Misión a Wellington. [Katisha Harunoai y Stefan Von der Beck]

Proxy escribió:

komui escribió:Esta pequeña ciudad ha estado sufriendo ataques constantes de akumas además que su número comienza aumentar, a la vez que el número de pobladores y el número de personas en los cementerios, diminuyen y aumentan respectivamente.
Deverán averirguar que traen los akumas en este lugar. Tal vez alguna inocencia, hasta hace bastante poco los buscadores habían visto extraños brillos verdes que aparecían al atardecer, mas estos no volvieron hacerlo. Tal vez hallado sido algo relacionado con lo que acabo de deciros. Tengan mucho cuidado.

• Misión en Wellington, Nueva Zelanda.
  Participantes: Katisha Harunoai y Stefan Von der Beck.

Era de noche en el barco que habíamos abordado aquel día, me seguía sorprendiendo la facilidad con la que se nos proporcionó un camarote de primera clase con solo ver nuestros uniformes. Era bastante extraño, sigo acostumbrado a la vida rural de Gitano con mi familia y todos estos lujos me tienen incomodado. En aquel entonces estaba conviviendo con una pequeña niña cuyo nombre era Katisha, después de todo el lugar no estaba mal, recuerdo que la señorita Miranda y el joven Joey a pesar de ser buenas personas me tenían intimidado por sus oscuras apariencias; ahora simplemente quería saltar al mar y regresar nadando a Albania.

Me puse a hacer lo más prudente que pude, entre al camarote, me senté sobre una de las camas y comencé a dibujar esperando a que el tiempo pasara rápidamente mientras llegábamos a la isla de Nueva Zelanda. Una de las colonias descubiertas por los Ingléses según recuerdo haber leído.

-Hermano... -suspiré, como me hubiera gustado que viajara conmigo en estos momentos.

Entre al camarote y me sente en la cama que se encontraba a un lado de la de Stefan, tome un pequeño plato de fruta que había tomado de la cocina y comenzé a comerlo pues no había comido nada en todo el día...gracias a una de mis famosas perdidas en toda la Orden. Me giré para ver a Stefan, dibujaba y parecía algo incomodo.

Había escuchado que el venía de Albania, de origen gitano y probablemente fuera su primera vez en barco. Me preocupe de que estuviera dibujando con tanto movimiento, yo siquiera podía caminar sin irme a dar contra una pared (Siempre me estampo con alguna cuando voy de viaje). Además era ya tarde y había poca luz contando con la de la pequeña lamparita de noche que estaba en una pequeña mesita de noche a un lado de el, Además aún faltaban por lo menos unas dos horas para llegar a Nueva Zelanda.

Pude notar lo concentrado que estaba. En ese momento parecía que ni una bomba atómica podía sacarlo de sus pensamientos, pero pude ver que de vez en cuando cerraba los ojos para humedecerlos y seguir dibujando.

Hasta que me decidí a hablarle

Etto....Stefan-kun....¿Te sientes bien? Pregunte jugando con mis dedos Lo que pasa es...que...con tanto movimiento... Baje la mirada intentando ocultar mi sonrojo. Nunca había hablado con un chico tan de cerca mas que con mi hermano

-Me siento bien- dije con una sonrisa intentando no preocuparle.

La joven entró hacia un tiempo y recién se animo a hablar, yo me sentía perfectamente, era extraño como no estaba mareado en lo absoluto y el dibujo a pesar de ser solo un boceto no estaba quedando desfigurado.

El viaje había sido largo y el tiempo parecía tener mucha paciencia, los minutos se hacían eternos en aquella situación tan tensa que la chica me hacía pasar. Tenía miedo de insultarle por error, parece rudo, parecer sobreprotector, no sabía si era adecuado actuar con ella de la misma forma en la que actuaba con Claire por que a diferencia de mi hermana, esta chica era mucho mas tímida y seguía sonrojándose al verme.

-Después de llegar al puerto tendrémos que tomar otro tren hacia Wellington, será un largo viaje, ¿no? -dije en mi desesperado intento por abrir una conversación.

Suspiré de alivio al escuchar eso,terminé de comer y me recosté en la cama aún viendo hacia este .

Parecía ser alguien muy educado, lo cual me hacía recordar a mi hermano y de cierto modo me ponía feliz al sentir que podía confiar en el

Después de llegar al puerto tendrémos que tomar otro tren hacia Wellington, será un largo viaje, ¿no?

Asentí con la cabeza mientres me giraba a ver hacia el techo

Será un viaje largo...Y también conocermos muchos lugares hermosos en el camino- Sonreí -Pero...debemos tener cuidado con los akumas Recordé jugando entre mis dedos mi collar

"Un viaje largo"Estaba casi seguro que no ibamos a terminar temprano con esto, sería lo mejor comenzar a dormir o algo por el estilo para así pasar el tiempo, dejé mi cuaderno a lado de mi almohada y me recosté esperando que el movimiento del barco me ayudara a dormir...

Había pasado ya tiempo cuando me desperté, no imaginé que podría llegar a quedarme dormido tan rápidamente pero así había sido, me levanté algo confundido pues no tenía idea de cuanto tiempo había estado recostado. Me tallé los ojos, de seguro estaba completamente despeinado, arreglé mi uniforme y por fin pude darme cuenta que el barco se había detenido. Con apuro tomé mi pequeña maleta para guardar mis cosas esperando alcanza a bajar.

-¿Ya llegamos a Wellington? -dije con voz chistosa pues intentaba retener un bostezo.

Tuve que reprimir una pequeña risita al notar su cabello despeinadoSi, ya llegamos Sonreí mientras tomaba mi maleta Cuando duermes nada
puede despertarte ¿cierto? Abrí el camarote y señale el resto del barco completamente solitrario Hace al menos media hora que llegamos, pensé que despertarías con el altavoz que nos avisó nuestra llegada, pero no funciono eso y cuando intente despertarte comenzaste a hablar dormido Reí tímidamente tapando mi boca intentando no parecer maleducada Pero te veías muy tranquilo durmiendo, así que me decidí a esperar a que despertaras. Además antes lucías muy cansado Sonreí mientras recordaba las multiples veces que nos quedabamos en el mismo barco mi hermano y yo por que el se quedaba dormido No te preocupes por nada, le he pedido al capitán del barco que esperara a que despertaras Sonreí en un intento de no hacerle sentir mal

"Que vergüenza" Pensé mientras ambos bajábamos del barco siendo observados por la mayoría de la impaciente tripulación. Mi cara me picaba pues seguía completamente roja, tener a toda la gente esperando a que el holgazán de mi me despertara no fue tan agradable. Es cierto, acostumbro a despertarme temprano y a dormir profundamente pero estos últimos días me habían parecido de lo más pesados Ahora estaba igual apenado con la pequeña niña quien seguro estuvo esperando a que despertara un buen rato, me pregunto que estaría hablando mientras estaba dormido y me siento más avergonzado aún.

El lugar estaba nublado y la única vista que nos recibía eran grandes almacenes frente al puerto, a diferencia de lo que esperaba, el lugar tenía un aire lúgubre y de tristeza, era tal vez por que el sol comenzaba a salir o por que a lo lejos se podía divisar una caravana anunciando un funeral. Eso bajó mis expectativas súbitamente. Una vez que bajamos del barco me detuve en el puerto y saqué un mapa que venía anexado junto el informe de misión.

-Estamos en la Isla Norte, en el puerto de Northland -hablé señalando con el dedo aquella punta en el mapa intentando guiarme- Y Wellington esta más hacia el sur, tendremos que tomar un tren.

Era más que seguro que el viaje mismo estaba postergando lo inevitable, probablemente, combatir con monstruos horribles y poner en riesgo mi vida. Estaba temblando mas no quería preocupar a la pequeña que probablemente estaba igual de nerviosa.

Sí....Asentí con la cabeza bajando la mirada nerviosa.

La sola fachada de aquel lugar me hacía sentir más nerviosa de lo que debía al igual de lo que pude notar que stefan estaba

Me sentía totalmente indefensa al notar la enorme cantidad de gente que nos rodeaba y lo peor, cualquiera podía ser un akuma. Así que trate de olvidarme de eso y me concentre en encontrar la estación de trenes

Mou..este lugar esta muy grande Murmure por lo bajo cada vez más nerviosa al notar como todos se giraban a vernos sólo por el hecho de traer esos trajes tan extraños. Simplemente ellos no sabían siquiera que eran los akumas

Entonces mis ojos se iluminaron al divisar la estación de trenes

¡¡Stefan-kun!! ahí esta Exclame aliviada, quería subirme al tren lo más pronto posible...pero antes de que pudiera acercarme a esta se escuchó un grito que hizo que un escalofrío recorriera mi espalda. Me giré sobre mí misma para ver que a unos pocos metros de ahí dos akumas atacaban a una familia

¡¡Stefan-kun!! Le llamé girandome para verle y tomando entre mis dedos mi colgante.

Habíamos al fin llegado a la estación de tren, estaba tan apurado con entrar que había dejado un poco atrás a Katisha. No me hubiese dado cuenta antes si no me hubiese gritado.

-¡¡Stefan-kun!! -alcancé a escuchar y me volteé al instante para ver a la señorita Katisha, ella estaba bien pero a lo lejos se podían divisar un par de akumas como los que había visto por primera vez en Sarandë.
-Quédese aquí. -le indiqué rápidamente a la pequeña, no quería que saliera lastimada.

Y después de eso sigo sin saber que fue lo que me pasó, en cuanto volteé y vi a las personas en peligro un instinto de adrenalina recorrió mi cuerpo con tal rapidez que me olvidé de analizar las posibles situaciones, calcular riesgos y pensar de más como siempre. Simplemente salí corriendo y en el proceso activé mi inocencia justo como lo había hecho antes, los hilos imaginarios se materializaron a la par en la que mi pañuelo se desprendía de mi cuello para elevarse en el cielo y tomar la forma de la cometa, la cola de colores se desprendió del cometa iluminando aquél oscuro lugar e ignorando mi horrible condición llegué a donde uno de los niños estaba siendo atacado. Corrí y practicamente llegué con una barrida para quitarlo del camino y abrazarlo fuertemente mientras la cola del cometa nos protegía a ambos, él pequeño estaba seguro pero con mi experiencia solo lo podría proteger a él de aquellas mortíferas balas. Tenía que pensar en una forma de alcanzarlos con la cometa; cosa que no era del todo fácil si aparte debía de proteger a los civiles.

Estaba pidiendo a la demás gente que se alejara lo más posible del lugar, entonces escuche la voz de stefan

Quédese aquí

Esa palabra me sorprendió mucho y comencé a cuestionarme ¿Puede el solo?...pude notar como protegía a aquel niño. Sin embargo esa acción fue muy imprudente y no le culpo, yo hubiera hecho lo mismo por instinto. Por lo pronto podía ayudar poniendo a salvo a los demás
Decidí confiar en él y yo solo me dediqué a buscar un lugar seguro para toda esa gente, si algo salía mal no tendría más opción que pelear

Las cosas deberían de ser mucho más fáciles, eran solo dos Akumas de nivel 1, con un solo golpe de mi cometa me haría cargo de ellos mas sin embargo tenía que proteger al pequeño y a la familia que no hacía más que quedarse viéndonos.

-¡O-oigan! ¡Por favor busquen un lugar para esconderse, su hijo estará bien! -les grité a ambos padres mientras mi cometa nos protegía recibiendo las balas de ambos lados.
Me volteé a donde estaba Katisha y la vi muy ocupada despejando el área, menos mal, por que no sabría que hacer si los akumas la atacaran a ella. En eso noté como el niño estaba comenzando a llorar sobre mi pecho y me preocupé, demasiado.

-P-pasa algo, ¿te lastimaron?
-Tengo miedo -dijo el pequeño sollozando. No podía culparlo, yo también tenía miedo.

Los Akumas eran menos tontos de lo que me gustaría, se comenzaron a mover para dispararme de distintos ángulos para cuando decidí tomar al niño en brazos y mover el cometa lejos de nosotros y poder golpearlos a ambos con la cola y el cometa en si. Para mi fortuna explotaron con el primer impacto, estaba más que feliz de que no fueran un nivel dos pues recuerdo que la ultima vez me di unos buenos golpes.
Aquella situación tan horrible había acabado y pude por fin soltar al niño, debo admitirlo, necesito hacer ejercicio pues el simple hecho de cargarlo me cansó un poco. Luego de dejarlo ir corriendo hacia donde su preocupada familia me volteé hacia donde mi compañera esperando estuviera bien.

Yo estaba bien, suspiré de alivio al notar que ambos akumas eran derrotados sin cobrar ninguna víctima. Los padres, que pedían que le devolvieramos a su hijo, tenían leves rasguños pero nada grave.

Indique a la demás quente que podía irse con mucho cuidado y luego corrí al encuentro con mi compañero
¿Te encuentras bien? ¿No te han herido verdad? Dije en cierto tono de preocupación mientras tomaba al pequeño niño en brazos y lo entreaba a los preocupados padres que nos agradecieron con pequeñas reverencias y se marcharon con su hijo.

-Estoy bien- Dije un poco agitado, ciertamente correr no era lo mio pero la facilidad con la que mi cometa se movía me facilitaba las cosas demasiado.

Todo parecía ir de maravilla; la gente salía de sus escondites y aún temerosos hacían lo posible por reparar los daños de los bombardeos, los barcos comenzaron a zarpar de nuevo y yo seguía preguntándome: La misión se supone es en Wellington, ¿por que habría Akumas atacando ese puerto?. Estaba mirando hacia la nada, perdido como siempre cuando sentí un jalón en el abrigo de mi uniforme, me volteé tranquilo para ver a un par de niñas gemelas con prendas costosas pero que lucían desgastadas. Ambas tenían el cabello anaranjado, ojos color verde esmeralda, tal vez un poco mas claros que los míos y usaban vestidos que solo recuerdo haber visto en libros.

-Uh... señor. -"Señor" Me sentí algo viejo.
-¿Que ocurre? ¿Saben por que estos Akumas estaban atacando este lugar?
-Vimos a un montón de esas cosas dirigiéndose hacia la capital pero por alguna razón estos dos se desviaron y comenzaron a atacar el pueblo. Nosotras dos venimos de Wellington a buscar ayuda por que nuestra familia aún esta ahí.
-¿Tu puedes ayudarnos, cierto? ¿Puedes, puedes? -la otra niña parecía mucho más asustada.
-B-bueno, podemos llevarlas con nosotras hacia Wellington, así podrían ayudarnos a saber que pasa y nosotros las protegeriamos. ¿No cree? -volteé esperando la aprobación de mi compañera.

Observe a las gemelas, ciertamente se notaba lo unidas que eran pues ambas estaban sujetas de la mano

B-bueno, podemos llevarlas con nosotras hacia Wellington, así podrían ayudarnos a saber que pasa y nosotros las protegeriamos. ¿No cree?

Nos serviría de ayuda que nos acompañaran Sonreí agachandome hasta quedar a la altura de sus rostros
Etto...¿como se llaman?

Yo soy Hikari y ella es Aimaru Señaló la que parecía ser la mayor

Ahhh...bueno Hikari... ¿Eres Hikari verdad? Una gotita resbaló de mi sien, nunca fui buena diferenciando

No, yo soy Aimaru La chica parecía ser tímida y se resguardó detrás de su hermana

Ahhhh Mis ojos estaban hechos pequeños puntitos y sentía que en cualquir momento colapsaría

Señorita...¿Como se llaman? Preguntó la chica con una mirada curiosa

Bueno Aimaru, yo soy....

Yo soy Hikari La chica parecía ofendida y ahora tenía los ojos llorosos

Ahh..ehh. yo.... Mi cabeza comenzaba a dolerme, voltee a ver a mi compañero en busca de auxilio y con los ojos en pequeñas espirales mientras comenzaba a tambalearme