Concurso de navidad - Un Santa de pesadilla.

Lance: Hola, bueno, os presento mi (cutre) historia del fic del concurso de navidad de DGMROL. Si le soy sincero, mi pilló el toro ¬¬ lo empezé hace dos semana pero no pude hacerlo más (xDD) tuve que terminarlo rápido y corriendo hoy. Ya sé que tengo la ventaja de que el día termina seis horas más tarde... (como el rol esta en horario de Suramérica) pero tengo que levantarme temprano y tal... Bien, al grano, tuve muchos problemas: no sabía que hacer, así de simple XD Luego al hacerlo rápido no hice la idea principal que tenía. Y tres el título... no sabía que ponerle. Le quería poner Pesadilla Antes De Navidad, pero sonaría a plagio, así que nada. Al final, después de mucho pensar (25 minutos para ser exactos) me iluminé.
O_o si al final de tanto que escribo la historia no la necesitaré xD

inner: callate!! o sino les aburrirás y no lo leeran!!

lance: -_-U adelante con: "Un Santa de pesadilla"

Un Santa de pesadilla.

Las 10 de la mañana, 24 de diciembre. La Orden Oscura se prepara para albergar uno de los acontecimientos más esperados del año: la Navidad. Pero este año la Navidad será especial. Komui ha preparado una gran fiesta con comida, bebida, diversión, sorpresas y regalos, muchos regalos para todos.

- ¡Supervisor! ¡¡¡¡Supervisor!!! – grita Reever dando un portazo en el despacho de Komui. - ¡Otra vez! ¿Cómo se puede dormir en un momento como este?

Komui estaba dormido encima y debajo de un montón de papeles. Pero estos papeles no eran los acostumbrados informes, sino un montón de felicitaciones de navidad, también había espumillón y bolas por toda la mesa. Al lado, yacía el árbol de navidad sin ningún adorno.

- Y es que... no se te puede dejar solo, ni el árbol, ni las felicitaciones, ni los regalos...

- Oh... – dijo Komui levantando la cabeza y frotándose la cabeza. – Ahora lo haré... – bostezó. – Y los regalos ya está solucionado, he contratado una agencia de Santa Claus donde traen los regalos...

Mientras Reever le seguía pegando bronca a Komui y él rechistaba, en la puerta principal los últimos exorcistas que estaban de misión ya habían vuelto.

- Tsch... malditas fiestas... – se quejaba, como de costumbre, Kanda. – Estoy harto de tantas tonterías.

- Vamos Yuu, ¡alegra esa cara! – Lavi puso su brazo por encima el hombro de Kanda y le dio unas palmaditas. – Cuando Santa Claus te traiga los regalos ya verás que alegre estarás.

Rápidamente Lavi echó a correr para huir de lo que sería una muerte segura. Por otra parte el albino Allen se arrastraba por los suelos.

- C-comida... – dijo balbuceando y levantando la mano pidiendo clemencia. - ¿V-vamos a comer Lenalee?

- ¡¡Sí!! – dijo ella alegremente. – Pero antes he de hacer una cosa, espérame allí.

Lenalee se fue corriendo hacia el despacho de su hermano mayor. Mientras iba hacia allí pudo ver a toda la sección científica colgando adornos por todos lados. Ella les alzó la mano a modo de saludo y ellos respondieron con una gran sonrisa.
También vio a todos los buscadores ayudando en la difícil tarea de preparar toda la Orden para la gran fiesta de Nochebuena.

- ¡¡Nii-sama!! – dijo Lenalee entrando en el despacho de Komui.

- ¡¡¡Lenalee!!! – dijo él lanzándose sobre ella llorando a moco tendido. – Que bien que estés aquí a tiempo. Pronto empezará la fiesta. – hablaba en un tono serio pero los ojos le brillaban de emoción.

En el comedor la situación era diferente. Jerry hacía días que ya había decorado la sala. Y todos los buscadores, los de la sección científica y los exorcistas habían parado de trabajar para comer un poco. En una mesa estaban Allen, Lavi, Miranda y Lenalee, que ya había vuelta. En la mesa del lado estaba el solitario Kanda saboreando un plato de soba.

- Kanda... ven aquí a comer. – dije Lenalee con una gran sonrisa de complicidad.

Pero él la miró y volvió a la soba. Ella frunció el ceño, se levantó y le arrastró hacia su mesa. Él contuvo la rabia y se resignó a comer con ellos. Comía rápido para poder irse. No hacía caso a las bromas e indirectas que le lanzaba Lavi. Terminó y se levantó dispuesto a irse. Pero entonces llegó Reever con muchas cajas y subió encima de una mesa.

- ¡Escuchadme todos! – dijo para que todos atendieran. – Desde ahora hasta el fin de la noche debéis llevar esto. – sacó una cosa de las cajas: un gorro de Santa Claus.

Entre risas y gritos. La gente cogió un gorro y se lo puso. Pero Lenalee cogió dos, uno para ella y otro para Yuu. Él estaba en un rincón callado y con la cabeza baja. Estaba rezando para que nadie le obligase a ponerse esa cosa tan humillante.

- ¡Ponte esto! – le obligó Lenalee que se puso delante suyo.a

- No... – dije Kanda.

- ¡¡He dicho que te lo pongas!! – Lenalee, con un movimiento rápido, que pilló desprevenido a Kande, y fugaz le colocó el gorro a Kanda. – Pobre de ti si te lo quitás... – le advirtió ella.

- Tsk .


La juerga y la algarabía no se hicieron esperar. Empezó la gran fiesta de Nochebuena.
Música, risa, comida... había de todo y para todos. Nadie se perdió la gran fiesta, tampoco los cuatro generales.
Klaud estaba sentada en una mesa. Cogía trozos de turrón y se los daba a Lau.
Cross de acercó ella.

- ¿Quieres bailar conmigo?

- Sí no haces nada raro, sí. – respondió sonriendo.

Allen se había puesto diez polvorones a la boca. Estaba tosiendo, Lenalee le pagaba golpes en la espalda para que tragase. Lavi estaba rodando por el suelo de la risa.
La sección científica estaba cantando encima de una mesa, todos llevaban botellas de Sake en la mano.

- No hace nada que hemos empezado y ya se han emborrachado, ¿verdad Komui? – dijo Reever mirando a Komui, que se había dormido de pie. - ¿PERO COMO SE PUEDE DORMIR ASÍ Y CON ESTE RUIDO?
Una campana sonó en la lejanía.

- Komui despierta. – dijo Reever dándole palmadas.

- ¿Q-qué pasa? – dijo él adormilado.

- Ya han llegado.

Mientras Komui desaparecía hacia la entrada, Reever volvió a pedir silencio encima de una mesa. Esta vez le costó mucho más. Al cabo de diez minutos la sala había callado.

- Ahora viene la gran sorpresa, un aplauso para... ¡Santa Claus!

Entonces entró Komui y detrás suyo un personaje corpulento y de gran barriga, vestido con prendas rojas y blancas, un gorro rojo terminado en una bola blanca, una gran barba blanca y gafas. Detrás suyo entraron más gente con grandes sacos llenos de regalos.

- Hohoho. – dijo Santa. – Os traigo muchos regalos para todos.

Komui contempló la cara de la gente, todos estaban ilusionados, su cara brillaba como una estrella. Eso hizo feliz al supervisor. Era feliz porque esa gente se estaba olvidando de todos los problemas del día a día.

- Hohoho... Primero viene... la señorita Miranda Lotto. – dijo cogiendo un saco.

- ¿Yo? ¡Qué bien! – dijo ella mientras iba hacia Santa, de los nervios casi se cae tres veces, pero al final llegó hacia el hombre de rojo.

- De regalo tienes... la muerte. – el gordo sacó una espada y se la clavó en la tripa.

Ella lanzó un gritó seco y fuerte. El suelo se tiñó de rojo. Todo el mundo no daba crédito a lo que veía, sus sonrisas habían desaparecido. Tras un segundos de silencio, en que sólo se sintió el cuerpo inerte de Miranda cayendo al suelo, empezaron a chillar todos. Marie fue a socorrerla, dijo que no con la cabeza, estaba muerta.
Santa Claus rió abiertamente mientras se quitaba la barba, el vestido, el gorro y toda la vestimenta. Dejando a ver quien era en realidad: un hombre de igual gordura, el Conde del Milenio.

- Y ahora exorcistas... ¡morid todos! – sus acompañantes también mostraron su verdadera identidad. Eran los Noahs.

- ¡¡¡Inocencia actívate!!! – se oyó decir casi al unísono.

Tyki Mikk, Road Camelot, Lulubell, Jasdero y Devitto y Skinn Boric empezaron el ataque. De los sacos salieron más individuos. Eran todos Akumas nivel tres.
Komui miraba horrorizado la escena. Le caían lágrimas al ver todo lo que pasaba. La velada perfecta desapareció. Ahora todo era una sangrienta batalla.

- K-komui... – dijo Reever acercándose a él. – Sálvales a todos...

Komui el miró, vio que tenía estrellas negras por todo el cuerpo.

- No... ¡¡¡¡Reeveeeeeer!!!! – pero desapareció en cenizas.

El supervisor de la orden, cerró los ojos, tranquilizándose, pensando.

- Todos...¡evacuen! No os preocupéis por los Noahs y los Akumas, iros de aquí. – en sus ojos se reflejaba el fuego que ardía en el comedor, se había convertido en un infierno.

- No, Komui... – Allen, junto todos los otros exorcistas estaban con las inocencias activadas. – Lucharemos y ganaremos, estamos todos, así que han elegido un mal día para atacarnos.

Empezó la batalla, los Akumas dejaron de atacar a los buscadores y se centraron el la batalla principal.
Pronto en el comedor solo quedaban los exorcistas, Komui, los cuerpos inertes de muchos buscadores asesinados, el cuerpo de Miranda y los asaltantes.

Empezó la lucha de verdad.
Allen se encaró con el Conde, haciendo impactar sus espadas.

Pero todos quedaron boquiabiertos cuando, la mano de Tyki, arrancaba el corazón de Lavi.

Un gritó de rabia retumbó por toda la Orden Oscuro. Los exorcistas se movían controlados por la ira, eso solo provocaba más muertes.
La masacre era terrible. Krory y Marie habían sido asesinados por Jasdevi.
Kanda aguantaba como podía las embestidas de Skinn, que cada vez le ganaba terreno. Road, había transportado a Lavi en un mundo de sueños.

Pero no todo era negativo. En un despiste de Tyki Mikk, Cross, Klaud y Sokaro le lanzaron un ataque combinado. Tyki se convirtió en un montón de brillante arena.

Pero los ojos de Komui se posaron sobre la batalla entre Lulubell y Lenalee. Su hermana menor estaba apresada entre las garras de un escorpión gigante. Lulubell se había transformado en ese monstruo para vencerla.
Komui se abalanzó sobre la Noah, sabía que no tenía posibilidades, pero tenía que salvar a Lenalee. No llegó a tiempo. Lulubell clavó su punzón en la cabeza de la chica.
Komui gritó, pero con toda la fuerza del mundo. Quería olvidarse de todo, que lo que había pasado no era una realidad. Que todo fuese papel, que fuese aire.

Un Akuma nivel 3 que estaba inactivo se pudo detrás de Komui.

- Tienes mucho dolor... te proporcionare la paz eterna.

El cuerpo de Komui cayó, poco a poco, sus ojos vieron a los exorcistas peleando y entregando su vida, antes de cerrarlos para siempre.




- Komui despierta. – dijo Reever dándole palmadas.

Él abrió los ojos, estaba sudando.

- ¿Te encuentras bien? – preguntó Reever al ver el estado del supervisor.

Komui dio un vistazo a la escena. Todos estaban celebrando la fiesta, riendo, bailando, bebiendo y divirtiéndose.

- No, nada... he tenido una pesadilla.

- A si, ya han llegado.

Mientras Komui desaparecía hacia la entrada, Reever volvió a pedir silencio encima de una mesa. Esta vez le costó mucho más. Al cabo de diez minutos la sala había callado.

- Ahora viene la gran sorpresa, un aplauso para... ¡Santa Claus!

Entonces entró Komui y detrás suyo un personaje corpulento y de gran barriga, vestido con prendas rojas y blancas, un gorro rojo terminado en una bola blanca, una gran barba blanca y gafas. Detrás suyo entraron más gente con grandes sacos llenos de regalos.

- Hohoho. – dijo Santa. – Os traigo muchos regalos para todos.

Komui contempló la cara de la gente, todos estaban ilusionados, su cara brillaba como una estrella. Eso hizo feliz al supervisor. Era feliz porque esa gente se estaba olvidando de todos los problemas del día a día.

- Hohoho... Primero viene... la señorita Miranda Lotto. – dijo cogiendo un saco.

- ¿Yo? ¡Qué bien! – dijo ella mientras iba hacia Santa, de los nervios casi se cae tres veces, pero al final llegó hacia el hombre de rojo.

- De regalo tienes...

Komui, recordando su sueño, se dio cuenta que todo había sucedido al pie de la letra. Ese Santa era falso, era el Conde.

- ¡¡NO!! – dijo Komui corriendo hacia Miranda.

La apartó violentamente. Suerte que Marie estaba atento y la cogió al vuelo.

- ¡¡Este Santa es falso!! Es el Conde del Milenio... – dijo el señalándole, sus ojos mostraban una preocupación muy grande. Temía que pasase todo igual.

- ¿Pero qué dices Komui? – dijo Reever con una mezcla de furia y extraño.

Un murmullo recorrió todo el comedor. Toda la gente comentaba en voz baja cosas sobre Komui.
Pero Komui insistía, hasta tal punto que obligó a Santa Claus que se quitase el disfraz.

- Ya está, - dijo el actor. - ¿Te parece bien? O ahora tendré que enseñarte mi D.N.I.. – dijo en tono sarcástico.

- Lo siento... – dijo Komui triste y confuso.

- Bueno, - dijo Reever intentando animarle. - ¿Continuamos con la fiesta?

Santa Claus trajo regalos para todos, desde libros hasta juguetes y ropa y de todo.
La gente continuó la celebrando la navidad. Komui, más tranquilo, observaba la juerga que había. Unos ya andaban borrachos perdidos, los otros hartos de comida y algunos ya habían estrenado el regalo. La gente se lo pasaba bien, sin hacer distinción de cargos. ¡Incluso parece que Kanda se lo esté pasando bien!

Komui respiró. Estaba bien que por un día se olvidasen de la guerra contra el Conde y todos los problemas.

Lejos, en otro lugar de la Tierra. Los Noahs y el Conde también celebraban la Navidad. También reían y se divertían, ajenos a la guerra. No son conscientes de que esa noche podrían haber terminado con la Orden, como en el sueño de Komui, pero es que se lo pasan muy bien. Quizás algún día os cuento la navidad de los Noah, quizás para el año que viene.

FiN~

inner: aleluia!!! de aqui al premio planeta!!

lance: callate¬¬ pues aqui esta resumido mi trabajo, ya me ha costado ya!!

Ok komui si que se confundio , pero eso estuvo lindo , se lo merece por quedarse dormido de pie -_- muy bien , el fic estuvo decente , no soy juez pero e de decirte que te has esforzado mucho espero que ganes