La locura y el terror recorren las calles

Tras un largo camino, el chico llevo a Coralie hasta la calle principal, donde practicamente el color escarlata teñia la calle, muchos cuerpos estaban incluso desmembrados... alli sin lugar a dudas era donde los mas cruentos altercados sucedian

-Gracias por la ayuda pequeño~, vete a casa y no salgas de alli ¿De acuerdo?

-Vale señorita... tenga cuidado- le dijo el pequeño antes de irse corriendo.

Ahora que al fin estaba a solas, podria desarrollar su plan... debia atraer al akuma y que mejor lugar que donde frecuentaban sus actividades, solo hacia falta hacerse percatar de su presencia y de eso se podia encargar su arma, pero aquello conllevaba un riesgo y era el de atraer a mas persoans que sufrian de aquella agresividad.

Pero ella es Coralie Monich, alguien que no temia enfrentarse a ese tipo de gente si era necesario para evitar males mayores, de modo que no dudo en tañir su campana, haciendose oir por toda la ciudad

Tras varios minutos corriendo en busca de algo que me indicara la procedencia de los rayos, pude escuchar el ruido de una campana procedente de una de las calles principales de la ciudad. No me encontraba lejos del lugar en donde venia el ruido de la campana, por lo que me limite a echar una ojeada tratando de ver algún campanario o algo similar, lo extraño era que no había ninguna construcción con semejante elemento musical.

Comencé correr saltando de casa en casa, yendo directamente al lugar de donde provenía semejante ruido, ya que cabía la posibilidad de que los rayos fuesen lanzados desde esa misma zona.

Mientras corría, podía ver claramente como varios grupos de personas trataban de mantener a raya a los locos que aun correteaban por las calles. Todos los afectados eran inmovilizados para posteriormente ser atados y llevados a algún lugar en donde podían encerrarlos, eso con los menos peligrosos ya que por otro lado estaban los que habían perdido totalmente su razonamiento y se encontraban tendidos en el suelo con un cuchillo clavado en el corazón.

-Mira que matarse los unos a los otros, esto es vergonzoso- pensé mientras continuaba mi camino.

Finalmente llegue hasta la calle principal, allí podía ver la figura de una persona que cargaba una gran campaña sobre ella. A la distancia que estaba me resulto familiar esa figura, pero para mayor seguridad di un salto para aterrizar en plena calle, y después comencé a acercarme hasta donde se encontraba. Era posible que esa persona supiera algo sobre lo que allí sucedía, aunque si tan familiar me resultaba, podía significar algo no muy bueno.

Cuando pude ver claramente la persona, fue cuando me percate de quien era en realidad, aquella figura femenina, portando semejante campana, aquella que me la había encontrado en dos ocasiones anteriores. Una aliada del conde, la cual para colmo no me gustaba demasiado el tenerla cerca.

Lentamente una de las puertas de las casas que había dejado atrás, se había abierto lentamente, y de ella se fue asomando la cabeza de un anciano, el cual nos observaba desde la lejanía, tratando de averiguar cuáles serian nuestros próximos movimientos. En ese momento me encontraba tan concentrado en la persona que tenia a pocos metros, como para percatarme de que alguien nos vigilaba de forma muy fija.

-Vaya si han venido directamente hasta mi, bueno veamos que planean-

-Con que todo lo que está ocurriendo aquí es obra tuya- le solté a la chica mientras me cruzaba de brazos, -eso o que al igual que la ultima vez vienes a buscar lo que lo produce y nos hemos vuelto a encontrar- mientras hablaba me mantenía lanzando una mirada fija desafiante, al mismo tiempo que mantenía mi cuerpo ante cualquier movimiento que pudiera realizar.

Atraídas por el ruido de la campana, tres personas comenzaron a acercarse lentamente hasta donde nos encontrábamos. Aquellos ciudadanos que no habían sido infectados, huyeron del sonido producido por la campana, ante el miedo a caer ellos también en ese mar de locura y sangre, sin embargo algunos infectados optaron por acudir en busca de más victimas a las que poder mutilar.

Acorte bastante rápido el tramo que me quedaba recorrer de mi punto inicial hasta la iglesia, al llegar al techo más cercano al edificio me detuve y tome un poco de impulso para poder llegar hasta el techo más alto de dicho lugar.

Con agilidad me afirme en aquel techo y observe todo el entorno, el paisaje no había cambiado mucho que digamos, sangre por todos lados y claras señales de lucha muy violenta eran la tónica del paisaje, quizás y lo que más se diferenciaba era que en frente de la iglesia había una pequeña plaza que pese a las señales ya nombradas no eran tantas como en las calles aledañas.

Discutí internamente si debía bajar a ver el lugar o ingresar de inmediato a la iglesia, pero luego de meditar unos momento decidí dejar el recinto sagrada para el último ya que ruidos y alguna señal de vida no podía escuchar desde mi ubicación actual, esperaba que la gente que vivía o había buscado refugió adentro no hubiera sido infectada o peor aún masacrada, así que dando saltos ágiles baje hasta llegar a la plaza cayendo suavemente sobre mis rodillas.

De inmediato me reincorporé y de inmediato mis manos volaron a mis armas, mi gata fielmente estaba a un lado mio olfateando el aire en busca de posibles amenazas. En cuanto a mi buscaba pistas que me llevaran al causante del caos, pero nada me era muy llamativo o resaltaba en todo eso hasta que un leve ruido me hizo girar el cuerpo y ver que por una de las calles que conectaba con la plaza un grupo de no más de cinco personas armas con cuchillos y demás cosas venían a mi encuentro.

-Mierda...-murmure al ver como tenían la vista desviaba viendo quien sabe que cosa.

Genial, de todas las personas del pueblo que podian aparecer, el primero en hacerlo era un incordio de exorcista... ¿Quien seria? Por lo que decia ya debian de haberse encontrado alguna vez antes ¿Pero cuando? El caso era que le sonaba de algo pero no caia de donde

Mas aquello le dio por pensar alguna gracieta para animarse a si misma y de paso desconcertar un poco al exorcista.

-¡Cuanto tiempo sin vernos....! ¿Pierre? ¿Alfred?.... ¡Que mas da! ¡Ven que te abrace, incordio de exorcista!- decia abriendo los brazos como si esperase que corriera a abrazarla, pero pronto los bajo y tomo una postura mas seria de repente.

-Ahora en serio, ya me estoy encargando yo de parar esto asi que lo ultimo que hacen falta son exorcistas alrededor- decia la lider con un tono suave, tambien se dio cuenta de que tres de aquellos afectados se acercaban a paso lento, mas el akuma no mostraba su presencia aun... tal vez pelear con esos aldeanos sirviese para llamar aun mas la atencion.

Pronto la joven adopto una postura mas ofensiva ante el peligro que se acercaba, de momento se enfocaria en acabar con los aldeanos y dejar al exorcista a un lado, pero si este trataba de evitar su cometido no dudaria en dirigir su ataque hacia el.

-Resolvere esto lo antes posible- dijo la joven mientras sus adversarios se acercaban, cuanto mas cercanos esten mas sencillo seria acabar con ellos sin malgastar energias

-¿Qué deberíamos de hacer ahora?- una mujer se había acercado por detrás al anciano, esperando el siguiente movimiento que les conduciría a la muerte de los exorcistas.

-Diles a los otros dos que busquen a la otra exorcista y la eliminen, no creo que sea suficientemente fuerte como para derrotar a dos niveles 2 al mismo tiempo. Tú encárgate de ese de ahí fuera que yo aprovechare la distracción para infectarlo-

El anciano se dirigió al interior de la casa, con la intención de subir hasta un pequeño balcón que había en la planta superior, esperando el momento adecuado para atacar a quien se encontrara en esa calle. Por su parte la mujer acababa de darles las órdenes oportunas a dos niños que había en el salón, para después salir por la puerta trasera y prepararse para su inminente ataque.





No podía hacer otra cosa más que entrecerrar los ojos con cada sarcástica palabra que salía por la boca de la aliada, tratando de mantenerme sereno ante semejantes provocaciones. Era por eso que al ver como se preparaba para atacar a tres insensatos que parecían estar afectados por los rayos, me vi obligado a intervenir.

-Ni me recuerdas ni falta te hace, lo único que te diré es que no dejare que hagas daño a esta gente-

Rápidamente di un salto para caer a espaldas de los tres hombres, tras lo que agarre con fuerza mi alabarda y le aseste un golpe con el palo del arma, a la nuca de uno de ellos. Después me limite a repetir el proceso mientras esquivaba los golpes que me lanzaban.

-¿Qué tú te encargaras de lo que ocurre en esta ciudad? Permíteme que lo dude, lo único que vosotros sabéis hacer es destruir, por lo que yo seré el que se encargue de resolver semejante locura-

Había pasado tiempo desde el último encuentro con aquella aliada, y en aquella ocasión perdí la pelea aunque conseguí la inocencia, pero en todo ese tiempo mis habilidades habían aumentado, por eso no permitiría que arrasara toda esa ciudad para descubrir lo que allí ocurría.

De pronto un fuerte estruendo proveniente del cielo me hizo elevar la vista, en ese momento pude ver como numerosas balas envenenadas se dirigían hacia donde me encontraba. El responsable del ataque, resultaba ser un nivel 2 que se mantenía sobrevolando la zona, cambiando de posición y de esa forma el ángulo de cada disparo.

Comencé a saltar esquivando los proyectiles, al mismo tiempo que activaba mi inocencia. Debido a la cantidad de disparos, me veía obligado a estar constantemente en movimiento, mientras que trataba de encontrar el momento adecuado para lanzarle un ataque al recién aparecido enemigo.

aquellos cinco en poco tiempo se dieron cuenta de mi presciencia así que de inmediato comencé a ver las posibles opciones, el eliminarlos estaba fuera de discusión así que tenía que ver que otras opciones tenía a mi alcance.
hmm... el dejarlos inconsciente es la opción más viable en este momento, eso o imposibilitar su movilidad pensé sin dejar de vista su andar, si esa era la mejor opción, por que dudaba que me dejaran pasar así como así sin siquiera intentar matarme en el proceso.

Así que decidida la acción a tomar preparé mis armas lista para el ataque que no se demoro en llegar por parte del más a la izquierda del.

Di un pequeño salto para evitar que me clavara ese cuchillo que tenía en la mano y dando un golpe el cuello callo como saco a un lado, eso fue el detonante para que todo el resto me atacara en una muy sorprendente coordinación que si no hubiera sido por mi monstruoso entrenamiento con mi abominable y horrendo maestro esto hubiera sido algo difícil, pero en cambio sus movimientos eran lentos y fácil de seguir.

Así que hice caer a otro de bruces al suelo y sin perder un segundo golpe en el estomago de las únicas mujeres con la empuñadura de mis espadas haciendo que se desmayaran de inmediato, también cayeron inertes en el piso ahora solo me quedaban dos, un hombre gordo y el que había ciado al suelo y ahora se reincorporaba, sonreí divertida al imaginarme que diría mi maestro al verme luchando con gente que tenía más pinta de zombi, pero aún así vivos, a luchar contra los típicos akumas, seguro estaría muy "orgulloso" (insertar sarcasmo aquí).

Estaba pensando ir a investigar aquella iglesia cuando por mi vista periférica me pareció ver una persona, así que antes de que se fuera una posible fuente de información elimine de mi camino aquellos dos hombres que molestaban y me apresure al lugar donde estaba aquella persona
que para mi suerte (o quizás no tanta) eran un par de niños de no más de nueve años.

Coralie no pudo evitar sonreir al oir semejantes palabras del exorcista, cada vez estaba mas convencida de que jamas encontraria a un exorcista con el cerebro en su sitio ¿Hasta que punto eran titeres de los tiranos?

-Resulta gracioso que uno de los defensores de los opresores me diga eso- decia con calma mientras miraba alrededor por si veia a alguien, de momento vio como alguien cerraba la puerta en una de las casas de la plaza, no estaria mal entrar alli

Pronto aparecio un nivel dos que se encargo de disparar al exorcista, debido a esto y que el ya se habia encargado de noquear a los aldeanos vio que podria seguir con absoluta tranquilidad... comenzaba a recordar algo y era que ese exorcista no destacaba por su poder.

-Dejare que os enfrenteis, un nivel dos deberia ser mas que suficiente para ti~- decia canturreando mientras volteaba, como si estuviese bailando- Dudo que nos volvamos a ver- Al decir esto, la joven fue camino a la casa, manteniendo su oido alerta por si las cosas se inclinaban en su contra o hubiese algun peligro inesperado

La confianza, ese factor que puede ser bueno en una persona cuando esta se enfrenta a nuevos retos, sin embargo cuando el individuo sobrepasa los límites aconsejados, ese factor resulta ser totalmente negativo.

La aliada continuo su camino dando por sentado que el nivel 2 suponía un rival mas que fuerte para mí, lo que era cierto si recordaba el nivel que poseía la última vez que me encontré con tan rara espécimen. Si, era posible que en aquel entonces su mayordomo nos pusiera entre las cuerdas a mi compañero y a mí mientras me veía obligado a esquivar las embestidas que me lanzaba con su campana, pero de eso hacía demasiado. Por suerte para mi, el tiempo transcurrido desde nuestro último encuentro, hizo que mis habilidades aumentaran, sobreponiéndome a los diferentes peligros que había corrido.

-Tampoco tengo necesidad de mostrar toda mi fuerza- pensé mientras continuaba esquivando los ataques de mi enemigo.

La maquina poseía un cañón en cada brazo, además de unas grandes alas parecidas a las de un insecto, las que le permitían moverse con velocidad. A pesar de todo, sus movimientos no resultaban difíciles de seguir, ese hecho sumado al que no volaba demasiado alto, me daba la posibilidad de alcanzarlo sin demasiado esfuerzo.

-Inocencia activada, nivel 2-

Tras la activación de mi arma, di un salto hacia una de las casas cercanas, para después darlo en vertical siguiendo la trayectoria del nivel 2. Para cuando la maquina se dio cuenta de mi intención, ya me encontraba justo enfrente suya elevando la hoja de mi arma, para que un instante después descargara un fuerte golpe en medio de su cara.

Tras la explosión caí nuevamente a la calle y fue entonces cuando varios rayos idénticos a los vistos en el puerto, comenzaron a caer a lo largo de la calle. Impacto tras impacto, los ataques iban dirigidos directamente hacia mi persona, obligándome nuevamente a saltar de un lado a otro para evitar que me golpeasen.

En la terraza de una de las casas, se encontraba el anciano levantando ambas manos y lanzando múltiples rayos hacia el cielo, de forma que estos cayesen como si fueran lanzados de otro lugar más lejano.

Off: <.< últimamente ando algo espeso con los post.

Me acerque con precaución aquellos niños, si apartar mi vista de ellos, en una ciudad de locos no podía confiar en nadie más que en mi persona, eso lo había aprendido hace mucho tiempo junto a mi maestro y el permanecer cierto tiempo en la orden, así que tense mis músculos lista esperando cualquier movimiento extraño de los pequeños, más ellos solo me miraban atentos con sus castaños ojos.

cuando estuve a escasos centímetros alce la una ceja en señal de confusión, estos niños no parecían muy humanos que digamos.

-¿No están heridos ciertos?-pregunte pareciendo preocupada y ganándome a la altura de ellos, en cmabio mi gata parecía estar a punto de un colapso nervioso por esos niños era eso o estaba mostrando su más reciente odio a los seres humanos, para seres más exacta infantes pase mi mano por su pelaje tratando de apaciguar un poco la ira de ella y funciono, solo un poco pero funciono de todas formas.

En respuesta ambos niños negaron con la cabeza rápidamente aún negándose a hablar, solté un suspiro y una leve sonrisa salió de mis labios.

-Hmm... será mejor que salgamos de aquí antes de que-señale a los desmayados-se despierten... en todo caso ustedes deberían salir de aquí e irse a su casa de inmediato-di por finalizada la pequeña conversación, aunque era mas factible que fuera un monologo, me levante sacudí la suciedad inexistente de mis ropas lista para seguir con lo mio.

Cuando ya estaba por dar un paso la mano de uno de los pequeños me detuvo, extrañada me gire para saber que era lo que ellos querían y vi como señalaba una zona un tanto tenebrosa, por lo poco que se podía apreciar, al parecer era una callejuela abandonada hace bastante tiempo donde solo había un poco de basura y penumbra, extrañamente resaltaba de todas las demás calles aledañas que estaban cubiertas de sangre, como su fuera su segunda capa de pintura, en cambio esta estaba impecable de dicha sustancia. Salí de mi ensoñación al sentir un tirón en mi mano y vi como forcejaba para llevarme hasta allá.

-¿Hay algo que debo ver allí?-pregunte dudosa aún observando a los niños que asentían vehemente, mire nuevamente la calle y a los niños ¿que diablos tenían que hacer allí aquellos dos?... amenos que... me encogí de hombros ante las ideas que me cruzaban por la cabeza-de acuerdo vamos- termine aceptando

Y en cuanto cruce aquella callejuela, me di cuenta de que era un callejón sin salida, me gire para ver a los que me habían llevado a este camino y vi como se transformaban en un par de akumas nivel dos.

-La exorcista no es muy lista que digamos-comento uno mientras sonreía en lo que suponía era su boca-Será fácil acabar con ella... tal como dijo el viejo...-

-Si mira ni siquiera se entero de que era una trampa.... es más ni siquiera se mueve ¡jajajajajajajajajaja! ¡será muy fácil este trabajo-termino el segundo yo solo levante la ceja ante o que había escuchado de ellos.

¿Viejo?, oh... así que había un viejo de por medio... eso me hacía las cosas más fáciles param i persona.

-Vaya... no me esperaba que aquellos mocosos fueran un par de akumas de verdad que estoy un poco confiada en la gente al parecer... pero de todas formas me viene muy bien el tenerlos aquí-les dije mientras me acercaba más a ellos y me miraba de forma interrogante-Ahora me dirán quien es ese viejo que mencionaron antes-termine dejando ambas espadas frente a ambos akumas lista para atacar.

-¡Ja! piensas que te vamos a decir exorcista... estas demente si piensas esos-gritaron al unísono y atacando en perfecta sincronía.

Y por mi mente resonó el hecho que mucha gente ya me había catalogado de demente en mi vida así que ahora les iba a demostrar que no estaban muy equivocados sobre eso.

Spoiler:

-¿uuhhh? Ese sonido...- pensaba la lider para si, no se trataba solamente de la caida del nivel dos que estaba luchando contra el exorcista si no que tambien algo ajeno habia hecho caer un aluvion de truenos hacia este.

Eso podria significar una cosa, estaba muy cerca de la escena donde se encontraba el akuma y sin duda intentaba mostrar lo contrario para burlar al exorcista.... solo habia un problema mas, si se dirigia directamente al akuma, el exorcista sin duda la seguiria hasta donde estaba... si queria llevarse al akuma primero tendria que hacer algo con ese incordio antes

-Parece que por fin encuentro lo que andaba buscando- dijo para si en voz alta- me hubiese gustado probarte contra un nivel tres, pero este asunto es urgente

Dicho esto, la aliada corrio en direccion contraria a donde estaba el anciano con intencion de desviarle y de paso aprovecho para amedrentarle un poco mostrando una velocidad superior a la que tuvo en China

Caos, locura, desesperación, esos eran los elementos que recorrían las calles de la ciudad brasileña. Todo parecía indicar que una pequeña guerra civil acababa de estallar, en la cual participaban aquellos que habían perdido el juicio contra aquellos que aun lo mantenían. Desde una vista aérea se podían apreciar claramente como los que antes eran vecinos, amigos o familia, ahora se mataban entre sí, cambiando el propio color de las fachadas de las casas y del suelo, a un tono rojizo. La policía y ciudadanos armados, ya no se conformaban con encerrar a aquellos que parecían tener síntomas de esa rara afección, ahora directamente y al verse sobrepasados, se dedicaban a concederles el eterno sueño. Quien estuviera detrás de aquel accidente seguramente había logrado lo que se proponía.

Tras protegerme de la lluvia de rayos con la ayuda de mi técnica protección divina, me limite quitar el escudo protector y tratar de averiguar la dirección desde la que provenían los rayos. En ese instante pude ver como la aliada salía corriendo de la escena hacia algún lugar que solo ella sabía, ¿Acaso ella había podido ver de dónde venía el ataque? Si eso era cierto no podía dejar que se fuera de allí por las buenas.

Mis sospechas se habían confirmado, yo no era el único que había mejorado mis habilidades desde nuestro último encuentro, la marioneta del Conde había logrado adquirir una velocidad mayor, imponiendo un ritmo que me costaba algo de trabajo mantener.

-Eso significa que mi progreso ha ido a la par que el suyo- pensé algo molesto.

No pasaron ni cinco minutos corriendo cuando un grupo de diferentes personas enloquecidas, cortaron la calle dispuestas a matar a aquellos que osaran pasar por allí, lo que incluía a la aliada. En esos instantes yo me encontraba sobre el tejado de una de las casas, ya que desde el comienzo de esa persecución había preferido iniciar la carrera desde esa altura.


Mientras tanto la tercera parte en discordia, también había comenzado a perseguirnos, aunque este había preferido quitarse el disfraz de humano y emprender el vuelo por el cielo, tomando una posición mas propicia para lanzar un ataque.

El akuma contemplo como los humanos afectados comenzaban a lanzar objetos hacia la aliada, y como por una de las calles laterales, se acercaba un grupo de seis hombres empuñando palos. Estos últimos no habían sido afectados por su habilidad, pero si tenían intenciones de luchar contra aquellos que si lo habían sido.

-Más presas con las que jugar-

Al mismo tiempo que colocaba una sonrisa un tanto desquiciada en su rostro metálico, la maquina lanzo una serie de rayos sobre el grupo de seis, infectándolos con la locura que caracterizaba su poder, y descubriéndose como el causante de todo lo que allí ocurría.


Rápidamente distinguí al nivel 3 cuando su ataque impacto en una de las calles cercanas a mí, pudiendo ver claramente como aquel ser disfrutaba con la carnicería que estaba montando.

En esos momentos me encontraba rodeado por una banda de locos, una aliada y un nivel 3, lo que me hizo caer en la cuenta de forma casi inmediata que era el momento de llamar a mi compañera, y de que llegara allí para ayudarme a pelear contra aquella horda de enemigos.

-¿Jung estas ahí?- dije mientras sacaba mi golem desde debajo de mi chaqueta, -no sé exactamente en qué parte de la ciudad estoy, pero si ves a un tipo sobrevolando el cielo es el causante de todo este desastre, necesito que vengas ya que también hay una aliada del Conde, además de varios lunáticos de esos- la situación se estaba complicando, lo que indicaba que si mi compañera no llegaba a tiempo lo acabaría pasando mal.

Los pedazos de inocencia que asemejaban a hojas comenzaron a volver a su espada original con tal tranquilidad que desesperaba, solté un silbido de sorpresa mientras mi arma volvía a su estado original y miraba el cielo de donde había ciado el rayo ese.

-En estos momentos agradezco a mi inocencia... -comentaba a mi gata mientras volvía a enfundar mis espadas en su lugar y observaba mi entorno.

De los dos akumas nivel dos solo quedaban los restos, la lucha no había sido nada más que un juego de niños y pese a que quería alargarla, el imprevisto de los rayos me alerto de que las cosas habían dado un giro más extraño aún, así que mejor acabar rápido con la basura y buscar lo que fuera más interesante. Además me preocupada como podía encontrarse el buscador, ya que era el más débil de los tres y era una perfecta victima del desquiciado que provocaba los ataques.

Con los objetivos aclarados, di vuelta y salí del callejón donde me encontraba y di unos saltos en algunas cornisas y algunas otras partes que sobresalían para poder llegar al techo de la casa.

-El mejor lugar para avanzar -solté con una sonrisa y comencé mi corrida por sobre los techos.

Lo que vi me dejo sorprendida, al parecer la lluvia de rayos había provocado una guerra entre bandas al ver a todo le mundo luchando contra todo mundo, el grito desenfrenado de terror, agonía y locura sobresalían de los demás ruidos de luchas o de lamentaciones que eran opacados por los otros, me detuve en un techo viendo como unas cuantas personas habían formado una especie de resistencia contra algunos infectados que no dejaban de atacarlos incesantemente. Era increíble la tenacidad y la fuerza que podían mostrar los infectados por la forma en que estaban luchando.

-¿Hm?...ese no es... o diablos-termine murmurando y preparándome para bajar al ver como un grupo de "zombie" se preparaban a atacar al grupo sano por otro lado.

Caí al suelo de forma ágil y me agazape en el suelo como un depredador esperando su presa que no tardeo en aparecer un grupo de seis personas aparecieron en mi campo de visión y sin dejar que reaccionaran los ataque dejando a todos inconscientes en apenas unos minutos.

-¡Hey!-grite tratando de llamar la atención cosa que logre bastante rápido la mayoría de las miradas se fueron a mi personas algunas incrédulas y otras (en especial una) de alivio.

-Exorcista-salto de pronto el buscador, Carlos creo que se llama y me acerque a él.

-¿Qué diablos pasa?-pregunte mientras me acercaba corriendo a su ubicación manteniendo una barrera de los rabiosos.

-Después de aquella luvia de rayos muchos empezaron a atacar con demasiada violencia, sin contar con que los sanos empezaron a responder con la misma violencia, me encontraba buscando al posible responsable cuando...-comenzó más lo interrumpí con un gesto de la mano.

Le iba a preguntar por mi compañero cuando de forma improvisada mi golem decidió tener vida de nuevo saliendo del interior de mis ropas (único lugar donde podía estar a salvo de mi felino compañero) y se activo revelando la voz de Metron.

- Aquí Jung te escuche perfectamente esto se complica más y más... que divertido-respondí mientras empezaba a buscar por el cielo o lo poco que lograba ver desde mi posición en aquella calle-Iré de inmediato... pero... me llevo al buscador conmigo- respondí por el golem evitando de paso que Hitomi se lo comiera de un bocado.

Luego de eso lancé al golem al buscador y empece a subir a los techos en busca del responsable y allí estaba a unas cuantas calles más al noreste de la posición actual, otra vez baje y señale al buscador.

-¿Cuanto tiempo le queda a tu barrera?-pregunte mientras trazaba una ruta rápida hasta llegar a mi compañero.

-Máximo hora o hora y media -dijo dudoso.

-Genial por que lo vas a necesitar, para protegerte de los rabiosos y Dios sabe que más ahora sígueme es por aquí-le señale la ruta más despejada que se veía en ese momentos.

El avanzar no era el problema sino la cantidad de infectados que habían en el lugar rondando, como eran humanos y no akumas el destruirlos estaba fuera de discusión pero estaba empezando a odiar eso de que humano no se dañaba... al diablos estaba empezando a molestarme con ellos de verdad. La parte buena era que al buscador ni un pelo le habían tocado y debía decir que la barrera parecía funcionar muy bien, alce la vista para ver si iba bien y efectivamente podía ver como el akuma flotaba bastante cerca de mi posición empezando a preparándose a lo que yo asumía un ataque y en efecto pronto se vio como empezaba a formar aquellos rayos listo para atacar cierto lugar bajo de él.

-Mierda... Metron... -Aceleré el paso dejando atrás al buscador y sacando mis espadas que comenzaban a brillar mas intensamente-¡Secchuka!-grite irrumpiendo en el lugar donde estaba Metron y evitando que los rayos llegaran a ese lugar-Justo a tiempo...-

El pplan funcionaba en un principio, pronto el exorcista iria a buscar al akuma por donde no estaba y ella podria cumplir su mision de recobrar el control del akuma... o al menos hasta que se topo con una panda de infectados que no tardaron en arrojar lo que tenian entre manos hacia la joven que no tardo en rechazarlos y noquearlos en muy poco movimientos.

Pero lo que ya arruino todo fue que el propio akuma la habia seguido y no habia tardado en infectar a mas gente, si esa herramienta tuviese al menos un minimo de sensatez se habria quedado donde estaba... sin duda le espera una modificacion.

-¡Estupido akuma! Detente ahora y marchate de este lugar, el conde te lo ordena- le dijo simplemente la joven mientras de un salto subio a donde estaba

La aliada ya había comenzado su ataque hacia el grupo principal de infectados, mientras que yo había fijado la atención en los últimos infectados. Por lo visto la chica de la campana había decidido únicamente noquear a sus enemigos, algo que debía de imitar si quería salvar la vida a aquellos pobres desdichados.

Di un salto para aterrizar a espaldas de los sujetos, y con una serie de movimientos rápidos y certeros, fui dejando inconsciente uno por uno al grupo de seis hombres, los cuales cayeron en un profundo sueño del que no despertarían hasta que esa pesadilla terminara.

[color=red]-Si esto sigue a si, morirán muchos ciudadanos-[/color] pensé al ver las manchas de sangre de las paredes, justo después de caer el ultimo de mis agresores.

El akuma no tardo en volver a lanzar un nuevo ataque, esta vez hacia mí. Aprovechando la distracción de los últimos atacantes, lanzo una serie de rayos purpuras, con la clara intención de que me acabara convirtiendo en uno más de esos zombis busca peleas. La colisión era casi inevitable, pero gracias a la intervención de Jung pude salir ileso.

-¡Estúpido akuma! Detente ahora y marchate de este lugar, el conde te lo ordena- grito la aliada.

-Gracias Jung, te debo una- en eso apareció corriendo de manera algo fatigada el buscador, -no podemos dejar que se escape-

Era cierto, ¿Quién sabia los atroces actos que podía realizar el Conde con semejante habilidad? Un akuma de ese tipo era peligroso para la orden y la humanidad, por eso debíamos de eliminarle allí mismo, sin dejarle opción para escapar.

-¿El Conde?- pregunto la maquina fijando su vista en la aliada, -¿Pero por qué? Estoy matando mucha gente y estos solo son moscas-

El akuma estaba confuso, algo incrédulo ante la orden que acababa de recibir. No quería marcharse, pues se había apoderado prácticamente de esa ciudad, sin embargo no podía desobedecer una orden directa, aunque quizás la pudiera cumplir después de matar a unos pocos mas.

Aprovechando el debate interno del akuma di un salto hacia la casa más cercana y lance mi “alabarda voladora” contra su cuerpo. La inocencia había sido activada previamente haciendo que el impacto le fuera más doloroso, y así fue, tan absorto estaba en la aliada, que no se percato de que mi arma iba directamente contra él hasta que esta le golpeo en el lateral del muslo derecho para luego regresar a mis manos.

-Dime, tanto miedo nos tienes maldito cobarde- dije en tono burlón.

Mi idea era la de cabrear al nivel 3, y no tardo en picar.

-Maldito exorcista, te voy a sacar las entrañas con mis propias manos-

La ira del akuma le cegó de tal manera que se precipito hacia mi posición preparando un rayo entre ambas manos. La idea había salido bien, la cuestión era si no acabaría infectado en el proceso de eliminar a la maquina.