Incendios en Victoria.(australia)

Chase se encontraba en el parque del pueblo, como siempre rodeada de sus amigos, la noticia del ultimo incendio había volado de boca en boca apenas minutos despues del ocurrido. Las gemelas no se habían visto involucradas gracias a la habilidad de la chica para manipular al resto de las personas. Cada vez que sus amigos tocaban el tema ella se quedaba escucharndoles hablar con un gesto indiferente en el rostro mientras pensaba para sí en aquellos momentos.

Habían logrado escapar ya que en el momento justo que Chase iba a decir algo su hermana le tapo la boca y la tendió contra el suelo tras unos arbustos, las criatura fijo su atención en el punto pero la quito así mismo y siguió con su camino. Al salir de allí se habían encontrado como las primeras en "acudir" ante las llamas que salían del bosque por encima de las ramas.

Mientras su hermana hacía de las suyas, Case se encontraba en su habitación leyendo, había buscado ya en cientos de libros pero aquella criatura no tenía existencia en aquellos textos. Aburrida y cansada se dejo caer en su cama, el ser de aquella criatura la tenía intrigada, como deseaba volver al bosque, quería ir y verla de nuevo, tocarla, saber que era. Lo único que le preocupaba eran las extremidades o lo que fuesen de aquel ser que parecían cañones, se preguntaba si eran ellos los que estaban creando los incendios ya que no parecían huir en ese entonces.

Case decidio dar una vuelta por el pueblo, sujeto su cabello en una cola de lado que le caía por el hombro y tomo un abrigo antes de salir, el clima fuera de la casa estaba fresco, no muiy frio pero si bastante fresco. Case era una chica fuerte mental y físicamente pero era muy facil para ella pescar un resfrio en aquellas epocas. Aquel viento helado y las amenazantes nubes de lluvia hacían ilusión a los pueblerinos ya que esperaban que la lluvia les ayudase a frenar la ola de incendios.

La pequeña figura de Chase resaltaba entre sus tontos amigos, Case no les tenía mucha simpatia ya que para ellos era una molestia tener que estar con alguien que no habla, no comenta, no coopera y a fin de cuentas nunca hace nada, es decir, le tenían miedo, era siempre indiferente, no les prestaba atención pero los miraba, no los escuchaba pero aún así les daba la impresión de que sonreía cuando el libro que tenía tapaba su boca.

-Case!- La chica de rubios cabellos se levanto y fue a saludar a su hermana con una sonrisa de alivio y le susurro en el oido al abrazarla- Sacame de aqui, ¿puedes?

Se sentaron con sus amigos un rato, bueno, apenas unos minutos a charlar, entonces Case le paso un trozo de papel a su hermana que decía: "¿quieres irtes? acompañame a la biblioteca" y entonces Chase se puso de pie con cara de resignación y le dijo a sus amigos despidiendose:

-Mamá me llama...adios chicos!.

Ambas se perdieron al girar en una esquina y caminaron con paso silencioso por la ciudad, Chase deseaba alejarse lo más posible del bosque mientras que su hermana quería estar en medio del mismo.

Spoiler:

A pesar de ser un lugar en el que el sol se mostraba bastantes veces, muchas nubes lo tapaban como muchas otras, y el ambiente se refrescaba bastante. Incluso produciendo algunas veces frío. La mayoría de la zona australiana era selvática y desértica, cada en su respectivo lugar asignado. Más la población cada vez aumentaba y se construian muchas casas, crecían los pueblos y demás.

Muchos eran extranjeros, buscando tener una vida mejor y tranquila, muchos logrando ese objetivo. Uno de esos extranjeros, más no habitante, era el General Ichigo Kurosaki, aquel japonés, y realmente uno de los pocos descendientes de aquella esa población actualmente desaparecida, gracias a los Akumas, noé, y en especial, al Conde del Milenio, quienes recidían ahí.

Nuestro General se encontraba caminando tranquilamente en el lugar más pacífico que pudo encontrar alguna vez, o eso pensó una vez que llegó. Bostezó tapándose con la mano mientrasl o hacía.

-Es difícil tener que cambiar de horario cada dos por tres...

Si... muchos incendios. Nadie puede explicarlos, tanto el hecho del por qué comienzan, como el que los hace...

Investigando la zona, pudo recolectar información sobre que había un pueblo en el que se producían muchos incendios casi diariamente, nadie los explicaba, y además de que hubo muertos en muchas ocasiones. Era momento de explorar aquel lugar para saber de qué se trataba.

-...Y yo que pensaba que este lugar era demasiado pacífico...

Bostezó nuevamente.

-... Qué sueño...

Muchos árboles en su camino le hacían aburrirse de vista, produciéndole más sueño del que cualquiera podría tolerar, pero intentando mantenerse despierto. Ante tantos problemas que tenía, uno más se presentó, uno crucial, y no tan raro en su ser. Un ruido sordo que solo pudo escuchar él, proveniente de su estómago rugio de tal forma que lo sintió en su pecho sin si quiera tocárselo con la mano.

-... Y tengo hambre...

-¿que quieres que te diga?- Era la tercera vez que Chase hacía esa pregunta a su hermana- son mis amigos, no tengo la culpa de que sean tan molestos...para ambas

Case seguía caminando sin prestar mayor atención a las palabras de su hermana, siguieron caminando por un tiempo hasta llegar a la biblioteca, entraron y La recepcionista las saludo de buena forma con una sonrisa.

-Niñas!, ¿en que puedo ayudarles? tienes tiempo de venir pequeña-Las ultimas palabras fueron dirigidas a Case.
-¿tienen libros sobre animales poco comunes?- Se aventuro a preguntar Chase.
-Claro, no me digan que su madre las esta poniendo otra vez a estudiar biologia- dijo la señora caminando hacía los estantes.

Busco unos cuatro o cinco libros y se los dio a Case, las chicas le agradecieron y salieron del local. El clima estaba fresco y Chase estornudo, su hermana se quito el abrigo y se lo tendió.

Case era muy sobreprotectora con su hermana pero ella lo rechazo pues sabía que la chica era muy enfermiza. Caminaron un poco en dirección a la entrada de la ciudad, ultimamente se había vuelto afición rondear el pueblo y los bosques cercanos.

No vieron nada extraño a excepción de un hombre con raras vestiduras que les llamo la atención, más no hubo señales de aquellas criaturas. Al llegar a casa empezaron a buscar información dentro de los libros.

Cuando por fin llegaba al pueblo, se sostuvo el estómago para aguantar el hambre que tenía. Miró hacia abajo para después sentir la vibración de su estómago, siendo esta muestra de su hambre.

(Rayos... siempre es igual... llego a un pueblo muerto de hambre... bueno... esta vez por lo menos no llevo 3 días sin comer... apenas cumplo el primero)

Al dirigir su mirada al frente, justo a la entrada del pueblo, sintió ser observado por personas, a las cuales voltearse a ver, se trataban de dos niñas práticamente idénticas, de no ser por el peinado de cada una, y sus ropas, no las distinguiría. Sintió ser observado extrañamente, pero ya estaba adaptado, su traje de exorcista no lo reconocía todas las personas, y por tanto eran considerada extrañas.

Siguió su camino hacia el pueblo, en la cual vio antes de entrar, árboles semi quemados, y tan solo ver un poco más lejos, o por lo menos lo que le permitía los árboles, notar que más adentro era todavía peor.

(Así que estoy en el lugar correcto)

Al entrar, vio a muchas personas viviendo normalmente, como si nada de eso les preocupara. Era normal, muchos hacían así, no se preocupaban sino de lo que les involucrara, lo demás era sobra de información. Le obstinaba eso de las personas comunes, no preocupándose de lo que sucedía a su alrededor y hacer como si no pasara nada. Realmente había cambiado, de pequeño era idéntico, pero al ver lo que sucedía en su país, sabía que los demás pronto ucedería igual, sino se hacía algo al respecto.

A pesar de ello, y aunque fuera una contradicción para si mismo, agradecía que no estuvieran involucrados, ya que si lo estarían, tendrían el mismo peligro que él al ir a muchos paises, y enfrentar Akumas, o peor aun, no tener inocencia, y arriesgarse a las mismas misiones, idéntico a los buscadores.

Vio casi después de los 13 segundos de entrar un carro donde vendían frutas, eso le serviría para aguantar el hambre un poco, hasta que encontrara como obtener más dinero. Al sacar unas 10 monedas de bronze, suficientes para comprar unas 2 manzanas para el camino, un hombre le arrebató el dinero de las manos, no se dio cuenta, puesto que se acercó a espaldas de él, y gracias al hambre y al sueño, no lo pudo notar a tiempo.

Era un hombre de cabello oscuro, peinado liso y caido, con un corto fleco en la parte izquierda de su frente, y una sonrisa malvada por haber robado algo.

Ichigo se dio cuenta al segundo, y se molestó bastante, suficiente como para sacar energía de donde no las tenía, y perseguir al maleante que corría como alma que llevaba el diablo, Ichigo siendo incluso un poco más veloz que el ladrón, alcanzándolo poco a poco.

-¡Kizama!

Gritó en su idioma original, persiguiendo a su ahora presa, por haberle robado. Además había roto uno de los 10 mandamientos de quien era su ídolo, Dios. "No robarás" le haría pagar por haberlo hecho.

Se sentía extraña, todos la miraban, debía ser común pues era raro verla en la calle caminando por allí. Case caminaba silenciosa por la ciudad, sus pasos ligeros pero largos la hacían verse elegante además del vestido floreado que llevaba puesto. Atras de ella venía su hermana, tratando de alcanzarla, cargada con una cesta de frutas para su madre.

-¡Case!...¡Casey!...¡esperame por favor!-Chase caminaba rapidamente entre la gente para alcanzar a su hermana.

Case leía mientras caminaba, un libro de cubierta gris con letras esmeralda que decían "Criaturas de los bosques", mientras caminaba se tropezo con un hombre de cabellos negros que paso velozmente a su lado. Estuvo a punto de caerse pero en su lugar lo hizo el libro.

En la Victoria, pueblo de Australia, dos hombres se encontraban corriendo uno detrás del otro, el que iba por delante, un ladrón. Por detrás, el exorcista de cabellos naranjas, con traje perteneciente de la Orden Oscura, con una placa dorada, mostrando su cargo de General.

-¡Detente!

Gritó para intentar persuadir a que lo hiciera, pero todo fue en vano. En un cruce, aprovechó para aumentar un poco la distancia, y así seguir corriendo, pero sabría que no escaparía por siempre, necesitaba buscar al forma de huirle, ¿pero cual?.

Ichigo en la misma curva tardó en seguirle, ya que las mismas disminuían su velocidad, pero 7 metros era lo que lo separaba el ladrón del Exorcista. El de cabellos oscuros, tropezó con una niña por un lado, haciendo que aunque ésta no se cayera, su libro si, llegando a detenerse y mostrando su sonrisa, para agarrar a la niña por las muñecas e inutilizarla, para que el General no se le pudiera acercar.

-¡Idiota!, déjame ir o no dejaré ir a la niña.

El pelo naranja se detuvo a unos metros, mostrando los dientes en señal de rabia.

-Cobarde...

-Jeje...

El peli negro empujó a la niña hacia el General, para que atrasara su corrida, y el ladrón saliera corriendo a toda prisa, sin oportunidad de detenerse, ya para Ichigo no había oportunidad de perseguirlo, estaba demasiado lejos.

-¿Estás bien?

Preguntó a la vez que veía a la chica para saber si estaba lastimada. Segundos después, voltearía hacia por donde se fue el ladrón.

-Bastardo... se fue con mi dinero...

Case estaba a punto de recoger su libro cuando el mismo hombre que le había empujado la tomo de las muñecas y no le permitía moverse. Un hombre de cabellos naranja y ropas extrañas se acerco, lo reconoció como la misma persona que habían visto en las afueras de la ciudad.

-¡Idiota!, déjame ir o no dejaré ir a la niña- dijo el hombre con voz burlona.

-Cobarde...-el hombre de cabellos naranja lucía furioso.

-jeje...- se burlo aquel hombre antes de empujar a Case hacía a la persona de la que huía.

-¿Estás bien?-pregunto él mirando hacía donde había escapado el ladrón- Bastardo...se fue con mi dinero...

-¡Casey!-Chase por fin había logrado dar alcance a su hermana, la miro extrañada y luego al hombre- ¿que paso?

En el momento en el que empujó a Casey hacia el General, lo hizo con tal fuerza de que ella impactara con él, pero Ichigo se antepuso a ella, y le agarró los hombros para que ella no se lastimara.

El hombre corrió y lo único que pudo hacer el peli naranja fue quedarse mirando, mientras cerraba los ojos para calmarse un poco. Momento en el cual, llegó la hermana de Casey, Chase, y preguntar qué había pasado. Ichigo tan solo pudo soltar a la chica y pasar por un lado de ella, recogiendo el libro que se le había caido con tranquilidad, y voltearse, para entregárselo a la chica que fue empujada.

-Disculpa que tuvieras que involucrarte en esto...

A pesar de que lo decía con sinceridad, su tono no fue ni por lo mínimo tranquila, sonaba algo molesto, ahora no podría comer hasta tener dinero para tal prioridad. Lo cual le causaba que le rugiera el estómago en el momento que pensó en eso. Se escuchó claramente el ruido, a pesar de ser pequeño por la distancia entre Casey e Ichigo.

Una vez entregado el libro, se voltearia nuevamente y caminaría con tranquilidad hacia donde fue el ladrón, exactamente al bosque donde fue a ocultarse el peli negro. O por lo menos esa dirección se dirigía a la misma.

Chase miraba extrañada al hombre de pelo naranja, sus ropas le llamaban mucho la atención pues no las había visto en ningún otro lugar ni libro. La situación había caído poco a poco sobre Chase hasta que entendió totalmente lo que había pasado. Miró a su hermana y alternativamente al hombre de raras vestiduras.

-Disculpa que mi hermana te haya detenido...Mi nombre es Chase y ella es Case- Dijo sonriente la joven.

Pudieron escuchar un ruido extraño y trato de disimular una sonrisa cuando descubrió de donde provenía. Le tomo la mano a aquel sujeto, siempre había sido muy lanzada y no le importaban mucho las consecuencias.

-Si gustas para compensarte podriamos invitarte a cenar, esta noche Case cocina y es realmente muy buena...¿que dices señor?

Al entregar al libro, la chica pidio disculpas por su hermana, e Ichigo respondió disculpándose por lo ocurrido. No quería causarles más problemas de lo que había hecho, y por sobre todo, destruir los Akumas que había en la zona. No podía quitarse la rabia que tenía, algo en lo que no se dio cuenta de ello, hasta que al voltearse y caminar unos pasos, una de las gemelas le agarrara la mano, deteniéndolo.

"Si gustas para compensarte podriamos invitarte a cenar, esta noche Case cocina y es realmente muy buena...¿que dices señor?"

Eran niñas, y no se les podía culpar por algo que no hicieron, más bien, gracias a su inocencia se ofrecieron al peli naranja quedarse a cenar. Ahora no podía estar enojado por algo tan irrelevante como que le quitarían el dinero, ya que las chicas se lo pagarían con creces.

Cerró los ojos, sonriendo.

(Veo que las cosas suceden por algo...)

-Pero... ¿Sus padres les dejan llevar extraños a la casa?, Si es así, supongo que me es imposible decir un "No"

Se volteo un poco, esperando su respuesta. Ya se notaba un poco más tranquilo, sabiendo que no tenía un peso encima de él.

Ambas chicas miraban a al hombre de cabellos naranja, Case seguía sin decir palabra como era común en ella, mientras que su hermana parecía tener ganas de seguir hablando. Chase era muy extrovertida y animada, sonreía tan naturalmente hablando con la persona frente a ella. El señor, seguía sin responder, parecía pensárselo pero al final dijo:

- Pero... ¿Sus padres les dejan llevar extraños a la casa?, Si es así, supongo que me es imposible decir un "No".

Chase volteó a ver a su hermana antes de responder.

-No les molesta, y sinceramente dudo que estén en casa, mamá esta haciendo investigación sobre los incendios y papá esta atendiendo un caso en la capital...- Le tomo la mano al señor y empezó a conducirlo por la ciudad, Case iba detrás, inmersa de nuevo en su libro.

"No les molesta, y sinceramente dudo que estén en casa, mamá esta haciendo investigación sobre los incendios y papá esta atendiendo un caso en la capital..."

Fue lo que dijo aquella chica antes de agarrarle la mano y guiarlo hacia su casa. Le sorprendía la amabilidad de esa chica, mientras que la otra tan solo se mantenía al tanto, no hablaba y parecía algo tímida. No quería decirle nada por el simple hecho de que parecía algo incómodo, o se suponía ello.

(Veo que la amabilidad de la gente no va desapareciendo... unas niñas tan inocentes... y unos Padres que no tienen tiempo para ellas... supongo que me siento identificado)

A lo que era guiado por aquella niña, le pasó por la cabeza preguntar sobre los Incendios, pero eran unas niñas, no debían saber nada, o así se imaginaba. Preguntarles quizá le ayudaría, pero algo le decía que no sabían, ¿Qué padre le dice algo tan importante a sus hijas?. Menos a unos que ni tiempo tienen.

Chase caminaba entre las gentes, conduciendo al hombre de ropas negras que llevaba tomado de la mano, su paso era alegre y su hermana la miraba de reojo, casi vigilandola. Caminaron unos minutos antes de llegar a la casa de los Sullivan. Una hermosa casa blanca de dos plantas, hecha en madera y cercada en la misma, un camino hecho de piedras color naranja llevaba a la puerta principal atravez de un sinfin de plantas y flores que constituían el jardín delantero.

Case abrió la cerca y la puerta, dejando entras a su hermana y al hombre que la misma tironeaba de la mano. El interior de la casa era espacioso e iluminado, había un piano de cola negro muy hermoso decorando la estancia que se veía desde el resividor, pasando una de las tantas estanterias se podía apreciar el comedor y sí mismo la cocina.

-bienvenido señor, esta es nuestra casa...-dijo Chase sonriente entrando en la estancia sin darle importancia.

Case ya se encontraba en la cocina, termionaba de poner agua a hervir, su lugar favorito de la casa era su escondite en el ático pero despues de el solo quedaba la cocina y su habitación. Empezo a picar algunos vegetales y a prepara algunas semillas. La mayoria decía que eran muy jovenes para pasar solas, pero la verdad ya tenían 14 años, eran suficientemente maduras y capaces de cuidarse solas.

Mientras terminaba de hervir el agua para preparar una sopa, se planto frente al hombre y por primera vez frente a el dijo palabra.

-victoria no es n lugar turistico, no ultimamente, ¿se podría preguntar que es lo que está haciendo en un lugar como Bendigo?- su expresión era seria, ella solía notar cosas que su hermana no, la vez que la habían visto seguía el camino hacía el bosque y sus ropas no eran algo que pasar por alto, tenía el presentimiento de que el sabía algo.

[Disculpa la tardanza, la escuela atrapa vidas <.<]

Ichigo siguió caminando detrás de Chase, puesto que era agarrado de la mano de la misma. En todos sus viajes, normalmente tenía que ir a trabajar para conseguir comida, ya fuera también cazando, o lo que muy pocas veces sucedía, alguna persona resultaba darle comida por que lo veía muriéndose de hambre. Pero que dos chicas lo llevaran a su casa a comer, ya era de por si muy extraño, más extraño aun era presenciarlo.

(De seguro Doll se burlaría de mi si viera esto...)

A lo que llegó a la casa, se sorprendió bastante. Tenían una gran casa, un jardín espléndido lleno de diversidad de especies de plantas.

(¿Dos chicas para ésta casa?... impresionante...)

A lo que la hermana callada abrió la cerca y la puerta, éste entró junto a Chase, notando el jardín anteriormente. Luego, al entrar, notó el piano que se encontraba en la estancia, debían ser chicas de una familia rica, ya que esos eran los únicos que podían conseguir un piano así.

Prácticamente toda su atención fue absorvida por la casa, notando cada detalle que cualquiera podría pasar por alto. Minutos después, la chica callada, Case, se puso frente a él, y con una expresión seria, habló por primera vez con él, no de una manera tan amistosa como su gemela.

Al escuchar, su expresión siguió serena, no tenía nada que ocultar, pero el no decir nada podría generar dudas. Eran muy chicas para saber algo sobre la Orden Oscura, o así lo pensaba, pero si recordaba bien, habían incluso chicos más jóvenes que ellas, llegando incluso a los 10 años. Saber eso lo molestaba un poco, que unos chicos tan pequeños tuvieran que enfrentarse cara a cara contra los Akumas, pudiendo perder su vida en el camino.

-La verdad es que tan solo estoy investigando los incendios ocurridos en el bosque cercano... supongo que sabrás tanto como yo sobre el tema... quizá no...

Habló mirándola a la cara, en su forma de hablar común de él.

-Y no puedo investigar con el estómago vacío.

En otro lugar, exactamente en el bosque cercano al pueblo, se encontraba el ladrón de cabello largo oscuro, corriendo huyendo lo mmás posible del robado, pero al darse cuenta de que no le perseguía, se detuvo frente a un árbol y apoyó la espalda en ella. Sonriendo de manera burlona el cómo escapó.

-Ha... ese idiota... preocuparse por una simple niña...

Al descansar un poco y recuperar el aliento, vio lo que había robado. Era tan poco que parecía que no sirvió de nada correr tanto por simples monedas de bronce, lanzándolas al suelo molesto.

-... maldición... no tenía nada importante después de todo... ese...

Antes de proseguir, escuchó que uno de los arbustos sonó, pareciendo que si alguien estuviese cerca. Éste repentinamente volteo y sacó una navaja de su bolsillo, algo asustado.

-¿Quien anda ahí?, ¡muestrate!

De entre los arbustos salió una figura humana, más específicamente un anciano de cabellos cortos platinos, y de una contextura formida. El ladrón sonrió, había encontrado otra víctima a la cual robar.

-Oye tu, dame todo tu dinero ó...

Sin si quiera acabar con lo que diría, el anciano se quitó la piel y se mostró como su verdadera forma era, un Akuma. El ladrón lo que llegó a hacer antes de su muerte por envenenamiento, fue gritar fuerte. Aunque resultaba obvio que sus gritos ya no se escucharían en el pueblo, por si fuera poco, ya se encontraba lejos de las cercanías del pueblo, y a menos que aguien estuviera cerca en ese momento, su voz se apagaría casi de inmediato de ser captado el grito, puesto que su voz no volvería a escucharse nunca más.