Viaje hacia la Orden [Alice - Ichigo]

Ubicado en la región mas central de Londres, es un lugar extenso y por lo demás lleno de vida. Uno de sus mejores factores, es su riqueza Hidrica por la gran laguna que tienen.
Hace unas dos semanas las aguas de esta eran cristalinas, sin suciedad, ni ninguna desperfecto que se le pudiera notar. Sin embargo, hace un par de días ha adoptado un color rojo, cual sangre. Este color no se ha quitado y los pobladores no han encontrado alguna respuesta a lo que sucedía.
Se fijaron que en el centro del lago había un sombrero de mujer flotando. Al parecer alguien ha muerto ahogado, lamentablemente lo ultimo son conjeturas, pues bien podría habersele caído a alguien. Lo más raro es que no han habido desapariciones.

En el viaje hacia la Orden, aquel General de cabello naranja y mechón en la frente blanco. Con una capa beis y debajo de ella, su uniforme de la orden. Venía acompañado con la chica que había traido del pueblo anterior. Casualmente, la Orden no se encontraba tan lejos, entre pueblo y pueblo, había un trayecto de 4 días. En ese trayecto, habías pequeñas casas que servían como estadía, también campos de sembradía, pero no se podía decir un pueblo en sí. Faltaban todavía algo así como 5 días para llegar a aquel risco, y luego de escalarlo, se encontraba la orden.

Tomando de nuevo la historia. Aquellas dos personas se encontraban ahora mismo en el sendero que se diriguía al pueblo, por lo menos, faltaría 1 hora para alcanzar el pueblo, ya habían caminado bastante. El sol golpeaba con mucha fuerza, quizá más de lo usual. Alrededor del sendero, se encontraba un bosque, un bosque con grandes árboles, gracias a la gran humedad del lugar. Estaban totalmente verdes, llena de vida. Ahora uqe recordaba, había pasado más de una vez por este pueblo, aunque realmente igual lo hacían los exorcistas, nadie debería reconocerlo.

-Ya conocerás la orden, es un lugar muy grande, podrás comer lo que quieras, tendrás tu propia habitación y podrás visitar muchos paises. Ve el lado bueno.

Aquel chico se aponía las manos en la nuca, mientras miraba al frente. Sabía que nadie estaba listo para dejar su vida normal, pero si se adaptaba, podría tomarlo como su nueva vida. El no elegía a los usuarios de Inocencia, no podía elegir el destino de los demás, pero aunque con un poco de ironía, formaba parte de ella.

Eve caminaba distraídamente, por lo que solo escuchó las palabras del general a medias.

-Supongo... –respondió sin dejar de observar el camino que tenía en frente.-tendré que ser más optimista a partir de ahora... -agregó como para si misma.

Dirigió su vista al cielo, y al bajarla suspiró molesta… detestaba el calor.

Mientras caminaba se volvió para ver al general.
-Es mucho más agradable así- dijo volviendo nuevamente su vista al camino- antes… se veía muy serio… e incluso daba un poco de miedo- agregó sonriéndole.
En ese momento no quería hablar de la orden o Inocencia… quería despejar su mente un poco… aunque aún no estaba segura de lo que tendría que hacer más adelante…

Volvió su vista a su alrededor… no había notado que el lugar era realmente hermoso… sonrió sin notarlo ante el paisaje…

Mientras caminaba, no pudo evitar escuchar a la chica sobre su personalidad. Muy cierto fue que la desesperación cambiaba a las personas, al igual que el miedo. Tan solo hace unos días, era un hombre que tenía miedo de morir a manos de un noé, y estaba en plena confusión. Salvar a las personas aun arriesgando su vida, o ocultándose, y cumplir su objetivo por aquellos medios.

Pero la situación en aquel pueblo, la muerte de aquellos policías, le hicieron reaccionar. ¿Viviría toda su vida asustado?, ¿dejaría que las personas murieran?. Cuando reaccionó, pudo salvar, no solo a 3 personas, si no a todo el pueblo. Su personalidad había vuelto a ser la real. La de aquel joven que se divertía con la vida que tenía, esa era su forma de llevar las cosas. Aunque cometió un error, y 3 Akumas escaparon sabiendo su identidad, pudo recuperar la Inocencia y una recluta para ser Exorcista.

No tenía suficiente dinero para viajar, si quiera para comer. Por lo que necesitaría trabajo para ganar algo de dinero. Tendría que ver una vez llegada a la ciudad.

-¿En serio?

Preguntaba, mientras se podía ya ver la ciudad atravesando un par de árboles. Una gran campana empezaba a sonar, eran alrededor de las 12 del día, momento preciso para que se escuchara.

-Hum... tienes razón. A veces para llegar a la cima, necesita escalar piedras afiladas con las manos desnudas.

Habló en metáfora. Tanto en su caso, como el de la chica, que estaba a mitad de camino a llegar a lo que realmente deseaba.

El viaje, aunque largo, había sido placentero... después de todo era el mejor barco de mi flota, el más rápido, además de que hube conseguido que tres Akuma me acompañaran desde México. Los cuales en ciertos periodos de tiempo se ausentaban para atacar barcos vecinos con el fin de saciar su hambre.

-Ama Datura- dijo uno de ellos mientras tocaba en la puerta de mi camarote

-Adelante... qué es lo que pasa?- hablé probándome una pañoleta con la que pretendía cubrir mi nariz y boca a modo de media máscara, el estilo me gustó así que la deje en mi cuello para cuando necesitara utilizarla

-El Capitán ha dicho que llegaremos a puerto en quince minutos, además otro nivel 2 ya se ha adelantado para conseguir un transporte que le lleve hasta el lugar indicado- reportó el "joven hombre" rubio al entrar a la habitación y colocarse tras de mí

-Bien...- respondí distraídamente mientras concluía mi trenza estilo francés sujetándola con un listón en la punta de color esmeralda, me puse en pie... al contrario de mi usual forma de vestir (regularmente con elegantes vestidos) esta vez llevaba pantalones y botas, como solía ataviarme para salir de caza

-Vamos- dije con calma tomando mi abanico, pistola y dagas; las últimas colocándolas en puntos específicos de mi atuendo, evitando que se notaran a simple vista y finalmente salí del camarote. Seguida por el Akuma...

Algunas horas después llegaba, junto con los tres sirvientes a la linda ciudad cercana al "Lago carmesí"

-Que alguno de ustedes reúna a todos los Akuma que pueda y dirijan un ataque en la zona este del lugar... quiero que la gente se asusté lo suficiente para que cooperen a nuestra causa- dije mientras tomaba asiento en la orilla de una fuente cercana.

-Enseguida Datura-sama- habló uno de mis acompañantes, mostrando entonces su forma como nivel 2 y retirándose a cumplir sus órdenes.

Una sonrisa surgió en mi boca al escuchar la primera explosión, seguida por los gritos ahogados de sus pobladores, justo después de la última campanada de las 12...

Guardó silencio al escuchar el comentario del general, levantó su vista, y en ese momento se comenzaron a oír el sonido de las campanas.

-¿eh?, ¿ya es medio día?-preguntó sorprendida, la mañana se le había hecho cortísima...

Al terminar las campanadas, pudieron oír una gran explosión, seguido por el grito lejano de personas... una mezcla de miedo y sorpresa la inundó... solo una cosa pasó por su mente.
¿Akumas?-pensó a la vez que se volvía.

-¿General?...- ella misma no estaba segura de lo que podía estar ocurriendo, pero se lo podía imaginar perfectamente.
¿Que voy a hacer ahora?.-pensó en cuanto las palabras salieron de su boca.

Mientras caminaba, las campanadas empezaron a oirse en el pueblo, y también en sus alrededores, siendo escuchadas por los viajeros cercanos al pueblo. Podía verse un campanario aun desde la posición de Ichigo y Alice. Era aquella torre estilo medieval encima de la Iglesia. Medía aproximadamente unos 9 metros más que la misma Iglesia. Llevaba un color blanco, y en la cima, un mirador. Esta era cubierta por un techo de poco grosor de madera, y finalmente, la campana que a todos diriguían su mirada.

(Por lo menos este lugar es más tranquilo, podremos descansar aquí plácidamente y...)

Exactamente, la última campanada fue la que dio comienzo a las constantes explosiones a continuación.

<< BOOM >>

Se escuchó aquel estruendo justo en la torre de la campana. Dos explosiones seguidas continuaron destruyéndola, y finalmente, la última, que dio final a lo que una vez se conoció como torre. Esta empezó a ir de medio lado, y cayó encima de unas 3 casas, derrumbándose, y dar inicio a los gritos de los pobladores, huyendo de las destrucciones.

-¿Qué rayos...?

No supo que pensar, estaba presenciando una destrucción, más aun algo que nadie se espera, un pueblo muy cerca de la Orden, ¿qué Akuma estaría tan loco como para atacar un pueblo cerca de Orden Oscura?. Uno que quería ser purificado, aparentemente.

-Quédate detrás de mi... deben ser Akumas...

(Seguramente esperaban a que llegara al pueblo... esos Akumas que huyeron ya debieron avisar de que me acercaba...)

Empezó a correr, sacando los guantes de sus bolsillos y poniéndoselos en la mano correspondiente, para activarlos cuando llegara al pueblo, o un Akuma fuera directamente hacia él, lo que ocurriera primero.

.
Sin decir palabra comenzó a seguir al general, el miedo comenzaba a apoderarse de ella, no se sentía en lo absoluto preparada para enfrentar a algún akuma… intentó mentalizarse e intentar perder el miedo, pero no le estaba funcionando del todo... cerró los ojos mientras lo hacia y al abrirlos notó que el general se había adelantado bastante…

Si que es rápido...pensó mientras intentaba alcanzarlo, Eve era rápida en comparación a la media, pero aún así no lograba disminuir la distancia... y no le extrañaba en lo absoluto…

Ya comenzaba a cansarse, le costaba respirar, el chico frente a ella se hacia más pequeño…estaba varios metros adelante.

No lo alcanzaré...pensó observando a la silueta alejarse, desechó rápidamente la idea de gritarle para que la esperase... probablemente habían muchas personas en peligro, no podía darse el lujo de retrasar a la que seria probablemente la única persona que podría ayudarlos, lo único que podía hacer, era mantenerse lejos del peligro y ver si podía ayudar en algo... algún herido quizá... hacer ambas cosas parecía imposible, pero si se mantenía alerta e iba con cuidado...

Cuando sólo faltaban unos metros para llegar a la entrada del pueblo, se detuvo unos segundos para recuperar el aliento, había perdido de vista al general hace ya varios minutos… caminó lentamente, alerta, observando cuidadosamente a su alrededor… comenzó a avanzar con dificultad por sobre algunos escombros que medio bloqueaban la entrada…

Sentada cómodamente, continuaba observando la escena de destrucción que yo hube originado, los gritos lejanos de la gente, el sonido de los edificios derrumbándose... hacía tanto tiempo que no disfrutaba de aquello. De pronto un Akuma destruyó la torre del reloj que tan bien se veía

-Tonto- pronuncié con cierto desagrado, pero era obvio que no podía culparlo, un quejido salió de los labios del otro nivel 2 que me acompañaba, le miré... se notaban algo ansiosos de entrar en acción

-Pronto será tu turno...- comenté con calma, mientras el otro Akuma me ofrecía agua, la sinfonía del caos continuaba...

-Datura-sama!!- se escuchó exclamar al "Dos" que se suponía lideraba el ataque al pueblo, y que ahora se acercaba a toda velocidad -un forastero sospechoso al parecer un Exorcista ha llegado a la ciudad- comentó con cierto miedo en cuanto estuvo frente a mí.

-À deux balles!- comenté maldiciendo aquella noticia, el hecho de que un "insecto" acabara con mi plan de causar el respeto en aquella ciudad, me incomodaba bastante -detén el ataque, reúne a tus congéneres y búscame en las afueras... Ah! y tráeme al primer humano que encuentres- ordené con simpleza y me puse en pie dispuesta a caminar hacia donde se encontraba una de las salidas del poblado, seguida de mis servidores.

"Hay que pensar un poco más el siguiente turno"

Mientras corría en dirección al pueblo, su sentido del proteger a las personas salía a la superficie. Más que nada, unos Akumas comenzaban los destrozos sin razón alguna, no debería haber Inocencia en aquel lugar, ya que estando tan cerca de la Orden, debieron haber recogido una hacía tiempo.

Apartando esa idea, al entrar al pueblo, y llegar cerca de la Iglesia, se dio cuenta que, al voltearse, no estaba Alice, grna problema. Era una novata, y si quiera sabía usar su inocencia, cosa que debía enseñarle anteriormente. Pero al no haber contacto con aquella roca verde impresa en el objeto que llevaba ella, no podía hacer mucho.

-Rayos...

Volteaba, viendo que se perdió.

Un grito se escuchó, y nuevamente, volteo hacia adelante, los escombros iban a caer encima de una mujer con su hijo en brazos. Frunció el ceño, y empezó a correr a toda velocidad directo hacia ella, donde al alcanzarla, le agarró por detrás de las rodillas y sujetó su espalda, a modo de cargarla en brazos, y saltar. Un gran pedazo de escombro cayó tras de él al escapar de estos, y pequeños fragmentos seguían bajando a bastante velocidad. Haciendo sus movimientos en Zigzag, escapó de estas, y finalmente, luego de unos metros, bajó a la mujer con su niño.

-Huyan de aquí... Es muy peligroso. Dígale a los demás pobladores.

[Disculpa mi post tan corto]

El ruido de edificios siendo derribados seguía de fondo mientras caminaba junto a "Dos", el nivel Tres se había adelantado a las "afueras" ya que le hube ordenado que se deshiciese de todos los "turistas" que pudiesen llegar a la ciudad y que bloquease los caminos para evitar los transportes... necesitaba una zona libre de insectos para que ahí fuese el cuartel general.

-Ja!- pronuncié con arrogancia y tuve ganas de probar una teoría, los últimos días había tenido la sensación de que la materia oscura que residía en mi cuerpo ahora era más poderosa

-Ama miré... los humanos están corriendo, escapan- comentó el dos que iba a mi lado. Detuve mis pasos para observar el fondo de la callejuela que hacia intersección con nuestro camino, efectivamente varias personas se apresuraban a salir de ese lugar

-Pero qué esperan!? Es necesario abandonar la ciudad si van para allá, morirán!- gritó un sujeto que llegó de improviso a mis espaldas, se notaba realmente desesperado y confuso, incluso me había tomado de un brazo mientras ejercía un poco de presión intentando halarme.

"Pero cómo se atreve?..." pensé con arrogancia y sin pensarlo mucho sople mi aliento venenoso sobre la mano que me sostenía, y cientos de finos cristales salieron expedidos hasta su piel.

-Qué demonios!- exclamó el hombre soltándome y con un ademán pretendió deshacerse de lo que le había hecho, pero justo entonces su brazo se desvaneció a su costado, paralizado completamente. Una enorme sonrisa se dibujo en mis labios y antes de que el sujeto pudiese hacer otra cosa tomé con habilidad su rostro y exhalé en él

-"Profundo"- susurré mientras el sujeto se liberaba de mi agarré y caía al suelo, hice una seña al Akuma para que entráramos a una de las casas que para entonces se hallaba vacía junto con el extraño que se retorcía extrañamente en el suelo sin poder gritar, pues al parecer el veneno había entrado a su sistema y comenzaba a paralizar los músculos de su garganta e incluso sus párpados...

Tres minutos después de que entramos a la casa el hombre había muerto por un paro respiratorio y el ataque de los Akuma había cesado.

-Espero haya sido por que se están cumpliendo mis órdenes y no porque la indeseable bestia de Dios los destruyera- comenté de modo alegre al "humano" que caminaba a mi lado, el haber descubierto una nueva técnica para matar me hacía muy feliz. Dos asintió.

Nos encontramos a unos cuantos pasos de lo que quedaba de una de las salidas (o quizás entrada) a la ciudad cuando me percaté de que alguien más se encontraba cruzando por el montón de piedras, una chica de cabellos claros que al parecer llevaba un arma. Un buen presentimiento cruzó por mi mente y haciendo una seña con las manos al demonio le indiqué que se fuera, despareciendo con gran velocidad.

Eché a correr rumbo a la jovencita...

-NO! No debes entrar, todo está destruido!- grité acercándomele -tenemos que irnos!- le dije mientras le tomaba de la cintura para de algún modo alzarla, después de todo era más delgada y pequeña, y sin esperar respuesta de su parte le llevé de regreso hacía el bosque.

Cuando al fin Eve logró pasar la entrada, observó aterrada a su alrededor... a un lado de la calle habían casas aplastadas por los escombros de la torre que antes sostenía una gran campana. Sólo le bastó dar un vistazo para notar que un trozo de esa estructura había aplastado a personas... bajo ellas pudo ver una mancha "escarlata", probablemente sangre… volteó bruscamente su vista cerrando los ojos, intentando borrar esa imagen de su mente... fue solo entonces que notó que los estrenduosos ruidos de explosiones habían cesado.

-Las explosiones...- pensó abriendo los ojos algo asustada... paseó su vista por todo el lugar, nerviosa.

Al observar al frente vio a una mujer... parecía de mucha clase, tenia los cabellos negros...venia hacia ella, Eve la observó intrigada, ¿que haría una mujer de ese tipo en medio de un pueblo en destrucción?, y más aún, cuando no parecía haber nadie más cerca.

La mirada de aquella mujer se mantenía en ella, casi por instinto puso su manos sobre su bolso, tanteó con sus dedos el interior y solo tardó segundos en encontrar lo que buscaba... el incensario... definitivamente era un blanco fácil para cualquier akuma, a pesar de ser compatible con la inocencia que llevaba con sigo, no había sido capaz de activarla nunca.

-NO! No debes entrar, todo está destruido! tenemos que irnos!- gritó la mujer cuando solo se hallaba a escasos metros de Eve, y sin previo aviso la alzó por la cintura.

-¿por que todos creen que pueden llevarme a donde no quiero?!-pensó molesta recordando la noche antes de abandonar su hogar.

-Suéltame, por favor- pidió mientras intentaba zafarse de ella, todo era muy repentino, la actitud de la mujer la hacia sospechar...- por favor!! mi madre está adentro-agregó mintiendo, por mucho que deseara ayudarla, la mujer no se podría negar a dejarla ir diciéndole eso.

(perdonen el retraso)

-Tu Madre?- cuestioné con cierto sarcasmo en la voz la chiquilla había reaccionado de un modo gracioso, sin embargo no me detuve hasta vernos en la entrada del bosque -estas segura que no murió a manos de un Akuma?- dije burlonamente mientras la bajaba, una sombra apareció tras ella viendo que se trataba del Akuma que me acompañaba sencillamente comencé a reír con libertad, la máquina transformó sus brazos en tentáculos y aprisionó a la castaña.

Segundos después un ruido entre los arbustos me obligó a detener mi risa.

-Ama, le alegrará saber que encontramos el lago- dijo el nivel tres surgiendo de entre la maleza. Sonreí y dirigiendo una mirada a la rehén comenté:

-Me parece que tú y yo podemos ayudarnos mutuamente- después hice una seña al "Dos" que la mantenía presa y acabo por transformarse, su verdadera forma era realmente bizarra pues su cuerpo asemejaba una gran bala de pistola y cuatro tentáculos como extremidades. Un gesto de asco se formó en mi rostro.

"Por eso prefiero su forma humana... pero ya que" pensé con fastidio y comencé a caminar guiada por el nivel tres, el "Dos" se elevó junto con la mujercita y también emprendió el camino.

"Si no me funciona acabaré con ella" me dije tras mirarla por el rabillo del ojo, una luz se formó en mis pupilas, quizá la muchacha serviría para probar una nueva técnica.

Obviamente la mujer era alguien de quien debía desconfiar, una persona “normal” no actuaría así, tan a la ligera. Al llegar a la entrada del bosque al fin la liberó.

-¿estas segura que no murió a manos de un Akuma?
Habló como si todo lo ocurrido la agradará… ¿Qué diablos es ella?- pensó Eve observándola con detención… si fuese un akuma ya se habría mostrado… ¿Qué podía ser?

Entonces sintió un ruido a sus espaldas, bruscamente se dio la vuelta… encontró algo que no esperaba… una persona, o al menos, eso parecía…

La risa estruendosa de la mujer a sus espaldas hizo que Eve volviera la cabeza para observarla… unos tentáculos se acercaron rápidamente, ni siquiera pudo reaccionar, el Akuma la había atrapado… -Maldición… era uno - pensó mientras forcejeaba contra los “brazos” de este, unos segundos le bastaron para darse cuenta de que no se podría liberar de ellos, comenzaba a asustarse.

La risa de la mujer se detuvo en pronto.
-Ama, le alegrará saber que encontramos el lago- un ser habló, Eve no supo reconocerlo.
Es… ¿un Akuma?- se preguntó a si misma observándolo atónita, era la primera vez que veía a un nivel tres, pero algo más importante llamó su atención en ese momento…
¿un lago?... por que querrán ir allí?... la respuesta era prácticamente obvia… incluso para ella; Inocencia.

La mujer se volvió hacia ella sonriendo y dijo:
-Me parece que tú y yo podemos ayudarnos mutuamente.
¿Ayudarnos?... si claro, me ayudarás a morir… pensó con una mezcla de temor y enojo…

La mujer pareció hacer una señal al Akuma que la mantenía apresada, entonces él, termino de transformarse.
-Que lindo…-susurró Eve con sarcasmo viendo al Akuma… La mujer parecía pensar lo mismo.

Comenzaron a avanzar y casi en seguida sintió un escalofrío recorrerle la espalda… sacudió su cabeza.
-Tengo que hallar la forma de escapar- pensó observando al akuma que la mantenía atrapada, tenia la vista fija en el camino que seguían… Sin dejar de observarlo intentó acercar sus manos al bolso que en ese momento colgaba a la altura de su cadera, la única esperanza que tenia de salir de allí con vida era la Inocencia; el incensario… sin que el Akuma lo notara alcanzó a meter su mano en el interior del bolso…

-Lo tengo- pensó tanteando con sus dedos el objeto… suspiró.- Ahora que…

Según la explicación del general eventualmente ella sería capaz de activarla, necesitaba hacerlo ahora, pero no sabía como… menos aún cuando ni siquiera tenia la forma de un arma…
-vale… te toca ayudarme… -pensó mientras sacaba el incensario para observarlo de reojo, levantó su vista para ver que hacían el resto de sus acompañantes… ninguno le prestaba atención… -funciona…-rogó en su mente observándolo otra vez, sintiéndose algo entupida-por favor…

Al fin la Inocencia pareció reaccionar, pudo distinguir un diminuto brillo en su interior…nerviosa la levantó para observarla mejor, durante una fracción de segundo vio como del interior surgían unas… especies de “cuchillas” brillantes, sin pensarlo y con la poca fuerza que podía ejercer con su mano aprisionada, la lanzó hacia arriba bajando la cabeza y cubriéndola con sus brazos…

Solo el Akuma que la sostenía pareció notar lo que ocurría… la máxima altura que logró el incensario fue a la altura de lo que sería el rostro de la máquina… antes de que esta pudiera reaccionar, del diámetro del incensario salieron las “cuchillas”, algunas se incrustaron en el Akuma causando una leve explosión, que lo obligó a liberar a su prisionera. Eve cayó al suelo golpeándose las rodillas con sus brazos amortiguando la caída… dirigió su vista inmediatamente al cielo… el incensario venia directamente en su dirección alzó las manos atrapándolo.
Apenas podía ver a su alrededor… no tenia la certeza de haberle hecho daño al Akuma, o si quiera de haber alcanzado a los otros, pero no se iba a quedar a comprobarlo…

Con dificultad se puso de pie y comenzó a correr, se internó en el bosque alejándose del lugar de la explosión… sentía un dolor en los brazos, probablemente debido a lo cerca que había estado de la explosión que ella misma había causado.

[Disculpen la tardanza pero... ando algo enfermo, y no tengo las ganas suficientes para rolear por lo menos cuando yo quiero e_e]

Luego de dejar que la mujer se fuera del lugar, este miró alrededor del pueblo, corriendo. Algo primordial era buscar a los Akumas, y eliminarlos, pero una cosa primero que la otra, obviamente.

En su primer encuentro, un hombre estaba siendo acorralado por 3 Akumas de nivel 1, al parecer estaban escondidos entre los pobladores, y ante la casualidad de que aparecieran los Akumas nivel 2 y 3, estos aprobecharon la oportunidad para atacar hacia el humano.

El peli naranja, con sus guantes enérgicos, empezó a disparar con su dedo indice a los 3 Akumas, destruyéndolos al instante. Corrió hacia el ciudadano, para verificar si estaba bien, pero antes de poder hacer algo, corriño por su vida. Si tenía las ganas de correr, es que si estaba bien.

Siguiendo su recorrido, había algo que sentía, faltaba. ¿Era algo?... ¿O era al...? ¡Eve!, ¿Dónde estaba Eve? esa chica no sabía usar su Inocencia, y tenía un grave riesgo de morir, lo más seguro era que no solo niveles 2 estuvieran en la ciudad, sino que también niveles 3. Esto era espantoso, tenía que hacer algo, y pronto.

-¡Eve!... ¡Eve!

Empezaba a gritar por la ciudad, mientras gritaba.

Viendo de vista paronámica por la ciudad, se podían ver que por el camino que recorría Ichigo, se veían explosiones, estos ya fueran hechos por eliminar Akumas niveles 1, o tal vez por abrir paredes, y ver si estaba atrapada en alguna casa derrumbada. Cada vez las explosiones eran más fuertes y más en cantidad, estaba desesperado.

Subiéndose en una de las casas, gritó de la misma forma, usando sus manos como altavoz, para que fuera amplificada y se pudiese escuchar más. El hecho era que fue un fracaso, ante sus constantes gritos, no había señal de vida... ¿Eve podría estar...?. ¡No!, ella era una chica que apenas comenzó su viaje a ser exorcista, si le sucedía algo grave, no se lo perdonaría.

Antes de seguir gritando, una explosión se escuchó justo en la entrada del bosque, cerca de este mismo bosque había un lago, ¿explosión junto al lago...? No sabía lo que significaba, pero si esa explosión fue hecha por el contacto Akuma-inocencia, ella debía estar allá.

-¡Maldición!

Saltó de la casa, y casi como un rayo, empezó a correr hacia el bosque, en busca de lo que era su Kohai, en japonés. Traducido al español, sería "Novato/a" y alguien de ese nivel, sin haber comenzado con su travesía, no debía morir, bajo ninguna circunstancia.