Mision a Nepal [Nina - Duran]

Vi como la muchacha se lanzaba contra el akuma y trataba de golpearle, mientras lo hacía podía ver que el nivel 2 concentraba nuevamente sus fuerzas en sus brazos, de ellos aparecían nuevos pinchos lo que no resultaba bueno para mí, sin pensármelo demasiado concentre toda mi fuerza para realizar un ataque con ella, su cuerpo estaba dañado y su energía concentrada en sus brazos lo que daba la ocasión perfecta.

-Cuchillada- susurre mientras lanzaba un corte de aire en el que concentre todo mi poder.

El corte partió por la mitad al akuma haciendo que explotara, una nube de humo toxico envolvió el lugar, no tuve otra elección que dar un salto hacia atrás para alejarme de ese humo mortal. Desactive mi inocencia y me colgué la lanza a la espalda, en ese momento me encontraba cansado, además las heridas estaban sangrando.

Recuerdo ir sobre el akuma no se si logre siquiera tocarlo
no recuerdo todo era negro para mí.

Solo pensé además en mi compañero el estaba muy herido.

Cuando vuelvo en si me encuentro en una habitación que no reconocía mi cabeza daba vueltas, aun.

Miro a mí alrededor y me encuentro con Albert que me cuente que Duran término con el akuma y el y el guía me trajo a un lugar seguro, que estuve incinsiente largo rato.

_Duran se encuentre bien, y UD?_ me dije el guía.

_ Yo bien, gracias_ por supuesto que dolorida y una cosa mas…. Me acorde que no había comido.ja ,ja.

Después de la destrucción del akuma pensaba volver a la orden con o sin mi compañera pero el buscador apareció para darme ciertas noticias.

-Lo siento pero hay un problema en el tren y no saldrá hasta más tarde, podemos ir a un hospital que hay cerca de aquí para esperar y que os curen las heridas- dijo Albert mientras cogía a la muchacha.

Seguí al buscador hasta el hospital, una vez allí una enfermera curo mis heridas y me las vendó, al terminar fui en busca del buscador y la exorcista. Entre en la habitación en la que estaban ambos hablando.

-Estoy harto de esperar, ya tenemos la inocencia y los akumas han sido destruidos, vamos tomemos el dichoso tren- dije mirando fijamente a los dos.

_Siempre tan dulce y cariñoso, no te preocupes ya estamos en camino_ lo mire con cara sonriente.

Tomamos dicho tren y nos dirigimos a la orden.

En el mismo me dedique a descansar, por fin.

-Siento que no te guste mi actitud pero no voy a cambiarla- dije saliendo de la habitación.

Finalmente pudimos coger el tren que nos llevo a la orden.

(Cambio de escena)