Reclutamiento inesperado

Azura había salido disparada de las explociones y param i gusto directo a estrellarse contra una de las paredes, la parecer el golpe fue más fuerte de lo que se podía apreciar.

-genial-dije divertida al ver la sangre.

pero de las arreglo para slair bien parada del ataque y se gano detrás de mi de u agil salto.

-oye que no deberías moverte con esas heridas-le dije cuando se gano atrás-¿que?-

el amra había cambiado y ahora se dirigía a atacarme, transforme mi naginata en un nunchaku de tres secciones, con destreza y presición, con el nunchaku de tres secciones produje un bloque medio e hice que la hoja se deslizara hacia arriba así apresandola con un movimiento de muñeca detuve la cuchilla, tuve que ejerce gran fuerza para deneterla a milimetros de mi cuerpo.

-fui... por poco-suspire y mire a la mujer de un costado-peligroso... eso fue peligroso... verás-

gire mi cuerpo para quedar frente a ella, y avente su arma de regreso, así que aproveche el haber lanzodo su arma para ir por ella, meti mi mano en mi bolsillo y saque otro cubo negro que se transformo en una espada como lo hacia ahora mi nunchaku de tres secciones, y le lanze una serie de ataques congran fuerza, la mayoria de los ataques iban hacia la cabeza de ella.

Sentí como mis piernas cedían ante el alivio de verla de nuevo en pie. Al menos ella estaba bien, aunque su herida me preocupó.

Caí de rodillas, pero apenas sentí el impacto contra el suelo. Algo extrañada, comprendí que en mi mente un extraño sopor se empezaba a filtrar...

-Qué me...está pasando...-

Luché por mantener la consciencia, pero mi cuerpo no parecía obedecerme. Lo único que notaba era el frío...

Maldijo al ver como la noah lograba detener su ataque, creyó que podia terminar con esa pelea de una buena vez, movió la mirada buscando a Nine para saber donde se encontraba, estaba preocupada ya que no lograba encontrarla, sin embargo en ese momento sintió como la mujer la aventaba y soltaba su arma (no se si entendi bien, solte mi arma cierto?).

Dio un traspie manteniendo su guardia en alto he inmediatamente la mujer comenzo a atacarle, creando una espada otra vez con esos cubos de color negro- ¡tenias otra de esas cosas!- dijo con desgano y harta de esas cosas. Tanto la espada y el Nunchaku iban dirigidas a su cabeza.

Azura al tener sus manos desnudas debia de esquivar los ataques, recibio unos cuantos del Nunchaku, que le dolian bastante, ademas de que pasaba a golpear más de una vez la herida de su cabeza y la hacia sangrar cada vez más, lo que más tenia prioridad para ella era el esquivar la espada para que no le dañase a grandes rasgos.

Comenzo a caminar hacia atrás, sus brazos se hallaban bastante amoratados por los golpes que bloqueo con sus brazos desnudos, jadeo un poco cuando logró tomar un poco de distancia de la mujer, sin embargo aun no podia recuperar su arma- esto va mal.....-agregó en voz baja.

la pelea segía, pero esto ya comenzaba a agotarme de la lucha contra ella además de ponerse aburrida a si que sin más detuve mi ataque y miré a la general.

-vaya... esto ya esta aburrido, sino tienes el amra para defenderte es aburrido, además... pareces que estas muy herida general... -mire a la mujer para luego mirar a la chica Nine-y ella parece que se fuera a morir ¿oye no crees que se vaya a morir cierto?-

dije sin despegar la vista de la otra chiquilla que parecía la borde de la inconcencia era una chica muy interesante la tal nine, una idea maliciosa y corrí hacía la chica casi inconciente, me detuve a unos pasos de ella y quede mirandola fijamente.

-¿hey tú Nine cierto?... ni se te ocurra morir-dije mientras mis armbas desaparecían y me quedaba solamente con mi sombrilla y miraba el cielo al parecer la lluvia no quería parar-hmm... seguramente Conde-tama se moleste por no cumplir la misión pero...-suspire sin envitar un escalofrio al recordar al hombre que mandaba entre nosotros-eres una mujer muy fuerte general Azura...-

sin más se sente junto a nine como si fueramos amigas intimas y saque un dulce.

-¿quieres?-lep regunte sin mirarla siquiera pues mi atención recaía en la mujer que esta un poco alejada.

Asustada apenas conseguía mantener mi cabeza en la pelea, pero la cordura me acompañaba lo suficiente para comprender que Azura lo estaba pasando mal.

Cuando perdió su arma sentí deseos de gritar, perlo la voz no me salía. Solo me adormecía lentamente y me sumía en una confusa niebla inconsciente.

De pronto, dejé de escuchar los golpes del combate y me dió la sensación de que alguien se acercaba a mi. Por algún extraño motivo sabía que no era Azura... así que tenía que ser Anastasia.

Mi cuerpo se calentó levemente como para infundirme valor, y decidí que no suplicaría por mucho que me doliera.


-¿hey tú Nine cierto?... ni se te ocurra morir-

Las palabras asomaron en los límites de mi cerebro confusamente, y no reaccioné en absoluto. De pronto, un cuerpo cálido se sentó junto a mi. Oí de nuevo la voz de la chica pero no podía responderle ni queriendo.

Senti como caía, como se me doblaban las piernas y mi cuerpo arrodillado se inclinaba cia aquella fuente de calor en contra de mi voluntad. Sabía que era peligroso, y quizás muriera, pero no tenía fuerzas para apartarme...

Mi último pensamiento consciente fué para mi hermano y para la general, ojalá ambos siguieran con vida...

Y mi cabeza dormida se depositó sobre las piernas de mi enemiga.

Los ataques cesaron, fue un alivio para la mujer pero sabia que tampoco era para celebrar, retiro sus golpeados brazos de delante de sí y los bajo a sus lados, miro a la Noah con rabia, le dolia mucho la cabeza, los golpes habian entorpecido su vista y la habia nublado levemente, la sacudió para ver que sucedia y finalmente frente a ella se hallaba Nine.

-¡¡¡Nine!!!- exclamó he iba a acercarse a ella, de no ser por el movimiento cobarde de la Noah y posicionarse primero junto a la chica, se sentó y parecia divertirse, Azura presiono sus manos empuñandolas- eres....una.....-dijo mientras apretaba los dientes, estaba preocupada por el bienestar de Nine, no se veia nada bien, se notaba decaida ya que cayó en las piernas de la Noah- no la lastimes.....si lo haces te juro que.......-exclamo de manera amenazadora-

mire sorprendia como la chica se dormia en mi regazo, para esuchar la maenza de la general seguidamente.

-vaya... debe estar muy cansada... mira que venir a dormirse en las piernas dle enemigo... es es inonico no lo ¿crees Azura-chan?-lo último lo dije en son de burla para molestar un poco a esa mujer, sin más lleve otro dulce a la boca.

me levante con cuidado de no desperta al durmiente y la tome en brazos, vaya que era comica esa escena una niña de quince años tomando en brazos a una chica m´´as alta que ella, bueno restemosle importancia, encoji mis hombros quitando la idea extraña que me había surgido.

- a la hora que se me ocurren cosas extrañas...-murmruem ientras caminaba directamente hasta Azura-ten.. aquí tienes a la princesita en peligro...-dije extendiela para que la tomara sin borrar aquella sonrisa burlona que tenía en el rostro, pues si no me equivica y cosa que dudaba ella sabía muy bien que aquella "niña" era importante pra esa mujer, por eso había llegado tan lejos ¿no?

En medio del sopor sentí como alguien me levantaba delicadamente, pero mis párpados no se abrieron.

Solo necesitaba...calor....

Me estremecí intentando resistir el frío.

Se acerco lentamente, no confiaba en la Noah pero debia de asegurar el bienestar de Nine, por lo que se preparo para recibir lo que viniese de parte de Anastasia, continuaba con su paso lento hasta quedar frente a ella y coger a Nine en un rapido movimiento, enseguida dio saltos hacia atrás para alejarse, en eso se topo con su arma y no dudo ni un segundo en tomarla para anteponerla.

Se quedo inmovil y pendiente de los movimientos de la Noah, mientras tambien intentaba despertar a la chica que llevaba en sus brazos- ¡Nine.....¡Nine!- exclamaba una y otra vez- despierta por favor-

El cuerpo de la niña estaba helado debia de hacer algo rapido- maldición si esto sigue asi......-se decia para si- ¡vamos Nine tienes que ser fuerte! no te rindas....- le dijo mirandole.

-hay... que no muerdo ni nada por el estilo mujer-me burle al ver la reacción precipitada de ella al dar unos saltos para evitar alguna posible represalia de mi parte al tomar su arma-tranquila que no pienso matarte ni a ella... además sabes que ahora no podrías vencerme teniendo a una chica inconciente ¿verdad que lo sabes?-

levante las manos en muestra de paz mientras me acercaba unos paso más hacia ellas y miraba a Nine.

-oye cuidala, que quieor ver que tan divertida se volvera en futuro... no quieor que mis espectativas decaigan por tener a un maestro que no sirva-le acaricie la cabeza como si fuera una niña pequeña y me di la vuelta-¡por cierto! deberías hacer algo pronto... lastima yo quería despedirme de ella también-encoji los hombre-para otra ocacion será... bueno fue un placer conocerte General Azura... y dile a Nine que espero verla pornto... hasta luego-

me despiede de ella alzando la mano y me volvi a cubrir con mi sombrilla, auqneu eso ya no importaba mucho, ya qe mis ropas y yo estabamos muy mojadas y heridas como para que una sombrilla sirviera de refugio.

-oh... bueno seguramente Conde-tama se enoje por no haberp odido cumplir su misión... hay me viene seguramente un ruto... no me gusto-me queje al airem ientras desaprecía de la vista de esa mujer por las calles aledañas de lo que quedaba de aquella plaza.

(cambio de escena)

Dentro de aquella pesada bruma sentí que me agitaban. Me revolví, no queria despertarme. Estaba mejor alli, sin dolor...sin nada...

La voz seguía agitándome, arrastrándome de nuevo al mundo brillante y doloroso.

Abrí los ojos lentamente, mis párpados parecían piedras y me encontré con que no veía las cosas a la altura normal.

Acaso estaba flotando? Al girar la cabeza me encontré con un brazo y más arriba el rostro preocupado de la general.

Me quise mover, no me sentía a gusto siendo una carga, pero mi cuerpo no me obedecía. Al menos debería tranquilizarla.

-No se preocupe por mi, no me muero, solo tengo frío y sueño- le dije intentando sonreír.- Me alegro mucho de que esté viva señorita Azura.- y conseguí esbozar una gran sonrisa.

Miré a mi alerededor y no encontré a la otra chica. Me sorprendió levemente, por lo que miré a la general con un interrogante en mis ojos.

La preocupación la habia agotado mentalmente, haciendola olvidar los golpes en su cuerpo, la chica no respondia y eso le angustiaba hasta que despues de un rato Nine abrió los ojos, eso le hizo esbozar una sonrisa- ¡Nine!- dijo con un tono de voz aliviado.

El escuchar su voz la tranquilizo tanto que sus rodillas no aguantaron el peso y cayó de rodillas con cuidado de no lastimar a la chica, se quito su chaqueta de exorcista y la arropó con esta, noto como con la mirada buscaba a la joven Noah- ya todo esta bien.....La Noah se ha marchado....-explico y a la hora de decir esto su mirada se endureció, ahora conocia a otra de las Noahs del Conde.

Paso su mano libre por su cabeza para retirar la sangre seca de su cabeza dejando solo un poco, finalmente se habia detenido, era hora de descanzar y después de llevar a Nine a la Orden.

Contemplé el cansado rostro de Azura y em revolví en sus brazos hasta caer de pie en el suelo. No era necesario que me cargara, ya me sentía algo mejor. El hecho de que me hubier dejado su abrigo significaba mucho para mi, pues a aquellas horas no hacía calor precisamente. Observé el cielo, que seguía estando de ese color gris plomizo anterior a una tormenta y me estremecí levemente. Siempre me habían gustado las tormentas, pero no quería que la general se empapara en su estado.

La miré de nuevo, observando todas sus heridas y decidí que ya había cuidado de mi bastante. Daba igual lo que me pasara a mi, ella era probablemente una persona mucho mas importante y necesaria que yo.

Me agaché a su lado y le pasé un brazo por detrás de los hombros y por debajo de la axila del otro lado para incorporarla. Me sentía bastante mareada y entumecida pero tenía que resistir.

Tiré de ella hacia arriba y miré hacia el final de la calle, donde destacaba un cartel de madera que indicaba una posada.

-Señorita Azura, haga un esfuerzo. Debemos llegar hasta allí antes de que comience la tormenta...-y para recalcar mis palabras una fría y dolorosa llovizna comenzó a caer sobre nosotras.

Teníamos que refugiarnos y descansar. Y teníamos que hacerlo ya.

Suspiro, manteniendo la posicion en la que habia caído, sintió la llovisna leve que habia empezado a caer nuevamente sobre ellas, era muy agradable, sus golpes y heridas agradecian el liquido frio que las recorria. Levanto la cabeza hacia el cielo para que tambien la llovisna le mojase la cara.

En eso sintió que Nine se paraba junto a ella y la observaba, por lo que bajo la cabeza para mirarla tambien y asi sonreirle, indicandole que se encontraba bien, lo que tenia solo eran golpes en su cuerpo, nada de mucha gravedad ya que su cabeza habia parado de sangrar definitivamente.

Sin embargo esta se agachó a su lado y la ayudo a levantar. La exorcista se encontraba bien por lo que se levanto a su lado, para asi no ser una carga innecesaria, después de todo Nine no se encontraba del todo bien no queria que tuviese más presiones, suspiró nuevamente y observo de igual forma el cartel mientras escuchaba sus palabras.

-si....tranquila Nine estoy bien, no es nada serio, son solo un par de golpes, te agradezco tu ayuda- le dijo con tranquilidad mientras tomaba su inocencia y la desactivaba, solo deseaba que por ahora no aparecieran más akumas, aunque mientras no arreglase ese asunto con aquel extraño y supuesto Agente del conde, las cosas no regresarian a la normalidad.

Por ahora y al igual que Nine, creia que lo más prudente era descanzar y recuperar energias, asi que siguio a Nine hasta aquella posada, donde pidio una habitacion con 2 camas, queria mantener a la chica vigilada después de lo debil que habia quedado al utilizar su inocencia y aunque era lo más obvio, prefirio tenerla a su lado.

La dueña de la posada les indicó la habitación esta era bastante simple, 2 camas separadas por una pequeña mesa de noche, sobre la cual habia una lampara que alumbraba el cuarto, Azura camino hasta la cama soltandose de Nine, despues de agradecerle otra vez por la ayuda y se recosto, jamas en su vida habia encontrado una cama tan comoda como aquella y aunque rechinaba mucho para ella eso no tenia importancia era muy agradable sentir la suave almohada bajo su cabeza después de semejante pelea.

-muy bien hora de descanzar, Nine recuestate y duerme, mañana hay trabajo que hacer- le dijo a la joven.