Periodismo en Pensilvania (Misión de reclutamiento de Drake)

Crake y Bella llegaron a la entrada del castillo supuestamente abandonado. Los pueblerinos ya les avisaron que no debían ir: desde hace unos meses, habian desaparecido los excursionistas, turistas y curiosos que se habían acercado al castillo, pero esa era la razón de la pareja de periodistas para ir al castillo. Además, contaban con Hewei, el pastor alemán blanco de Bella, que ya les había defendido de alguna agresión más de una vez.

-Drake, ésto no me gusta demasiado... tal vez sea verdad que debamos volver -sugirió Bella cuando se encontraban frente a la verja del jardín del castillo.

-No hemos venido hasta aqui para mirar el castillo desde fuera. Vamos a pasar. mira, parece que Hewei está de mi parte -comentó Drake al tiempo que señalaba al perro de Bella, que se encontraba intentando abrir la verja arañándola con las patas.

-De acuerdo, pero en cuanto tengamos material suficiente para la historia nos vamos, ¿de acuerdo? -suplicó Bella.

-De acuerdo.

-¿Me lo prometes?

-Si, pesada. Vamos a pasar ya.

Drake abrió la verja lentamente. Tan pronto como el hueco fué lo suficiente grande, Hewei salió disparado a través del tétrico y oscuro jardín para llegar hasta la puerta principal del castillo. En ese momento se giró y ladró hacia la pareja de periodistas, como llamándoles...

La puerta de entrada estaba entreabierta, así que el grupo pudo entrar sin problemas.

El vestíbulo del castillo era más grande de lo que Drake se imaginaba, y también más oscuro, impidiendole fijarse en la decoración con mucho detalle. Solo pudo divisar el brillo de los cristales de una lámpara de araña colgada en el techo, iluminada tenuemente por la luz de la luna que pasaba por un ventanal circular al fondo del vestíbulo.

-¡Drake, mira allí! -Bella señaló a una sombra que se acercaba desde el fondo del vestíbulo.

Hewei comenzó a gruñir, cosa rara en él. Pese a que ya había defendido a sus dueños ante el peligro en varias ocasiones, nunca se ponía violento porque sí.

La sombra llegó a escasos metros de la pareja, llegando a ser iluminada por la luz que pasaba por la puerta. Se trataba de una mujer alta, rubia y joven, con traje de doncella. Tenía una expresión seria y la mirada fija en Drake y Bella....

Subí al carruaje y me senté, durante todo el trayecto me quede contemplando por la ventana el paisaje sin decir una palabra como era costumbre en mí. En poco tiempo llegamos a un puerto en el que tomaríamos un barco que nos llevaría hasta nuestro destino.

Una vez se detuvo nuestro transporte baje y subí al barco, una vez allí busque me habitación y permanecí allí hasta que dieran el aviso de que habíamos llegado a nuestro destino. Deje la maleta a un lado de la habitación y la lanza al lado de la cama, me tumbe a la espera de que el tiempo pasase.

-Drake, ¿este castillo no estaba deshabitado? -susurró Bella al oido de Drake, sin apartar la vista de la doncella.

-Si... tienes razón. Disculpe, señorita, pero... ¿que demonios hace usted en un edificio monumental vestida de doncella?

-Me llamo Daniella. Siganme. Les llevaré a ver al señor -dijo la doncella haciendo oidos sordos a la pregunta de Drake.

-¿Se cree que vive en el castillo?

-Debe de ser una lunática. Sería mejor no llevarle la contraria. ¿Recuerdas el artículo que escribimos sobre esos locos violentos de Colorado hace unos meses?

-¡No me asustes!

-Sigamne -repitió Daniella al tiempo que se daba la vuelta y comenzaba a caminar hacia las escaleras que estaban en el centro del vestíbulo.

Drake la siguió sin decir nada a Bella. Habían ido al castillo para averiguar lo que pasaba y, sin duda, esa loca tenía algo que ver.

-¡Drake, espérame! -Bella corrió hasta estar al lado de Drake y se agarró a su brazo. Hewei fué detrás de ella, sin dejar de gruñir y mostrar los dientes, mirando fijamente a Daniella....

Luego de un pequeño vieje en el carruaje, los dos exorcistas mas el par de finders, se embarcaron para poder atravesar el atlantico y llegar a America, en donde estaba el lugar de la mision, por suerte para ambos, el puerto al que legaran en America queda muy cerca de la ciudad de los sucesos anormales.

Duran, como era de esperarse, al igual que Leandro, se dispuesieron para abordar, adelantandose a los finders y sin esperar a los dos tipos, ellos tomaron sus debidos puesto en sus habitaciones. Ambos Finders se miraron con cierta desgana, y se incorporaron, abordando el barco.

Por su lado, Leandro entro a su habitacion, y mientras se acomodaba, cambio sus ropas y se fue a entrenar, fisicamente solamente, ya que en un espacio tan reducido no podia entrenar sus poses de pelea, y sus movimientos con sus cuchillas alli, y tambien descanso debidamente, ya que el viaje en barco dura varios meses, para llegar a America.

Pasado ese tiempo, lograron llegar a America, en la cual pudieron tocar tierra firme, y por fin estar mas cerca de su mision. Ya alli Leandro pregunto a algunos lugareños sobre el castillo y lo que pasaba alli para obtener algo de infromacion, pero sin encontrar mucha informacion muy relevante, pero si le dijieron como llegar de una forma mas rapida al lugar. Al saber esto Leandro le pregunto a Duran.

- Oye Duran, que opinas, ¿vamos por ese camino o vamos por el tradicional?.

Después de un largo trayecto por fin llegamos a América, una vez dieron el correspondiente aviso recogí mis cosas y baje del barco, escuche como los lugareños le decían al otro exorcista la forma de llegar al castillo causante de la desaparición de personas.

- Oye Duran, qué opinas, ¿vamos por ese camino o vamos por el tradicional?- pregunto el otro exorcista.

-Vamos por el rápido, seguramente haya algo por el que impida que sea el más usado y ya tengo ganas de destrozar akumas- dije mientras comenzaba a caminar hacia el camino más rápido.

Detrás iban los dos buscadores que no parecían muy conformes con la idea de atravesar un peligroso en el que podríamos caer en una trampa. El camino en cuestión era una pequeña senda que conducía atraves de un corto bosque que separaba el pueblo del castillo, el otro camino rodeaba el bosque y evitaba la necesidad de pasar por ahí.

Conforme nos adentrábamos el silencio iba en aumento, lo hacía que los buscadores estuvieran mas intranquilos, era raro que ni si quiera se oyera el ruido de un pájaro por esa zona, estaba claro que si había algo por allí y que pronto comenzaría a divertirme.

OFF: como habeis modificado los post, no me salian nuevos y por eso no posteaba XD sorry...

ON:

Daniella guió a los periodistas y a su perro hasta un pequeño saloncito. La madera de los viejos muebles estaba podrida. Nadie podía vivir allí, pero si no era así, ¿quienes eran Daniella y su Señor?

-Esperen aquí -Daniella pasó de habitación sin esperar respuesta, dejando a los periodistas atrás-

En cuanto se fué, Hewei se calmó, pero enseguida volvió a excitarse y salió corriendo de nuevo en dirección al vestíbulo.

-¡Hewei espera! -Bella salió corriendo detrás de su perro, por lo que Drake los siguió también. No quería quedarse solo a merced de la loca...

Durante el viaje revise la información que había obtenido gracias a mis contactos de diferentes lugares, sorpresivamente llegamos antes de lo esperado pues a pesar de la lejanía de nuestro destino, el clima del mar nos había facilitado la llegada en cuanto al tren habíamos elegido unos de los más nuevos modelos estadounidenses, era extraño ver el avance obtenido por parte de los recién liberadas colonias Inglesas…A nuestro arribo nos esperaba un carruaje

-Bienvenido Joven Burleigh, bienvenida señorita- insistió un mayordomo que supuse seria un enviado del hotel

-Mucho gusto mi nombre es Michelle y soy la acompañante oficial del joven Burleigh- hablo el Akuma como si se tratara de alguien importante

-El gusto es mio- contesto el hombre con un gesto amable

-Como sea…- atine a decir después de esa extraña conversación, ambos subimos al carruaje, el hombre se encargaría de guiar a los caballos.

El camino fue silencioso, yo estaba expectante ya que lo único que deseaba era salir a buscar más pistas sobre lo ocurrido en aquella casa, me apetecía adelantar camino para con los exorcistas, tenia el presentimiento que los encontraria pronto...

Mientras el grupo se iva acercando al castillo en cuestion, poco a poco se fueron escuchando ciertos sonidos, algo extraños para un lugar como ese. Leandro decidio ser algo mas furtivo, y adelantandose a sus compañeros, moviendose sigilosamente, y escondiendose de cualquiera que lo pudiese ver, fijo la mirada en los alrededores del castillo, justamente, al llegar a la parte trasera de este, habia una gran flota de seres repugnantes, esas maquinas de aniquilacion llamadas akumas, flotando por alli como si buscasen algo, fue alli cuando se devolvio de la misma manera furtiva y eficaz, para ir donde su compañero y avisarle lo que pudo ver.

- Oye mas adelante, llegaremos pero a la parte trasera del castillo, y no hay entrada a este por alli, aunque si encontre akumas por esa direccion, y antes de que hagas algo, mejor observemos que estan haciendo antes de eliminarlos. Por mientras, ustedes finders, llamen a la orden diciendoles que ya encontramos el castillo y nos disponemos a ver que es lo que pasa alli.

Leandro quedo espectante a lo que podia decir su compañero, mientras que ambos finders asintieron con la cabeza, y emprendieron el viaje devuelta a la ciudad, para contactarse con la orden.

Escuche atento las palabras del compañero que me asignaron para esta misión, al oír la palabra akumas mi cuerpo ya estaba preparado para correr hacia su posición, pero después oí que esperásemos a eliminarlos aquello supuso una contradicción en mi, siempre destruía primero y preguntaba después, pero quizás hubiese una entrada secreta que protegían los akumas.

-Me has cortado la diversión pero vale observaremos- dije a regaña dientes, -si quieres yo voy por la parte de atrás y tu por la de delante y una vez estés dentro me avisas con el golem yo en acción, de esta forma tu entrarías y yo me divertiría- dije sonriendo mientras me disponía a correr.

Comencé a correr hacia delante sin hacer ruido hasta que pude visualizar el grupo de akumas que se encontraban en la parte trasera, mire sus movimientos con detenimiento y pude ver que la mayoría de veces daban vueltas alrededor de una zona en la que habían varios matorrales.

-Es posible que por allí halla una entrada, creo que ya puedo divertirme- dije deseando de comenzar a atacarles.

Hewei bajaba las escaleras del vestíbulo a gran velocidad. Bella estaba tan empeñada en seguirle que casi se cae por ellas, cosa que no pasó porque Drake consiguió agarrarla a tiempo, pero le constó una caida a él mismo por las escaleras. Parece que tuvo suerte, aparte de un par de contusiones, no había daños graves.

-¡Drake! ¿Estas bien? ¡Cuanto lo siento! -sollozó Bella con lágrimas en los ojos, de rodillas ante el tumbado Drake. La chica siempre había sido muy sensible.

Drake no contestó. Simplemente se levantó y continuó siguiendo al perro, que se había introducido en una habitación del vestíbulo que tenía la puerta a medio cerrar.

Despues de llegar a el hotel nos dirigimos en carruaje hacia el castillo que según los pueblerinos se encontraba embrujado, el camino era tortuoso puesto que el lugar era lejano a la cuidad, de pronto a lo lejos pude divisar a través de la ventanilla del carruaje a un par de sujetos que venían caminando, en cuanto los alcanzamos nos detuvimos y pronto baje a su encuentro

-Pero que tenemos aquí- exclame con un aire inocente, los sujetos se limitaron a mirarme confundidos -Caballeros ¿puedo ayudarles?- insistí con una reverencia

-Gracias, pero vamos hacia la cuidad y por lo que veo usted se dirige a otro lado - contesto uno de ellos dando algunas miradas discretas a su acompañante

-Es cierto…olvide que los perros de la orden están acostumbrados a los malos tratos –hable mientras sonreía ampliamente, ambos hombre me miraron asustados sin moverse -No se preocupen nos vamos a divertir-dije y rápidamente tome a uno del el cuello, el otro cayó al suelo de la impresión

-Kevin!- alcanzo a decir mientras veia caer el cuerpo sin vida de su compañero -Maldito- sollozo el otro buscador que aun se encontraba en el suelo

-Que puedo decir- comente pateándolo fuertemente

-Indigo-sama, ¿está bien?- hablo el Akuma desde el carruaje

-Me ensucie - dije mirando mis ropas, se habían ensuciado con sangre, eso de patearlo tan fuete no había sido tan buena idea, me acerque un poco -Dile a todos los Akumas de el área que los exorcistas ya están aquí…quiero que les traten como se merecen- ordene a la mujer que asintió con la cabeza, nuevamente subí al carruaje…

Leandro escuchando lo que queria hacer su compañero, y lo entusiasmado en destruir akumas que estaba este, decidio dejar a su compañero y encontrar alguna entrada por la cual pudiesen entrar a ese castillo "embrujado". Asi que para distraer a los akumas, Leandro susurro.

- Inocencia... Activate...

Desenfundando ambas cuchillas, y lanzando una de ellas en direccion este, haciendo que esta diese una gran vuelta, para asi destruir dos akumas atravensandolos por al medio de estos, tomandolos de sorpresa, y ademas alertandolos de tal forma, que se fijasen del lado opuesto de donde estaba Leandro, o sea donde estaba Duran, para que este entrase en accion lo mas luego posible y le "cubriese la espalda".

Spoiler:

Mientras Leandro pensaba esto, se lanzo hacia donde resguardaban los akumas a toda velocidad, con su cuchilla lista para defenderse de algun ataque.

Observe como dos akumas eran partidos por la mitad, lo que hizo que todos los demás se giraran hacia mí, eso era bueno ya que por fin comenzaría la diversión.

-Inocencia activada- dije saliendo de entre los matorrales y corriendo hacia los akumas lanza en mano.

Comencé a saltar de akuma en akuma y mientras lo hacía no dudaba en clavarles mi lanza para hacer que explotaran, mientras lo hacía tenía que ir esquivando sus peligrosos disparos, fue cuestión de poco tiempo en que todos los niveles 1 fueron destruidos dejando un manto de humo toxico.

-Hay que ver que poco aguante tienen- dije mientras me acercaba a la zona que protegían.

Me acerque a la zona y pude ver como había una trampilla en el suelo, tras levantarla con un poco de dificultad vi unas escaleras que llevaban a lo que parecía un sótano, sin esperar a que mi compañero apareciese me decidí a bajar.