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Todo el material que se publique dentro del foro es y será propiedad de su creador a menos que se indique lo contrario.
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Mision Especial -Mision en Ecuador-
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Re: Mision Especial -Mision en Ecuador-
no se cuanto camine pero solo encontraba lo mismo, árbol tras árbol, esto ya se estaba volviendo muy monotono y eso no me agradaba.
-uf... que molesto es esto...-mire a todos lados no había ser viviente alguno con quien divertirme en aquel lugar-oh... vamos ¿no hay nadie por aquí?-
en respuesta solo escuce a los monos chillar por saber que cosa.
-Ok... debo encontrarlo luego... -chasque los dedos y frente a mi aparecieron unos diez akumas nivel uno.
-¿que desea Anastasia-sama?-pregutno el már cercano.
-busqye a algun exsorcista cerca de este lugar... si lo encuentran avisenme de inmediato-dije mientras los mandaba a la busqueda
y yo me que allí esperando alguna noticia de aquel tipo a quien iba a matar.
-uf... que molesto es esto...-mire a todos lados no había ser viviente alguno con quien divertirme en aquel lugar-oh... vamos ¿no hay nadie por aquí?-
en respuesta solo escuce a los monos chillar por saber que cosa.
-Ok... debo encontrarlo luego... -chasque los dedos y frente a mi aparecieron unos diez akumas nivel uno.
-¿que desea Anastasia-sama?-pregutno el már cercano.
-busqye a algun exsorcista cerca de este lugar... si lo encuentran avisenme de inmediato-dije mientras los mandaba a la busqueda
y yo me que allí esperando alguna noticia de aquel tipo a quien iba a matar.
Invitado
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Re: Mision Especial -Mision en Ecuador-
Seguí avanzando por esa cueva fría en la que parecía imposible que hubiera vida humana.
- Me pregunto cómo puede vivir alguien por estos lares... Especialmente si es un humano cualquiera - Pensé en voz alta, ligeramente molesta ya que cada vez tenía más frío (por culpa de haberme acostumbrado al calor infernal del exterior y de llevar ropa ligera). En ese momento me pareció advertir algo en una pared, algo líquido y chorreante de color escarlata, que parecía dibujar un símbolo que intentaba emular una flecha...
- ¿Eh? - Pregunté mientras examinaba cuidadosamente la pared, luego rocé con un dedo el líquido carmesí - Sangre... Y a juzgar por su temperatura y estado, no hace mucho que se ha desprendido de un cuerpo vivo... Además parece señalar hacia adelante - Deducí extrañada, esa nueva señal abría un nuevo abanico de intrincadas posibilidades sobre el paradero del exorcista y sus acompañantes... ¿Se habrían matado entre ellos o...? - Esto empieza a darme mala espina... - Susurré con algo de miedo. Francamente toda esa situación me desconcertaba: si el exorcista estaba planeando mandar al traste lo que tenía planeado, desde luego se merecía felicitaciones, porque lo estaba consiguiendo. Era tal mi desconcierto que por un momento me sentí mareada, como si toda misión fuese un mal sueño. Sacudí la cabeza, negando mis pensamientos: esa misión tenía que ser la última pesadilla de los exorcistas, y si pensaban que con una improvisación patatera tenían suficiente para cambiar los roles iban muy equivocados.
Seguí adelante, y me percaré que cada dos metros había una flecha idéntica a la primera que había encontrado. Al principio no entendí porqué estaban allí si sólo había un camino, pero mi duda se resolvió de un plumazo al llegar más adelante y ver que dicho camino se bifurcaba en dos: uno iluminado por las antorchas y el otro oscuro como la boca de un lobo. Según las flechas, debía tomar el segundo camino.
- Una trampa: más claro, imposible... - Pensé, y aún así fui hacia el camino que me señalaban las flechas ¿Por qué? Porqué a decir verdad, me moría de curiosidad para saber que se traía el exorcista entre manos, y no me daba miedo que pudiera pasarme algo malo (cosa que tampoco creía que fuera a suceder). Me adentré de nuevo en la oscuridad, con los cinco sentidos alerta.
Pero de golpe, oí algo que me puso la piel de gallina: Una especie de... Aullido? Retrocedí bruscamente hasta golpearme la espalda contra la pared. Me acordé de la inocencia animal de ese exorcista pelinegro, y rápidamente hice brotar con violencia un montón de plantas de mi brazo derecho, que fueron en avalancha hacia el animal, más este dió un salto hacia atrás y logró esquivarlas ya que tampoco iban muy bien de trayectoria a causa de la oscuridad.
Miré al animal, y por la vaga visión de su silueta deducí que estaba activado, ya que estando desactivado apenas era una cría. Sus ojos amarillos centelleaban en la oscuridad, pero extrañamente, en ellos no había ninguna señal de alerta, sinó tan solo calma absoluta. Y entonces, en unos segundos esos ojos se perdieron en las tinieblas, dejando tras de si pasos ligeros que se alejaban cargados de velocidad.
- Pero qué...? Oye, espera! - Grité mientras yo también empezaba a correr por donde creía que se había ido el animal. Después de seguirlo durante unos minutos que me parecieron interminables, divisé algo de luz al fondo del túnel de roca. El lince entró en la zona iluminada y yo no tardé en alcanzarle, pero me llevé una decepción al ver que dicho lugar estaba vacío.
- Oh, genial... - Murmuré sin entusiasmo mientras examinaba a mi alrededor. Me callé al ver que, tallado en la roca, había una especie de pasillo bloqueado por un trozo de madera. Retiré dicho trozo sin tener que hacer mucho esfuerzo ya que era de lo más ligero: si el exorcista se pensaba que con él me iba a barrar el paso me estaba subestimando de una forma horrible. Dí un paso hacia adelante, y antes de poder vislumbrar algo de ese misterioso pasillo, un extraño collar plateado con una chapa recortada en forma de cruz impactó de lleno en mi frente, cayendo al suelo después.
- Auch! - Me quejé, a coro con el repiqueteo del collar al tocar el suelo, mientras que con una mano me tocaba la frente. Entonces me percaté de que el exorcista llamado Nanashi se encontraba a unos cinco metros de mi.
- No te acerques más, demonio - Me advirtió, mientras desenfundaba un machete que brillaba furiosamente al resplendor de las antorchas. - No voy a matarte - Me dijo antes de que yo pudiera hablar - Pero quiero hacer un trato que puede que te interese - Concluyó, bajando un poco la guardia.
- Oh, ¿de veras? - ahora estaba más interesada en el asunto - ¿De qué se trata? - Pregunté con la curiosidad dibujada en el rostro.
- Me pregunto cómo puede vivir alguien por estos lares... Especialmente si es un humano cualquiera - Pensé en voz alta, ligeramente molesta ya que cada vez tenía más frío (por culpa de haberme acostumbrado al calor infernal del exterior y de llevar ropa ligera). En ese momento me pareció advertir algo en una pared, algo líquido y chorreante de color escarlata, que parecía dibujar un símbolo que intentaba emular una flecha...
- ¿Eh? - Pregunté mientras examinaba cuidadosamente la pared, luego rocé con un dedo el líquido carmesí - Sangre... Y a juzgar por su temperatura y estado, no hace mucho que se ha desprendido de un cuerpo vivo... Además parece señalar hacia adelante - Deducí extrañada, esa nueva señal abría un nuevo abanico de intrincadas posibilidades sobre el paradero del exorcista y sus acompañantes... ¿Se habrían matado entre ellos o...? - Esto empieza a darme mala espina... - Susurré con algo de miedo. Francamente toda esa situación me desconcertaba: si el exorcista estaba planeando mandar al traste lo que tenía planeado, desde luego se merecía felicitaciones, porque lo estaba consiguiendo. Era tal mi desconcierto que por un momento me sentí mareada, como si toda misión fuese un mal sueño. Sacudí la cabeza, negando mis pensamientos: esa misión tenía que ser la última pesadilla de los exorcistas, y si pensaban que con una improvisación patatera tenían suficiente para cambiar los roles iban muy equivocados.
Seguí adelante, y me percaré que cada dos metros había una flecha idéntica a la primera que había encontrado. Al principio no entendí porqué estaban allí si sólo había un camino, pero mi duda se resolvió de un plumazo al llegar más adelante y ver que dicho camino se bifurcaba en dos: uno iluminado por las antorchas y el otro oscuro como la boca de un lobo. Según las flechas, debía tomar el segundo camino.
- Una trampa: más claro, imposible... - Pensé, y aún así fui hacia el camino que me señalaban las flechas ¿Por qué? Porqué a decir verdad, me moría de curiosidad para saber que se traía el exorcista entre manos, y no me daba miedo que pudiera pasarme algo malo (cosa que tampoco creía que fuera a suceder). Me adentré de nuevo en la oscuridad, con los cinco sentidos alerta.
Pero de golpe, oí algo que me puso la piel de gallina: Una especie de... Aullido? Retrocedí bruscamente hasta golpearme la espalda contra la pared. Me acordé de la inocencia animal de ese exorcista pelinegro, y rápidamente hice brotar con violencia un montón de plantas de mi brazo derecho, que fueron en avalancha hacia el animal, más este dió un salto hacia atrás y logró esquivarlas ya que tampoco iban muy bien de trayectoria a causa de la oscuridad.
Miré al animal, y por la vaga visión de su silueta deducí que estaba activado, ya que estando desactivado apenas era una cría. Sus ojos amarillos centelleaban en la oscuridad, pero extrañamente, en ellos no había ninguna señal de alerta, sinó tan solo calma absoluta. Y entonces, en unos segundos esos ojos se perdieron en las tinieblas, dejando tras de si pasos ligeros que se alejaban cargados de velocidad.
- Pero qué...? Oye, espera! - Grité mientras yo también empezaba a correr por donde creía que se había ido el animal. Después de seguirlo durante unos minutos que me parecieron interminables, divisé algo de luz al fondo del túnel de roca. El lince entró en la zona iluminada y yo no tardé en alcanzarle, pero me llevé una decepción al ver que dicho lugar estaba vacío.
- Oh, genial... - Murmuré sin entusiasmo mientras examinaba a mi alrededor. Me callé al ver que, tallado en la roca, había una especie de pasillo bloqueado por un trozo de madera. Retiré dicho trozo sin tener que hacer mucho esfuerzo ya que era de lo más ligero: si el exorcista se pensaba que con él me iba a barrar el paso me estaba subestimando de una forma horrible. Dí un paso hacia adelante, y antes de poder vislumbrar algo de ese misterioso pasillo, un extraño collar plateado con una chapa recortada en forma de cruz impactó de lleno en mi frente, cayendo al suelo después.
- Auch! - Me quejé, a coro con el repiqueteo del collar al tocar el suelo, mientras que con una mano me tocaba la frente. Entonces me percaté de que el exorcista llamado Nanashi se encontraba a unos cinco metros de mi.
- No te acerques más, demonio - Me advirtió, mientras desenfundaba un machete que brillaba furiosamente al resplendor de las antorchas. - No voy a matarte - Me dijo antes de que yo pudiera hablar - Pero quiero hacer un trato que puede que te interese - Concluyó, bajando un poco la guardia.
- Oh, ¿de veras? - ahora estaba más interesada en el asunto - ¿De qué se trata? - Pregunté con la curiosidad dibujada en el rostro.
Invitado
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Re: Mision Especial -Mision en Ecuador-
había mandado a los akumas a buscar algun tipo de información valiosa, más al parecer eso no ocurría.
-vaya... debere ser yo qioen comience el trabajo-dije levantandome del lugar donde estaba refugiada de aquel calor-bien... veamos... ¿que puedo hacer primero?-
cerre los ojos por un momento buscando conexión con algun akuma de los que había mandado para mi sorpresa solo pude hacer conexion con un par de ellos.
-¿que demonios?... ¿que sucede?-pregunte extrañada de no poder ver o sentir al resto.
-un exorcista anastasia-sama hemos encontrado a unexorcista-dijo uno de los akumas.
-oh... encontraron a mi presa... perfecto digan donde están-ordene mientras comenzaba a caminar entre aquella desna selva.
para cuando el akuma termino de darme la dirección su compañero habí sido destruido de forma rápida y segundo después el akuma con quién tenía conexión tsambién desaparecio.
-se ve interesante este humano-dije sonriendo y abrazando a mi peluche-espero que haya mucho dolor y terror en esa persona-
sonríe y me dirigi directo a donde estaba el exorcista no fuera a huir de auqel lugar que no me estaban dando animos de siguir a nadie en ese odiosos lugar lleno de plantas.
-vaya... debere ser yo qioen comience el trabajo-dije levantandome del lugar donde estaba refugiada de aquel calor-bien... veamos... ¿que puedo hacer primero?-
cerre los ojos por un momento buscando conexión con algun akuma de los que había mandado para mi sorpresa solo pude hacer conexion con un par de ellos.
-¿que demonios?... ¿que sucede?-pregunte extrañada de no poder ver o sentir al resto.
-un exorcista anastasia-sama hemos encontrado a unexorcista-dijo uno de los akumas.
-oh... encontraron a mi presa... perfecto digan donde están-ordene mientras comenzaba a caminar entre aquella desna selva.
para cuando el akuma termino de darme la dirección su compañero habí sido destruido de forma rápida y segundo después el akuma con quién tenía conexión tsambién desaparecio.
-se ve interesante este humano-dije sonriendo y abrazando a mi peluche-espero que haya mucho dolor y terror en esa persona-
sonríe y me dirigi directo a donde estaba el exorcista no fuera a huir de auqel lugar que no me estaban dando animos de siguir a nadie en ese odiosos lugar lleno de plantas.
Invitado
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Re: Mision Especial -Mision en Ecuador-
El exorcista me dirigió una mirada cargada de desprecio, como si quisiera que la cueva entera se derrumbase encima mío.
- Qué miedo! - Dije mientras me hacía la asustada y soltaba una risita. - Bueno, me vas a decir el trato o te mato directamente? - Pregunté, cambiando radicalmente de una sonrisa a una expresión de aburrimiento supremo.
El exorcista pareció dudar unos segundos - No será que... Ya has matado a mi compañero? - Preguntó con una voz que intentaba sonar firme, más leí el miedo en sus ojos. ¡¿Pero que no lo había traicionado?! Ahora sí que no entendía nada...
- No - Decidí mentirle, por si acaso. - Sólo lo he dejado inconsciente y atado a un árbol. Probablemente morirá en unos días - Dije como quien no quiere la cosa. Entonces Nanashi bajó la mirada con el ceño fruncido, seguramente examinando cuidadosamente sus posibilidades de supervivencia y lo relativo a éstas con el trato que quería proponer. Al rato ya me cansé de que no dijera nada, así que acabé rompiendo el silencio con impaciencia.
- Vamos, di lo que querías decir - Le apremié bastante fastidiada - Que no tengo todo el día, chico. ¿Te piensas que no tengo nada más que hacer? Pues para tu información tengo que hacer los deberes y ordenar mi habitación, así que o me lo dices ¡O te cuelgo de un árbol y me voy a casa! - Me quejé, mientras golpeaba fuertemente el suelo con el pie. Mis quejas parecieron divertir al exorcista, que sonrió intentando contener una carcajada. Supongo que le divertía el hecho de que también hiciese cosas tan normales como ésas ¿Pero qué se pensaba, que me pasaba el día descuartizando gente? ¡Pues no!
- Entonces creo que esperaré un poco más antes de decir el trato - Me respondió el muy creído, todavía luchando por contener la risa.
- ¡Poca broma! ¡Te juegas la vida de tu compañero! - Le dije haciendo un puchero, para que se pusiese serio de una maldita vez. Cómo no, surtió efecto: la sonrisa que adornaba el rostro del exorcista se borró de golpe y su rostro reflejó ira y... ¿Pesar?
- ... Supongo que no queda más remedio, tsk. - Susurró, con un tono de voz que delataba su frustración - En esta cueva vive una familia de chamanes - Me explicó, arrastrando las palabras como si las tuviese que arrancar de su garganta - Y... seguramente deben de ser ellos los que tienen la inocencia, o almenos los que saben dónde se encuentra - Contó al fin. Esa era la parte que más me interesaba.
- Gracias por la información - Le dije sonriente mientras me disponía a irme - Y ahora, si me disculpas... - Dije con voz cantarina, más él me barró el paso.
- Espera maleducada, todavía no he terminado de hablar - Me interrumpió, ahora el fastidiado era él - No me he tomado la molestia de dejártelos en bandeja, ya que no estoy dispuesto a darle facilidades a un demonio asesino y sediento de sangre como tú... Pero la idea sería ésta: tú les sacas la información sobre la inocencia, te la quedas y les sacas las tripas y los torturas como gustes - Al decir esto hizo una mueca de asco - Pero a cambio, nos dejas irnos a mí y a mi compañero intactos - Terminó de decir.
Yo hice ver que me lo pensaba, mientras en mi fuero interno me estaba muriendo de risa. Eso estaba volviéndose más divertido de lo que esperaba.
- Acepto el trato - Dije sonriente - ¿Y dónde están los chamanes esos? - Pregunté, ya que no me venía de gusto volver a pasar otra vez el mal trago que pasé en el edificio de la conferencia Episcómosellame dónde estaba aquél anciano aliado del conde.
- En una sala que se encuentra al fondo del camino con antorchas - Informó el pelinegro.
- De acuerdo, gracias!~ - Le dije rápidamente mientras me iba corriendo hacia la sala que decía el exorcista. Cuando estuve a cierta distancia de dónde se encontraba él, no me pude contener más y empezé a reír como una loca sádica, pero no tardé mucho en parar, ya que si me oían los chamanes no creo que se pensasen que venía a tomar el té con ellos precisamente...
- Qué miedo! - Dije mientras me hacía la asustada y soltaba una risita. - Bueno, me vas a decir el trato o te mato directamente? - Pregunté, cambiando radicalmente de una sonrisa a una expresión de aburrimiento supremo.
El exorcista pareció dudar unos segundos - No será que... Ya has matado a mi compañero? - Preguntó con una voz que intentaba sonar firme, más leí el miedo en sus ojos. ¡¿Pero que no lo había traicionado?! Ahora sí que no entendía nada...
- No - Decidí mentirle, por si acaso. - Sólo lo he dejado inconsciente y atado a un árbol. Probablemente morirá en unos días - Dije como quien no quiere la cosa. Entonces Nanashi bajó la mirada con el ceño fruncido, seguramente examinando cuidadosamente sus posibilidades de supervivencia y lo relativo a éstas con el trato que quería proponer. Al rato ya me cansé de que no dijera nada, así que acabé rompiendo el silencio con impaciencia.
- Vamos, di lo que querías decir - Le apremié bastante fastidiada - Que no tengo todo el día, chico. ¿Te piensas que no tengo nada más que hacer? Pues para tu información tengo que hacer los deberes y ordenar mi habitación, así que o me lo dices ¡O te cuelgo de un árbol y me voy a casa! - Me quejé, mientras golpeaba fuertemente el suelo con el pie. Mis quejas parecieron divertir al exorcista, que sonrió intentando contener una carcajada. Supongo que le divertía el hecho de que también hiciese cosas tan normales como ésas ¿Pero qué se pensaba, que me pasaba el día descuartizando gente? ¡Pues no!
- Entonces creo que esperaré un poco más antes de decir el trato - Me respondió el muy creído, todavía luchando por contener la risa.
- ¡Poca broma! ¡Te juegas la vida de tu compañero! - Le dije haciendo un puchero, para que se pusiese serio de una maldita vez. Cómo no, surtió efecto: la sonrisa que adornaba el rostro del exorcista se borró de golpe y su rostro reflejó ira y... ¿Pesar?
- ... Supongo que no queda más remedio, tsk. - Susurró, con un tono de voz que delataba su frustración - En esta cueva vive una familia de chamanes - Me explicó, arrastrando las palabras como si las tuviese que arrancar de su garganta - Y... seguramente deben de ser ellos los que tienen la inocencia, o almenos los que saben dónde se encuentra - Contó al fin. Esa era la parte que más me interesaba.
- Gracias por la información - Le dije sonriente mientras me disponía a irme - Y ahora, si me disculpas... - Dije con voz cantarina, más él me barró el paso.
- Espera maleducada, todavía no he terminado de hablar - Me interrumpió, ahora el fastidiado era él - No me he tomado la molestia de dejártelos en bandeja, ya que no estoy dispuesto a darle facilidades a un demonio asesino y sediento de sangre como tú... Pero la idea sería ésta: tú les sacas la información sobre la inocencia, te la quedas y les sacas las tripas y los torturas como gustes - Al decir esto hizo una mueca de asco - Pero a cambio, nos dejas irnos a mí y a mi compañero intactos - Terminó de decir.
Yo hice ver que me lo pensaba, mientras en mi fuero interno me estaba muriendo de risa. Eso estaba volviéndose más divertido de lo que esperaba.
- Acepto el trato - Dije sonriente - ¿Y dónde están los chamanes esos? - Pregunté, ya que no me venía de gusto volver a pasar otra vez el mal trago que pasé en el edificio de la conferencia Episcómosellame dónde estaba aquél anciano aliado del conde.
- En una sala que se encuentra al fondo del camino con antorchas - Informó el pelinegro.
- De acuerdo, gracias!~ - Le dije rápidamente mientras me iba corriendo hacia la sala que decía el exorcista. Cuando estuve a cierta distancia de dónde se encontraba él, no me pude contener más y empezé a reír como una loca sádica, pero no tardé mucho en parar, ya que si me oían los chamanes no creo que se pensasen que venía a tomar el té con ellos precisamente...
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Re: Mision Especial -Mision en Ecuador-
ya llevaba unos buenos minutos dando saltitosp or todo el lugar como si estuviera en un lindo y refrescante paseo de campo.
-veamos... hmmm... segun lo que vi debería estar por aquí...-mire lo que parecía un claro entre tanta densa selva-arrggg... que dificil es pasar por tanta planta...-
luche unos segundos más para poder llegar al claro que había visto antes, pero sin damre cuenta´tropece con una raíz que salía del piso y fui a dar de bruces al suelo.
maldita sea... juro que si supiera que Rose esta por aquí cerca lo hubiera hecho aproposito pensé de mal humorm ientras me sentaba en el suelo y me sacudía un poco la blusa y trataba de arreglar el cabello.
-suerte que no había nadei cerca para ver mi vergüenza-dije ya levantada y sacudiendo mi hermoso vestido negro con rojo.
-lamento defraudarte jovencita-escuche una voz escondida entre los arboles en frente de mi.
-waa... ¿quien eres?-pregunte tratando de hacerme la inocente, aunque ya sabía quien era, no tenía deseo de matarlo tan rápido, no aún-¡sal!-
con un paso calmo y algo lento, para mi suerte salio un tipo, de cabello largo suelto y en su mano tenía una espada.
-vaya... nunca pensé que quien mandaba todos estos akumas fuera un niñita-dijo en son de burla al ver mi anterior comportamiento, creo.
-¿he?... jo... ¿por que dices eso? ¿por que crees que fui yo la que envio esas cosas?-pregunte tranquilamente mientras lo observaba-además no debes ser tan mayorp ara llamarme niñita... ¿cuantos años tienes? 17 o 18-
el tipo hizo una mueca extraña paral uego negar con la cabeza, simplemente no entendí ese tipo de comportamiento.
-de mi edad no vamos a hablar ahora, y respondiendo tu pregunta...-guardo silencio que dio un aire dramatico al asunto, por unos segundos-por que no habría venido una chica que no parece ser de esta región, por sus ropas, que aprece odiar este lugar a dar una vuelta nada más, además... tu no te ves muy humana que digamos... -lo último lo dijo mientras se colocaba en pocición de ataque y me miraba fijamente.
me costo sus buenos minutos terminar de entender todo lo que decía este tipo.
-ESTAS DICIENDO QUE NO SOY HUMANA-grite molesta al darm cuenta de ese punto el tipo se rio-noes gracioso que te traten así ¿sabes?...-
el solo se encogio de hombros, suspire, el calor estaba alterando mi caracter, ¿debería terminar con él e irme a casa rápidamente? pero yo quería divertirme un poco más, ya que el anterior exorcista había muerto muy rápido y eso era aburrido.
-hay... no se que hacer...-suspire después de unos minutos de estar meditandolo, meti mi mano a uno de mis bolsillos, mientras veía como el tipo ese se tensaba-tranquilo no te voy a atacar... no aún-asegure mostrando un pequeño dulce-¿quires uno?-
el me ignoro de forma increible al parecer se estaba aburriendo de todo esto.
-bueno... en algo tienes razón no soy tan humana como crees... después de todo soy una noah-dicho esto chasque los dedos y varios akumas más aparecieon a mi alrededor, levante una mano y la dej caer dando la señal de ataque mientras yo me sentaba cerca para ver como el hombre ese se trataba de slavar.
-vaya que este calor me esta matando... necesitare una ducha cuando llegue a casa-murmure mientras le tipo trataba de acabar con todos los akumas y llegar a mi
-veamos... hmmm... segun lo que vi debería estar por aquí...-mire lo que parecía un claro entre tanta densa selva-arrggg... que dificil es pasar por tanta planta...-
luche unos segundos más para poder llegar al claro que había visto antes, pero sin damre cuenta´tropece con una raíz que salía del piso y fui a dar de bruces al suelo.
maldita sea... juro que si supiera que Rose esta por aquí cerca lo hubiera hecho aproposito pensé de mal humorm ientras me sentaba en el suelo y me sacudía un poco la blusa y trataba de arreglar el cabello.
-suerte que no había nadei cerca para ver mi vergüenza-dije ya levantada y sacudiendo mi hermoso vestido negro con rojo.
-lamento defraudarte jovencita-escuche una voz escondida entre los arboles en frente de mi.
-waa... ¿quien eres?-pregunte tratando de hacerme la inocente, aunque ya sabía quien era, no tenía deseo de matarlo tan rápido, no aún-¡sal!-
con un paso calmo y algo lento, para mi suerte salio un tipo, de cabello largo suelto y en su mano tenía una espada.
-vaya... nunca pensé que quien mandaba todos estos akumas fuera un niñita-dijo en son de burla al ver mi anterior comportamiento, creo.
-¿he?... jo... ¿por que dices eso? ¿por que crees que fui yo la que envio esas cosas?-pregunte tranquilamente mientras lo observaba-además no debes ser tan mayorp ara llamarme niñita... ¿cuantos años tienes? 17 o 18-
el tipo hizo una mueca extraña paral uego negar con la cabeza, simplemente no entendí ese tipo de comportamiento.
-de mi edad no vamos a hablar ahora, y respondiendo tu pregunta...-guardo silencio que dio un aire dramatico al asunto, por unos segundos-por que no habría venido una chica que no parece ser de esta región, por sus ropas, que aprece odiar este lugar a dar una vuelta nada más, además... tu no te ves muy humana que digamos... -lo último lo dijo mientras se colocaba en pocición de ataque y me miraba fijamente.
me costo sus buenos minutos terminar de entender todo lo que decía este tipo.
-ESTAS DICIENDO QUE NO SOY HUMANA-grite molesta al darm cuenta de ese punto el tipo se rio-noes gracioso que te traten así ¿sabes?...-
el solo se encogio de hombros, suspire, el calor estaba alterando mi caracter, ¿debería terminar con él e irme a casa rápidamente? pero yo quería divertirme un poco más, ya que el anterior exorcista había muerto muy rápido y eso era aburrido.
-hay... no se que hacer...-suspire después de unos minutos de estar meditandolo, meti mi mano a uno de mis bolsillos, mientras veía como el tipo ese se tensaba-tranquilo no te voy a atacar... no aún-asegure mostrando un pequeño dulce-¿quires uno?-
el me ignoro de forma increible al parecer se estaba aburriendo de todo esto.
-bueno... en algo tienes razón no soy tan humana como crees... después de todo soy una noah-dicho esto chasque los dedos y varios akumas más aparecieon a mi alrededor, levante una mano y la dej caer dando la señal de ataque mientras yo me sentaba cerca para ver como el hombre ese se trataba de slavar.
-vaya que este calor me esta matando... necesitare una ducha cuando llegue a casa-murmure mientras le tipo trataba de acabar con todos los akumas y llegar a mi
Invitado
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Re: Mision Especial -Mision en Ecuador-
Al fin localicé la sala en la que se encontraban los chamanes: la verdad, es que de lejos no parecia que se diferenciase mucho del resto de la cueva, la única diferencia que se veía (almenos de lejos) era que en dicha estancia habían algunos muebles (o algo que intentaba emularlos) y algunos símbolos místicos en las paredes. Me acerqué a la sala, aunque había algo raro... Puro silencio era lo que reinaba en esos momentos, en lugar de las voces que esperaba.
Entré de golpe, y... No había nadie. ¡Me había engañado! Maldito... Encima ya era la segunda vez y, como un déja vu, entonces también oí el eco de los pasos del chico al huir. El estridente grito de rabia que profirieron mis cuerdas vocales resonó por toda la cueva.
- No te escaparás tan fácilmente... - Susurré mientras yo también echaba a correr. Pero no logré atrapar a ese desgraciado... Bueno, sabía en qué lugar encontrarlo, así que tampoco importaba en el fondo. Estaba muy cansada de correr, así que emprendí el camino hacia dicho lugar con más parsimonia. Después de deshacer el camino hecho hasta la cueva, llegué de nuevo dónde se encontraba el cadáver de ese exorcista de cabellos plateados.
Y allí estaba... Nanashi se encontraba arrodillado frente al cadáver. Cristalinas lágrimas surcaban sus mejillas a causa del pesar que sentía por no haber podido salvar a su compañero. Me acerqué a él con los ojos entrecerrados y una sonrisa hermosa pero rebosante de crueldad, y aún así él no pareció prestarme atención.
- ¿Dónde está la inocencia? - Pregunté, ahora más calmada que antes ya que tenía al exorcista a tiro.
- ... Nunca ha habido... La mayoría de los chamanes que habitaban el lugar murieron hace un tiempo, en la cueva ya sólo quedaban dos muy jóvenes. Se asustaron al verme, y todavía se asustaron más al ver a los akuma, pero... Pero cuando los destruí ya me tomaron más confianza y al preguntarles sobre la inocencia, me hicieron entender que esos fenómenos paranormales que se contaban no eran más que habladurías - Contó el entre sollozos, supongo que ya no le importaba que lo supiera - Luego les dije que se escondiesen en algún lugar de la cueva hasta que tu cayeses en la trampa... Y después echaron a correr conmigo hasta que llegamos a la salida y ellos tomaron otro camino... Así que ya están lejos de tu alcance - A medida que hablaba, su voz iba venciendo a los sollozos que entrecortaban algunas palabras.
- Vaya, era un plan perfecto... Pero yo he sido mejor - Le dije, orgullosa de mi victoria.
- No... NO PERMITIRÉ QUE LA MUERTE DE MI COMPAÑERO SEA EN VANO, MALDITA! Slash Assault! - Gritó entre lágrimas el pelinegro, a lo que su inocencia se abalanzó sobre mi, más yo hice brotar plantas de mi espalda y estampé al animal contra un árbol. Me acerqué hacia el arma anti-akuma de tipo animal, que intentaba liberarse (y fallaba en el intento), chasqueé los dedos y de las plantas surgieron flores carnívoras, que mordieron al felino hasta dejarlo inconsciente y lleno de sangre. Hice que las plantas volvieran a mi cuerpo y el lince cayó al suelo de golpe.
- Y otro game over para la colección... - musité mientras recogía la inocencia y la destruía. Luego miré al exorcista - Aquí tienes tu arma, en guardia! - Le dije burlonamente mientras que con un simple movimiento tiraba la inocencia pulverizada hacia la dirección en la que estaba Nanashi.
El odio volvió a llenar su mirada, acompañado de la frustración de no poder defenderse y la tristeza, causada por la muerte de un compañero.
- ¿Qué te pasa? ¿Acaso esperabas poder vencer a la magnífica noah Rose Kamiyami? - Pregunté mientras me reía sádicamente. El odio que moraba en los ojos del chico se accentuó sobremanera al oír mis palabras.
- Te odio, te odio, te odio... ¡Eres de lo peor! ¿Sabes? Ojalá te mueras, ¡Ojalá te ahogues de tanto reír como una niñata repelente! - Chilló con furia. Su frase al principio me dejó desconcertada, pero después me eché a reír de nuevo por lo ridículo de sus palabras.
- A saber, puede que algun día llegue a suceder - Dije divertida, mientras me acercaba al pelinegro. Me senté frente a él y le pasé el brazo que no tenía herido por encima de los hombros, mientras hacía que de dicha extremidad nacieran miles de zarzas - Tranquilo, te vas a liberar de todo el sufrimiento... En unos instantes no te dolerá nada! - Dije con mi voz calmada pero que encerraba una nota de demencia y sadismo. Acto seguido, las plantas abrieron un corte en el hombro de Nanashi y se adentraron en la herida, a lo que el pelinegro chilló de dolor. De las zarzas nacieron flores carnívoras que empezaron a devorar la carne y los órganos del exorcista, que no paraba de gritar de dolor y tenía los ojos desorbitados a causa del sufrimiento, mientras que de su boca empezaba a chorrear sangre a borbotones a causa de la colosal hemorragia interna.
Pronto la sangre asomó también por sus ojos, a la par con otro grito causado por el dolor que le producían las flores al comerse sus intestinos. Finalmente, la piel del estómago empezó a tensarse y acabó rompiéndose por la presión de las plantas. El exorcista no lo soportó más y, después de un último chillido de dolor, se sumió en una inconsciencia de la que no volvería a despertar.
- Pues era bastante fuerte... - Pensé en voz alta, mientras las carnívoras empezaban a devorar su corazón.
[post cutroso, lo sé, pero no tengo tiempo y necesito terminar rápido con la misión x.x]
Entré de golpe, y... No había nadie. ¡Me había engañado! Maldito... Encima ya era la segunda vez y, como un déja vu, entonces también oí el eco de los pasos del chico al huir. El estridente grito de rabia que profirieron mis cuerdas vocales resonó por toda la cueva.
- No te escaparás tan fácilmente... - Susurré mientras yo también echaba a correr. Pero no logré atrapar a ese desgraciado... Bueno, sabía en qué lugar encontrarlo, así que tampoco importaba en el fondo. Estaba muy cansada de correr, así que emprendí el camino hacia dicho lugar con más parsimonia. Después de deshacer el camino hecho hasta la cueva, llegué de nuevo dónde se encontraba el cadáver de ese exorcista de cabellos plateados.
Y allí estaba... Nanashi se encontraba arrodillado frente al cadáver. Cristalinas lágrimas surcaban sus mejillas a causa del pesar que sentía por no haber podido salvar a su compañero. Me acerqué a él con los ojos entrecerrados y una sonrisa hermosa pero rebosante de crueldad, y aún así él no pareció prestarme atención.
- ¿Dónde está la inocencia? - Pregunté, ahora más calmada que antes ya que tenía al exorcista a tiro.
- ... Nunca ha habido... La mayoría de los chamanes que habitaban el lugar murieron hace un tiempo, en la cueva ya sólo quedaban dos muy jóvenes. Se asustaron al verme, y todavía se asustaron más al ver a los akuma, pero... Pero cuando los destruí ya me tomaron más confianza y al preguntarles sobre la inocencia, me hicieron entender que esos fenómenos paranormales que se contaban no eran más que habladurías - Contó el entre sollozos, supongo que ya no le importaba que lo supiera - Luego les dije que se escondiesen en algún lugar de la cueva hasta que tu cayeses en la trampa... Y después echaron a correr conmigo hasta que llegamos a la salida y ellos tomaron otro camino... Así que ya están lejos de tu alcance - A medida que hablaba, su voz iba venciendo a los sollozos que entrecortaban algunas palabras.
- Vaya, era un plan perfecto... Pero yo he sido mejor - Le dije, orgullosa de mi victoria.
- No... NO PERMITIRÉ QUE LA MUERTE DE MI COMPAÑERO SEA EN VANO, MALDITA! Slash Assault! - Gritó entre lágrimas el pelinegro, a lo que su inocencia se abalanzó sobre mi, más yo hice brotar plantas de mi espalda y estampé al animal contra un árbol. Me acerqué hacia el arma anti-akuma de tipo animal, que intentaba liberarse (y fallaba en el intento), chasqueé los dedos y de las plantas surgieron flores carnívoras, que mordieron al felino hasta dejarlo inconsciente y lleno de sangre. Hice que las plantas volvieran a mi cuerpo y el lince cayó al suelo de golpe.
- Y otro game over para la colección... - musité mientras recogía la inocencia y la destruía. Luego miré al exorcista - Aquí tienes tu arma, en guardia! - Le dije burlonamente mientras que con un simple movimiento tiraba la inocencia pulverizada hacia la dirección en la que estaba Nanashi.
El odio volvió a llenar su mirada, acompañado de la frustración de no poder defenderse y la tristeza, causada por la muerte de un compañero.
- ¿Qué te pasa? ¿Acaso esperabas poder vencer a la magnífica noah Rose Kamiyami? - Pregunté mientras me reía sádicamente. El odio que moraba en los ojos del chico se accentuó sobremanera al oír mis palabras.
- Te odio, te odio, te odio... ¡Eres de lo peor! ¿Sabes? Ojalá te mueras, ¡Ojalá te ahogues de tanto reír como una niñata repelente! - Chilló con furia. Su frase al principio me dejó desconcertada, pero después me eché a reír de nuevo por lo ridículo de sus palabras.
- A saber, puede que algun día llegue a suceder - Dije divertida, mientras me acercaba al pelinegro. Me senté frente a él y le pasé el brazo que no tenía herido por encima de los hombros, mientras hacía que de dicha extremidad nacieran miles de zarzas - Tranquilo, te vas a liberar de todo el sufrimiento... En unos instantes no te dolerá nada! - Dije con mi voz calmada pero que encerraba una nota de demencia y sadismo. Acto seguido, las plantas abrieron un corte en el hombro de Nanashi y se adentraron en la herida, a lo que el pelinegro chilló de dolor. De las zarzas nacieron flores carnívoras que empezaron a devorar la carne y los órganos del exorcista, que no paraba de gritar de dolor y tenía los ojos desorbitados a causa del sufrimiento, mientras que de su boca empezaba a chorrear sangre a borbotones a causa de la colosal hemorragia interna.
Pronto la sangre asomó también por sus ojos, a la par con otro grito causado por el dolor que le producían las flores al comerse sus intestinos. Finalmente, la piel del estómago empezó a tensarse y acabó rompiéndose por la presión de las plantas. El exorcista no lo soportó más y, después de un último chillido de dolor, se sumió en una inconsciencia de la que no volvería a despertar.
- Pues era bastante fuerte... - Pensé en voz alta, mientras las carnívoras empezaban a devorar su corazón.
[post cutroso, lo sé, pero no tengo tiempo y necesito terminar rápido con la misión x.x]
Última edición por Dark_Rose el Mar Ago 04, 2009 1:31 pm, editado 1 vez
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Re: Mision Especial -Mision en Ecuador-
observaba animada como el hombre de largos cabellos semi blancos o eran blancos, ya da igual destruia el último akuma y se recostaba en un árbol cansado.
-wouw... acabaste con todos-dije mientras aplaudia y me acercaba a él-tienes mi admiración, sinceramente no pensé que podrías hacer eso... vaya que si eres fuerte... pero-
mire al hombre que trataba de regular su respiración, una sonrisa se cruzo por mi rostro al momento que me quedaba en cuclillas para estar al nivel del hombre.
-pero... debo terminar esto rápido... debo ir a casa antes de que oscuresca-hablaba mientras le acariciaba su cabello como si fuera un niño pequeño-un gusto haberte conocido Nero-
había avanzado unos pasos cuando me acorde de algo.
ups... casi lo olvido... debo destruir esto-agite mi latigo y tome su espada entre mis manos-sino la derstruyo quizas y el conde me castigue... bye bye-dije la momento que la inocencia se convertía en polvo frente a los incredulos ojos de el.
con eso me fui de aquel lugar dejando extrañado al hombre que me miraba con sorpresa, ¿acaso lo había dejado vivir?, si como no
-...-el tipo al parecer no podía expresar su sorpresa, pero yo simplemente ya había salido del claro y caminaba lejos de allí.
-no creeras que me olvide de mi misión verdad...-sonreí al momento que chasqueaba mis dedos y una fuerte exploción se escuchaba muy cerca, provenía del claro en el que estaba hace poco-bueno termine con mis objetivos... algo aburrido pero en fin... debería buscar a Rose ¿ahora?...- lo medite unos segundos para luego mandar a un akuma a encontrar a Rose o ver si andaba por aqueí cerca.
-de seguro anda admirando las plantas o torturando a alguien-dije tranformando mi latigo en una sombrilla y emprender le viaje nuevamente, pero esta ves para casa, ya el akuma se encargaria de avisar a Rose que mi parte del trabajo estab listo.
sin más me aleje de todo aquel lugar, para poder tener un merecido descanso de tanto sol y vegetecion.
(cambio de escena)
-wouw... acabaste con todos-dije mientras aplaudia y me acercaba a él-tienes mi admiración, sinceramente no pensé que podrías hacer eso... vaya que si eres fuerte... pero-
mire al hombre que trataba de regular su respiración, una sonrisa se cruzo por mi rostro al momento que me quedaba en cuclillas para estar al nivel del hombre.
-pero... debo terminar esto rápido... debo ir a casa antes de que oscuresca-hablaba mientras le acariciaba su cabello como si fuera un niño pequeño-un gusto haberte conocido Nero-
había avanzado unos pasos cuando me acorde de algo.
ups... casi lo olvido... debo destruir esto-agite mi latigo y tome su espada entre mis manos-sino la derstruyo quizas y el conde me castigue... bye bye-dije la momento que la inocencia se convertía en polvo frente a los incredulos ojos de el.
con eso me fui de aquel lugar dejando extrañado al hombre que me miraba con sorpresa, ¿acaso lo había dejado vivir?, si como no
-...-el tipo al parecer no podía expresar su sorpresa, pero yo simplemente ya había salido del claro y caminaba lejos de allí.
-no creeras que me olvide de mi misión verdad...-sonreí al momento que chasqueaba mis dedos y una fuerte exploción se escuchaba muy cerca, provenía del claro en el que estaba hace poco-bueno termine con mis objetivos... algo aburrido pero en fin... debería buscar a Rose ¿ahora?...- lo medite unos segundos para luego mandar a un akuma a encontrar a Rose o ver si andaba por aqueí cerca.
-de seguro anda admirando las plantas o torturando a alguien-dije tranformando mi latigo en una sombrilla y emprender le viaje nuevamente, pero esta ves para casa, ya el akuma se encargaria de avisar a Rose que mi parte del trabajo estab listo.
sin más me aleje de todo aquel lugar, para poder tener un merecido descanso de tanto sol y vegetecion.
(cambio de escena)
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Re: Mision Especial -Mision en Ecuador-
Después de matar a los dos exorcistas, estuve un rato buscando a Anastasia... Bueno, más que un rato fue una eternidad, pero teniendo en cuenta que yo soy muy impaciente y que por cada minuto me parece que pasan dos, debía de haber estado buscándola unos... Hum... 15 minutos.
- Tsk, dónde se habrá metido?! - Me quejé enfadada - Juro para su cumpleaños le voy a regalar un montón de mapas... Oh, y de paso me compraré un mapa de la conferencia Epinosequé española para no volver a perderme... - Comenté como si hubiese tenido la idea del siglo, entonces, un akuma se cruzó en mi camino.
- Ey! Sabes dónde está Anastasia? - Pregunté con un tono de voz que dejaba translucir mi impaciencia.
- Precisamente venía a informarla de que Anastasia-sama ha concluido la misión por su parte y ha regresado al arca - Respondió el akuma.
- Quéeeee?! Encima que llevo un buen rato buscándola! Se va a enterar! - Grité muy enfadada. En ese momento algo captó mi atención: una pequeña serpiente devorando los restos de una de sus presas.
- Claro! - Susurré mientras atrapaba la serpiente con las plantas y la encerraba en un pequeño bolso - le traeré a Anastasia de regalo... Kukukuku - Y dicho esto, una de las puertas del arca se abrió frente a mí.
- Bye bye, Ecuador - Me despedí de esas tierras mientras entraba en el arca.
[cambio de escena]
- Tsk, dónde se habrá metido?! - Me quejé enfadada - Juro para su cumpleaños le voy a regalar un montón de mapas... Oh, y de paso me compraré un mapa de la conferencia Epinosequé española para no volver a perderme... - Comenté como si hubiese tenido la idea del siglo, entonces, un akuma se cruzó en mi camino.
- Ey! Sabes dónde está Anastasia? - Pregunté con un tono de voz que dejaba translucir mi impaciencia.
- Precisamente venía a informarla de que Anastasia-sama ha concluido la misión por su parte y ha regresado al arca - Respondió el akuma.
- Quéeeee?! Encima que llevo un buen rato buscándola! Se va a enterar! - Grité muy enfadada. En ese momento algo captó mi atención: una pequeña serpiente devorando los restos de una de sus presas.
- Claro! - Susurré mientras atrapaba la serpiente con las plantas y la encerraba en un pequeño bolso - le traeré a Anastasia de regalo... Kukukuku - Y dicho esto, una de las puertas del arca se abrió frente a mí.
- Bye bye, Ecuador - Me despedí de esas tierras mientras entraba en el arca.
[cambio de escena]
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Re: Mision Especial -Mision en Ecuador-
Mision evaluada segun la pauta de evaluacion establecida
Anastasia Sovanov:
Originalidad y creatividad – 1 pts
Concordancia – 0 pts (tubistes numerosas faltas de ortografía durante toda la misión, además de que te falta describir mejor tanto el entorno como tus acciones)
Realismo – 2 pts
Interpretación – 2 pts
Respeto de normas – 3 pts
Actividad en la misión – 2 pts
Total: 10 pts
Rose Kamiyami:
Originalidad y creatividad – 2 pts
Concordancia – 1 pts (tubistes algunas faltas en alguno de los post)
Realismo – 2 pts
Interpretación – 2 pts
Respeto de normas – 3 pts
Actividad en la misión – 2 pts
Total: 12 pts
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