Sum 41

No se si lo habré dicho en alguna ocasión, pero me encanta emocionarme con la música. Sí, hay grupos, canciones, estilos, que entran por un oído y con su extraña combinación despiertan en mí una energía imparable que me obliga a volverme loco, realmente. Esto se suele solucionar con pogo, saltos... desperdiciando energía, en definitiva. Love the pogo, realmente.

¿A qué viene eso? Simplemente, este es uno de esos grupos. Escuchando a Sum 41 desde hace apenas un año y medio, me he dado cuenta de que la vida que meten estos tipos en sus canciones es memorable. Con su guitarra eléctrica, rítmica a más no poder, una buena batería que nos marque el correcto ritmo, un bajo que lo acompañe, y una voz (en concierto, todo ha de decirse, una voz de un tío bebido (sí, adora beber ante de los conciertos))... en definitiva, tíos, os pasáis un poco, pero vuestra música lo transmite bien. Las letras, no muy destacables quizá, o alomejor yo no me he interesado tanto por ellas... pero como en cualquier grupo de punk que podamos escuchar, tienen su punto a favor y su punto en contra.

Sus miembros actuales son Deryck Whibley (cantante, guitarra ritmica), Jason McCaslin (bajo, coros), Tom Thacker (guitarra, coros) y Steve Jocz (batería). Deryck tiene una voz con fuerza (tuve la maldita mala suerte de escucharla en directo, pero un día que la tenía bastante fastidiada), que acompañada por la guitarra de Tom y el ritmo de Steve y JAson hace que uno explote, salte por los aires y se prepare para seguir explotando.

Simplemente... explosivos.