"Detrás de la única pista que resulta una luz azul..." Misión de Reclutamiento a Grecia [Anks Satubi - Cyris Soul]

Cyris rechazó la ayuda de Anks, más que nada, sería porque el exorcista no tendría fuerzas para poder levantarle y llevarle hasta el campamento. Aparte, estaba bastante cansado, y necesitaba volver a dormir. Un tal Teseo se dirigió hacia Cyris, al ser llamado por éste, para que le llevase hasta donde estuviese el resto del pueblo.

Anks intentó acompañarlos, aunque en medio de aquel camino, tropezó y cayó inconsciente. Ya era hora de que el chico volviese a descansar, pero esta vez, un descanso algo mas largo y tranquilo.

Uno de los marineros que andaban por allí, llevando las provisiones del campamento y los materiales, hasta el barco ya arreglado, se percató de que alguien "dormía" en el suelo. Éste se dirigió hacia aquel chico, que resultaba ser Anks, y fue a llamar a uno de sus compañeros.

Minutos después, este llegó con otro de los marineros, para poder coger al exorcista y llevarlo al campamento, en un lugar cómodo en el que pudiese descansar, y con esperanzas de que el chico despertase. Los dos marineros, uno de ellos con apariencia mas anciana que el otro, cogieron al exorcista y se lo llevaron directamente al barco, donde cargaban ya todo para irse de nuevo al pueblo.

En cierto modo, aquellos marineros se alegraban de que el chico durmiese, pues ya les había ayudado bastante, aunque en ciertas cosas, ya no hubiese marcha atrás...

Todo el campamento restante empezaba a recoger sus cosas, guardando mantas y pequeños sacos esponjosos, que utilizaban como colchón portable. El resto del pueblo que quedaba se iba subiendo al barco ya arreglado, pues para el otro barco, ya no existía arreglo... estaba casi totalmente destrozado. Como fuese, tenían que llevar a todos en un mismo barco, ya eran menos personas, debido a la tragedia ocurrida la noche anterior, pero se intentaría llegar al pueblo pesquero griego en aquel barco, y sin que la gente sufriese más daños de los que habían recibido.

El cuerpo de Anks se econtraba en uno de los pequeños camarotes de los marineros, tumbado justo encima de una cama, un poco dura, pero agradable tras tanto esfuerzo.

Una vez subida casi toda la gente , e ignorando que aquel aliado del conde siguiese vivo, ciertos marineros se dispusieron a destruir el barco en el que Edward llegó a aquel lugar, para que quizás no escapase de allí... El aliado de El Conde había desaparecido... La misión estaba a punto de acabar, con el descubrimiento de un nuevo compatible con la inocencia... El peligro había pasado, lo mas duro había que olvidarlo, y por lo tanto, reparalo...

Uno de los marineros que se encontraban ya en la cubierta del barco, se asomó y gritó con voz fuerte, para que todos los aldeanos le escuchasen...

-¡¡Rápido, volvamos al pueblo... Reparemos todo este daño !!-gritó con voz fuerte y grave aquel marinero griego.

Estaba realmente cansado y hasta que Teseo no me llevó a la tienda, me dí cuenta que Anks no le había seguido, tal vez estaría descansando como yo. Teseo me dejó bien tendido en el suelo y en cuanto termino de acomodarme se fue rápidamente a buscar a Olimpio. Tras unos cinco minutos Olimpio ya estaba sentado junto a mí y Teseo parecía que se iba.

Gracias por todo Teseo, me has ayudado realmente, te estoy muy agradecido ahora si quieres puedes irte, de nuevo muchas gracias.-agradecí a Teseo todo su trabajo, el cual me había ayudado considerablemente.

De nada Cyris, para esto estámos, para ayudarnos los unos con los otros, ya me devolverás tu ayuda, cuando yo esté mal o la necesite, tranquilo.-se marchó riéndose a carcajadas.

Me encontraba solo cara a cara con Olimpio, tenía que hablar con él sobre el futuro del pueblo y lo que harían de ahora para adelante, después de toda la charla debería descansar para poder probar posteriormente mi Inocencia.

Cyris ya tendremos tiempo de hablar, las noticias vuelan, me he enterado todo lo que ha ocurrido con la luz azul, parece ser que tu reloj se ha llenado con ella convirtiéndose en arena. Todo esto te ha tenido que dejar realmente cansado, no te deberías preocupar por hablar conmigo.-dijo mostrándose muy curioso con lo que me había ocurrido.

No te preocupes por mí, cuando llegue el momento te hablaré de lo que ha sucedido, ahora toca otra cosa, me preocupa lo que le va a pasar a las personas que quedan con vida, ¿ tenéis algo pensado?, te lo pregunto porque posiblemente pueda ser que os tenga que abandonar y quiero irme con la conciencia tranquila para donde tengo que ir.-pregunté si tenía algo preparado para el pueblo.

Olimpio permaneció un momento callado pero respondió al instante.

Vamos a volver al pueblo, para ver si queda algo que nos pueda ser útil, te trasladaremos en camas portátiles para que puedas descansar no te preocupes, iremos algo ajustado ya que el otro barco ha quedado toatalmente destruido y no podemos hacer nada por él, ¿ te parece bien lo que hemos pensado entre todos ?-me citó todo el plan que tenía preparado.

Todo eso que me había dicho estaba bien, era bueno aprovechar recursos que se habían quedado atrás, pero por otro lado quedaba la aparición de akumas y la presencia de Edward por aquellos lados, era extraño, Edward hacía tiempo que no aparecía. Pero no tenían opción debían recoger los recursos que pudieran para alimentar a todo el pueblo y conseguir nuevos barcos.

Por mi me parece perfecto, aunque siempre tenemos que tener cuidado.-advertí a Olimpio para que no ocurriera nada malo de nuevo.

Siempre lo tendremos, entonces de acuerdo, pues ya te dejo duérmete, ya te trasladaremos.-dijo Olimpio mientras se marchaba de la tienda.

Por fin tiempo para descansar, podría descansar, después ya tendría tiempo para averiguar el poder de la Inocencia. Había sido un privilegiado por la elección de la Inocencia, pero también me sentía realmente mal por la muerte de los familiares que me quedaban, nunca perdonaría a los akumas y a los aliados del conde. A lo lejos escuchaba la voz de un marinero que daba la orden de volver al pueblo, pero en ese instante, me quedé dormido ya por fin.

El chico seguía durmiendo en el camarote.

En esos momentos, casi que no era consciente de nada, solo imágenes borrosas e indescriptibles se formaban en el subconsciente de Anks. También, todo el pueblo restante logró subir al barco, y ya quedaba menos para que aquella misión acabase de una vez por todas.

Ed había desaparecido.

Nada se sabía de aquel aliado del conde, tras el derrumbe de aquella cueva. Posiblemente se hubiese quedado allí, hubiese muerto en aquel derrumbe. O hubiese escapado a tiempo, aunque la gente confirmaba que no vieron salir de allí a nadie que resultase extraño para ellos. ¿Acaso la lucha entre el exorcista y el aliado había sido anulada? En ese momento, el exorcista sería proclamado "vencedor" de aquella misión. Todo salió a la perfección, exceptuando las perdidas materiales y de personas. Pero la inocencia estaba intacta, por lo que la misión había sido un éxito, o al menos, hasta que llegasen a la Orden.

El barco pesquero zarpó. Avanzaba bastante rápido hacia el puerto de aquel pequeño pueblo. Se notaban las ganas de volver allí y reconstruir los daños.

Anks seguía dormido en aquella dura cama del camarote del pesquero. Apenas se movía un centímetro, a excepción de algunos movimientos un tanto bruscos del pesquero en el que viajaba, que hacía mover su cuerpo.

El viaje se hacía corto, la velocidad del pesquero lo hacía llegar mucho más deprisa que la vez anterior, además, iban seguros, ya que el peligro casi había cesado, y había luz suficiente como para observar todo el camino y los obstáculos de éste.

El descanso del exorcista seguía, sin apenas conciencia alguna, sin abrir siquiera los párpados. Estaba profundamente dormido, al llegar al pueblo, debería tomar otro barco hasta el puerto de Francia, para poder volver a la Orden con un nuevo acompañante, Cyris...

Ya hacía un tiempo que me había quedado dormido, solo sentía la brisa del mar y los rayos del sol que se posaban en mi cuerpo. Estaba interiormente mucho mejor, había descansado ya algo, pero aún no era suficiente, mi cuerpo me pedía varias horas para que estuviera de nuevo en plena forma. Algo perturbó mi sueño, un llanto, el cual parecía que provenía de una voz femenina algo joven.

¿ Qué ocurre ?-bostezaba mientras me iba levantando de aquel sueño del que acababa de despertarme, tenía delante una niña de unos doce o trece años que lloraba a unos cuantos metros de mí, ella era la que me había despertado de mi sueño.

Era rubia, con unos bonitos ojos azules del color del mar y presentaba un rostro bastante triste. Aunque me había despertado no estaba nada enfadado, aquella bonita joven parecía realmente triste, necesitaba que alguien le consolase.

Perdón por despertarte, estoy algo asustada por todo lo que me ha ocurrido, mi padre murió a manos de aquellas criaturas que atacaban al barco que se ha quedado allí en la orilla de la cueva...-lloraba mientras me decía aquellas palabras tan duras para una niña tan joven.

Lo siento por lo de tu padre..., yo también lo perdí a manos de aquellas criaturas..., sé como te sientes pero llorando no conseguirás nada, por cierto puedes llamarme Cyris.-intenté consolarla para que no llorara más.

Parecía que las palabras que le había dicho le había conmovido y entonces, paró de llorar. En ese mismo instante se levantó y se dirigió hacia a mí, me puso algo colorado ya que me abrazó fuertemente, pero yo sabía que en el fondo necestiba consolarse con alguien y no me importó lo que hizo.

Perdón si te ha molestado el abrazo, pero es que estoy terriblemente mal y necesito el apoyo de alguien, gracias Cyris, puedes llamarme Corina.-dijo aquella bonita voz excusándose por el gesto que había hecho.

No me has molestado en absoluto Corina, encantado de conocerte, te ayudaré en todo lo que pueda. Ambos compartimos el mismo dolor, hemos perdido a algún familiar y por experiencia propia sé que es muy duro asimilarlo, no te preocupes el dolor desaparecerá te lo aseguro.-dije con una gran sonrisa en la cara para que viera que se podía estar bien aunque te faltara alguien en el mundo, aunque era muy duro sonreír.

Ya parecía algo más tranquila, me sentía realmente bien con ella al lado, habíamos pasado por lo mismo y me transmitía cierta inocencia por su parte, aún le quedaba mucho por vivir y debía intentar estar lo más feliz posible.

Corina, necesito descansar algo más, aún no hemos llegado al pueblo y me gustaría que te quedases a mi lado para que me avisases cuando lleguemos, estáte tranquila no te dejaré sola.-pedí a Corina ese favor ya que necesitaba descanso aún.

Gracias Cyris, estaré aquí callada y muy tranquila, sabiendo que te tengo a mi lado, no te preocupes, te avisaré en cuanto lleguemos.-y por primera vez la ví sonreír, tenía una bonita sonrisa la cual nunca debería perder.

De este modo conocí a Corina una niña que lo había perdido todo al igual que yo, aunque estaba seguro que podría vivir con la carga que llevaba encima. Me dormí de nuevo, pero a la media hora o así, escuché de nuevo aquella dulce voz.

Cyris llegámos, espero que estés algo mejor, me gustaría ir contigo si no te molesto claro-me pidió mi compañía la cual nunca se la negaría.

Claro Corina ven conmigo, no me molestas para nada, al revés me agradas mucho-dije dirigiéndole una bonita sonrisa por parte mía.

Los pueblerinos empezaron a desembarcar y yo con ayuda de Corina pude bajar del barco sin problema, mi tobillo estaba mucho mejor y al menos había podido descansar algo. Estaba ya inminente mi salida del pueblo, la cual me llevaría en el camino de vengar a los asesinos de mis familiares, pero antes debía comprobar cual era el poder de mi reloj.

El pesquero se acercaba a la orilla del pueblo griego. Estaban ya casi en el puerto de éste.

Minutos después de aquello, el barco por fin llegó a para al puerto. La escalera lateral se iba bajando hasta tocar el suelo de éste, así, la gente de aquel pueblo también bajaba con las provisiones , cargando los materiales que se habían llevado, y sacándolos del barco hasta lograr tenerlos todos en tierra firme.

El mismo marinero que recogió a Anks y junto a otro lo llevó al camarote para que éste allí descansase, se acercó al camarote, entró e intentó despertar al chico.

Con un suave movimiento , balanceaba al exorcista para que éste despertase, éste no tardó mucho en hacerlo.

Anks levantó la parte superior del cuerpo, sacó su mano derecha y empezó a frotarse el ojo derecho, mientras que con la mano izquierda se apoyaba en la cama para no caer. El marinero se alegró de que Anks despertase, más bien, se alegró de verle vivo, y también, de haber llegado sano hasta el pueblo.

Con una sonrisa en la cara, y los ojos y cejas arqueados, el marinero saludó al exorcista dándole los buenos días.

-Buenos días, señor exorcista... -se alegraba el marinero - Le agradezco todo lo que hizo por nosotros, ha tenido un largo descanso...

Anks se limitó a sacar su pierna derecha de la cama, apoyándola en el suelo para no perder el equilibrio, y luego, sacó la izquierda, haciendo lo mismo que la anterior. Dejó de frotarse los ojos, y empezó a mirar si todavía tenía sus sais. Exacto, todo estaba en su sitio, y el joven exorcista ya no estaba cansado, ese descanso le había ayudado.

-Gra... gra...gracias-pronunció levemente y con voz de sueño el joven Anks - ¿Hemos llegado ya al pueblo ? ¿Dónde está Cyris? ¿Están todos bien ...?

Las rápidas pero leves preguntas de Anks hacia el marinero hacía que la preocupación del exorcista aumentase. Pero , por sorpresa del chico, el marinero le respondió amablemente que, todo había salido a la perfección. A parte de los daños anteriores, no habían sido causados más de estos.

-No se preocupe, ya estamos en el pueblo, su amigo estará por el pueblo, o en la cubierta del barco...-respondía amablemente aquel marinero - Y todos estamos bien, aunque lamentando la pérdida de muchos de los nuestros...

El exorcista, aún medio dormido, pasó del marinero por su derecha, salió del camarote y pasó al pasillo. Después de salir de éste, llegó a cubierta, donde se observaba a gente descargando objetos del barco hasta el pueblo, y a gente yéndose de allí.

El sol deslumbraba la vista de Anks con sus rayos de luz, que coloreaba el cielo de un tono azul claro, casi despejado, aunque con algunas nubes por éste. La mañana ya había comenzado hacía rato, el mediodía estaba por comenzar.

El exorcista seguía avanzando, ya un poco más despierto y con un paso firme, sin tambalear, bajó del barco, tomando algunas de los materiales, y ayudando a bajar estos. La gente del pueblo se alegraba al ver pasar al exorcista. Anks se extrañaba al pasar, cuando observaba el rostro de la gente con la que se cruzaba. Las personas más atrevidas se acercaron al exorcista para agradecerle con un obsequio, como una manzana u otro tipo. Éstas personas se lo colocaban en el bolsillo de su bata, pues, el exorcista iba bastante cargado, para llevar aquellos materiales a tierra firme.

Aquellas personas sigueron su camino hasta el pueblo, regresaban para volver a sus casas. Mientras el joven colocaba los materiales en el suelo del puerto, observó esta escena, la gente volviendo a sus casas. En ese momento, Anks se sintió culpable de haber destrozado muchas de las casas de aquel lugar...

El exorcista miró a los alrededores, para ver si encontraba a su compañero griego, debía comentarle algo antes de partir hasta Francia para que en la Orden Europea le revisasen la inocencia...

Corina y yo ya habíamos bajado del barco, la gente empezó a buscar por el pueblo todo lo que podría ser de utitilidad, ahora debía encontrar a Anks, debía intentar también activar la Inocencia, es decir, mi reloj de arena. Le diría a Corina si quería dar una vuelta mientras buscaba a Anks.

-Corina, debo a encontrar a mi amigo, si quieres puedes quedarte por aquí, te puedes sentar en la arena o descansar un rato, ya después vuelvo a buscarte, y no te preocupes te ayudaré en lo que pueda.-ofrecía a Corina una posibilidad para que no se aburriera mientras buscaba.

-De acuerdo Cyris, me quedaré aquí tomando el sol un rato mientras te espero, pero espero que vuelvas a por mí, me siente mejor cuando te tengo a mi lado.-aceptó mi oferta, debía querer también un rato para descansar.

-Pues lo dicho Corina, después vuelvo a buscarte, no te metas en problema y si aparecen esas criaturas malvadas llámame dando un grito y lo más importante, no caigas en la tristeza y la soledad.-dije a Corina con una gran sonrisa en el rostro para que se tranquilizara y no pensara en malos recuerdos.

Corina asintió, se dirigió a la orilla y se tumbó en la arena. Al menos ahora estaría bien mientras busco a Anks en medio de tanta gente. Había algunas personas que estaban llorando por la muerte de sus familiares, en cambio, otras estaban muy contentas, habían participado en una gran aventura, de la cual podían estar orgullosos por haber salidos ilesos sin ningún rasguño. Los que lloraban me daban pena, sentían lo mismo que yo pero no podían caer en la miseria, lo sabía por propia experiencia, en cambio, los otros, me producían tranquilidad, eran valientes y habían ayudado a su pueblo en el intento de encontrar un sitio a salvo.

-¿ Cómo en tan pocas horas, te pueden ocurrir tantas desgracias ? Yo al menos no me podía quejar mucho, había sido elegido por la Inocencia, este suceso me hacía ser agraciado, lo malo eran aquellas personas, las cuales no podrían vengarse, yo en nombre de todas ellas me vengaría de todos los akumas y aliados de ese maldito Conde que nos había puesto en esa situación.-pensé mientras me sentía agradecido a la Inocencia, la cual me había elegido ya desde hace mucho tiempo, aunque no lo supiera.

Todo estaba abarrotado de gente, pero al final conseguí encontrarlo, parecía que me estaba buscando, de esto modo me dirigí hacia a él y lo saludé.

-Hola Anks, espero que estés bien, yo por fin he podido descansar algo, y ya me siento más preparado para hacer activar la Inocencia, en cuanto surja la oportunidad lo intentaré para averiguar cual es mi poder, el cual me ha ofrecido la Inocencia.-saludé a Anks con una sonrisa, me sentía mucho más descansado y que ya podría en cualquier momento averiguar cual era mi poder.

Él parecía que estaba también más descansado, podría ser que también hubiera dormido durante el trayecto, algo que podía ser a nuestra favor, llegaba la hora en la que tendría que marcharme del pueblo y ese momento lo ansiaba con gran énfasis.

Tiempo después de comenzar la búsqueda de Cyris, el estómago de Anks rugió, y éste aprovechó para sacar lo que la gente le había regalado. Metió la mano derecha en uno de sus bolsillos, sacando una manzana, aunque debía de lavarla...

El exorcista miró al mar, pero, imposible, allí el agua sería muy salada, y la manzana cogería el tono salado de las aguas del mar griego. Luego, se dirigió cerca del puerto, donde se veía de lejos un pequeño pozo, seguramente fuese de agua dulce, sino ¿Quién querría tomar agua salada? Así, que el chico se dirigió hacia aquel pozo, a un paso normal, observando a la gente de su alrededor.

De fondo, se escuchaba como el mar hacía graves ruidos, al romperse las aguas de éste, chocando olas contra rocas o la misma orilla. También olía ligeramente a agua salada, aunque el olor a pescado reinaba por aquella zona. Un pequeño grupo de aldeanos se dispusieron a coger los pescados que pudiesen, para tomar consigo provisiones durante un tiempo... así escogieron los peces, cosa que abundaba y era natural en aquel pueblo, la pesca.

El joven se acercaba al pozo, aunque una señora mayor se le adelantó, apenas se notaba que fuese capaz de levantar un cubo de agua, pero ésta sorprendió al exorcista. Anks la miró extrañado, y la anciana sonrió...

-Joven, aquí somos más jóvenes cada vez que vivimos experiencias cómo esta.... El espíritu de vida de este pueblo siempre lo llevan los jóvenes, aunque abundemos los mayores... así que necesitamos hacer las cosas por nosotros mismos... -comentaba la anciana mientras reía -Tras ver todo esto, las personas mayores también queremos ayudar en lo posible... no querríamos ser un estorbo.

Anks sonrió, no se esparaba tal discurso de aquella anciana. Por muy mayor que le pareciese, tenía fuerzas para sobrellevar todo esto, además, para ayudar al pueblo en lo posible.
La anciana, tomó las manos del chico, éste entre las dos sujetando su manzana, aquella anciana le miró a los ojos, y Anks hizo lo mismo.

-Nunca te rindas... veo en ti una gran vida...eres un joven fuerte y valiente...-comentaba la anciana mirando a los ojos del joven exorcista -en este mundo, en esta vida... siempre los jóvenes serviréis para que la vida siga...

Luego de esto, aquella anciana griega se fue con su cubo lleno de agua dulce de aquel pozo, sin dejar a Anks decir nada. De todos modos, el chico no iba a responder a aquello... se había quedado sorprendido ante tal comentario. Se dispuso a agarrar la cuerda que sujetaba el pozo, tiró de ella fuertemente, y tomó el cubo lleno de agua. Lo dejó encima de el borde del pozo, allí, metió su manzana y la lavó. Después, volvió a dejar cuidadosamente el cubo dentro del pozo...

Volvió a la playa en busca de su compañero griego, tomando la manzana recién lavada. El exorcista no dejaba de mirar a sus alrededores, aún sin decir nada, solamente pensando dónde se encontrara su compañero de pelo azul y gran altura.

-¿Dónde te habrás metido?... -se preguntaba - Cada vez me haces trabajar más...

No tardó mucho en avistarlo, más bien, fue Cyris quien se dio cuenta de éste, se dirigió hacia Anks y lo saludó.

-Buenas Cyris... me alegro de que estés bien... -respondía Anks al saludo de su compañero. El chico seguía mordiendo su manzana hasta poder acabar comiéndosela entera - Yo me encuentro perfectamente... y por cierto...

Anks terminó su manzana. Tenía que contarle a Cyris que se fuese despidiendo del pueblo, ya que él tenía que ir en ese momento a hablar con los marineros, para ver si podían llevarle hasta Francia.

-Yo iré a buscar un barco y alguien que nos lleve... tu despídete de tus conocidos... -dijo Anks mientras tomaba el camino para irse de nuevo al puerto - Te espero en el puerto, Cyris...

Anks fue a paso rápido hasta el puerto para buscar a alguien que supiese llevarlos hasta Francia, y así lo hizo, llegó pronto al puerto de aquel pueblo, ya que estaba a una distancia bastante corta, y empezó a hablar con el primer marinero que se encontró, uno un poco anciano, y que le resultaba familiar...

Anks se encontraba realmente bien, comía una manzana y me dijo que ya nos deberíamos ir de allí, que iría a buscar a los marineros para que le prepararan un barco y que de mientras fuera a despedirme de mis seres queridos.

De acuerdo Anks, dentro de unos minutos me encuentro de nuevo contigo, tengo que ir a despedirme de tres personas en concreto, tres personas que me han ayudado mucho en estas pocas horas, son importantes para mí, y no puedo irme sin despedirme.-asentí ante la proposición de Anks.

Empecé la marcha, iría a buscar primero a Olimpio y a Teseo, buscaba entre todas las personas que había por el puerto, pero no los encontraba, al poco rato ví a Teseo ayudando a una mujer mayor, me dirigí hacia él.

Teseo llegó mi hora, debo marcharme del pueblo y quiero que me hagas un último favor, trae a Olimpio a la orilla de la playa, donde se encontraba una joven tomando el sol, quiero despedirme de ustedes tres como os merecéis.-pedí a Teseo el último favor en el que me ayudaría.

Cyris, claro que avisaré a Olimpio, me has caído realmente bien y no puedo negar un último favor, aunque preferiría que te quedases te entiendo, te aguarda una nueva vida, una vida lejos de aquí, nos la apañaremos bien, no te preocupes.-me dijo Teseo algo emocionado, aunque guardando las composturas como siempre, ya se iba corriendo en busca de Olimpio, la hora llegaba a su fin.

Ahora debía encontrarme con Corina, la pobre estaba sola en la orilla y le prometí que volvería con ella. Caminando entre toda la multitud, me asustó el grito de una voz a la que conocía, se trataba de Corina y no se encontraba bien, eso estaba seguro. Empecé a correr rápidamente y llegué en un momento a la orilla, tal fue mi asombro y rabia que había un akuma esférico apuntando con su cañón a la cara de Corina.

Corina tranquila, te juro que te salvaré. ¡ Akuma ha llegado el momento, el momento en el que te destruiré con la ayuda que me ha dado la Inocencia prepárate!-grité mientras cogía mi reloj cargado con arena, la cual empezó a brillar.¡ Inocencia, actívate y demuestra a este akuma cual es tu poder !-comencé a activar la Inocencia, la cual empezó a brillar con gran fuerza.

Gracia a todos mis malos sentimientos y a la rabia que sentía, el reloj comenzó a mostrar su poder, mientras lo mantenía con ambas manos, la arena que se encontraba en su interior comenzó a moverse, de tal forma, que fue capaz de atravesar de nuevo el cristal del reloj, me di cuenta de una cosa, con mis emociones y algo de descanso era capaz de sacar la arena del reloj y no solo eso, sino la controlaba, elegía la dirección en la que tenía que dirigirse, este era su verdadero poder, el poder de controlar el moviento de la arena.

Es increíble la fuerza que tienes Inocencia ahora terminemos con esto de una vez por todas, ¡ arena dirígete hacia el akuma, destrúyelo con tu inmensa fuerza !-decía mientras controlaba a la arena en el aire.

Mi orden fue cumplida sactifactoriamente, la arena se dirigío al akuma e impactó sobre el cuerpo del akuma, pero no fué suficiente, yo era muy débil, y necesitaría más impactos para destruirlo por completo, al menos había quitado su antención en Corina, ahora me la prestaba a mí.

Corina, corre y escóndete, cuando termine con esto vuelve... Inocencia de nuevo te pido que te dirijas hacia el akuma.-dije a Corina para que no corriera peligro y ordené de nuevo a la Inocencia que se dirigiera hacia a la esfera demoníaca.

Esta vez la arena consiguió un efecto mayor, el akuma estaba ya prácticamente destruido, con un impacto más acabararía con él fácilmente, este me disparaba, pero podía esquivar fácilmente sus disparos y ahora me tocaba a mí, vengaría a todos mis familiares y por fin tendría un objetivo en la vida.

Arena, esta vez quiero que le destroces, hazlo.-dí la orden a la Inocencia, pensando en aquellos recuerdos tan oscuros que había vivido hace unas venticuatro horas.

La arena impactó de nuevo sobre el akuma, y este se destruyó ya por completo, había conseguido averiguar mi poder, y lo más importante era que había destruido a mi primer akuma, había vengado a mis familiares, pero aún me quedaba toda la vida para hacerlo. Me dirigí hacia Corina, Olimpio y Teseo estaban con ella, habrían llegado hace poco cuando destruí al akuma por completo, era el momento de la despedida, el momento de comenzar mi vida como exorcista.

Aquel marinero se volteó hacia el exorcista. En efecto, era el mismo marinero que le traía desde Francia la vez anterior, el que le advirtió de que se protegiese de aquellos akumas... Aquel que agradeció que el exorcista extinguiera los siete akumas que atacaron su barco.

El anciano capitán se sorprendió al ver al joven, y con una voz grave y fuerte exclamó una gran sorpresa.

-¡Dios Santo! -se sorprendió el anciano capitán -¿Pero... cómo es que sigas vivo ?

Era normal que el anciano se extrañase de que Anks siguiese vivo, claro, se había enfrentado él sólo a los siete akumas de aquella situación, y por lo que notó el capitán, el joven era un poco lanzado y no veía el peligro ni el riesgo que podía correr, solamente se preocupaba con que nadie saliese herido, y que su adversario fuese exterminado...
Esto hacía creer al capitán que el joven exorcista no siguiese con vida, y menos, con los recientes ataques recibidos por el pueblo y Edward.

Anks le respondió. A la vez preguntó dónde podría encontrar a alguien que les llevase hasta Francia de nuevo, a él y a otro compañero suyo, Cyris.

-Capitán, no puedo morir hasta que no haya cumplido mi objetivo... -sonrió el chico levemente -Y por cierto, ¿sabe dónde podré encontrar a alguien que me llevase de vuelta hasta Francia?

El anciano le colocó su mano derecha sobre el hombro derecha del exorcista. Le miró a los ojos y esbozó una sonrisa, arqueando los ojos y mostrando una mueca de seguridad. Se dispuso a responderle a aquella pregunta.

Hizo también un gesto, como llamando a sus miembros de tripulación , y estos de alrededor se pusieron a desatar el nudo que amarraba el ferry al puerto, recién llegado. Iban recogiendo el ancla, como para irse en ese momento...

-Después de la ayuda que nos ofreciste la otra vez... no puedo decir que no a esta petición -el capitán de barba blanca acabó con una sonrisa y subió al ferry.

Una pequeña explosión se escuchó de fondo... Anks observó a la playa y vio cómo un velo de arena iba hacia Cyris... El chico sonrió, había visto a su compañero utilizar su inocecia... o al menos, al terminar de usarla.
Ahora debía de subir al barco junto a su recién amigo , el capitán de barba albina. Se marchó a paso rápido, subiendo la pasarela de aquel ferry hasta llegar a cubierta.

Una vez allí, agradeció al capitán aquella ayuda, y despidió a toda la gente del puerto.

-Gracias... la Orden le tomará en cuenta esta ayuda... -Anks se giró hacia la gente del puerto, y veía muchas de aquellas personas mirándolo. El exorcista alzó la mano derecha y la agitó, de modo de despedida - ¡Adiós gente...!

Anks sonrió, y de lejos, volvió a dirigir su mirada hacia Cyris, y se dispuso a esperarle hasta que llegase...

Era el momento de despedidas, el momento de un adios, el momento en el que empezaba una nueva vida. A los tres seres queridos que dejaba en la isla le expliqué todo lo sucedido con la Inocencia, cómo me había elegido y no hacía falta explicar cual era su poder, no sabía si volvería pero tardaría en ello, en eso estaba seguro.

Has sido un buen chico siempre Cyris, no me olvidaré de tu valor y valentía, y has tenido suerte de que algo tan preciado haya llegado a tus manos, suerte en tu viaje.-dijo Olimpio mientras me tendía su mano con una gran sonrisa en su rostro.

Olimpio gracias por todo nunca te olvidaré te lo aseguro, mi madre estaría orgulloso de usted.-dije emocionado, eran los únicos que me quedaban y era normal que me sintiera así.

Ahora se dirigió hacia a mí Teseo, un buen amigo que siempre lo sería.

Cyris has sido un gran amigo, siempre me acordaré de ti, y recuerda que me tendrás para lo que quieras, buen amigo.-se despidió de mi Teseo, un amigo que siempre lo llevaría en el corazón.

Como has dicho Teseo, eres un buen amigo y también te ayudaré en lo que me pidas tenlo seguro, gracias por todo.-dije a Teseo, por el cual sentía una gran simpatía.

Por último quedaba Corina, no la conocía de mucho pero había vivido por lo mismo que yo, era una joven muy especial para mí, que nunca debería olvidar que la vida sigue y que tiene que enfrentarse a ella como toda una campeona.

Cyris, te voy a echar mucho de menos, tranquilo intentaré no estar muy triste, ya lo iré superando tal como me dijiste, gracias por ayudarme en momentos tan malos.

Recuerda siempre que no debes caer en la tristeza, es lo peor para nuestro corazón, que sepas que te queda una gran vida, una vida llena de buenos momentos.-me despedí de Corina abrazándola mientras lloraba en mis brazos.

Era la hora, ya me encontraba en la cubierta junto a Anks, otro al cual estaría eternamente agradecido por haberme ayudado. Los tres estaban allí, me despedían y me deseaban suerte, siempre los tendría en el corazón un lugar en el que los akumas y los aliados del Conde nunca podrían penetrar.

Ya llevaba unos veinte minutos desde que salimos del puerto, la despedida había sido emotiva, pero lo que me esperaba sería una gran oportunidad, una razón para vivir sin quedarme nada en el mundo, solo cuatro amigos y mi Inocencia, a la cual estaría eternamente agradecido. Era hora de explicarle a Anks todo lo de la activación, le expliqué que la Inocencia acataba mis órdenes a través de mis emociones y sentimientos y que podía controlarla a mi antojo, también le dije como destruí al akuma, pero eso parecía que ya lo había visto.

Como ves eso es todo, la Inocencia controla la arena que tiene alojada en mi reloj, un reloj que me había regalado un ser querido, ya es hora de tomarme un buen descanso , ¿ no te parece ?-pregunté a Anks como si le conociera de toda la vida, como a buen amigo que no veía desde hace mucho tiempo.


Unos días más tardes...

Mi travesía por el óceano había sido algo aburrida, no intenté de nuevo activar la Inocencia, esperaría hasta que llegásemos a la Orden, el mar estuvo tranquilo durante todo el tiempo, aunque hubo algún dia de más turbulencia. Habíamos desembarcado en la ciudad de Marsella, una ciudad francesa, estábamos cerca de nuestro objetivo. Ese día le pregunté una duda que me rondaba por mi cabeza a Anks.

Anks ya estamos cerca, ¿ qué haré cuando llegue a la Orden, seré bien recibido? Además ¿ vendrán alguien a recogernos o nos iremos andando hacia allí?-pregunté a Anks ya que me encontraba algo preocupado, aunque no pensaba que hubiera muchos problemas, sería un exorcista más, un compañero nuevo.

Spoiler:

Cyris ya llegó a cubierta, saludando a otras tres personas, de las cuale, Anks sólamente conocía a uno. Las otra dos, las había visto antes solamente.

Cyris empezó a comentarle a Anks todo sobre lo ocurrido recientemente en la playa, aunque el exorcista ya se había percatado del final de todo esto. Solamente respondió con una palabra seca, aunque después la acompañó con una leve sonrisa.

-Bienvenido seas...-después de esto, Anks sonrió a su compañero.

El barco zarpó, y en el viaje, Anks solamente estubo encerrado en una de las habitaciones, pensando sobre aquel tema del akuma de segundo nivel. Al revelarse que aquella voz era de su primo, el exorcista no dejaba de preocuparse sobre aquel tema... solamente salía de allí cuando comían ...

-Entonces... ¿De mi clan, solo quedo yo? -se preguntaba a sí mismo meditando, varias veces se encontraba en esta situación cuando se encerraba en su habitación.

Unos días después de que el barco zarpara, se notaba desde lejos la bonita ciudad de Marsella, donde desembarcarían y llegarían al puerto; tomarían un tren y volverían a la Orden, pero esta vez acompañado de su recién amigo griego, Cyris.

Anks se despidió de el capitán, hasta acabar con una posible nueva vista. Era posible de que se volviesen a ver... o era posible que no...

El joven tomó uno de los carros que allí se encontraban, y subió a éste. El cochero simplemente al ver el uniforme de exorcista de Anks tomó rumbo a la Orden Oscura Europea, pues ya estaba acostumbrado a llevar a los exorcistas desde allí, hasta el puerto de Marsella.

Llegaron, solamente faltaba unos metros hasta la entrada de la Orden, la nueva entrada de Cyris para que Komui le revisase su estado y compatibilidad con la inocencia...

[Cambio de escena: Entrada a la Orden Europea]

[Fdr: este es mi post final, que sea tu último, Cyris]

No tenía motivos para preocuparme, llegaría a la Orden en tren, y vendrían unos carruajes a por nosotros, era el momento de cambiar de vida. Subí al carruaje, mientras pensaba en mi futuro, un futuro difícil para luchar contra el malvado Conde.

Mi momento llegaba y sería pronto, ayudaría a la Orden en todo lo que pudiera.-pensé mientras el carruajes empezó a moverse por el camino.

[Cambio de escena: Entrada Orden Europea]

Hora de mat... errr, corregir ^^

Anks Satubi
Originalidad: 0 pts.
Concordancia: 1 pts. Hubo un montón de disparates cuando se trataba de relacionarse el post de uno con otro en varias ocasiones, sobre todo gracias al ACM que lo enredaba todo hasta más no poder. Trata de establecer el “tiempo” de tu redacción constante, es decir, si vas a narrar en pasado, que sea así y no de pronto cambiando a presente.
Interpretación: 2 pts.
Realismo: 2 pts.
Respeto de las normas ya establecidas: 3 pts.

Total: 8 pts.



Cyris Soul
Creatividad: 1 pts.
Concordandia: 1 pts. Por favor, usa los guiones cuando vas a iniciar un diálogo en tu narración al comienzo de la oración. Pendiente con el modo en que narres tus post: si es en primera persona, entonces tendrá que ser así todo el tiempo. Vi en varios párrafos que cambiabas una frase de repente a tercera persona. Pendiente con eso.
Realismo: 0 pts. Todos tus post anteriores a la lucha del Akuma apuntaban a que tu personaje se había lastimado seriamente el tobillo con el golpe (lo que yo llamaría un esguince), de modo que me parece irrisorio que hayas logrado “esquivar” fácilmente las balas del nivel uno. Además, para ser tu primera vez, que lo hubieses acabado en un post dejaba mucho que desear.
Razonamiento: 1 pts.
Ortografía: 1pts. Mejora el uso de los signos tanto de exclamación como interrogación. El espacio (¿ blablablá?) estaba demás. Recomiendo el uso de algún programa con corrector de texto para algunas palabras.

Total: 4 pts.



Edward
Participación en la misión: 1 pts.
Concordancia y Originalidad: 0 pts. A parte de que aparecías muy escasas veces en la misión, cuando lo hacías no tomabas en cuenta las acciones de tus otros compañeros de rol, sino que iniciabas un movimiento tan repentino que incluso podría parecer irreal. Así también dañabas la concordancia entre el orden de post que se sucedía.
Interpretación: 1 pts.
Realismo: 1 pts.
Respeto de las normas ya establecidas: 3pts.

Total: 6 pts.

Cierro tema.