Misión a Londres, ¿la ciudad de la niebla o del tiempo? (Kento y Near)

Noté como el chico se sorprendió por mi pregunta, como si recordara algo. Pero ya que no era adivina no podía averiguar lo que era, con lo que hice un amago con los hombros como que me daba igual y le acompañé hacia el reloj.

Mientras me preguntaba cual era mi deber exactamente noté como el chico me agarraba de la mano y se ponía del color de su pelo. Me producía una especia de ternura hacia él, cosa que, por lo que me debía mi olvidada conciencia, no debía hacer.

-Creo, que me pase con ese beso, ¿no te parece?

Esa pregunta me dejo algo consternada, normalmente no me preguntaban esas cosas, con que buscar una respuesta adecuada y que no liara más este pequeño entuerto era algo difícil. Pero opté por lo más simples, decir la verdad a pesar de dejarme como una cualquiera.

-La verdad es que no, eres un chico realmente guapo y pareces una ricura con lo que sinceramente no me importa en absoluto~- Dije mientras le daba un beso en la comisura de los labios.

Sentí un pequeño dolor de cabeza, el sentido común me estaba llamando de todo, y para colmo, cosas que no sabía lo que significaban, pero nada bueno seguro.

Mientras caminábamos hacia el reloj vi una figura en las sombras. Era una especie de... máquina con forma de piruleta. Parecía como si quisiera hablar conmigo pero no sabía muy bien para que... en ese momento recordé... los akumas.

Noté como poco a poco me iban viniendo las cosas a la cabeza, los akumas y el porque de la misión... pero lo que todavía no recordaba eran mis oponentes aquí. Vaya fiasco, cada vez me estresaba más por culpa de la niebla y eso se me reflejó en la cara.


En el palacio.

El humor del japonés no era nada alagador para Alice, que lo observaba con el ceño fruncido mientras la trataba como una niña pequeña... cuando seguramente sería al revés.

Alice abrió la boca sorprendida cuando el exorcista lanzó un ataque contra el muro, en vez de contra los akuma, lo que le daría un poco de tiempo. Estaba enfadada, su plan había fallado y además estaba sola contra él, cosa que no le favorecía en ninguno de los aspectos...

*Maldita sea* Pensaba Alice* Más le vale al cretino del akuma que me venga a ayudar sino fracasaremos de nuevo como la otra vez*

Alice se dispuso a empuñar sus pistolas cuando de repente y sin previo aviso, el exorcista cogió a Alice de la mano y se la llevó corriendo de allá. Al cabo de un minuto el exorcista se metió en una habitación cualquiera y allí, pudo respirar de nuevo.

-Por los pelos... Escucha, voy a hacer que todo vuelva a la normalidad, mientras quedate aqui ¿De acuerdo?

Alice lo miró enfadada, a la vez que cansada.

-Pero vamos a ver, punto número uno,¿a ti te parece normal destrozar medio palacio? y punto número dos...- Alice esbozó una sonrisa perversa.- Soy más mayor que tú ¿está claro?Deja de tratarme como una niña... por cierto gracias~

Ahora Alice se hallaba en un cuarto sin luz, con un exorcista y sin akumas para derrotarlo. Alice resopló indignada, pero rapidamente se le vino una idea a la cabeza. No por nada era la preferida de Stephanie.

-Oye,¿qué eran esas cosas? Realmente no parecían tan malas... lo digo por que estoy en un cuarto contigo a oscuras y tienes pinta rara... con lo que peor no podía ir la cosa...y como me pongas un dedo encimo te acribillo a balazos ¿está claro?

Alice no poseía el don de su señorita, pero a pesar de su brusquedad siempre conseguía lo que deseaba.

En el otro lado del palacio...

-¡¡¡¡Maldigo a ese exorcista en todos los puntos de vista!!!!¡Como lo pille se va a cacordar de mi!- Gritaba desaforadamente el pequeño mientras aporreaba el muro.- Está claro que esa inocencia nos está tocando la moral y mucho...haber tú, ¿qué narices quieres ahora?- Dijo enfadado a un akuma que se le acercaba.

-Pues... que la señora y un exorcista están fuera...

El pequeño lo apartó de un manotazo, haciéndole impactar contra un muro.

-Bien, bien, haber que nos trae la princesa...

Cuando estábamos por el reloj, una sombra apareció con una forma extraña. Al principio no lo reconocí, podría ser cualquier cosa, desde un gran balón hasta un cartel en forma de círculo. Otra cosa rara que note, es que se movían de adelante hacia atrás, como dando una señal. Es en ese momento que me sorprendí al recordar que ese gesto solo hacían los akumas de nivel 1.

¿Estaban tratando de hablar con ella? No lo se, solo se que ella miraba esas sombras y yo solo contemplaba como lo hacia, con una seriedad que no era propia de la situación. Agarre sus manos y, como si fuese una pieza de baile, le di vuelta a su cuerpo, abrazándola al mismo tiempo.

Pero otra cosa empezaba a salir mal, una explosión comenzó a salir del muro del palacio que estaba justo pegado a la torre del reloj. -Bien, bien, haber que nos trae la princesa...- Dijo una voz desde el humo que había provocado ese escándalo. Me imagine cualquier cosa primeramente a quien llamaba “princesa”, solo que se tratase de la bella mujer.

Aunque no entendía en primer logar lo que pasaba, estaba ya acostumbrado a actuar a la defensiva, siempre pensando en un posible ataque demoniaco, así que, aunque fuese hombre o demonio, quien estaba saliendo del muro, yo solamente tenia una cosa en mente: Proteger a Stephanie. Preparado para saltar al rio, o activar mi inocencia si el caso requería, o también tranquilizarme y dejar de abrazar en modo sobre-protector a la chica de pelos rojos.

–Espera, que yo te protegeré- Dije mirando al humo.

Dentro del palacio, el ser anteriormente dicho, estaba todavía arriba, viendo como estaba siendo destruido el palacio de la torre del reloj, sencillamente no vacilaba si seguir mirando o atacar a los “invasores”. Pero cuando el akuma de nivel 3 ataco a la pared, un sentido de asesinato hizo que en pocos segundos, saliera de su escondite, saltara a la ventana y le de una patada a ese akuma agresor. El viento hizo que la ropa y su capa dejaran del cuerpo del extraño y apareciese su verdadera forma.
Era un ser humano corriente con unas extremidades un tanto raras, parecía un cañón que se semejaba a los akumas y sus piernas de color blanco, con ojos rojos de asesino y tan solo llevaba como vestimenta trapos sucios como pantalón y su pecho desnudo hacia parecer mas como vagabundo que como alguien de la sociedad. –Ustedes, no debieron entrar a mi casa- Dijo con una voz seria.

-Pero vamos a ver, punto número uno,¿a ti te parece normal destrozar medio palacio? y punto número dos...Soy más mayor que tú ¿está claro?Deja de tratarme como una niña... por cierto gracias~- decia la extraña chica enfurecida, mostrando una sonrisa un tanto siniestra

-No tenia ni idea, en ese caso tendria que felicitarte por conservarte tan joven- respondio el mas que sorprendido chico ante tan brusco cambio de personalidad, algo tenia ella que a el le ponian los pelos de punta

-Oye,¿qué eran esas cosas? Realmente no parecían tan malas... lo digo por que estoy en un cuarto contigo a oscuras y tienes pinta rara... con lo que peor no podía ir la cosa...y como me pongas un dedo encimo te acribillo a balazos ¿está claro?- le respondio, ante esas palabras el joven se sonrojo un poco y sacudio la cabeza ante aquellas palabras ¿De verdad le parecia algun tipo de acosadir

-¡Solo he entrado en una habitacion al azar! en momentos como este lo menos que debe importar para salvar la vida es el como este- antes de seguir hablando, se torno serio- Y por favor... nunca digas que esas cosas no son peligrosas, solo una bala o un golpe de esos seres podria haberte matado en poco- el joven no pudo evitar nuevamente recordad a su perdida familia ¿Cuanto tiempo iba a tener que recordar semejante escena? Verlos a todos morir fue un duro golpe para el y se prometio no mirar atras, muestra de ello era la cicatriz de su mano derecha para autodominar su dolor en aquel instante, pero aun asi.....

-De todas formas noto que no te caigo muy bien... solo voy a pedirte una cosa, estate aqui hasta que la niebla se disipe y ya podras salir en busca de tus recuerdos, de paso no volveras a verme nunca mas al menos que tenga que volver por algun otro fenomeno extraño ¿Te parece bien?

Miré con indiferencia la escena que se me presentó. Ahora ya me acordaba absolutamente de todo al ver la mirada del pequeño. Si lo había mantenido conmigo era por eso mismo, me aportaba una seguridad y atención imposibles en un humano corriente. Pero también me vino la situación como una jarra de agua helada. Ahora sabía quien era realmente Near...

Mientras me hallaba protegida por él un cúmulo de sensaciones cubrió toda mi piel. Si era mi enemigo tenía que destruirlo, cosa que me daba realmente pena, por que era un buen chico.

El pequeño por su parte se regodeaba de la situación... el maldito me conocía demasiado bien y sabía mis puntos débiles. Aunque, sorprendentemente, no dijo nada acerca de mi o del exorcista, solamente sonreía ¿Qué estaría pensando?

Mientras notaba como la presión del momento aumentaba, observé como lo que estaba entre las sombras se movía con una rapidez impropia para un akuma nivel 1, y para un humano, impactando así contra el pequeño, que miró sorprendido lo que se le venía encima. Realmente no sabía lo que estaba sucediendo, pero cada vez entendía menos ¿qué era esa cosa?

Al dar el golpe, el viento lo desprendió de su capa dejando ver su cuerpo... o la parte que quedaba de él humana.

Era una especie de mezcla entre humano y akuma, pero no llegaba a ser ninguna de las dos cosas, pero tampoco se me parecía a un akuma nivel 2... y si lo fuera no le habría pegado al pequeño. Con su aspecto desastroso y una mirada de odio y desprecio hacia nosotros habló con una voz seca y gutural.

-Ustedes no debieron entrar en mi casa

¿Qué significaba aquello? ¿Y qué era... esa cosa?




En el palacio, concretamente en la habitación...

Alice levantó una ceja al escuchar el comentario por la edad, pero no comentó nada, ya solo tenía que entretenerlo lo suficiente.

Al oír el discurso del joven no pudo evitar una sonrisa, que tapó con un abanico colgado de su falda. El chico parecía serio, pero en si a Alice no le otorgaba nada en especial, era como otro cualquiera: aburrido, quejicas, con complejo de héroe... en fin, un ser inexistente para Alice.

-Si ya, ¿pero y si me vienen a buscar cuando no estés tú eh? Que no pueda derrotarlos no significa que no pueda evadirlos... créeme si te digo que he salido de situaciones difíciles pequeño. Puede que te sea un estorbo en cuanto a derrotarlos, pero este palacio tiene muchos escondites... y tu me necesitas- Dijo Alice con narcicismo.- Hace años ya estube en este palacio y, por casualidades de la vida todavía me acuerdo de como es este sitio... puedo ayudarte...si quieres...

Alice sonrió. Era cierto lo que le había dicho sobre el palacio. Cuando solo era una chiquilla había trabajado aquí de limpiadora y se sabía todos los escondrijos y detalles del palacio. Lo único que cambiaba era que precisamente no lo iba a ayudar...

*Espero que Steph llegue pronto* Pensó Alice

Era un akuma, el que había roto la pared, se le vio claramente, estaba seguro. Pero lo que no estaba seguro de lo que era aquel sujeto que había golpeado al demonio, un ser con apariencia de ser un akuma y humano a la vez ¿Qué era exactamente esa cosa?

-bastardos sin gloria, ¿acaso creen que pueden venir y destruir mi castillo, mi único hogar?- decía el nuevo de pelo verde con una furia que comenzaba a templar de susto, además de su aspecto raro, se veía un ser con bastante odio hacia otros individuos en general.

Pensé primero en Stephanie, quería que se fuera para que estuviera más segura, pero también ¿que iba a ser en este lugar?

-ve querida, ve a otra parte, que este lugar es muy inseguro y no se si te podre proteger- le dije sonriendo mientras me separaba de ella, voltee para mirar de nuevo al monstruo y el a mi. No sabia si tenia que matarlo o no, solo se que el no es una persona que no puedo confiar, aun después que haya pateado al desgraciado.

-Inocencia, Actívate. Nova- Mis guates comenzaron a agrandarse y salir los cuchillos anteriormente dichos. –Ven- Sacando mis manos y con la palma de mi mano alzada lo suficiente para apuntar al sujeto comencé a mover mis dedos en señal de que le estoy retando o que le estuviera llamando. El sujeto se enfado y comenzó a querer golpearme fuertemente desde atrás. Yo solo estaba esperando su golpe. Antes había sentido el poder de la fuerza bruta en su expresión máxima, ¿podría él superar eso?

Si, mi respuesta llego al momento cuando sus manos cerradas entro en contacto con mi puño, lanzándome literalmente hacia el cielo. Yo estaba adolorido y no sabia que me había golpeado mas, pero no tuve tiempo para pensar mas para que el, con un salto, me alcanzara rápidamente y me golpeara fuertemente de nuevo, enviándome mas alto aun. Recién hay entendí que si pudo golpear a un nivel 3 y largándolo a volar ¿Por qué a mi no?

-Si serás, ¿acaso no sabes con quien te metes humano débil?, IceTime- Dijo furioso lo ultimo, para que una especie de niebla saliera de su cañón y, como si fuese una bala de cañón y a toda velocidad, una bola espesa de niebla impactara mi cuerpo y mandándome de nuevo a volar a dirección del rio.

Cuando estaba cayendo, pensé que quizás dios me regalo a Steph para después morir en paz, era un tipo muy fuerte, en tan pocos segundos, me había golpeado varias veces que no podía igualar fácilmente su velocidad. Ya comenzaba a darme por vencido. –Steph- la dije mirándola, con una mano tratando de alcanzarla como si posible seria en plena caía.

Él otro cayó con las piernas intactas, vio a la chica y le dijo: -Señorita Stephanie, al parecer a terminado volviendo hacia la torre del reloj-

[OFF: despues les explico como la conoce xD. el color de e es de "#00FF00" por si las dudas o quiera tener ese verde owo]

Un atajo... esa palabra atraia bastante pese a que el ya habia encontrado un sistema para llegar, si habia pasadizos podria evitar a los guardias y a los akumas sin problemas pero aun habia cosas que no cuadraban.

La chica se habia abrazado a el antes llorando y ahora decia que habia salido de situaciones peores ademas de que decia ir armada con pistolas. Sabiendo eso ¿Porque no habia disparado a los akumas? y lo que menos cuadraba de todo es que si sabia de la existencia de los pasadizos ¿Porque no los habia utilizado para salir? Habia muchas incoherencias en su relato y eso le hacia sospechar en gran medida de la chica e incluso ya barajaba la posibilidad de que fuese un akuma o una ACM.

Sabiendo todo esto, Kento decidio actuar estrategicamente y la dejaria alli, fuese enemiga o no cuanto antes se alejara antes terminaria la mision y no correria el riesgo de matar a un inocente si resultaba que estaba resultando demasiado desconfiado

-Es una buena oferta pero creo saber ya por donde ir, tu quedate aqui y si puedes sal del palacio ¿ok?- dijo mientras que al poco asomo la cabeza por la puerta, asegurandose de que no habia nadie por alli

[off: no podías haber puesto un color más sencillo XD?y menuda forma de complicar la cosa ¬¬U]

-bastardos sin gloria, ¿acaso creen que pueden venir y destruir mi castillo, mi único hogar?

Lo escuché como alguien que hubiera salido de un sitio muy ruidoso, era como si estuviera en un mundo paralelo, estaba como mareada. Quizás fuera por la presión del momento, pero estaba claro que cada vez era más confuso el panorama en el que vivíamos, ¿qué demonios era aquella mezcla? Había atacado al pequeño, por lo tanto no era ningún aliado nuestro... pero la forma de mirar a Near tampoco era muy amistosa.

Sentía la boca empalagosa, como si hubiese comido un caqui verde... por breves momentos creí conocerlo, pero no estaba segura, y seguramente sería mejor alejarme de aquella situación en la que me encontraba.

-ve querida, ve a otra parte, que este lugar es muy inseguro y no se si te podre proteger

Maldita caballerosidad de los hombres. ¿Qué haría él contra algo como aquello? No estaba en mi mejor momento, pero sabía que ¨él¨ no era débil, y que por lo tanto Near no podría vencerle. Pero que haría ¿Desvelaría mi situación?¿o simplemente le llevaría la corriente?

Me mordí la lengua para no responderle y me maldije a mi misma por no hacerlo. ¿Qué demonios me estaba pasando ¿Sería cosa de la dichosa inocencia o me estaría volviendo demasiada blanda?

Mientras pensaba noté como un poder emanaba de Near... ese poder era su inocencia. Observé algo divertida la lucha entre ellos. A los pocos segundos observé el poder de aquel ser, estaba claro que era fuerte, y que a Near le faltaba mucho para llegar a darle como era debido. Era como un gato y un pajarito. Noté como cada segundo que pasaba mi cabeza dejaba de dar vueltas... no sabía mucho sobre el poder de la inocencia de los exorcistas, pero quizás su propia inocencia me hubiera estado rechazando todo aquel tiempo...

Abrí los ojos, algo sorprendida, cuando Near me llamó mientras caía. El corazón no pudo evitar darme un aviso... al final le había cogido cariño al joven exorcista. Fallo mío. Pero el corazón actuó a pesar de mis quejas y no pude evitar acercarme a donde estaban. ¿Qué podía hacer?

-Señorita Stephanie, al parecer a terminado volviendo hacia la torre del reloj-

-Mmmm no he terminado aquí- Dije sin saber realmente lo que decía.- ¿Se puede saber por qué demonios le has dado al pequeño?- Dije medio llorando mientras me acercaba al akuma.

Noté como el pequeño salió de las ruinas en las que se encontraba y pegaba un grito.

-¡Maldito bastardo mestizo!¿Por qué demonios me has pegado?- Dijo mientras se sacudía el polvo y se recolocaba la flor.- Esta claro que debí haberte matado...

No había entendido lo último, pero estaba claro que ya me había descubierto ante los ojos de Near... me dió algo de lástima mientras fijaba mi vista en sus ojos.

-Es simple mascota, me estorbas.. y tu, mujer, tú también me estorbas, como aquel de allá.- Dijo señalando a Near.

En ese momento sentí mi furia recorrer mis venas.

-¿Qué demonios eres?¿Un akuma o un maldito exorcista?- Dije activando mi materia oscura.

-No me hagas reír mujer, ni de uno ni del otro... tú mente no lo entendería...lárguese a tomar el té... como aquella vez.- Dijo esbozando una sonrisa.

-¿Me conoces?- Dije confusa.

No lo recordaba, pero al parecer él si me conocía a mi. Estaba claro que algo no iba bien aquí


En el palacio...

Alice se había equivocado en la forma de actuar. Una de las peculariedades de Alice era la sobreactuación, en la cual se había equivocado. Lo malo de ella es que no soportaba a los hombres, con lo que rapidamente perdió su máscara ante el exorcista.

El exorcista no se fiaba de ella, y ella lo sabía, pero tenía que mantener al chico junto a ella hasta que llegara Steph... y pesase lo que pesase... debía hacerlo.

Tragó saliva mientras escuchaba al chico y lo maldijo de todas las formas en sus pensamientos. O era eso, o adiós al plan.

Alice se sacudió la falda por reflejo y se acercó al exorcista mientras se lamía los labios, los cuales estaban secos. Dado que el lugar en el que se encontraban no ra muy amplio, facilmente pudo acorralarlo en la pared. Situando una mano en la espalda del joven se le acercó a la mandíbula suave y lentamente.

-Oye, lamento ser tan borde pequeño, pero si te soy sincera, no me gustan los hombres en ningún aspecto.- Dijo sinceramente.- Pero solo quiero salir de aquí, y aunque he salido de cosas peores que estas... de estas no puedo salir. Lo he intentado, pero esos bichos no mueren, y solo tú puedes sacarme de aquí... además, tus rasgos me recuerdan a los de la mujer.- Dijo con una sonrisa.- ¿Me ayudarás? O tendré que obligarte... de alguna forma.- Dijo dirigiendo su mano hacia los pantalones de este.

Después de esto tendría que emborracharse para olvidar lo ocurrido...

Mi cuerpo comenzó a tambalear y, yo, con mis ojos cerrados, estaba confuso. No sabia que hacer, me habían dado tan fuerte que creo que esos golpes, golpeo mi cabeza. Pero un sujeto me arrastro en pleno flote y me llevo a su balsa y trato de despertarme. Estaba en el rio, y era lógico que necesitara un poco de descanso para reponerme.

Después, la balsa del señor comenzó a subir y a llevarme a una embarcación más grande. Escuche algunos ruidos de personas hablando y al abrir un poco mis ojos, vi a varias personas encapuchadas.
-Señor exorcista, señor exorcista- Decía repetitivamente un sujeto de ellos, yo trate de mirar bien los ojos y era los buscadores que estaban antes acompañándonos. –Chicos ¿Qué hacen aquí?- mientras los miraba a sus rostros, todos preocupados.

-Mira lo que te has convertido, nieto, estas todo un hombre- dijo una voz que me resultaba familiar, voltee la cabeza para saber quien era. Era mi abuela de la granja que me había acogido cuando llegue por primera vez a Londres, quien me había dado de comer, y un trabajo con cual sostenerme. –Abuela- dije con una gran sonrisa, me pare y la abrace fuertemente, la había extrañado y se que ella a mi. Pero me di cuenta que tenia un traje y una chamarra anaranjada –Esperen, abuela, ¿tu?- Dije sorprendido. –Sip, soy una buscadora. Me uní a la orden tan solo verte de nuevo, tu abuela esta abajo, pero prefiere no verte. Tú sabes. Primero tu deber- me dijo con una gran sonrisa abrazándome ella también, acariciando mi cabeza como si fuese un niño pequeño.

-¿y como se enteraron que estaba en la orden?- me le pregunte mientras la miraba a los ojos –fácil. Tu abuelo y yo perseguimos a la jovencita que te estaba cargando todo el viaje- me avergoncé un poco y recordé a Alice –je~ bueno, al menos ya están aquí- en eso, mi abuela se puso un poco seria y me miro directamente a los ojos –Near, tienes que ir allá y derrotar a esos akumas y al sujeto que esta allá-

-¿ha?- sorprendido, me solté de mi abuela y retrocedí unos pocos pasos –espera.... – comencé a recordar la paliza que me dieron –Él es muy fuerte abuela, no se si le podre ganarle- le dije mirando al piso, apenado de mi derrota –escucha muy bien Near Salamanca, tu también eres muy fuerte, solo que aun no has soltado todo tu poder- mientras tomaba unas toallas que me estaban pasando algunos marineros.

Por otra parte, en la conversación del nuevo y Stephanie:

-Claro que si, gracias a un mocoso que me sirve de “potencialisador” puedo controlar la gente de toda la ciudad, y no solo a las personas, si no también a los akumas y a ti, señorita aliada- con una sonrisa un tanto diabólica –Tu misma me revelasteis quien eres cuando te traje por primera vez, estabas en mi poder, al igual que Near y kento- Sorprendentemente conocía a todos los de la ciudad. Pero ¿para que y como lo hacia?

Comenzó apuntar a Steph con su cañón –Has esto mas fácil de lo que es, por favor- volteo y ataco de nuevo al akuma de nivel 3, lanzándolo de nuevo a volar. Pero por alguna razón, el akuma solo lo mandaba a volar pero no le hacia mucho daño.

-Ahora a ti-

En el barco de nuevo:

-¿mi nivel 2?- dije pensando en voz alta –sip, se de lo que eres capas nieto, es hora que demuestres todo lo que te enseñe, desde aquí te daremos una ayuda adicional. Abran puertas- Al decir esto ultimo, cañones de guerra, del barco, salían de las escotillas y apuntaban hacia el palacio.

Me di cuenta que no estaba solo, que tenía amigos: Kento. Tenía familiares: Mis abuelos. Tenía a Steph.
Di una sonrisa –Gracias, muchas gracias en confiar tanto en mi- mientras que los 5 buscadores, incluida mi abuela, sonreían viéndome –ahora es hora del Show, el Midnight show- dije esto mientras saltaba del barco y con un mi cuchillo, lance hacia la mástil y, con una vuelta, me impulse tan fuertemente que salte hacia la costa de nuevo.

Vi a mi querida y al sujeto que había peleado, pero algo iba mal, un aura oscura emanaba de ella. En pleno vuelo, apunte al sujeto monstruo y lance los dos cuchillos atados a mis guantes que salían rápidamente.
El peli-verde lo vio y lo esquivó saltando hacia atrás rápidamente y yo, para contrarrestar la caída, hice que los cuchillos impactaran sobre el suelo, dejándome caer suavemente, al menos comparado si no lo hubiera hecho. –Hola, querida- sonriendo.

-¿Si serás tonto, acaso sabes que no me podrás vencer con el poco nivel que tienes?- me dijo con un tono burlón –sabes que eso es posible, y lo hare, pero antes.. – Voltee para la chica y la abrace fuertemente, empujándola hacia atrás –cierra los ojos por favor- dije en plena caída hacia atrás.

El Barco comenzó a disparar sus cañones, uno por uno, impactando hacia el palacio, al sujeto y al los akumas

Kento finalmente se cercioro de que no habia moros en la costa, ahora podria pasar sin problema alguno y llegar a aquella inocencia por fin, ya veia el final de aquella mision.

O al menos eso pensaba antes, repentinamente la chica le habia metido dentro de la habitacion nuevamente y le habia arrinconado de una forma inesperada, habia puesto su mano en la espalda del joven e iba aproximandose lentamente a el de manera bastante seductora para el joven.

-Oye, lamento ser tan borde pequeño, pero si te soy sincera, no me gustan los hombres en ningún aspecto. Pero solo quiero salir de aquí, y aunque he salido de cosas peores que estas... de estas no puedo salir. Lo he intentado, pero esos bichos no mueren, y solo tú puedes sacarme de aquí... además, tus rasgos me recuerdan a los de la mujer. ¿Me ayudarás? O tendré que obligarte... de alguna forma.

Tambien una de sus manos jugueteaba con su pantalon, lo que hacia que una marea de sensaciones afloraban ante joven

Por un lado se sentia acosado, le estaba abrazando y eso le agobiaba de sobremanera al ser alguien que habia conocido en aquel momento sin intimar apenas, pero por el otro lado se queria dejar llevar y ver que pasaria a continuacion.

Al final el chico comenzo a juguetear con el pelo de la mujer en silencio mientras que la otra acariciaba la cintura de esta, al tenerla tan cerca le beso la punta de la nariz y luego la frente, cualquiera que se fijara en la cara del exorcista la veria casi roja del todo

[off: parece una novela rosa XDDD]

Impotencia. Era lo que sentía en ese momento. ¿Manejada por un bicho como aquel' Lo que tenía que oír, ese comentario me había dolido más que una patada en el estómago. ¿Qué se habría creído semejante ser? ¿Qué era una simple mujercita a la que proteger? Creyese lo que se creyese, le iba a quitar esas sucias palabras de su boca... y que bien me iba a sentir.

Lo que más me impactaba de todo ello era el poder que decía tener ¿sería cierto? No estaba segura, pero si lo era, me había manejado lo suficientemente bien como para no haberlo sospechado... seguramente también podía analizar las personalidades de las personas, sino ya me podía dar una buena excusa para haber averiguado mi forma de ser... aunque pensándolo detenidamente... era bastante transparente en cuanto a modales y mi forma de actuar.

Antes de poder darle una buena contestación, noté como su cañón, o lo que fuera eso, me apuntaba a la cabeza. Que aburrido... me iba a matar de buenas a primeras. Pero en vez de darme a mi le había dado de nuevo al akuma, aunque por su expresión de placer supuse que ese ataque le hacía cosquillas.

-Querido, hazme el favor de no estropear al juguete ¿si? O tendrás que substituirle.- Dije activando con más fuerza mi materia. Al fin y al cabo... era un hombre.- Y de fácil nada, una mujer siempre complica las cosas...¿sabías?- Dije sonriéndole.

Pero ni siquiera se inmutó a mi respuesta, solamente apuntó.

- ahora a ti

Mientras enarcaba una ceja esperando el disparo dos dagas se incrustaron en el suelo provocando que el susodicho y yo nos apartásemos.

Levantando la cabeza observé como Near saliendo de la nada, se posaba en el suelo y con una gran sonrisa me saludó.

-Hola, querida

Con expresión incrédula, solo pude alzar la mano y saludar con una sonrisa. Este chico cada vez me sorprendía más.

El otro, que se había vuelto a poner de píe solo pudo carraspear y sonreír desagradablemente.

-¿Si serás tonto, acaso sabes que no me podrás vencer con el poco nivel que tienes?

-sabes que eso es posible, y lo hare, pero antes...cierra los ojos por favor- Dijo Near mientras me dejaba abrazar.

Se sentía cálido, y la verdad es que no me resistía... me iba a dar pena cuando le arrebatase la inocencia... Pero era obvio que no iba a cerrar los ojos, pero aún así asentí con la cabeza para evitar una mirada de corderito. Pero lo que no pude predecir era que me iba a empujar para atrás, evitando así el campo de batalla. Maldito crío, esta me la iba a pagar.

A pesar de mi enfado, el barco y sus disparos me sacaron de él, y solo pude correr para sacar de allí a mi pequeño, que al verme me estrechó entre sus ¨brazos¨ y me llevó a un lugar más seguro, pero en el cual podía ver lo que sucedía.

- Oye Steph, deberíamos ir al palacio... Alice está con el otro exorcista... me cae mal, pero luego la regañina la llevo yo ¿Qué hacemos?- Dijo con su habitual tono sarcástico.

- Déjala, siendo un hombre el exorcista no le pasará nada... lo más probable es que ya le alla dado una paliza...- Dije con una gran sonrisa.- Vaya... parece que va para largo, será mejor que nos pongamos cómodos...


En el palacio, concretamente en la habitación...

Alice sonrió maleficamente por dentro, ya tenía al chico en el bote. Haciendo gala de lo aprendido con Stephanie había logrado seducir al exorcista, el cual en esos momentos se dejaba llevar.

*Pobre iluso* Pensaba Alice

Alice notó como el chico peleaba por decir ¨no¨, pero los instintos masculinos eran demasiado fuertes para su sentido común, y Alice se había aprovechado de ello.

Sabía que Steph andaba cerca, por lo que seguramente solo tendría que jugar con él, pero a pesar de su madurez, su instinto le podía jugar una mala pasada.

*Tendré que controlarme, no vaya a ser que luego no pueda parar yo... o él* Pensó Alice algo preocupada.

El exorcista rodeó la estrecha figura de Alice por la cintura con una mano, y con la otra, alcanzó uno de los mechones del cabello azul de Alice y jugueteaba con el.

Lo que le sorprendió, quizás gratamente, fue la forma tan tierna de actuar de él... quizás fuera por que las veces que estuviera con un hombre fueran demasiado bruscas, o tal vez por que estaba algo cansada... pero el beso que le dio en la punta de nariz y la frente le hizo sonreír.

*Todavía está muy verde para esto... ¿será que poseer una inocencia conlleva a poseer la otra?* Pensó divertida mientras notaba las mejillas del exorcista ardiendo.*De todas formas, si fuera eso ya habría parado... hombres...*

Quitando los pensamientos de por medio, Alice atacó, volviendo a su plan de frenarlo hasta la llegada de su señorita. Alzándose de puntillas, Alice atrapó los labios del exorcista con una mezcla de furia y pasión, sin dejar apenas unos segundos para reaccionar. Mientras colocó una mano en la espalda de él, clavándole las uñas, y la otra en el pantalón, más cerca de arrancárselo de un tirón.

¿Quién sabe si a lo mejor no acababa de gustarle a Alice? La cuestión era entretener, y esa era la forma más sencilla que había encontrado, aunque no le gustase la idea.


[off: meta chan~~~tenías que haber escapado XD]

La chica había desaparecido. Después de haberla abrazado y caer con ella, desapareció sin dejar rastro. Una espesa nube de escombros había, no solo ocultando todo alrededor, si no, una polvo y desechos entraban a mi nariz ya que no había otra cosa alrededor mío.

Poco a poco comenzó a disiparse y vi como el palacio estaba siendo destruido por las balas de cañón. Muchas paredes habían colapsado y perfectamente se veía el interior del palacio. Los techos de arriba habían también caído. No había casi nada, solo escombros, las habitaciones que estaban, increíblemente, intactas y las escaleras que daban a la torre del reloj. ¿Dónde estará kento, y donde estará esa nueva identidad?

Comenzó a salir, uno de las partes de la pared caída, el sujeto que, parecía haberle afectado el ataque del barco, tosía sin parar y con sus dos brazos su cuerpo que esta, sostenía varios ladrillos.

Lo vi y sentí lastima por él. Entre al edificio por una de las paredes que estaban destruidas y, esquivando tubos, metales y otros materiales de construcción, me dirigí hacia el y le apunte con mi puño, que desde hay salía mi arma -¿estas convencido que no podrás ganarme?- le dije seriamente mientras el, con el pelo todo empolvado me miraba –maldito humano débil, ganasteis porque…- tose de repente –…porque las balas de cañón me dieron en mi brazo. Tu no…- Vuelve a toser -…no me has derrotado tu en batalla, tuvieses que tener ayuda de otros- y de nuevo, tosió.

-Pensé primero que lo esquivarías, tenias una velocidad que jamás pensé que daría unas simples balas de cañón. Segundo, ¿Qué eres tu exactamente: Un exorcista, un akuma, un aliado o un noah?- con una sonrisa un tanto desafiante, de sabor a victoria y a la vez de burla para él.

Él, solo me miro y se rio. -¿en serio crees que soy una de esas cuatro cosas?- lo mire y lo golpee con mi pierna a la cara –Si no me respondes mis preguntas… te mato- cambiando mi humor a uno mas serio, el solo se rio y comenzó a reír de una forma escandalosa –Esta es tu meta, ¿verdad, matar a cuantos sujetos vez?- entonces me di cuenta que tenia que mostrarle que hablaba en serio, apunte mis dos manos hacia el sujeto, preparándome para darle mi mejor ataque de nivel 1. El me miro, y pareció darse cuenta –Espera…. No…. No se que soy… solo se que llevo esto desde que toque una pieza de inocencia-

Me sorprendí bastante cuando escuche eso, si toco una pieza de inocencia, y esta, se convirtió en su cañón, ¿Cómo explica sus piernas? -¿y tus piernas?- le dije con el mismo tono serio -…son simples pinturas para asustar a la gente- termino contestando rápidamente -¿Cómo conoces a mi, a Steph y a kento?- El me miro, sonrió y dijo –Bueno, pues, arriba en la torre, esta mi hijo, este controla el reloj de la torre y el puede hacer, de alguna manera, controlar a la gente por un corto periodo de tiempo, pero el control no es total, solo parcial. Ya que, tienes que darles mandatos específicos, y luego de una hora, puedes de nuevo activar ese poder- Me lo explico con un detalle único, jamás pensé que lo haría, al parecer, si lo había asustado. Él decía que no es un exorcista, pero yo creo que si.

Tenia que subir por el niño, por kento y por Steph. Estaba claro que este sujeto nos ordeno decir nuestras identidades y ella de seguro estaba con preguntas. Pero, al pensar en ella de nuevo, me hizo recordar que ella emanaba un aura oscura y me recordó a la chica que vi en México. ¿Es una Aliada del conde milenario?

Estaba claro que si, lo había visto dos veces, una cuando conversaba con el tipo y otra cuando la abrazaba. Estaba claro. Pero, por extraño que parezca o suene, me gustaba la idea de que ella fuese una Aliada.

-¿Dónde esta Kento?- Le pregunte después de una pausa de reflexión, mientras lo miraba con un tanto de odio -¿Él?, pues esa en esa habitación, con una chica- señalando con su único mano humano a una habitación que estaba, prácticamente intacta. Después le dije gracias y con un golpe a la cabeza de mi guante, lo desmaye. Me acerque caminando aquella pieza y abrí la puerta. Lo siguiente, creo que fue lógica mi reacción.

No podía creer lo que veía, mi compañero estaba besando a una chica que era menor de el, al menos eso parecía por su corta estatura, y el parecía encantarle. Es mas, estaban tan bien abrazados que lo único que podía es, mirarlos por un tiempo.

-Aaaaah, disculpen por interrumpirles, KENTO VAMONOS- le dije con una sonrisa y con mis brazos dando una señal de “ven”.

El muchacho se vio envuelto en sensaciones que jamas habia sentido, en cierta manera deseaba que no acabara nunca, pero no pretendia ser brusco y era tierno con ella en lo que podia pese a que ella parecia ponerle muchas ganas, ella le habia besado intensamente mientras clavaba las uñas en el y le quitaba los pantalones cual fiera comiendo la carne de su presa.

Kento sentia tanto dolor como una sensacion de placer nunca experimentada hasta la fecha, pero no queria ser aprovechado y forzarla a hacer algo que no quisiese, ya que como habia mencionado antes, no le agradaban los hombres

-Escucha...agradezco lo que haces por mi, pero no es necesario que lo hagas si no quieres... te prometo que te defendere cueste lo que cueste ¿de acuerdo?- dijo el chico acariciando la mejilla de la joven suavemente y la abrazo con dulzura

De repente, una voz familiar se oyo a sus espaldas

-Aaaaah, disculpen por interrumpirles, KENTO VAMONOS- le dijo aquella voz, Near por fin habia llegado hasta el palacio

-Ups... disculpa- dijo llevandose la mano a la nuca y luego volvio a mirar a ella- Perdona mis malos modales, Yo soy KEnto Yashibawa ¿y tu?

[off: me mandaste la violación a tomar por saco DX]

Mientras miraba a lo lejos la lucha comprendí muchas cosas, el engaño del hombre y como nos conocía. Lo peor de todo esto es que Near lo había derrotado... y iba a subir a la torre. No podía dejarle, la inocencia tenía que ser mía... además estaba Alice allí sola, pero si mal no recuerdo había unos cuantos akuma nivel 2... le darían una buena bienvenida. Aún así debía darme prisa.

-Anda querido~.- Dije dirigiéndome al pequeño.- Será mejor que vayamos subiendo, Near no tardará... y por lo que veo creo que ya sabe que soy una aliada.

-Normal enana.- Dijo riéndose.- Eres la cosa menos discreta que conozco... solo a ti se te ocurre tirarle los tejos~ ¿ahora que piensas hacer?

Enarque una ceja con autosuficiencia y puse una mano en mi cadera.

-Pues es obvio, subir alla arriba, recuperar a mi dulce Alice , darles una paliza, recoger la inocencia... y tal vez seducirlo de nuevo.- Dije mientras señalaba a Near.

El akuma tardó varios segundos en responder debido a la gran risotada que le produjo mi comentario.

-En fin... eres lo que no hay Steph... pero hoy no he catado macho, así que como comprenderás quiero alguna presa.- Dijo mientras me cogía en el regazo.- Y no me vale esta vez un simple jadinero o recepcionista.

-Esta bien~~ te daré algo fino ¿de acuerdo? Pero más te vale que nos vayamos ya si queremos librarnos de ellos.

El pequeño asintió con la cabeza mientras que de un salto fue subiendo hasta llegar al palacio donde se encontraba Alice.

-Bien, ahora solo hace falta encontrarla.- Dije con energía.

Sinceramente no tardamos mucho en encontrarla, ya que después de un rato caminando escuchamos una especie de jadeos. Estaba anonadada, ¿Alice con un chico? No me quedaban más posibilidades que aquella, ya que según mis informes, no había más gente que ella, el exorcista y el hijo del hombre raro.

-Vaya con la humana... y yo que pensaba que era de mi acera...- Dijo el pequeño burlonamente.

Noté una presión en el pecho... ¿celos? No, no podía ser eso... La quería mucho, pero no de aquella forma... ¿O si?

-No digas eso... seguro que tiene una explicación.- Dije con expresión dolida.

-¿Celosa Steph?- Preguntó regodeándose.

-¿Pero qué dices?... calla, viene alguien...

Cogiendo al pequeño por la ¨mano¨ nos escondimos detrás de una columna. Allí estaba Near que había noqueado a un joven y seguidamente abría una puerta. La expresión de él confirmaba mis sospechas sobre Alice.

-Aaaaah, disculpen por interrumpirles, KENTO VAMONOS

¿Así qué era verdad?¿No se suponía qué Alice odiaba a los hombres? Pues menuda forma de expresarlo. Pero por lo pronto decidí no actuar y observar entre las sombras lo que sucedería.


En el cuarto...

Alice notó como el joven se separaba de él. Estaba algo confusa, nunca habría imaginado que hubiese podido reaccionar con claridad.

-Escucha...agradezco lo que haces por mi, pero no es necesario que lo hagas si no quieres... te prometo que te defendere cueste lo que cueste ¿de acuerdo?

Esas palabras la dejaron sorprendida. La mirada tan sincera que le echó, la caricia y el abrazo le revelaron que no todos los hombres eran iguales. En parte se sentía bien por haberlo descubierto, pero por otra estaba enfadada por no ser capaz de haberlo retenido lo suficiente. Pero a pesar de lo anterior, Alice sabía que no lograría ablandarle el corazón a pesar de que le había correspondido el abrazo.

En medio de esa escena tan cariñosa por parte del joven, una voz la despertó de sus pensamientos.

-Aaaaah, disculpen por interrumpirles, KENTO VAMONOS

Alice abrió los ojos de golpe. En menuda situación la habían pillado... y el joven con los pantalones a medio subir. Tuvo que contenerse para evitar una carcajada.

No solo eso le hizo gracia, sino la respuesta despreocupada del joven al que había intentado hacer algo impropio de ella.

-¿Yo?... Me llamo Alice encantada.- Dijo con una gran sonrisa.- Y en cuanto a ti.- Dijo dirigiéndose esta vez a Near.- ¿No sabes que se peta a la puerta antes de llamar?¿y si nos pillas en algo peor? Bueno... siendo como sois los hombres seguro que te habrías unido a nosotros.- Dijo tajante. Se acercó un poco a Kento para que Near no la escuchase.- Gracias por lo que hiciste... y si esta vez aceptare el trato.- Dijo con una gran sonrisa mientras acariciaba el cabello de este.

Colocándose bien la ropa salió de la habitación de un pequeño salto y miró alrededor. No pudo evitar sonreír, notaba el olor de su querida Steph...

-Bueno Kento- dije un poco nervioso al ver la escena “romántica” entre ellos dos. Teníamos que apresurarnos si queremos llegar a la torre del reloj lo antes posible. Y, si estaba en lo correcto en que, mi querida Steph, sea un aliado del milenio o un Noah, quera llegar hacia la inocencia.

–Iré adelantándome, te espero en la punta del reloj- con una gran sonrisa en el rostro. Me daba risa que mi compañero fuese esa clase de personas que conquistan mujeres menores que él.

Corrí inmediatamente hacia las escaleras, aun con mi inocencia activada en el primer nivel, con una pregunta clara: ¿el barco atacara de nuevo al palacio? Aun así, no paraba de subir las escaleras.

-jejejeje~ al fin te encontré, Exorcista- Decía una voz –Hay que matarle- decía otra - ¿ha?, esperemos que salga el jefe- una mas gruesa –caya, que no va a escuchar- decía una cuarta –si, tienes razón, a callaos todos- decía una mas dulce –mmm… y si bajamos y lo violamos- en eso me estremecí y hubo un silencio corto después de escuchar una voz femenina mas madura -hay, claro que no, debemos matarle, así se nos ordeno- Dijo una voz mas seria –tiene razón, pero a mi también me gustaba la idea de violarlo- decía una voz mucho mas gruesa que las demás, tanto, que parecía a la de un gigante.

Al escuchar eso, prácticamente quería reír de la forma de cómo se habían delatado ellos mismos. Mínimo podrían ser ocho, pero también cabía la posibilidad de haber muchos mas. Pero de seguro había niveles dos, de eso estaba totalmente seguro.

Seguí corriendo de nuevo y en eso, algo me golpea. –jejeje…. Te encontré maldito exorcista- mientras mi cuerpo golpeaba contra la pared. -¿Qué, pensé que estaban mas…?- fui interrumpido por otro golpe -¿crees que somos tan ineptas?- decía la otra.

Claramente vi que todas parecían mujeres, su piel era de colores, uno blanco y otro negro, mientras un azul bajaba, y otro de color rosa. No paraban de salir. También parecían no tener ojos ni nariz, ni pelo alguno. Daba miedo hasta cierto punto. Era demasiados, con mi nivel de inocencia actual, no les podía ganar.
Salieron de varios colores y juntos los que estaban hay: rojo, azul, verde, blanco, negro, rosado, morado, y marrón.

-mira, hay que violarlo- subí mi ceja de la sorpresa que decían –no, hay que comerlo vivo- trate de pararme –nada, violémoslo, es solo un chiquillo- decía otra mientras de iba y me alejaba para dejarlos discutir -¿acaso no llegaremos ningún acuerdo?- decía otro mientras empanzaba subir las escaleras.

-miren, esta que se escapa- decía el de la voz fuerte y grave, claramente vi que era uno de ellos y era la rosada –por el amor del chocolate. ¿Que tipo de akumas son? XD- el de piel verde se acerco y me dio una mirada. -Matémoslo y después lo violamos- Eso sonó mal para mi y comencé a correr mas arriba, cuando a la vez los ocho también me perseguían.

Al fin llegue a la punta del reloj. Después de correr tanto por las escaleras, llegue a una especie de sala o habitación que arriba, a tan solo pocos metros, se encontraba el reloj. Hay vi un niño que parecía estar durmiendo.

Pero los akumas que me estaban persiguiendo habían llegado. Y para colmo de mi sorpresa: -niñato, crees que con ese golpe podrás derrotarme- esa voz familiar me dio la impresión que lo recordare. Era el sujeto de antes que estaba apuntándome con su arma. Estaba sangrando y parecía haber llegado al mismo tiempo que yo. Pero ¿Cómo?

Eso no era una pregunta que tenía que planteármelo cuando nueve enemigos estaban al mi alrededor y un niño en la cual debía salvar de las garras del sujeto renegado.

Los ocho se fueron contra mi rápidamente intentando darme un golpe con sus manos, unos cuantos los esquive, pero el rojo me lanzo hacia el peli-verde. Este no dejo de aprovechar la situación y darme uno de sus ataques. Con una bola de niebla, lanzo y me ataco sin piedad alguna, volviendo a la situación donde estaban los akumas.

Algunos de esos coloridos demonios, exactamente tres, fueron al ataque contra mi otro enemigo. El, ataco a unos dos, pero fue golpeado por un tercero. En eso, el verde ataco sin piedad a mi espalda cuando yo estaba al caer al piso boca abajo. Golpeándome fuertemente contra el piso. –Saben, ya me harte. Inocencia. Nivel 2. Supernova- Con una gran euforia, lance mi cuchillo contra el agresor de mi espalda.

Ojala que Kento se apure, son demasiados para mí.

Con mis guantes de acero, golpeaba a cada akuma que trataba de golpearme, pero otro golpe hacia mi espalda de nuevo hizo que perdiera el control y los coloridos atacaban por frente mientras que el sujeto del cañón, me atacaba por detrás con varios golpes.

Aunque había eliminado a uno con mi cuchillo existían aun siete mas.