Mision especial - Nauru -

Mientras Emmet jugaba con las exorcistas, Lulubell preparaba todo, el general parecía ya hastiado de que los akumas no se acabaran de una buena vez. Aunque lulubell ya tenía en mente de que, aunque los akumas eran muchos, su número era limitado, al igual que sus pobres comparados con los de un general.

Dio unos pasos para mostrarse frente al general, ella también tendría que entrar en aquella batalla. Sin embargo los reflejos del general fueron rápidos y sus cadenas le protegieron, los brazos de Lulubell ahora eran largos, parecían látigos.

- Puedes cambiar tu forma...- comento el general, a lo que Lulubell no se tomo la molestia de contestar, solo tenía en mente el de llevar a cabo esta misión como Noah que era y complacer a si a su maestro.

Siguió con los ataques uno tras otro, latigazo tras latigazo, mientras el general se protegía con sus cadenas. El primero comenzaba a caminar hacia atrás por la fuerza de los golpes. Además, de que aquella mujer, con cada golpe que daba se acercaba mas al general y este no iba a permitirse ser un blanco tan fácil. No por nada ostentaba ese rango.

Pero que había pasado con aquellas exorcistas, aquella pequeñas que ahora se encontraban solas y sin protección. Además de preocuparse de que algún ataque no le llegara, se preocupaba por la seguridad de las chicas. Nada podía hacer, al menos que se quitara a Lulubell de encima e ir en su ayuda.

Ese momento de tanto pensar en ello le hizo provocar un descuido, uno de aquello látigos paso rozando fuertemente su rostro, haciéndole un herida que sangro poco. Rápidamente aprovecho la ventaja que tenía su oponente y lanzo su cadena al rostro de la mujer, Lulubell no tuvo problemas con esquivarlo de una manera lenta y sutil. Ni siquiera sudo para esquivar aquello.

El general no era tonto, apenas ocurrió aquello corrió hacia el bosque para buscar a las exorcistas; hannah, Aer, Jiyuni, ellas necesitaban de su ayuda. Los pocos akumas que quedaban le siguieron enseguida, Lulubell solo llevo su mano hacia su cabello para acomodárselo bien antes de salir en búsqueda del general y no tardo mucho en encontrarlo. Los akumas que eran más rápidos ya le habían detenido pero al general le quedaban energías, por que estos akumas duraron pocos segundos.

- ¿Donde están? Hannah, Aer y Jiyuni ¿Que les hicistes?- la Noah de la lujuria miraba al pobre hombre, este solo le mandaba una mirada de enojo y de frustración. La Noah pensó que aquellos nombres debían ser de las exorcistas que le acompañaban.

- Deben estar muertas.- fue lo único que respondió la Noah, antes de que uno de sus brazos se transformara de nuevo un largo látigo y su punta brillara como si tuviera algo con filo en ella.

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Jiyuni vio como el cuerpo de Aer caía hacia el piso, con sus ojos abiertos completamente por la sorpresa y con un hilo de sangre saliendo de su boca. El grito que había dado Hannah, para ella solo había sido un susurro casi imperceptible, la chica tenía mucha mas curiosidad por aquel liquido rojo que se teñía el piso.

No parecía estar conciente de lo que hacia, no parecía tampoco que se diera cuenta de lo grave que era la situación. Simplemente miraba aquello, cuando unas silenciosas lágrimas descendían por sus ojos, mientras daba unos pequeños y cortos pasos hacia atrás.

Hannah le dio la espalda a Emmet, para correr hacia Aer y ver su estado.- ¡¡Aer!! ¡¡Aer!! ¡¡Aer!! - gritaba una y otra vez moviéndola de un lado a otro. Pero no había mucho movimiento, más bien nada de ello. Aer se hallaba en shock y sus posibilidades de vivir se iban yendo poco a poco.- Aer no nos abandones.- imploro ella, pero era demasiado tarde, el daño ya estaba hecho.

El latigo de la noah fue hacia el general con rápidez, pero este último desperto a tiempo de aquel shock provocado por las simples palabras de la mujer. Haciendo a un lado, aquel ataque pasando rozando su traje de general, entonces atrapo aquella extremidad de la noah. Mientras que de su brazo libre le atacaba con sus cadenas.

Lulubell observo aquello, lo esquivo haciendo de paso que el general se moviera de su lugar debido a que tenía aquel latigo entre sus manos, el cual tiro de él. Al tirarlo dio unos cuantos pasos hacia adelante, olvidándose del brazos libre de la noah, el cual tomo la misma forma, solo que al final de este parecia ser un puño que fue directamente ha su estomago.

Un dolor, aparte de quele saco todo el aire, se hizo presente en el anciano general. Callo de rodillas tosiendo, con sus ojos muy abierto debido al golpe y tratando de respirar nuevamente. Con sus manos se sostenía para no caer completamente al suelo. La noah le miraba impasible, como si estuviera esperando a que se recuperara para seguir con la pelea.

El paraguas hablante se encontraba escondido al ver lo peligroso que era el general, pero salió enseguida de entre los árboles al verlo inclinado hacia Lulubell. No tardo en aparecer una mueca maligna sobre su rostro de calabaza.- Lulubell-tama es la mejor, de seguro esas exorcistas ya debieron haber recibido una "grata" bienvenida de Emmet-tama.- declaro Lero, riendo triunfante ante ello.

El general escucho todo lo que decía el paraguas, Emmet era el chico a quien habían salvado horas antes, acaso él estaba con ellos pero ¿Por qué? Se preguntaba el General, se levanto lentamente.- Acaso Emmet era un akuma infiltrado...- Lulubell seguía observando al general, pero Lero comenzo a reír burlescamente.

- Como se atreve a compararlo con un akuma...- sonrió diabolicamente con una malignidad en sus ojos.- El es un noah...

El general se puso pálido al escuchar esas palabras provenir del paraguas, aquellas chicas estaban mucho mas en peligro de lo que pensaba. Ellas se estaban enfrentando a un noah. Lero volvió a reír al ver la expresión del general, Lulubell solo estaba allí parada como si nada.

- Debo... salvarlas.- penso el general y sin pensarlo dos veces lanzo sus cadenas hacia la noah que era el único obstaculo hacia las exorcistas. Lulubell no tardo en esquivarlos con tranquilidad y elegantemente. La furia del General, su preocupación y prisa para llegar a adonde estaban ellas, le estaba cegando la razón.

Yeegar seguía atacando, lulubell seguía esquivando una y otra vez sin descanso.- Debo tratar de salir de aquí...- pensaba el general, cuando noto que la noé comenzaba ella atacar ahora. Parte de su antebrazo y mano, se volvieron unos latigos que llegaron hasta el general, con el solo objetivo de lastimarlo.

Enseguida el anciano, empezo a girar sus cadenas, a modo de que sirviera como escudo. Fue tan repentino aquel movimiento de parte del general, que aquel latigo se enredo con la inocencia. Lulubell abrió los ojos por la sorpresa, cuando sintió que era jalada y llevaba por lo aires, gracias al esfuerzo del general.

Aprovechando aquel descuido de parte de la noe, le solto y corrió hacia donde estaban las chicas, las exorcistas con las cuales había venido. Su figura se perdió entre lo matorrales de aquel bosque. Lulubell había caído de pie en el piso, totalmente ilesa, pero su rostro tenía cierto rencor hacia el general. El paraguas andante se acerco a ella preguntando si estaba bien, mientras maldecía al general que había huido.

- Emmet ya debe haber "avanzado" con ellas.- Su rostro volvió a la normalidad y arreglo su cabello, el cual seguía amarrado con aquella cinta violeta. En eso varios akumas se acercaron y confirmaron lo que decía Lulubell, Emmet habia acabado con dos exorcistas pero aún le faltaba una. Era mucho mejor de lo que esperaba.

El general mientras tanto se hallaba corriendo entre árboles y arbustos, pisando ramas en su camino. Hasta que al final vio una luz, estaba llegando a un claro. Su respiración se notaba agitada, su ropa estaba algo sucia, pero no le importo mientras encontrará a las chicas. Aquella luz le dio directo a los ojos, tomo un tiempo acostumbrarse hasta que miro hacia un lado y ha otro y fue entonces cuando vio la terrible escena.

El paraguas iba detrás de Lulubell, mientras caminaba agilmente para alcanzar al general. Llego al mismo claro que este último y vio lo mismo que el general; allí se encontraban los dos cuerpos sin vida de las exorcistas, cuya sangre había teñido ahora el piso. El general estaba totalmente pálido, mientras lagrimas salían de sus ojos al ver tan horrible escena.

- Jiyuni...- murmuro Hannah, quien no salía del shock de ver como una de sus amigas había cometido suicidio. Además de ver a Aer muerta en el piso, dos de sus amigas muertas. Para el general, dos exorcistas jovenes, las cuales apenas habían visto la vida, ahora estaban muertas. Un duro golpe para él, que le trajo recuerdos de su pasado, tan o igual de doloroso como ahora.

Lulubell miro impasible como la última chica caía al suelo sin vida junto a sus otras compañeras, una sutil sonrisa se dibujo en su rostro. Lero reía macabremente, mientras su rostro de calabaza tenía un aspecto maligno, a la vez se buralaba del general quien estaba ya shockeado con la actual situación.

Al final solo las risas malignas de Lero fueron las que hacian eco en la mente del pobre general, todo parecia estar en silencio, mientras observaba el cuero sin vida de Hannah, como si fuera a despertar en cualquier momento. Las lágrimas caían solas unas tras otras, mojando el suelo en el que estaba, mezclandose con aquellos charcos de color carmín.

Solo ambos noah se encontraban en el lugar, claro que junto a Lero, pero los akumas ya no estaban. Como si esperaran que aquello fuera terminado por sus amos. Un viento cruzo el lugar en donde estaban, moviendo los cabellos de los presentes.

El general se agacho y tomo el cuerpo sin vida de Hannah para poder abrazarla, su cuerpo se volvía frió cada vez mas. La abrazo con fuerza como si no quisiera dejarla ir.- Por favor no... por favor no.- repetía una y otra vez. Mientras en su mente podía ver una escena muy parecida a lo que ocurría, un gran perdida para él que le daño profundamente en el pasado. Ahora era, como si el pasado cobrara vida en el presente y de la peor manera, llevándose consigo tres jovencitas que tenían mucho por que vivir.

Solto el cuerpo de Hannah, el cual tieso y sin alma, quedo tirado allí. El general llevo ambas manos a su cabeza, sujetándose sus cabellos blancos por la edad, con mucha fuerza. Estaba cayendo en la desesperación

- ¡No! ¡Basta! ¡Basta! ¡Basta! ¡Basta! ¡Basta! -exclamo este de manera desquiciada mientras se hacia daño a sí mismo.

- Emmet será mejor que acabes rápido con él, si quieres hacerlo.- exclamo Lulubell, ya que no sabía si lo haría él.- Y encargarte de las inocencias que tiene con él. Yo destruire aquella inocencias.- le dijo refiriéndose a las armas de los cuerpos de Aer, Jiyuni y Hannah.

El general volteo a ver a la mujer que se movía hacia el cuerpo mas cercano, en este caso el de Aer. Pero el general se levanto y se interpuso inmediatamente con una mirada feroz, pero aun quebrado mentalmente. Por lo que no aguantaría una pelea mas.

- Ya estan muertas...- le dijo Lulubell al ver que su camino se hubo detenido. Lero también apoyo aquello riendo macabramente.

- Estan muertas y eres el siguiente general Yeegar.- hablo el paraguas con sorna hacia el anciano. Este callo al suelo de rodillas como quien no creyera la cosa, no tenía las suficientes ganas de pelear y estaba cansado. Pero en un rápido movimiento lanzo sus cadenas hacia Lulubell, quien esquivo sin ningun esfuerzo a pesar de la corta distancia, pero de paso atrapo a Lero con sus cadenas literalmente estrangulándolo.

- ¡aaah! ¡el general me atrapo!- gritaba por ayuda Lero, mientras Yeegar seguía apretándolo con mas fuerza y mas de ella, todavía le quedaba un poco de energía, la cual estaba desperdiciando. Lulubell suspiro al ver aquella escena, luego dirigió su vista hacia Emmet a la espera de que hacer. Se veía en el rostro de Emmet las ganas de querer matar al general y no era nada raro ya que ya habia matado a tres exorcistas, no quería negarle aquello, y tampoco le importaba mientras las ordenes del conde fueran obedecidas.

[off: wii~por fin esta muerto T^T]

El telón del gran acto de los noah, estaba por finalizar. La misión se hallaba casi terminada, lo único que faltaba era algo minusculo y sin mucho esfuerzo, algo que no les tomaría ni medio segundo llevar a cabo.

El general y las exorcistas habían caído, el plan del Conde había resultado tal cual, la busqueda del corazón seguiría con este paso. Lulubell escucho la pregunto del joven Emmet, mientras Lero se recuperaba de aquel susto provocado por el general. Lulubell camino hacia hasta el cuerpo inerte del general y saco las cadenas que tenía entre sus muñecas. Solo las jalo delicadamente para que estas salieran.

Aquellas armas, la inocencia que podría ser el corazón, fue tomada entre las delgadas manos de Lulubell. Observo el arma como examinándola, y convirtiendo su mano en un puño, solo usando su propia fuerza, las fragiles cadenas se hicieron pedazos. Estas Dejarib un rastro verde en el aire, el cual se fue difuminando hasta desaparecer completamente.

Miro las armas de las exorcistas que yacían tiradas en suelo, no había ocurrido nada. El general no era el corazón, una mueca de decepción se mostro en su rostro. El anciano era el que tenía las mayores posibilidades de ser portador del corazón al ser un general, pero aquellas probabilidades habían acabado en nada.

- Asi es como se destruyen Emmet.- le dijo tranquilamente al joven noé, esperando que aquella desmotración fuera suficiente explicación para él, quedaban las demás inocencias.- Terminemos rápido, debemos informar al maestro.- siguió hablando Lulubell. De seguro debían tener mas trabajo al llegar allá, además el Conde se sentiría feliz al ver los resultados de aquella misión.

Dio unos cuantos pasos hacia donde se encontraba Hannah, debían continuar destruyendo las inocencias. Muy pronto los exorcistas, descubrirían que entre sus filas, había uno menos; un general muerto. Además de exorcistas ya muertas.

[off: wii~ terminamos.. podre morir tranquila (?) xD]

Lulubell escucho lo que dijo su hermano, cuando ya había destruido la inocencia de Hannah, estaba claro que debían regresar. Hasta lero, quien se encontraba cerca de ellos parecía entusiasmado con la idea de poder volver a ver su maestro y contarle lo que había pasado por culpa de ese general.

La noah volvió a su forma humana, al ver que ya todo había terminado; sus cabellos se volvieron rubios y su piel tan blanca como antes, se acomodo los lentes oscuros que llevaba puesto. Dio una mirada general su ropa, seguía impecable aunque hubiera luchado con aquel general.

- El trabajo esta hecho, Emmet.- comento Lulubell.- El maestro debe estar esperando nuestro informe. No perdamos mas tiempo.[/color]- Con eso último empezó a andar hacia algun lugar, dejando los cuerpos sin vida atrás.

Llego al lugar donde habían partido con la misión, la puerta de Road todavía se hallaba en el lugar esperando que fuera usada por los noah para que regresarán a casa. Agilmente, ya que había rocas en el camino, Lulubell llego hasta allí sin ningun problema. Al llegar allí la puerta se abrió, Lero fue el primero en entrar muy emocionado, la noah se dio la vuelta para ver si Emmet le seguía y poder cruzar juntos la puerta.

La niebla que antes inundaba el lugar se iba haciendo cada vez mas tenue y los cuerpos sin vida, aquel piso teñido de carmín y esas expresiones en sus ostro pálidos, eran totalmente visibles. Los pocos akumas que quedaban, al ver el trabajo realizado se retiraron, era hora de cambiar de locación y concentrarse evolucionar para ayudar al conde. Horas después, unas personas de trajes amarrillos iban al lugar buscando al ya muerto: general Yeegar.