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False God. The cure for pain [Gonzaga – Verzegnassi]

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Mensaje por Sigma-chan Miér Oct 09, 2013 3:30 am

Komui escribió:

Se nos ha informado que hace unos cuantos días atrás se entregó un precioso tesoro a un sacerdote, no era una inocencia más para la gente parecía sanadora, cosa muy extraña. Este sacerdote se fue a Minatitlán con la intención de resguardar aquel tesoro y no utilizarlo.

Pero hace poco se supo que lo estaba utilizando para curar a la gente, haciéndose pasar por Dios o algo mucho más magnifico que aquello. Las personas del lugar parecen recelosas de compartir aquel secreto cosa que está provocando ciertos disturbios.

En fin, aquel tesoro al parecer está perdiendo su poder ya que no ha hecho curaciones exitosas, o quizás la gente esté perdiendo la fe. Lo que sí es verídico, es que los akumas han estado rondando por allí y el conde ha estado aprovechando los disturbios ocasionados por esta para hacer crecer el número de sus máquinas, es por eso que se les pide a los exorcistas Ther Verzegnassi y Katya Gonzaga que vayan hacia allí.

Su deber es ir y tratar de eliminar a los akumas, dándole un descanso justo y averiguar sobre este tesoro, que al parecer esta resguardado celosamente y los extranjeros no pueden ver.


Cuestión de cruzar una luminosa puerta, caminar por las recónditas y blancas calles de una ciudad intrigante siguiendo la vía indicada para finalmente atravesar otra puerta... aquello empezaba a ser un recorrido cotidiano y cada vez menos extraño para el de ojos violáceos, quien en el momento en el que el buscador abrió la puerta correspondiente a su destino volteó para mirar a su compañera y cerciorarse de que se encontrara tranquila. Había escuchado que algunos rastreadores e incluso exorcistas a veces se mareaban… quizá por tanto “blanco”. Además para él todavía era un misterio como es que funcionaba aquello.

Finalmente atravesó el umbral siguiendo a Bernard y tras unos cuantos pestañeos, la vista se mostró completamente distinta e igualmente el clima, aquella calidez característica de las costas les envolvió de inmediato. Aunque algo que llamó la atención del de cabellos chocolate aparte del hecho de que el lugar al que habían arribado era pequeño y sencillo (a comparación de una Iglesia), fue que el paisaje que se podía apreciar a través de la entrada era literalmente un mar de lápidas y para el italiano fue evidente que el sitio en el que estaban era una capilla situada en un cementerio… algo que tenía mucha lógica teniendo en cuenta que seguramente el Sacerdote y su tesoro se encontrarían en la Iglesia principal de la ciudad.

-Algo tétrico…- comentó con simpleza, no es que fuese supersticioso y mucho menos creía en los espíritus que rondaban sobre la Tierra (incluso aún le costaba trabajo aceptar la existencia de los akumas) pero nunca fue admirador de los mausoleos ni de las tumbas, pensaba en ellas como algo muy superficial. Así que los cementerios simplemente no eran de sus sitios favoritos.

-Entonces la situación de recelo entre la población es así de grave- comentó mientras se acercaba hasta el de cabello oscuro quien le miró un tanto sorprendido por la acertada deducción del castaño.

-Me temo que sí, mis compañeros ya hasta han sido vetados de entrar o siquiera acercarse a la Iglesia donde el sacerdote reside y guarda el tesoro. Me parece que incluso han dado aviso de que si ven a alguien vestido con nuestro uniforme deben denunciarlo…- explicó tristemente Bernard -Ya no deben tardar en llegar- agregó y volvió a sonreír tímidamente, Ther asintió serenamente y miró hacia la otra uniformada de negro.

-Joven Katya ¿cómo se encuentra?- le cuestionó con calma mientras comenzaba a quitarse el saco que era parte de su uniforme -Si me permiten cuando lleguen los demás me gustaría Bernard me acompañara al mencionado recinto, pero sin el uniforme de la Orden- agregó acomodando el cuello de su elegante camisa color blanco -Katya no quisiera que nos separáramos pero tampoco pienso que sea buena idea exponerla tan fácilmente…- le habló con su característica calma, esperando su opinión al respecto, tal vez ella también tendría intenciones de ir.

Pronto un trío de uniformados de beige llegaban también a la capilla.




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Mensaje por Invitado Miér Oct 09, 2013 2:59 pm

-Ther-san,les acompañaré. Soy una exorcista al igual que otros tantos,y poseo un arma con la que luchar,por lo que no estaré desprotegida,pero si se siente más tranquilo. . .cuando esté en apuros le pediré ayuda. -respondió Katya,con firmeza y serenidad.
Miró con nerviosismo el semblante de Ther,mostraba madurez y amabilidad.
-Katya-san,si va a venir con nosotros,será mejor que se quite el uniforme -comentó Bernard.
-Ah! Si. -afrimó quitándose la túnica.
Guardó el uniforme en su maleta de viaje y,de seguido,estiró un poco su vestido rosa que había quedado algo arrugado por la túnica.
Cuando se dio cuenta, Bernard estaba esperando en el camino y apuró un poco el paso para alcanzarlos.
El cementerio era tétrico y siniestro,como si solo pudiese asomar la tristeza en aquel ambiente.
Katya observó brevemente las lápidas. La mayoría de los fallecidos eran menores de 17 años y los que eran de mayor edad no sobrepasaban los 30. Kat se había aterrorizado ante la idea de que el causante de todo eso hubiera podido ser el supuesto sacerdote que se mencionaba en el informe. Si se trataba de una inocencia,no era posible que pudiera hacer eso,era lo que pensaba la muchacha.
Un grupo de tres hombres uniformados repararon en ellos,y se acercaron.
-Disculpen,¿que hacen ustedes aquí? No los he visto nunca por aquí. . . -dijo el hombre más robusto.Tenía el cabello corto y de color negro,oculto entre la enorme cantidad de canas que poseía. Su rostro era serio y no mostraba emoción alguna. Era de una altura considerable,casi alcanzaba la de Ther y era muy imponente,al menos para Katya lo era.
-Eh. . .esto. . . -comenzó Katya tímidamente. -Verán,estamos aquí visitando la tumba de una prima que falleció. . .
-. . .Les doy mi pésame -era obvio que había colado la mentira de Katya,pero aún así no estaba del todo segura. Era lo que el hombre decía,pero la chica sabía que su mirada mostraba desconfianza,no era que Kat tuviera una habilidad especial para descifrar lo que las personas realmente pensaban a través de su mirada,si no. . .más bien que era capaz de intuirlo y después,a veces conseguía descifrar su significado.
Los hombres se marcharon del cementerio y Katy se puso al lado de Bernard.
-Creo. . .creo que no se lo han tragado. . .ese hombre estaba fingiendo,su mirada mostraba desconfianza. . .
-Tiene razón Katya-san. -comentó Bernad- ahora mismo nos están siguiendo
-Oh no. . .¿qué debemos hacer? y. . .¿y si nos atacan? Yo. . .yo no sé. . .luchar cuerpo a cuerpo muy bien. . .  -preguntó Katya preocupada. No era que no se supiera defender,solo que no había practicado lo suficiente para poder defenderse bien,a ella le interaba más saber destruir y defenderse los akumas,puesto que eso era lo que se suponía que debía hacer un exorcista;nunca se había parado a pensar que humanos se pudieran relacionar ese tipo de asuntos. . .aunque,pensándolo bien,el Conde podía tentar fácilmente a los humnaos,al igual que lo hacía para crear a los akumas.
-Cada vez se acercan más. Umm supongo que planean atacarnos después de todo. . . -concluyó el busacador.
-Ther-san. . .¿Qué debemos hacer? -Katya no sabía que hacer,era nueva en eso de las misiones,por lo que quería preguntarle a alguien que tuviera más experiencia en el asunto;a parte,Ther-san le parecía responsable y sensato,y,en el caso de que no tuviera nada en mente,podrían huir.


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Mensaje por Sigma-chan Mar Oct 15, 2013 12:59 pm

Se limitó a dejar escapar un leve suspiro ante las palabras de la chica, convenciéndose internamente de que aquello era lo mejor, pues no quería caer en el papel de "hermano sobreprotector" y al parecer Katya era una joven tranquila y con buenas intenciones, así que no sería difícil cooperar con ella. Iba a cuestionarle sobre su nacionalidad, pues el sufijo "san" que usaba era característico del japonés, cuando la presencia de los nuevos buscadores le distrajo, sin más se dirigió hacia ellos suponiendo que los demás también le seguirían.

-¿Joven Exorcista?- le saludó dudoso con un movimiento de mano uno de los hombres (mediana edad, estatura promedio, piel morena, cabello oscuro y barba tupida) después de todo el castaño no llevaba el saco con el emblema, aunque el estilo de su pantalón con franjas rojas y las armas que llevaba a los costados le dio la pista.

Ther le dedicó una leve reverencia y el buscador pareció sorprenderse de su estatura una vez estuvo frente a él, le llevaba por lo menos unos quince centímetros y eso que era el más alto del grupo.

-Le presento a Jacobo- dijo al fin, indicando al hombre a su derecha de tez levemente bronceada, ojos y cabello avellana, denotaba menos edad que el que presentaba -él es Daniel- un veinteañero de ojos verdes y cabellos cenizos -y yo me llamó Marco.- concluyó con  una sonrisa y un apretón de manos al italiano, el cual correspondió con calma.

-¿Le han enviado sólo?- cuestionó el ojiverde un tanto sorprendido mirando tras el exorcista, aquella acción logró que el aludido se girase con premura para comprobar que efectivamente se hallaba solo, cosa que no debía ser así. Buscó con la mirada a su compañera y a Bernard ¿es que acaso no se habían percatado de sus movimientos? ¿En qué dirección se habían ido? ¿Tan rápido?

-¿Serán ellos?- cuestionó Marco, señalando un par de siluetas a lo lejos entre las lapidas y mausoleos, entendiendo por el actuar del italiano que se hallaba tenso y que obviamente no hubo llegado sin compañía.

El Verzegnassi no respondió y se limitó a caminar hacia las siluetas, cosa que lo buscadores imitaron algo confundidos, pensando que el muchacho tal vez sería uno de esos exorcistas de
carácter especial e introvertido. Se encontraban a unas cuantas tumbas cuando el de Milán reconoció a la jovencita y al rastreador, aunque también observó como otros tres sujetos parecía perseguirlos mientras los de la Orden volvían a alejarse.

-Esperen por favor, iré yo que no tengo el uniforme puesto- les dijo a los uniformados que le seguían y le tendió su saco al más cercano. Los aludidos entendieron la idea y con un simple "sí señor" se resguardaron tras las  cruces y lapidas más altas a su alrededor. El exorcista se apresuró a darle alcance a sus compañeros, rodeando a los extraños.

-Ther-san. . .¿Qué debemos hacer?- escuchó decir a la de cabellos rojizos justo en el momento en que llagaba por sus espaldas, al parecer ni siquiera se habían percatado de ausencia. Los detuvo tocando suavemente sus respectivos hombros.

-No dejarme atrás la próxima vez...- habló sereno ante la mirada extrañada de Bernard, al parecer sí que se habían distraído de su presencia. Ther sonrió levemente mientras se colocaba al frente del dúo y escudriño a los hombres que venían de frente y que por sus vestimentas intuyó que eran policías.

"¿Nuevamente una persecución por parte de los de la ley?" Pensó con cierta decepción y esperó a que los oficiales hablasen primero.

-¿Vienes con ellos tú también?- le cuestionó el más grande con un dejo de escepticismo en la voz -Son extranjeros... ¿Por qué están en la Ciudad?- continuó aún más desconfiado al notar la facha del milanés.

-Señor, usted disculpará pero hasta donde tengo conocimiento no es ningún delito visitar un cementerio, incluso aunque seamos de otro país- contestó inexpresivo el de ojos violáceos, a lo que el uniformado dio un bufido.

-Tal vez, pero hay algunos "fuereños" que han estado incomodando a la gente de aquí y por eso ahora tenemos más vigilancia... ¿pero qué es eso?- dijo señalando el cinto en el que descansaban ambas armas de Ther, quien como ya se le estaba haciendo mala costumbre, maldijo internamente que el sujeto hubiese resultado observador y comprobó de reojo que no hubiese nadie más en los alrededores... Suerte que los panteones eran de los lugares menos concurridos y si muy solitarios.

-Tendrán que perdonarme...- murmuró entonces y sorpresivamente se lanzó hacia el policía dándole un certero golpe en la quijada que lo noqueó de inmediato, cayendo al suelo con un sonido sordo. Los otros dos oficiales tardaron en reaccionar escasos segundos, que el exorcista aprovechó para derribarlos; a uno mediante una fuerte patada al hígado y al otro con un codazo al esternón, sólo gemidos surgieron de sus bocas mientras se retorcían torpemente en el suelo. La dura caída y el intenso dolor infligido también les causaron la inconsciencia un par de instantes después.

-Esto es poco ortodoxo, así que no estoy orgulloso de que pasara- comentó hacia la chica y el de cabello oscuro, luego agitó una mano en dirección a unas tumbas, indicando a los otros rastreadores que podían abandonar su escondite y al percatarse de que efectivamente se dirigían hacia ellos, se acuclilló junto a un cuerpo para despojarlo de su armamento y demás objetos que pudieran resultarles útiles.

Bernard que hasta el momento se hubo quedado estupefacto con la reacción del muchacho, finalmente entendió la idea y el porqué de lo que hacía su superior, y con premura se dispuso a ayudarle haciendo lo mismo con otro de los inconscientes. Vaya que el de cabellos chocolate había resultado ser más intrépido de lo que su serena apariencia denotaba.

"Nunca antes hubiera hecho algo así, sino fuese por la Orden..." Reflexionó mientras se acercaba a otro de los policías caídos e igualmente empezaba a dejarle sin pertenencias. Finalmente el trío de buscadores les dieron alcance.


“Tus acciones, tus consecuencias, tú responsabilidad…"
 


-Por favor, si poseen algo con que amordazarles y atarles se los agradecería- le habló a los recién llegados, poniéndose en pie y llevando en brazos lo que les había confiscado a los oficiales -ahí hay un árbol en el que se pueden amarrar, las tumbas hacen difícil su ubicación y la sombra impedirá que se insolen- agregó, los rastreadores asintieron y Ther se dirigió hacia la chica.

-Lamento está situación pero podían haberse convertido en un obstáculo constante, usted no tiene porqué actuar así en el futuro señorita Katya- le dijo al pasar a su lado y luego escondió los objetos entre algunos arbustos que crecían entre las tumbas.

Una vez que los buscadores terminaron con su labor se volvieron a reunir con sus superiores.




Mientras tanto en la Iglesia principal... El sacerdote que poseía el don de la curación, el objeto que le brindaba su poder divino, descendía presuroso y lleno de misterio unas escalinatas secretas que llevaban a lo profundo de la sagrada construcción. Una cámara subterránea que era iluminada tenuemente por cirios y veladoras.

-Esté cada vez es más débil, ya no funciona como antes... Ya han muerto varios- murmuró nerviosamente ante una extraña sombra, el reflejo de una silueta en el muro...




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Mensaje por Invitado Mar Oct 15, 2013 3:28 pm

Todos estaban ya reunidos,todos,menos una.
Katya se había quedado observando un pequeño árbol seco que había crecido junto a una de las lápidas. El árbol tenía una estructura que hacía que las ramas se enredaran entre ellas.
Un flashback acudió a la mente de Katya.

-Kat,mira esto-la había convocado su padre.-este árbol es uno de los pocos que nacen con las ramas entrelazadas sin la influencia de las personas.
-Wuuuooo. Papá,¿y cómo hace para nacer así?
-Es un misterio . . .pero,dicen que hay unos pequeños seres que moldean este tipo de árboles por diversión.
-Pero,papá,yo nunca he visto a esos seres ¿de verdad existen?
-Kat,que no hayas visto nunca algo,no significa que no exista.
-Vale,de ahora en adelante creeré en esos seres,y,cuando vea uno te lo llevaré para que lo veas tú también.
Ambos sonrieron y siguieron contemplando el árbol.

Las lágrimas rodaron por el rostro de la joven,eran lágrimas que contenían tristeza,añoranza y dolor.
-Papá. . .-dijo entre sollozos.
Cuando escuchó los pasos de alguien,se pasó el brazo y las muñecas por el rostro y secó ligeramente sus lágrimas.
- Joven Katya,¿está usted bien? -preguntó Bernard.
-¿Eh? Si,si,no es nada. . .solo estaba pensando,ahora mismo voy -respondió con los ojos aún húmedos.
Katya se acercó al grupo,donde le hicieron un sitio.
Ya se le hacía raro ser la única mujer,pero más aún ser la más joven.
No era que en la Orden le hubiera dado tiempo a ver muchos exorcistas,pero al menos,los que había visto era por lo menos 2 años más mallores que ella y eso había veces que la atemorizaba.
-Joven Katya,¿realmente se encuentra bien?
-Si,si. Solo estaba pensando en otras cosas -¿en qué estaría pensando? No era momento para estar preocupándose por cosas tan insignificantes como esas,ahora mismo estaba de servicio y si no se centraba podría acabar mal.
-Bien,ahora que estamos todos centrados -dirigió una breve mirada a la joven- creo que deberíamos separarnos en grupos de dos para poder recorrer una mayor extensión e investigar al go más rápido.
-Me parece una buena idea. En ese caso,Daniel,Katya y yo haremos un grupo y Jacob,Marco y . . . -se cortó cuando vio a Daniel y Katya comenzando su camino. -¡Vosotros dos,esperadme!
Katya y Daniel se pararon,reparando por primera vez en Bernard,quien llegaba a paso rápido hasta ellos.
Cuando se hubo hallado junto a ellos,les dirigió una mirada y estos entendieron rápidamente el mensaje.
-Perdona Bernad-san,pensábamos que estabas detrás de nosotros. . . -se disculpó la muchacha.
El buscador suspiró y se puso en camino,los dos jóvenes lo siguieron.
-Disculpa Katya ¿puedo llamarte así?
-Si,Daniel-san -respondió con una sonrisa.
-¿Por qué pones el sufijo -san a los nombres? ¿Acaso eres japonesa?
-Ah,¿eso? No,soy Italiana. Es una costumbre que tengo desde que mi maestro me acogió,sus padres adoptivos(japoneses) lo obligaron a aprender la lengua japonesa y él también me enseñó la lengua,por lo que suelo usar esos sufijos,pero si quieres no te pongo el sufijo. . .hay gente a la que le molesta.
-No hay problema con me lo pongas,solo preguntaba por curiosidad.
-Bueno,como quieras,pero,como has sido el primero que me ha preguntado por ello,te llamaré Daniel -dijo entre pequeñas risitas disimuladas.
Ambos tropezaron con Bernard,quien se había parado sin previo aviso.
-Hoy nos hospedaremos aquí,lo digo por si nos llegamos a separar. Por el momento investigaremos en los alrededores de la ciudad.



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Mensaje por Sigma-chan Vie Oct 18, 2013 2:47 am

Observó con tranquilidad las acciones de la más joven, al parecer había temas en su mente que la tenían inquieta y ahora que lo pensaba no sabía en realidad cuanto tiempo llevaba en la Orden, aunque de algún modo intuía que no tanto. Se distrajo un momento reflexionando si sería él un buen apoyo en caso de que le necesitará, el italiano tendía a pensar en ese tipo de detalles, después de todo había estado tan acostumbrado a hacerse cargo de sus hermanas menores que era casi automático ese tipo de actitud, sobre todo porque aquella muchacha podría tener más o menos su edad.

¿Y piccola, que estaría haciendo?

-Bien, ahora que estamos todos centrados, creo que deberíamos separarnos en grupos de dos para poder recorrer una mayor extensión e investigar algo más rápido.- las palabras de Marco finalmente le devolvieron al sitio correcto y no pudo evitar pensar que tal vez había querido decir "en dos grupos" (eso o Bernard se hubo apresurado a organizarlos así) el italiano arqueó una ceja mientras miraba alejarse al primer grupo.

-Quisiera ir a la Iglesia, aún cuento con la ventaja de que no soy conocido- dijo mientras señalaba el saco que tenía en brazos Jacobo y que era su uniforme -de hecho la joven Katya y el señor Bernard pretendían acompañarme... supongo que iré yo solo.- murmuró lo último, cayendo en cuenta de aquello. Los buscadores cruzaron miradas confusas mientras el más alto dejaba salir un corto suspiro -Guíenme por favor y en cuanto estemos a pocas calles nos separáremos para que no me relacionen con ustedes- agregó.

-En ese caso creo que deberíamos caminar por aceras diferentes- habló finalmente el de ojos avellana -así usted puede seguirnos discretamente, también podría amarrar su saco a la cintura y así cubriría las armas a su costados- dijo extendiéndole la susodicha prenda, Ther sonrió levemente e hizo lo sugerido para finalmente abandonar el cementerio.  



[En la Iglesia principal]


-Por favor Padre, sálvelo- suplicaba un hombre que llevaba en brazos a un muchacho de no más de dieciocho años, el párroco le miró nervioso mientras bajaba presuroso la escalinata del altar. Y colocó su mano sobre la frente del chico, estaba ardiendo.

-¿Qué le paso?- preguntó mientras le llevaba del hombro hasta una de las tantas bancas disponibles, indicándole con señas que dejase al enfermo sobre una de ellas.

-No estoy seguro, creo que le ha picado algún animal ponzoñoso o comió un pez malo*- respondió recostando al muchacho -por favor ayúdelo Padre que se me muere...- habló al punto de las lágrimas. El sacerdote le dio un par de palmadas en la espalda intentando tranquilizarle.

-Tú tranquilo hijo mío, que ya lo has traído conmigo, no tienes de que preocuparte. Ahora sal para que pueda curarlo.- concluyó con una sonrisa en el rostro y el desesperado sujeto simplemente asintió con un movimiento de cabeza, para luego irse y una vez que la puerta principal se cerró, el cura se dispuso a hacer uso del tesoro.

Un sonido suave y tintineante inundó el ambiente.



[Alrededores de la Iglesia]


Finalmente se encontraba a escasos metros de la construcción sagrada y ambos buscadores se habían quedado esperándole un par de cuadras atrás. El de Milán fue notando como la afluencia de gente iba aumentando conforme avanzaba, muchos notándose enfermos y algunos más llevando a otros en brazos. Así que para cuando pudo divisar el gran templo, se encontró mezclado con una gran conglomeración de personas, una peregrinación de considerables proporciones donde el barullo de voces y lamentos reinaba.

"¿Qué estaban perdiendo la fe? Si esta cantidad de personas es sorprendente, ya me imagino la magnitud cuando el tesoro funcionaba..." pensó el de mirar violácea recordando el informe, evitando chocar con los presentes, no quería que repararan en su presencia aunque de por sí su altura ya le hacía sobresalir.

"Aquí son un blanco fácil para los Akumas, me pregunto cómo le han dado prioridad a su tesoro si es que las máquinas del Conde ya han sido avistadas... ¿Qué está sucediendo aquí?" se dijo acercándose cada vez más al santuario, pronto pudo notar cómo frente a las puertas del recinto, un grupo de los presentes peleaban por ser los primeros en ser escogidos por un trío de sujetos con pinta de “matón” que vigilaban la entrada principal. Ther se detuvo un momento, aún se encontraba alejado del “epicentro” y algo en la solemnidad de los vigilantes le perturbaba.    

-“Chamaco” yo que tú ni me les acercaba, ellos son verdaderos monstruos…- le advirtió un anciano que se había colocado a su lado, sonriéndole con algo de tristeza -no te ves nada enfermo ¿qué haces aquí? Si sólo vienes a curiosear te meterás en problemas y acabarás muy mal, mejor vete. Si el terco de mi nieto no estuviera aquí yo haría lo mismo.- continuó y dio varios golpecillos en el suelo con el bastón que le servía de soporte.

-Mi estimado Señor y si le dijese que vengo ayudar ¿seguiría hablando conmigo?- le dijo el Verzegnassi con suma calma y dirigiéndole una leve reverencia. El viejo le miró con cierta desconfianza, escudriñándole, al parecer estaba evaluando sus opciones.

-Pues alejémonos, que al fin mi nieto siempre se queda hasta el anochecer- expresó con una sonrisilla traviesa y guio al Verzegnassi fuera de aquel tumulto. Con suerte y aquel hombre le aclararía alguna de sus dudas.
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Mensaje por Invitado Vie Oct 18, 2013 11:51 am

Katya observó un poco más la estructura del hostal. Un edificio viejo y maltratado por los años.
Su fachada,una vez azul,se había tornado en un color grisáceo y los cachos que se habían caído no ayudaban. Su tejado desgastado le daban menos ganas a la joven de pensar en que se hospedarían en esa "casucha" deteriorada y mal cuidada.

-Bernard-san,¿De verdad deberemos hospedarnos aquí esta noche? -Katya no tenía ninguna intención de quedarse en aquel lugar que,en vez de parecer una hostal parecía una casa embrujada. A la joven no le gustaban los sitios oscuros y mucho menos los que parecían estar malditos.
-Si joven Katya. Al estar deteriorada,debe de ser más económica que otras del alrededor. A demás,al estar en tales condiciones,dudo mucho que alguien venga por aquí,así que se reducen las posibilidades de que nos descubran.
-Si no hay mas remedio. . .nos quedaremos en esta posada. -cedió Katya. Sabía que el buscador tenía toda la razón,era lo más lógico. Un sitio pútrido y olvidado sería menos visitado que otros.
-Bien,acordado esto,comenzaremos preguntando a los habitantes de aquí si saben algo acerca de algún "Dios" curador.
Bernard se puso de inmediato en marcha pero Katya y Daniel tardaron un poco más en reaccionar,por lo que tuvieron que apurar un poco el paso para alcanzar al busacador.

[En el mercado]

Las calles eran amplias y luminosas. De las ventanas de algunas viviendas colgaban ropas y sábanas,otras tantas estaban abiertas ligeramente. Lo que más resaltaba eran los puestos de ventas. Los puestos estaban colocados unos frente a otros,uno en cada calle, y en ilera a lo largo de toda la calle.
Lo más extraño era que no hubiera personas caminando por ese lugar,la calle parecía un cementerio.
Los tres siguieron caminando,casi desesperados por encontrar a alguien,no era posible que aquella ciudad estuviera desierta.
De repente,Katya escuchó un leve y breve ruido que la hico pararse. Agudizó su oído y esperó unos instantes para verificar que su cabeza no se la estaba jugando.
Todo era silencio,lo único que podía escuchar era el viento,su respiración pausada y breve y los pasos de sus compañeros alejándose. . .¡sus compañeros! Se había quedado atrás y los otros dos integrantes del grupo ya le llevaban mucha ventaja.
Apretó el paso. Cuando estaba a punto de alcarzar a sus camaradas. . .volvió a escuchar ese extraño sonido que la había detenido instantes atrás. Se giró bruscamente y miró a ambos lados repetidas veces,pero no divisó nada.
Suspiró,todo eran imaginaciones suyas,¿acaso se estaba volviendo loca? De cualquier modo no podía perder más tiempo con sus absurdas imaginaciones,debería seguir caminando con sus compañeros. . .Retornó su anterior camino y se dirigió a sus compañeros:
-Bernard-san,Daniel siento hacerles esperar yo juraría que había escu. . .-se detuvo incrédula. Sus compañeros no estaban. ¿Habrían cogido otro camino? Katya no sabía que camino podrían haber cogido sus compañeros,pero sí sabía a donde debía ir.
Dio media vuelta y se dispuso a recorrer lo que ya había caminado,su siguiente destino sería la "posada maldita" como la había apodado la chica.
A los pocos pasos,volvió a escuchar ese sonido que ya la estaba volviendo loca. Miró a todos lados rápidamente,no había nada. . .esta vez escuchó el sonido de algo cayendo,miró hacia ese lugar y pudo distinguir una pequeña sombra que inmediatamente se escabulló por entre una de las calles.
-¡Espera! ¡Espera,no te vayas! -gritó Katya mientras comenzaba a correr en la dirección en la que había visto esa sombra.
Entró en la estrecha calle y pudo divisar a aquella pequeña sombra. Ralentizó su paso,la sombra ya no corría. Se fue acercando poco a poco a aquella misteriosa presencia.
Una vez se halló lo bastante cerca,dejó que la penumbra de la oscura callejuela hiciera visible su rostro blanco,sus cabellos pelirrojos,recogidos en una coleta alta,relucieron con la poca luz que el alto edificio dejaba entrar.
-No tengas miedo,no pienso hacerte nada. -dijo con confianza.
-. . .P. . pero. . .-consiguió decir la sombra- eso que. . .llevas a tu espalda. . .¿no es. . .un arma?
Katya reparó en Keyblade.Era tan natural para ella portarla a su espalda que no se había parado a pensar en la reacción de otra persona al verla.
-¿Esto? No,solo es un recuerdo de alguien muy especial para mi que ya no puede estar conmigo en este momento -respondió Katya con serenidad y una dulce y triste sonrisa.
Hubo un tenso silencio,ninguno de los dos había abierto la boca o movido de sus respectivos sitios.
La sombra se incorporó,sobresaltando a Katya. La pequeña presencia se acercó un poco a la joven,dejando que su rostro quedara al descubierto.
Su altura era la mitad de la de Katya,su rostro era infantil,poseía unos ojos grandes y expresivos,de un color ceniza;sus cabellos estaban alborotados y sucios;sus ropas estaban gastadas y arapientas; su rostro y su cuerpo estaban cubiertos por suciedad.
-Me llamo Liliana. . .¿podrías. . .ayudarme a buscar amis papás? -dijo finalmente la niña.
-No hay problema,¿sabes donde vives?
-No. . .me acuerdo
-Bien,entonces. . .vendrás conmigo hasta que encontremos a tus padres ¿si?
La pequeña asintió.
Katya comenzó a caminar y no se giró hacia la niña,por lo que no pudo ver su siniestra mueca pintada en su inocente rostro.


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Mensaje por Sigma-chan Mar Oct 29, 2013 3:02 pm

Estaba intranquilo, tenso. Tal vez cualquier persona lo más que sentiría mientras caminaba entre tanta gente fuese agobio, pero para el italiano hacía meses que los tumultos habían adquirido un "mejorado" significado el cual incluía akumas como base principal. No se había imaginado que el simple hecho de no vestir el uniforme le haría sentir así. La cruz le identificaba, lo convertía en blanco e irónicamente le brindaba la oportunidad de defenderse, sin ella era simplemente un "bocado" más...

-¿Hijo te persiguen?- le cuestionó de pronto el mayor a su diestra, haciendo alusión a las constantes miradas que el castaño dirigía a los alrededores y la forma en que evitaba a los demás, también había notado que discretamente el chico mantenía sus manos cerca de su cintura y que tenía una actitud protectora hacía con él.

-Estas muy chamaco para llenarte de preocupancia- agregó el señor con una sonrisa ante la mirada profunda del aludido -por cierto que aún no sé tu nombre, a mi dime Don Chema...- dijo mientras continuaban caminando, luego alzó su bastón un poco utilizándolo como apuntador -¡Mira! Ahí hay una banca vacía y no hay chismosos- se trataba de una pequeña plazuela.

-Por favor llámeme Ther Señor- dijo un poco más calmado mientras ayudaba a que el de Minatitlán se sentase en la mencionada banca. El hombre frunció el ceño pues al final el chico no le hubo llamado por su "nombre", aunque tras un suspiro volvió a sonreír amablemente.

-Eres un muchacho muy educadito...- habló mientras le hacía señas de que se sentase junto a él. Ther accedió no sin antes volver a dar un vistazo a los alrededores -tengo la sospecha de que eres más que un simple turista "crecidito" pero también creo en que quieres ayudar y que eres un buen chico, así que te contaré lo que sé- y le dio un par de palmadas en el brazo al de la Orden quien respondió un suave "Le agradezco mucho".



[Una semana antes]


Don Chema estaba enfermo, su corazón era el problema, sus escasos recursos eran un obstáculo y el médico no garantizaba su recuperación con los pocos medicamentos que le podían dar; pero a pesar de todo aquello Don Chema estaba tranquilo, era viejo y su vida había sido muy agradable así que los días que le restaran la pasaría contento, igual que siempre…

Sin embargo, su hija y nieto no estaban de acuerdo. La noticia de que Don Chema los dejaría en un par de meses les devastó y negándose a aceptar ese destino hicieron cuanto les fue posible para conseguir dinero -por lo menos para mejores medicinas-. Fue su nieto que en una de sus travesías escuchó sobre los milagros del Padre Moisés y el tesoro divino que poseía, cualquier enfermedad era curada, aquel tesoro era cuestión de Dios y lo había dejado en la ciudad, en las manos del Cura para hacerlo su mensajero.

El muchacho incluso pudo hablar con uno de los “milagros”, un joven de veinte años que había sido curado de una pulmonía severa.

Así que sin perder más el tiempo, Javier (nieto de Don Chema) volvió a su pequeño poblado en los alrededores de Minatitlán y convenciendo a su Madre que era lo mejor, utilizaron el dinero que habían logrado conseguir para que su abuelo y él pudieran rentar un cuartito en la ciudad mientras conseguía que el Padre atendiera a su amado abuelo, la cuestión es que no eran los únicos con esas intenciones.





-Además yo escuché, hace como dos días, que el cachivache ya no estaba funcionando como antes y que han visto monstruos rondando- dijo el anciano riendo, luego dio un profundo suspiro -si hago todo esto es porque quiero a mi Javier, Dios con su gran sabiduría hace las cosas y si me toca, me toca- agregó con una gran sonrisa.

-Es una pena lo de su enfermedad…- comentó mostrándose triste, la historia del viejo en realidad le conmovía le hubiese gustado hacer más por él si aún pudiese tener acceso a su fortuna. Aunque más que eso le sorprendía su fortaleza y ello le hizo sonreír levemente -Le pido acepte esto, no es mucho pero me gustaría le ayudase un poco- dijo entregándole un saquito con todo el dinero que la Orden le hubo dado para sus gastos en la misión.

El anciano se mostró renuente en un principio pero al final aceptó y dándole las gracias le abrazó (un extraño abrazo de costado ya que ninguno se había puesto en pie). El italiano se sorprendió bastante aunque instintivamente sonrió sereno como hacia un rato que no, Don Chema le soltó un instante después y Ther carraspeó disimuladamente, fue entonces que una idea invadió su mente.

-¿Recuerda el nombre del rehabilitado con quien habló su nieto?- cuestionó mientras dejaba el asiento de repente. El anciano reflexionó un instante y justo antes de que contestara una voz familiar para él le interrumpió.

-¡Abuelo!- exclamó un muchacho de no más de dieciséis años, estatura promedio, cabello oscuro, piel bronceada y ojos castaños que llegó apresurado hasta la banca -¿Por qué siempre escapas, me quieres matar de un susto?- le reclamó con el ceño fruncido al del bastón, quien sólo rio traviesamente. Sí que era un señor bastante animado.

-Javier dile al muchacho como se llamaba el que dijiste habían curado- dijo tras la risa. El chico reparó  entonces un tanto confundido en el milanés que le dirigió una leve reverencia.

-A-Ah, se llamaba Rene Medina Sánchez…- respondió aún extrañado. Ther arqueó una ceja, de algún modo aquel nombre le parecía conocido pero no recordaba porqué o dónde.

-Les pediría de favor que salieran de la ciudad y se alejaran de los tumultos, si logran convencer a otros de hacer lo mismo sería más que perfecto, los monstruos son reales.- habló seriamente y comenzó a colocarse nuevamente el uniforme, ante la mirada atónita de ambos hombres que también notaron las extrañas armas a su costado

-Estoy realmente muy agradecido, por favor joven Javier sé que ama a su abuelo y no necesitan exponerse. Tengan mucho cuidado.- continuó a modo de despedida y se alejó presuroso mientras obtenía el golem de uno de sus bolsillos.

Javier cruzó miradas con su abuelo quien le dedicó un sincero “por favor” y asintiendo con la mirada humedecida, el de cabello oscuro se dispuso a llevarlo lejos de ahí. Ya no sabía que creer, pero los ojos de su querido viejito le habían convencido de que confiara…

-Joven Katya ¿logra escucharme? Tengo algo de información, me gustaría nos volviéramos a reunir, los buscadores y yo estaremos esperando en el kiosco que se encuentra en la plaza que está a medio kilómetro de la Iglesia principal.- transmitió sin detener su camino, esperando que la chica recibiese el mensaje sin problema y sin previo aviso un chispazo cruzó por su mente, había recordado el lugar en el que miró el nombre de Rene: una de las lápidas en el cementerio.        




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Mensaje por Invitado Sáb Nov 02, 2013 8:05 am

Un gran silencio se había creado entre Katya y Liliana. Solo se podían eschucar el eco de sus pasos retumbando en todo el mercado vacío.
Liliana iba unos cuantos pasos más atrás que Katya,por lo que esta tenía que m irar de vez en cuando si no se había desviado.
A la muchacha le parecía muy raro que una niña tan pequeña no estuviera asustada,era justo al contrario,parecía que estaba más calmada de lo que una niña en esas circunstancias estaría,no era que a Katya le preocupara demasiado,pero notaba que algo no andaba bien con esa niña.
- Ka...tya,no me encuentro bien...-dijo Liliana antes de caer al suelo.
Katya se giró rápidamente y acaudió a junto de la pequeña.
La examinó preocupada,en efecto parecía tener algún tipo de enfermedad,pero no muy grave según la perspectiva de Katya,quizá un leve resfriado o el comienzo de una gripe. Obviamente,si esa niña había estado viviendo en las calles,las enfermedades le afectarían más que a cualquier otro que viviera en buenas condiciones,pero para que un simple resfriado la hubiera afectado tanto,tendría que haber pasado bastantes tiempo en las calles.
-¡Liliana! Aguanta,te llevaré lo antes posible a la posada. -Katya en verdad estaba preocupada por la niña,de alguna forma,le hacía recordar a ella,el día en que perdió a sus padres. Todos sus familiares,sus pequeños primos,sus tíos,abuelos...todos habían desaparecido de la vida de Katya.
La chica cogió cuidadosamente a Liliana,pero en cuanto la hubo incorporado un poco,escuchó el leve sonido de una dulce campana. Miró a todos los lugares pero no divisó nada fuera de lo corriente,hasta que volvió escuchar la campana,esta vez había divisado una pequeña parte de una silueta ocultada entre los edificios.
-¿Un akuma? ¿Justo ahora?-se preguntó en un susurro. Liliana seguía inconsciente así que cuidadosamente sacó a Keyblade. Efectivamente era un akuma,la hoja de la espada se había tornado en un color azulado.
Posó cuidadosamente a Liliana contra uno de los edificios y corrió en dirección al akuma.
Al llegar al lugar, desenvainó a Keyblade y miró en todas las direcciones en las que pudiera estar el akuma. De pronto,la hoja de Keyblade lucía otra vez normal.
-¿Me estás tomando el pelo? ¿Para qué me traerían aquí y luego se irí.... ¡Liliana! -no se preocupó de envainar su espada,lo único que le interesaba en ese preciso momento era salvar a Liliana. No permitiría que un akuma matara a esa niña.
Cuando llegó al lugar en el cual había dejado a Liliana estaba vació. Miró a sus alrededor,pero no vio nada,revisó su espada,la hoja seguía del mismo color.
-Esto es muy extraño...en efecto que no hay nada...falta Liliana,pero sus ropas...tampoco están,no hay cenizas,tampoco hay rastro alguno de algún akuma. Esas asquerosas máquinas están programadas para masacrar a los humanos,no es posible que habiendo una niña inconsciente e indefensa la dejaran marchar.-Katya reflexionó un rato sobre el asunto busacando alguna conexión entre los sucesos,inentando hallar algo que vinculara la misteriosa desapareción de Liliana y la aparición de akumas que luego se marcharan. No era posible que Liliana,en su estado,pudiera andar por su cuenta sin ir medio "borracha". -Estas son demasiadas coincidencias. Primero Liliana se desmaya,aparece un akuma y desaparece,cuando regreso no hay rastro de ninguno de los dos...Mmm,interesante,Liliana tiene que tener algún tipo de conexión con los akumas o el Conde...creo que debería llamar a..
Katya se interrumpió,su bolsillo se estaba moviendo enérgicamente,cuando Katya calló en la cuenta,su golem salió disparado,sobresaltándola.
-Joven Katya ¿logra escucharme? Tengo algo de información, me gustaría nos volviéramos a reunir, los buscadores y yo estaremos esperando en el kiosco que se encuentra en la plaza que está a medio kilómetro de la Iglesia principal.
-Hola,¿Ther-san? Me he separado de Bernard y Daniel en el camino,así que les avisaré tan pronto acabe de trasmitir este mensaje. Eso es genial,yo creo haber encontrado algo relacionado con los akumas que merodean por aquí,y,si mis reazonamientos no me traicionan,creo haber encontrado a alguien relacionado con el tema de los akumas y el Conde.
Dicho esto,en cuanto avise a Bernard y Daniel me reuniré con vosotros.
-Katya cortó la transmisión y sin moverse intentó contactar con Bernard y Daniel.
-¿¡Katya-san!? ¿Es usted? ¿Dónde está? ¡Estábamos preocupados! -Bernad parecía alterado y algo enfadado,pero eso no hizo que Katya contestara a todas las preguntas.
-Bernad-san...digo Bernad,-Katya estaba intentando quitarse la costumbre de poner los honoríficos a los nombres,no era que no le agradeciera a su maestro por enseñarle otro idioma,pero ya era mayorcita como para hablar como quería, además, quería hacer honor a su nacionalidad italiana. -Hace unos minutos he contactado con Ther y dice haber averiguado algo. Yo también tengo mis teorías respecto a otro asunto relacionado con la misión,yo aún estoy algo lejos de la iglesia principal así que tardaré más en llegar,si no me equivoco vosotros ya debéis de estar en el punto de encuentro acordado,así que adelantaos y decidle a los demás que me retrasaré debido a mi localización.
- De acuerdo,nos iremos adelantando. Pero no se tarde demasiado.
Ambos cortaron la conexión y la chica percibió el leve sonido de esa dulce campana que había escuchado antes.
-¿Qué demonios será ese sonido?
No le dio importancia y comenzó a correr en dirección a la iglesia principal.


[Entre tanto en lo alto de un edificio del mercado]

Una silueta de mujer escondida entre lo alto de los edificios observaba a la joven.
-Así que...esa chica es una exorcista. Estaba en lo correcto,están merodeando por aquí....será mejor que avise a ese estúpido de Rene,deberíamos tomar medidas con esos exorcistas. Por el momento sabemos la identidad de esa mujer,quizá deberíamos jugar un rato con ellos...


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Última edición por Cassidy Douglas el Miér Nov 06, 2013 5:09 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Sigma-chan Mar Nov 05, 2013 7:08 pm

Escuchó atento las palabras de su compañera y apresuró su paso, se encontraba a una calle de llegar al punto de reunión cuando extraños gritos llegaron hasta sus oídos. Corrió lo que le restaba de caminó y con sorpresa miró la extraña escena que se gestaba en el kiosco, donde lo buscadores se movían alterados de un lado a otro y un pequeño grupo de gente (cuatro personas) sollozaba apartado de lo que parecía ser un par de menudos cuerpos en el suelo.

Ther subió las escalinatas con menos premura, pues uniendo las piezas infirió que lo que Marco y Jacobo hacían era atender a aquellas figuras, que resultarían ser un par de muchachos de no más de quince años. De inmediato se arremangó el saco y se acercó dispuesto ayudar, ante la mirada confusa de las personas que ahí se encontraban y que seguramente eran los familiares de los enfermos.

-Señor- murmuró Marco al notar la presencia del italiano, quien asintió con la cabeza y tomó la improvisada compresa que el rastreador llevaba en las manos, acto seguido se acuclilló y comenzó a mojarla en el traste con agua fría. El otro buscador se encontraba untando una pomada sobre el pecho de los chicos de respiración agitada, su rostro denotaba dolor y el enrojecimiento de su piel hacia evidente su fiebre.

-¿Cuál es la situación?- le cuestionó entonces al hombre de piel morena que por un momento se había quedado pasmado ante un feo quejido por parte de uno de los enfermos. El de ojos violáceos le extendió el trapo húmedo para que se lo proporcionara a su compañero que ya le daba uno nuevo.

-Pues los vimos corriendo hacia la Iglesia, sus respectivos acompañantes gritaban por ayuda pues los chicos se habían desvanecido de la nada y estaban ardiendo- explicó mientras hacia el cambio de compresas -Jacobo los interceptó y los convenció de que nos dejaran auxiliarlos, lo extraño es que ellos ya habían sido curados antes por el Sacerdote- agregó haciendo un nuevo cambio. El Verzegnassi arqueó una ceja sintiendo palpitaciones, de algún modo no podía dejar de pensar en el extraño caso de Rene... ¿los muchachos estarían sufriendo de lo mismo?

Un nuevo grito inundó el ambiente y los sollozos de una de las mujeres presentes también aumentaron, para el de Milán fue claro que ambas parejas eran los respectivos padres de los enfermos; por suerte Bernard y Daniel acababan de llegar, así que rápidamente se incorporaron para asistir. Ther buscó con la mirada a la joven de cabello rojizo una vez que Daniel le relevó de su puesto (remojando compresas) sintiendo cierta preocupación por ella, sin embargo antes de que pudiese cuestionar algo sobre eso, uno de los muchachos se retorció de manera frenética mientras gritaba y se llevaba las manos tras su cuello.

Todos se alejaron, hubo exclamaciones y más llanto. El Verzegnassi reaccionó velozmente activando sus armas y se colocó de escudo ante los demás, aunque ninguna transformación sucedió y el chico siguió lamentándose cada vez más bajo y hecho un ovillo, cuando dejó de moverse Ther tomó ambas tonfas con una mano y se acercó hasta él, y comprobando que no era peligroso se aventuró a acuclillarse a su espalda.

"¿Pero qué?" pensó algo alarmado al descubrir que en el cuello del muchacho unas extrañas ramificaciones subcutáneas sobresalían, extendiéndose hacia la base del cráneo e incluso hacia los hombros. Los otros miembros de la Orden también se acercaron a mirar lo que el joven de cabellos chocolate había descubierto y veía con tanta atención, el menor de los rastreadores contuvo una exclamación y rápidamente se dispuso a revisar al otro chico: este también poseía las extrañas marcas pero menos extendidas.

-Vuelvo pronto- habló el italiano y corrió hacia las escaleras del kiosco, con la intención de ir en busca de su compañera. Los de beige cruzaron miradas preocupadas y tras unos instantes de silencio comenzaron nuevamente con su labor de auxiliar a las víctimas que poco les había bajado la fiebre.

¿Sería capaz la Inocencia de causar aquello?




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Mensaje por Invitado Miér Nov 06, 2013 6:39 pm

La muchacha,apurada,corría todo lo rápido que le permitían sus piernas.
Su cuerpo comenzaba a calentarse y su respiración se aceleraba,pronto necesitaría descansar.
Ya había recorrido un buen tramo,como mínimo le quedaría atravesar  dos calles más para llegar al punto acordado.
Se detuvo lentamente,sus piernas necesitaban un breve descanso para poder volver a correr con todo su potencial.
Justo después de cortar la comunicación con sus compañeros,había hecho una carrera continuada haciendo que sus piernas dieran todo su potencial durante más de un kilómetro. Después de tanto esfuerzo para su cuerpo,necesitaría unos cinco minutos para recuperar la energía perdida.
Se inclinó un poco,apollando sus manos en sus rodillas levemente flexionadas y respiró desprisa,poco a poco fue forzando sus respiración a ir más lenta y regular. Miró unos instantes al suelo,dejando que la pequeña brisa refrescara un poco su cuerpo caliente y mojado por el sudor.
Levantó despacio su torso y elevó ligeramente la cabeza. Admiró durante unos segundos el cielo cubierto por un pequeño número de nubes. Recordó a los días en los que contemplaba las nubes recostada en la fina fina y suave hierba de su rincón favorito del jardín,no había día que no las admirara hasta el atardecer,muchas veces su madre la acompañaba de buena gana,juntas buscaban diversas formas en las esponjosas y distantes nubes.
-Mamá,papá,miradme atentamente,me convertiré en una persona fuerte que algún día llegue a alcanzar esas distantes nubes.-sonrió levemente,en su corazón siempre habría buenos y malos recuerdos,pero ambos formaban parte de ella,la vida no eran solo cosas maravillosas,hecho que explicaba la existencia de los akumas y el Conde para Katya.
Tras tomar unos instantes más de descanso continuó su camino con calma,debía reposar lo suficiente para correr todo el camino de un tirón.
Las calles estaban desiertas y silenciosas. La joven exploraba con la mirada los diversos edificios,en efecto allí vivían personas,pero...tampoco era posible que todos...
-Es imposible que toda esta gente esté enferma,si no están aquí,solo hay un sitio en el que deberían de estar,pero...¿tantas?
El breve sonido de unas pequeñas piedras alertó a Katya.De la nada,piedras afiladas intentaban batir contra la joven,pero esta logró esquivar y rechazar con su arma las piedras;al instante,miró de un lado a otro,a lo alto de los edificios,en los callejones,a su frente y su espalda,a estas alturas no podía se una casualidad,pero,¿por qué no sólo se mostraba en vez de atacar con piedras?
En el pequeño espacio de tiempo que le llevó mirar,escuchó el sonido de la dulce campana.
-¡Sal de ahí! ¡Se que estás ahí,así que no me tomes el pelo y sal!-la muchacha comenzaba a impacientarse y a estar cabreada. Sacó bruscamente a Keyblade,su color seguía del mismo color. Sus nervios no aguantaron la presión.
La chica salió corriendo,aún con el arma en la mano. Si no se querían mostar era por una única razón,retrasar el reencuentro con sus compañeros.
La hoja seguía sin cambiar de color.
Katya se estaba acercando al final de la primera calle que la separaba de sus compañeros,debía llegar lo antes posible,apuró la carrera.
Volvió a escuchar el sonido de la irritante campana que la ponía de los nervios.
-¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállateeee!-la joven no podía aguantar el sonido,comenzaba a notar una presión. Su cabeza comenzaba a dar vueltas. Hacía lo que podía por mantener el ritmo y mantenerse en pie.
El sonido cada vez se hacía más y más ensordecedor,lo escuchaba en cada esquina,en cada rincón. Las ondas de sonido rebotaban en sus típanos como un puñetazo. Su cabeza ya no pensaba con claridad,no hacía más que escuchar el sonido que cada vez la golpeaba con más intensidad,su vista se comenzaba a nublar y sus piernas temblaban a cada paso.
Calló bruscamente  contra el frío suelo.
Su cabeza le dolía,le daba vueltas,tenía ganas de vomitar,las cuales reprimió;su cuerpo no respondía a las vagas órdenes que su atormentado cerebro conseguía formular.
Sentía los músculos entumecidos y pesados. En un esfuerzo por enfocar bien la vista,pudo enfocar claramente un pequeño corte en su brazo derecho,solo fueron unos breves segundos,pero los suficientes para identificar de lo que se trataba.
Notaba que la temperatura de su cuerpo aumentaba considerablemete a cada minuto que pasaba.
Intentaba mover alguna parte de su cuerpo,pero el dolor y la angustia que sentía en ese momento era demasiado grande.
Los párpados de la inmovilizada joven se fueron cerrando poco a poco hasta quedar casi cerrados.
Katya hizo un gran esfuerzo por mover los labios,al principio no le salían los sonidos,pero sobreesforzándose todo lo que pudo consiguió pronunciar unas débiles palabras.
-Gó...lem...-inmediatamente,el artefacto salió del bolsillo del ropaje de la joven.-Ther.....a....ayu....ayúdame......por...favor...es....toy....a dos....ca...lles... ayú....dame....
La chica pronunció todo el mensaje entre débiles sollozos,las lágrimas recorrían su rasguñado rostro(al caer),como un débil río que se quisiera hacer más y más caudaloso,desbordando  sus límites.
La mente de la chica se inundó con pensamientos, "no quiero morir" "no quiero morir" "no quiero morir así" "alguien...¡sálveme!" ,comenzaron a pasar  escenas por su cabeza,imágenes de todo lo que había conseguido y perdido desde que tenía uso de razón,todos sus momentos felices y tristes,sus preocupaciones y dudas.
Inconscientemente,de sus labios salieron las palabras "sálvame" ,su cabeza no paraba de repetir lo mismo "no quiero morir","sálvame",mientras que pasaban las escenas. Su mente era un caos perturbado por muerte,la angustia,el dolor,el sufrimiento...el débil cuerpo de la muchacha no fue capaz de soportar la sobrecarga y la fuerte presión del conjunto de pensamientos y emociones que estaba experimentando en ese mismo momento,todo al mismo tiempo y acabó por desvanecerse,quedando inerte e inmóvil en el frío suelo.

[En ese mismo intante en la misma calle]

Un muchacho acababa de llegar a la calle en la que la joven,pocos segundos antes,acababa de perder la consciencia. El joven la divisó desplomada en el suelo nada más entrar en la calle.
Corrió en su búsqueda,alarmado.
Cuando se hubo hallado junto a la muchacha,se arrodilló y la examinó rápidamente. Rápido pero seguro,descifró lo que le estaba sucediendo a la joven.
-La han envenenado. Seguramente el envenenamiento se introdujo en su cuerpo al recibir esa herida en el brazo. Bien,me la llevaré conmigo,necesita ayuda inmediata.
El joven cargó cuidadosamente en sus brazos a Katya,esta estaba demasiado pálida,su cuerpo desprendía demasiada calor para tratarse de algo bueno,debía recibir cuidados de inmediato.
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False God. The cure for pain [Gonzaga – Verzegnassi] Empty Re: False God. The cure for pain [Gonzaga – Verzegnassi]

Mensaje por Sigma-chan Vie Nov 22, 2013 6:28 pm

Recorrió las calles que restaban frenéticamente mientras el pequeño aparato, que recién había transmitido el preocupante mensaje, le guiaba varios metros sobre su cabeza pues al parecer el golem había identificado la ubicación de su congénere.

Al girar en la esquina el italiano fue capaz de divisar una figura que cargaba con alguien más y que ahora se alejaba presurosa en la dirección contraria, el de cabello castaño emprendió entonces una nueva carrera con intenciones de darle alcance mientras preparaba sus armas, las tonfas entre sus manos cambiaron de color, signo de que se hallaban listas para el ataque.

-¡Detente!- exclamó con firmeza, a pesar de su agitación, al encontrarse a escasos pasos del desconocido joven (no más de veinte años, estatura media, complexión delgada y cabellos negros) quien efectivamente llevaba en brazos a la exorcista pelirroja. El aludido bajó su velocidad y se giró distraídamente en el justo instante en el que el de Milán se colocaba frente a él en posición amedrentadora y con la respiración agitada, teniendo incluso una tonfa a escasos centímetros de la nariz del sospechoso.

El muchacho dio un respingo, entre confundido y asustado dejando escapar algo parecido a un "¡Dios mío!" bastante ahogado al verse amenazado con aquel extraño bastón. Tragó saliva al notar la mirada fría del "altísimo" sujeto que por lo menos ya le estaba apuñalando con los ojos, sintiendo el reclamo silencioso por algo que había hecho... O mejor dicho estaba haciendo, al parecer la muchacha que cargaba tenía relación, ¿quizá?

-Y-Yo pr-pretendo ayudarla- habló algo nervioso -la encontré tirada y creo que la envenenaron, yo estudio medicina y pensé en darle primeros auxilios- explicó al de negro que se limitó a arquear una ceja y finalmente dejó de clavarle su violácea mirada para dirigirla a la jovencita.

El italiano finalmente desactivó su Inocencia y con el dorso libre de la mano tocó la frente de Katya, quien sin duda tenía fiebre además su semblante no era nada bueno.

-En ese caso reciba una disculpa ¿en qué puedo ayudar?- habló recuperando la compostura y respirando con regularidad, colocando las tonfas nuevamente en sus costados.

-Bueno... mi casa está a unas cuantas calles de aquí, si me acompañas...- dijo con intención de continuar con el camino. El Verzegnassi le detuvo colocando una de sus manos sobre el hombro del muchacho.

-El kiosco es más cercano y hay dos niños en mala condición... quienes nos acompañan vienen preparados con materiales de curación y demás instrumentos básicos, le proporcionarán cuanto puedan para tratar a mi compañera ¿le importaría ayudarnos también con los niños?- le cuestionó, aunque de hecho ya guiaba al estudiante rumbo al mencionado lugar y sin detener el  buen paso que llevaban, el milanés pretendió hacer un cambio y llevar él a la menor.

-Sí, claro... Aunque necesitaré los antídotos que ya tengo preparados en mi casa- dijo, lo que ocasionó que Ther dejase el cambio de lado.

-Iré por ellos ¿cómo llegó a su hogar?- propuso, después de todo ya llevaban recorrido hasta la esquina y consideraba que él podía correr con más velocidad la distancia.

-Son cuatro calles derecho hacia donde iba, es el número 362, la llave la dejo escondida en el agujero que está casi en la esquina de arriba del marco de la puerta- explicó presuroso el joven -todos los antídotos y medicamentos que tengo están en el estante al final del pasillo, también está allí un maletín- concluyó e inmediatamente el exorcista echó a correr según las indicaciones, durante el “viaje” especularía sobre el ataque a su compañera.

El próximo médico también apresuró el paso rumbo al kiosco que ya era visible desde su posición, a sólo un par de minutos más.



[Fuera de la Iglesia]


La gente seguía amontonada, rogando y sollozando mientras los inexpresivos guardianes de la entrada les dirigían, a base de señas y amenazas, para que entrasen a la enorme fila que se extendía alrededor de la explanada. Mientras que de un edificio cercano un sospechoso quinteto de personas con gesto ausente observaban a la multitud desde el tejado, fue entonces que uno de ellos se adelantó hasta la cornisa y saltó al vacío, seguido por los otros cuatro que lejos de hacerse algún daño con la caída ahora se dirigían velozmente hacia la muchedumbre, seguramente sin buenas intenciones.



Mientras tanto, Ther había logrado dar con la casa del de cabellos oscuros y ya se encontraba recolectando todos los frasquitos que hubo hallado en el estante, en su mente la idea de que sus compañeros de la Orden y demás civiles, estuviesen siendo vigilados por “lo mismo” que había herido a Katya, le mantenía preocupado y agitado aunado a la carrera que había hecho. Sus movimientos eran concisos y rápidos, así que en cuanto terminó su labor de recaudación y cerciorándose de que los frascos estuviesen asegurados, tomó la maleta y salió del lugar para recorrer nuevamente el camino hacia la plazuela.
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Mensaje por Invitado Sáb Nov 23, 2013 4:59 pm

El muchacho cargaba con la muchacha,el kiosko estaba solo a unos pocos pasos más.
-Aguanta solo un poco más pequeña,tu amigo ya viene para acá.Todo saldrá bien.
Una vez hubo llegado al sitio ordenado por el "altísimo" joven de mirada violácea,pudo ver a dos hombres con semblante preocupado y perturbado. No cabía duda,era debido a la situación de la joven muchacha que llevaba a sus espaldas.
Se acercó al primero de los hombres,un joven no mallor que él,de cabellos cenizos y ojos verdes,parecía casi el más preoucpado de los dos.
-Disculpa,esta chica...necesita ayuda inmediata y un hombre de mirada violácea y gran estatura me ha mandado venir aquí con la pequeña. -parecía algo intimidado por la presencia  de aquellas dos personas. Debían estar muy preocupados por la muchacha y él era un completo desconocido que era portador de la envenenada.
-¿¡Katya?!-al reconocer a su compañera no pudo reprimir el impulso nervioso de arrebatársela a el desconocido.-¿¡Qué haces tú con Katya?! Y más importante aún. . .¿¡Qué le ha pasado?!
-Disculpa a mi compañero,-intervino el segundo hombre,de aparienza algo más mallor-estaba muy preocupado por nuestra compañera. De todos modos,gracias por traerla con nosotros,ya nos ocupamos nosotros de ella..
El médico estaba a punto de dar media vuelta e irse,cuando recordó a lo que de verdad había acudido allí,no era para dejar a esa joven sin atención,si hubiera querido la podría haber dejado inconsciente y envenenada en el suelo tal y como la encontró. No,definitivamente  la había llevado allí para cuidarla,no podía dejarla allí sin atención médica,a parte,sus compañeros no sabían que estaba envenenada.
-Pero...está envenenada. Necesita atención médica y yo soy médico. A parte,su amigo a ido a por el antídoto a mi casa,no tardará en volver,y espera que yo estea atendiendo a la joven y seguido atienda a los niños.
Los dos hombre alternaron su mirada hacia el médico y su compañera aún inconsciente,no cabía duda de que Katya estaba sufriendo mucho y...el desconocido decía ser médico. No podían perder nada por darle una oportuninad,pero tampoco se podían fiar de las personas así a la ligera.
-. . .Está bien,pero la cuidarás con nuestra supervisión. ¿Hay algo que necesites?
-Muy bien. Por el momento necesitaré una gasa fría para bajarle un poco la fiebre y un medicamento específico para hacer que sus glóbulos brancos puedan contrarrestar de manera temporal el veneno. Servirá para mantenerla estable hasta que su compañero llegue con el antídoto.
-Bernard,yo me quedo con Katya,tu ve a por lo que necesita-Daniel había adoptado una actitud seria y decidida,era de esperarse de él cuando la situación era grave.Siempre se preocupaba más por los demás que por él mismo. Aún se acordaba de la vez en la que se había quedado tres días seguidos cuidando a un compañero que había sido herido de gravedad.
El de cabellos negros se quitó la chaqueta que llevaba puesta y la dobló de forma que parecía una pequeña almohada.
-Incorpórala un poco para poner la chaqueta debajo de su cabeza,no es bueno que esté totalmente recostada.
Daniel obedeció sin decir una sola palabra,ahora lo importante no era la comunicación,si no su compañera.




[Mientras tanto en el subterráneo de la Iglesia]



-Sacerdote,¡eres un grandísimo incompetente! ¡Deberías haberte dado cuenta de la presencia de esos exorcistas.!-hizo una breve pausa al ver el rostro aterrorizado del sacerdote. -Bueno,en fin. . .tendré que ocuparme yo,como siempre. Ya sabéis lo que tenéis que hacer.
Las sombras a las que se había dirigido la mujer se desvanecieron casi al mismo instante que hubo pronunciado esas palabras.
El sacerdote seguí temblando a un lado de la habitación.



[En el kiosko]


-¡Bernard! ¡Te has tardado mucho en conseguir esas pastillas!-Daniel cogió la medicación y le dio dos pastillas,justo la cantidad que le había indicado el de cabellos negros.
-Esto debería estabilizarla por un rato. Con suerte recuperará la consciencia.
Los tres esperaron pacientemente a que la muchacha mostrara síntomas como reacción a las pastillas.
Pasaron unos cuantos minutos antes de que Katya reaccionara a la medicación que le habían administrado anteriormente.
Poco a poco la joven fue abriendo los ojos,los cuales distinguieron el color anaranjado del cielo cuando atardece. Era cierto,antes de perder el conocimiento ya eran casi las seis de la tarde. . .¿cuánto había estador inconsciente?
Katya se fue incorporando lentamente hasta quedar completamente sentada. De la cabeza de la muchacha cayó  una gasa que ya estaba prácticamente caliente.
-Veo que ya te has despertado pequeña
Katya se sorprendió al ver a esa persona de  no más de veinte años,cabellos negros y unos misteriosos ojos negros que expresaban alivio y fiabilidad.
-¿Dónde....¿Dónde estamos? No.....no me....acuerdo de nada.
-No te esfuerces en hablar,aún sigues con el veneno en el cuerpo,lo único que hacen esas pastillas son aliviar el dolor y bajar un poco la fiebre,a parte de crear una pequeña barrera en tu organismo para que se extienda con menor rapidez por tu cuerpo.
El médico estiró sus manos hacia el brazo herido de la pequeña y le quitó el vendaje sucio que poseía. La muchacha no se había percatado de que tenía un vendaje en su brazo herido,sería que aún tenía el cuerpo entumecido,de acuerdo a lo que había dicho el misterioso hombre,el veneno no había desaparecido,solo se había ralentizado su expansión.
No te preocupes-comenzó a decir el médico,mientras cambiaba la venda de la herida-Tus dos amigos han ido a por más vendas y medicamento,y tu amigo de ojos violáceos seguramente estea ya en camino para traerte el antídoto. Así que,por el momento,intenta descansar.
-Gracias-Katya mostró una de sus particulares sonrisas,que hizo que el joven sonriera también.
El de ojos negros ayudó a acostarse a la muchacha,quien agradeció que se preocuparan tanto por ella.
Tan pronto como se halló acostada,cerró los ojos e intentó descansar un poco,en cuestión de momentos podría tomar el antídoto. . . .eso si las sombras que acechaban a la envenenada no intervenían,algo imposible de evitar.
-Ummm,que curioso,el arma de esa pequeña está brillando con un color azulado. No sabía que las armas pudieran hacer eso...bueno,será el progreso,estos chicos y sus novedades,bien,ahora hablo como mi abuelo jajajaja

¿Qué era lo que le deparaba a Katya y compañía?


Última edición por Cassidy Douglas el Dom Ene 26, 2014 5:13 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Sigma-chan Sáb Nov 30, 2013 3:04 am

Las personas solían actuar de forma incoherente siempre que se trataba de algo que no entendían, algunos reaccionaban con rechazo y odio, otros con indiferencia y olvido; y otras veces con fanatismo, justamente como sucedía ahora en Minatitlán.

Donde centenares de personas formaban una fila con la esperanza de que el tesoro pudiese curarles de los distintos males que les aquejaban, convencidos de que la gran espera bajo el sol, el desvelo y el cansancio, valdrían la pena con tal de mirar saludables a sus seres queridos o inclusive ellos mismos deshacerse de su dolor, ellos no perderían la fe por mucho que los rumores de que el tesoro ya no estaba funcionando aumentarán... ellos simplemente no abandonarían su lugar en aquella explanada.

Grave error.

...


Mirar a la italiana estable le llenó de alivio, incluso esbozó una suave sonrisa al notar que su gesto era pacífico y que al parecer su fiebre había bajado, no tuvo que decir nada; pues en el instante en que cruzó mirada con el joven médico este se apresuró a tomar el maletín que había traído y tras un vistazo a los frascos que contenía, tomo uno, lo preparó en una jeringa y se dispuso a aplicar el antídoto en el brazo de la pelirroja.

Ther desvío entonces su atención a los otros presentes, que incluían a los respectivos padres de los chicos que permanecían preocupados al lado de "su correspondiente hijo", una de las madres incluso lo tomaba suavemente de la mano y cantaba una canción de cuna; percatándose también de que los jovencitos se hallaban menos agitados, aunque un par de buscadores seguían cambiando sus compresas.

-Se les dio lo mismo que a la exorcista Katya...- informó el buscador mientras le ofrecía una cantimplora al de Milán, quien poco a poco recuperaba su respirar normal -lamentablemente, ellos no han recuperado la consciencia y la fiebre aún no cede- agregó. El Verzegnassi agradeció el gesto y bebió el líquido con calma a pesar de su sed.

-Podría ser entonces, que lo mismo que atacó a la señorita Katya les atacó a ellos ¿cierto?- aclaró una vez terminó de dar un buen trago de agua, pero el de beige no logró responder pues fue interrumpido por el "casi" doctor.

-Siento meterme, pero empieza a ser muy extraño...- dijo señalando lo que para Ther fue identificable como el arma de Katya, que resplandecía sospechosamente sobre el suelo, el de ojos azulinos arqueó una ceja, eso en definitiva no era un comportamiento normal para una Inocencia.

-Por favor, armen los escudos de luz para proteger este sitio- dijo con cierto dejo de alarma en la voz y volvió a abandonar la pequeña construcción, tomando entre las manos sus tonfas las cuales cambiaron de color un instante después, signó de que estaban listas para la ofensiva.

El italiano observó los alrededores, buscando algún movimiento fuera de lo común que indicará el inicio de algún ataque, mientras que los uniformados de la Orden trabajaban rápidamente activando las defensas luminosas, sin embargo estaban por colocar el último artefacto para formar un domo lo suficientemente grande y albergar el perímetro del kiosco, cuando el grito desesperado de una de las preocupadas madres logró distraer a Daniel de su labor.

-¡¡¡Emiliano!!!- exclamó desesperadamente y es que uno de los chicos (el mayor) se había puesto de pie de forma imprevista y había salido corriendo por "el agujero" de la protección. El Verzegnassi se percató de ello y con un par de señas indicó que él se encargaría de detenerlo, así que finalmente la barrera quedó completa y el exorcista se alejó de la plazuela persiguiendo al muchacho.

“¿A qué lugar pretende ir?” se cuestionó al mirar al jovencito adentrarse a toda velocidad hacia un callejón, Ther se detuvo en el principio al notar que aquel camino no tenía salida, algo no marchaba bien... Fue entonces que un trío de Akumas del primer nivel hicieron aparición, destruyendo con sus esféricos cuerpos la angosta calleja, el de mirar violácea de inmediato se puso bajo cubierto (dentro de un hueco recién formado)  evitando los escombros que salían despedidos y las balas de sangre.

¿El chico se había convertido en Akuma? No, era peor que eso... pues insólitamente ante los ojos del portador de la Inocencia, uno de los seres metálicos se daba a la fuga con en el cuerpo del muchacho sobre de él, mientras los dos que quedaban seguían en su labor de destrucción, esta vez disparando mientras continuaban su camino recto. Aquello obviamente reducía las opciones del exorcista que por ahora se había limitado a permanecer resguardado de los ataques enemigos, tenía que actuar rápido si es que quería rescatar a Emiliano e impedir que los Akumas siguiesen haciendo trizas los edificios.

Así que sin más preámbulo abandonó su protección improvisada y de un salto se ubicó sobre los escombros, a un par de metros al costado del esferoide que llevaba la delantera; en cuanto fue divisado por la máquina esta dirigió sus cañones y le disparó, pero para su sorpresa el italiano había sido lo suficientemente rápido, no sólo para esquivar su ataque sino que hubo usado el impulso de la explosión para colocarse por sobre su cabeza y ahora un “golpe de arena” le daba justo en la cara. Ther cayó limpiamente, rodando por el pavimento mientras el nivel uno explotaba…

Y ágilmente se puso en pie para continuar con la batalla, esta vez contra el siguiente armatoste ovoide que le disparaba descontroladamente y que el milanés también eludió con un poco más de dificultad, pues el suelo había quedado muy desigual tras las constantes detonaciones de las balas venenosas y el estallido del otro Akuma; se estaba negando a salir de aquella zona para evitar más destrucción (suerte que aquel lugar estaba desolado "gracias al tesoro") y mantenerlo alejado del kiosco…

Lo que él desconocía era, que justo en ese momento otro par de niveles uno ya comenzaban su ataque contra los escudos de la Orden.  



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Mensaje por Invitado Sáb Nov 30, 2013 8:05 am

La joven exorcista iba despertando lentamente.
Tan pronto como abrió los ojos se fue incorporando poco a poco,de alguna forma sentía que sus fuerzas se iban recuperando .
Le sorprendió comprobar que a su lado no se hallaba nadie ¿Estarían ocupados en alguna tarea?
No le importó mucho,de cualquier manera,no quería ser una carga para sus compañeros,así que se dispuso a ponerse en pie,cuando una señora la frenó.
-No,aún no puedes levantarte.
Katya se giró hacia la señora y le mostró una confortable sonrisa.
-No se preocupe,-comenzó a hablar-ya me encuentro bien,así que no tiene de qué preocuparse.
-No lo decía por eso,es que me ha comentado ese hombre que el antídoto tardará un poco más en hacer un efecto completo-la mujer se lo había explicado con serenidad y calma,no obstante,su rostro decía lo contrario. Mostraba una gran preocupación y llevaba a su hijo bien agarrado de la mano,era obvio que algo no iba bien.
Desobedeciendo lo que la madre le había dicho,se levantó,no sin esfuerzo y dio unos pasos hasta donde se hallaba su arma.
Justo en el mismo instante en el que vio el brillo azulado de Keyblade,la cogió con brusquedad y la desenfundó. Habían llegado los akumas.
La exorcista miró velozmente en todas las direcciones,sin detectar nada.
-No deben de andar muy lejos-se dijo así misma,obligándose a ponerse en la más minuciosa guardia.A parte de los buscadores que en ese momento acababan de cerrar la barrera,había tres madres y cinco niños,no podía dejar que les pasara nada.-Coge a tus hijos y alejaros un poco de aquí,pero sin traspasar la barrera....o será el final de vuestras vidas.
la muchacha no pretendía que sonara tan drástico lo que sus labios acababan de pronunciar,pero debido a su edad,su credibilidad ante un adulto que nunca había visto un akuma en su vida...era prácticamente nula,a parte de que el antídoto no había hecho todo su efecto y la mujer pensaría que estaba delirando a causa del veneno.
La madre dudó unos instantes y cuando iba a replicarle a la italiana,solo fue capaz de gritar y correr con su hijo hasta el punto más alejado del kiosko,pero sin salir de la barrera como les habían dicho.Un akuma había hecho acto de presencia ante ellos.
Los buscadores mantenían sus puestos manteniendo la barrera activada,por el momento aguantaría,pero si más de diez akumas hacían acto de presencia...sería catastrófico,ya que la barrera protegía el terreno del kiosko,una zona un poco amplia que obligaba a los buscadores a separarse unos de otros para poder recorrer todo el perímetro,haciendo que la fortaleza de la barrera fuera más débil debido a la separación de los puntos clave.
Katya esperó a que el akuma recién llegado hiciera algún movimiento,pero la repugnante máquina no se había movido ni un milímetro ¿Estaría aguardando órdenes? ¿O simplemente esperaba a por sus "amigos"?
No cabía duda de que algo no iba como debería de ir.
La exorcista se acercó a Daniel.
-Daniel,algo no anda bien.Ese akuma no se ha movido ni un milímetro.
Daniel no podía contestar a su compañera en ese preciso momento,mientras mantenía la barrera activa.
Un impacto procedente de donde se hallaban las madres y padres y sus hijos hizo despertar a Katya,era un señuelo para hacerse con la presa más débil.
La italiana corrió en dirección al punto de los impactos,que cada vez se hacían más frecuentes,había más akumas ocultos entre lo alto de los edificios.
Cuando llegó a junto de los civiles,pudo comprobar como los niños lloraban escandalosamente y las madres temblaban de puro terror,mientras que sus maridos las abrazaban,en un gesto de protección.
-No podéis quedaros aquí.Si la barrera cae seréis unos blancos fáciles para ellos. Id y refugiaros en el interior del kiosko,yo me encargaré de protegeros.
Una de las madres asintió,y le dedicó a la joven exorcista un gesto de admiración,de seguido salió corriendo con uno de sus hijos bien agarrado de su mano,y el padre cargaba en brazos al otro hacia el interior del kiosko. La siguiente pareja y sus hijos siguieron su ejemplo.
Katya se dispuso a esperar a que pudiera salir de la barrera.

[Mientras tanto en el subterráneo]

-Tch ¡Estúpidos exorcistas! Siempre son un incordio-comenzó a decir la extraña criatura con cuerpo de mujer en la leve penumbra que ofrecía un candelabro.- Bueno,ahora están separados,así que no podrán hacer gran cosa.
-Dis-disculpe. . .-comenzó el sacerdote -respecto a revitalizar el artefacto...
-Si,si,si. Supongo que no tenemos más opción que hacerlo ¿no? Acércate.
De entre las sombras iba surgiendo una pequeña silueta,quien a cada paso desprendía un leve sonido parecido a una campana.

[En el kiosko]

La barrera ya iba empezando a mostrar signos de desaparecer y la italiana ya se había puesto en guardia para cuando cediera del todo. Pero debido a que aún no dominaba muy bien su inocencia,había hablado con los buscadores para que la ayudaran,capturando con barreras a algunos akumas que se acercaran a la tienda del kiosko.
A los pocos segundos,la barrera se hizo añicos,derribando el muro que separaba a los akumas de Katya.
La muchacha no perdió el tiempo y tan pronto como se derribó la barrera,se dispuso a atacar al primer akuma que tenía delante,pero unos proyectiles impidieron que pudiera hacer el primer movimiento.
Sus ojos azules divisaron tres akumas más,habían formado un triángulo para defender al otro akuma y que nadie se pudiera acercar a él. Ahora lo entendía,el primer akuma era el que atacaría a las personas que se hallaban en el interior del kiosko y los otros cuatro no dejarían que la exorcista pudiera distraerse e ir a destruir al que iba a ser el atacante.
La situación era más complicada de asimilar de lo que había pensado. Pero uno cosa sí tenía claro,primero debería destruir a los otros tres akumas y deshacer su estrategia.
Katya no perdió el tiempo y se adentró en uno de los edificios. Subió a lo más alto y descubrió al primer akuma.
La forma esférica de la máquina apuntaba sus armas contra la muchacha quien ágilmente pudo esquivar los balazos,el poco peso y la agilidad que poseía le eran de mucha ayuda a la hora de ser rápida y precisa.
Con la ayuda de su espada,la cual ya hacía tiempo que se había afilado,consiguió cortar uno de los proyectiles,lo que le dio más ventaja en la pequeña distancia que la separaban del akuma.
Segundos después de haber esquivado varios proyectiles más,la excorcista consiguió dar en su blanco,el cuál explotó enseguida.
Era más difícil de lo que había pensado ¿De verdad sería capaz de hacerlo bien? De cualquier forma no había querido convertirse en exorcista al principio,pero el hecho de poder salvar más vidas y de impedir que otras personas vivieran lo que ella había sufrido,la había animado a seguir adelante.
Nuevos disparon devolvieron a Katya al mundo real. Ya la habían detectado y ahora habían cambiado su posición. La batalla sería más dura de lo que pensaba y a parte de eso tendría que proteger a las madres e hijos que se encontraban refugiados en el interior del kiosko.
No le habría venido mal una ayuda extra,pero por el momento intentaría apañárselas como pudiera.


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