Mision especial - Nauru -

El general Yeegar miraba complacido como aquellos dos muchachos saboreaban la comida, llenar el estomago luego de lo sucedido era lo mejor que podían hacer para olvidar el mal rato que habían pasado.

- Si quieren mas, solo haganmelo saber.- Como siempre el general se mostraba amable, su tono de voz daba entender de que confiaba en los chicos.- Será mejor seguir moviéndonos.- luego de un ato de estar ahí, el carruaje empezo a moverse ante la roden del general. El conductor comenzó a mover el carruaje a lo que sería su punto de encuentro.

- Se mueven.- una voz oculta entre la niebla había visto aquello, dejando a un akuma de nivel unoal cuidado de ellos, muy pronto empezó a correr entre los arboles, con una gran velocidad. El camino apenas era tocado por sus extremidades inferiores, parecía rozar el piso de color verde por el pasto. Ademas que los árboles desaparecían rapidamente ante su paso, como si estos últimos fueran los que huyeran en sentido contrario del akuma.

El motivo de que fuera tan rápido era simplemente por la dirección en que se estaba llendo el carruaje.- La señorita Lulubell, debe saberlo.- pensaba para sí mismo el akuma. Llego cerca donde habían un par de akumas de su mismo nivel.

- Pense que estaban vigilando.- fue lo que dijo la rubia ante la llegada improvista del akuma.

- Señorita Lulubell... es que...- entonces el akuma comenzó a explicar lo que había visto.



- ¿Que? ¿Nos devolveremos?- pregunto Hannah algo confusa por la decisión del General, mientras el carruaje seguía su curso. Jiyuni llevaba las manos a su boca para poder comer las uñas de lo nerviosa que estaba ante aquella respuesta por parte del General.

- Hannah, no podemos dejar que esos chicos vengan con nosotros.- exclamo Aer, y miro de reojo a Emmet, casi timidamente. La de cabello rosa apenas entendía aquella situación, la misión era importante pero a la vez la vida de esos chicos también lo era.

El grupo de exorcista y general conversaban entre los cuatro, dejando a Emmet y a Josh comiendo tranquilamente. El carruaje comenzaba su camino de retorno.

- Bueno, si tienen razón.- exclamo al final Hannah.- No se preocupen que los llevaremos a un lugar seguro.- le sonrió la chica como si les estuviera haciendo una promesa.- Mientras llegamos ¿Les importaría decirnos sus nombres?



- Esto se ve mal-lero~- exclamo el paraguas y luego miro a Lulubell, quien tenía puesto su mano sobre su menton tratando de pensar en que hacer para que esto no se alejaran mas del lugar.

- Es hora de separarlos.- fue lo único que dijo ella.- Emmet sabra que hacer en cuanto vea la oportunidad.

- ¿Tímido?- dijo Hannah sin comprender.- Vamos Josh no tienes por que ser tan tímido.- le animo ella sonrientemente para que entrara en confianza.

- Hannah no lo molestes.- le dijo Aer para que el otro chico no se sintiera incomodo. Mientras el general Yeegar miraba con cierta curiosidad al chico llamado Josh, no parecía estar muy a gusto en este lugar.

- Estas bien no molestare más.- exclamo la aludida un poco enojada, luego se acerco a los chicos y tomo sus platos vacíos.- Los recogeré se nota que tenían hambre. Si quieren repetir por favor háganlo saber.- camino con un plato en cada mano, justo en ese instante, el carruaje donde iban, se tambaleo. Hannah también perdió el equilibrio y no pudo tener los platos, así que uno callo al piso quebrándose en pedazos.

- ¿Hannah estas bien?- pregunto Jiyuni mientras se acercaba a su compañero, se podía escuchar como el conductor se disculpaba por aquello, al parecer había una parte algo desnivelado la cual no había visto. El general Yeegar le respondió al conductor, diciéndole que no importaba que estaban todos bien.

La mayor de las exorcistas se agacho para recoger el plato ya roto.- Discúlpeme General, soy un poco torpe- sumamente apenada se disculpo con él.

- No le tomes tanta importancia, es solo un plato.- Como siempre el general tenía la misma expresión afable y comprensiva, y su tono de voz; era el mismo calmado y sereno.

La exorcista de cabello gris suspiro ante aquello, agradecía que el General Yeegar era tan buena persona, ya que había escuchado una y que otra cosa de los generales.- ¿uh? - se Acerco a la ventana mas cercana, el vidrio parecía sucio, lo limpio con su mano pero seguía igual.

- ¿Pasa algo?- la menor de las exorcistas preguntaba, Aer parpadeo confundida.

- Creo... que... la niebla esta aumentando.- murmuro ella. Jiyuni le miro preocupada para acercarse y poder afirmar lo que decía su compañera. Pocos segundos después el carruaje se detenía, la densa niebla que les rodeaba impedía la visibilidad.

Hace unos pocos minutos podía ver el camino claramente, los árboles y arbustos verdes, pero sin explicación alguna la niebla había aumentado de un segundo a otro. Lo que no sabían, es que justo la niebla parecía haber aumentado solo hacia el lugar donde se estaban dirigiendo. A pocos metros de ellos, unos seres de figuras no identificables parecían ser los causantes de esto.



- Los tenemos señorita Lulubell.- En otro extremo de donde se encontraban los exorcistas y compañía, la noah de la lujuria esperaba alguna señal para saber como actuar ahora, antes de hacer cualquier cosa.

La respuesta del general hacia la pregunta del muchacho había sido afirmativa. Emmet hacia un buen papel, y eso lo demostraba por la relación entre sus facciones y las emociones que intentaba crear en ellas.

- Es algo triste.- comento Jiyuni mientras recordaba la forma en que nacía un akuma. Una maquina creada por la tristeza de haber perdido un ser querido. Mientras Hannah parecía estar muy ocupada mirando por la ventana.

- Lamento lo de su alumna, general.- le dijo Aer seguidamente que el aludido terminara de contar aquel relato a Josh. Este último solo bajo la cabeza para no ver directamente a los ojos del General, no pensaba que se pudiera llegar a acercar tanto, no le agradaba mucho.

- Es sorprendente ver la valentía que tienes Emmet.- comento el general al chico, refiriéndose como su amigo parecía estar un poco mas trastornado por lo ocurrido.- Eso es de admirarse.- y se acerco a Emmet para, de igual forma, poner una mano en su hombro. Luego de eso se dirigió a la ventana por la cual miraba Hannah.

- No nos hemos movido.- dejo escapar la exorcista pelirosa, el general asintió mentalmente ante aquello.- que tal si... ¡Que tal si es una trampa!- lo dijo como si recién se le hubiese ocurrido y a la vez, como si no se lo hubiera podido esperar. Aer y Jiyuni se miraron algo apenadas por la actitud de su compañera.

- Será mejor estar mas atentos.- comento el general.- Esto podría ponerse peor, si eso llega a pasar deberán salvar a estos muchachos.- le dijo el general a las tres chicas.- Iré a fuera a ver como esta el conductor.- dijo el general finalmente.



- Mmmmm...- Lero flotaba cerca de Lulubell y esperar parecía no ser su fuerte. Con la misma expresión de siempre sobre su rostro de calabaza, miraba absorto el coche de los exorcistas y donde se encontraba el noah.- No hay señal, Lulubell-tama.- Cuando se dirigió hacia la noah noto como su expresión cambio levemente, alguien salía del carruaje.

Lulubell escucho las palabras de su hermano, sus ojos inmediatamente viajaron a un grupo de akumas.

- El general... separenlo de la carroza y de los demás.- Los akumas solo asintieron antes de irse, entre ellos había akumas niveles uno y algunos akumas niveles dos.

- Señorita Lulubell.- otro akumas se acerco.- Quisiera también ir por él.-

- Lo haras...- le dijo Lulubell.- Pero veremos que tal le hacen estos akumas.

El general Yeegar parecía hablar calmadamente con el cochero, tratando de averiguar como seguir el camino con esta densa niebla. Pero el primero no era nada tonto, sabía que los akumas deberían estar haciéndo esto o tal vez algo mas. Iba a volverse hacia el carruaje al ver que no podían hacer nada, pero se quedo allí para apartar al cochero del peligro.

En unos pocos segundos un akumas de nivel dos, que tenía la forma de un abejorro gigante, había pasado a una velocidad impresionante. A esa velocidad hizo que se moviera un poco el coche y, si no hubiese sido por el general, el chofer ahora estaria muerto. Sin embargo este akuma de nivel dos tenía su propio objetivo, se lanzo contra el general a proposito, quedando atrapado entre sus patas que le empujaron con fuerza a metros del lugar.

En esos pocos segundos de confusión, el general activo su inocencia y atraveso al akuma con sus pendulos en cadena. Solo quedo a pocos metros del carruaje, aunque había bajado la guardía realmente.

En el carruaje se sintió como este había sido sacudido derepente. Aer fue la primera en levantarse de su asiento, las otras dos chicas se miraron entre ellas.

- El general esta afuera.- exclamo Aer preocupada. Enseguida salió para intentar ayudarlo.

Lulubell miraba aquello desde la misma distancia impavida, con lero flotando a su lado, como siempre una cara siniestra se mostraba en el paraguas. Los akumas de nivel uno le disparaban al general sin descanso, pero había un detalle, le disparaban cerca de sus pies haciendo que retrocediera mas y mas del carruaje. El general Yeegar no parecía mostrar dificultad para esquivar los ataques de los akumas, hasta aprovechaba para poder aniquilarlos.

Lentamente la niebla comenzaba a aclararse entre mas se alejaba del carruaje, entonces recordo a las chicas y a los dos chicos que habían dejado allí. Enseguida intento volver a donde estaban ellos, era bastante claro que era una trampa.

- Es hora de que vallas.- le dijo Lulubell a un akuma nivel tres, al ver que los de nivel uno ya estaban siendo derrotados con notables facilidad. El akuma que parecía un caballero medieval, fue hasta su objetivo con la sola intención de lastimarlo seriamente y que no fuera mas un obstaculo para los planes de sus amos noah.

[entonces yo lo re-reitero xD]



Si bien Aer y Hannah salieron del coche, literalmente de un salto al sentir aquel tambaleo y al saber que el general estaba en peligro. Al pisar tierra lo único que vieron fue una densa neblina que le estaba rodeando y de un segundo a otro empezaba aumentar.

Lulubell ya no podía verlos bien, pero había visto a la chica de cabello pálido salir y eso sería una molestia. Enseguida mando a los akumas a que aumentaran la neblina, por consiguiente no pudieran moverse del lugar debido a la poca visibilidad.

- ¡General!.- grito Hannah para ver si lo escuchaba y al menos saber si estaba bien, aunque el era un general y podía defenderse muy bien de lo que sea. Sin embargo, estaba preocupada.

- Tranquila Hannah, puedes escucharlo.- exclamo Aer.

Del otro lado, a una distancia prudente y fuera de la espesa niebla que parecía arremolinarse solo en el lugar donde estaban los exorcistas. El general tenía otro tipo de "charla", con un invitado que había aparecido de la nada. Un akuma nivel tres le atacaba con sus extremidades para dañarlo, mientras el general hacía chocar cada ataque con sus cadenas.

El akuma de apariencia medieval, gruño de manera molesta ya que no podía atacar al general y no le podía hacer ningún daño que quisiera. Era notable el nivel de diferencia entre un exorcista y ese viejo. Quería volver y preguntarles a sus amos que hacer, mas sabía que debía ganar tiempo y quedarse allí con el general.

- Si, lo escucho.- respondió Hannah ante la pregunta de su compañera. Aún rodeadas de niebla, donde el sentido de la vista era inútil, podían usar otro sentido. Ellas estaba escuchando las cadenas que portaba el general, o mas bien los golpes que hacía con cada ataque.

Hannah asintió ante la expresión que tenía Aer. Miraron hacia el lugar donde provenía el sonido y partieron en carrera, con inocencia activada lista, hacia el general.

- Deténgalas... - fue la simple orden que dio la noah de la lujuria, para que un akuma nivel 2, el que hacía la niebla, le detuvieran. Con una rapidez se interpuso entre ellas y con un solo empujón, las arrojaron lejos del general.

- ¿Q-que fue eso?- pregunto Hannah en el suelo, mientras se levantaba. Aer simplemente negó con la cabeza, también sorprendida por el golpe que había recibido.- ¿eh? Aer...- Hannah se levanto y camino en dirección contraria a la que iban a ir antes. Su compañera vio su figura marcharse esta le siguió y quedo sorprendida al ver que no había niebla desde ese lado en adelante.

Ambas chicas se miraron asustadas.- ¡¡Jiyuni!!- recordaron entonces, pero no pudieron volver ya que un akuma estaba esperándolas y Detrás miles de bolas esféricas con cañones sobresalientes comenzaban a apuntar hacia el lugar donde estaba concentrada esa neblina y disparar.

Hannah y Aer quedaron pálidas al ver eso, en la niebla todavía estaban su compañera y aquellos dos chicos. Cuando dejaron de atacar supieron que ahora el siguiente objetivo serían ellas.

El general había derrotado ya al akuma de nivel tres atravesándolo con una de sus cadenas, sin embargo eso solo era el comienzo. Ni siquiera pudo pensar que hacer, cuando varios akumas de niveles dos salieron como animales rastreros entre los árboles, entre ellos también un par de akumas nivel 3.

- Alguien les esta organizando ¿cierto?- pregunto, mas no tuvo respuesta si no una simple risa de burla por parte de ellos. Lulubell ahora se encontraba escondida entre los árboles mirando todo el espectáculo y luego se giro hacia la niebla, donde se encontraban Emmet, la exorcista y el akuma.

Lulubell había visto que solo habían salido dos chicas por lo que imagino que la otra había quedado adentro junto a Emmet. Entonces había hecho atacar el lugar donde se encontraba la niebla, claro que los akumas nunca le dieron al carruaje, pero eso las exorcistas que estaban fuera, no lo sabían.

- Esas exorcistas no saben nada.-comento el paraguas con una mirada divertida.- ¿No es así Lulubell-tama? - cuya pregunta no se tomo la molestia de responder, su mirada yacía perdida en lo que hacia el general o quizás en un futuro plan para esas exorcistas.

Si, eran muy ingeniosos. Los exorcistas apenas si se daban cuenta de la realidad que se formaba frente a sus narices. El para de las exorcistas peleando defendiendo a un chico que en realidad no temía a nada. El general deshaciéndose de los akumas para poder ayudar a las exorcistas que creía en peligro.

- Hay alguien mas...- exclamo el anciano general, mientras acababa akuma tras akumas, sin ninguna dificultad, no por nada era un general.- Alguien quien no esta peleando.- de las sombras salió una silueta femenina.

- Fue inteligente general Yeegar.- dijo la voz femenina, enseguida pudo reconocer a la mujer como un noe, aquellos estigmas en su cabeza, esa piel oscura. Estaba sorprendido de ver a alguien de aquella familia.- Pero no lo suficiente.- completo la mujer.

Los akumas reían ante la sorpresa del general al ver a la noah. El paraguas también reía, pero siniestramente.- ya vera.. lero~ tenemos mucho preparado lero~ .- fue l oque pudo escuchar del paraguas.

- ¡¿eh?! las chicas...¡!- los akumas le rodearon antes que puediera dar un paso, este los saco de su camino, pero seguían llegando mas y mas, los cuales le hacia perder su valioso tiempo. Lulubell no se quedo mas tiempo, ahora que el general sabía que estaban allí, ya era tiempo de actuar.

La noah salió del lugar rápidamente y fue a ver a las exorcistas que peleaban sin cesar contra los akumas, protegiendo a aquel "supuesto" chico en peligro. Aer y Hannah usaban su inocencia para hacer desaparecer a los akumas uno tras o otro, perocomenzaban a llegar a su límite ¿Cuantos akumas había traido Lulubell? Al parecer eran muchos y de distintos niveles.

- "Emmet... las exorcistas comienzan a llegar su límite, solo queda el general"- le comento lulubell por la telepatía que tenían los noah.

[perdona mi tardanza igual Klaud, te informo que tardare en postear... gomene]

Ambas exorcistas estaban anonadadas, sin habla si quiera, mirando consternada a aquel chico al cual antes le habían brindado toda su amabilidad y confianza. Le había dado protección y este se los había recibido cual cretino. Eso era lo que pasaba por la mente de las jovenes chicas. Mientras Aer abrazaba contra su pecho a Jiyuni, quien temblaba y miraba horrorizada al noe.

- ...- Hannah apreto con fuerza su puño.- ¡¡Nos mentiste!!- grito ella dando un paso hacia adelante, sus puños temblaban por la furia contenida en ella.

- ¡Hannah tranquila!- Aer le puso una mano sobre su hombro, haciendo que voltease para verla.- Sabes lo que es capas un noe.- le susurro solo para que ella le oyera. Luego ambas dirijieron su vista hacia el chico que se encontraba enfrente de ellas.

- Tranquila Jiyuni.- Aer le hablo con toda la amabilidad posible abrazandola, alejando sus manos lentamente de su boca para que dejara de lastimarse. Luego miro enojada hacia el chico noah.- ¡¿Que quieres de nosotras?!- le pregunto ella.


Mientras tanto Lulubell avanzaba entre los árboles, luego de escuchar lo que Emmet tenía planeado se fue hacia donde estaba el general. El hombre vio como una gran masa de agua se movía hacia él, no dudo en esquivarlo antes de que le diera fuertemente.

El general cayo rodando al suelo, deteniéndose arrodillado en el mismo, para luego atrapar a uno de los akumas con sus cadenas y matarlo. Un akumas menos, pero había llegado alguien mas que sería un verdadero reto.

Aquella enorme masa de agua fue hacia el general, quien lanzo sus cadenas hacia ese ser pero este lo esquivo con facilidad, rodeandolo en espiral para no ser tocado por la inocencia. El agua se enredo ensu antebrazo, como si se tratara de una mano asujetándole fuertemente. Una vez sujeto lo elevo hacia los cielos y lo empujo contra los árboles, alejándolo un poco mas de las otras exorcistas.

El general se levanto pasando su mano por su boca para limpiarla.- ¿Quien eres?- pregunto este. Se dio cuenta entonces que aquella masa de agua provenía del bosque. Lentamente la figura femenina de hace poco se hacia presente, sus brazos eran los que habían tomado aquella forma. Lentamente ahora volvían a la normalidad. Aquel misteriosos paraguas también se hallaba cerca flotando mienrado divertido la escena.

- Vallan por el general...- dijo Lulubell y de entre los árboles diez akumas nivel tres aparecieron. El general se puso en posición para recibir aquellos ataques y responder enseguida. Lulubell miraba aquello desde unos metros con los brazos cruzados sobre su pecho.