||GANADOR||Concurso Navideño - "Los dulces navideños..."

"¡Feliz Navidad!"

Oía por todos lados un peliblanco con una marca en su rostro y un pequeño ser dorado volar a su alrededor. Aún que el pequeño ser se miraba mas contento que el.

Curiosamente de la Orden lo habían sacado, Komui a saber que se le habría pasado por su pequeña cabeza para sacarlo con ese frió, la nieve por todas partes y sin duda los nuevos copos que caían le harían su nueva estancia en el pueblo.

"Además tengo hambre... Komui fue cruel" Hablo a la nada mientras se sentaba en una banca.

¡Había ido a comprar los regalos para todos! ¿Para qué?... Púes para que lo 'corrieran' cuando uno menos lo esperaba; en este caso el.

La gente pasaba y pasaba, unos hacían sus compras atrasadas, los niños jugaban con la nieve, las niñas hacían ángeles en la misma y luego entre todos hacían un gran muñeco de nieve.

Admitía que la inocencia que trasmitían era tan generosa para su mirar que no se quejaba ya tanto de estar afuera en esa temporada.

Por su parte el pequeño ser dorado se dirigió con los pequeños y estos rápidamente lo acoplaron como un nuevo amigo, rió por lo bajo el peliblanco.

Se puso de pie, ya había pasado un largo rato, y de apoco los nuevos amigos del ser dorado se habían ido, hasta que ahora revoloteaba con su dueño, empezó a caminar con paso tranquilo... Komui le había dicho que regresara en unas horas pero no una hora exacta.

"Es un tramposo..." estornudo tras el pensamiento "Hyaa me enfermare..." murmuro con lagrimas.

Se paro enfrente de un mostrador donde había suculentos pasteles, los miro a cada uno y ya por pronto entraba y se los devoraría, pero luego al meter su mano al bolsillo lo que saco fue y nada menos que... Nada. Su billetera no estaba.

"No... ¡¡No!!" grito ahora de extraña manera "linda y pequeña" con unas cascadas de lagrimas en sus orbes, y en su cabeza lo mordía el ser dorado como si tuviera hambre igualmente.

Tirado en el suelo con una tremenda extraña aura agobiante en el suelo se encontraba el peliblanco, y a su lado como si lo hubiera atropellado un camión o algo estaba el ser con alas. Para ambos o mejor dicho para el humano era mas una desgracia que otra cosa.

"Comida..." repetía una y otra vez, hasta que por arte de magia algo cayo a sus manos, pero antes de lanzarse como un ser caníbal noto que era una carta, se sentó en la fría nieve y antes de abrir el sobre miro que en el cielo un pequeño ser negro con alas de murciélago volaba hacia una dirección.

"Un Golem..." y recobro todas su energías para perseguirlo "Vamos Tim" llamo a lo que era el alado dorado el cual le respondió, y por instinto el peliblanco guardo el sobre en su bolsillo.

Corría como su vida dependiera de eso, en este caso su gran apetito, el Golem casi parecía que huía de el, pero aun así no lo perdía de vista, corría y corría sin prestar atención que cada vez mas se acercaba a un espeso bosque.

Lo que quería, era comer, y ese Golem era de la Orden lo cual significaba que de seguro ya lo dejarían entrar luego de ese maltrato infantil... Bueno, maltrato a el, o lo que sea... Pues su mente dudaba formular algo que no fuera alimento.

"Veeen" el peliblanco si que estaba perdido en su pequeño mundo "Solo un poco..." susurro casi casi atrapaba al Golem, Tim a lo lejos diviso algo. La Orden... ¡Ya casi de verdad!.

Pronto de un salto lo atrapaba al ser negro, pero una misteriosa rama de un árbol se interpuso y termino en el suelo de golpe, lo ultimo que sintió fue un polvo café encima de el, se puso de pie a duras penas y un extraño liquido blanco le había manchado la ropa, bufo e ignoro todo aquello para caminar a la Orden.

"Bromas pesadas" tenia una venita sobre saliente en su frente y un aura peor que la anterior.

Abrió la puerta, estaba echo un demonio, lo que recibió fue una pequeña estela de papeles de colores caer al abrir la puerta, una luz lo cegó un poco pero luego miro una mesa donde había un gran bol y adentro un contenido. Se acerco mas para ver que era.

¡Eran galletas! y mas pequeños dulces Navideños, pero uno de los tantos le interesaron mas, cogió una galleta en particular, una en forma de un hombre, una galleta de jengibre, estaba algo deforme y el decorado era igual un tanto extraño pues imitaba el uniforme que portaba.

Sin darse cuenta el sobre cayo de su bolsillo y volteo, se agacho y lo tomo entre sus manos, lo abrió y leyó con cuidado su contenido.

Un flash lo hizo salir de su trance, alzo la mirada y miro a todos los de la Orden ver algo que tenia en manos un pelirrojo, murmuro un leve "Lavi" el peliblanco y luego vio como alzo algo en manos, era una foto instantánea. Una risa en general se hoyo.

Tomo la foto y la observo, ¡Era el! pero con imaginación tenia apariencia de una galleta de jengibre, era un exorcista, un exorcista que era una galleta, una galleta de jengibre. Aquello le causo risa, entonces si que fue intencional esa misteriosa caída y su apariencia tan rara, esa foto seria memorable y mas por que Allen Walker... Era un dulce navideño.

"¿Ustedes hicieron esto?" pregunto viendo a 3 personas

A Lavi, una peliverde de nombre Lenalee y un peliazul conocido como Kanda. Los 3 se delataban por tener la ropa llena de un polvo blanco, unos tenían en el rostro manchas cafés y Lavi y Lenalee usaban delantal; Kanda no... Pues se le hizo tonto.

"Si, pero tuvimos unos in perfectos..." señalaron las galletas de jengibre "Nos salieron un poco... Mal" hablaron tanto Lavi como Lenalee, en cambio Kanda solo se quedo callado con cara de pocos amigos.

Allen rió, tomo la galleta que había cogido, tenia parecido a el ya ciertamente, la mordió y sonrió "Pero si yo las veo perfectas" agrego.

Pronto Allen escucho algo que no se espero

"Allen tu eres tan dulce como esa galleta"

"Como un dulce navideño"

Dijeron todos, pues Allen les había traído alegría a sus vidas, una nueva esperanza a la Orden, tal vez momentaria, tal vez poca, tal vez nada, pero ese tal vez era ignorado y remplazado por las risas de todos, por ver a Allen regañar a Komui por dejarlo a fuera mientras devoraba todo, el trió maravilla o mejor dicho Lavi, Kanda y Lenalee reian mientras jugaban con el resto de galletas de jengibre que tenían parecido con cada uno y claro que con otra galleta sin un Brazo que era la figura de Allen, claro que Kanda no ponía mucho de su parte pero aun así estaba presente.

¡Feliz Navidad! Acompañado de un Dulce Navideño...

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