suspirando para luego abrirlos mirando el cielo.
-Si quieren podrían matarme…-dijo muy tranquilo el exorcista casi como si tuviera algún plan para convencer a los gemelos de no matarlo aun – Pero…¿seria divertido matar a un exorcista de mi nivel?- agrego aun tranquilo el joven de ojos rojos mientras veía a los gemelos a ver como reaccionaban, quizás era lo único que podía hacer no quería morir en ese lugar.
-No quiero morir aun… soy muy joven..- dijo mirando el oscuro cielo, ¿pero de que serviria todo lo que les decía? Como si fueran a dejarlo vivo pero ciertamente tenia miedo a la muerte aun no quería sentir ese sentimiento.
-Por favor.. no me maten- dijo tosiendo aun mas fuerte , humillarse ante el enemigo no había otra si quería seguir con vida pensó el exorcista..
Ryota miro aun tosiendo y a veces expulsando algo de sangre a los dos gemelos, no había duda que su vida corría peligro en aquella ciudad y también su compañero corría peligro, casi no quedaba nada que hacer y pensar que ese podría ser el último paisaje que vería con sus ojos.
-¿Voy a morir en esta ciudad?..neee aun es muy pronto para morir aun mas cuando no he podido proteger a nadie..- se dijo así mismo en su cabeza mientras pensaba en algo que hacer.
Su cuerpo no respondía bien y apenas podía mover las manos y el dolor a estas alturas era mucho aun que la sangre paresia haber disminuido, cerro ambos ojos suspirando para luego abrirlos mirando el cielo.
-Si quieren podrían matarme…-dijo muy tranquilo el exorcista casi como si tuviera algún plan para convencer a los gemelos de no matarlo aun – Pero…¿seria divertido matar a un exorcista de mi nivel?- agrego aun tranquilo el joven de ojos rojos mientras veía a los gemelos a ver como reaccionaban, quizás era lo único que podía hacer no quería morir en ese lugar.
-No quiero morir aun… soy muy joven..- dijo mirando el oscuro cielo, ¿pero de que serviria todo lo que les decía? Como si fueran a dejarlo vivo pero ciertamente tenia miedo a la muerte aun no quería sentir ese sentimiento.
-Por favor.. no me maten- dijo tosiendo aun mas fuerte , humillarse ante el enemigo no había otra si quería seguir con vida pensó el exorcista..
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Re: Ataque a Transilvania~
[FDP: Lamento la demora, xD seguía con problemas con internet así que tuve que esperarme a postear hasta que he regresado. Lamento la demora.]
-Oe, Kätzchen...no me digas que te vas a morir ahora...
Si no hubiera sido porque le hubiera tomado la barbilla, Jaylen no hubiera alzado la cabeza, en general sentía que todo el cuerpo le pesaba demasiado como para poder moverse con la agilidad que normalmente tanto la solía caracterizar. Escuchó, porque era lo mejor que sabía hacer. Le gustaba más que hablar, y lo que él chico exorcista le decía le hacía sentirse en parte bien.
No le importaba morir, dado que eso era algo a lo que no tenía miedo, quizás porque aún no había encontrado algo lo suficientemente importante en ese mundo como para temer desaparecer de él en una edad tan temprana. Pero el hecho de saber que había ayudado a alguien, y que esa persona no pareciera importarle, al menos hasta ahora, su manera de ser (o de no ser, aún no lo tenía muy claro…) le hacía sentir con más energías, o al menos eso creía la chica de ojos azules al ser consciente una vez más de que su corazón volvía a latir con normalidad, y no con la perezosa lentitud que había adoptado desde ese último movimiento con el abanico.
Al separarse de ella, su cabeza automáticamente volvió a caer levemente y sus ojos volvieron a fijarse en el suelo, sintiendo aún una ligera sensación parecida a un escalofrío sumándole también las punzadas molestas que sentía cuando movía el brazo o cuando respiraba. Cerró los ojos con fuerza un par de segundos para intentar centrarse en que tocaba hacer. Paso por paso. La organización era importante cuando uno se mareaba y olvidaba como se hacía todo.
-Ígért [prometido en húngaro] –Dijo Jaylen como respuesta a lo que el chico le había dicho, procuraría no morirse, pero quien sabía cómo se darían las cosas, quizás habían conseguido sobrevivir esa vez… ¿Pero cuanto quedaría para otro ataque de esas cosas? ¿Días? ¿Horas?
Tomó una gran bocanada de aire y se puso de pie despacio, para no marearse más. También esperó un rato a poder abrir los ojos, y observar el cielo estrellado. ¿Qué iba a pasar con ella ahora? Algo le decía que no era lógica la idea de regresar a casa como si nada de eso hubiera ocurrido, más que ilógica la idea era estúpida.
Ladeó la cabeza para observar al exorcista, entreabriendo los labios con la intención de preguntarle qué era lo que iba a ocurrir ahora. Supuso que deberían marcharse de la ciudad.
Antes de poder decir nada, aquella cosa esférica negra con alas chocó contra ella, cortándole la respiración momentáneamente, haciendo que soltara un extraño estertor. Tosió un par de veces, mientras cogía con su mano derecha, arqueando una ceja al darse cuenta que no podía reprenderle de nada a algo que… no tan siquiera sabía que era. Al escuchar voces, que salían de la esfera con alas, se acercó al exorcista y se la acercó.
-Parece ser que alguien está en problemas. –Comentó en un susurro, sin saber si estaba bien o era correcto que hubiera escuchado parte de aquella extraña conversación que reproducía aquella cosa con alas.
-Oe, Kätzchen...no me digas que te vas a morir ahora...
Si no hubiera sido porque le hubiera tomado la barbilla, Jaylen no hubiera alzado la cabeza, en general sentía que todo el cuerpo le pesaba demasiado como para poder moverse con la agilidad que normalmente tanto la solía caracterizar. Escuchó, porque era lo mejor que sabía hacer. Le gustaba más que hablar, y lo que él chico exorcista le decía le hacía sentirse en parte bien.
No le importaba morir, dado que eso era algo a lo que no tenía miedo, quizás porque aún no había encontrado algo lo suficientemente importante en ese mundo como para temer desaparecer de él en una edad tan temprana. Pero el hecho de saber que había ayudado a alguien, y que esa persona no pareciera importarle, al menos hasta ahora, su manera de ser (o de no ser, aún no lo tenía muy claro…) le hacía sentir con más energías, o al menos eso creía la chica de ojos azules al ser consciente una vez más de que su corazón volvía a latir con normalidad, y no con la perezosa lentitud que había adoptado desde ese último movimiento con el abanico.
Al separarse de ella, su cabeza automáticamente volvió a caer levemente y sus ojos volvieron a fijarse en el suelo, sintiendo aún una ligera sensación parecida a un escalofrío sumándole también las punzadas molestas que sentía cuando movía el brazo o cuando respiraba. Cerró los ojos con fuerza un par de segundos para intentar centrarse en que tocaba hacer. Paso por paso. La organización era importante cuando uno se mareaba y olvidaba como se hacía todo.
-Ígért [prometido en húngaro] –Dijo Jaylen como respuesta a lo que el chico le había dicho, procuraría no morirse, pero quien sabía cómo se darían las cosas, quizás habían conseguido sobrevivir esa vez… ¿Pero cuanto quedaría para otro ataque de esas cosas? ¿Días? ¿Horas?
Tomó una gran bocanada de aire y se puso de pie despacio, para no marearse más. También esperó un rato a poder abrir los ojos, y observar el cielo estrellado. ¿Qué iba a pasar con ella ahora? Algo le decía que no era lógica la idea de regresar a casa como si nada de eso hubiera ocurrido, más que ilógica la idea era estúpida.
Ladeó la cabeza para observar al exorcista, entreabriendo los labios con la intención de preguntarle qué era lo que iba a ocurrir ahora. Supuso que deberían marcharse de la ciudad.
Antes de poder decir nada, aquella cosa esférica negra con alas chocó contra ella, cortándole la respiración momentáneamente, haciendo que soltara un extraño estertor. Tosió un par de veces, mientras cogía con su mano derecha, arqueando una ceja al darse cuenta que no podía reprenderle de nada a algo que… no tan siquiera sabía que era. Al escuchar voces, que salían de la esfera con alas, se acercó al exorcista y se la acercó.
-Parece ser que alguien está en problemas. –Comentó en un susurro, sin saber si estaba bien o era correcto que hubiera escuchado parte de aquella extraña conversación que reproducía aquella cosa con alas.
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Re: Ataque a Transilvania~
Contempló a la chica y se acercó un poco más para oír al golem. Al parecer el inútil de su compañero se había metido en líos.
Y qué se suponía que debía hacer el? Exponer a la chica al peligro o ayudar a aquel idiota que debería ser capaz de valerse por si mismo?
Miró a los alrededores pensando. Estaba física y mentalmente exhausto tras la batalla con el extraño akuma. Y además ambos estaban heridos. Pero...demonios, tampoco podía dejarlo a su suerte.
Miró de nuevo a la muchacha que parecía realmente a punto de desmayarse. Le sorprendía que hubiese aguantado tanto tiempo y con tanta valentía. Sonrió recordando a su hermana cuando eran pequeños, que siempre lo sacaba a el de todos los líos.
Aquello le dio la respuesta. El odiaba que su hermana lo sobreprotegiera por considerarlo inferior. La chica realmente ni era tan pequeña ni tan inútil. Quizás si necesitaba ayuda pero, no estaba indefensa.
En contra de sus instintos protectores que le decían que no debería llevarla ni exponerla al peligro, decidió actuar por una vez como Dämon y seguir a su corazón.
Cargándola sobre la espalda echó a andar lentamente, hasta que poco a poco fue incrementando el ritmo. No dejaría tirado a nadie, por idiota que fuera y no permitiría que a ella le pasase nada. Si debía esforzarse más, lo haría, pero ayudaría a ambos. Le costaba respirar y la sangre que manaba de la herida de la frente le obligaba a cerrar el ojo derecho, además el golpe contra el muro le había dejado un zumbido sordo en los oídos. Pero siguió corriendo.
-Observa al golem y dime en que dirección tengo que girar.- le dijo a la chica, siempre recordando hablarle en húngaro, mientras el golem revoloteaba sobre sus cabezas- Y no me sueltes. Si ves algo que te asusta o que no te parece normal, grita o pégame. Ahora mismo no oigo demasiado bien- le sonrió levemente.-Vamos a salvarle el culo a ese unbrauchbar(inútil en alemán).-
E inclinándose, aumentó el ritmo corriendo lo más rápido que había aprendido con el general Socalo. Pensar en eso le hizo sonreír.
Qué era una niña comparada con aquella mochila de troncos? Y con ese sarcástico pensamiento se internó en las oscuras calles del sangriento escenario en el que se había convertido la ciudad.
Y qué se suponía que debía hacer el? Exponer a la chica al peligro o ayudar a aquel idiota que debería ser capaz de valerse por si mismo?
Miró a los alrededores pensando. Estaba física y mentalmente exhausto tras la batalla con el extraño akuma. Y además ambos estaban heridos. Pero...demonios, tampoco podía dejarlo a su suerte.
Miró de nuevo a la muchacha que parecía realmente a punto de desmayarse. Le sorprendía que hubiese aguantado tanto tiempo y con tanta valentía. Sonrió recordando a su hermana cuando eran pequeños, que siempre lo sacaba a el de todos los líos.
Aquello le dio la respuesta. El odiaba que su hermana lo sobreprotegiera por considerarlo inferior. La chica realmente ni era tan pequeña ni tan inútil. Quizás si necesitaba ayuda pero, no estaba indefensa.
En contra de sus instintos protectores que le decían que no debería llevarla ni exponerla al peligro, decidió actuar por una vez como Dämon y seguir a su corazón.
Cargándola sobre la espalda echó a andar lentamente, hasta que poco a poco fue incrementando el ritmo. No dejaría tirado a nadie, por idiota que fuera y no permitiría que a ella le pasase nada. Si debía esforzarse más, lo haría, pero ayudaría a ambos. Le costaba respirar y la sangre que manaba de la herida de la frente le obligaba a cerrar el ojo derecho, además el golpe contra el muro le había dejado un zumbido sordo en los oídos. Pero siguió corriendo.
-Observa al golem y dime en que dirección tengo que girar.- le dijo a la chica, siempre recordando hablarle en húngaro, mientras el golem revoloteaba sobre sus cabezas- Y no me sueltes. Si ves algo que te asusta o que no te parece normal, grita o pégame. Ahora mismo no oigo demasiado bien- le sonrió levemente.-Vamos a salvarle el culo a ese unbrauchbar(inútil en alemán).-
E inclinándose, aumentó el ritmo corriendo lo más rápido que había aprendido con el general Socalo. Pensar en eso le hizo sonreír.
Qué era una niña comparada con aquella mochila de troncos? Y con ese sarcástico pensamiento se internó en las oscuras calles del sangriento escenario en el que se había convertido la ciudad.
Última edición por Joker_Nine el Jue Oct 08, 2009 9:04 am, editado 1 vez
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Re: Ataque a Transilvania~
Escuchar como el exorcista se humillaba ante ellos, casi rogándoles que lo dejaran con vida, que no podía morir aún pues era muy joven, no hacía más que provocar que los Noah se regodearan, disfrutando de la situación.
-¿No matarte? ¿Por qué? Sería divertido si Jasdevi lo hace, Hii~ -cuestionó Jasdero berrinchudo e impaciente, pues ya se estaba aburriendo mucho.
Sin embargo, Devitto, quien había escuchado con más atención las palabras de Ryota, había percibido claramente la angustia del exorcista. ¿Así que realmente no deseaba morir? Ellos podrían sacar mucho provecho de esa situación, provocar más daño~
-Entonces no quieres morir, ¿no? -preguntó Devitto con un tono de voz que indicaba que algo se traía entre manos.
-¿Qué haces, Devi? ¿No lo vamos a matar ya? -cuestionó indiscretamente el rubio a su hermano.
-Chitón, Jasdero -le dijo entre dientes el pelinegro, intentando que sus palabras no perdieran efecto en el agonizante exorcista-. A lo que iba. ¿Acaso no te das cuenta, exorcista? Todo esto es por culpa del Vaticano, de la Orden... si quieres evitar tu muerte, tienes que alzarte contra los causantes de todos los males -continuó Devitto al tiempo que Jasdero captaba las intenciones de su gemelo y asentía con la cabeza intentando "respaldar" las palabras de su hermano a su manera.
Luego de aquellas palabras, los Noah intercambiaron una mirada y con unas sonrisas diablillas adornando sus rostros, chasquearon los dedos y una puerta que conectaba al Arca apareció a sus espaldas.
En cuanto las puertas se abrieron, conectando Transilvania con el hogar de los Noah, éstos volvieron a mirar al exorcista que estaba al borde del desfallecimiento y retomaron su diálogo coreado.
-Ya está bueno de estar aquí, seguramente el Conde nos puede mandar a otro lugar a continuar nuestra diversión. No olvides lo que te dijimos, exorcista~ -pronunciaron al unísono dándole la espalda a Ryota, caminando hombro a hombro hacia la puerta del Arca, y alzando exageradamente los hombros, con movimiento de brazos incluido, como si le restaran importancia al asunto.
Profiriando una risilla diablilla, típica de ese par al tener éxito en alguno de sus "malvados" planes, cruzaron el umbral del portal y las puertas de éste se cerraron a su espalda, transportando a los gemelos de vuelta al Arca luego de un trabajo bien hecho.
[Cambio de Escena]
-¿No matarte? ¿Por qué? Sería divertido si Jasdevi lo hace, Hii~ -cuestionó Jasdero berrinchudo e impaciente, pues ya se estaba aburriendo mucho.
Sin embargo, Devitto, quien había escuchado con más atención las palabras de Ryota, había percibido claramente la angustia del exorcista. ¿Así que realmente no deseaba morir? Ellos podrían sacar mucho provecho de esa situación, provocar más daño~
-Entonces no quieres morir, ¿no? -preguntó Devitto con un tono de voz que indicaba que algo se traía entre manos.
-¿Qué haces, Devi? ¿No lo vamos a matar ya? -cuestionó indiscretamente el rubio a su hermano.
-Chitón, Jasdero -le dijo entre dientes el pelinegro, intentando que sus palabras no perdieran efecto en el agonizante exorcista-. A lo que iba. ¿Acaso no te das cuenta, exorcista? Todo esto es por culpa del Vaticano, de la Orden... si quieres evitar tu muerte, tienes que alzarte contra los causantes de todos los males -continuó Devitto al tiempo que Jasdero captaba las intenciones de su gemelo y asentía con la cabeza intentando "respaldar" las palabras de su hermano a su manera.
Luego de aquellas palabras, los Noah intercambiaron una mirada y con unas sonrisas diablillas adornando sus rostros, chasquearon los dedos y una puerta que conectaba al Arca apareció a sus espaldas.
En cuanto las puertas se abrieron, conectando Transilvania con el hogar de los Noah, éstos volvieron a mirar al exorcista que estaba al borde del desfallecimiento y retomaron su diálogo coreado.
-Ya está bueno de estar aquí, seguramente el Conde nos puede mandar a otro lugar a continuar nuestra diversión. No olvides lo que te dijimos, exorcista~ -pronunciaron al unísono dándole la espalda a Ryota, caminando hombro a hombro hacia la puerta del Arca, y alzando exageradamente los hombros, con movimiento de brazos incluido, como si le restaran importancia al asunto.
Profiriando una risilla diablilla, típica de ese par al tener éxito en alguno de sus "malvados" planes, cruzaron el umbral del portal y las puertas de éste se cerraron a su espalda, transportando a los gemelos de vuelta al Arca luego de un trabajo bien hecho.
[Cambio de Escena]
Re: Ataque a Transilvania~
Analizo muy bien las palabras de los gemelos.. pues si, la orden quizás lo había abandonado, ósea conocía exorcista muy jóvenes y aun así tenían el corazón tan frío para enviarlos a misiones tan peligrosas mientras ellos se quedaban allí si hacer nada, ¿como saber que en verdad estaban de parte de dios? Muchas preguntas que hacían dudar a aquel exorcista, ya ni sabia en que creer, había confiado en la orden por mucho tiempo pero ahora estaba dudando si había echo lo correcto, quizás había estado todo este tiempo obedeciendo al bando contrario, ya ni sabia que pensar.
-La orden… el Conde… ¿cual de los dos tiene la razón?…- miro su inocencia y la tomo firme.
-La Orden.. el vaticano.. son los culpables..-dijo cerrando el puño con la inocencia en ella.
Tras haber dicho eso la inocencia párese haber reaccionado a sus palabras y el yoyo empezó a brillar de forma desmedida, El chico se levanto como pudo aun sangrando y camino sin rumbo alguno lejos del lugar.
[Cambio de escena]
Off: perdón por toda la demora, como verán ya no estaré en esta misión ya que mi exorcista traiciona a la orden y a la inocencia por lo que pronto atacare en otro lugar y convirtiéndolo en un Caído
-La orden… el Conde… ¿cual de los dos tiene la razón?…- miro su inocencia y la tomo firme.
-La Orden.. el vaticano.. son los culpables..-dijo cerrando el puño con la inocencia en ella.
Tras haber dicho eso la inocencia párese haber reaccionado a sus palabras y el yoyo empezó a brillar de forma desmedida, El chico se levanto como pudo aun sangrando y camino sin rumbo alguno lejos del lugar.
[Cambio de escena]
Off: perdón por toda la demora, como verán ya no estaré en esta misión ya que mi exorcista traiciona a la orden y a la inocencia por lo que pronto atacare en otro lugar y convirtiéndolo en un Caído
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Re: Ataque a Transilvania~
Jaylen simplemente se había limitado a aceptar la manera en la que el exorcista hacía las cosas, por lo que no se inmutó cuando volvió a cargarla a la espalda y demás. Se concentró en guiarle tal y como le había pedido, observando de tanto en cuando las heridas del chico, con algo de preocupación… ¿Cuánta sangre habría perdido el chico?... Y aún así seguía llevándola, se encogió de hombros al darse cuenta que quizás estaba subestimando las fuerzas del exorcista, pero por muchas que tuviera… la chica sabía que el cuerpo humano al llegar a su límite poco podía aguantar, sobretodo cuando se hacía un gasto tan abismal de energía como habían hecho.
Al llegar al lugar donde la esfera alada se detuvo y comenzó a dar vueltas, Jaylen se soltó del chico, sin alejarse de él, contemplando con desagrado las ruinas que sustituían lo que antes había sido una calle principal del centro de la ciudad. Brassov había quedado devastada, reducida a escombros bañados en sangre, cenizas y ropa maltrecha. En lo que había sido antes una de las ciudades más transitadas y grandes en Transilvania, no quedaba más que la sombra de una calamidad arrastrada por la muerte.
Las fuerzas de Jaylen flaquearon, su cuerpo amenazó con caer. Quedó con las rodillas flexionadas y sus manos apoyadas en ellas, su espalda estaba ligeramente inclinada hacia delante. Abrió sus labios con cierto temor a que algo pudiera salir de su boca, para coger una gran bocanada de aire, sentía que su mareo crecía y no estaba convencida de que fuera por sus reducidas fuerzas o las múltiples heridas que tenía, más bien era por todo lo que empezaba a ser consciente, por la desagradable sensación que se había apostado en su estomago y el vértigo que sentía cada vez que sus ojos enfocaban las calles derruidas de la gran ciudad.
-No está. –Dijo con su voz entrecortada la chica, una vez pudo empezar a caminar por los escombros en los que no había signo de vida humana, tan solo sangre. –Tu compañero ha desaparecido… -Comentó, sin saber como sentirse, simplemente observó una vez más el lugar intentando pensar que era lo que podría haber ocurrido. –El bicho nos ha traído hasta aquí… y parece no captar nada más. ¿Ha sido destruido por una de esas cosas? ¿Estaba hablando con uno de ellos? Es normal, verdad? Me refiero a que… a que no haya cadáver.
Al llegar al lugar donde la esfera alada se detuvo y comenzó a dar vueltas, Jaylen se soltó del chico, sin alejarse de él, contemplando con desagrado las ruinas que sustituían lo que antes había sido una calle principal del centro de la ciudad. Brassov había quedado devastada, reducida a escombros bañados en sangre, cenizas y ropa maltrecha. En lo que había sido antes una de las ciudades más transitadas y grandes en Transilvania, no quedaba más que la sombra de una calamidad arrastrada por la muerte.
Las fuerzas de Jaylen flaquearon, su cuerpo amenazó con caer. Quedó con las rodillas flexionadas y sus manos apoyadas en ellas, su espalda estaba ligeramente inclinada hacia delante. Abrió sus labios con cierto temor a que algo pudiera salir de su boca, para coger una gran bocanada de aire, sentía que su mareo crecía y no estaba convencida de que fuera por sus reducidas fuerzas o las múltiples heridas que tenía, más bien era por todo lo que empezaba a ser consciente, por la desagradable sensación que se había apostado en su estomago y el vértigo que sentía cada vez que sus ojos enfocaban las calles derruidas de la gran ciudad.
-No está. –Dijo con su voz entrecortada la chica, una vez pudo empezar a caminar por los escombros en los que no había signo de vida humana, tan solo sangre. –Tu compañero ha desaparecido… -Comentó, sin saber como sentirse, simplemente observó una vez más el lugar intentando pensar que era lo que podría haber ocurrido. –El bicho nos ha traído hasta aquí… y parece no captar nada más. ¿Ha sido destruido por una de esas cosas? ¿Estaba hablando con uno de ellos? Es normal, verdad? Me refiero a que… a que no haya cadáver.
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Re: Ataque a Transilvania~
Apenas notó cuando ella se bajo de su espalda. La sangre que había perdido creaba un macabro sendero a sus espaldas, pues con cada paso que daba se caía de sus heridas. Tenía más de las que en un primer momento pensaba. Su torso parecía tener miles de tatuajes que coincidían con sus heridas... pero no le dolían. En realidad sentía el cuerpo bastante entumecido, pero no estaba en su naturaleza quejarse. El oído seguía sin responderle bien y se sorprendió a si mismo pensando en que quizás debería ir a un médico...
La desolación reinante en la calle no perecía real, y por lo tanto no le afectaba.
Miró a los alrededores, pensando que allí faltaba algo.
-No está. –Dijo con su voz entrecortada la chica, una vez pudo empezar a caminar por los escombros en los que no había signo de vida humana, tan solo sangre.
Aquellas palabras se entreabriero paso en la neblina cofusa de su mente. Buscaba alguna sensación, tristeza, o enfado, o algo... desilusión? No encontró nada. Se sentía vacío. Acaso debería sentirse mal por haber perdido a aquel idiota de compañero? Su cerebro no le daba respuesta alguna.
–Tu compañero ha desaparecido… -Comentó –El bicho nos ha traído hasta aquí… y parece no captar nada más. ¿Ha sido destruido por una de esas cosas? ¿Estaba hablando con uno de ellos? Es normal, verdad? Me refiero a que… a que no haya cadáver.
Ah... pero ella estaba ahí. Y no merecía sufrir. Tan solo era una niña...
Como un autómata observó todo el lugar, cerciorándose de que efectivamente, no había ningún signo de vida. Conclusión: o había huído o lo habían matado.
Y por cruel que sonara, le daban más pena los habitantes del pueblo que su compañero. El había podido defenderse... aquella gente no. Y Sei no había hecho nada para salvarlos. Era su culpa.
Se giró hacia la chica y agachándose le puso la mano en la cabeza. Era un gesto cariñoso que solía hacer con su hermana...o eso creía recordar. Intentó sonreir, pero su boca se negó a obedecerle. Al menos a ella la protegería.
-Aquí no hay nada más que cenizas sin nombre. No te culpes por un sufrimiento que no puedes evitar.-no sabía si se lo decía a ella o a si mismo.- Lo que importa es que tu estás bien. Debemos encontrar un lugar en el que reponer fuerzas.- A fin de cuentas, la vida seguía no? Y ella era su responsabilidad. Algo dentro de el se agitó. Consiguió esbozar una sonrisa torcida.
- Primero te curaremos esas heridas- las suyas no le importaban lo más mínimo, no podía permitirse morir todavía- y luego... te explicaré todo lo que quieras saber. Confía en mi. No te dejaré sola.
Mandó al golem en busca de algún miembro de la orden, un buscador o lo que fuera. y se arrodilló delante de ella para cargarla de nuevo a la espalda. La chica no tenía elección, pero prefería que decidiese si confiaba en el. A fin de cuentas, solo le había mostrado muerte y destrucción. Lo más normal sería que intentase huír.
Estaba cansado de tanto dolor. Así que simplemente esperó. No se sentía capaz de forzarla a una vida que quizás incluso la mataría. Pero decidiese lo que decidiese, el estaría ahí. Y no le fallaría. Ya había cometido demasiados errores por un día.
El cuerpo no le dolía, pues dicen que la mente humana tiene un umbral del dolor que puede sentir, y una vez sobrepasado, no queda nada, así que era consicente de que debía dolerle pero...no sentía nada. Extraño, no?
Y estar agachado con una rodilla en el duro asfalto no ayudaba a mejorar la situación. Tenían que descansar ambos. Ojalá ella fuese tan valiente como para hacerle caso.
Así que allí se mantuvo, pidiendo perdón silenciosamente, mientras esperaba, a todas las almas corrientes, que habían sido sacrificadas por un simple pedazo de inocencia que el tenía que proteger. Y lo haría, aunque le costase su propia alma...
La desolación reinante en la calle no perecía real, y por lo tanto no le afectaba.
Miró a los alrededores, pensando que allí faltaba algo.
-No está. –Dijo con su voz entrecortada la chica, una vez pudo empezar a caminar por los escombros en los que no había signo de vida humana, tan solo sangre.
Aquellas palabras se entreabriero paso en la neblina cofusa de su mente. Buscaba alguna sensación, tristeza, o enfado, o algo... desilusión? No encontró nada. Se sentía vacío. Acaso debería sentirse mal por haber perdido a aquel idiota de compañero? Su cerebro no le daba respuesta alguna.
–Tu compañero ha desaparecido… -Comentó –El bicho nos ha traído hasta aquí… y parece no captar nada más. ¿Ha sido destruido por una de esas cosas? ¿Estaba hablando con uno de ellos? Es normal, verdad? Me refiero a que… a que no haya cadáver.
Ah... pero ella estaba ahí. Y no merecía sufrir. Tan solo era una niña...
Como un autómata observó todo el lugar, cerciorándose de que efectivamente, no había ningún signo de vida. Conclusión: o había huído o lo habían matado.
Y por cruel que sonara, le daban más pena los habitantes del pueblo que su compañero. El había podido defenderse... aquella gente no. Y Sei no había hecho nada para salvarlos. Era su culpa.
Se giró hacia la chica y agachándose le puso la mano en la cabeza. Era un gesto cariñoso que solía hacer con su hermana...o eso creía recordar. Intentó sonreir, pero su boca se negó a obedecerle. Al menos a ella la protegería.
-Aquí no hay nada más que cenizas sin nombre. No te culpes por un sufrimiento que no puedes evitar.-no sabía si se lo decía a ella o a si mismo.- Lo que importa es que tu estás bien. Debemos encontrar un lugar en el que reponer fuerzas.- A fin de cuentas, la vida seguía no? Y ella era su responsabilidad. Algo dentro de el se agitó. Consiguió esbozar una sonrisa torcida.
- Primero te curaremos esas heridas- las suyas no le importaban lo más mínimo, no podía permitirse morir todavía- y luego... te explicaré todo lo que quieras saber. Confía en mi. No te dejaré sola.
Mandó al golem en busca de algún miembro de la orden, un buscador o lo que fuera. y se arrodilló delante de ella para cargarla de nuevo a la espalda. La chica no tenía elección, pero prefería que decidiese si confiaba en el. A fin de cuentas, solo le había mostrado muerte y destrucción. Lo más normal sería que intentase huír.
Estaba cansado de tanto dolor. Así que simplemente esperó. No se sentía capaz de forzarla a una vida que quizás incluso la mataría. Pero decidiese lo que decidiese, el estaría ahí. Y no le fallaría. Ya había cometido demasiados errores por un día.
El cuerpo no le dolía, pues dicen que la mente humana tiene un umbral del dolor que puede sentir, y una vez sobrepasado, no queda nada, así que era consicente de que debía dolerle pero...no sentía nada. Extraño, no?
Y estar agachado con una rodilla en el duro asfalto no ayudaba a mejorar la situación. Tenían que descansar ambos. Ojalá ella fuese tan valiente como para hacerle caso.
Así que allí se mantuvo, pidiendo perdón silenciosamente, mientras esperaba, a todas las almas corrientes, que habían sido sacrificadas por un simple pedazo de inocencia que el tenía que proteger. Y lo haría, aunque le costase su propia alma...
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Re: Ataque a Transilvania~
No le pareció que las primeras palabras del chico fueran dirigidas hacía ella, aunque tampoco se molestó, como siempre se limitó a escuchar, era lo único que creía saber hacer bien. Jaylen pensó que en ese momento en realidad, ya no estaba tan segura de lo que pensaba y en lo que hasta ahora en teoría sabía.
Sus ojos estaban fijos ahora en la figura del chico, se sentía mal por lo que parecía estar sufriendo, aunque ni él fuera consciente, o no quisiera serlo.
Se sentía muy cansada, y frustrada al no saber cómo hacer algo para aliviar al chico, siempre había mantenido una actitud distante e insensible para con el resto de la gente, no era buena socializando porque las personas que estaban a su alrededor no parecían estar preparadas para comprender a alguien cuyo cerebro funcionase como el de Jaylen.
La chica dio un par de pasos, pensó que si pudiera verse, le daría la sensación de estar observando a alguien que había perdido las rodillas, al darse cuenta que apenas doblaba las piernas para andar, moviéndose por inercia, aunque no estuviera segura de si al próximo paso que diera fuera a caer.
Se inclinó hacia delante hasta que su frente tocó la cabeza del exorcista, quien a sus ojos se había esforzado tanto para salvarles de aquella amenaza, de esos Akumas, estaba totalmente segura que si había alguien que hubiera conseguido escapar, había sido gracias al chico, y a su compañero.
-Fiù… -Dijo en un susurro, no muy convencida de lo que pretendía decir, más que nada porque no sabía si lo que fuera a decir pudiera empeorar las cosas.
Cerró los ojos, en un intento por volver a concentrarse, no estaba acostumbrada a sentir tanto dolor en prácticamente todas las zonas de su cuerpo. Posó sus manos sobre los hombros del exorcista, quizás porque necesitaba apoyarse en alguien, quizás no era precisamente por eso, pero Jaylen sabía que lo mejor para ella no era preguntarse el por qué hacía las cosas de aquella manera.
–Confío en ti. Te seguiré hasta donde quieras llevarme. –Respondió, concediéndose algunas pausas entre aquellas palabras para respirar, estaba muy cansada. –Gracias por salvarme.
Sus ojos estaban fijos ahora en la figura del chico, se sentía mal por lo que parecía estar sufriendo, aunque ni él fuera consciente, o no quisiera serlo.
Se sentía muy cansada, y frustrada al no saber cómo hacer algo para aliviar al chico, siempre había mantenido una actitud distante e insensible para con el resto de la gente, no era buena socializando porque las personas que estaban a su alrededor no parecían estar preparadas para comprender a alguien cuyo cerebro funcionase como el de Jaylen.
La chica dio un par de pasos, pensó que si pudiera verse, le daría la sensación de estar observando a alguien que había perdido las rodillas, al darse cuenta que apenas doblaba las piernas para andar, moviéndose por inercia, aunque no estuviera segura de si al próximo paso que diera fuera a caer.
Se inclinó hacia delante hasta que su frente tocó la cabeza del exorcista, quien a sus ojos se había esforzado tanto para salvarles de aquella amenaza, de esos Akumas, estaba totalmente segura que si había alguien que hubiera conseguido escapar, había sido gracias al chico, y a su compañero.
-Fiù… -Dijo en un susurro, no muy convencida de lo que pretendía decir, más que nada porque no sabía si lo que fuera a decir pudiera empeorar las cosas.
Cerró los ojos, en un intento por volver a concentrarse, no estaba acostumbrada a sentir tanto dolor en prácticamente todas las zonas de su cuerpo. Posó sus manos sobre los hombros del exorcista, quizás porque necesitaba apoyarse en alguien, quizás no era precisamente por eso, pero Jaylen sabía que lo mejor para ella no era preguntarse el por qué hacía las cosas de aquella manera.
–Confío en ti. Te seguiré hasta donde quieras llevarme. –Respondió, concediéndose algunas pausas entre aquellas palabras para respirar, estaba muy cansada. –Gracias por salvarme.
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Re: Ataque a Transilvania~
El inesperado contanto le hizo abrir los ojos de golpe. La suave voz con sus melodiosos dejes en húngaro caló hasta el fondo de sus entrañas.
–Confío en ti. Te seguiré hasta donde quieras llevarme. –Le dijo, haciendo algunas pausas entre aquellas palabras para respirar, parecía muy cansada. –Gracias por salvarme.
Inclinó la cabeza hacia delante y una turbia sonrisa creció desde su pecho hasta sus labios.
No dijo nada, tan solo se levantó y hechó a andar lentamente con ella a la espalda.
Notó como algo frío caía por su mejilla, y de alguna forma se soprendió. Tras toda aquella muerte y destrucción, y una simple lágrima se abría paso por la suciedad y sangre que cubrían su rostro a cambio de la confianza de una niña.
Se sentía roto. Y extrañamente ... no era infeliz...al menos no del todo.
Quizá se permitiera creer en ella. Quizá le diera las gracias por aquella débil partícula de felicidad. Pero aquello era insignificante e imposible en aquel momento.
Antes de autocompadecerse debía ponerla a salvo.
----Una hora más tarde----
Había llegado a las afueras del pueblo, y estaba relativamente cerca de la estación.
Contempló los campos devastados y las casas, con los tejados derrumbados y rotos. Al parecer no se les había pasado un detalle.
La estación sin embargo no parecía tan destrozada como el resto. Y el tren tenía algunos vagones intactos. La noche estaba enfriando, ya debían ser por lo menos las once... el no tenía problema, pues no cogería jamás un resfriado. Su cuerpo siempre estaba más caliente de lo normal, así que no tenía importancia, pero la chica...
Se acercó a los vagones y la dejó sentada en las escaleras de la puerta de uno. Entróy comprovó que el tren estaba libre de akuma y de cadáveres, y retiró la ropa y el polvo para ahorrarle a la chica... supuso que resultaba absurdo pero, de todas formas lo hizo.
Tras aquello arrancó la madera de algunso asientos y portamaletas, y hizo una pila.
Activó la inocencia un momento, y tocó la madera para que se incendiara.
Tras ello ´se levantó y buscó a la chica.
-Iré a buscar unas mantas y algo para que puedas dormir. Quédate junto al fuego para calentarte. He revisado los alrededores- buscó algo extraño de nuevo mirando por una ventana, pero lo único que le devolvió la mirada fue la impenetrable oscuridad de la noche- pero no podemos estar totalmente seguros de que no ya nada. Si ves algo extraño avísame. No hace falta que grites mucho, te oiré.- esbozó una torcida sonrisa que esperaba fuese tranquilizadora y se dio la vuelta, intentando que no se viera la mueca de dolor que le producía el moverse. Probablemente tenia alguna costilla rota, pero primero debía preocuparse por ella.
Si al menos el maldito golem encontrase a un buscador... no se podía creer que en la ciudad no hubiese sobrevivido nadie.
Con una mano en el costado, intentando detener la sangre de un corte siguió andando para coger mantas en los compartimentos.
Encontró un maletín y lo abrió sin sentir remordimientos. Aquello de nada le serviría a un muerto. Resultó que el susodicho muerto debía ser médico. Había material de sutura y antibióticos, además de alcochol para desinfectar. Al menos algo útil.
No se atrevía a pedirle a la chica que le ayudara. Tendría que intentar coserse las heridas a si mismo. Torció el gesto imáginandoselo. El día mejoraba por momentos.
Había encontrado mantas y una almohada, además de algunas sábanas que podía usar de vendas, el maletín y dos botellas, una de agua y otra de cerveza.
Por desgracia nada de comida. No se atrevía por si los akuma la habían infectado con su veneno.
Se dio la vuelta relativamente satisfecho y volvió junto a la chica.
–Confío en ti. Te seguiré hasta donde quieras llevarme. –Le dijo, haciendo algunas pausas entre aquellas palabras para respirar, parecía muy cansada. –Gracias por salvarme.
Inclinó la cabeza hacia delante y una turbia sonrisa creció desde su pecho hasta sus labios.
No dijo nada, tan solo se levantó y hechó a andar lentamente con ella a la espalda.
Notó como algo frío caía por su mejilla, y de alguna forma se soprendió. Tras toda aquella muerte y destrucción, y una simple lágrima se abría paso por la suciedad y sangre que cubrían su rostro a cambio de la confianza de una niña.
Se sentía roto. Y extrañamente ... no era infeliz...al menos no del todo.
Quizá se permitiera creer en ella. Quizá le diera las gracias por aquella débil partícula de felicidad. Pero aquello era insignificante e imposible en aquel momento.
Antes de autocompadecerse debía ponerla a salvo.
----Una hora más tarde----
Había llegado a las afueras del pueblo, y estaba relativamente cerca de la estación.
Contempló los campos devastados y las casas, con los tejados derrumbados y rotos. Al parecer no se les había pasado un detalle.
La estación sin embargo no parecía tan destrozada como el resto. Y el tren tenía algunos vagones intactos. La noche estaba enfriando, ya debían ser por lo menos las once... el no tenía problema, pues no cogería jamás un resfriado. Su cuerpo siempre estaba más caliente de lo normal, así que no tenía importancia, pero la chica...
Se acercó a los vagones y la dejó sentada en las escaleras de la puerta de uno. Entróy comprovó que el tren estaba libre de akuma y de cadáveres, y retiró la ropa y el polvo para ahorrarle a la chica... supuso que resultaba absurdo pero, de todas formas lo hizo.
Tras aquello arrancó la madera de algunso asientos y portamaletas, y hizo una pila.
Activó la inocencia un momento, y tocó la madera para que se incendiara.
Tras ello ´se levantó y buscó a la chica.
-Iré a buscar unas mantas y algo para que puedas dormir. Quédate junto al fuego para calentarte. He revisado los alrededores- buscó algo extraño de nuevo mirando por una ventana, pero lo único que le devolvió la mirada fue la impenetrable oscuridad de la noche- pero no podemos estar totalmente seguros de que no ya nada. Si ves algo extraño avísame. No hace falta que grites mucho, te oiré.- esbozó una torcida sonrisa que esperaba fuese tranquilizadora y se dio la vuelta, intentando que no se viera la mueca de dolor que le producía el moverse. Probablemente tenia alguna costilla rota, pero primero debía preocuparse por ella.
Si al menos el maldito golem encontrase a un buscador... no se podía creer que en la ciudad no hubiese sobrevivido nadie.
Con una mano en el costado, intentando detener la sangre de un corte siguió andando para coger mantas en los compartimentos.
Encontró un maletín y lo abrió sin sentir remordimientos. Aquello de nada le serviría a un muerto. Resultó que el susodicho muerto debía ser médico. Había material de sutura y antibióticos, además de alcochol para desinfectar. Al menos algo útil.
No se atrevía a pedirle a la chica que le ayudara. Tendría que intentar coserse las heridas a si mismo. Torció el gesto imáginandoselo. El día mejoraba por momentos.
Había encontrado mantas y una almohada, además de algunas sábanas que podía usar de vendas, el maletín y dos botellas, una de agua y otra de cerveza.
Por desgracia nada de comida. No se atrevía por si los akuma la habían infectado con su veneno.
Se dio la vuelta relativamente satisfecho y volvió junto a la chica.
Última edición por Joker_Nine el Jue Oct 08, 2009 3:39 pm, editado 2 veces
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Re: Ataque a Transilvania~
Cuando el chico la dejó en el suelo y entró en uno de los compartimentos del vagón decidió mirar una vez más el lugar que habían dejado atrás, sus ojos fijos en aquel lugar, no sentía pena o lástima, ni miedo, más bien la incertidumbre hacía que se planteara muchas cosas. Una de sus manos atrapó el abanico y lo apretó con fuerza, no por el hecho de que fuera esa inocencia, si no por lo que lo ataba.
Aquel rosario heredado. Hasta ahora le habían dado algo a lo que abrazarse ciegamente… Dios… ¿Pero qué ocurría ahora? Algo le decía que al enfrentarse con algo real… no podía recurrir solamente a la fe ciega, quería creer en algo que pudiera tocar, que supiera que estaba ahí y pudiera verlo. Sus ojos se entornaron cuando creyó que el abanico emanaba durante unos segundos, algo… que le transmitió calidez, la suficiente como para volver a tranquilizarla.
Antes de que pudiera hacer nada más, el chico exorcista volvió hasta donde ella se encontraba, y la condujo hasta lo que por esa noche, parecía que sería su refugio.
-Iré a buscar unas mantas y algo para que puedas dormir. Quédate junto al fuego para calentarte. He revisado los alrededores- buscó algo extraño de nuevo mirando por una ventana, pero lo único que le devolvió la mirada fue la impenetrable oscuridad de la noche- pero no podemos estar totalmente seguros de que no haya nada. Si ves algo extraño avísame. No hace falta que grites mucho, te oiré.
-Entendido, Fiù. Ve con cuidado. –Fue lo único que dijo mientras se sentaba frente al fuego, sumiéndose en total silencio, y por primera vez estar de aquel modo le resultó incomodo, le hizo ser consciente de lo solos que estaban en aquel lugar que había desaparecido… ¿Algún día se decidirían a reconstruirlo?
Observando el lugar, estaba relativamente limpio, así que dedujo que había sido el chico quien había quitado cualquier cosa que pudiera haberla turbado, se sintió agradecida por aquel detalle, aunque nuevamente se sintió culpable, porque se hubiera tomado tantas molestias por su culpa.
Se había dado cuenta que él tampoco se encontraba bien y sin embargo, no había hecho nada para ayudarle, más que seguir en silencio y aceptar lo que el dijese, pero Jaylen, sabía que eso no era del todo justo. Ya era lo suficientemente mayorcita para cuidar de ella, y a la vez poder ayudar a quien estuviera ahora a su lado.
Cuando se puso de pie para ir en busca del exorcista de ojos rojos, este ya había llegado, la chica no era consciente del tiempo que había estado dormitando frente al fuego, debatiéndose en que era lo que esperaba de si misma.
Insistió en ayudarle a llevar algunas cosas, no solo porque se sintiera en deuda, si no porqué creía que su orgullo empezaba a sentirse dañado, al no saber como interpretar los cuidados del chico. Al llegar junto al fuego, se sentó con cuidado, dejando lo que llevaba en sus brazos a un lado. Sus ojos se pusieron en el chico y le observó con renovada tranquilidad, estaba cansada, pero por otra parte, aquello que creía que era miedo, había desaparecido, incluso se le hacía más llevadero el dolor.
-Sé que estás herido. Es una deducción lógica, para quien hubiera observado aquella pelea. –Dijo con cuidado, intentando explicarse lo mejor que podía. –Yo, no encuentro… Creo que también deberías preocuparte también por tus heridas, has sangrado mucho y yo…. –Jaylen ladeó la cabeza, esbozando una expresión confusa al no saber muy bien como quería terminar aquella frase, estaba preocupada, pero.. –A mi no me importa ayudarte, de verdad. Fiù permíteme que te ayude en lo que necesites, no… no soy tan inútil como parezco.
Aquel rosario heredado. Hasta ahora le habían dado algo a lo que abrazarse ciegamente… Dios… ¿Pero qué ocurría ahora? Algo le decía que al enfrentarse con algo real… no podía recurrir solamente a la fe ciega, quería creer en algo que pudiera tocar, que supiera que estaba ahí y pudiera verlo. Sus ojos se entornaron cuando creyó que el abanico emanaba durante unos segundos, algo… que le transmitió calidez, la suficiente como para volver a tranquilizarla.
Antes de que pudiera hacer nada más, el chico exorcista volvió hasta donde ella se encontraba, y la condujo hasta lo que por esa noche, parecía que sería su refugio.
-Iré a buscar unas mantas y algo para que puedas dormir. Quédate junto al fuego para calentarte. He revisado los alrededores- buscó algo extraño de nuevo mirando por una ventana, pero lo único que le devolvió la mirada fue la impenetrable oscuridad de la noche- pero no podemos estar totalmente seguros de que no haya nada. Si ves algo extraño avísame. No hace falta que grites mucho, te oiré.
-Entendido, Fiù. Ve con cuidado. –Fue lo único que dijo mientras se sentaba frente al fuego, sumiéndose en total silencio, y por primera vez estar de aquel modo le resultó incomodo, le hizo ser consciente de lo solos que estaban en aquel lugar que había desaparecido… ¿Algún día se decidirían a reconstruirlo?
Observando el lugar, estaba relativamente limpio, así que dedujo que había sido el chico quien había quitado cualquier cosa que pudiera haberla turbado, se sintió agradecida por aquel detalle, aunque nuevamente se sintió culpable, porque se hubiera tomado tantas molestias por su culpa.
Se había dado cuenta que él tampoco se encontraba bien y sin embargo, no había hecho nada para ayudarle, más que seguir en silencio y aceptar lo que el dijese, pero Jaylen, sabía que eso no era del todo justo. Ya era lo suficientemente mayorcita para cuidar de ella, y a la vez poder ayudar a quien estuviera ahora a su lado.
Cuando se puso de pie para ir en busca del exorcista de ojos rojos, este ya había llegado, la chica no era consciente del tiempo que había estado dormitando frente al fuego, debatiéndose en que era lo que esperaba de si misma.
Insistió en ayudarle a llevar algunas cosas, no solo porque se sintiera en deuda, si no porqué creía que su orgullo empezaba a sentirse dañado, al no saber como interpretar los cuidados del chico. Al llegar junto al fuego, se sentó con cuidado, dejando lo que llevaba en sus brazos a un lado. Sus ojos se pusieron en el chico y le observó con renovada tranquilidad, estaba cansada, pero por otra parte, aquello que creía que era miedo, había desaparecido, incluso se le hacía más llevadero el dolor.
-Sé que estás herido. Es una deducción lógica, para quien hubiera observado aquella pelea. –Dijo con cuidado, intentando explicarse lo mejor que podía. –Yo, no encuentro… Creo que también deberías preocuparte también por tus heridas, has sangrado mucho y yo…. –Jaylen ladeó la cabeza, esbozando una expresión confusa al no saber muy bien como quería terminar aquella frase, estaba preocupada, pero.. –A mi no me importa ayudarte, de verdad. Fiù permíteme que te ayude en lo que necesites, no… no soy tan inútil como parezco.
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