La locura y el terror recorren las calles

-ja... claro te la voy a cobrar después- le dije mientras sonreía de buena ganaDe acuerdo...-

Entonces mi vista se fijo en la persona que había hablado hace unos segundos, levante una ceja extrañada.

-Err... Metron esa persona trae una campana o estoy mal de la vista- cuestione incrédula a aquella mujer que parecía estar molesta ya que había estado hablando con el akuma.... un momento de seguro era uno de esos aliados del Conde que había escuchado antes, pero me preguntaba el por que de su campana, lo más probable y factible era que fuera su arma y un pequeña risa salió de mis labios... había visto muchas armas pero... bueno esto subía mi expectativa en cuanto a armas se refería.

Perdida como estaba en mis pensamientos y comparaciones de armas y demás que por poco no noto el movimiento que había hecho mi compañero contra el akuma hiriendo de forma rápida, solté un silbido de sorpresa al ver el daño y las burlas de él a la maquina, que de inmediato reacciono de manera brusca y salvaje, "típico" sonó en mi cabeza mientras lo veía apunto de atacar a Metron y este que lucía confiado.

Pero antes siquiera pudiera atacar a mi compañero, terminé yo atacando al akuma sacándolo de la trayectoria y haciendolo estrellarse contra uno de los edificios cercanos haciendo un poco de daño en la construcción, y una sonrisa en mis labios, no iba a permitir que me quitara a la maquina responsable de todo este dolor de cabeza, oh no el era mió.

-¡Perfecto!-Dije en son de burla mientras apuntaba con la única espada que tenía en manos, ya que la otra aún seguía rondando alrededor de nosotros- Jo... no seas tan cruel con el niño Metron... no ves que tiene que ir a la cama temprano-terminé sarcástica mientras esperaba que saliera de aquella casa para seguir con el juego.

Parecia que las cosas iban a complicarse un poco mas de la cuenta ahora que no solamente habia un exorcista, si no que tambien alli estaba su compañera de refuerzo y por si fuera poco el akuma era realmente dificil de controlar.... no solamente no la habia hecho si no que ademas habia caido muy facilmente en la rpvocacion de aquellos tipos tan estupidos, cualquiera que fuera el defecto del akuma este era gordisimo y tendria que solucionarlo si lograba sacarle antes de que esos barbaros lo destruyeran.

Rapidamente se coloco frente a los exorcistas y se puso en posicion de batalla, debia hacer que ese akuma se largara y cuanto antes, despues se encargaria de aquellos molestos bandidos y encontraria el remedio para volver a las personas a su estado normal, pero debia actuar y deprisa.

-Vuelvo a repetirtelo ¡Ve con el conde ya mismo! De estos dos puedo encargarme yo- decia dirigiendose al akuma, podria protegerlo de unos cuantos golpes pero tampoco podia actuar como su protectota al cien por cien si este rondaba aun por aqui.

En cuanto a su oponentes, no exageraba en cuanto decia que ella solia podia con los dos, cierto que que aquel chico se habia vuelto mas fuerte pero aun asi no era capaz de superarla y podria acabar igual o peor que en china...y en cuanto a la otra no la conocia mucho, pero parecia ser del mismo potencial que su compañero junto al añadido de que se confiaba demasiado... algo que podria tornarse en su contra.

-Ya empiezo a recordarte... haya en china no eras demasiado fuerte pero has mejorado un poco- se dirigia hacia el chico, completamente calmada -Aun asi y sin animo de ofenderte, tu potencial esta muy lejos de compararse al mio

Los ojos escarlata destelleban el deseo de acabar con aquellos exorcistas, llevaba demasiado tiempo causando el mal y no estaba dispuesta a que la situacion siguiera asi, si iba a pelear les haria morder el polvo minimo.

-No se a cuantos ACM te has enfrentado, pero te aseguro que estoy muy por encima de todo cuanto hayas luchado hasta ahora

La rápida intervención de Jung evito que el akuma lograra realizar un golpe directo con el rayo que mantenía en su mano, algo que agradecí aunque estuviera preparando para contrarrestar su más que evidente represaría por mis palabras de burla. La maquina término estrellándose contra una de las casas cercanas, tratando de averiguar cómo había sido golpeada sin que tuviera tiempo de reaccionar.

-Oye Jung, que por lo que mi ojo me indica tu eres más pequeña que yo- dije entre risas.

No solo las palabras, sino que también el tono en el que hablábamos, o la forma de despreciar las habilidades del nivel 3, hicieron que este acabara estallando nuevamente de furia. Se aparto de la casa para después elevarse un par de metros del suelo. En su cabeza aparecieron varios ojos que nos observaban llenos de ira.

La aliada no tardo en aparecer delante nuestra, dispuesta a luchar para evitar que la maquina sufriera más daños de los leves que acababa de recibir. Por lo visto la chica de la campana, aquella a la que tuve la ocasión de enfrentar en China, había decidido tomar parte en la lucha.

-Jung aquí tenemos a una aliada del Conde- dije una vez hubo terminado de hablar la francesa, -si, es cierto que sigues siendo más fuerte, pero eso no significa que deba dejar de intentarlo- dije medio riendo.

La situación se ponía interesante a la vez que se complicaba por momentos, debía de mantener a aquella aliada entretenida el tiempo suficiente como para que mi compañera lograra terminar con la vida de la maquina.

-¡No puedo! ¿Cómo me voy a ir y ser derrotado por semejante basura? Esto lo termino yo de un golpe-

Estaba claro, la maquina estaba cegada por la ira. Entre sus manos comenzó a acumularse una gran cantidad de energía, la cual seguramente nos causaría los mismos síntomas que al resto de la ciudad, después de todo esa era su intención. Lentamente la maquina se fue elevando en el cielo, cargando su energía mientras nos quitaba ninguno de sus ojos de encima.

-Vale Jung te dejo a la maquina perturbada, ganare el tiempo que pueda- susurre a la exorcista.

En eso la maquina acababa de lanzar un rayo que cubría sesenta metros de diámetro, destrozando todo aquello que tocaba. Un ataque que no estaba pensado únicamente en que enloqueciéramos, sino que además destrozaría nuestros cuerpos si llegara a tocarlos.

La pelea había comenzado y ninguno de los presentes sabía como iba a terminar.

Gruñi, fruncí el ceño y maldije internamente a mi compañero de misión al decir lo pequeña que era en estatura, ya lo sabía y que... aún así me molestaba que dijeran eso.

Más el saber que aquella chica-campana si era un aliada del conde definitivamente me hizo pensar que el conde tenía formas muy extrañas de hacer aliados y poner armas, peor luego ignore el rumbo de mis pensamientos y solo asentí a mi compañero haciéndole saber que ya entendía.

-Y aquí esta el loco de turno-murmure al ver como cada uno de sus extraños ojos despedía furia pura, ¿es que solo sabían guardar rencor aquellas cosas o que?, en todo caso

Observe fascinada como el arma esa se elevaba y comenzaba a concentrar suficiente energía para un gran ataque, que en cuanto lo disparo supe que si era un gran ataque, soltando un suspiro de asombro mientras observaba impactada como el rayo ese se dirigía hacia nosotros y destruyendo un poco de la cuidad en su camino.

-Vaya no sabía que los akumas locos podían hacer eso-dije mientras hacía movimientos rápidos con la única espada que tenía en la mano atrayendo todos los fragmentos de inocencia a mi persona haciendo que me empezara a cubrir rápidamente.

Esperaba que mi compañero y buscador pudieran protegerse de este infernal rayo y sino, bueno ya luego vería lo que tendría que hacer, de momento concentre mi energía para evitar que dicho ataque me llegara tocar.

En cuanto el rayo conecto con mi escupo sentí la presión del ataque, tenía que darle crédito al pobre loco el ataque si que era fuerte, podía sentir el tensarse de los músculos por la concentración y en mi hombro mi felina compañera también esperando que todo pasara y luego de unos minutos la presión se detuvo y no podía escuchar nada más que la risa del akuma que comenzaba a sonarme desquiciada resonando por todo el lugar.

jajajajajaja estúpidos exorcistas vieron, no se pueden comparar a mi jajajajajajajaja

retumbaba por todo el lugar, okey esa era señal para mi persona, debía acabar con el de inmediato y eso iba a hacer.

Así que un movimiento fluido de mi espadas los pequeños trozos comenzaron desprenderse de mi entorno uno por uno para mi deleite y gusto persona, pero antes de que reaccionara siquiera la maquina mande ala mitad de mis fragmentos a incrustarse en la maquina, así el pobre ya no podía escapar.

-Así comienza la parte divertida del espectáculo....-murmure mientras corría en dirección del akuma sorprendido por haber podido sobrevivido.

El ataque fue tan devastador que todos los objetos materiales que nos rodeaban quedaron reducidos a la nada. Casas, farolas, puestos de frutas, incluso un par de cuerpos inertes que habían allí tirados, todos fueron eliminados sin dejar rastro.

Jung utilizo su inocencia para protegerse de semejante ataque, para después contraatacar deteniendo temporalmente los movimientos del akuma, el cual ya comenzaba a arrepentirse de no haberse marchado del lugar.

Yo por mi parte active la “defensa divina” y cree un escudo a mí alrededor concentrando todo el poder que podía reunir en esos instantes para soportar el poderoso impacto. Una nube de polvo seguida del fuerte estruendo que produjo la destrucción de los edificios cercanos, nos rodeo completamente, lo que produjo que perdiéramos la visión de manera temporal.

Nosotros nos habíamos salvado del ataque, sin embargo el buscador no tuvo la misma suerte. Fatigado por la carrera, llego justo en el momento en el que el rayo golpeaba la superficie, tragándoselo antes siquiera de que pudiera dar un grito. La cara de terror que mostro Carlos se grabo en mi mente a fuego, añadiéndola a las otras muchas caras de angustia y dolor de la mucha gente que había visto morir. No hubo tiempo de reacción, no pude ni siquiera extender el campo, solo pude contemplar la expresión de horror.

Cuando la nube se hubo disipado desactive el escudo, tratando de localizar el posible cuerpo de Carlos, pero tal y como me temía lo que antes fue una persona al servicio del vaticano, ahora no era más que un montón de partículas que flotaban en el aire.

Era el momento de atacar, de acabar con la vida del akuma y terminar de una vez con la locura que recorría las calles de la ciudad.

-Luz final-

En ese instante comencé a concentrar toda la fuerza de la que disponía en la hoja de la alabarda, generando en esta una fuerte luz brillante. Poco a poco notaba como las fuerzas me iban abandonando, transmitiéndose al poder de la inocencia, la generación del escudo a ese nivel llego a hacer que empezara a jadear, sin embargo sabía que ese ataque se llevaría el resto de mis energías. Ese era un sacrificio que estaba dispuesto a hacer.

-Hasta nunca- mis palabras reflejaban el enfado que sentía, las ganas por terminar con ese enemigo, algo que lograría gracias a la inmovilización de Jung.

Extendí la alabarda apuntando al nivel 3, el cual trataba de moverse en la medida de que podía, pero todos sus esfuerzos resultaban inútiles. Un rayo de luz de gran potencia se dirigió directamente hacia él, la luz que trasmitía era de tal intensidad que cegó tanto al akuma como a todos aquellos que estuvieran cerca, impidiéndoles la explosión de la maquina cuando el ataque impacto sobre ella.

Una vez terminado el ataque, mi cuerpo llevado por la fatiga, cayó al suelo, dejándome con apenas un hilo de consciencia y con un cuerpo que no sentía nada en esos instantes.

Spoiler:

Cuando estaba a punto de atacar al akuma inmovilizado, tuve detenerme bruscamente de mi próximo ataque al ver como mi compañero lo hacia antes de mi, instintivamente cubrí mi rostro en búsqueda de protección al ver un poco de la brillante y potente luz que provocaba el ataque.

Así que una vez que la luz se disolvió, mi vista estaba nublada, en verdad era un potente ataque, pero ya luego podía pensar en ello ahora debía concentrarme en buscar al akuma que estaba atacando, pero no lo pude encontrar, en lugar de eso lo único que se mantenía en dicho espacio no era más que aquellos pequeños fragmentos de inocencia que habían apresado hace apenas unos segundos al arma meciéndose levemente por el viento que había.

Me queje levemente entre aliviada y molesta de que el akuma no estuviera más en este mundo, pero la pequeña paz que me había invadido la destrucción del akuma me alerto de la aliada que estaba junto a él, así que rápidamente empecé a observar mi entorno para poder encontrarla en algún lado, dudaba mucho que ese akuma loco podría con ella, pesé a que se viera tan extraña con campana y todo, así que en cuanto no la localice lancé mis sentidos a lo más que pude tratando de encontrarla lo más cerca y aún así no la podía encontrar, en lugar de eso localice a un prácticamente desmayado exorcista en el suelo, al parecer había utilizado más de las fuerzas que tenía en el momento, en cuanto al buscador de él no quedaba nada, otro más que se unía a una larga lista casi sin fin de gente que había muerto en labor...

Sacudí la cabeza quitando de mi mente al biscador y sin pensármelo más corrí hasta donde estaba y me agazape a un lado suyo comprobando que no tuviera heridas de mucha gravedad, así que en cuanto vi que estaba lo mejor posible en una situación así, desactive mi inocencia y la guarde en mi cinto para poder tener las dos manos libres.

-Más te vale no morirte en mis manos o juro que te tiro al mar en cuanto suba al barco-le murmure mientras lo empezaba a levantar con dificultad.

Dios si que pesaba el chico este, era un total y completo peso muerto, como pude pase uno de sus brazos por mis hombros y luego con mi mano libre tome su arma comencé a arrastrarla por las calles que sabía me llevaría hasta el puerto.

En le camino a mi destino ya se podía escuchar o mejor dicho, no se podía escuchar algún grito de lunático, arma o de terror en cambio el más tranquilo y quizás relajante sonido el silencio.

-Así que acabado el loco ese todo vuelve a la normalidad-murmure aún arrastrando a mi ya prácticamente inconsciente compañero.

Debía ser un espectáculo digno de ver , el que una mujer llevara a u hombre hasta el puerto, por otro lado algunas caras mostraban alivio y sorpresa la ver todo tan tranquilo. casi con la sorpresa implantada en su rostro, aliviada por que al fin había terminado esto (que en su momento ya me parecía un mal sueño) y de que había llegado al puerto deje a mi compañero apoyado cerca de unas cuantas caja a saber de que serían y comencé a hablar con gente que nos llevara fuera de este país a una zona más cercana a la sede, y luego de mucho negociar, maldecir y un poquito de menazar con dejar a más de uno sin futuras generaciones logre tener un barco que zarpaba lo más pronto que resulto ser un barco que hacía exportaciones.

Así que tomando un último vistazo al a cuidad un tanto destruida recupere al desmayado y lo cargue hasta el barco que no sacaba de aquí.

- Alégrate... dejamos este lugar y con la misión terminada...-dije a nadie ne especial y dejando a Metron allí en cubierta apoyado junto al mástil mientras relajaba los músculos de mi cuerpo- En cuanto se despierte le digo que empiece a ponerse a dieta... si que ¡pesa!-termine quejándome a mi gata que solo miraba y di un último vistazo a la cuidad que ya estaba empezando a alejarse.

La misión había sido terminada y volvíamos a casa.

[Cambio de escena]

Todo había terminado, y con la muerte del akuma las personas comenzaron a recuperar su estado normal, aunque era seguro que tardarían en recuperar la confianza del resto de ciudadanos. Pese a la destrucción de la maquina el daño ocasionado a la que hasta esos días había sido una hermosa ciudad, no sería olvidado durante muchos años, grabándose en las mentes de los supervivientes de forma traumática y dolorosa.

Familias asesinadas entre sí, amigos atacándose hasta la muerte, vecinos acusándose de crímenes que no habían cometido, en verdad todo aquello se había ido de las manos, no solo para los policías sino que también para los exorcistas. Tardamos en actuar, en llegar y en solucionar el problema, mientras tanto más vidas se perdían al mismo tiempo que otras eran llevadas a la locura.

Cuando me di cuenta me encontraba llegando al puerto, siendo llevado a duras penas por mi compañera, recordando las únicas palabras que pude dedicarle antes de perder la conciencia –perdona, por lo visto me sobrepase- después de eso todo se volvió negro.

Ahora recordaba que lo poco que dure consciente, no recordaba haber visto con vida a la aliada, lo que para mí era un alivio ya que podía haber sido eliminada por la habilidad de su propia maquina. Algo irónico y poco probable.

Una vez que fui dejado al lado de unas cajas cual bolsa de equipaje, levante levemente la cabeza para ver como Jung discutía con los marineros del muelle, buscando a alguien que nos sacara de esa ciudad enloquecida, y aunque al principio llegue a pensar que era imposible que ocurriera tal cosa, finalmente logro su objetivo.

Nuevamente Jung me levanto para llevarme al barco y a pesar de haber recuperado la consciencia, sentía que si en ese instante con el enfado que tenia se enterraba, acabaría visitando los peces del fondo del mar, fue ese el motivo que me llevo a mantenerme en silencio incluso cuando zarpamos. Al fin rumbo a la orden.

(Cambio de escena)

Spoiler: