Mision a Halifax [Winters S - Zoltan S]

Cuando iba a llegar enfrente de los hombres una manzana me golpeo en la cabeza, al girarme veo como el chico se estaba comiendo una, en ese momento una sonrisa sádica se dibujo en mi rostro, mientras me acercaba al joven exorcista, le cogí por la chaquete y le lance con tal fuerza contra el puesto de manzanas, que había cerca, que lo tras romperse por el impacto el muchacho salió rodando por el suelo, tras eso recogí la manzana que me lanzo y se la tire golpeándole en la cabeza.

-Si quieres vivir más vale que te alejes de mi- dije con tono enfadado mientras apretaba mi puño, -a la próxima le corto un dedo- pensé mientras avanzaba hacia los hombres.

Una vez enfrente suyo uno de ellos me miro con algo de desprecio, miro atentamente mi ropa y tras hacerlo puso una cara de enfado.

-Lárgate o lo lamentaras- dijo el hombre.

-O te apartas o lo lamentaras tu- dije sonriendo.

Tras eso varios de los hombres de allí comenzaron a rodearme con caras de rabia y odio.

-Maldito general- dijeron al unisonó.

Mire como se transformaban los akumas y tras que el chico se cargara a tres niveles1, tras eso di un salto hacia arriba y nuevamente active mi inocencia.

-Madness- dije mientras estaba arriba.

Una vez activada lace el arma hacia los dos niveles 1 que se dirigían hacia el muchacho destruyéndolos, una vez mi arma volvió a mis manos me dirigí hacia los niveles 2, los tres tenían forma de grandes pájaros di un salto posándome encima de uno de ellos y tras cortarle las alas caí al suelo con el akuma debajo, tras eso le corte la cabeza.

-Esto es una ofensa para mi, tan pocos akumas- dice mientras giraba mi arma.

Cuando levante la vista hacia los otros niveles 2 vi como uno de esos pájaros se lanzo hacia el otro exorcista mientras que el tercero se lanzo hacia mí, di un salto hacia él y de un corte le seccione el ala derecha haciéndole caer al suelo, rápidamente le corte ambas patas para que no se levantara, acto seguido clave mi inocencia en su espalda y una vez dentro la arrastre hacia arriba partiéndolo en dos.

-Bien general, creo que me toca- dijo el hombre que estaba contemplando la pelea.

Aquel hombre se trasformo en un nivel 3 de color rosado, que poseía una gran maza en su mano derecha, me lance hacia el mire como un grupo de hombres doblaban la esquina y se dirigían hacia el muchacho, al parecer eran los akumas que protegían la otra zona del edificio, una vez trasformados, pude divisar claramente a seis niveles 1 y a dos niveles 2, todos ellos directos hacia el joven exorcista.

Esquivaba los ataques que me lanzaba el nivel 3 sin ninguna dificultad, aproveche un descuido para cortarle el brazo en el que llevaba la maza, tras eso le asesten un corte de media luna en el cuerpo arrancándole parte de él, mientras el akuma gritaba yo reía diabólicamente al contemplar la cara de dolor de mi enemigo, para callarlo le partí en dos con un corte en horizontal, haciendo que estallara.

-kikikiki, creo que es hora de acabar con aquellos niveles 2- dije mientras reía de forma desquiciada.

Lance mi arma decapitando a dos de los akumas de nivel 2 y dejando solamente al que tenia forma de pájaro, tras recuperar mi arma me lance hacia él y le partí en dos con un corte en vertical, tras eso con unos cortes rápidos hice pedazos a los niveles 1.

-Eres un debilucho chico, no sé por qué rayos te han mandado conmigo- dije mirando de frente al exorcista.

-Ves como eres un debilucho, aun no te has dado cuenta- dije sonriendo, -el causante de todo está ahí arriba mirándonos- dije señalando a lo alto del edificio, -¿vas a bajar o te bajo yo?- grite hacia el edificio.

-Para que voy a bajar si vais a morir ahora mismo- grito desde lo harto una voz, -vamos mis akumas venir y matar a los exorcistas-

Tras esas palabras numerosos akumas aparecieron en lo alto del cielo, eran unos treinta niveles1 y solo se veían dos del nivel 2, en poco tiempo el cielo sobre nuestras cabezas estaba totalmente cubierto por los niveles 1 y no lejos de allí estaban los niveles 2, uno tenía forma de araña de uno cinco metros de altura y el otro media alrededor de los tres metros y tenía una cadena en lugar de mano derecha y un tridente en la izquierda.

Los niveles 1 comenzaron a soltar su lluvia de disparos sobre nuestras cabezas, comencé a correr para esquivarlos mientras reía y me preparaba para destruir a todos esos akumas.

-Si por destruir a unos pocos niveles 1 a los que derrotaría una niño ya se cree fuerte es que este exorcista es más patético de lo que pensaba- dije mientras esquivaba los proyectiles.

Comencé a saltar de akuma en akuma destruyéndolos, en un abrir y cerrar de ojos diez akumas de nivel 1 fueron destruidos, y me lance hacia los niveles 2. Al primero de los niveles 2 que ataque era al de forma de araña, rápidamente y mientras reía le corte todas las patas tanto del lado derecho como las del izquierdo, una vez en el suelo comencé a despedazar su cuerpo hasta que los gritos fueron cambiados por el ruido de una explosión.

Después de la destrucción de la araña me lance a por el otro nivel 2, me lanzo su cadena para tratar de atraparme pero cuando esta venia hacia mi di un salto y me coloque a su lado, de un corte le seccione el brazo en el cual poseía la cadena, por su parte el akuma trato de clavarme su tridente justo antes de perder el brazo, sin más rodeos le atravesé el pecho haciéndole estallar en pedazos.

Todos los akumas fueron destruidos ya solo quedaba el que estaba en lo alto del edificio y que no parecía dispuesto a bajar, por lo que al parecer debía ser yo el que subiera para saludarle en persona, en el momento en el que me disponía a subir se pudo escuchar la voz de akuma.

-Esto no ha acabado exorcistas, ¿de verdad creéis que los akumas son los únicos que pueden protegerme?- dijo riendo el akuma, -mis queridos ciudadanos quiero que me traigáis las cabezas de los exorcistas-

Tras acabar esas palabras por las entradas a la plaza aparecieron numerosas personas, todas ellas portaban varias armas como cuchillos o palos, todo indicaba que estaban siendo controladas por aquel akuma pero si creía que me iba a controlar por que fuesen personas las llevaba claras.

-Eres un pobre tonto- dije riendo, -no puedo creer que de verdad creas que me importan esos idiotas, si ni si quiera me importa ese exorcista y es de la orden- dije riendo a carcajada limpia, -nada impedirás que te despedace- dije mientras llevaba mi mano izquierda a mi cabeza y le miraba entre los dedos.

-Cuida tu lengua muchacho o te la arrancare yo mismo– dije mientras giraba mi arma.

El camino hasta la torre estaba despejado ya que los ciudadanos no habían llegado hasta el centro de la plaza, comencé a correr y en un momento llegue hasta la entrada del gran edificio, tras tirar la puerta abajo entre corriendo y comencé a subir las escaleras, el edificio estaba lleno de mesas y cuartos, solo había unas escaleras que conducían hasta la parte alta en donde se encontraba el akuma.

Mientras subía la emoción de destripar a dicho akuma me recorría como un escalofrió por la espalda, conforme subía la ganas por descuartizar aquel akuma aumentaban, después de recorrer todo el trayecto llegue al final de las escaleras tras la cuales había una puerta. Una vez abierta entre en la habitación la cual no era otra que un gran despacho, al fondo había un balcón y en él estaba mi rival un nivel 3 de color azulado, de fondo se podían escuchar los gritos de los ciudadanos que ya habían tomado la plaza y seguramente rodeado al inútil de mi compañero.