Misión a Alemania [Reclutamiento]

La extraña vegetacion se alzaban ante mí, caminaba rumbo al laberinto, recordé entonces un vieja historia que mi hermana solía platicarme antes de dormir:

”Un día una chica le suplica al rey de los Duendes que se lleve a su pequeño hermano pues este le causa muchos problemas. El apuesto rey, por el amor que le profesa, decide cumplir su deseo, al final la egoísta muchacha se da cuenta que ha sido un gran error y decide recuperar al niño. Para ello deberá cruzar el enorme laberinto del reino mágico que gobierna el misterioso rey... ”

Suspiré largamente, me encontraba en una travesía similar con la única diferencia de que no buscaba a un bebé y mucho menos a un Rey apuesto del cual enamorarme, más bien tenía que patear traseros metálicos y eso no era muy alentador, además mis ropas aun se encontraban húmedas y el pelo se me pegaba al rostro como una masa liza y sin forma, para variar el golem había escapado de mi bolsa y giraba alrededor mío

-que tontería- un aura depresiva enmarco mi silueta, otra vez tenía la sensación de ser una especie de comida putrefacta

-¿pero que tenemos aquí? - interrumpió una voz masculina atrayendo mi atención, un sujeto de aparentes 25 de cabello rubio platinado y ojos color avellana me recibía amablemente, lo mire un segundo, era muy atractivo

- ¿quién eres?- dije con rudeza, la situación de por si era sospechosa y que un tipo así apareciera de la nada era aun peor, active la inocencia de mis muñecas, si iba a patear traseros era el momento preciso

- veo que eres astuto exorcista, no permitiré que continúes con tu camino - una especie de halo negro rodeo al hombre aunque no parecía que fuera a mostrar su verdadera forma

-patrañas - escupí las palabras, estaba molesta y ese Akuma pagaría las consecuencias …

-Otro oficio extraño-caviló sin dejar de contemplar al muchacho que, a juzgar por su ropa y cara sucia llevaba un buen rato en el bosque...investigando tal vez-Entonces tu debes ser el tipo por el que Aizar estaba preocupada...-comentó más para sí misma, sin darse cuenta que lo había dicho en voz alta.

-Exorcista-tama...¿se preocupó por mí?...¡¡Kyaaaaaa!!-expresó con emoción y, sin más, tomó a Darlenee de las manos oblingándola a saltar con él, cosa que la tomó por sorpresa pues la reacción que esperaba de del buscador era totalmente diferente.

-¡Aaaaah!...¡Aah!...¡Basta, no es momento para esto!-gritó Darlenee a manera de regaño empujándolo para apartarlo.

-Lo siento...no era mi intención-se disculpó el buscador algo avergonzado.

-Eres muy escandoloso ¿sabes?,no me extraña que Aizar haya decidido mandarte a buscarme en lugar de preferir que te quedaras con ella-masculló sin tomar en cuenta que el buscador estaba lo bastante cerca como para oirla y lograr con ello que se sintiera lo bastante humillado como para que le diera la espalada lamentándose con murmullos casi inaudibles-¡Ups!...¿me escuchaste?-Preguntó la chica pelimorada con aire inocente-Vamos no es para tanto, no es como si realmente pensara eso...-le dió unas palmaditas en la espalda-Tengo una idea,que te parece si vamos a buscar a exorcista-tama como tú la llamas-
Propuso con la esperanza de que el buscador aceptara y así poder observar la situación desde un ángulo más cercano.

-No-respondió el buscador a secas-de hecho creo que lo mejor será que salgamos de aquí, es peligroso y exorcista-tama me pidió que la cuidara-la tomó de la mano obligándola a seguirle el paso de regreso al río. Darlenee forcejeaba con él para safarse pero la había tomado tan fuerte que parecía que su propósito sería casi imposible de cumplir, esto le recordaba a las veces que su primo Otto la abrazaba para frotarle la cabeza, era realmente molesto tratar de quitarse sin éxito alguno, y eso mismo sucedía ahora-¿Por qué seré tan débil?-se repetía a sí misma cada vez que algo así le pasaba, pero aún así no se daría por vencida tenía que convencer al buscador de regresar. Respiró hondo y habló-Hace un rato escuché una explosión, tal y cómo había sucedido anteriormente en el laberinto...eso significa que algo malo pasa, así que dime, ¿estas dispuesto a dejar a exorcista-tama completamente sola sabiendo que puede estar en peligro?-se quejó esperando alguna reacción del buscador, sin embargo, éste ni siquiera se inmutó sino que siguió caminando dando tumbos por el sendero lleno de hierba que tenian enfrente.

-Creo que aún no lo entiendes, exorcista-tama es muy fuerte y creo que los únicos que estaremos en peligro seremos nosotros si nos acercamos-dijo con toda seguridad.

-¿Por qué estas tan seguro?-preguntó Darlenee aún tratando de oponer resistencia.

-Simplemente lo sé, esque no la has visto en acción-comentó, como quien esta orgulloso de alguno de sus parientes cuando acaban de hacer algo digno de admirar.

A Darlenee no le quedó más remedio que esperar una oportunidad para regresar, así que decidió seguirle el paso en lo que se le ocurría algo. Continuaron hasta que por fin llegaron al lugar donde había dejado su bote, el buscador desamarró el nudo que tanto le había costado hacer a Darlenee sin soltarla, lo que denotaba que tenía gran habilidad con las manos o que por el contrario Darlenee no había amarrado bien el bpote como había creído, y sin previo aviso la hizo subir a regañadientes. Si perder más tiempo el buscador comenzó a remar lo más rápido que pudo,sin embargo, no lograban avanzar mucho como él quería. Esto le dió una idea a Darlenee aunque no le gustaba del todo, pero se estaba quedando sein opciones.

-Esperaremos a exorcista-tama en el muelle de la ciudad, si t parece bien-dijo en tono de consolación.

-Lo siento pero no soy muy paciente, mejor la buscaré yo misma-se levantó haciendo que el bote se balanceara, armó el calor necesario pues no le gustaba del todo la idea de quedar empapada y emnso con el vestido que traía, que aunque no era muy ampón, le traería problemas a la hora de intentar caminar.

-Jovencita ¿qué intentas hacer?-preguntó alarmado el buscador, agarrándose fuerte del bote.

-Perdón por no presentarme, mi nombre es Darlenee, nos vemos!!-se despidió y saltó al agua.

No era una buena nadadora pero por lo menos se defendía y su pataleo serviría para regresar a la isla, lugar donde una batalla entre demonios y exorcistas había comenzado.

Cuando me di cuenta me encontraba saltando de un lado a otro esquivaba el extraño ataque del sujeto que seguramente era un Akuma avanzado, por lo que había visto calcule que era un nivel dos, cada vez que el atacaba enviaba una especie de masa negra y pegajosa que de tantos fallos había ensuciado casi toda el área, el supuesto hombre solo movía las manos como quien dirige una orquesta, aquello me desespero demasiado a tal grado que en cuanto hube encontrado un espacio entre masa y masa me lace contra él

-púdrete- alcancé a decir y de una patada lo lancé lo sufrientemente lejos de mí, un grito ahogado salió del susodicho que se retorcía de dolor, la inocencia hacía estragos en él aunque no lo suficiente como para destruirlo

-¡exorcista eres un desgraciado! ¿Cómo te atreves a dañarme?-a pesar de ser un Akuma no se comportaba como la mayoría, por alguna razón intentar verse bien en toda ocasión y mientras se acomodaba el pelo me retaba con la mirada,¿Qué pretendía?,me recordó a los actores presumidos o a los burgueses que gustaban de la opera

-tú tienes la culpa, si no me hubieras atacado yo no te habría hecho daño-un gesto duro y agresivo se mostró en mi cara y sin decir más me impulse para terminar de destruirlo pero la maquina me tomo por sorpresa llenándome de la pegajosa masa negra

-¡por fin te atrapé!- gritó colocándose frente a mi y señalandome triunfante, intente moverme pero estaba llena del liquido viscoso que no me lo permitió

-¡fantástico! ¿Qué cochinada es esta?- esta vez hable en español por lo que el sujeto me miro con curiosidad, después me sonrió y camino alrededor mío tarareando una canción alegre…intente impulsarme pero por alguna razón me sentía débil, maldije mi descuido, tenía que pensar y rápido…

Después de nadar lo más rápido que pudo, por fin llegó a la orilla. Había nadado en un tiempo record, considerando que el vestido no la dejaba moverse tan libremente en el agua.
Darlenee se tomó unos minutos para respirar profundo y descansar antes de continuar, nadar había sido más cansado de lo que había imaginado y más frío.
-Qqque...frío tengo-se quejó abrazándose así misma, los dientes le casteañaban y por más que lo intentaba no podía dejar de temblar. Reunió las fuerzas necesarias para levantarse y comenzó a exprimir su vestido y su cabello empapados. -No fue la mejor idea después de todo-pensó al ver el aspecto que tenía su vestido favorito, (que en un día normal y seco sus tonos lilas brillaban y su holán a la altura de la rodilla se movía de un lado a otro conforme caminaba) era una lástima contemplarlo ahora pero fue lo único que se le ocurrió en ese momento y no había tiempo de detenerse a pensar mejor las cosas, sobretodo para alguien tan impulsiva como ella, eso simplemente no se le daba.
Suspiró al contemplar de nuevo su vestido algo arruinado-Pues, ¿que se le va hacer?, debo seguir-caminó lo más rápido que pudo hacia el bosque y se adentró en él, avanzó dando tumbos por el camino y de vez en cuando zigzageaba un poco, si el buscador regresaba, no quería que se le hiciera tan fácil encontrarla.
-¡Que fastidio! es realmente dificíl avanzar rápido así de empapada, seguramente pescaré un resfriado-masculló-¿Cómo se las habrá arreglado Aizar para continuar con la ropa empapada?-se le atravesó el recuerdo del aspecto de la exorcista, desde su complexión tan delgada, su cabello largo, su uniforme con una brillane insignia, sus grilletes y, por supuesto, sus googles que ocultaban la extraña miraba blanca que hace un rato había podido ver por unos instantes, razón por la cual se había estado preguntando qué le había pasado para quedar así y si realmente era una chica ciega, con eso en mente se volvió a sentir culpable por pensar en la posible ceguera de la chica...sacudió su cabeza como si intentara que esas ideas salieran disparadas fuera de su cabeza y no la molestaran más, pero sólo logro que el frío del agua que aún le quedaba en el cabello le recordara que aún estaba mojada y, con ello volvió a darle frío. -Vamos, es una exorcista, fue fácil para ella llegar hasta aquí porque trae un uniforme en lugar de un estorboso vestido-se recordó.
Mientras más corría más se peercataba de que estaba cerca, los sonidos de lo que podría ser una batalla y los escalofríos que recorrían su cuerpo se hacían cada vez más frecuentes y fuertes, por lo que aminoró el paso y se fue lo más sigilosa posible, no quería ponerse en peligro o empeorar la situación.
El laberinto ya estaba cerca y las plantas y árboles algo destruidos denotaban que en efecto ese era un campo de batalla. Se acercó con cuidado y se colocó detrás de un gran arbusto cercano a la entrada del laberinto y lo que vió fue la sorprendió más de lo que imaginó...
El área estaba llena de masa negra, en el centro estaba un sujeto, se movía elegantemente, tenía porte y vestido muy elegante por no decir que también era apuesto, cualquier chica que lo viera quedaría encantada fácilmente, no tenía pinta de ser alguien malvado -debe ser uno de los compañeros de Aizar, luego le diré que me lo presente-imaginó esa posibilidad.

-¡por fin te atrapé!- gritó triunfante colocándose frente a una masa negra. Ese gritó la sacó de sus pensamientos y volvió la mirada hacia el lugar donde señalaba sólo para darse cuenta que a quien se refería era a una persona que parecía moverse con dificultad dentro de esa cosa viscosa, por el aspecto de la masa viscosa no alcanzaba a distinguir bien a la persona.

-¡fantástico! ¿Qué cochinada es esta?- esta vez se escuchó que la persona decía en lo que parecía ser otro idioma. El sujeto sonrió y camino alrededor tarareando una canción alegre…La persona seguía moviendose desesperadamente y fue cuando alcanzó a visualizar los googles que traía, esos googles inconfundibles, quien estaba atrapada ahí no era otra sino Aizar. Al darse cuenta, le dió un vuelco en el estómago, Aizar estaba en problemas...y no sabía que hacer, esperaba o actuaba, -¿Qué hago?-se preguntaba, las piernas le temblaban y esta vez no era de frío. Vamos, no c ve tan fuerte-intentó convencerse, tomó una bara que estaba cerca y se alistó para avalanzarse sobre él, sólo necesitaba esperar el momento oportuno...

El Akuma que hasta ese momento estaba entretenido mirándome se giró con violencia y enseguida fue hacia los arbustos, sin mucha dificultad sacó "algo", más bien a alguien

-¡Darlenee!- grité mientras forcejeaba envuelta en la masa negra, el que aquel tipo la atrapará me hizo rabiar, ella era una buena chica y ahora…

-Así que es tu amiguita- habló con sorna mientras balanceaba a la muchacha con una de sus manos, la tenia únicamente agarrada del cuello de su vestido

-¡Darlenee! - esta vez la inocencia respondió a mis suplicas, sentí su calidez recorrer cada parte de mi cuerpo, de alguna forma empezaba a sincronizarme, la masa negra que me tenia atrapada empezó a desquebrajarse

- No es buena idea que te muevas demasiado exorcista no dudaré en matar a esta chiquilla- interrumpió el sujeto que notando lo que ocurría no estaba dispuesto a perder, su gesto se torno oscuro y macabro

-No permitiré que le hagas daño - esta vez hablaba enserio, mi tono de voz y mi gesto aguerrido denotaban mis sentimientos, estaba dispuesta a todo para salvarla y esa masa negra no seguiría siendo un obstáculo

-¡Ya te lo dije ríndete y deja que te maté! - el rostro que hasta ese momento parecía el de un sujeto muy galante se deformó: su quijada se dislocó dejando a la vista una enorme lengua similar a la de una serpiente, sus ojos totalmente negruzcos brillaban de enojó, aun tenía entre sus manos a Darlenee…

Spoiler:

Aizar estuvo a punto de soltar una risotada, no es que la situación fuera graciosa, de hecho la tenía muy estresada, lo que en si pasaba es que su corazón se sentía lleno de alegría por las palabras de la jovencita de cabellos morados, se dio cuenta que su espíritu era muy fuerte, muy diferente a otros que había visto.

“Es por eso que les amas”

-Vamos inocencia - murmuró y una estela verdosa empezó a desquebrajar la materia negra que la tenia presa, el Akuma que aun permanecía frotándose los ojos y maldiciendo recibió un brutal golpe por parte de la exorcista que le hizo retroceder algunos pasos.Todo habia sucedido rápidamente.

- Mal…- alcanzó a decir pues en realidad la mayor parte de él había sido destrozada, una luz y la explosión anunciaron su muerte, el Akuma había sido derrotado.

-Darlenee - dijo la castaña mientras corría en su dirección, después la abrazo con fuerza, estaba muy preocupada y a la vez aliviada que la jovencita estuviera a salvo

- Tienes que tener más cuidado- continuo mientras se separaba de ella , no supo que mas decir, podría regáñala o enojarse pero no era la forma de resolver aquella situación, lamentablemente no podría dejarla sola ni mucho menos mandarla de regreso, suspiro con fuerza

-Lo mejor será que te quedes conmigo- al final la cuidaría, supuso que también sería bueno que la guiará a través del laberinto, ya que estaba ahí utilizaría sus conocimientos para tomar ventaja

-Tendrás que ayudarme a buscar en este lugar- pronuncio y le dirigió una sonrisa de alivio, cuando la miro con detalle se dio cuenta que al igual que ella estaba mojada ¿Qué habría hecho? Lo importante era continuar avanzando…juntas

El “no” que Darlenee le dedico por un momento le dejo quieta, la de cabello morado tenia convicciones fuertes y esa respuesta era muestra de ello, Aizar sonrió con calma cuando le exigió una explicación recordó lo extraño que era al principio asimilar lo de los Akuma y la lucha contra el Conde…

-Tienes razón, no quería que te involucraras porque era peligroso pero ahora que has visto lo que sucede te contare una vieja historia - concluyó solemnemente y entrecerró los ojos que estaban bien ocultos tras las micas oscuras de los gogles

-Existe un hombre a quien llamamos el Conde del Milenio, al parecer su único objetivo es destruir a la humanidad, para ello usa a los Akuma, seres creados a partir de una tragedia un alma y un cuerpo humano. Hace tiempo Dios envió a la tierra un Cubo que contiene la fuerza suficiente para detenerlo, sin embargo actualmente se haya fragmentado, nosotros lo exorcistas somos los únicos capaces de utilizar su fuerza y su materia: La inocencia. La Orden Oscura que pertenece al Vaticano es la encargada de buscar aquellos trozos y guiar a los elegidos - la castaña se detuvo un momento y miro al cielo con tristeza

-Aquel hombre que intento lastimarte era un Akuma- concluyó, no supo si platicarle todo aquello seria lo correcto, pero su alma le indicaba que lo hiciera así que dejo de dudar y se dispuso a continuar su camino

-Entenderé si no quieres ayudarme, por el momento solo te pido te quedes a mi lado pues esas maquinas solo viven para destruir- concluyó manteniendo aquel gesto calmo, aunque en realidad se encontraba alerta por cualquier cosa que pudiese ocurrir a continuación...

A pesar de que Darlenee había dado un "no" como respuesta, Aizar se veía calmada, como si no le hubiese sorprendido en absoluto su confusión y exigencias-Punto a su favor-pensó Darlenee mientras esperaba su respuesta.
-Tienes razón-Dijo al fin la chica-no quería que te involucraras porque era peligroso pero ahora que has visto lo que sucede te contare una vieja historia - explicó.
Darlenee no tenía ni idea de qué se podría tratar esa historia y si terminaría por convencerla. Así que se pusó lo más atenta que pudo para no perder ningún detalle, contuvo un poco la respiración, como si ésta pudiera ser motivo de distracción para su narradora, agudizó el oído y sin hacer ningún movimiento, se dispuso a escuchar...

-Existe un hombre a quien llamamos el Conde del Milenio...-comenzó Aizar con la historia, que para la opinión de Darlenee estaba llena de fantasía, tal y como las historias de suspenso que le gustaban, sin embargo, el pensar en todo lo que había visto esa mañana, no tenía el derecho de dudar que fuera cierta...

Conforme avanzaba la historia, Darlenee ponía más atención, todo lo que decia Aizar le parecía interesante...El Conde, exorcistas, el cubo, la inocencia, la Orden Oscura y los Akumas, todas esas palabras rondaban por su mente mientras Aizar continuaba. Y pensar que el hombre, que hace un rato le había parecido apuesto y unos minutos después amenazó con matarla, no era más que un Akuma, un demonio. Le parecía increíble el estar metida en un embrollo como los de sus libros...-¡Que locura!-pensó, sintiendo una mezcla extraña entre nerviosismo, emoción e indigestión. No sabía cómo actuar ni qué hacer a ciencia cierta, pero por lo menos ahora estaba más claro, o bueno, sólo un poco...

-Entenderé si no quieres ayudarme, por el momento sólo te pido te quedes a mi lado pues esas máquinas sólo viven para destruir- concluyó manteniendose calmada, tal y como había comenzado la historia.

-¿Estas bromeando?-respondió con un gesto de indignación-Después de haber escuchado todo eso, no puedo dejarte así, es extraño pensar que algo así ocurra en estos días pero...t daré el beneficio de la duda-dijo sonriendo tímidamente y levantándose al fin le dió extendió la mano.

-Continuemos-caminó hacia la entrada del laberinto que tanto le había cuasado escalofríos desde que había llegado, y suspirando fuertemente tomó el valor necesario y se dispuso a entrar...

"Quimera es la hora de guardar silencio"

Aizar alzó por un microsegundo la mirada, como los rayos que desasen las sombras a su paso aquel sentimiento la tomo y la engullo con delicadeza, estaba realmente feliz de encontrarse con esa chica, ante sus palabras asintió con la cabeza y mientras la miraba alejarse le prometió en silencio protegerla, porque las personas como ella eran realmente valiosas, eran diamantitos ocultos entre la hierba protegidos por el bosque, tan bellos y brillantes

-Darlenee te juro que voy a protegerte-le dijo mientras se colocaba a su lado y empezaba el trayecto, el lugar le provoco una mezcla de desconfianza combinada con duda pero no se dio el lujo de detenerse y sin alejarse de su compañera improvisada recorrió con cautela el intricando lugar

“Ya es tarde criatura de mil partes”

-Exorcista-tama lo siento tanto, lo siento tanto- el golem que yacía oculto en una de las bolsas del traje de la exorcista salto con fuerza y se elevó con gracia alrededor de ambas chicas mientras predicaba el mensaje del arrepentido buscador

“A ti no pueden amarte”

-Tranquilízate, Darlenee está conmigo yo me encargo de todo - contesto con voz sobria y enseguida le lanzo una mirada acusadora a la joven de cabellos morados pues sabía perfectamente que se había escapado del cuidado del atolondrado buscador

-Por favor espera a que regresemos del otro lado del lago y mantenme informada de cualquier eventualidad, cualquiera- el buscador respondió con un “si” a través del extraño aparato volador y concluyó la llamada con un “cuídense mucho”...

“No puedes proteger a quien devoras”

-Darlenee te juro que voy a protegerte-prometió Aizar con determinación, palabras a las Darlenee sólo asintió sin despegar la vista del gran arco de piedra y enredaderas que tenía adelante, tan grande y lúgubre que parecía retar a entrar a todo aquel que se acercara. Sin embargo, las palabras de Aizar le otorgaron el valor que tanto estaba buscando Darlenee y ahora se sentía más segura, pues sabía que la chica exorcista podría con cualquier cosa...."cualquier cosa"-la pregunta es: ¿qué es "esa cosa" que las esperaba ahí dentro?
No lo sabremos si nos apresuramos-caviló. Y sin más, se adentró en ese lugar. El primer pasillo que conectaba la entrada con el laberinto estaba techado y no era muy grande pues terminaba en unas escaleras desde las cuales se podía ver el resto del laberinto, con todos esos corredores donde sólo hay de dos opciones: tomar el camino que los llevará o no al centro y a la salida.

Se detuvo un poco a observar el lugar desde esa altura, recorrió los corredores con la mirada en busca de algo anormal...nada, por más que buscaba algo diferente, no encontraba nada más allá de la atmósfera pesada, escalofriante y el brillo de las antorchas...Ummm, ¿qué más querías Darlenee?- se respondió a sí misma con sarcasmo...además, aún cuando las escaleras estaban a un nivel considerable de altura, no se alcanzaba a ver el interior de los corredores.

-Exorcista-tama lo siento tanto, lo siento tanto-se disculpó una voz extrañamente familiar, más la sopresa de que apareciera de pronto la sobresaltó. Miró alrededor hasta que dió con el objeto que transmitía la voz, aquel pequeño murciélago que había visto antes en la juguetería de sus tíos, ahora revoloteaba alrededor de ellas de tal manera que le parecía muy entretenido seguirlo con la mirada.

-Tranquilízate, Darlenee está conmigo yo me encargo de todo - respondió Aizar lázandole una mirada acusadora a Darlenee, la cual no pudo más que sonreír de forma apenada, pues había olvidado por completo al buscador...-¡Ups!-exclamó Darlenee, mientras escuchaba que Aizar le daba instrucciones al buscador.La conversción terminó con un "cuídense".

-Umm, en mi defensa, tengo que decir que tu buscador no es tan ágil como crees-se excusó caminando hacia la espalda de Aizar y la empujó en ademán de continuar y bajar las escaleras, por lo menos así podría evitar otra mirada acusadora por parte de su compañera.

Continuó empujándola hasta que llegaron al último escalón.

Ahora era muy importante no separarse, aunque el laberinto no era muy grande, cabía la posibilidad de que en algún momento se separaran y eso no sería buena idea.

Los muros de los corredores estaban realizados con mampostería y piedra, como refuerzo, algunos detalles tallados y las antorchas que guiaban el camino. El fuego de éstas hipnotizaba a Darlenee y le traían vagos recuerdos sobre la primera vez que estuvo ahí, la primera vez que había quedado impactada por el poder y la belleza que el fuego representaba.

Por un momento quedó hipnotizada por ellas pero regresó a la realidad de un sobresalto y se sacudió la cabeza para intentar concentrarse.

-Creo, que es mejor marcar los muros, así no nos perderemos. Aunque recuerdo el camino, es mejor estar prevenidas, no sabemos que nos puede estar esperando más adelante, ¿cierto?-comentó, buscando algo que les pudiera servir. Tomó una pequeña piedra de yeso y comenzó a marcar una con una "X" el lugar.

En realidad, esta idea la había sacado del famoso mito de Asterión el Minotauro, el cual conforme crecía se iba haciendo más salvaje e incontrolable por lo que fue encerrado en un laberinto con el fin de retenerlo. Por muchos años, hombres y mujeres eran llevados al laberinto como sacrificio para ser el alimento de la bestia hasta que la vida de ésta terminó en manos del héroe Teseo, quien, para evitar perderse hizo uso de un hilo que le permitiera encontrar la salida. Este mito siempre le había parecido fascinante y, por lo tanto entraba en la categoría de sus favoritos.

Ahora que lo pensaba, esta situación tenía cierto parecido con aquel mito, y ahora que lo pensaba ¿Cuál sería la posibilidad de que la "cosa" que los espera sea un minotauro? Sería algo interesante y al mismo tiempo aterrador.

-Espero que no haya un minotauro por aquí, eso sería aterrador, aunque por otra parte...sería interesante ¿no crees?-comentó en voz baja.

Supongo que tendremos que ir al centro del laberinto, pues no se me ocurre otro lugar para buscar algo sobrenatural, o... tienes alguna idea?-preguntó, marcando con la piedra cada número de pasos que daban.

Y fue entonces que se adentraron en el tétrico lugar, en un universo medieval y desconocido lleno de aire húmedo y antiguo, la poca luz del fuego le hizo que recordar un momento triste, la nostalgia se albergó en los ojos de la castaña que aun en aquel lugar no se aventuraba a quitarse los gogles, al final solo sonrió con tristeza ante las palabras de Darlenee mientras bajaban aquellas escaleras.

Cuando propuso marcar las paredes se limitó a asentir con un leve movimiento esperaba que funcionara de lo contario tendrían grabes problemas , cruzo por su mente una hipotética situación de ella rompiendo los muros para salir de aquel lugar

-Espero que no haya un mino tauro por aquí, eso sería aterrador, aunque por otra parte...sería interesante ¿no crees?. Supongo que tendremos que ir al centro del laberinto, pues no se me ocurre otro lugar para buscar algo sobrenatural, o... tienes alguna idea?- Aizar dio pequeño respingo de exaltación, se había quedado pensando y las palabras de su acompañante le hicieron regresar del trance

-No sé si este por aquí un Mino tauro pero si así fuera no me gustaría encontrarlo- y es que definitivamente una creatura con ese aspecto y ese carácter no era la mejor opción en esa situación

-Vayamos al centro de este lugar… aunque ¿no te parece extraño que las antorchas estén prendidas?- y es que le había era extraño, no era posible que llevaran tanto tiempo encendidas considerando el hecho de que la gente se había alejado del lugar hace mucho, la única opción que consideraba es que alguien hubiese pasado por ahí antes que ellas

-No me da buena espina- concluyó después de reflexionar y es que si alguien estaba por ahí seguramente sería un enemigo. Siguió caminando junto a Darlenee por alguna razón sintió que compartía ese trayecto con una compañera de misión y aunque ciertamente lo mejor sería que concluyeran rápidamente para no ponerla en riesgo, ese sentimiento latente de camaradería no desaparecía.