Reclutamiento en España [Socalo-Praxy]

Me acerque a otro de los arboles que rodeaban el claro en el que nos encontrábamos, cogí otra de las ramas de uno de los arboles, tras pelarla y dejarla como la otra que llevaba en la mano derecha, me encamine hacia mi joven discípulo con una rama en cada brazo. Me coloque delante de el soltando una pequeña risa algo diabólica, acto seguido lance un golpe con la rama derecha hacia la cabeza, a la misma vez lanzo otro hacia el costado.

-Solo eres un mocoso quejica, es que le dirás a los akumas no me ataquéis que estoy cansado- dije en tono serio, -todo exorcista debe saber superarse ante las dificultades, maldito inútil- dije algo molesto.

Continúe lanzando golpes con ambas ramas alternado las distintas zonas del cuerpo. Los golpes iban dirigidos con algo de rapidez, para un humano normal es posible que le costara esquivarlos, pero los exorcistas no eran normales, aquel muchacho debía de adaptarse a la velocidad que le imponía que no era más que la de cualquier exorcista de primer nivel.

-General Winters, la comida ya está preparada- dijo el buscador levantando la mano.

-Bien, vete a comer algo que recuperes las fuerzas- dije comenzando a caminar hacia donde estaba el buscador.

Me senté al lado de la olla, cogí un pequeño plato en el que el buscador me había echado mi parte de alimento y lo aparte a un lado. La comida no era más que un plato de sopa con algunos trozos de verduras, no pude evitar lanzar una mirada asesina a aquel muchacho, si se creía que por saber activar su inocencia había conseguido algo, es que no había aprendido nada.

-Creo que ya te explique los diferentes niveles de akumas, además de tu nivel a la hora de enfrentarte a ellos- dije mirándole fijamente.

Mientras lo hacía pude escuchar un fuerte ruido que provenía de las profundidades del bosque, seguramente serian los invitados que estaba esperando desde hace tiempo. No podía aguantar las ganas que tenia de destrozar más akumas, ya que mi batalla anterior fue muy corta y apenas pude disfrutar de la matanza de aquellos seres.

-Parece que finalmente podrás entender por ti mismo lo que es combatir contra los akumas, aunque todavía falta un poco- dije en tono alegre.

-Activarla la activas, la cuestión es que la mantengas más tiempo, cuando acabes quiero que la actives y la mantengas todo lo que puedas- dije mientras esperaba a que acabara su comida.

El bosque parecía en calma pese al ruido que escuche a lo lejos, si se trataba de algún akuma se estaría acercando o buscándonos por el bosque. Debía de controlar las ganas que tenia de matar y concentrarme en seguir entrenando a aquel chico para que aprendiera a usar su inocencia como debía. Aquella sería la siguiente prueba del muchacho, si podía mantenerla activada significaría que estaría listo para enfrentarse contra los akumas de nivel inferior, había progresado a lo largo del día pero aun debía de demostrar si realmente valía para ser exorcista.

-Mientras la tengas activada quiero que te vayas moviendo, saltando por todo este claro, ya que yo te iré lanzando varias piedras a la velocidad con que los akumas de nivel 1lanzan sus proyectiles- dije a la vez que me ponía en pie y comenzaba a buscar piedras.

Tras recoger unas cuantas me coloque en el centro del claro a la espera de que el muchacho terminara, para comenzar a lanzar las piedras.

-Trata de mantenerlo lo máximo que puedas, pese al esfuerzo- le dije mientras me preparaba, -recuerda que si te da una sola es como si estuvieras muerto-

Tras decir eso, comencé a lanzar las piedras hacia el muchacho, todas ellas iban directas hacia su cuerpo y a la velocidad que llevarían los proyectiles de los akumas de primer nivel, seguí lanzando piedra por piedra hasta que todas y cada una de las que recogí fueron lanzadas contra el muchacho. Por cada piedra que lanzaba sentía la satisfacción de hacerle daño a alguien, daba igual que fuera mi discípulo ya que esto era para su bien, aunque yo disfrutara enormemente con aquel entrenamiento.

-Vale, ahora mantenla activada todo lo que puedas y después siéntate y descansa- dije con tono serio.

Le lance varias piedras al muchacho las cuales esquivo sin mucha dificultad, en cuanto estaba terminando de lanzarle las últimas piedras, veo como se lanza hacia mí con gran velocidad, para después lanzarme un golpe con el violín. Esquive el golpe deteniendo el brazo del chico, con mi mano derecha, una vez sujeto le aseste un puñetazo directamente al estomago con mi puño izquierdo, tras eso lo mande a volar aprovechando que lo tenía sujeto por el brazo.

-Por fin muestras algo de mejoría, ya era hora- dije en tono serio, -pero no trates de golpear a alguien que te puede dar una paliza, estúpido saco de carne- le dije algo molesto por tratar de darme un golpe.

Tras esas palabras se puede escuchar una risa que provenía del cielo, a alzar la mirada pude ver como un akuma de nivel 3 de color rojizo, se encontraba en la copa de uno de los arboles que delimitaban el claro. De entre los arboles aparecieron numerosas personas que comenzaron a transformarse en veinte niveles 1 y seis niveles 2. Al ver aquella escena no pude evitar soltar una carcajada diabólica, que helaría la sangre de cualquiera que la oyera.

-Por fin os encuentro- dijo el nivel 3, -matar al chico y traer el violín, sin olvidaros del general claro está- le dijo el nivel 3 al resto de akumas.

-Por fin algo de diversión, aunque habéis tardado más de lo que esperaba- les dije a los akumas, -hey chico, ahora veremos si eres capaz de hacer algo, elimina a los niveles 1, por cierto el tipo de arriba que lleva una armadura de color rojo es un nivel 3, todos los de ese nivel son casi iguales, a excepción del color y de la armadura que varia un poco- le dije a mi aprendiz.

Al terminar esas palabras veo como los niveles 1 se lanzan hacia el muchacho, mientras que uno de los niveles 2 les sigue para atacarle también, mientras los otros cinco niveles 2 se lanzan hacia mí.

Las explosiones producidas por los niveles 1, ensordecían cualquier ruido de los alrededores, el buscador había recogido todo como pudo y se había escondido tras uno de los arboles como hizo con anterioridad. Yo por mi parte comencé a correr hacia los niveles, los cuales comenzaron a transformarse.

Dos de los akumas de segundo nivel se transformaron en unas especies de arañas de unos tres metros de altura, otros dos cambiaron a una especie de lobo, tenían grandes garran, con dos cañones a los lados y su tamaño sería de unos dos metros, el tercero que quedaba se transformo en una especie de escorpión con grandes pinzas y un aguijón, su tamaño sería el de cinco metros de altura.

-Madness- grite activando mi inocencia.

Los dos semicírculos de mis hombros se juntaron delante mía, para formar la espada mandoble con la que despedazaría a esos akumas. Rápidamente me lance hacia el primero de los akumas de nivel 2, no era otro que una de las arañas a la cual de un solo golpe le ampute todas las partas de la parte derecha, acto seguido con la araña en el suelo di un salto para posarme encima de ella y clavar la hoja de mi espada en el cuerpo de mi adversario, una vez dentro comencé a retorcer mi arma haciendo que el akuma gritara de dolor, al sacar el arma un chorro de sangre salió de la espalda de su espalda como si de una fuente se tratase.

-Kikikikiki, ¿debería salir ya de aquí verdad?- dije llevándome mi mano izquierda sobre mi mascara.

Con un movimiento de la mano me quite la máscara y la lance volando, mientras dejaba al descubierto mi rostro. Mis pendientes dorados y rojos, bailaban al son del ruido que producía mi espada al cortar a la araña-akuma, mis afilados dientes asomaban tras mi sonrisa sádica y mis ojos blancos estaban clavados en el akuma. Finalmente el akuma exploto permitiéndome desaparecer a la vista de los otros niveles 2.

Con un movimiento rápido me coloque debajo del otro akuma araña, rajándole la parte de abajo lo que hizo que su sangre cayera sobre mi bañando mi rostros y parte de mi cuerpo, a la vez que me restregaba la sangre por cabeza, calve la hoja de mi inocencia en la parte inferior de la cabeza del akuma haciendo que explotara. La emoción me inundaba, las ganas de descuartizar a todos y cada uno de esos akumas era tan absorbente que me olvidaba de todo lo que ocurría a mi alrededor, solo me interesaba una cosa, destrozar a todos y cada uno de esas maquinas asesinas que tanta diversión me causaban.

La sangre me caía por mi rostro, lo que ocultaba las facciones de mi piel. A cualquier otro le hubiera molestado aquella sangre, pero para mí era algo que disfrutaba y me hacía sentir bien. Mientras apartaba la sangre de mis ojos pude ver como los dos lobos tomaron posiciones de ataque, acto seguido comenzaron a disparar sus cañones hacia mi posición.

Con ayuda de mi gran velocidad, esquive sin dificultad las balas que me enviaban aquellos niveles 2, en un abrir y cerrar de ojos me coloque al lado de uno de aquellos lobos. Tras girar mi arma, clave su hoja en el costado del akuma, inmediatamente después la arrastre desde su interior por todo el costado, lo que le produjo una gran raja en aquel costado. Al mismo tiempo que un chorro de sangre salía de mi presa, le seccione las dos patas de ese mismo costado, haciendo que callera al suelo para justo después explotar.

Una vez que uno de los dos lobos-akumas habían sido destruidos, di un gran salto hacia mi siguiente víctima. Caí sobre la espalda del segundo de esos lobos, una vez que mis pies se posaron en el akuma, comencé a hacerle numerosos cortes sobre la espalda, al mismo tiempo que reía sádicamente. Estaba disfrutando destrozando a esos akumas, la sangre que les salía, los gritos que daban, todo aquello hacia que tuviera más ganas de continuar con la masacre que estaba llevando a cabo.

Cuando la espalda de aquel nivel 2 estaba completamente destrozada por los numerosos cortes, el akuma cayó al suelo de dolor. Di un salto para caer al lado de aquel amasijo de metal y tras contemplar cómo se retorcía de dolor entre los gritos de angustia y impotencia que sentía aquel lobo metálico. Me coloque enfrente suya y aprovechando uno de esos gritos, introduje mi arma por su boca todo lo que pude, para que inmediatamente después, comenzar a retorcerla hasta que el nivel 2 estallo, lo que produjo un estruendoso ruido.

-Kikikiki, ¿y tu Cómo quieres que te cocine?- dije entre carcajada y carcajada, al nivel 2 con apariencia de escorpión.

Aquel akuma se quedo inmóvil, temblando al haber contemplado aquellas muertes tan salvajes. Se suponía que ellos eran los malos, que ellos eran los que debían de ser crueles y despiadados con todas sus víctimas, aquel akuma estaba confuso al ver mi comportamiento y sin poder creer lo que acababa de ver, se lanzo hacia mí.

Yo por mi parte hice lo mismo y me lance a por mi nueva víctima, mientras corría como alma que lleva el diablo, no podía evitar soltar mi tenebrosa risa. Una vez delante del akuma, le ampute ambas pinzas de un solo corte, tras eso me subí a su espalda y le seccione el aguijón que llevaba, acto seguido lo cogí y se lo clave en la cabeza. Todo eso paso tan deprisa que el akuma apenas había tenido tiempo de sentir el mas mínimo dolor, por la pérdida de sus pinzas, cuando finalmente sintió todo ese dolor en todas las partes de su cuerpo, empezó a descuartizarlo lenta y dolorosamente hasta que acabo explotando entre mi risa macabra.