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Todo el material que se publique dentro del foro es y será propiedad de su creador a menos que se indique lo contrario.
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Ataque a Transilvania~
D. Gray man Rol :: El mundo :: Europa
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Re: Ataque a Transilvania~
Una vez la hubo dejado en el suelo en aquel callejón, aprovecho para quitarse la cinta con la que se recogía el pelo, usándola para afirmar el pañuelo contra la frente, se había dado cuenta que le había manchado el traje a ese pobre chico, el cual la estaba cuidando. Se encogió de hombros sintiéndose algo culpable al darse cuenta de que estaría resultando ser una carga para él. Resopló cruzándose de brazos e intentando mantenerse en silencio, si tan solo pudiera ayudarle de alguna manera, aunque solo fuera para que no se preocupara de más… por su culpa.
Los gritos que sumergían la ciudad en un infierno en la tierra, le hicieron sentirse por un momento alejada de su cuerpo. Podía escuchar el miedo y el terror de todos aquellos, que como ella, no tenían ningún modo de pelear por sus vidas, tan solo correr y esperar que con suerte esas cosas no le dieran alcance.
Pero también por alguna extraña razón, podía escuchar un rumor en el viento, algo que no traía dolor o muerte, no supo identificarlo, le provocó un escalofrío cuando cerró los ojos intentando concentrarse un poco más para oír aquel pequeño silbido en un mar de gritos, sus parpados se levantaron de improvisto su cuerpo retrocedió levemente y poniéndose en tensión como reacción ante un posible peligro. Sonrió levemente al percatarse de que se trataba del chico exorcista, suspirando levemente por el alivio.
No le dijo nada cuando volvió a cargarla a su espalda, en realidad Jaylen debía admitir que a pesar de que aun se sintiera con fuerzas para tenerse en pie, ahora que levemente se había relajado, no sabía cuantos pasos podría dar sin marearse.
Ante las primeras palabras del exorcista, hincho sus mejillas en una especie de puchero falso, durante unos segundos volviendo a sentirse culpable por haberle manchado el traje, pero al darse cuenta de que realmente a él parecía no importarle, decidió no darle más importancia de la que merecía en ese momento. Encontraría la manera de agradecérselo.
-¿Especial? –Repitió, observando su abanico, tomándolo con una de sus manos, abriéndolo con algo de curiosidad, era extraño al estar hecho de hierro no tenía la belleza que uno de ese tipo de objetos poseían… Exactamente igual que ella, pensó Jaylen. Demasiado extraña para los demás como considerarla incluso persona, de sus seres queridos solo había recibido cosas por lástima, y del resto… el silencio era lo mejor que podía recibir. Soltó el abanico con una ligera sonrisa, la palabra especial empezaba a tener un nuevo concepto para ella, uno incluso positivo y bueno.
–De todas formas, lamento resultar una carga, estoy segura que podrías estar haciendo algo mejor y más constructivo que el de llevarme a tu espalda. Si hubiera tenido un poco más de cuidado no me estaría desangrándome, supongo que dos años de no subirme a los arboles y ser perseguida por animales varios en el bosque ha hecho que mis reflejos se oxiden un poco lamentablemente. Y si de mortales se trata tu puedes ser de uno con muy malhumor, pero yo soy una mortal que no sigue las lógicas preestablecidas, por lo que no te sorprenda si no me tomo a horror o miedo tus arranques malhumorados y demás. –Dijo la chica, hablando con fluida rapidez debido a que podía expresarse con su lengua materna, sin problemas con el chico, un hecho que le entretenía en cierto grado, e incluso le hacía preguntarse cuántos idiomas más debía conocer y hablar ese exorcista.
Jaylen no fue muy consciente de cómo ocurrió o porque reaccionó de la manera en la que lo hizo, vio como la criatura esférica revoloteaba como loca sobre ellos, cuatro de esas supuestas máquinas llamadas Akuma se lanzaron sobre ellos desde los tejados, seguidos por otros tres.
-¡Fiù! (chico xD) –Exclamó Jaylen, soltándose de él –la reacción de la que no logró comprender por qué lo hizo-, creyendo que así tendría una posibilidad de atacarles de una manera más certera al no tenerla a ella en la espalda. Hizo un esfuerzo sobre humano al apoyar sus manos al suelo –pues se había echado para atrás al soltarse del exorcista, cayendo al suelo de cabeza- para coger impulso con ellas y enderezarse, cayendo lejos del circulo de akumas. -¡Estoy bien, no te preocupes! –Exclamó solo para recalcar que aún seguía intacta, aunque no sabía por cuánto tiempo iba a durar eso.
Los gritos que sumergían la ciudad en un infierno en la tierra, le hicieron sentirse por un momento alejada de su cuerpo. Podía escuchar el miedo y el terror de todos aquellos, que como ella, no tenían ningún modo de pelear por sus vidas, tan solo correr y esperar que con suerte esas cosas no le dieran alcance.
Pero también por alguna extraña razón, podía escuchar un rumor en el viento, algo que no traía dolor o muerte, no supo identificarlo, le provocó un escalofrío cuando cerró los ojos intentando concentrarse un poco más para oír aquel pequeño silbido en un mar de gritos, sus parpados se levantaron de improvisto su cuerpo retrocedió levemente y poniéndose en tensión como reacción ante un posible peligro. Sonrió levemente al percatarse de que se trataba del chico exorcista, suspirando levemente por el alivio.
No le dijo nada cuando volvió a cargarla a su espalda, en realidad Jaylen debía admitir que a pesar de que aun se sintiera con fuerzas para tenerse en pie, ahora que levemente se había relajado, no sabía cuantos pasos podría dar sin marearse.
Ante las primeras palabras del exorcista, hincho sus mejillas en una especie de puchero falso, durante unos segundos volviendo a sentirse culpable por haberle manchado el traje, pero al darse cuenta de que realmente a él parecía no importarle, decidió no darle más importancia de la que merecía en ese momento. Encontraría la manera de agradecérselo.
-¿Especial? –Repitió, observando su abanico, tomándolo con una de sus manos, abriéndolo con algo de curiosidad, era extraño al estar hecho de hierro no tenía la belleza que uno de ese tipo de objetos poseían… Exactamente igual que ella, pensó Jaylen. Demasiado extraña para los demás como considerarla incluso persona, de sus seres queridos solo había recibido cosas por lástima, y del resto… el silencio era lo mejor que podía recibir. Soltó el abanico con una ligera sonrisa, la palabra especial empezaba a tener un nuevo concepto para ella, uno incluso positivo y bueno.
–De todas formas, lamento resultar una carga, estoy segura que podrías estar haciendo algo mejor y más constructivo que el de llevarme a tu espalda. Si hubiera tenido un poco más de cuidado no me estaría desangrándome, supongo que dos años de no subirme a los arboles y ser perseguida por animales varios en el bosque ha hecho que mis reflejos se oxiden un poco lamentablemente. Y si de mortales se trata tu puedes ser de uno con muy malhumor, pero yo soy una mortal que no sigue las lógicas preestablecidas, por lo que no te sorprenda si no me tomo a horror o miedo tus arranques malhumorados y demás. –Dijo la chica, hablando con fluida rapidez debido a que podía expresarse con su lengua materna, sin problemas con el chico, un hecho que le entretenía en cierto grado, e incluso le hacía preguntarse cuántos idiomas más debía conocer y hablar ese exorcista.
Jaylen no fue muy consciente de cómo ocurrió o porque reaccionó de la manera en la que lo hizo, vio como la criatura esférica revoloteaba como loca sobre ellos, cuatro de esas supuestas máquinas llamadas Akuma se lanzaron sobre ellos desde los tejados, seguidos por otros tres.
-¡Fiù! (chico xD) –Exclamó Jaylen, soltándose de él –la reacción de la que no logró comprender por qué lo hizo-, creyendo que así tendría una posibilidad de atacarles de una manera más certera al no tenerla a ella en la espalda. Hizo un esfuerzo sobre humano al apoyar sus manos al suelo –pues se había echado para atrás al soltarse del exorcista, cayendo al suelo de cabeza- para coger impulso con ellas y enderezarse, cayendo lejos del circulo de akumas. -¡Estoy bien, no te preocupes! –Exclamó solo para recalcar que aún seguía intacta, aunque no sabía por cuánto tiempo iba a durar eso.
Invitado
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Re: Ataque a Transilvania~
–De todas formas, lamento resultar una carga, estoy segura que podrías estar haciendo algo mejor y más constructivo que el de llevarme a tu espalda. Si hubiera tenido un poco más de cuidado no me estaría desangrándome, supongo que dos años de no subirme a los arboles y ser perseguida por animales varios en el bosque ha hecho que mis reflejos se oxiden un poco lamentablemente. Y si de mortales se trata tu puedes ser de uno con muy malhumor, pero yo soy una mortal que no sigue las lógicas preestablecidas, por lo que no te sorprenda si no me tomo a horror o miedo tus arranques malhumorados y demás.
Le sorprendió que la chica le dijera todo aquello de golpe y no pudo evitar sonreír de nuevo. Se había reído de la callada advertencia sobre su demonio interior y aquello le hizo creer más en el valor de la pequeña.
De pronto, mientras seguía observando los alrededores, el golem comenzó a zumbar sobre la cabeza de Sei. Y todo sucedió en unos segundos.
Alzó la vista ante el grito de la muchacha, y observó como 8 akumas se cernían sobre ellos ya apuntandoles con sus cañones. Entonces ella se soltó de sus brazos mientras Sei detenía su carrera un tanto y se alejó de el:
-¡Estoy bien, no te preocupes! –Exclamó solo para recalcar que aún seguía intacta.
El sonrió pero no dejó de vigilar a los akuma. Podría ser que percibieran la inocencia en aquella chica y desde luego eso sería un grave problema. Saltó para esquivar la 1º ráfaga de disparos sin atreverse todavía a activar la inocencia. Pero si quería acabar pronto con ellos debía dejar que Dämon tomase el control.
- Scheiße!!- maldijo apretando los dientes. Tendría que dejarlo salir y luego confiar en que lo dominaría- Hoffentlich funktioniert dies!! [en alemán con suerte, esto funcionará]-suspiró, esquivó más ataques y se situó delante de la chica dándole la espalda.-DÄMON!!- Activó los guantes y dejó vía libre a su demonio. Lo ultimo que susurró mientras perdía cualquier resquicio de control sobre su cuerpo fue- Que comience el baile...
La sangre le rugía en los oídos y su cuerpo se tensó por completo. Como siempre que se dejaba dominar por su lado demoníaco, las llamas de sus guantes parecían mucho mas fuertes y habían aumentado su tamaño. Su cuerpo se encogió para tomar impulso y saltó hacía los akuma, lanzando puñetazos y riendo macabramente. En su mente solo existía la sangre y la lucha, sus emociones eran un torbellino incontrolabe y se guiaba por los instintos básicos de supervivencia. Pero había algo más, una alegría sádica que rezumaba por todos sus poros cada vez que alcanzaba a un akuma.
Saltando sobre una ventana, concentró su energía y cuando un akuma se le acercó le asestó un puñetazo que generó una intensa explosión, quemando a otros 2 que había cerca. Tan solo tuvo que golpear de nuevo al más alejado, los otros 2 explotaron cuando el fuego los consumió.
Se giró para buscar más contrincantes y de pronto, en el borde de su visión algo pareció moverse, hacia un lugar en el que había algo importante. Dämon sacudió la cabeza, lo único importante era matar. Se dirigió saltando a los últimos akuma que quedaban disparando, y mientras Sei gritaba en su interior, no se fijó hasta que ya era demasiado tarde.
Entre las cenizas del último akuma se giró despacio. Un akuma se dirigía hacia la chica. Sei se agitaba y le gritaba que hiciera algo, pero Dämon sonrió malignamente. A diferencia de Sei veía el poder de la muchacha. Y el akuma...si ella no era capaz de detenerlo lo alcanzaría en un parpadeo.
Tan solo susurró una cosa a la chica con una voz tan escalofriante que era imposible reconocer la de Sei:
-Mátalo Klein, sin compasión. Solo tienes que usarlo- y miró al abanico.
Le sorprendió que la chica le dijera todo aquello de golpe y no pudo evitar sonreír de nuevo. Se había reído de la callada advertencia sobre su demonio interior y aquello le hizo creer más en el valor de la pequeña.
De pronto, mientras seguía observando los alrededores, el golem comenzó a zumbar sobre la cabeza de Sei. Y todo sucedió en unos segundos.
Alzó la vista ante el grito de la muchacha, y observó como 8 akumas se cernían sobre ellos ya apuntandoles con sus cañones. Entonces ella se soltó de sus brazos mientras Sei detenía su carrera un tanto y se alejó de el:
-¡Estoy bien, no te preocupes! –Exclamó solo para recalcar que aún seguía intacta.
El sonrió pero no dejó de vigilar a los akuma. Podría ser que percibieran la inocencia en aquella chica y desde luego eso sería un grave problema. Saltó para esquivar la 1º ráfaga de disparos sin atreverse todavía a activar la inocencia. Pero si quería acabar pronto con ellos debía dejar que Dämon tomase el control.
- Scheiße!!- maldijo apretando los dientes. Tendría que dejarlo salir y luego confiar en que lo dominaría- Hoffentlich funktioniert dies!! [en alemán con suerte, esto funcionará]-suspiró, esquivó más ataques y se situó delante de la chica dándole la espalda.-DÄMON!!- Activó los guantes y dejó vía libre a su demonio. Lo ultimo que susurró mientras perdía cualquier resquicio de control sobre su cuerpo fue- Que comience el baile...
La sangre le rugía en los oídos y su cuerpo se tensó por completo. Como siempre que se dejaba dominar por su lado demoníaco, las llamas de sus guantes parecían mucho mas fuertes y habían aumentado su tamaño. Su cuerpo se encogió para tomar impulso y saltó hacía los akuma, lanzando puñetazos y riendo macabramente. En su mente solo existía la sangre y la lucha, sus emociones eran un torbellino incontrolabe y se guiaba por los instintos básicos de supervivencia. Pero había algo más, una alegría sádica que rezumaba por todos sus poros cada vez que alcanzaba a un akuma.
Saltando sobre una ventana, concentró su energía y cuando un akuma se le acercó le asestó un puñetazo que generó una intensa explosión, quemando a otros 2 que había cerca. Tan solo tuvo que golpear de nuevo al más alejado, los otros 2 explotaron cuando el fuego los consumió.
Se giró para buscar más contrincantes y de pronto, en el borde de su visión algo pareció moverse, hacia un lugar en el que había algo importante. Dämon sacudió la cabeza, lo único importante era matar. Se dirigió saltando a los últimos akuma que quedaban disparando, y mientras Sei gritaba en su interior, no se fijó hasta que ya era demasiado tarde.
Entre las cenizas del último akuma se giró despacio. Un akuma se dirigía hacia la chica. Sei se agitaba y le gritaba que hiciera algo, pero Dämon sonrió malignamente. A diferencia de Sei veía el poder de la muchacha. Y el akuma...si ella no era capaz de detenerlo lo alcanzaría en un parpadeo.
Tan solo susurró una cosa a la chica con una voz tan escalofriante que era imposible reconocer la de Sei:
-Mátalo Klein, sin compasión. Solo tienes que usarlo- y miró al abanico.
Invitado
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Re: Ataque a Transilvania~
[Off: Recuerden que Debitto es mal hablado, no se sientan ^^U]
Y cómodamente se sentaron sobre uno de los tejados de las edificaciones de el centro de la ciudad, tejado de una tienda de antigüedades que se encontraba abierta, pero sin sus dueños en el interior; seguramente habían salido para salvar sus vidas.
Escogieron dicho lugar para poder tener una vista panorámica al campo de batalla entre el exorcista y el Akuma. Su elección fue la adecuada, pues desde donde estaban podían ver todo sin perder detalle.
-Nee~ Devi -llamó Jasdero sin despegar la vista del joven que recién se había encontrado cara a cara con el Akuma con aspecto de caballero e incluso desde ahí se veía que la estupefacción lo mantenía pegado al suelo-, ¿no hemos visto ya a ese exorcista antes? -preguntó expresando su duda realizando un exagerado gestoo interrogante.
-Ahora que lo dices... -musitó el pelinegro fijándose más detenidamente en el chico. Entrecerró los ojos para enfocar la vista y un fugaz recuerdo asaltó su mente. Repentinamente dejó escapar una carcajada-, ese es el pendejo que acompañaba al maniático de los asesinatos -aclaró al rubio al recordar aquella visita a Canadá donde tuvieron que enfrentar al General Sócalo anteriormente.
-¡Verdad! Hii~ -exclamó el Noah al recordar su encuentro con el exorcista-. Entonces esto será muy divertido, Hee Hee~ -se regodeó pensando en que disfrutaría cada momento del espectáculo que estaba seguro que culminaría con la muerte del exorcista.
-No podrá contra el Nivel 3, es demasiado para ese pendejo -pensó con aquella sonrisa altanera y petulante adornando su rostro Devitto, seguro del triunfo de la máquina del Conde.
Por su parte, el Akuma había recibido de lleno el ataque con la inocencia yoyo del chico y la explosión impedía ver bien los resultados que habían causado en él. No obstante, cuando el humo comenzó a disiparse, el nivel tres lucía casi intacto, con apenas y un rasguño en su pecho de armadura. Antes que toda la estela de humo desapareciera, se lanzó a atacar a Ryota con sus filosas cuchillas que amenazaban constamente el cuello del joven. Por supuesto, el Akuma deseaba separar la cabeza del cuerpo y entregar lo primero a los Noah como un trofeo de su victoria sobre el Vaticano.
Y cómodamente se sentaron sobre uno de los tejados de las edificaciones de el centro de la ciudad, tejado de una tienda de antigüedades que se encontraba abierta, pero sin sus dueños en el interior; seguramente habían salido para salvar sus vidas.
Escogieron dicho lugar para poder tener una vista panorámica al campo de batalla entre el exorcista y el Akuma. Su elección fue la adecuada, pues desde donde estaban podían ver todo sin perder detalle.
-Nee~ Devi -llamó Jasdero sin despegar la vista del joven que recién se había encontrado cara a cara con el Akuma con aspecto de caballero e incluso desde ahí se veía que la estupefacción lo mantenía pegado al suelo-, ¿no hemos visto ya a ese exorcista antes? -preguntó expresando su duda realizando un exagerado gestoo interrogante.
-Ahora que lo dices... -musitó el pelinegro fijándose más detenidamente en el chico. Entrecerró los ojos para enfocar la vista y un fugaz recuerdo asaltó su mente. Repentinamente dejó escapar una carcajada-, ese es el pendejo que acompañaba al maniático de los asesinatos -aclaró al rubio al recordar aquella visita a Canadá donde tuvieron que enfrentar al General Sócalo anteriormente.
-¡Verdad! Hii~ -exclamó el Noah al recordar su encuentro con el exorcista-. Entonces esto será muy divertido, Hee Hee~ -se regodeó pensando en que disfrutaría cada momento del espectáculo que estaba seguro que culminaría con la muerte del exorcista.
-No podrá contra el Nivel 3, es demasiado para ese pendejo -pensó con aquella sonrisa altanera y petulante adornando su rostro Devitto, seguro del triunfo de la máquina del Conde.
Por su parte, el Akuma había recibido de lleno el ataque con la inocencia yoyo del chico y la explosión impedía ver bien los resultados que habían causado en él. No obstante, cuando el humo comenzó a disiparse, el nivel tres lucía casi intacto, con apenas y un rasguño en su pecho de armadura. Antes que toda la estela de humo desapareciera, se lanzó a atacar a Ryota con sus filosas cuchillas que amenazaban constamente el cuello del joven. Por supuesto, el Akuma deseaba separar la cabeza del cuerpo y entregar lo primero a los Noah como un trofeo de su victoria sobre el Vaticano.
Re: Ataque a Transilvania~
“Realmente es demasiado fuerte” pensó el chico no dejando de esquivar las filosas cuchillas cosa que era difícil y cada vez que las cuchillas pasaban por su rostro sentía la sensación de que en cualquier momento seria cortado pero aun así con mucho valor siguió esquivando mientras miraba el lugar donde estaban, algo que caracterizaba al chico es que siempre pensaba la forma de usar el campo a su favor y esta vez no era la excepción estaban peleando en una calle con muchos edificios algo que hizo sonreír levemente al chico dando un gran salto hacia atrás dejando el yoyo colgar de su dedo mirando confiado al akuma que había parado momentáneamente.
-Ja..- río aun nervioso mirando al akuma para luego señalarlo con la otra mano –¿sabes lo que diferencia aun akuma de un humano?- comento el chico mirando al akuma.
-Eso es obvio, ustedes son débiles comparados a nosotros- respondió riéndose el akuma poniéndose en posición de ataque con las cuchillas cruzadas.
-Error~~-respondió burlonamente el chico- Lo que nos diferencia es que nosotros tenemos sentimientos en comparación a ustedes, son solo maquinas que se les otorgo una vida para seguir ordenes y nosotros tenemos la capacidad de usar cualquier cosa a nuestro beneficio y te lo demostrare ahora- lo ultimo lo comento con una risa confiada mientras lanzaba el yoyo directo hacia el akuma pero cerrando los ojos el exorcista comenzó a reír nuevamente lanzando el brazo donde tenia atado el yoyo hacia un lado desviando la dirección del yoyo que iba hacia el akuma haciendo que tomara una nueva dirección y esta no era nada menos que uno de los edificios que estaban junto al akuma y cuando el yoyo choco con la pared del edificio el exorcista comenzó a reír mas fuerte mientras veía como con una explosión empezaban a caer pedazos de la pared de aquel edificio sobre el akuma impactándolo de lleno dejándolo enterrado.
-Esa es la diferencia entre tu y yo ¡¡akuma!!- volvió a atraer el yoyo hacia el para luego mirar el cielo un momento.
-Esto es por ti.. por lo que sufriste a manos de esas maquinas.. jamás se los perdonare- dijo cerrando los ojos mirando el hermoso cielo de aquella ciudad de Transilvania y soltando una lagrima para luego abrir los ojos mirando como el akuma se empezaba a levantar de los escombros como si nada.
-Me convertí en exorcista no solo por ser compatible con la inocencia si no para destruir maquinas asesinas como tu- dijo con un tono de voz mas enojado dejando ver nuevamente un brillo en sus ojos mas intenso de lo normal. Lanzo el yoyo hacia el cielo lo mas alto que le daba el hilo del yoyo que era extensamente largo y cuando estuvo el hilo tirante y firme el chico bajo la mano rápidamente haciendo que el yoyo en el cielo bajara a una velocidad impresionantemente rápida para luego impactar con el akuma nivel tres directamente.
Dio un suspiro mirando la gran explosión ocurrida, había mucho humo y esta explosión había sido mucho mas grande que la anterior –Si aun con esto no es suficiente tendré que usar el verdadero poder de mi inocencia en nivel dos…-comento con su otra mano dejando ver otro yoyo, el verdadero poder de su inocencia…
-Ja..- río aun nervioso mirando al akuma para luego señalarlo con la otra mano –¿sabes lo que diferencia aun akuma de un humano?- comento el chico mirando al akuma.
-Eso es obvio, ustedes son débiles comparados a nosotros- respondió riéndose el akuma poniéndose en posición de ataque con las cuchillas cruzadas.
-Error~~-respondió burlonamente el chico- Lo que nos diferencia es que nosotros tenemos sentimientos en comparación a ustedes, son solo maquinas que se les otorgo una vida para seguir ordenes y nosotros tenemos la capacidad de usar cualquier cosa a nuestro beneficio y te lo demostrare ahora- lo ultimo lo comento con una risa confiada mientras lanzaba el yoyo directo hacia el akuma pero cerrando los ojos el exorcista comenzó a reír nuevamente lanzando el brazo donde tenia atado el yoyo hacia un lado desviando la dirección del yoyo que iba hacia el akuma haciendo que tomara una nueva dirección y esta no era nada menos que uno de los edificios que estaban junto al akuma y cuando el yoyo choco con la pared del edificio el exorcista comenzó a reír mas fuerte mientras veía como con una explosión empezaban a caer pedazos de la pared de aquel edificio sobre el akuma impactándolo de lleno dejándolo enterrado.
-Esa es la diferencia entre tu y yo ¡¡akuma!!- volvió a atraer el yoyo hacia el para luego mirar el cielo un momento.
-Esto es por ti.. por lo que sufriste a manos de esas maquinas.. jamás se los perdonare- dijo cerrando los ojos mirando el hermoso cielo de aquella ciudad de Transilvania y soltando una lagrima para luego abrir los ojos mirando como el akuma se empezaba a levantar de los escombros como si nada.
-Me convertí en exorcista no solo por ser compatible con la inocencia si no para destruir maquinas asesinas como tu- dijo con un tono de voz mas enojado dejando ver nuevamente un brillo en sus ojos mas intenso de lo normal. Lanzo el yoyo hacia el cielo lo mas alto que le daba el hilo del yoyo que era extensamente largo y cuando estuvo el hilo tirante y firme el chico bajo la mano rápidamente haciendo que el yoyo en el cielo bajara a una velocidad impresionantemente rápida para luego impactar con el akuma nivel tres directamente.
Dio un suspiro mirando la gran explosión ocurrida, había mucho humo y esta explosión había sido mucho mas grande que la anterior –Si aun con esto no es suficiente tendré que usar el verdadero poder de mi inocencia en nivel dos…-comento con su otra mano dejando ver otro yoyo, el verdadero poder de su inocencia…
Invitado
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Re: Ataque a Transilvania~
Se mantuvo estática todo el tiempo, observando como el exorcista se encargaba de aquellas máquinas, sin embargo Jaylen, recordaba lo que este le había dicho sobre la creación de los Akuma, preguntándose cómo podía haber un alma en aquella monstruosidad… y lo que más importante sentía que era para ella, era comprender el por qué de todo ese nuevo mundo. ¿Akumas? ¿Demonios?... ¿Desde cuándo había existido esa lucha por desequilibrar la balanza a un bando a otro? ¿Cuánta gente habría muerto por esa causa, aún sin saber que existía tal?
Escuchó la voz de alguien, del chico, su tono distinto al que había usado hasta ese entonces. Sus ojos se posaron en aquel ser que se acercaba peligrosamente a ella, su cuerpo volvió a tensarse, las cosas no iban a terminar así, y por último tampoco quería seguir dando las pintas de una dama en apuros, hasta ese entonces se había valido por sí misma, no quería abusar ni de la amabilidad ni del sentido del deber de nadie. Dio un ligero golpe con sus dedos sobre el rosario, que se soltó del cinto con facilidad. Tomó el abanico antes que cayera al suelo y lo observó de reojo. Por encima de todo, Jaylen quería saber todo lo que pudiera acerca de ese mundo que le acababan de dar a conocer, por mucho esfuerzo y sufrimiento que eso pudiera llevarle.
Entrecerró los ojos, intentando una vez más escuchar algo que le diera a conocer que era lo que debía hacer, a la vez que esquivaba aquellos extraños ataques del Akuma. Sintió que su visión se volvía borrosa temporalmente, quizás el efecto del golpe en su frente, volvió a mirar de reojo el abanico, como esperando que hiciera algo él solo.
-Será ahora o nunca. –Le dijo con decisión. Observando al ser que estaba prácticamente sobre ella, y sonrió, si no era capaz de hacerlo en ese momento, tenía la sensación de que no podría hacerlo en ninguna otra ocasión, solo se trataba de escuchar.
Dio un par de saltos hacia atrás, intentando mantener la concentración en todo lo que podía escuchar, con los ojos abiertos le resultaba más difícil de lo normal. Volvió a escuchar los gritos, el miedo, incluso podía escuchar la respiración del chico exorcista, la suya propia y finalmente aquel silbido que tan solo podía oír débilmente, se hizo más fuerte clavando en su memoria a la fuerza un tono que a penas los animales podrían captar.
Aferró el abanico con fuerza, mientras saltaba hacia arriba haciendo una carabina en el aire, para esquivar el ataque del Akuma y aparentemente caer sobre él, esta vez Jaylen si cerró los ojos, a la vez que reproducía como podía el sonido que se había apostado en su cabeza. Durante unos segundos, que parecieron alargarse hasta hacerse eternas, sintió una extraña calidez emanar del abanico, aquello no debería haberle sorprendido sobre todo cuando el chico ya le había dicho que aquel objeto era especial, pero aún así lo hizo cuando sintió como el peso de este aumentaba, al igual que su tamaño. La calidez que había sentido durante aquel momento fue sustituido por el viento, que pareció rodearla tanto a ella como al abanico el cual tomó con fuerza desde su eje, y lo agitó con las fuerzas que tenía en ese momento, antes de caer al suelo de rodillas.
El viento que les había rodeado, salió precipitado hacia el Akuma, el cual no había perdido el tiempo y había vuelto a atacar una vez más a Jaylen, las ondas de viento que le había azuzado con el abanico se hundieron en el cuerpo de la maquina, descuartizándolo, en cuanto al último ataque lanzado por el Akuma impactaron contra el abanico sin llegar a rozar a la chica.
-… -Alzó levemente la mirada para posar sus ojos azules en el rosario que ahora rodeaba con fuerza su muñeca, su mano seguía agarrando con fuerza el eje del abanico, parecía haberse cortado en dos de sus dedos, entreabrió los labios para poder respirar con más facilidad, usando el propio abanico para poder tenerse en pie. –…Yo… … Estoy mareada. –Dijo finalmente, llevándose la mano libre a la cabeza, haciendo presión, y notando que el pañuelo parecía haber llegado a la capacidad máxima de absorción, con un poco de suerte, habría dejado de sangrar ya.
Escuchó la voz de alguien, del chico, su tono distinto al que había usado hasta ese entonces. Sus ojos se posaron en aquel ser que se acercaba peligrosamente a ella, su cuerpo volvió a tensarse, las cosas no iban a terminar así, y por último tampoco quería seguir dando las pintas de una dama en apuros, hasta ese entonces se había valido por sí misma, no quería abusar ni de la amabilidad ni del sentido del deber de nadie. Dio un ligero golpe con sus dedos sobre el rosario, que se soltó del cinto con facilidad. Tomó el abanico antes que cayera al suelo y lo observó de reojo. Por encima de todo, Jaylen quería saber todo lo que pudiera acerca de ese mundo que le acababan de dar a conocer, por mucho esfuerzo y sufrimiento que eso pudiera llevarle.
Entrecerró los ojos, intentando una vez más escuchar algo que le diera a conocer que era lo que debía hacer, a la vez que esquivaba aquellos extraños ataques del Akuma. Sintió que su visión se volvía borrosa temporalmente, quizás el efecto del golpe en su frente, volvió a mirar de reojo el abanico, como esperando que hiciera algo él solo.
-Será ahora o nunca. –Le dijo con decisión. Observando al ser que estaba prácticamente sobre ella, y sonrió, si no era capaz de hacerlo en ese momento, tenía la sensación de que no podría hacerlo en ninguna otra ocasión, solo se trataba de escuchar.
Dio un par de saltos hacia atrás, intentando mantener la concentración en todo lo que podía escuchar, con los ojos abiertos le resultaba más difícil de lo normal. Volvió a escuchar los gritos, el miedo, incluso podía escuchar la respiración del chico exorcista, la suya propia y finalmente aquel silbido que tan solo podía oír débilmente, se hizo más fuerte clavando en su memoria a la fuerza un tono que a penas los animales podrían captar.
Aferró el abanico con fuerza, mientras saltaba hacia arriba haciendo una carabina en el aire, para esquivar el ataque del Akuma y aparentemente caer sobre él, esta vez Jaylen si cerró los ojos, a la vez que reproducía como podía el sonido que se había apostado en su cabeza. Durante unos segundos, que parecieron alargarse hasta hacerse eternas, sintió una extraña calidez emanar del abanico, aquello no debería haberle sorprendido sobre todo cuando el chico ya le había dicho que aquel objeto era especial, pero aún así lo hizo cuando sintió como el peso de este aumentaba, al igual que su tamaño. La calidez que había sentido durante aquel momento fue sustituido por el viento, que pareció rodearla tanto a ella como al abanico el cual tomó con fuerza desde su eje, y lo agitó con las fuerzas que tenía en ese momento, antes de caer al suelo de rodillas.
El viento que les había rodeado, salió precipitado hacia el Akuma, el cual no había perdido el tiempo y había vuelto a atacar una vez más a Jaylen, las ondas de viento que le había azuzado con el abanico se hundieron en el cuerpo de la maquina, descuartizándolo, en cuanto al último ataque lanzado por el Akuma impactaron contra el abanico sin llegar a rozar a la chica.
-… -Alzó levemente la mirada para posar sus ojos azules en el rosario que ahora rodeaba con fuerza su muñeca, su mano seguía agarrando con fuerza el eje del abanico, parecía haberse cortado en dos de sus dedos, entreabrió los labios para poder respirar con más facilidad, usando el propio abanico para poder tenerse en pie. –…Yo… … Estoy mareada. –Dijo finalmente, llevándose la mano libre a la cabeza, haciendo presión, y notando que el pañuelo parecía haber llegado a la capacidad máxima de absorción, con un poco de suerte, habría dejado de sangrar ya.
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Re: Ataque a Transilvania~
Observó sonriendo como la joven acababa con el akuma sin mayor dificultad. La muerte del akuma le produjo una profunda satisfacción a pesar de no haber sido el su asesino. Simplemente se alegraba de ver sangre. Comenzó a reirse pero su cuerpo tembló. Se dobló sobre si mismo mientras un dolor agudo estallaba en su cabeza. Respirando con dificultad se alzó de nuevo y contempló a la chica con una mueca burlona. Y todo por aquella pequeña. Realmente Sei lo enojaba por molestarse por algo tan...absurdo.
-Tsk, Sei realmente estás preocupado por la chica- murmuró Dämon sonriendo- Bien, supongo que ya no me dejarás jugar más con los akuma, ya deberías saber que una insignificante exorcista en proceso de descubrir que no es tan débil como parece jamás podría atraer mi atención y mucho menos mi interés. En fin, dejemos salir al preocupado padre antes de que me provoque un incurable dolor de cabeza.
Y llevándose una mano a la cabeza a modo de despedida para la chica, se relajó cerrando los ojos un instante.
Al abrirlos de nuevo, el demonio había dejado paso a un Sei azotado por un sentimiento de culpa.
Se acercó preocupado a la chica, que según parecía se había mareado.
Sonriendo un poco más tranquilo al ver que estaba ilesa, le puso una mano en la cabeza y le revolvió el pelo.
-Vaya susto me has dado klein- y suspiró riéndose suavemente- pero la pequeña mujercita parece que no necesita un principe que la salve, y me alegro mucho por eso. Eres muy especial, klein, y tu abanico está formado por la única cosa que puede derrotar a un akuma, la inocencia. No me preguntes porqué escoge a quien escoge, ni siquiera yo tengo respuesta para eso, pero lo que sí sé es que te ha elegido como compañera y debes comprender que eso te da unas ventajas y unas obligaciones con respecto al resto de humanos.-
Esbozó una sonrisa cansada y miró a los profundos ojos de la chica- Pero de momento lo único que debes saber es que te puede salvar la vida si te encuentras con un monstruo y jamás dejes que te alcance uno de sus disparos, jamás... aunque de momento intentes hacer nada peligroso y no te preocupes por los akuma porque yo estoy contigo y no me iré a ningún lado- le revolvió de nuevo el pelo y alzó la vista al cielo- y te protegeré aunque me vaya la vida en ello.
Se incorporó y observó los alrededores en busca de más akuma. Al parecer los ataques habían bajado de intensidad porqué ya no se oían tantos gritos. O simplemente ya no había nadie que pudiera gritar.
Contento con su registro pero sin bajar ni un momento la guardia, se agachó de nuevo para coger a la chica a la espalda.
Mientras corría sintió sobre el una profunda sensación que le golpeó como un puñetazo. Allí había algo más que simples akuma nivel 1. Y su presencia lo innundaba todo. No tenía duda de que sabía donde estaban el y la chica, ahora solo tocaba adivinar cuando se cansaría de jugar con ellos.
Maldijo entre dientes y aceleró la carrera por las lúgubres calles del extraradio. Tenía que sacarla de alli. Y tenía que hacerlo pronto.
-Tsk, Sei realmente estás preocupado por la chica- murmuró Dämon sonriendo- Bien, supongo que ya no me dejarás jugar más con los akuma, ya deberías saber que una insignificante exorcista en proceso de descubrir que no es tan débil como parece jamás podría atraer mi atención y mucho menos mi interés. En fin, dejemos salir al preocupado padre antes de que me provoque un incurable dolor de cabeza.
Y llevándose una mano a la cabeza a modo de despedida para la chica, se relajó cerrando los ojos un instante.
Al abrirlos de nuevo, el demonio había dejado paso a un Sei azotado por un sentimiento de culpa.
Se acercó preocupado a la chica, que según parecía se había mareado.
Sonriendo un poco más tranquilo al ver que estaba ilesa, le puso una mano en la cabeza y le revolvió el pelo.
-Vaya susto me has dado klein- y suspiró riéndose suavemente- pero la pequeña mujercita parece que no necesita un principe que la salve, y me alegro mucho por eso. Eres muy especial, klein, y tu abanico está formado por la única cosa que puede derrotar a un akuma, la inocencia. No me preguntes porqué escoge a quien escoge, ni siquiera yo tengo respuesta para eso, pero lo que sí sé es que te ha elegido como compañera y debes comprender que eso te da unas ventajas y unas obligaciones con respecto al resto de humanos.-
Esbozó una sonrisa cansada y miró a los profundos ojos de la chica- Pero de momento lo único que debes saber es que te puede salvar la vida si te encuentras con un monstruo y jamás dejes que te alcance uno de sus disparos, jamás... aunque de momento intentes hacer nada peligroso y no te preocupes por los akuma porque yo estoy contigo y no me iré a ningún lado- le revolvió de nuevo el pelo y alzó la vista al cielo- y te protegeré aunque me vaya la vida en ello.
Se incorporó y observó los alrededores en busca de más akuma. Al parecer los ataques habían bajado de intensidad porqué ya no se oían tantos gritos. O simplemente ya no había nadie que pudiera gritar.
Contento con su registro pero sin bajar ni un momento la guardia, se agachó de nuevo para coger a la chica a la espalda.
Mientras corría sintió sobre el una profunda sensación que le golpeó como un puñetazo. Allí había algo más que simples akuma nivel 1. Y su presencia lo innundaba todo. No tenía duda de que sabía donde estaban el y la chica, ahora solo tocaba adivinar cuando se cansaría de jugar con ellos.
Maldijo entre dientes y aceleró la carrera por las lúgubres calles del extraradio. Tenía que sacarla de alli. Y tenía que hacerlo pronto.
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Re: Ataque a Transilvania~
El monólogo del exorcista interesó bastante a los Noah, no por la emoción que imprimía Ryota en cada palabra, sino por la convicción que había en ellas. ¿Acaso no podía ser algo más... cómico aquello?
-Parece emocionado, Hii~ -observó Jasdero inocentemente sin siquiera inmutarse por ello, sino diciéndolo casi por decir algo.
-Como sea. Sólo escuché un molesto: Blah, Blah, Blah -dijo por su parte Devitto, a quien ya le estaba mosqueando la actitud del chico, quien ya creía que también tenía el "complejo de héroe"-. Ojalá y los otros Akumas hallan acabado ya con el otro exorcista -comentó resoplando aburrido por la situación.
La gran cantidad de ataques enviados hacia el Akuma fueron recibidos por éste en su totalidad, defendiéndose con sus brillantes brazos cubiertos por su armadura. Luego de la última gran explosión, una enorme cantidad de polvo y humo impidió que la visibilidad fuese siquiera buena. Sólo unos sonidos parecidos al metal entrechocar llenaba el ambiente, augurando algo nada muy bueno.
-Y se viene lo bueno -pronunciaron los Noah al captar aquel sonido.
Antes que la nube de humo y polvo se disipara en su totalidad, el Akuma corrió en dirección al exorcista con sus filosas cuchillas. Los ataques habían causado más daño que el anterior, no sólo por la cantidad sino por la intensidad de ellos, mas no fue absolutamente suficiente para derrotarlo. Aún estaba en forma como para seguir luchando con él.
-¿Eso es todo? Entonces te acabaré rápida y dolorosamente -sentenció con confianza y, al estar ya a poca distancia del exorcista, cruzando sus cuchillas para dar un par de cortes en diagonal formando una cruz.
-Había olvidado lo divertido que era ver a un Nivel tres contra un exorcista -comentó el pelinegro.
-Siií, Hii~ -concordó el rubio ampliando su sonrisa.
-Parece emocionado, Hii~ -observó Jasdero inocentemente sin siquiera inmutarse por ello, sino diciéndolo casi por decir algo.
-Como sea. Sólo escuché un molesto: Blah, Blah, Blah -dijo por su parte Devitto, a quien ya le estaba mosqueando la actitud del chico, quien ya creía que también tenía el "complejo de héroe"-. Ojalá y los otros Akumas hallan acabado ya con el otro exorcista -comentó resoplando aburrido por la situación.
La gran cantidad de ataques enviados hacia el Akuma fueron recibidos por éste en su totalidad, defendiéndose con sus brillantes brazos cubiertos por su armadura. Luego de la última gran explosión, una enorme cantidad de polvo y humo impidió que la visibilidad fuese siquiera buena. Sólo unos sonidos parecidos al metal entrechocar llenaba el ambiente, augurando algo nada muy bueno.
-Y se viene lo bueno -pronunciaron los Noah al captar aquel sonido.
Antes que la nube de humo y polvo se disipara en su totalidad, el Akuma corrió en dirección al exorcista con sus filosas cuchillas. Los ataques habían causado más daño que el anterior, no sólo por la cantidad sino por la intensidad de ellos, mas no fue absolutamente suficiente para derrotarlo. Aún estaba en forma como para seguir luchando con él.
-¿Eso es todo? Entonces te acabaré rápida y dolorosamente -sentenció con confianza y, al estar ya a poca distancia del exorcista, cruzando sus cuchillas para dar un par de cortes en diagonal formando una cruz.
-Había olvidado lo divertido que era ver a un Nivel tres contra un exorcista -comentó el pelinegro.
-Siií, Hii~ -concordó el rubio ampliando su sonrisa.
Re: Ataque a Transilvania~
Era realmente fuerte aquel akuma increíblemente después de haber recibido dos ataques del chico podía aun moverse y lo peor es que aun podía luchar, después de todo era un akuma nivel tres, su fuerza era increíble al igual que su resistencia no había ni punto de comparación con un nivel dos y el joven exorcista ya no tenia opción tendría que usar todo el poder de su inocencia aun que aun no la controlaba muy bien.
Tras el akuma lograr levantarse nuevamente del ataque corrió con las cuchillas para tratar de impactarle al chico un golpe en forma de una cruz a lo que el solo pudo reaccionar algo lento dando dos pasos hacia atrás evitando la gran parte del golpe pero aun así impactándole en el pecho y dejando unas heridas profundas que al instante empezaron a sangrar.
-Creo que te subestime… akuma..- comento con dificultad llevándose un mano al pecho donde empezaba a caer sangre –Pero aun puedo pelear jeje- dijo mientras sacaba de su bolsillo otro yoyo que cuando activo el nivel dos de su inocencia había aparecido.
-No quería usar esto tan pronto pero no queda otra- dijo poniéndose el yoyo en el dedo índice de la otra mano.
-Como si eso hiciera alguna diferencia entre ambos- comento el akuma mirando al chico ¿Qué podría hacer con otro yoyo? Solo conseguiría el mismo resultado, la muerte…pensaba el akuma poniéndose nuevamente en posición de ataque con los brazos cruzados.
-Bueno allá vamos- dijo lanzando el primer yoyo hacia la cabeza del akuma y este retrocedió pero no se dio cuenta que el otro yoyo había sido lanzado hacia las piernas del akuma no pudiendo evitar este ataque y obviamente haciendo su respectiva explosión.
-Ja, ¿no decías que esto no haría mucha diferencia?- rió el chico viendo al akuma levantarse nuevamente y lanzándose al ataque a lo que el chico ya habiendo traído sus yoyos hacia el para luego lanzarlos a los edificios cercanos al akuma para que estos cayeran sobre este pero el akuma dio un salto hacia atrás esquivándolos y cuando las paredes cayeron dejando levantar algo de polvo el chico aun herido y sufriendo silenciosamente salto sobre los escombros para luego lanzarle el primer yoyo hacia la cabeza del akuma que tras una rápida reacción y posicionarse en el piso bloqueo con ambas manos-cuchillas el ataque del chico pero lo que no vio venir fue el segundo yoyo que le dio de lleno en el estomago lanzándolo contra un edificio y luego haciendo la respectiva explosión y para asegurarse nuevamente el chico corrió hacia el trayendo consigo ambos yoyos y luego lanzarlos al aire y bajarlos rápidamente dando un doble golpe a los escombros donde estaba el akuma haciendo una muy grande explosión.
Tras el akuma lograr levantarse nuevamente del ataque corrió con las cuchillas para tratar de impactarle al chico un golpe en forma de una cruz a lo que el solo pudo reaccionar algo lento dando dos pasos hacia atrás evitando la gran parte del golpe pero aun así impactándole en el pecho y dejando unas heridas profundas que al instante empezaron a sangrar.
-Creo que te subestime… akuma..- comento con dificultad llevándose un mano al pecho donde empezaba a caer sangre –Pero aun puedo pelear jeje- dijo mientras sacaba de su bolsillo otro yoyo que cuando activo el nivel dos de su inocencia había aparecido.
-No quería usar esto tan pronto pero no queda otra- dijo poniéndose el yoyo en el dedo índice de la otra mano.
-Como si eso hiciera alguna diferencia entre ambos- comento el akuma mirando al chico ¿Qué podría hacer con otro yoyo? Solo conseguiría el mismo resultado, la muerte…pensaba el akuma poniéndose nuevamente en posición de ataque con los brazos cruzados.
-Bueno allá vamos- dijo lanzando el primer yoyo hacia la cabeza del akuma y este retrocedió pero no se dio cuenta que el otro yoyo había sido lanzado hacia las piernas del akuma no pudiendo evitar este ataque y obviamente haciendo su respectiva explosión.
-Ja, ¿no decías que esto no haría mucha diferencia?- rió el chico viendo al akuma levantarse nuevamente y lanzándose al ataque a lo que el chico ya habiendo traído sus yoyos hacia el para luego lanzarlos a los edificios cercanos al akuma para que estos cayeran sobre este pero el akuma dio un salto hacia atrás esquivándolos y cuando las paredes cayeron dejando levantar algo de polvo el chico aun herido y sufriendo silenciosamente salto sobre los escombros para luego lanzarle el primer yoyo hacia la cabeza del akuma que tras una rápida reacción y posicionarse en el piso bloqueo con ambas manos-cuchillas el ataque del chico pero lo que no vio venir fue el segundo yoyo que le dio de lleno en el estomago lanzándolo contra un edificio y luego haciendo la respectiva explosión y para asegurarse nuevamente el chico corrió hacia el trayendo consigo ambos yoyos y luego lanzarlos al aire y bajarlos rápidamente dando un doble golpe a los escombros donde estaba el akuma haciendo una muy grande explosión.
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Re: Ataque a Transilvania~
El abanico se encogió en el mismo momento en el que Jaylen escuchó esa voz de nuevo, que le obligó a mirarle directamente a los ojos, solo fue un susurro y luego ese gesto extraño por parte del exorcista. Sonrió, cuando le revolvió él pelo, observándole con algo de curiosidad y preocupación, empezaba a molestarle… más bien a hacerle sentir culpable que se preocupara por ella, pero no dijo nada, se limitó a asentir cuando creía que era conveniente, su cabeza empezaba a darle vueltas, estaba mareada ya lo había dicho.
Agradeció en silencio que volviera a cargarla en la espalda, sintiéndose levemente intimidada por la última frase del exorcista, o quizás incomoda, no sabía cómo terminar de procesar ese tipo de palabras sobre todo cuando no las escuchaba muy a menudo…
-Fiù… ¿Hay gente que… habrá podido escapar, verdad? –Preguntó en un susurro, a la vez que se aferraba un poco más a él al sentir que su mareo se acentuaba… ¿Cuán grave había sido su herida? ¿Cuánta sangre había perdido?
Cerró los ojos una vez más, intentando concentrarse en otras cosas que le permitieran seguir consciente, la ciudad parecía sumirse en una calma extraña, ya no podía sentir el terror, ni el miedo, ni el caos, solo quedaba silencio y muerte. Una sensación que le produjo un escalofrío, le hizo plantearse una vez más, cuanta gente habría sobrevivido luego de ese ataque sin sentido. Había descubierto muchas cosas, pero aún era demasiado pronto como para que no le pesara toda aquella situación. Aprendería a asimilarlo, a aceptarlo, ya no quedaba otro remedio.
Los parpados de la chica de ojos azules se abrieron de par en par. No sabía desde cuando, o donde exactamente, pero en el mismo momento en que había logrado relajarse pudo captarlo. Una extraña presencia, siniestra y oscura. Sintió como una gota de sudor frío caía por uno de los lados de su rostro, su cuerpo pareció tensarse de pronto, al escuchar de nuevo algo peligroso, por inercia sus manos apretaron con más fuerza los hombros del chico, sus labios se abrieron en un intento de poder decir algo, pero no salió ni una sola palabra de su boca. Algo les miraba, traía el mismo sonido de muerte que había inundado la ciudad y parecía estar pasándolo bien creando en ellos esa sensación de peligro constante… ¿Quería que perdieran los nervios?
Jaylen siempre había dicho que solo temía lo que no conocía, y en pocas horas había sido testigo de… muchas cosas nuevas para ella, aún desconocidas, y aunque supiera de su existencia, el hecho de no saber absolutamente nada a excepción de lo básico y la pequeña tensión y el no saber cuándo aquello que fuera iba decidir ir a por ellos, le hacía sentirse débil por el miedo que parecía que parecía ir apostándose poco a poco dentro de ella.
Chasqueó la lengua algo molesta consigo misma, logrando centrarse en lo que había a su alrededor, intentando buscar algo que le diera un indicio de que era lo que les estaba observando y cómo lograba estar casi encima de ellos todo el tiempo.
-Fiù… -Dijo en un susurro, cuando algo pareció al fin, captar su atención. – ¿Es posible que esas cosas manejen las sombras? Porque, puede ser que me esté equivocando y tenga alucinaciones, pero juraría que nuestras sombras, son totalmente diferentes a como deberían ser… En realidad incluso las de los edificios son… extrañas.
Agradeció en silencio que volviera a cargarla en la espalda, sintiéndose levemente intimidada por la última frase del exorcista, o quizás incomoda, no sabía cómo terminar de procesar ese tipo de palabras sobre todo cuando no las escuchaba muy a menudo…
-Fiù… ¿Hay gente que… habrá podido escapar, verdad? –Preguntó en un susurro, a la vez que se aferraba un poco más a él al sentir que su mareo se acentuaba… ¿Cuán grave había sido su herida? ¿Cuánta sangre había perdido?
Cerró los ojos una vez más, intentando concentrarse en otras cosas que le permitieran seguir consciente, la ciudad parecía sumirse en una calma extraña, ya no podía sentir el terror, ni el miedo, ni el caos, solo quedaba silencio y muerte. Una sensación que le produjo un escalofrío, le hizo plantearse una vez más, cuanta gente habría sobrevivido luego de ese ataque sin sentido. Había descubierto muchas cosas, pero aún era demasiado pronto como para que no le pesara toda aquella situación. Aprendería a asimilarlo, a aceptarlo, ya no quedaba otro remedio.
Los parpados de la chica de ojos azules se abrieron de par en par. No sabía desde cuando, o donde exactamente, pero en el mismo momento en que había logrado relajarse pudo captarlo. Una extraña presencia, siniestra y oscura. Sintió como una gota de sudor frío caía por uno de los lados de su rostro, su cuerpo pareció tensarse de pronto, al escuchar de nuevo algo peligroso, por inercia sus manos apretaron con más fuerza los hombros del chico, sus labios se abrieron en un intento de poder decir algo, pero no salió ni una sola palabra de su boca. Algo les miraba, traía el mismo sonido de muerte que había inundado la ciudad y parecía estar pasándolo bien creando en ellos esa sensación de peligro constante… ¿Quería que perdieran los nervios?
Jaylen siempre había dicho que solo temía lo que no conocía, y en pocas horas había sido testigo de… muchas cosas nuevas para ella, aún desconocidas, y aunque supiera de su existencia, el hecho de no saber absolutamente nada a excepción de lo básico y la pequeña tensión y el no saber cuándo aquello que fuera iba decidir ir a por ellos, le hacía sentirse débil por el miedo que parecía que parecía ir apostándose poco a poco dentro de ella.
Chasqueó la lengua algo molesta consigo misma, logrando centrarse en lo que había a su alrededor, intentando buscar algo que le diera un indicio de que era lo que les estaba observando y cómo lograba estar casi encima de ellos todo el tiempo.
-Fiù… -Dijo en un susurro, cuando algo pareció al fin, captar su atención. – ¿Es posible que esas cosas manejen las sombras? Porque, puede ser que me esté equivocando y tenga alucinaciones, pero juraría que nuestras sombras, son totalmente diferentes a como deberían ser… En realidad incluso las de los edificios son… extrañas.
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Re: Ataque a Transilvania~
-Fiù… ¿Hay gente que… habrá podido escapar, verdad? –Preguntó en un susurro, a la vez que se aferraba un poco más a él .
Ya tardaba en hacer la pregunta. Sei respondió para sus adentros con un rotundo no. Si había escapado alguien sería por puro milagro y desde luego el no creía en los milagros. Pero para qué preocupar a la chica con aquellas cosas. Ya bastante tenía ella con preocuparse de si misma.
Asintió casi imperceptiblemente y la apretó un poco más para reconfortarla. De pronto, mientras vigilaba algo se movió en el límite de su visión periférica. Era algo casi mas extrasensorial que algo visible. Entrecerró los ojos y apretó la mandíbula pero siguió corriendo.
En su espalda Jaylen se tensó y Sei la notó fría y débil. Sorprendido se dió cuenta de que había sentido aquella maldita presencia que se alzaba como una trampa infernal sobre ellos, controlando sus movimientos pero sin hacer nada. Y quizás aquello era lo peor, la tensión constante de sus sentidos que llegado el punto, el propio cuerpo deseaba que ocurriera algo, lo que fuera, con tal de poder romperla.
Iba a hablarle a la chica pero de nuevo se sintió alertado por algo que no podía ver exactamente. Comenzó a frenar y a volver sus pasos mucho más cautelosos. Su cuerpo se agitaba y la sangre comenzaba a calentarse. Akuma.
Pero de pronto la muchacha le dirigió la palabra. Sei se alegró al ver que ella también se había dado cuenta. Quizás no le necesitara tanto como el creía.
-Fiù… -Dijo en un susurro– ¿Es posible que esas cosas manejen las sombras? Porque, puede ser que me esté equivocando y tenga alucinaciones, pero juraría que nuestras sombras, son totalmente diferentes a como deberían ser… En realidad incluso las de los edificios son… extrañas...
Entonces lo comprendió. Aquello no era un simple akuma nivel 1.
Frenó en medio de una calle bastante amplia, y bajó a Jaylen de sus hombros. La empujó con el brazo hasta unos soportales y se dio la vuelta.
Mientras caminaba le habló sin mirar atrás.
-Quédate ahí, no te muevas y no hagas ningún ruido. Si no puedes mirar cierra los ojos, pero bajo ningún concepto salgas de ahí. Me pase lo que me pase a mi. -se dio la vuelta entonces para mirarla con los ojos cerrados y una sonrisa inocente pintada en su cara- Si muero...corre.
Y activó su inocencia. Dämon poseyó su cuerpo enardecido por aquella presencia mucho más fuerte que simples niveles 1.
Plantado e medio de la calle un viento le agitó el pelo pero el no se movió ni un cm. Solo sus ojos recorrían cada rincón de la calle, cada extraña sombra... y allí en las sombras estaba la respuesta.
De una de las más alejadas surgió una cabeza con pelo rosa y una máscara de arlequín , luego le siguió un cuerpo de bailarina, y después unos pies de payaso.... y nada estaba unido entre si.
Los trozos se acercaron hasta apenas unos 10 m de Sei, y entonces comenzaron a girar y a colocarse unos encima de otros. Terminado el monstruo parecía un grotesco payaso.
-Lalalalala- el ser comenzó a cantar una escalofriante cancioncilla con voz de niña- Era un lindo exorcista que quería encontrar a su hermaniiiita- Dämon ni se inmutó pero Sei sintió como si le clavaran un cristal en el alma- pero los akuma malos ya habían descuartizado su dulce dulce cuerpeciiito....- Dämon comenzó a temblar afectado por las truculentas emociones de Sei.
-Maldita sea, tranquilízate idiota, está mintiendo- le gritó interiormente a Sei. Le preocupaba que el akuma pudiera leer las emociones de la gente. Dämon no tenía problema con aquello pero mientras Sei siguiera controlándole el akuma podría leer en el y usar sus sentimientos en su contra.
El akuma se dirigió unos pasos a la derecha y Dämon lo miró macabramente.
-Y que regalo esconde mi querido exorcista tras esa columniiiita...¿será acaso su nueva....-su voz cambió de pronto volviéndose grave y amenazadora mientras se lanzaba sobre los soportales- HERMANIIITA?
Dämon reaccionó ignorando el aullido de odio de Sei, se lanzó sobre el akuma por el mero hecho de destruirlo. Pero los sentimientos de Sei lo alteraban y desconcentraban.
Cuando lanzaba el puñetazo se dio cuenta de que el akuma sabía lo que hacía y se había girado para recibirlo. Esquivó su puño y le lanzó algo negro que surgió de sus pies directamente al estómago, arrojándolo contra la fachada de los edificios de enfrente.
Se estrelló con un ruido sordo de huesos contra el muro y una nube de polvo. Su cabeza quedo colgando hacia delante, con el pelo tapando su rostro.
El akuma reía contento, usando de nuevo su voz infantil y se acercó hasta quedar a unos centímetros de Dämon.
-Ooooh, Sei-dono no se habrá mueeerto verdad?? - alzó uno de sus brazos y de el surgió una especie de cosa negra alargada que se enroscó alrededor del cuello de Dämon y lo estranguló.- Levante la cabeza Sei-dono quiero ver el terror reflejado en sus ojos mientras la muerte se apodera de su alma. Jamás podrá ver a su hermana ni salvar a esa cría de ahi!-le gritó usando de nuevo la voz adulta para luego reírse infantilmente mientras apretaba cada vez más.
Dämon no pensaba. Sei aullaba de ira, dolor y preocupación. Dämon comenzó a esbozar una lenta sonrisa. Si concentraba todos los sentimientos de Sei, el objetivo era tan solo la muerte del akuma. Daba igual el resto de buenas intenciones a el le importaban muy poco la chica y la hermana de Sei, si al matar a aquel akuma conseguía eso, pues que se alegrara su parte estúpida pero para el solo había una cosa y en aquel momento Sei también lo deseaba. Cualquier otro sentimiento despareció por completo. Era como si Sei se hubiera ido. Era muerte lo que quería y muerte, lo que Dämon le daría.
Alzó el rostro levemente, siendo consciente de que la sangre le goteaba desde la frente, bajando por un ojo hasta la mandíbula. Sacó la lengua y la saboreó.
El akuma se apartó de pronto y lo miró con sorpresa y...miedo.
-Tu no eres Sei-dono.
Una sonrisa cruel se extendió por su boca. La inocencia comenzó a brillar muchísimo más que antes y las llamas crecieron en intensidad y tamaño.
El akuma se apartó otro paso y lo señaló de nuevo.
-TU NO ERES SEI-DONO!!!QUÉ ERES??- la voz le temblaba.
Dämon abrió los ojos por fin y lentamente los alzó para clavarlos en los pozos negros sin vida que eran los del akuma.
-QUIEN ERES??- el akuma gritaba mucho.
Dämon se incorporó y apoyó su mano izquierda sobre su pecho descubierto, pues la chaqueta se había abierto de todo. Las llamas acariciaron su piel y notó como su corazón latía desenfrenadamente. Pero nada de aquello se reflejaba en la cruel expresión de su rostro. El calor comenzó a aumentar en el espacio que lo rodeaba y un papel que había en el suelo ardió por combustión espontánea. Pequeñas cenizas incandescentes iluminaban la creciente oscuridad que se extendía en el atardecer de la ciudad.
El akuma se apartaba cuanto podía del fuego y el calor. Su máscara ya no parecía tan alegre.
-QUÉ DEMONIOS ERES??- gritando se lanzó sobre Dämon.
Eso era lo que había estado esperando. Aprovechando el impulso del akuma que no podía frenar su desplazamiento se lanzó corriendo y quedó colocado a unos cm de la mácara.
Mientras dirigía su puño envuelto en llamas hacia el estómago de aquella máquina le susurró con una sonrisa tenebrosa que enseñaba todos sus dientes:
-Solo soy lo que acabas de decir en singular... un demonio.
Y mientras el akuma lo miraba con el terror de la comprensión en sus ojos estrelló el puño contra su objetivo, lanzándolo contra una fachada y haciendo que atravesará el edificio para quedarse empotrado en el siguiente. El polvo lo envolvió y Dämon se lanzó riendo macabramente mientras una sádica felicidad ante la lucha ocupaba todos sus poros.
Lo único que ocupaba sus pensamientos era... matar.
Ya tardaba en hacer la pregunta. Sei respondió para sus adentros con un rotundo no. Si había escapado alguien sería por puro milagro y desde luego el no creía en los milagros. Pero para qué preocupar a la chica con aquellas cosas. Ya bastante tenía ella con preocuparse de si misma.
Asintió casi imperceptiblemente y la apretó un poco más para reconfortarla. De pronto, mientras vigilaba algo se movió en el límite de su visión periférica. Era algo casi mas extrasensorial que algo visible. Entrecerró los ojos y apretó la mandíbula pero siguió corriendo.
En su espalda Jaylen se tensó y Sei la notó fría y débil. Sorprendido se dió cuenta de que había sentido aquella maldita presencia que se alzaba como una trampa infernal sobre ellos, controlando sus movimientos pero sin hacer nada. Y quizás aquello era lo peor, la tensión constante de sus sentidos que llegado el punto, el propio cuerpo deseaba que ocurriera algo, lo que fuera, con tal de poder romperla.
Iba a hablarle a la chica pero de nuevo se sintió alertado por algo que no podía ver exactamente. Comenzó a frenar y a volver sus pasos mucho más cautelosos. Su cuerpo se agitaba y la sangre comenzaba a calentarse. Akuma.
Pero de pronto la muchacha le dirigió la palabra. Sei se alegró al ver que ella también se había dado cuenta. Quizás no le necesitara tanto como el creía.
-Fiù… -Dijo en un susurro– ¿Es posible que esas cosas manejen las sombras? Porque, puede ser que me esté equivocando y tenga alucinaciones, pero juraría que nuestras sombras, son totalmente diferentes a como deberían ser… En realidad incluso las de los edificios son… extrañas...
Entonces lo comprendió. Aquello no era un simple akuma nivel 1.
Frenó en medio de una calle bastante amplia, y bajó a Jaylen de sus hombros. La empujó con el brazo hasta unos soportales y se dio la vuelta.
Mientras caminaba le habló sin mirar atrás.
-Quédate ahí, no te muevas y no hagas ningún ruido. Si no puedes mirar cierra los ojos, pero bajo ningún concepto salgas de ahí. Me pase lo que me pase a mi. -se dio la vuelta entonces para mirarla con los ojos cerrados y una sonrisa inocente pintada en su cara- Si muero...corre.
Y activó su inocencia. Dämon poseyó su cuerpo enardecido por aquella presencia mucho más fuerte que simples niveles 1.
Plantado e medio de la calle un viento le agitó el pelo pero el no se movió ni un cm. Solo sus ojos recorrían cada rincón de la calle, cada extraña sombra... y allí en las sombras estaba la respuesta.
De una de las más alejadas surgió una cabeza con pelo rosa y una máscara de arlequín , luego le siguió un cuerpo de bailarina, y después unos pies de payaso.... y nada estaba unido entre si.
Los trozos se acercaron hasta apenas unos 10 m de Sei, y entonces comenzaron a girar y a colocarse unos encima de otros. Terminado el monstruo parecía un grotesco payaso.
-Lalalalala- el ser comenzó a cantar una escalofriante cancioncilla con voz de niña- Era un lindo exorcista que quería encontrar a su hermaniiiita- Dämon ni se inmutó pero Sei sintió como si le clavaran un cristal en el alma- pero los akuma malos ya habían descuartizado su dulce dulce cuerpeciiito....- Dämon comenzó a temblar afectado por las truculentas emociones de Sei.
-Maldita sea, tranquilízate idiota, está mintiendo- le gritó interiormente a Sei. Le preocupaba que el akuma pudiera leer las emociones de la gente. Dämon no tenía problema con aquello pero mientras Sei siguiera controlándole el akuma podría leer en el y usar sus sentimientos en su contra.
El akuma se dirigió unos pasos a la derecha y Dämon lo miró macabramente.
-Y que regalo esconde mi querido exorcista tras esa columniiiita...¿será acaso su nueva....-su voz cambió de pronto volviéndose grave y amenazadora mientras se lanzaba sobre los soportales- HERMANIIITA?
Dämon reaccionó ignorando el aullido de odio de Sei, se lanzó sobre el akuma por el mero hecho de destruirlo. Pero los sentimientos de Sei lo alteraban y desconcentraban.
Cuando lanzaba el puñetazo se dio cuenta de que el akuma sabía lo que hacía y se había girado para recibirlo. Esquivó su puño y le lanzó algo negro que surgió de sus pies directamente al estómago, arrojándolo contra la fachada de los edificios de enfrente.
Se estrelló con un ruido sordo de huesos contra el muro y una nube de polvo. Su cabeza quedo colgando hacia delante, con el pelo tapando su rostro.
El akuma reía contento, usando de nuevo su voz infantil y se acercó hasta quedar a unos centímetros de Dämon.
-Ooooh, Sei-dono no se habrá mueeerto verdad?? - alzó uno de sus brazos y de el surgió una especie de cosa negra alargada que se enroscó alrededor del cuello de Dämon y lo estranguló.- Levante la cabeza Sei-dono quiero ver el terror reflejado en sus ojos mientras la muerte se apodera de su alma. Jamás podrá ver a su hermana ni salvar a esa cría de ahi!-le gritó usando de nuevo la voz adulta para luego reírse infantilmente mientras apretaba cada vez más.
Dämon no pensaba. Sei aullaba de ira, dolor y preocupación. Dämon comenzó a esbozar una lenta sonrisa. Si concentraba todos los sentimientos de Sei, el objetivo era tan solo la muerte del akuma. Daba igual el resto de buenas intenciones a el le importaban muy poco la chica y la hermana de Sei, si al matar a aquel akuma conseguía eso, pues que se alegrara su parte estúpida pero para el solo había una cosa y en aquel momento Sei también lo deseaba. Cualquier otro sentimiento despareció por completo. Era como si Sei se hubiera ido. Era muerte lo que quería y muerte, lo que Dämon le daría.
Alzó el rostro levemente, siendo consciente de que la sangre le goteaba desde la frente, bajando por un ojo hasta la mandíbula. Sacó la lengua y la saboreó.
El akuma se apartó de pronto y lo miró con sorpresa y...miedo.
-Tu no eres Sei-dono.
Una sonrisa cruel se extendió por su boca. La inocencia comenzó a brillar muchísimo más que antes y las llamas crecieron en intensidad y tamaño.
El akuma se apartó otro paso y lo señaló de nuevo.
-TU NO ERES SEI-DONO!!!QUÉ ERES??- la voz le temblaba.
Dämon abrió los ojos por fin y lentamente los alzó para clavarlos en los pozos negros sin vida que eran los del akuma.
-QUIEN ERES??- el akuma gritaba mucho.
Dämon se incorporó y apoyó su mano izquierda sobre su pecho descubierto, pues la chaqueta se había abierto de todo. Las llamas acariciaron su piel y notó como su corazón latía desenfrenadamente. Pero nada de aquello se reflejaba en la cruel expresión de su rostro. El calor comenzó a aumentar en el espacio que lo rodeaba y un papel que había en el suelo ardió por combustión espontánea. Pequeñas cenizas incandescentes iluminaban la creciente oscuridad que se extendía en el atardecer de la ciudad.
El akuma se apartaba cuanto podía del fuego y el calor. Su máscara ya no parecía tan alegre.
-QUÉ DEMONIOS ERES??- gritando se lanzó sobre Dämon.
Eso era lo que había estado esperando. Aprovechando el impulso del akuma que no podía frenar su desplazamiento se lanzó corriendo y quedó colocado a unos cm de la mácara.
Mientras dirigía su puño envuelto en llamas hacia el estómago de aquella máquina le susurró con una sonrisa tenebrosa que enseñaba todos sus dientes:
-Solo soy lo que acabas de decir en singular... un demonio.
Y mientras el akuma lo miraba con el terror de la comprensión en sus ojos estrelló el puño contra su objetivo, lanzándolo contra una fachada y haciendo que atravesará el edificio para quedarse empotrado en el siguiente. El polvo lo envolvió y Dämon se lanzó riendo macabramente mientras una sádica felicidad ante la lucha ocupaba todos sus poros.
Lo único que ocupaba sus pensamientos era... matar.
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Re: Ataque a Transilvania~
La explosión fue muy fuerte destruyendo el edificio donde estaba el akuma y cayendo piedras del edificio sobre el. Ya la noche se dejaba notar sobre la ciudad y la poca luz que quedaba era escasa por no decir nula además que la luz de la luna no ayudaba mucho ya que algunos edificios impedían que esta llegara al lugar de enfrentamiento del exorcista y el akuma.
Ryota después de haber traído los yoyos hacia el dio media vuelta pensando que el akuma había sido destruido y solo lanzo un suspiro tocándose la herida que aun sangraba de apoco mientras el iba caminando hacia el tren para poder curarse su herida pero para su sorpresa sintió ruidos detrás de el y cuando se volteo vio a aquel akuma levantarse después de tantos ataques aun esa cosa podía moverse era increíble el poder de aquella maquina del Conde milenario.
-Tsk.. parece que aun puedes pelear- dijo volviendo a tomar los yoyo con fuerza volteando completamente su cuerpo hacia el akuma.
-Eres mas fuerte de lo que pensé exorcista, pero yo soy mucho mas poderoso además aun me queda un As bajo la manga- comento el akuma riendo mientras levantaba los brazos poniéndolos en posición de ataque pero esta vez sus cuchillas despedían un extraño brillo verde. El akuma se lanzo al ataque sin vacilar y sin dudar hacia el exorcista de ojos rojos y el chico dando pasos hacia atrás esquivo el primer intento de corte hacia su rostro pero algo le sorprendió, había esquivado el ataque completamente pero aun así sintió sangre recorrer de su cara ¿le había dado? Pensó el chico aun esquivando los demás ataques con el mismo resultado, mas y mas marcas de cortes pequeños se hacían en el rostro del exorcista y de todas un corte cruzado paso de su nariz hacia su frente rozando ligeramente su ojo izquierdo le afecto bastante y el akuma empezó a reír maniáticamente.
-¿De verdad pensabas que estas cuchillas serian mi única habilidad? Estabas equivocado mi verdadera habilidad es manipular el viento a mi favor por eso aun que esquives mis ataques te golpeare igual jajajaja- siguió riendo el akuma y Ryota dio un salto hacia atrás ahora con su mano derecha agarrando donde le había dado aquel corte cruzado y el akuma se quedo quieto observando y riendo.
-Dios mi ojo esta empezando a sangrar ligeramente y ese corte dolió mucho, maldición eres bastante fuerte, mas me vale terminar ahora –grito enojado el exorcista corriendo con el ojo izquierdo entre cerrado y levantando sus manos al igual que sus yoyos.
-Hakai explosión – grito Ryota mientras saltaba dando vueltas en el aire girando con los yoyos en una verdadera especie de torbellino mientras el akuma observaba defendiéndose pero el giro del joven era muy rápido y cuando estuvo cerca los yoyos empezaron a golpear el cuerpo del akuma dando explosiones variadas en todo el cuerpo del akuma golpeado por los yoyos y aun defendiéndose el akuma recibió todo los golpes y uno impactándole en el pecho rompiendo la armadura de aquel akuma y haciendo una gran explosión del akuma y la provocada por el yoyo.
-Por fin termino y pude derrotar..- no alcanzo a terminar cayendo al piso después del giro y aun sangrando ahora por los cortes en el rostro mayormente por el cruzado y por el corte del pecho que seguía sangrando levemente.
Ryota después de haber traído los yoyos hacia el dio media vuelta pensando que el akuma había sido destruido y solo lanzo un suspiro tocándose la herida que aun sangraba de apoco mientras el iba caminando hacia el tren para poder curarse su herida pero para su sorpresa sintió ruidos detrás de el y cuando se volteo vio a aquel akuma levantarse después de tantos ataques aun esa cosa podía moverse era increíble el poder de aquella maquina del Conde milenario.
-Tsk.. parece que aun puedes pelear- dijo volviendo a tomar los yoyo con fuerza volteando completamente su cuerpo hacia el akuma.
-Eres mas fuerte de lo que pensé exorcista, pero yo soy mucho mas poderoso además aun me queda un As bajo la manga- comento el akuma riendo mientras levantaba los brazos poniéndolos en posición de ataque pero esta vez sus cuchillas despedían un extraño brillo verde. El akuma se lanzo al ataque sin vacilar y sin dudar hacia el exorcista de ojos rojos y el chico dando pasos hacia atrás esquivo el primer intento de corte hacia su rostro pero algo le sorprendió, había esquivado el ataque completamente pero aun así sintió sangre recorrer de su cara ¿le había dado? Pensó el chico aun esquivando los demás ataques con el mismo resultado, mas y mas marcas de cortes pequeños se hacían en el rostro del exorcista y de todas un corte cruzado paso de su nariz hacia su frente rozando ligeramente su ojo izquierdo le afecto bastante y el akuma empezó a reír maniáticamente.
-¿De verdad pensabas que estas cuchillas serian mi única habilidad? Estabas equivocado mi verdadera habilidad es manipular el viento a mi favor por eso aun que esquives mis ataques te golpeare igual jajajaja- siguió riendo el akuma y Ryota dio un salto hacia atrás ahora con su mano derecha agarrando donde le había dado aquel corte cruzado y el akuma se quedo quieto observando y riendo.
-Dios mi ojo esta empezando a sangrar ligeramente y ese corte dolió mucho, maldición eres bastante fuerte, mas me vale terminar ahora –grito enojado el exorcista corriendo con el ojo izquierdo entre cerrado y levantando sus manos al igual que sus yoyos.
-Hakai explosión – grito Ryota mientras saltaba dando vueltas en el aire girando con los yoyos en una verdadera especie de torbellino mientras el akuma observaba defendiéndose pero el giro del joven era muy rápido y cuando estuvo cerca los yoyos empezaron a golpear el cuerpo del akuma dando explosiones variadas en todo el cuerpo del akuma golpeado por los yoyos y aun defendiéndose el akuma recibió todo los golpes y uno impactándole en el pecho rompiendo la armadura de aquel akuma y haciendo una gran explosión del akuma y la provocada por el yoyo.
-Por fin termino y pude derrotar..- no alcanzo a terminar cayendo al piso después del giro y aun sangrando ahora por los cortes en el rostro mayormente por el cruzado y por el corte del pecho que seguía sangrando levemente.
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Re: Ataque a Transilvania~
-Si me muero… corre.
Jaylen se dejó caer contra una de las columnas, para mantenerse en pie, las palabras que hubiera querido decir, murieron incluso antes de que hiciera incluso amago de decirlas, nunca había sido dada a exponer en voz alta lo que pensaba, a veces incluso para ella era difícil poner en orden sus sentimientos o pensamientos, tampoco le daba importancia, pues hasta ahora la mayoría de personas que había conocido poco les importaba lo que hubiera en su cabeza. Y en ese momento a ella también, quizás era lo bueno que tenía, podía concentrarse en aquello que le interesaba en aquel momento.
La visión del Akuma le pareció grotesca, y su voz aún más, aquel tono melódico y de niña pequeña salido de aquella figura, le hacía sentir escalofríos, por cómo reaccionaba el chico exorcista a las palabras de la extraña cancioncita del monstruo le dio a entender que no solo parecía moverse con las sombras, sino que también tenía la habilidad de meterse en sus cabezas, ese ser era muy diferente a lo que esperaba ver. Se sintió ligeramente abrumada ante la idea, mientras que su sentido común apelaba a que volviera en sí y observara, habría algo que pudiera usar en contra de aquella cosa, aparte de fuerza bruta. Fue entonces cuando escuchó el cambio en el tono de voz del Akuma, no tuvo tiempo a reaccionar, las cosas se sucedían rápidamente y para cuando quiso procesar lo ocurrido el chico estaba siendo estrangulado por el monstruo.
Dio un par de pasos hacia adelante, sin ser muy consciente de lo que hacía, no era lógico porque no iba a poder ayudarle, solo sería un estorbo como había resultado ser en los primeros minutos de la aparición de aquel nuevo enemigo. Sin embargo las cosas parecieron cambiar, cuando nuevamente sintió que algo en el chico volvía a cambiar, sonrió levemente, dándose un margen por el cual ya no debería sentir demasiada preocupación por lo que le fuera pasar, sus ojos quedaron fijos en las dos figuras, intentando ver algo que le diera una pequeña pista sobre alguna debilidad de aquel Akuma.
-… (!) –La sonrisa de Jaylen se acentuó cuando observó algo entre la lucha del Akuma y el exorcista, que le había llamado la atención, sus ojos se quedaron fijos en la silueta de aquella grotesca bailarina, cuando sus oídos captaron un ligero sonido, como de succión.
Jaylen dio media vuelta, para observar más sorprendida que asustada, que de su propia sombra había salido… un cuerpo de bailarina, sin pies ni cabeza. La visión le revolvió el estomago, a la vez que por inercia su cuerpo empezaba a retroceder, después de unos segundos, al cuerpo le salieron pies y cabeza, iguales a los del akuma con el que el chico luchaba.
-La niña es boba si realmente creía que leer mentes es lo único que podemos hacer, jiji. –Río lo que Jaylen creía que era una copia del Akuma original, antes de lanzarle un golpe con el puño izquierdo, que la chica esquivó dejándose caer al suelo, los siguientes golpes fueron por mera suerte el hecho que alcanzara a esquivarlos dando vueltas por el piso, no pudo levantarse hasta que se encontró en la posición propicia para volver a recuperar el equilibrio. -¿Te importaría dejar de dar vueltas? Tú y yo sabemos que no vas a aguantar mucho… ¿Por qué esforzarse? La pequeña Erdély nunca puede hacer nada bien…
Jaylen se encogió de hombros, y sonrió levemente mientras extendía el brazo, tirando del rosario para soltar el abanico de su agarre, y silbó con fuerza, haciendo que aquello que llamaban inocencia se activara, y tomara su tamaño real.
-No digas nada hermanita, no digas nada, podrías empeorarlo otra vez. –Recitó el Akuma esbozando una sonrisa taimada, al darse cuenta que aquellas frases parecían desconcentrar a la chica. – La pequeña Erdély fue encerrada en un internado porque nadie le quería en su hogar… -empezó a decir otra vez, canturreando levemente. –No pudo ayudar a su amigo de aquella caída, ni tampoco salvar a la chica desconocida… ¿Qué es lo que piensa hacer ahora, aparte de seguir siendo una moles-?
Jaylen enarcó una ceja cuando el Akuma desapareció a mitad de su frase, una parte de ella le hubiera gustado que se quedara hablando, así era tiempo que él perdía y ella ganaba para analizar las cosas, por mucho que esas palabras pudieran haberla afectado un poco, era un hecho lo que había dicho esa cosa, cosas que ya había aceptado y que con los años aprendía a convivir con ellas. Observó que la luz de la luna había chocado contra los adornos plateados del abanico, reflejando un flash de luz que había eliminado la sombra por la cual la copia del Akuma había sido creada, aquel descubrimiento hizo sonreír a Jaylen. Una sonrisa que duró tan solo unos segundos cuando recibió por la espalda un golpe, por parte de seguramente la misma copia de la… bailarina, que había aparecido por otra de las sombras.
-¿No sabes que es de mala educación interrumpir? -Medio gritó el Akuma, mostrándose levemente molesto, sin importarle, que la chica estuviera a varios metros de él con la mitad de su cuerpo atravesando una ventana demasiado ocupada al parecer observando de nuevo su inocencia desactivada como para escucharle. -¡Esta chica empieza a molestarme! –Gritó finalmente la copia del Akuma, dirigiendo sus palabras hacia su original, más que a otra persona.
Jaylen salió como pudo de donde estaba, su brazo izquierdo, el cual había usado para protegerse la cabeza, era lo que más se había herido con ese golpe, quizás la espalda también, pero no era capaz de sentir el dolor, al menos no en ese momento, la adrenalina, pensó la chica, mientras sus ojos se ponían en los cristales que había esparcidos a su alrededor. Escuchó los gritos del Akuma, y sonrió mientras este se lanzaba en su dirección a gran velocidad.
Silbó activando nuevamente su inocencia, creando un golpe de viento desde el suelo hacía arriba, haciendo que los cristales volaran en el aire, filtrando con suficiente potencia la luz lunar como para que la sombra del Akuma desapareciera y la copia con él, dio media vuelta arrastrando el abanico con ella, moviéndolo con fuerza en el lugar en el que reapareció el Akuma, tomándolo por sorpresa, y aventándolo contra una pared por la fuerza creada con el viento, sin duda eso no le habría hecho nada, sus fuerzas eran limitadas, y podía sentir que su recién adquirido poder no era suficiente para hacerle frente.
Una vez más desactivó la inocencia, y salió corriendo, sintiendo lo que quedaba de su manga izquierda humedecerse por la sangre de los cortes que se había hecho, aún así no paró su carrera, manteniéndose cerca de la zona en la que se encontraba el exorcista con el Akuma original, buscando algo en concreto, había tenido una pequeña idea que quizás, podría funcionar, ahora solo tenía que ir con cuidado de las posibles copias, y de hacerlo rápido antes que aquella monstruosidad, leyera sus intenciones.
Jaylen se dejó caer contra una de las columnas, para mantenerse en pie, las palabras que hubiera querido decir, murieron incluso antes de que hiciera incluso amago de decirlas, nunca había sido dada a exponer en voz alta lo que pensaba, a veces incluso para ella era difícil poner en orden sus sentimientos o pensamientos, tampoco le daba importancia, pues hasta ahora la mayoría de personas que había conocido poco les importaba lo que hubiera en su cabeza. Y en ese momento a ella también, quizás era lo bueno que tenía, podía concentrarse en aquello que le interesaba en aquel momento.
La visión del Akuma le pareció grotesca, y su voz aún más, aquel tono melódico y de niña pequeña salido de aquella figura, le hacía sentir escalofríos, por cómo reaccionaba el chico exorcista a las palabras de la extraña cancioncita del monstruo le dio a entender que no solo parecía moverse con las sombras, sino que también tenía la habilidad de meterse en sus cabezas, ese ser era muy diferente a lo que esperaba ver. Se sintió ligeramente abrumada ante la idea, mientras que su sentido común apelaba a que volviera en sí y observara, habría algo que pudiera usar en contra de aquella cosa, aparte de fuerza bruta. Fue entonces cuando escuchó el cambio en el tono de voz del Akuma, no tuvo tiempo a reaccionar, las cosas se sucedían rápidamente y para cuando quiso procesar lo ocurrido el chico estaba siendo estrangulado por el monstruo.
Dio un par de pasos hacia adelante, sin ser muy consciente de lo que hacía, no era lógico porque no iba a poder ayudarle, solo sería un estorbo como había resultado ser en los primeros minutos de la aparición de aquel nuevo enemigo. Sin embargo las cosas parecieron cambiar, cuando nuevamente sintió que algo en el chico volvía a cambiar, sonrió levemente, dándose un margen por el cual ya no debería sentir demasiada preocupación por lo que le fuera pasar, sus ojos quedaron fijos en las dos figuras, intentando ver algo que le diera una pequeña pista sobre alguna debilidad de aquel Akuma.
-… (!) –La sonrisa de Jaylen se acentuó cuando observó algo entre la lucha del Akuma y el exorcista, que le había llamado la atención, sus ojos se quedaron fijos en la silueta de aquella grotesca bailarina, cuando sus oídos captaron un ligero sonido, como de succión.
Jaylen dio media vuelta, para observar más sorprendida que asustada, que de su propia sombra había salido… un cuerpo de bailarina, sin pies ni cabeza. La visión le revolvió el estomago, a la vez que por inercia su cuerpo empezaba a retroceder, después de unos segundos, al cuerpo le salieron pies y cabeza, iguales a los del akuma con el que el chico luchaba.
-La niña es boba si realmente creía que leer mentes es lo único que podemos hacer, jiji. –Río lo que Jaylen creía que era una copia del Akuma original, antes de lanzarle un golpe con el puño izquierdo, que la chica esquivó dejándose caer al suelo, los siguientes golpes fueron por mera suerte el hecho que alcanzara a esquivarlos dando vueltas por el piso, no pudo levantarse hasta que se encontró en la posición propicia para volver a recuperar el equilibrio. -¿Te importaría dejar de dar vueltas? Tú y yo sabemos que no vas a aguantar mucho… ¿Por qué esforzarse? La pequeña Erdély nunca puede hacer nada bien…
Jaylen se encogió de hombros, y sonrió levemente mientras extendía el brazo, tirando del rosario para soltar el abanico de su agarre, y silbó con fuerza, haciendo que aquello que llamaban inocencia se activara, y tomara su tamaño real.
-No digas nada hermanita, no digas nada, podrías empeorarlo otra vez. –Recitó el Akuma esbozando una sonrisa taimada, al darse cuenta que aquellas frases parecían desconcentrar a la chica. – La pequeña Erdély fue encerrada en un internado porque nadie le quería en su hogar… -empezó a decir otra vez, canturreando levemente. –No pudo ayudar a su amigo de aquella caída, ni tampoco salvar a la chica desconocida… ¿Qué es lo que piensa hacer ahora, aparte de seguir siendo una moles-?
Jaylen enarcó una ceja cuando el Akuma desapareció a mitad de su frase, una parte de ella le hubiera gustado que se quedara hablando, así era tiempo que él perdía y ella ganaba para analizar las cosas, por mucho que esas palabras pudieran haberla afectado un poco, era un hecho lo que había dicho esa cosa, cosas que ya había aceptado y que con los años aprendía a convivir con ellas. Observó que la luz de la luna había chocado contra los adornos plateados del abanico, reflejando un flash de luz que había eliminado la sombra por la cual la copia del Akuma había sido creada, aquel descubrimiento hizo sonreír a Jaylen. Una sonrisa que duró tan solo unos segundos cuando recibió por la espalda un golpe, por parte de seguramente la misma copia de la… bailarina, que había aparecido por otra de las sombras.
-¿No sabes que es de mala educación interrumpir? -Medio gritó el Akuma, mostrándose levemente molesto, sin importarle, que la chica estuviera a varios metros de él con la mitad de su cuerpo atravesando una ventana demasiado ocupada al parecer observando de nuevo su inocencia desactivada como para escucharle. -¡Esta chica empieza a molestarme! –Gritó finalmente la copia del Akuma, dirigiendo sus palabras hacia su original, más que a otra persona.
Jaylen salió como pudo de donde estaba, su brazo izquierdo, el cual había usado para protegerse la cabeza, era lo que más se había herido con ese golpe, quizás la espalda también, pero no era capaz de sentir el dolor, al menos no en ese momento, la adrenalina, pensó la chica, mientras sus ojos se ponían en los cristales que había esparcidos a su alrededor. Escuchó los gritos del Akuma, y sonrió mientras este se lanzaba en su dirección a gran velocidad.
Silbó activando nuevamente su inocencia, creando un golpe de viento desde el suelo hacía arriba, haciendo que los cristales volaran en el aire, filtrando con suficiente potencia la luz lunar como para que la sombra del Akuma desapareciera y la copia con él, dio media vuelta arrastrando el abanico con ella, moviéndolo con fuerza en el lugar en el que reapareció el Akuma, tomándolo por sorpresa, y aventándolo contra una pared por la fuerza creada con el viento, sin duda eso no le habría hecho nada, sus fuerzas eran limitadas, y podía sentir que su recién adquirido poder no era suficiente para hacerle frente.
Una vez más desactivó la inocencia, y salió corriendo, sintiendo lo que quedaba de su manga izquierda humedecerse por la sangre de los cortes que se había hecho, aún así no paró su carrera, manteniéndose cerca de la zona en la que se encontraba el exorcista con el Akuma original, buscando algo en concreto, había tenido una pequeña idea que quizás, podría funcionar, ahora solo tenía que ir con cuidado de las posibles copias, y de hacerlo rápido antes que aquella monstruosidad, leyera sus intenciones.
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Re: Ataque a Transilvania~
Se encontraba sumido en un caos de neblina roja. No recordaba nada de lo que lo rodeaba y ningún sentimiento entorpecía lo más importante: su sed de sangre.
Atacaba al akuma sin descanso, y por supuesto, estaba recibiendo golpes bastante serios. En un determinado momento, aquel maldito monstruo le había alcanzado las costillas con una de esas cosas negras como látigos que surgían de sus amorfas extremidades.
El crujido lo recorrió y sintió como algo se rompía. Escupió la sangre que se acumulaba en su boca y siguió luchando sin más. Ya se preocuparía luego de sus heridas, ahora ni tan siquiera notaba el dolor.
El propio ser parecía sorprendido con sus ataques y no hacía más que retroceder y de vez en cuando contraatacar a la desesperada. Siempre buscaba cualquier hueco en su defensa para golpearlo con aquellas malditas cosas negras. Había conseguido arrancarle una de cuajo pero enseguida se había regenerado.
Durante cada respiración buscaba algún punto débil y cuando lo encontraba lo golpeaba sin piedad. El akuma estaba muy dañado, pero sin embargo no parecía derrotado ni nada por el estilo.
Maldiciendo, Dämon le lanzó un puñetazo con las dos manos unidas, provocando que la explosión de fuego fuese mucho mayor y el akuma salió despedido unos cuantos metros, para caer sobre unas sombras.
Aprovechó para recorrerse el labio con el dorso de uno de los guantes y así limpiar la sangre seca. Le dolía el costado y la sien izquierda le palpitaba, pero al menos había dejado de sangrarle.
Un ruido a sus espaldas y un movimiento le hicieron darse la vuelta. Allí estaba la chica esa a la que Sei protegía. La observó de reojo para cerciorase de que no tenía nada grave y se concentró de nuevo en el akuma, que era lo más importante aunque su corazón se revelara contra aquellos fríos pensamientos.
-Si quieres que siga viva tendré que acabar con el y lo sabes así que cierra la boca de una maldita vez- le gritó interiormente a Sei.
Al parecer la muchacha se podía defender bastante bien así que Sei estaba exagerando.
De pronto, de un extremo opuesto a donde el akuma había sido lanzado por su golpe, surgieron lso puñeteros tentáculos negros y se enroscaron al rededor de su pecho y uno de sus brazos.
Cuando comenzó a apretarlos Dämon sonrió. Se retorció y como tenía la cremallera de la chaqueta abierta no tuvo mayor problema para dejar que el akuma se la arrancara y se la llevara.
Liberado de la chaqueta se dio cuenta de que tenía menos calor y agradecido extendió los brazos y flexionó un poco los músculos de la espalda. Le dolía pero el aire en la piel desnuda le sentaba bien.
Con una malévola sonrisa pensó que sus tatuajes de los hombros en honor al fuego compuestosde llamas rojas nunca habrían sido más apropiados.
Mientras observaba al akuma se dio cuenta de que tenía algo raro, como si le faltara...algo.
Se fijo un poco más y se dio cuenta de que las piernas de payaso no estaban.
Y de pronto, un escalofrío le recorrió la espalda.
Se extraño de tener frío.
Se dio la vuelta despacio. El akuma, el akuma completo, se estaba lanzando sobre el, y mientras, el otro extraño clon, se arrojaba sobre la chica.
No tenía tiempo para evitar los 2 ataques.
Mientras cerraba los ojos un grito espeluznante de Sei le recorrió el cuerpo.
Atacaba al akuma sin descanso, y por supuesto, estaba recibiendo golpes bastante serios. En un determinado momento, aquel maldito monstruo le había alcanzado las costillas con una de esas cosas negras como látigos que surgían de sus amorfas extremidades.
El crujido lo recorrió y sintió como algo se rompía. Escupió la sangre que se acumulaba en su boca y siguió luchando sin más. Ya se preocuparía luego de sus heridas, ahora ni tan siquiera notaba el dolor.
El propio ser parecía sorprendido con sus ataques y no hacía más que retroceder y de vez en cuando contraatacar a la desesperada. Siempre buscaba cualquier hueco en su defensa para golpearlo con aquellas malditas cosas negras. Había conseguido arrancarle una de cuajo pero enseguida se había regenerado.
Durante cada respiración buscaba algún punto débil y cuando lo encontraba lo golpeaba sin piedad. El akuma estaba muy dañado, pero sin embargo no parecía derrotado ni nada por el estilo.
Maldiciendo, Dämon le lanzó un puñetazo con las dos manos unidas, provocando que la explosión de fuego fuese mucho mayor y el akuma salió despedido unos cuantos metros, para caer sobre unas sombras.
Aprovechó para recorrerse el labio con el dorso de uno de los guantes y así limpiar la sangre seca. Le dolía el costado y la sien izquierda le palpitaba, pero al menos había dejado de sangrarle.
Un ruido a sus espaldas y un movimiento le hicieron darse la vuelta. Allí estaba la chica esa a la que Sei protegía. La observó de reojo para cerciorase de que no tenía nada grave y se concentró de nuevo en el akuma, que era lo más importante aunque su corazón se revelara contra aquellos fríos pensamientos.
-Si quieres que siga viva tendré que acabar con el y lo sabes así que cierra la boca de una maldita vez- le gritó interiormente a Sei.
Al parecer la muchacha se podía defender bastante bien así que Sei estaba exagerando.
De pronto, de un extremo opuesto a donde el akuma había sido lanzado por su golpe, surgieron lso puñeteros tentáculos negros y se enroscaron al rededor de su pecho y uno de sus brazos.
Cuando comenzó a apretarlos Dämon sonrió. Se retorció y como tenía la cremallera de la chaqueta abierta no tuvo mayor problema para dejar que el akuma se la arrancara y se la llevara.
Liberado de la chaqueta se dio cuenta de que tenía menos calor y agradecido extendió los brazos y flexionó un poco los músculos de la espalda. Le dolía pero el aire en la piel desnuda le sentaba bien.
Con una malévola sonrisa pensó que sus tatuajes de los hombros en honor al fuego compuestosde llamas rojas nunca habrían sido más apropiados.
Mientras observaba al akuma se dio cuenta de que tenía algo raro, como si le faltara...algo.
Se fijo un poco más y se dio cuenta de que las piernas de payaso no estaban.
Y de pronto, un escalofrío le recorrió la espalda.
Se extraño de tener frío.
Se dio la vuelta despacio. El akuma, el akuma completo, se estaba lanzando sobre el, y mientras, el otro extraño clon, se arrojaba sobre la chica.
No tenía tiempo para evitar los 2 ataques.
Mientras cerraba los ojos un grito espeluznante de Sei le recorrió el cuerpo.
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Re: Ataque a Transilvania~
La lucha entre el exorcista y el Akuma prosiguió hasta que éste último fue vencido por el chico tras una ráfaga de ataques con su yoyo, terminando a su vez de destruir gran parte del terreno que estaban utilizando como campo de batalla. Por supuesto, las heridas causadas por el Akuma no resultaron ser menos graves de lo que parecían, por lo que el chico, luego de destruir a su enemigo, cayó exhausto al suelo y desde su posición, los Noah no podían saber si estaba vivo, muerte o simplemente inconsciente.
-¿Y ya estiró la pata o qué? -preguntó con desdén Devitto viendo con cierto interés el lugar donde se encontraba Ryota.
-Quizás. Un nivel tres es mucho más poderoso que un nivel dos, Hii~ -el pelinegro no sabía si Jasdero sabía de antemano lo obvio de sus palabras o no, pero aquello no tenía mucha importancia de momento-. ¿Por qué no vamos a ver? -preguntó expectante el menor de los gemelos.
Devitto intercaló su mirada entre su hermano y el exorcista que yacía sobre el suelo metros más abajo desde donde estaban. ¿Y por qué no? Total, el chico si no estaba muerto estaba moribundo, por lo que no podría hacerles nada.
-Andando Jasdero -señaló como una respuesta afirmativa al cuestionamiento del rubio, quien profirió una risita y descendió del tejado junto a su gemelo.
Ambos descendieron del tejado con un ágil salto, cayendo cual gatos sobre el suelo, sin herirse en lo absoluto. Realmente el chico y el Akuma habían casi destruido toda edificación presente en el lugar, pues éste estaba casi enterrado en escombros de lo que alguna vez fueron tiendas y locales comerciales.
Se acercaron con pasos ágiles y rápidos hacia Ryota. El chico presentaba diversas heridas, siendo las más evidentes la que le cruzaba el pecho, manchando sus ropas, y las de su rostro que aún dejaban escapar una fina gota de sangre.
-Ujujú~ El Akuma sí que se esmeró con él -observó Jasdero picando al chico en la cabeza con una ramita de dudosa procedencia y que Devitto no había visto en qué momento había conseguido. Seguro y no la habían creado, porque él no había pensado en eso en ningún momento-. Parece muerto Dero, Hii~ -rió aumentando sus piquetes con la punta de la ramita.
-Verifica que lo esté Jasdero. Si es así, vamos a por el otro exorcista que el Akuma dijo que había y acabamos de una con dos. Dos pájaros de un tiro, ¿me comprendes? -explicó Devitto, quien ya observaba por los alrededores a ver si se acercaba otro exorcista a quien asesinar.
Nada por los alrededores, sólo se escuchaba una batalla a lo lejos.
-¿Y ya estiró la pata o qué? -preguntó con desdén Devitto viendo con cierto interés el lugar donde se encontraba Ryota.
-Quizás. Un nivel tres es mucho más poderoso que un nivel dos, Hii~ -el pelinegro no sabía si Jasdero sabía de antemano lo obvio de sus palabras o no, pero aquello no tenía mucha importancia de momento-. ¿Por qué no vamos a ver? -preguntó expectante el menor de los gemelos.
Devitto intercaló su mirada entre su hermano y el exorcista que yacía sobre el suelo metros más abajo desde donde estaban. ¿Y por qué no? Total, el chico si no estaba muerto estaba moribundo, por lo que no podría hacerles nada.
-Andando Jasdero -señaló como una respuesta afirmativa al cuestionamiento del rubio, quien profirió una risita y descendió del tejado junto a su gemelo.
Ambos descendieron del tejado con un ágil salto, cayendo cual gatos sobre el suelo, sin herirse en lo absoluto. Realmente el chico y el Akuma habían casi destruido toda edificación presente en el lugar, pues éste estaba casi enterrado en escombros de lo que alguna vez fueron tiendas y locales comerciales.
Se acercaron con pasos ágiles y rápidos hacia Ryota. El chico presentaba diversas heridas, siendo las más evidentes la que le cruzaba el pecho, manchando sus ropas, y las de su rostro que aún dejaban escapar una fina gota de sangre.
-Ujujú~ El Akuma sí que se esmeró con él -observó Jasdero picando al chico en la cabeza con una ramita de dudosa procedencia y que Devitto no había visto en qué momento había conseguido. Seguro y no la habían creado, porque él no había pensado en eso en ningún momento-. Parece muerto Dero, Hii~ -rió aumentando sus piquetes con la punta de la ramita.
-Verifica que lo esté Jasdero. Si es así, vamos a por el otro exorcista que el Akuma dijo que había y acabamos de una con dos. Dos pájaros de un tiro, ¿me comprendes? -explicó Devitto, quien ya observaba por los alrededores a ver si se acercaba otro exorcista a quien asesinar.
Nada por los alrededores, sólo se escuchaba una batalla a lo lejos.
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D. Gray man Rol :: El mundo :: Europa
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Lun Ene 08, 2018 6:35 pm por Coralie Monich
» Blue Caos (rol +18) Afiliación Normal
Vie Dic 01, 2017 9:27 am por Invitado
» Los Bibliófilos De Lima [Misión MI]
Jue Nov 30, 2017 2:46 am por Constantine Gelassen
» [MN] Christchurch. Melancolía y suicidio.
Dom Oct 15, 2017 1:27 am por Sigma-chan
» [MS] Rescate en Rapa Nui
Sáb Oct 14, 2017 9:00 pm por Sigma-chan
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Dom Sep 03, 2017 9:15 pm por Invitado
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Dom Ago 20, 2017 10:55 pm por Invitado
» [MR] Reclutamiento Noah
Miér Jul 19, 2017 9:19 pm por Ismakun
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Miér Jul 19, 2017 8:03 pm por Ismakun
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» Buenas .. buenas a todossss
Lun Jun 19, 2017 9:59 am por Ismakun
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