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Todo el material que se publique dentro del foro es y será propiedad de su creador a menos que se indique lo contrario.
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Arcobaleno Carnival [Katekyo Hitman Reborn!]
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Arcobaleno Carnival [Katekyo Hitman Reborn!]
Título: Arcobaleno Carnival.
Autora: Kiri alias Dream en el foro.
Género: Variado.
Rating: Apto para público de 13 años en adelante.
Personajes: De la serie, originales con derechos de autor reservados y originales de la autora.
Parejas: Variadas, entre shounen ai y heterosexuales.
Arco de tiempo: Unos meses después de lo pasado en el arco futuro, obviando detalles.
Disclaimer: KHR y sus personajes no me pertenecen, son de Amano Akira. Yo solo soy una vil ociosa que hace fics como este si ánimo ni lucro, que solo puede jactarse de tener más gatos que la Oh toda poderosa creadora de esta obra sin igual. Tampoco las canciones de los openings y endings del fic son mías, son tomadas sin ningún tipo de interés comercial para armonizar más con la historia.
1º Opening: GO ON – UVERworld.
1º Ending: Hanamaru Sensation.
Es su culpa.
Y lo sabe.
Lo sabe mientras sujeta ese frágil cuerpo entre sus manos, inmóvil, yaciente e indefenso, con pocas posibilidades de sobrevivir a esta tragedia. A ese mar de llamas que se alza a su alrededor, esas que consumen su amada ciudad, donde nació, donde creció, donde la vida le deparaba ese giro inesperado del destino que lo llevó a donde ahora está parado.
Tiene la cara blanca, pálida, casi demarcada como la de los muertos. Pero tiene fe, debe despertar, debe resistir, o no soportará la idea de perder a alguien más.
A otro ser querido más.
Si no hubiese huido, si no hubiese escapado, si sencillamente hubiese estado preparado en vez de vivir negando que nada malo pasaría al regreso del futuro, quizás ahora no todo ardería en llamas, no todo estaría destruyéndose, tan desolada. La antes bella y explendorosa Namimori no estaría calléndose en pedazos ahora.
Reborn se lo había dicho, jamás escaparía de ese cruento destino, pero ya no estaba allí para recordárselo.
Es su culpa que ni él ni los otros arcobalenos estén ahora.
Al fin se percata de que está siendo observado. Sus naranjadas pupilas encuentran al extraño, surgiendo de las llamas como una aparición. No puede leer la expresión en su rostro porque el humo y las ropas del extraño individuo lo mantienen en el anonimato, pero presiente un aura de amenaza proveniente de él. Sabe que no le gusta lo que ve, conoce a la muchacha que lleva en sus manos y una oleada de rabia barre con sus sentidos y alerta a Tsunayoshi.
No queda nada más que decir, nada más que lamentar.
Reborn, Colonnello, Lal Mirch, Skull, Vipper, Fong, Aria y Verde.
Ninguno de ellos está ahora.
Sabe que no volverá a verlos.
…
…
…
…
… A menos a que acabe con esta pesadilla de una buena vez.
─ Nos vemos otra vez, Décimo Vongola.
Autora: Kiri alias Dream en el foro.
Género: Variado.
Rating: Apto para público de 13 años en adelante.
Personajes: De la serie, originales con derechos de autor reservados y originales de la autora.
Parejas: Variadas, entre shounen ai y heterosexuales.
Arco de tiempo: Unos meses después de lo pasado en el arco futuro, obviando detalles.
Disclaimer: KHR y sus personajes no me pertenecen, son de Amano Akira. Yo solo soy una vil ociosa que hace fics como este si ánimo ni lucro, que solo puede jactarse de tener más gatos que la Oh toda poderosa creadora de esta obra sin igual. Tampoco las canciones de los openings y endings del fic son mías, son tomadas sin ningún tipo de interés comercial para armonizar más con la historia.
1º Opening: GO ON – UVERworld.
1º Ending: Hanamaru Sensation.
Arcobaleno Carnival
Prólogo
Prólogo
Es su culpa.
Y lo sabe.
Lo sabe mientras sujeta ese frágil cuerpo entre sus manos, inmóvil, yaciente e indefenso, con pocas posibilidades de sobrevivir a esta tragedia. A ese mar de llamas que se alza a su alrededor, esas que consumen su amada ciudad, donde nació, donde creció, donde la vida le deparaba ese giro inesperado del destino que lo llevó a donde ahora está parado.
Tiene la cara blanca, pálida, casi demarcada como la de los muertos. Pero tiene fe, debe despertar, debe resistir, o no soportará la idea de perder a alguien más.
A otro ser querido más.
Si no hubiese huido, si no hubiese escapado, si sencillamente hubiese estado preparado en vez de vivir negando que nada malo pasaría al regreso del futuro, quizás ahora no todo ardería en llamas, no todo estaría destruyéndose, tan desolada. La antes bella y explendorosa Namimori no estaría calléndose en pedazos ahora.
Reborn se lo había dicho, jamás escaparía de ese cruento destino, pero ya no estaba allí para recordárselo.
Es su culpa que ni él ni los otros arcobalenos estén ahora.
Al fin se percata de que está siendo observado. Sus naranjadas pupilas encuentran al extraño, surgiendo de las llamas como una aparición. No puede leer la expresión en su rostro porque el humo y las ropas del extraño individuo lo mantienen en el anonimato, pero presiente un aura de amenaza proveniente de él. Sabe que no le gusta lo que ve, conoce a la muchacha que lleva en sus manos y una oleada de rabia barre con sus sentidos y alerta a Tsunayoshi.
No queda nada más que decir, nada más que lamentar.
Reborn, Colonnello, Lal Mirch, Skull, Vipper, Fong, Aria y Verde.
Ninguno de ellos está ahora.
Sabe que no volverá a verlos.
…
…
…
…
… A menos a que acabe con esta pesadilla de una buena vez.
─ Nos vemos otra vez, Décimo Vongola.
Invitado
Invitado
Re: Arcobaleno Carnival [Katekyo Hitman Reborn!]
Aquí el primer capítulo del fic, ;D disfruten (?)
Lunes, empieza la semana como todas las del mes de Julio cuando la primavera da nacimiento a los hermosos brotes de flor. Bellísimas las sakuras que arrojan pétalos y bañan las calles con sus tonalidades rosa, agradables para algunos y agrias para otros -nótese el caso del mismo presidente del comité disciplinario de la secundaria Namimori-. Un día como cualquier otro en plena temporada de clases sin sucesos anormales ni agitaciones. Todo dentro del rango "normal" de la vida de Sawada Tsunayoshi desde la llegada de su tutor Reborn a su casa. Pasaron meses desde lo ocurrido diez años en el futuro y nada más ha sucedido después, aparentemente esos días tranquilos habían regresado a la vida de los guardianes Vongola, que ahora venían disfrutando de aquella paz transitoria. Porque nada dura para siempre y mucho menos cuando de la Mafia hablamos.
Ahora mismo nos remontamos a donde se encuentra el chico que salvó el futuro.
─ Hmmm... Lambo... deja de molestar... no... no ralles las paredes... ─ decía un Tsuna medio dormido, apenas despertando por el griterío que llevaban los niños de cuarto en cuarto como todas las mañanas mientras se rodaba de lado a lado por la cama, hasta que la gravedad lo llamó al suelo causándole un doloroso despertar ─ du-duele... ugh... ─ se quejó sobándose el lado posterior de la cabeza y abriendo un poco más los ojos para encontrarse con la hora que marcaban las agujas del reloj de pared en su cuarto ─ ¡Hii! ¡Pero si es tardísimo! ¡Reborn!, ¿Por qué no me...? ─ exclamó volviéndose al rincón donde el bebé mafioso colgaba su hamaca para dormir, percatándose de que solo había un lugar vacío ─ ¿Re-reborn? ─ pestañeó. Se estrujó los ojos nuevamente como si no hubiese visto bien la figura de su tutor allí. Nada, no podía acusarle de no haberlo despertado a tiempo para llegar a la escuela ─. Vaya... ¿Justamente a dónde habrá ido hoy?
Tsuna bajó torpemente por las escaleras, y como todas las mañanas fue a tomar su desayuno. En la mesa estaban Lambo, I Pin y Fuuta, curiosamente Bianchi no se encontraba, y eso le llevó a pensar que quizás por ello Reborn no estaba en casa. Pudieron haber salido juntos ─ pensaba. Le restó importancia y se dispuso a comer lo más apresuradamente posible, atragantándose cada dos por tres, y sin prestar atención a los demás se despidió corriendo tomando su maletín, y salió para tomar el camino a la escuela.
Si bien, todo empezaba normal como cualquier día, aunque Tsuna se percataba de que ese en particular lucía bastante tranquilo sin Reborn. Lo pensaba mientras caminaba a la secundaria Namimori.
─ Que tranquilidad... de verdad las cosas son distintas sin Reborn cerca... Ahhh... ─ suspiró con algo de complacencia. Por fin unos minutos de paz sin tener que recibir los crueles métodos del asesino a sueldo ni sus alocados problemas que siempre llevaba en su bolsillo con cuestiones de la mafia y la familia.
─ ¡Buenos días, Décimo! ─ saludó un siempre efusivo Gokudera cuando se dirigía a su jefe, a quien siempre se encontraba en el camino a la escuela.
─ ¡Yo*, Tsuna! ─ Yamamoto también venía con él, llevaba el bate en el estuche colgando en su espalda, nada atípico en él.
─ Buenos días Gokudera kun, Yamamoto ─ correspondió con su habitual buena cara para con sus amigos.
─ ¿Uh? ¿Y Reborn san, no nos acompaña este día?
─ Este... creo que salió esta mañana, no lo encontré cuando me levanté... quizás esté con Bianchi en alguna parte, a ella tampoco la vi en el desayuno.
─ Puede que halla tenido algo que hacer, seguro no los encontramos en el transcurso del día, ¿No les parece? -- Dio su respuesta el beisbolista.
─ ¡Idiota, eso era lo que yo estaba a punto de decir! -- Le reclamó Gokudera, realmente odiaba cuando Yamamoto decía cosas ingeniosas y se robaba la cámara. – Entonces Décimo, sigamos a la escuela. Seguramente Reborn san aparecerá en cualquier momento ─ concluyó más sumiso.
─ Eh, sí... después de todo se trata de Reborn ─ se despreocupó sonriendo ingenuamente.
Así llegaron a la secundaria de Namimori conversando sobre cuestiones triviales.
Hubo un momento en el que Tsuna se había sentido observado, incluso se volteó un par de veces a mirar hacia los lados para comprobarlo y no se encontraba con nada. Pasó de ello y siguió con sus amigos.
La primera jornada de clases transcurrió sin ninguna anormalidad. Las mismas lecciones aburridas, preguntas que no conseguía acertar muy a pesar de los esfuerzos de Gokudera por soplarle las respuestas. En la hora del almuerzo fueron a tomar el almuerzo en la azotea como era su gusto en las horas de descanso. Yamamoto traía sushi, y Gokudera comida empaquetada. Tsuna desenvolvió su caja de almuerzo, degustó su primer bocado como si fuese la gloria misma.
─ Ahh, sin Reborn definitivamente todo es más tranquilo. Aunque, ¿En dónde estará realmente?
─ En lo que lleva del día no ha dado ni los mínimos indicios de su presencia ─ contestó Gokudera ─ seguramente debe estar preparando algo importante, sí – afirmó más convencido.
─ No puede ser ─ se lamentó, casi resignado por la costumbre de que su tutor hiciera lo que le viniese en gana.
─ Vaya, espero que sea interesante ─ comentó un optimista Yamamoto ─ en estos días solo hemos hecho deberes y cuidar de los pequeños.
─ Sí, pero ¡E-estos pacíficos días, no quiero que terminen tan...! tan pronto -- su voz se fue apagando hasta callar. Recordaba los angustiantes días en los que se debatían contra los Millefiore en el futuro.
─ Tsuna...
─ Décimo… ─ Así como el espadachín, Gokudera había captado los sentimientos de su jefe perfectamente. Realmente ninguno de los guardianes, exceptuando a Hibari, querían que una nueva amenaza surgiese y se viesen obligados a arriesgar sus vidas para proteger a sus seres queridos y así mismos. La batalla contra Byakuran les había hecho desear el jamás ansiar la llegada de nuevos enemigos, aunque cabía admitir que tanto Gokudera como Yamamoto, en más de una ocasión, habían deseado medir sus fuerzas con algún oponente digno, usar las armas para practicar ó entrenar no era lo mismo que en un combate real. Pero el castaño no pensaba lo mismo, para Tsuna esas cosas no eran un juego.
El ruido de un arma cargando alertó a los tres muchachos.
─ ¡Cuidado Décimo!
─ ¡Tsuna!
─ ¡¡EXTREMO!!
Un impacto resonó, fallando. La bala había dado en la reja, a unos peligrosos centímetros de donde hace un momento estaba la sien de Tsuna. Los tres guardianes se habían lanzado contra el muchacho empujándolo al lado opuesto del disparo, acabando los tres sobre él en el suelo. Se sentía cual hamburguesa con todos encima, preguntándose si todavía estaba vivo y qué demonios ocurrió.
─ ¿Se encuentra bien, Décimo? ─ Preguntó Gokudera intentando levantarse, más no lo consiguió ya que tenía a Yamamoto encima.
─ Eh, sí... creo que aún estoy vivo ─ dijo no muy convencido, pese a que sentía el dolor de la realidad en sus espaldas.
─ Estuvo cerca esta vez ─ comentó Yamamoto despreocupado.
─ ¡¡Quítate de encima, idiota del béisbol!! ¿¡Qué no vez que el Décimo está abajo!?
─ Disculpa, lo haría si Sasagawa senpai no estuviese encima de mí.
─ ¡Yo, Sawada! ¿¡Por qué rayos no me llamaron cuando pretendían hacer una montaña humana!? ¡¡NO PUEDEN HACER NADA EXTREMO SIN MÍ!!
─ ¡¡IDIOTA ¿QUÉ ERES RETARDADO?, CABEZA DE CESPED!! ¡¡QUE TE BAJES DE UNA VEZ!!
─ ¿¡CÓMO QUE RETARDADO, CABEZA DE PULPO!?
─ A propósito, ¿De dónde ha salido, Sasagawa senpai? ─ Preguntaba Yamamoto mientras el boxeador se bajaba de encima, y así lo hacían los demás.
─ Pues, los estaba buscando y escuché que estaban en la azotea. Luego vi que todos se lanzaban hacia Sawada por alguna extraña razón y me pareció de lo más extremo ─ respondió firme, como si lo que acababa de hacer fuese bastante elocuente.
─ Si que serás idiota ─ replicó Gokudera después de ayudar al pobre Tsuna.
─ ¡Seré idiota, pero siempre estoy donde hay cosas extremas! ─ Exclamó Ryohei enérgico.
¡Y admite su idiotez, oniisan! ─ pensó el muchacho y luego volvió a la realidad. ─ Pero, ¿Qué es lo que acaba de pasar? ¿Quién disparó?
Todos se miraron a las caras y quedaron en silencio solo un instante, hasta que la respuesta apareció por sí sola.
─ Fui yo ─ respondió una voz femenina extrañamente familiar a los presentes. Una silueta salió de las sombras, en la entrada de la azotea fue vislumbrándose hasta que la iluminación le llegó, y dejó ver a una mujer que llevaba una ropa casual de camisa de manga abotonada blanca y unos pantalones de mezclilla negros con botas del mismo color, donde resaltaban un par de lentes bastante grandes que cubrían parte de su rostro, y en sus manos llevaba un rifle automático que acababa de guardar en su espalda. Todos quedaron viéndole mientras se acercaba tranquilamente al grupo. ─Tal como lo esperaba han reaccionado bien, pero... ─ esta se detuvo y sujetó por el cuello a Tsuna, obligándole a separar las plantas de los pies del suelo ─ que tú continuaras tan lento como la última vez, ¡No has cambiado nada en estos meses, Sawada! ─ Replicó molesta seguida de una lluvia de bofetones que repiquetearon en las mejillas del Décimo.
─ ¡¡Wuaa!! ─ Chilló adolorido ─... Esta... esta sensación tan familiar... ─ respondía aturdido Tsuna que al dedicarle una mirada a la extraña se dio cuenta de que evidentemente le conocía.─ ¿¡La... Lal Mirch!?
─ ¡Maldita mujer! ¿¡Qué se supone que estás haciendo con el Décimo!? ─ gruñó Gokudera mostrando sus explosivos en las manos.
─ Jm…─ Lal arrojó al muchacho contra Gokudera y este lo atrapó ayudándole a que se reincorporara. Luego, la mujer bajó los lentes a su cuello mostrando sus ojos avellanados y la cicatriz inconfundible de su mejilla. ─ No tenemos demasiado tiempo, hay que movernos de aquí.
─ Ah, Por cierto... ─ llamó Tsuna mientras se recobraba del aturdimiento sobándose las mejillas enrojecidas ─ Lal, tu apariencia... ¿Es qué eres... la Lal de diez años en el futuro?
─ No ─ contestó rotundamente ─ se suponía que tomaría esta forma dentro de unos años en adelante, eso es cierto. Pero... algo ha sucedido y por esa razón tengo esta apariencia.
─ ¿Qué, qué quieres decir? ─ Preguntó de nuevo, más confundido todavía. Si ella era la Lal de su presente debería ser una bebé, ¿entonces por qué?
─ No tenemos tiempo para discutirlo ahora. Tenemos que abandonar la escuela inmediatamente o te matarán, Sawada ─ dijo Lal sin querer entrar en detalles, era evidente que para ella el tiempo lo valía más.
─ ¿¡Me-me matarán dices!? ─ Chilló un alarmado Tsuna.
─ ¿¡De quienes estás hablando!? ¡No has respondido absolutamente nada coherente! ─ intervino de nuevo Gokudera.
─ Viene – la mujer apretó los dientes y cargó su rifle.
En ese preciso instante se escuchó el canto de un águila que sobrevolaba la azotea, aquello a Tsuna ni a los guardianes les dio buena espina, y eso fue comprobado cuando seguidamente se escucharon tres disparos sordos que volaron parte de la estructura de concreto reforzado del instituto, creando huecos en los bordes de la azotea y volando con facilidad las rejas que delimitaban el lugar. Los guardianes reaccionaron rápidamente y se agacharon para prevenir ser alcanzados por las balas, Tsuna sintió que por unos momentos perdería sus tímpanos a causa del ruido de los impactos. Cuando abrió los ojos para ver que era lo que sucedía, encontró a Lal en guardia sosteniendo su rifle automático, con una expresión de enojo.
─ Ese imbécil nunca cambia sus métodos ─ resopló.
Una esbelta silueta trepó con facilidad las rejas abolladas de la estructura para pasar liso a la azotea del edificio. El águila que antes estaba volando alrededor de ellos se posó dócil en el hombro del invasor, que sostenía un rifle antitanque y tenía en la mira a los presentes. Aquel era un rubio de ropas militares con una bandana de camuflaje y una insignia con el número 01, era bastante alto aunque se veía casi tan joven como los guardianes Vongola. Nadie a excepción de Lal parecía reconocerle en totalidad... quien se mostraba levemente turbada, aunque había que reconocer que se les hacía bastante familiar.
─ ¿Qui-quién es él, Lal? ─ Preguntó un temeroso Tsuna, rodó su vista hacia la bandana que llevaba el militar. Esa bandana... se parece mucho a la que lleva Colonnello, y esa águila, ¿no es Falco? ¿¡No puede ser!? ¿¡O sí!? ─ pensó.
─...
─ ¿Qué les pasa? ¿Es qué acaso no me reconocen porque llevo "esta apariencia"?, kora ─ bufó el intruso.
─ Colonnello... ─ susurró Lal sin bajar la guardia.
─ ¿¡QUEEEE!? ─ Chilló Tsuna ─ ¡E-eso es imposible! ¡La-lal! ¿¡Estás diciendo que ese muchacho es... es Colonnello!?
─ Eso no puede ser, ¿Qué no era un bebé? ─ Se preguntó Gokudera confuso.
─ ¿Pero qué te pasa, cabeza de pulpo? ─ Irrumpió Ryohei quien parecía tener una explicación al asunto, ─ el maestro Colonnello es un bebé en crecimiento, pudo haber crecido finalmente.
─ ¡Imposible! ¡Si han pasado solo unos meses desde que pasamos por las pruebas de los Arcobalenos! ¡Y él todavía era un bebé! ─ Respondió Tsuna cada vez entendiendo menos de la situación. Muy por el contrario, Colonnello parecía disfrutar del momento.
─ Jajaja ─ rió bastante divertido ─, tal parece que sí les impresiona mi verdadera apariencia ─ dijo el arcobaleno azul sonriendo despreocupadamente. Enfocó su mirada en Lal quien desde que había llegado no le había quitado la mira de encima. Ella inmediatamente le eludió, más este le sonrió familiarmente. ─ Lo que no me esperaba es que fueses tú la primera en estar aquí, Lal, kora.
¿Verdadera apariencia? ¿Qué quiso decir con eso? ─ Pensaba el chico mirándolos a ambos.
─ No podía permitir que asesinaran a Sawada Tsunayoshi en estas condiciones ─ respondió Lal devolviéndole la mirada, sin bajar la guardia ─, no se deberían tomar medidas tan extremas sin conocer un poco más de la situación.
─ Entiendo tus razones, pero sabes bien que "esto" puede causar perturbaciones, y si no hacemos algo puede que la humanidad se vaya a garete, kora ─ la voz de Colonnello tomó seriedad.
─ Aún no estamos seguros de nada, no puedes aseverar que lo que está sucediendo es culpa de los guardianes y los sellos de arcobaleno ─ le refutó Lal con mayor énfasis.
─ ¡Esperen un minuto! ¿¡De qué demonios están hablando!? ¿Qué tienen que ver los sellos de Arcobaleno con todo esto? ─ Interrogó Gokudera impaciente.
─ Más de lo que crees, kora.
─ No lo comprendo, ¿Dices que algo malo puede pasarle a la humanidad y que es culpa nuestra? ─ Intervino Tsuna cada vez comprendiendo menos la situación, su situación.
─ Posiblemente.
─...─ Se hizo un silencio para que los guardianes meditasen lo que estaba pasando, lo que podría estar pasando. Nada tenía sentido, creían que todavía faltaban más cosas por explicar, piezas de rompecabezas por unir.
─ Con esto compruebo solo una cosa, los guardianes no son consientes de lo que ha sucedido, lo cual los convierte en inocentes ─ respondió el rubio bajando su arma y dejándola reposar en la parte posterior de su espalda ─, me basta con eso, kora.
─ ¿¡Qué!? ¿¡Intentas matarnos y luego dices que cambias de opinión como si no hubieses dicho nada!? ─ Protestó nuevamente el guardián de la tormenta.
─ Nunca dije que los mataría ─ se excusó el rubio desviando la mirada despreocupado ─ fueron ustedes los que se hicieron esa idea, kora.
─ En cualquier caso ─ interrumpió Lal bajando también su arma y devolviéndola a la espalda, volviéndose a los guardianes ─ debemos irnos de aquí o la escuela podría ser destruida.
─ ¡No puede ser! ─ Exclamó Tsuna notando el desastre que había causado Colonnello con su llegada, la reja estaba demolida y había baches en el piso y los bordes de concreto ─, ¡Si Hibari-san ve esto, nos morderá hasta la muerte!
─ Será mejor irnos entonces, kora ─ resolvió Colonnello siendo el primero en encaminarse a la salida/entrada de la azotea. Le imitaron con la misma intención hasta que Gokudera, no conforme con la escasa información del asunto, por decir nula, se quejó nuevamente parando a todos en seco.
─ ¿Por qué deberíamos hacerles caso después de lo que acaba de suceder? ─ Colonnello lo miró de reojo.
─ Precisamente por eso, nosotros no somos los únicos que creerán que ustedes son los causantes de esto, y créanme que ellos no se contendrán como yo, kora ─ respondió serio.
─ E-ellos... ¡No me digas que los otros bebés...! ─ En ese momento cuando ya la puerta de la azotea estaba abierta, Tsuna se sintió golpeado y obligado a descender bruscamente por las escaleras a causa de una brutal patada en la espalda, cortesía de Lal Mirch.
─ ¡Muévanse!, no lo repetiré de nuevo ─ decía mientras los otros guardianes corrían a auxiliar a su jefe, y Gokudera maldecía una vez más a la arcobaleno corrupta.
─ Vaya, de verdad que ni siquiera el regresar a nuestra apariencia anterior te hace más femenina, kora ─ dijo el rubio tras ella.
─ ¡Cá-cállate!, mejor preocúpate por tus propios asuntos ─ replicó Lal de nuevo evasiva, avanzó mientras su alumno le seguía sonriendo por lo bajo.
Los pasillos de la secundaria Nami estaban desiertos, la hora del descanso había terminado hace cinco minutos y todos los alumnos estaban en sus respectivos salones atendiendo a las clases que, los guardianes en otra situación estarían viendo. Lastimosamente para ellos dos arcobalenos había llegado para avisarles "muy sutilmente" que los otros miembros de los siete más fuertes querían matarles. Él día no podía marchar mejor ─ pensaba Tsuna con sarcasmo irónico nada propio de él.
Ingenuamente había pensado que por la ausencia de Reborn aquel día prometía ser tranquilo, y sin pronósticos de tormentosos problemas para él y sus amigos, a su criterio deberían estar acostumbrados a que los cálculos fallasen de esa manera, no era la primera vez. Más él nunca perdía la esperanza de tener un día libre de situaciones peligrosas, una ilusión que debió perder hace muchísimo tiempo. Ahora no era el momento para quejarse de ello.
─ Bien, no hay moros en la costa ─ comprobó Gokudera asomándose con cautela desde una pared, supervisando que el pasillo estuviese libre de personas. Se volvió hacia sus compañeros haciendo un amague de buena fortuna con el dedo pulgar a su jefe. ─ podemos seguir sin problemas, Décimo.
─ Uhm, gracias Gokudera kun ─ le agradeció, volviéndose hacia los demás, indicó que tenían luz verde para pasar.
Se movieron con prisa, evitando ser escandalosos con su trote y esquivando las ventanillas en las puertas de los salones para evitar ser vistos por algún profesor o alumno. Tsuna y Gokudera eran los dos que encabezaban la marcha, dado que conocian bien el edificio. Seguidamente Ryohei y Yamamoto cubrían el medio mientras Lal y Colonnello se mantenían atrás apropósito, siendo ellos más altos y extravagantes en el entorno. Debían salir de ahí cuanto antes sin que nadie les viese para evitar dar explicaciones, si esos bebés "crecidos" llegaban estando ellos allí no cabía duda que se armaría una guerra. Tsuna no conocía muy bien el temperamento de los otros bebés dado que les trató durante las pruebas con mucha distancia, pero sí estaba seguro que siendo ellos de la mafia significaba que como fuese habría líos.
Reborn también es uno de ellos, no puede ser... ¿Habrá desaparecido por la misma razón que Colonnello y Lal han llegado aquí? ─ Pensaba mientras corría lo más suave posible.
─ Falta poco Décimo ─ anunció Gokudera ─ ya desde aquí veo las escaleras.
─ ¡Es cierto! ─ Dijo aliviado. Les faltaba poco para culminar el pasillo principal y tomar las escaleras para la planta baja, donde se encontraba la salida y entrada principal del Instituto Namimori.
Bajaron rápidamente las escaleras y cruzaron lo que restaba con más prisa de solo ver la salida tan cerca de ellos. Tsuna dio algunos tras pies al pasar bajo el umbral en lo que Gokudera y Yamamoto le sujetaron para que no acabase tropezándose más sobre sí mismo. A la mitad del patio escolar, una silueta les esperaba sosteniendo en sus brazos un par de tonfas y acuchillándoles con la mirada, a Tsuna casi se le sale el corazón de ver a Hibari Kyouya parado frente a ellos, acorralándolos como unos perseguidos de la justicia.
─ ¡No puede ser, Hibari-san! ─ Exclamó el castaño aterrado, temiendo por antemano las represalias del presidente del comité disciplinario.
─ ¿Jum...? Veo un par de ratas saltando sus clases... ─ musitó con voz suave y terrorífica el pelinegro, los otros no pasaron por alto aquel escaneo de su mirada matadora, detectando en ese grupo a dos intrusos que no reconocía, ni le interesaba reconocer. ─ Jm, también hay intrusos y están armados ─ reparando en las armas de fuego que llevaban Lal y Colonnello, las cuales eran bastante volubles pareciéndole a Hibari una amenaza para la institución como fuesen empleadas. ─ Doy por hecho que son los responsables de los ruidos molestos de hace poco, que arruinaron parte de la propiedad del instituto. ─ En lo que dijo esto, el guardián de la nube adoptó una posición ofensiva en conjunto con las tonfas en cada brazo, mostrando una filosa mirada siquiera comparable con las fieras más peligrosas del África ─. Todos ustedes, serán mordidos hasta la muerte.
─ ¡No puede ser! ─ Chilló Tsuna al escuchar semejante sentencia.
─ ¡Chi! Encontrarnos a este sujeto justamente ahora cuando llevamos prisa ─ susurró amargamente Gokudera.
─ Bueno, puede que si le explicamos lo que está ocurriendo nos... ─ Antes de que Yamamoto pudiese continuar con sus tranquilizantes palabras, Hibari se había lanzado en línea recta hacia ellos con intención de golpearlos a todos a la vez con las tonfas relucientes y listas para ser mortalmente empleadas. Gokudera apartó a Tsuna de su alcance jalándole del brazo hacia un lado, el beisbolista de reflejos rápidos se redirigió al lado opuesto siendo imitado por Ryohei. Lal se colocó en guardia sin emplear su arma, más Colonnello se había quedado inmóvil a la espera de que el ataque de Kyouya llegase, ya que sabía que si alguien permanecía quieto su atención iría hacia este, él viéndose en la mejor condición siendo experto en combate desde muchos años tomó ese papel. Hibari quién intentó conectar un golpe con la tonfa izquierda a la mejilla del rubio, a lo que este simplemente se echó unos pasos atrás e inclinó su rostro evitando el roce como un reflejo rápido producto de la experiencia. Eso hizo sonreír a Hibari de gusto, confirmándole que no estaba ante un oponente fácil, y que este podría proporcionarle bastante diversión.
─ ¡Hibari y Colonnello están peleando! ─ Chillo nuevamente Tsuna, preocupado por ambos --¿¡Qué deberíamos hacer!?
─ Esta es nuestra oportunidad ─ se dirigió Lal a los chicos ─ Colonnello nos está haciendo tiempo para que podamos seguir ─, la mujer miró a Tsuna y seguido de eso le tomó fuertemente de brazo para jalarlo hacia la salida. ─ ¡Vamos!
─ ¡Espera, Lal! ─ Protestó, no pudiendo resistirse a la fuerza de la morena, fue arrastrado y obligado a correr en cuanto salieron del instituto.
─ ¡Décimo! ─ Gritó Gokudera frustrado, aquella mujer no había hecho más que disponer desde que llegó, igual a como lo hizo en el futuro cuando se encontraron -, esa mujer, siempre haciendo lo que le viene en gana... ¡Mierda! ─ protestó furioso y comenzó a correr en la misma dirección en la que Lal y Tsuna para darles alcance.
─ Vamos ─ dijo Yamamoto imitando a Gokudera.
─ ¡Esto se pone cada vez más EXTREMO! ─ exclamó Ryohei, más miró antes a su joven maestro quien seguía luchando contra Hibari sin devolverle ningún golpe y sin recibir ninguno por parte de este ─ ¡Shishio!* ¡Alcáncenos después! ─ dijo antes de comenzar a correr.
─ ¡Sí! ¡Déjenmelo a mí, kora! ─ Contestó con una sonrisa confiada, evadiendo otro movimiento veloz de Hibari, quien ya se veía más y más impaciente.
─ ¿Hasta cuando vas a seguir eludiéndome? ─ Preguntó este molesto mientras continuaba arrojándole golpes, obligando a Colonnello a moverse cada vez más lejos de la salida, dándole a entender lo que el guardián de la nube pretendía hacer, al llevarlo hasta una de las paredes de la escuela, de esa manera estaría arrinconado. El militar adivinó esto y se sonrió confiadamente.
─ Por eso decían que eres el guardián más fuerte, kora ─ comentó este mientras bajaba su cabeza y la echaba hacia atrás, así como parte del tronco para eludir un golpe a su frente, que de darle le hubiese partido el cráneo con toda la intención del mundo. Era más que claro que ya el encuentro empezaba a subir a un nivel de riesgo, mayor al que podría controlar sin emplear sus técnicas. ─ Esto empieza a ser peligroso.
─ Eso es porque sigues sin hacer nada más que evasivas ─ susurró el pelinegro blandiendo sus tonfas, buscando empujar a Colonnello contra la pared para molerle a golpes finalmente.
Una voz detuvo a ambos.
─ Es suficiente, Hibari.
Tanto Kyouya como Colonnello se volvieron hacia el lugar donde provenía aquella voz masculina, extrañamente familiar para el arcobaleno de la lluvia. Había una silueta alta cubierta por la sombra que daba la pared de un lado del edificio, su rostro no podía apreciarse completamente y solo se distinguía a un hombre con traje de gala y sombrero de copa baja, donde un camaleón reposaba durmiente. Este esbozó una sonrisa al ver que ocupaba la atención de ambos, lo que hizo más reconocible a Colonnello aquel misterioso sujeto. En cambio Hibari no parecía estar del todo seguro de aquella persona, pero en cuanto examinó con más cuidado comprobó todo lo que necesitaba saber y bajó sus tonfas.
─ Pronto ningún lugar de Namimori será seguro para Tsuna... ─ susurró el hombre con un tono bastante sombrío.
Tsuna ya ni sabía cuanto tiempo tenía corriendo. Ni llegó a fijarse en que dirección de la ciudad iba, y dudaba que Lal lo supiese al llevarlo aún del brazo. Atrás veía a Gokudera, Yamamoto y Ryohei.
Colonnello se quedó a contener a Hibari san, espero que ambos estén bien ─ pensó.
No deseaba en lo mínimo que ambos resultasen lastimados por aquella pelea sin sentido, aunque Colonnello hubiese sido el que causó esos destrozos y Hibari de saberlo no se lo perdonaría hasta que estuviese tres metros bajo tierra. Tsuna apartó ese pensamiento de su mente, no era momento para pensar en cosas horribles.
Ahora que prestaba atención, y Lal aminoraba la velocidad viéndose lo suficientemente lejos del instituto, se encontraban en el centro de la ciudad en una de las avenidas más concurridas por la mañana, donde estaban los puestos de verduras frescas, pescados y demás locales de víveres. Aprovechó ese momento para llenar de aire sus pulmones y reposar sus piernas un momento, lo mismo hicieron los otros que también se detuvieron al llegar. Solamente Lal, Yamamoto y Ryohei se encontraban serenos por obvias razones que Tsuna y Gokudera conocían bastante bien, lo que hace una vida llena de actividad física.
Cuando recobraron el aliento, Gokudera aprovechó para reprocharle a Lal nuevamente su prepotencia.
─ Serás... ¡Mira que arrastrar al Décimo de esa manera! ¡Pudo haberse hecho daño, maldita mujer!
Lal ni siquiera lo miró, estaba colocándose los lentes sobre los ojos y barriendo con la mirada los alrededores del pequeño mercado para comprobar que no hubiese otro peligro cerca. Yamamoto intentaba contener a Gokudera así como Tsuna para que no empezase una nueva pelea. Después de unos segundos, la agente del CEDEF se volvió hacia ellos retirando los lentes de sus ojos para colocarlos encima de su cabeza, mirándoles como si no hubiese escuchado absolutamente nada de los berridos del guardián de la tormenta.
─ Nadie nos sigue de momento, creo que con esto tendrán oportunidad de escuchar lo que tengo que decir para hacerse una idea de la situación ─ habló atrapando la atención de todos. No habían olvidado que tanto ella como Colonnello les debían una buena explicación sobre lo que sucedía. Tsuna miraba a Lal a la cara, cayendo en la cuenta de que posiblemente, ni ella sabía bien lo que sucedía en realidad.
─ ¿Vas a explicarnos lo que sucede... por qué Colonnello y tú han crecido? ─ Preguntó Tsuna con cautela.
─ Solamente puedo decirles lo que sé y me está permitido referir ─ contestó entrecerrando la mirada. Estaba claro que no iba a decirles todo.
─ ¡Y aún tienes el descaro de ocultarnos información! ─ Le espetó Gokudera al límite de su tolerancia ─, Décimo, creo que lo mejor es que busquemos a Reborn san, él seguramente sabrá algo al respecto ─ miró a Tsuna con bastante confianza en lo que decía--después de todo él también es un arcobaleno, seguramente nos desvelará más información de lo que esta odiosa mujer podría.
Aquel comentario hizo que Lal esbozase una leve sonrisa burlona, ese gesto llamó la atención de los jóvenes guardianes e irritó aún más a Gokudera.
─ Puedes intentar localizar a Reborn ahora, pero solo perderás tu tiempo en ello ─ explicaba ─ dada la situación, Reborn debe estarse ocultando lo mejor posible, y en caso de que decida aparecer, él jamás les revelaría aquello que no puede decir -su vista se fijó en Yamamoto ─ él lo sabe bien.
Todas las caras volvieron hacia el aludido, que se llevaba una mano detrás de la cabeza con gesto modesto y despreocupado, o más bien como si se disculpase con sus compañeros. A él no le gustaba ocultarles cosas a sus amigos, pero el bebé le había dicho que no hablase hasta que se lo permitiese, hecho que hasta el día de hoy no sucedía.
─ Lo siento, el bebé todavía no me ha dado permiso de contarles ─ respondió bastante incómodo.
─ No, no te sientas mal Yamamoto ─ se apresuró en agregar Tsuna, no tenía la intención de perturbar a Yamamoto con la situación--si no puedes no tienes porqué hacerlo... ─ sonrió como solía hacerlo para tratar de armonizar las cosas entre sus compañeros ─ ya encontraremos otra forma de averiguar lo que sucede ¿Vale?
─ Así es, averiguaremos lo que sucede aunque tengamos que llegar al EXTREMO ─ agregó Ryohei palmeando el hombro de Yamamoto.
En lo que el guardián del sol terminó de hablar, el suelo se sacudió con cierta violencia, como si algo muy pesado hubiese tocado tierra, tal cual un sonido que parecía provenir de algo bastante pesado alertó a las gentes que ese día estaban haciendo su mercado o ganándose el pan vendiendo sus hortalizas. Varios puestos de madera arrojaron la mercancía fuera de su lugar, y en lo que algunos se dispusieron a tomarlos para colocarlos de vuelta, creyendo que ya había acabado, lo mismo se repitió y más sucesivamente. Era algo que se acercaba, algo muy grande.
Las personas empezaron a asustarse y las mujeres a tomar a sus niños de las manos, preparados para correr en cualquier momento.
─ ¿¡Qué es... qué está pasando!? ─ Se pregunta un aterrado Tsuna retrocediendo instintivamente.
─ ¿¡Qué rayos es...!? ─ Exclamó Gokudera, quien dirigió su vista hacía Lal como si ella fuese la única responsable de todo ─ ¡Oye, mujer!
─ Esto no es bueno ─ Lal frunció el ceño bastante molesta, ya sospechaba lo que estaba pasando y no le hacía ninguna gracia ─, ese idiota.
─ ¿Eh? ─ Tsuna miró a Lal tratando de adivinar a quién se refería. ¿A cuantas personas podría llamar "idiota" en un solo día?
─ ¡JIAAAJAJAJAJAJA! ¡Lo conseguí! ¡Tal como lo había adivinado el Décimo Vongola se presentaría! ─dijo una voz amplificada por lo que podría ser un altavoz, pero el sonido de aquella voz chillona y la expresión ridiculizada de esta le era familiar a Tsuna y sus amigos.
─ Esa voz, creo que la conozco ─ susurró Tsuna.
─ ¡Mire Décimo! ¡Arriba! ─ exclamó Gokudera señalando un punto con el dedo de su diestra.
En el lugar donde indicaba el chico bomba, estaba entre unos edificios cerca de una de las avenidas. Allí la horrible silueta de un pulpo gigante se mostraba, y al mero estilo de la película de Gozzilla, sus tentáculos se enredaban en el edificio más alto, donde las personas de adentro gritaban despavoridas y otras acababan desmayadas de la impresión. En las calles, la gente corría espantada sin consideración de las muchas mujeres con niños que habían acabado inconscientes por el susto. Los bebés lloraban sin consuelo alguno y los vendedores se unían a escape despavorido de las masas. Todo había quedado como una auténtica película de monstruos gigantes que invaden la ciudad, y ya sabían a quien atribuirle la culpa.
─ ¡No puede ser! ¡Acaso será...!
─ Skull, solo a él se le ocurriría una entrada de tan mal gusto, kora ─ dijo Colonnello apareciendo de lo más tranquilo, con los brazos cruzados y con Falco sobrevolándoles, estando entre Lal y Tsuna, sin que nadie lo hubiese visto venir.
─ ¡Colonnello! ¿¡Y cuando llegó!? ─ Se preguntó un sorprendido Tsuna, tanto como los otros. La interrogante sobre la pelea con Hibari asaltó su mente ─ ¿¡Y qué sucedió con Hibari san!?
─ Ha tenido que atender sus propios asuntos ─ contestó sin quitarle la mirada a la enormidad de molusco que seguía causando el impacto del siglo, uno que Namimori no olvidaría jamás. ─ Si no detenemos a ese imbécil es capaz de acabar con la ciudad entera sin darse cuenta, kora ─ agregó con un aire bastante serio.
Tsuna se quedó mirando un rato a Colonnello, fijándose en ciertos detalles que con toda aquella situación no había podido percatarse: aunque tuviese esa apariencia seguía comportándose como el mismo bebé que había conocido en Mafialand. Entonces Reborn debía estar en la misma situación ¿No?
─ ¿Cómo vamos a detenerlo? ─ Interrumpió Yamamoto tomándole seriedad al asunto.
─ Si neutralizamos a Skull, su mascota no podrá llevar ninguna acción ya que solo obedece a las órdenes de él ─ explicó Lal colocándose los visores. La pantalla de los binoculares digitalizados ampliaron el rango de imagen del edificio donde el pulpo gigante estaba apoyado, no quedaba nadie en el edificio salvo las personas desvanecidas que se habían quedado atrás irremediablemente sin recibir ayuda ─ hay personas inconscientes dentro del edificio que está cautivo, hay que sacarlas antes de que algo realmente malo pase como ese tarado meta la pata.
─ En ese caso, los guardianes deberían ir a prestarles auxilio mientras nos encargamos de Skull, kora ─ resolvió el militar.
─ Espera un momento, ¿Desde cuando ustedes dan las órdenes? ─ Interrumpió Gokudera. En ese momento parte de la estructura del mencionado edificio comenzaba a desprenderse por el peso del molusco de ocho tentáculos. Aquello puso el alma en un hilo a los presentes.
─ ¡DATE PRISA DÉCIMO VONGOLA O NO ME HARÉ RESPONSABLE DE...! ¡Me caigo! ¡ME CAIGO! ─ Gritaba por el altavoz el pelimorado.
─ ¡Las personas que están ahí...! ─ Chilló Tsuna aterrado de la posibilidad de que aquellos inocentes acabasen bajo los escombros y el enorme pulpo del arcobaleno de la nube ─ ¡Hay que hacer algo pronto...!
─ Es bueno que no lo hallas olvidado ─ dijo una voz masculina, de cuya silueta apuntaba a Tsuna con un revolver con detalles verdes ─ que antes de cualquier movimiento la vida de los implicados es lo más importante ─ seguido de ello, la misteriosa figura disparó a Tsuna directamente a su frente sin ninguna vacilación.
Al castaño se le nubló la vista repentinamente, y la sensación de vacío no duró ni medio segundo cuando ya se encontraba completamente mentalizado en lo que debía hacer. Aquel hombre le arrojó los X Gloves quienes primero parecían inofensivos guantes de invierno con el inconfundible 27 en cada uno, y al colocárselos mutaron a la versión Anillo Vongola de la misma arma. El naranja fluorescente destelló en sus ojos, similar a la llama que ardía en su frente, mostrando el Mode Hyper del Décimo Vongola. Quién para no perder más tiempo se apoyó en sus guantes para impulsarse con su propia llama para elevarse y llegar rápidamente a donde se encontraba el problemático arcobaleno.
─ ¡Jmjmjmjm! Has subestimado mi ingenio nuevamente Décimo Vongola, ¡Ahora te haré pagar por lo que has hecho! ─ Exclamó jactante el crecido arcobaleno que, para los ojos de Tsuna no había cambiado en nada. Solamente su estatura y la nueva complexión de su cuerpo. Del resto llevaba el mismo casco que cubría su cabeza y la vestimenta de motociclista.
─ No ha cambiado mucho, será más sencillo así ─ musitó el muchacho con voz calma mientras se aproximaba en aire hacia la cabeza del molusco, donde Skull estaba parado con los brazos apoyados en cada lado de su cintura con porte arrogante. El pequeño Vongola supo inmediatamente el sentido que tenían las palabras de Skull al desafiarle con tanta confianza, los tentáculos de su mascota se estiraban con una longitud engañosa rebasando la distancia que llevaba con estos en el aire. Tsuna eludió con rapidez las primeras dos embestidas ayudándose de sus potentes flamas propulsoras. Después con cada movimiento del molusco empezaba a caer en la cuenta de que aquella cosa se extendía tanto como quisiese.
Tuvo un momento para pensar un poco en lo que sucedía con la criatura de Skull, ahora que lo recordaba el atributo del arcobaleno era la nube, es decir la propagación o crecimiento. El aumento de volumen por decirlo con palabras similares a las de Gokudera. Seguramente estaría empleando su llama en el de alguna manera. Hasta que la Hyper Intuición del muchacho captó la idea al ver a Skull sobre su mascota, en todo lo que llevaba no se había separado de él, lo que quería decir que lo estaba alimentando con sus llamas. ¡Desde la planta de sus pies!
A Tsuna se llenó de satisfacción ese descubrimiento, y se dispuso a llevar la estrategia que tenía pensada.
Comenzó a acercarse en vía recta hacia Skull.
─ Jiji, pero que acción tan imprudente ¡Morderás el polvo! ─ Exclamó viendo como se acercaba Tsunayoshi.
─ Si te derribo entonces ese pulpo volverá a la normalidad ¿Me equivoco? ─ Preguntó el Décimo con voz segura, probando las reacciones del arcobaleno, quien se había quedado callado de la impresión respondiendo con un "¿qué?" entrecortado.
El hombre de traje sonrió.
─ Parece que Tsuna ha descubierto la técnica de Skull.
─ La verdad, yo me pregunto qué medio habrá usado ese tonto para pasarle su llama a su mascota, kora ─ se preguntó Colonnello mirando el encuentro.
─ Solo observa ─ respondió Lal tomando la atención del resto, que atendiendo su sugerencia decidieron hurgar en la imagen de Skull sobre su pulpo gigante con la intención de descubrir algo más.
─ Ji ~ al parecer he ganado la atención de todos, ¡Solo vean! ¡El arma secreta que yo, Skull, he desarrollado con mi ingenio después de meses de práctica! ─ Fanfarroneó el motociclista mostrando un control remoto similar a los que se usa para los televisores. Presionó con el dedo gordo un botón color púrpura y en el cielo se divisó una pantalla holográfica que mostraba una serie de gráficos animados, transmitiendo el capítulo 103 de D. Gray-man en la pelea contra el nivel 4º .-Sí, están viendo justamente a Allen y a Lenalee con su nueva inocencia dando volteretas contra el condenado Akuma-.
─ ¡Maldición, me equivoqué de menú! ─ Avergonzado, presiona el botón nuevamente quitando la transmisión, para cambiarla a una pantalla en blanco. Una gran gota de sudor apareció en la frente de los espectadores.
─...
─ ¡Ahora sí! ¡Jeje! ─ presionó un segundo botón azulado y seleccionó en las opciones de la barra de herramientas que sugería la pantalla, muy similar al de aquellas máquinas de "Dance Dance Revolution" (DDR)*. Nadie podía adivinar que era lo que el motociclista estaba a punto de hacer, pero todos sugerían que sería alguna burrada.
─ Oigan, eso se parece mucho a los juegos de DDR ¿No? ─ Preguntó Yamamoto.
─ Realmente, ¿En qué estará pensando ese sujeto? ─ Contestó Gokudera también confundido.
─ ¡Oye! ¡El del pulpo gigante! ─ Gritó Ryohei con las dos manos alrededor de la boca para amplificar el sonido de su voz--¿¡Qué piensas ponerte a bailar justamente ahora!?
─ Je, pobres ilusos ─ se jactó el Arcobaleno ─ ¡Esta es solo la cuartada de las verdaderas habilidades de mi arma!
Seleccionó lo que pareció ser una pista que en la pantalla holográfica rezaba con el nombre de "DAN DARIRAM". Aceptó la opción y la canción comenzó a sonar escuchándose a muchos kilómetros de la ciudad con una buena claridad y resolución. Las flechas aparecieron en la pantalla y en los pies de Skull se formó la conocida plataforma de cuatro flechas en cruz de forma holográfica. Seguido de esto los pies del motociclista comenzaron a moverse perfectamente coordinados con el ritmo de la canción y la aparición de las flechas, mostrando un "Perfect" y un "Great" con cada paso que este daba, que de no ser por otra situación se ganaría la admiración de muchos fans del Break Dance.
─ Vaya, hay que admitir que lo hace muy bien y sus pasos son extremadamente buenos ─ alegó Ryohei.
─ La verdad ─ coincidió Yamamoto.
─ Que arma más estúpida ─ agregó Gokudera con hastío.
─ Es propia de los gustos de Skull ─ agregó Colonnello sin dejar de mirar al arcobaleno de la nube ─ sin embargo, lo que tiene de ridícula esa arma también la lleva de potente ─ mencionó con seriedad ─ miren con más atención a su mascota ─ todos se volvieron hacia donde indicaba el militar y grande fue la sorpresa de ver al pulpo gigante moverse con más agilidad y precisión de como le indicaba su propio amo. Las estocadas contra Tsuna eran más certeras y se notaba que cada vez eran más difíciles de rehuir y confundir.
─ Ha sincronizado los pasos con los movimientos, es como si por cada pista tuviese un estilo diferente de ataques ─dedujo Lal ─ así como defensas ─ terminado de decir eso, el Décimo Vongola intentaba pasar por un punto abierto hacia la cabeza del pulpo, a lo cual fue rechazado por uno de los tentáculos de este y casi barrido de no ser por sus rápidos propulsores.
─ De esa manera, también pasa su llama por la planta de los pies al cuerpo de su mascota, y mantenerla en el tamaño que desee o alterarlo si es su gusto ─ concluyó el misterioso hombre del cual cuya identidad aún no era revelada por parte de nadie. Aunque ya algunos le reconocían.
─ Tch, está causando muchos problemas ─ dijo Tsuna entrecerrando la mirada, con la cual desde su altura podía ver a través de los cristales del edificio a las personas inconscientes, y la misma estructura cediendo de a poco al peso, dado que los movimientos del gigante comenzaban a debilitar la estructura de concreto. ─ Es hora de terminarlo ya ─ sentenció dirigiendo su cuerpo a una altura por encima de las cabezas del molusco y Skull que seguía bailando.
─ Je ¡Prueba este súper paso Vongola! ─ Le espetó moviendo sus pies ágilmente y transmitiendo con los pasos una serie de movimientos impredecibles a los extendibles tentáculos del pulpo. Tsuna alcanzó a predecir la mayoría de los movimientos fijando su atención y se aprovechó de esto para moverse entre estos cual ratón escurridizo para acabar atando la mayoría de los brazos del molusco y dejarlos hecho un nudo bastante problemático de desatar. ─ ¡No puede ser!
─ Ha predicho un movimiento bastante complejo en poco tiempo ─ admitió Lal, omitiendo una nota de impresión en su voz.
─ Hay que reconocerlo, tu alumno ha crecido mucho en este tiempo, kora ─ agregó Colonnello sonriendo con levedad.
─ Puede ser, pero aún le falta mucho.
─ ¡Esperen un momento! ¡No estarán diciendo que este sujeto es...! ─ Gokudera se volvió hacia el misterioso hombre, quien ahora esbozaba una pequeña sonrisa confiada.
Desde el aire, el muchacho ya preparaba su siguiente estrategia desde un buen tiempo.
─ ¡X Burner Air! ─ Musitó en posición desde el aire, con la llama de apoyo lista y la de ataque siendo disparada contra la cabeza de Skull y el pulpo en vertical para no darle al edificio. Lo que ocasionó que las flamas armonizaran con la anatomía del pulpo y poco a poco le sofocasen y evaporaran el efecto de la llama del arcobaleno, consiguiendo que el tamaño del molusco se redujese al de un cuaderno normal. En consecuencia tanto el motociclista como su pulpo estuvieron a punto de caerse desde una altura mortal, de no ser porque el Décimo era piadoso y los había sujetado a tiempo con los brazos a ambos.
─ ¡Genial, tal como se esperaba del Décimo! ─ Admiró Gokudera, acercándose al lugar donde Tsuna descendía con Skull y su mascota con aspecto quemado y aturdido.
─ ¿Se encuentra bien, Tsuna? ─ Preguntó Yamamoto mirando a Skull inconsciente, mientras era seguido por Ryohei y el resto.
─ Sí ─ afirmó. La llama de su frente se desvaneció y Tsuna regresaba a ser el mismo ─ creo que solo están aturdidos por el calor, espero no haberme pasado.
─ Una acción extrema responsable ─ concluyó Ryohei ─ muy propio de ti Sawada.
─ Chicos ─ el castaño les sonrió con gentileza, mientras con cuidado depositaba a Skull en el suelo, quien sujetaba entre sus brazos a un inocente molusco durmiente ─, creo que así estará bien.
─ Buen trabajo, Tsuna ─ dijo la voz del hombre que hasta los momentos no revelaba su identidad. El revolver que llevaba en su mano se transformó en el conocido camaleón cambiaformas de nombre León. Él cual descansaba con toda su confianza sobre los dedos del sujeto, lo levantó hasta llevarlo al borde de su sombrero de copa baja donde el reptil se acomodó. Tsuna le miraba confundido, tentado a pronunciar ese nombre pero con temor a equivocarse ¿Podría hacerlo a estas alturas con tantas dudas de por medio? No, estaba convencido de ello. ─ Con eso Skull no molestará en un rato.
─ Reborn... ¡Reborn! ¿¡Re-realmente eres tú!? ─ Preguntó el muchacho urgido de una respuesta. El Hitman sonrió levemente, mostrando tenuemente su mirada por debajo de la sombra de sus ojos a causa del sombrero.
─ Es bueno saber que aunque lleve esta apariencia puedas reconocerme ─ su sonrisa se ensombreció un poco ─, lástima que no sea la mejor de las situaciones para ello.
─ Esto... ¿¡Esto tiene que ver con lo que ha sucedido con los otros arcobalenos!? ¿¡Reborn!? ─ La voz de Tsuna era desesperada por la necesidad de alguna razón por la que justificase toda aquella locura. Y de porqué los arcobalenos habían crecido. No soportaba la idea de tener que luchar ahora contra su tutor, no otra vez y por razones poco coherentes.
El silencio reinó por interminables segundos para todos.
─ Regresemos a casa, Tsuna ─ fue su respuesta.
─ ¿Eh? ─ Parpadeó el castaño escéptico.
─ Ahí te explicaré mejor la situación ─ aclaró para luego volverse hacia Lal y Colonnello ─ he conseguido calmar al resto de los que han venido, por lo que no causarán más problemas en la ciudad ─ los otros dos mayores asintieron a esa respuesta dándose por entendidos.
─ Re-reborn...
─ Se paciente ─ le dijo su tutor para volverse en sentido contrario, dándole la espalda al castaño y mirándolo de reojo ─ pronto lo comprenderás.
Acabaron llegando a la Residencia Sawada sin ningún percance, tal como lo había dicho Reborn, las cosas se habían calmado, aunque a Tsuna le costaba creérselo dada sus experiencias anteriores con las diferentes pruebas y dificultades por las que ya había pasado. El silencio se había mantenido en todo el camino exceptuando por el sonido de sus pasos, alguna que otras miradas entre los guardianes para reconfortarse y llenarse de seguridad. Juntos enfrentarían cualquier adversidad y eso era suficiente.
Reborn se detuvo en la entrada y todos le imitaron, se volvió hacia ellos antes de llamar a la puerta.
─ ¿Has dejado a Skull en donde no cause problemas? ─ le preguntó a Colonnello causando que todas las miradas se posaran en él.
─ Descuida, recuerdo haberlo dejado en un lugar donde estará retenido hasta la tarde, kora ─ repuso este con aire despreocupado. Los guardianes se preguntaron que quería decir el rubio con eso.
─ Perfecto ─ contestó Reborn para luego tocar la puerta presionando el timbre de llegada.
Se escuchó un "¡Espere un momento!" de una voz que no pertenecía a la madre de Tsuna, pero sí era familiar. Al abrirse la puerta se encontraron con una Haru que llevaba el uniforme de su escuela y un delantal de cocina encima.
─ ¡Ha-haru! ─ exclamó Tsuna sorprendido ─ ¿Qué haces en mi casa?
─ Tsuna san ha llegado de la escuela más pronto de lo que pensé ─ contestó la chica, percatándose también de la presencia de los tres mayores a quien dos de ellos no reconocía ─ ¡Hahí! ¡Pero si es la señorita de...! ─ dijo al ver a Lal ─ ¡No puede ser que hallamos de nuevo...! ─ exclamó más sorprendida y levemente asustada con la posibilidad de que hubiese pasado algo del futuro.
─ ¡No-no es eso Haru! ─ Respondió Tsuna haciendo señas de negación con las manos ─ no es nada que tenga que ver con el futuro... ─ aclaró y la chica se serenó junto con él ─ ellos son...
─ Yo soy el padre de Reborn, Haru ─ dijo el Hitman callando de inmediato a su pupilo antes de que inventase una excusa peor de la que él había preparado con anticipación ─ he venido en su lugar ya que él ha decidido tomarse unas vacaciones cortas ─ mintió ─ yo estoy para continuar supervisando el entrenamiento de Tsuna por él.
─ ¡Reborn! ¡Lo tenías todo planeado! ─ Pensó Tsuna impresionado con la excusa de su tutor.
─ Él es el hermano mayor de Colonnello ─ señaló al militar ─ y ella es la hermana mayor de la chica que conociste en el futuro ─ agregó señalando también a Lal. Haru pareció creerle.
─ Ahora entiendo todo ─ sonrió ─ estaba preocupada por no poder reconocer al padre de Reborn chan cuando viniese a Namimori, pero si hasta se parecen mucho ─ agregó asombrada mirando las patillas del Hitman y comparándolas con las del pequeño Reborn.
─ ¿¡QUE!? ─ Tsuna quedó perplejo con el engaño que seguramente Reborn habría trabajado en Haru con mucha antelación. ─ ¡Por eso no apareció en toda la mañana, lo estuvo preparando todo desde antes! ¿Y por qué Reborn le pidió que viniese a mi casa?
─ Sí, tenemos mucho parecido ─ musitó el hombre enroscándose una de las patillas entre los dedos de su zurda ─ ¿Los amigos que te dije ya están adentro?
─ ¡Así es! ─ replicó encantada ─ son todos muy interesantes aunque... ─ la voz de Haru fue apagándose con cierto temor, y tragó saliva ─ algunos de ellos dan mucho miedo desu.
─ ¿Eh? ¿Qué quieres decir con "amigos", Haru? ─ interrogó Tsuna imaginando lo peor. ─ No Reborn... no habrás... no... aquí... ¡NO EN MI CASA, REBORN! ─ pensó aterrado.
─ ¡¡¡QUITENME A ESTE ENANO DE ENCIMA!!! ─ Una potente voz que resonó en todas las paredes de la casa e incluso obligó a todos a llevarse las manos a los oídos.
─ Shishishishi~ parece que se te da bien el trabajo de niñera ─ canturreó una voz desde la sala de estar. Tsuna las identificó y la sangre se le fue de la cabeza.
─ Esas voces ─ murmuró Gokudera listo para entrar en acción.
─ ¡No puede ser! ─ el joven castaño corrió desde la entrada y en un dos por tres llegó a la sala de estar donde tristemente confirmó sus sospechas ─ ¿¡VARIA!?
En la mesa de tomar té se encontraba Belphegor con una taza de té verde y unas galletas de arroz, tal como Tsuna lo recordaba con su chaqueta del escuadrón Varia y su tiara que lo colocaba en el apodo de "Príncipe", mostrando siempre esa sonrisa que a Tsuna siempre le daba escalofríos. Pero lo verdaderamente impactante fue ver a Squalo al borde de su furia con Lambo abrazándole una de sus botas mientras lloraba a todo pulmón y llenaba de mocos el cuero del calzado.
El mundo estaba por caerle a Tsuna en los hombros.
─ No puede... ser... ─ susurraba con cara de horror y aturdido con las imágenes que solo significaban una cosa. Problemas ─ ¿¡Qué hacen ellos en mi casa, Reborn!?
─ ¡OEEE! ¡TU MOCOSO, TE LO REGALO! ─ gritó el espadachín quien tomaba a Lambo con su mano real y lo arrancaba de su bota sin problemas, se lo aventó a Tsuna en un tiro directo a la cara. El muchacho acabó K.O. contra la pared contraria al igual que el niño con traje de vaca. Los guardianes fueron a auxiliar a su jefe en cuanto le vieron, y Gokudera tuvo que reprimir sus instintos asesinos en contra de Squalo por respeto a la casa del Décimo Vongola.
─ Buen tiro Squalo ─ le felicitó Bel quien no paraba de reírse con la escena.
─ Esos malditos locos de Varia ─ gruñó Gokudera quien ayudaba a Tsuna a levantarse con cuidado, después de haberse debatido en la inconciencia por despertar. Pensó en dejarse llevar por el estado y dejarse caer, pero el terror de dejar su casa a merced de esos asesinos desquiciados fue mayor ─ ¿Qué demonios harán en casa del Décimo?
─ Eh, Gokudera kun... a dónde... ¿A dónde fueron Reborn y los otros? ─ preguntó sobándose la parte posterior de la cabeza con una mano. Yamamoto tenía a Lambo en sus manos.
─ Les vi entrar en la cocina, seguramente Reborn san sabrá el motivo de todo esto ─ contestó el peliplateado.
─ Sí, estoy seguro de que Reborn planeó todo esto desde el inicio ─ afirmó.
Mayor fue la sorpresa cuando entraron a la cocina.
Tsuna tenía la boca abierta formando una "O" perfecta. Gokudera y Yamamoto también estaban impresionados y Ryohei no entendía ni las reacciones de sus compañeros ni porqué aquellas personas estaban en casa de Tsuna.
Todo era muy extraño.
En la mesa se encontraba un hombre cuya edad rondaba entre los veinticinco y treinta años de edad, vestía ropas propias de China y que tenía un aterrador parecido con Hibari Kyouya. Este muy tranquilo a pesar de los escándalos, permanecía en silencio bebiendo del té verde que estaba sirviendo Haru muy amablemente. Frente a él estaba alguien cuyo género no se podía determinar con certeza, pese a que bajo la capucha que llevaba se mostraban unas facciones finas y delicadas acompañadas de unas marcas púrpuras de triángulo invertido, calculando con ello que no tendría más de veintidós o veintitrés. Reborn estaba sentado en un extremo encabezando la reunión, Lal y Colonnello estaban sentados uno al lado del otro manteniendo también el silencio que reinaba en la cocina.
Pero el silencio fue roto cuando Tsuna vio los pacificadores sobre la mesa, apartando los de Reborn, Lal y Colonnello, había uno rojo y otro índigo, cada uno frente a su dueño. En ese momento, comprendió de quienes se trataban las otras personas.
Más arcobalenos.
─ ¡Ellos también son…! ─ exclamó Tsuna mirando a Reborn.
─ Así es, ellos son Vipper y Fong ─ explicó bebiendo un sorbo de café que Haru acababa de servirle ─ ¿Haru, podrías vigilar la entrada? ─ le pidió amablemente a la muchacha ─ presiento que la señora Sawada y los demás llegarán en cualquier momento con las cosas del almuerzo.
─ Uh ─ la chica primero miró con recelo disimulado a quienes estaban en la mesa, sobretodo por aquellos pacificadores de colores. ─ Por supuesto ─ respondió sonriendo para salir de la cocina por la otra puerta y esperar a recibir a quienes venían con el mercado.
Otro silencio de pocos segundos.
─ Imagino que sabrás reconocer a ambos, ya que también les evaluaron durante las pruebas ─ dijo Reborn rompiendo la inercia.
─ ¡En cualquier caso! Fue bastante cruel haberle mentido a Haru de esa manera para que preparase todo esto ─ insistió el muchacho bastante compungido con aquella situación. Después de lo sucedido en el futuro odiaba tener que mentirle a Haru y a los demás sobre las cosas vinculadas con la mafia.
─ Lo entiendo, pero no tenía otra opción, Tsuna ─ respondió después de beber un sorbo de su Café Expresso con un tono bastante serio ─ de estas cosas no puedo hablar con cualquiera, y eso te incluye a ti y a los guardianes.
─ Reborn... ─ se desanimó el muchacho. Había muchos secretos que el Hitman no deseaba revelarle en absoluto.
─ Siéntense ─ les dijo a los chicos ─ si quieren escuchar lo que sucede o parte de ello para saber a qué nos estamos ateniendo todos.
Los jóvenes Vongola tomaron asiento en las sillas libres, y todas las miradas iban dirigidas a Reborn, por quien esperaban una explicación.
─ Bien, esto es lo que sucede.
Fin del primer capi =) larguito pero así son los capis de este fic, con mucha comedia y Katekyomanía x3
Glosario de términos
*Yo: Saludo casual muy usual en Estados Unidos por los raperos y reggetoneros.
*Shishio: Significa Maestro, no profesor ni docente sino maestro, no confundir con la expresión "Sensei".
*DDR: Juego de máquinas muy popular de baile interactivo.
Bye bee~~
La llegada de los más fuertes
Lunes, empieza la semana como todas las del mes de Julio cuando la primavera da nacimiento a los hermosos brotes de flor. Bellísimas las sakuras que arrojan pétalos y bañan las calles con sus tonalidades rosa, agradables para algunos y agrias para otros -nótese el caso del mismo presidente del comité disciplinario de la secundaria Namimori-. Un día como cualquier otro en plena temporada de clases sin sucesos anormales ni agitaciones. Todo dentro del rango "normal" de la vida de Sawada Tsunayoshi desde la llegada de su tutor Reborn a su casa. Pasaron meses desde lo ocurrido diez años en el futuro y nada más ha sucedido después, aparentemente esos días tranquilos habían regresado a la vida de los guardianes Vongola, que ahora venían disfrutando de aquella paz transitoria. Porque nada dura para siempre y mucho menos cuando de la Mafia hablamos.
Ahora mismo nos remontamos a donde se encuentra el chico que salvó el futuro.
─ Hmmm... Lambo... deja de molestar... no... no ralles las paredes... ─ decía un Tsuna medio dormido, apenas despertando por el griterío que llevaban los niños de cuarto en cuarto como todas las mañanas mientras se rodaba de lado a lado por la cama, hasta que la gravedad lo llamó al suelo causándole un doloroso despertar ─ du-duele... ugh... ─ se quejó sobándose el lado posterior de la cabeza y abriendo un poco más los ojos para encontrarse con la hora que marcaban las agujas del reloj de pared en su cuarto ─ ¡Hii! ¡Pero si es tardísimo! ¡Reborn!, ¿Por qué no me...? ─ exclamó volviéndose al rincón donde el bebé mafioso colgaba su hamaca para dormir, percatándose de que solo había un lugar vacío ─ ¿Re-reborn? ─ pestañeó. Se estrujó los ojos nuevamente como si no hubiese visto bien la figura de su tutor allí. Nada, no podía acusarle de no haberlo despertado a tiempo para llegar a la escuela ─. Vaya... ¿Justamente a dónde habrá ido hoy?
Tsuna bajó torpemente por las escaleras, y como todas las mañanas fue a tomar su desayuno. En la mesa estaban Lambo, I Pin y Fuuta, curiosamente Bianchi no se encontraba, y eso le llevó a pensar que quizás por ello Reborn no estaba en casa. Pudieron haber salido juntos ─ pensaba. Le restó importancia y se dispuso a comer lo más apresuradamente posible, atragantándose cada dos por tres, y sin prestar atención a los demás se despidió corriendo tomando su maletín, y salió para tomar el camino a la escuela.
Si bien, todo empezaba normal como cualquier día, aunque Tsuna se percataba de que ese en particular lucía bastante tranquilo sin Reborn. Lo pensaba mientras caminaba a la secundaria Namimori.
─ Que tranquilidad... de verdad las cosas son distintas sin Reborn cerca... Ahhh... ─ suspiró con algo de complacencia. Por fin unos minutos de paz sin tener que recibir los crueles métodos del asesino a sueldo ni sus alocados problemas que siempre llevaba en su bolsillo con cuestiones de la mafia y la familia.
─ ¡Buenos días, Décimo! ─ saludó un siempre efusivo Gokudera cuando se dirigía a su jefe, a quien siempre se encontraba en el camino a la escuela.
─ ¡Yo*, Tsuna! ─ Yamamoto también venía con él, llevaba el bate en el estuche colgando en su espalda, nada atípico en él.
─ Buenos días Gokudera kun, Yamamoto ─ correspondió con su habitual buena cara para con sus amigos.
─ ¿Uh? ¿Y Reborn san, no nos acompaña este día?
─ Este... creo que salió esta mañana, no lo encontré cuando me levanté... quizás esté con Bianchi en alguna parte, a ella tampoco la vi en el desayuno.
─ Puede que halla tenido algo que hacer, seguro no los encontramos en el transcurso del día, ¿No les parece? -- Dio su respuesta el beisbolista.
─ ¡Idiota, eso era lo que yo estaba a punto de decir! -- Le reclamó Gokudera, realmente odiaba cuando Yamamoto decía cosas ingeniosas y se robaba la cámara. – Entonces Décimo, sigamos a la escuela. Seguramente Reborn san aparecerá en cualquier momento ─ concluyó más sumiso.
─ Eh, sí... después de todo se trata de Reborn ─ se despreocupó sonriendo ingenuamente.
Así llegaron a la secundaria de Namimori conversando sobre cuestiones triviales.
Hubo un momento en el que Tsuna se había sentido observado, incluso se volteó un par de veces a mirar hacia los lados para comprobarlo y no se encontraba con nada. Pasó de ello y siguió con sus amigos.
~*~*~*~*~*~*
La primera jornada de clases transcurrió sin ninguna anormalidad. Las mismas lecciones aburridas, preguntas que no conseguía acertar muy a pesar de los esfuerzos de Gokudera por soplarle las respuestas. En la hora del almuerzo fueron a tomar el almuerzo en la azotea como era su gusto en las horas de descanso. Yamamoto traía sushi, y Gokudera comida empaquetada. Tsuna desenvolvió su caja de almuerzo, degustó su primer bocado como si fuese la gloria misma.
─ Ahh, sin Reborn definitivamente todo es más tranquilo. Aunque, ¿En dónde estará realmente?
─ En lo que lleva del día no ha dado ni los mínimos indicios de su presencia ─ contestó Gokudera ─ seguramente debe estar preparando algo importante, sí – afirmó más convencido.
─ No puede ser ─ se lamentó, casi resignado por la costumbre de que su tutor hiciera lo que le viniese en gana.
─ Vaya, espero que sea interesante ─ comentó un optimista Yamamoto ─ en estos días solo hemos hecho deberes y cuidar de los pequeños.
─ Sí, pero ¡E-estos pacíficos días, no quiero que terminen tan...! tan pronto -- su voz se fue apagando hasta callar. Recordaba los angustiantes días en los que se debatían contra los Millefiore en el futuro.
─ Tsuna...
─ Décimo… ─ Así como el espadachín, Gokudera había captado los sentimientos de su jefe perfectamente. Realmente ninguno de los guardianes, exceptuando a Hibari, querían que una nueva amenaza surgiese y se viesen obligados a arriesgar sus vidas para proteger a sus seres queridos y así mismos. La batalla contra Byakuran les había hecho desear el jamás ansiar la llegada de nuevos enemigos, aunque cabía admitir que tanto Gokudera como Yamamoto, en más de una ocasión, habían deseado medir sus fuerzas con algún oponente digno, usar las armas para practicar ó entrenar no era lo mismo que en un combate real. Pero el castaño no pensaba lo mismo, para Tsuna esas cosas no eran un juego.
El ruido de un arma cargando alertó a los tres muchachos.
─ ¡Cuidado Décimo!
─ ¡Tsuna!
─ ¡¡EXTREMO!!
Un impacto resonó, fallando. La bala había dado en la reja, a unos peligrosos centímetros de donde hace un momento estaba la sien de Tsuna. Los tres guardianes se habían lanzado contra el muchacho empujándolo al lado opuesto del disparo, acabando los tres sobre él en el suelo. Se sentía cual hamburguesa con todos encima, preguntándose si todavía estaba vivo y qué demonios ocurrió.
─ ¿Se encuentra bien, Décimo? ─ Preguntó Gokudera intentando levantarse, más no lo consiguió ya que tenía a Yamamoto encima.
─ Eh, sí... creo que aún estoy vivo ─ dijo no muy convencido, pese a que sentía el dolor de la realidad en sus espaldas.
─ Estuvo cerca esta vez ─ comentó Yamamoto despreocupado.
─ ¡¡Quítate de encima, idiota del béisbol!! ¿¡Qué no vez que el Décimo está abajo!?
─ Disculpa, lo haría si Sasagawa senpai no estuviese encima de mí.
─ ¡Yo, Sawada! ¿¡Por qué rayos no me llamaron cuando pretendían hacer una montaña humana!? ¡¡NO PUEDEN HACER NADA EXTREMO SIN MÍ!!
─ ¡¡IDIOTA ¿QUÉ ERES RETARDADO?, CABEZA DE CESPED!! ¡¡QUE TE BAJES DE UNA VEZ!!
─ ¿¡CÓMO QUE RETARDADO, CABEZA DE PULPO!?
─ A propósito, ¿De dónde ha salido, Sasagawa senpai? ─ Preguntaba Yamamoto mientras el boxeador se bajaba de encima, y así lo hacían los demás.
─ Pues, los estaba buscando y escuché que estaban en la azotea. Luego vi que todos se lanzaban hacia Sawada por alguna extraña razón y me pareció de lo más extremo ─ respondió firme, como si lo que acababa de hacer fuese bastante elocuente.
─ Si que serás idiota ─ replicó Gokudera después de ayudar al pobre Tsuna.
─ ¡Seré idiota, pero siempre estoy donde hay cosas extremas! ─ Exclamó Ryohei enérgico.
¡Y admite su idiotez, oniisan! ─ pensó el muchacho y luego volvió a la realidad. ─ Pero, ¿Qué es lo que acaba de pasar? ¿Quién disparó?
Todos se miraron a las caras y quedaron en silencio solo un instante, hasta que la respuesta apareció por sí sola.
─ Fui yo ─ respondió una voz femenina extrañamente familiar a los presentes. Una silueta salió de las sombras, en la entrada de la azotea fue vislumbrándose hasta que la iluminación le llegó, y dejó ver a una mujer que llevaba una ropa casual de camisa de manga abotonada blanca y unos pantalones de mezclilla negros con botas del mismo color, donde resaltaban un par de lentes bastante grandes que cubrían parte de su rostro, y en sus manos llevaba un rifle automático que acababa de guardar en su espalda. Todos quedaron viéndole mientras se acercaba tranquilamente al grupo. ─Tal como lo esperaba han reaccionado bien, pero... ─ esta se detuvo y sujetó por el cuello a Tsuna, obligándole a separar las plantas de los pies del suelo ─ que tú continuaras tan lento como la última vez, ¡No has cambiado nada en estos meses, Sawada! ─ Replicó molesta seguida de una lluvia de bofetones que repiquetearon en las mejillas del Décimo.
─ ¡¡Wuaa!! ─ Chilló adolorido ─... Esta... esta sensación tan familiar... ─ respondía aturdido Tsuna que al dedicarle una mirada a la extraña se dio cuenta de que evidentemente le conocía.─ ¿¡La... Lal Mirch!?
─ ¡Maldita mujer! ¿¡Qué se supone que estás haciendo con el Décimo!? ─ gruñó Gokudera mostrando sus explosivos en las manos.
─ Jm…─ Lal arrojó al muchacho contra Gokudera y este lo atrapó ayudándole a que se reincorporara. Luego, la mujer bajó los lentes a su cuello mostrando sus ojos avellanados y la cicatriz inconfundible de su mejilla. ─ No tenemos demasiado tiempo, hay que movernos de aquí.
─ Ah, Por cierto... ─ llamó Tsuna mientras se recobraba del aturdimiento sobándose las mejillas enrojecidas ─ Lal, tu apariencia... ¿Es qué eres... la Lal de diez años en el futuro?
─ No ─ contestó rotundamente ─ se suponía que tomaría esta forma dentro de unos años en adelante, eso es cierto. Pero... algo ha sucedido y por esa razón tengo esta apariencia.
─ ¿Qué, qué quieres decir? ─ Preguntó de nuevo, más confundido todavía. Si ella era la Lal de su presente debería ser una bebé, ¿entonces por qué?
─ No tenemos tiempo para discutirlo ahora. Tenemos que abandonar la escuela inmediatamente o te matarán, Sawada ─ dijo Lal sin querer entrar en detalles, era evidente que para ella el tiempo lo valía más.
─ ¿¡Me-me matarán dices!? ─ Chilló un alarmado Tsuna.
─ ¿¡De quienes estás hablando!? ¡No has respondido absolutamente nada coherente! ─ intervino de nuevo Gokudera.
─ Viene – la mujer apretó los dientes y cargó su rifle.
En ese preciso instante se escuchó el canto de un águila que sobrevolaba la azotea, aquello a Tsuna ni a los guardianes les dio buena espina, y eso fue comprobado cuando seguidamente se escucharon tres disparos sordos que volaron parte de la estructura de concreto reforzado del instituto, creando huecos en los bordes de la azotea y volando con facilidad las rejas que delimitaban el lugar. Los guardianes reaccionaron rápidamente y se agacharon para prevenir ser alcanzados por las balas, Tsuna sintió que por unos momentos perdería sus tímpanos a causa del ruido de los impactos. Cuando abrió los ojos para ver que era lo que sucedía, encontró a Lal en guardia sosteniendo su rifle automático, con una expresión de enojo.
─ Ese imbécil nunca cambia sus métodos ─ resopló.
Una esbelta silueta trepó con facilidad las rejas abolladas de la estructura para pasar liso a la azotea del edificio. El águila que antes estaba volando alrededor de ellos se posó dócil en el hombro del invasor, que sostenía un rifle antitanque y tenía en la mira a los presentes. Aquel era un rubio de ropas militares con una bandana de camuflaje y una insignia con el número 01, era bastante alto aunque se veía casi tan joven como los guardianes Vongola. Nadie a excepción de Lal parecía reconocerle en totalidad... quien se mostraba levemente turbada, aunque había que reconocer que se les hacía bastante familiar.
─ ¿Qui-quién es él, Lal? ─ Preguntó un temeroso Tsuna, rodó su vista hacia la bandana que llevaba el militar. Esa bandana... se parece mucho a la que lleva Colonnello, y esa águila, ¿no es Falco? ¿¡No puede ser!? ¿¡O sí!? ─ pensó.
─...
─ ¿Qué les pasa? ¿Es qué acaso no me reconocen porque llevo "esta apariencia"?, kora ─ bufó el intruso.
─ Colonnello... ─ susurró Lal sin bajar la guardia.
─ ¿¡QUEEEE!? ─ Chilló Tsuna ─ ¡E-eso es imposible! ¡La-lal! ¿¡Estás diciendo que ese muchacho es... es Colonnello!?
─ Eso no puede ser, ¿Qué no era un bebé? ─ Se preguntó Gokudera confuso.
─ ¿Pero qué te pasa, cabeza de pulpo? ─ Irrumpió Ryohei quien parecía tener una explicación al asunto, ─ el maestro Colonnello es un bebé en crecimiento, pudo haber crecido finalmente.
─ ¡Imposible! ¡Si han pasado solo unos meses desde que pasamos por las pruebas de los Arcobalenos! ¡Y él todavía era un bebé! ─ Respondió Tsuna cada vez entendiendo menos de la situación. Muy por el contrario, Colonnello parecía disfrutar del momento.
─ Jajaja ─ rió bastante divertido ─, tal parece que sí les impresiona mi verdadera apariencia ─ dijo el arcobaleno azul sonriendo despreocupadamente. Enfocó su mirada en Lal quien desde que había llegado no le había quitado la mira de encima. Ella inmediatamente le eludió, más este le sonrió familiarmente. ─ Lo que no me esperaba es que fueses tú la primera en estar aquí, Lal, kora.
¿Verdadera apariencia? ¿Qué quiso decir con eso? ─ Pensaba el chico mirándolos a ambos.
─ No podía permitir que asesinaran a Sawada Tsunayoshi en estas condiciones ─ respondió Lal devolviéndole la mirada, sin bajar la guardia ─, no se deberían tomar medidas tan extremas sin conocer un poco más de la situación.
─ Entiendo tus razones, pero sabes bien que "esto" puede causar perturbaciones, y si no hacemos algo puede que la humanidad se vaya a garete, kora ─ la voz de Colonnello tomó seriedad.
─ Aún no estamos seguros de nada, no puedes aseverar que lo que está sucediendo es culpa de los guardianes y los sellos de arcobaleno ─ le refutó Lal con mayor énfasis.
─ ¡Esperen un minuto! ¿¡De qué demonios están hablando!? ¿Qué tienen que ver los sellos de Arcobaleno con todo esto? ─ Interrogó Gokudera impaciente.
─ Más de lo que crees, kora.
─ No lo comprendo, ¿Dices que algo malo puede pasarle a la humanidad y que es culpa nuestra? ─ Intervino Tsuna cada vez comprendiendo menos la situación, su situación.
─ Posiblemente.
─...─ Se hizo un silencio para que los guardianes meditasen lo que estaba pasando, lo que podría estar pasando. Nada tenía sentido, creían que todavía faltaban más cosas por explicar, piezas de rompecabezas por unir.
─ Con esto compruebo solo una cosa, los guardianes no son consientes de lo que ha sucedido, lo cual los convierte en inocentes ─ respondió el rubio bajando su arma y dejándola reposar en la parte posterior de su espalda ─, me basta con eso, kora.
─ ¿¡Qué!? ¿¡Intentas matarnos y luego dices que cambias de opinión como si no hubieses dicho nada!? ─ Protestó nuevamente el guardián de la tormenta.
─ Nunca dije que los mataría ─ se excusó el rubio desviando la mirada despreocupado ─ fueron ustedes los que se hicieron esa idea, kora.
─ En cualquier caso ─ interrumpió Lal bajando también su arma y devolviéndola a la espalda, volviéndose a los guardianes ─ debemos irnos de aquí o la escuela podría ser destruida.
─ ¡No puede ser! ─ Exclamó Tsuna notando el desastre que había causado Colonnello con su llegada, la reja estaba demolida y había baches en el piso y los bordes de concreto ─, ¡Si Hibari-san ve esto, nos morderá hasta la muerte!
─ Será mejor irnos entonces, kora ─ resolvió Colonnello siendo el primero en encaminarse a la salida/entrada de la azotea. Le imitaron con la misma intención hasta que Gokudera, no conforme con la escasa información del asunto, por decir nula, se quejó nuevamente parando a todos en seco.
─ ¿Por qué deberíamos hacerles caso después de lo que acaba de suceder? ─ Colonnello lo miró de reojo.
─ Precisamente por eso, nosotros no somos los únicos que creerán que ustedes son los causantes de esto, y créanme que ellos no se contendrán como yo, kora ─ respondió serio.
─ E-ellos... ¡No me digas que los otros bebés...! ─ En ese momento cuando ya la puerta de la azotea estaba abierta, Tsuna se sintió golpeado y obligado a descender bruscamente por las escaleras a causa de una brutal patada en la espalda, cortesía de Lal Mirch.
─ ¡Muévanse!, no lo repetiré de nuevo ─ decía mientras los otros guardianes corrían a auxiliar a su jefe, y Gokudera maldecía una vez más a la arcobaleno corrupta.
─ Vaya, de verdad que ni siquiera el regresar a nuestra apariencia anterior te hace más femenina, kora ─ dijo el rubio tras ella.
─ ¡Cá-cállate!, mejor preocúpate por tus propios asuntos ─ replicó Lal de nuevo evasiva, avanzó mientras su alumno le seguía sonriendo por lo bajo.
~*~*~*~*~*~*
Los pasillos de la secundaria Nami estaban desiertos, la hora del descanso había terminado hace cinco minutos y todos los alumnos estaban en sus respectivos salones atendiendo a las clases que, los guardianes en otra situación estarían viendo. Lastimosamente para ellos dos arcobalenos había llegado para avisarles "muy sutilmente" que los otros miembros de los siete más fuertes querían matarles. Él día no podía marchar mejor ─ pensaba Tsuna con sarcasmo irónico nada propio de él.
Ingenuamente había pensado que por la ausencia de Reborn aquel día prometía ser tranquilo, y sin pronósticos de tormentosos problemas para él y sus amigos, a su criterio deberían estar acostumbrados a que los cálculos fallasen de esa manera, no era la primera vez. Más él nunca perdía la esperanza de tener un día libre de situaciones peligrosas, una ilusión que debió perder hace muchísimo tiempo. Ahora no era el momento para quejarse de ello.
─ Bien, no hay moros en la costa ─ comprobó Gokudera asomándose con cautela desde una pared, supervisando que el pasillo estuviese libre de personas. Se volvió hacia sus compañeros haciendo un amague de buena fortuna con el dedo pulgar a su jefe. ─ podemos seguir sin problemas, Décimo.
─ Uhm, gracias Gokudera kun ─ le agradeció, volviéndose hacia los demás, indicó que tenían luz verde para pasar.
Se movieron con prisa, evitando ser escandalosos con su trote y esquivando las ventanillas en las puertas de los salones para evitar ser vistos por algún profesor o alumno. Tsuna y Gokudera eran los dos que encabezaban la marcha, dado que conocian bien el edificio. Seguidamente Ryohei y Yamamoto cubrían el medio mientras Lal y Colonnello se mantenían atrás apropósito, siendo ellos más altos y extravagantes en el entorno. Debían salir de ahí cuanto antes sin que nadie les viese para evitar dar explicaciones, si esos bebés "crecidos" llegaban estando ellos allí no cabía duda que se armaría una guerra. Tsuna no conocía muy bien el temperamento de los otros bebés dado que les trató durante las pruebas con mucha distancia, pero sí estaba seguro que siendo ellos de la mafia significaba que como fuese habría líos.
Reborn también es uno de ellos, no puede ser... ¿Habrá desaparecido por la misma razón que Colonnello y Lal han llegado aquí? ─ Pensaba mientras corría lo más suave posible.
─ Falta poco Décimo ─ anunció Gokudera ─ ya desde aquí veo las escaleras.
─ ¡Es cierto! ─ Dijo aliviado. Les faltaba poco para culminar el pasillo principal y tomar las escaleras para la planta baja, donde se encontraba la salida y entrada principal del Instituto Namimori.
Bajaron rápidamente las escaleras y cruzaron lo que restaba con más prisa de solo ver la salida tan cerca de ellos. Tsuna dio algunos tras pies al pasar bajo el umbral en lo que Gokudera y Yamamoto le sujetaron para que no acabase tropezándose más sobre sí mismo. A la mitad del patio escolar, una silueta les esperaba sosteniendo en sus brazos un par de tonfas y acuchillándoles con la mirada, a Tsuna casi se le sale el corazón de ver a Hibari Kyouya parado frente a ellos, acorralándolos como unos perseguidos de la justicia.
─ ¡No puede ser, Hibari-san! ─ Exclamó el castaño aterrado, temiendo por antemano las represalias del presidente del comité disciplinario.
─ ¿Jum...? Veo un par de ratas saltando sus clases... ─ musitó con voz suave y terrorífica el pelinegro, los otros no pasaron por alto aquel escaneo de su mirada matadora, detectando en ese grupo a dos intrusos que no reconocía, ni le interesaba reconocer. ─ Jm, también hay intrusos y están armados ─ reparando en las armas de fuego que llevaban Lal y Colonnello, las cuales eran bastante volubles pareciéndole a Hibari una amenaza para la institución como fuesen empleadas. ─ Doy por hecho que son los responsables de los ruidos molestos de hace poco, que arruinaron parte de la propiedad del instituto. ─ En lo que dijo esto, el guardián de la nube adoptó una posición ofensiva en conjunto con las tonfas en cada brazo, mostrando una filosa mirada siquiera comparable con las fieras más peligrosas del África ─. Todos ustedes, serán mordidos hasta la muerte.
─ ¡No puede ser! ─ Chilló Tsuna al escuchar semejante sentencia.
─ ¡Chi! Encontrarnos a este sujeto justamente ahora cuando llevamos prisa ─ susurró amargamente Gokudera.
─ Bueno, puede que si le explicamos lo que está ocurriendo nos... ─ Antes de que Yamamoto pudiese continuar con sus tranquilizantes palabras, Hibari se había lanzado en línea recta hacia ellos con intención de golpearlos a todos a la vez con las tonfas relucientes y listas para ser mortalmente empleadas. Gokudera apartó a Tsuna de su alcance jalándole del brazo hacia un lado, el beisbolista de reflejos rápidos se redirigió al lado opuesto siendo imitado por Ryohei. Lal se colocó en guardia sin emplear su arma, más Colonnello se había quedado inmóvil a la espera de que el ataque de Kyouya llegase, ya que sabía que si alguien permanecía quieto su atención iría hacia este, él viéndose en la mejor condición siendo experto en combate desde muchos años tomó ese papel. Hibari quién intentó conectar un golpe con la tonfa izquierda a la mejilla del rubio, a lo que este simplemente se echó unos pasos atrás e inclinó su rostro evitando el roce como un reflejo rápido producto de la experiencia. Eso hizo sonreír a Hibari de gusto, confirmándole que no estaba ante un oponente fácil, y que este podría proporcionarle bastante diversión.
─ ¡Hibari y Colonnello están peleando! ─ Chillo nuevamente Tsuna, preocupado por ambos --¿¡Qué deberíamos hacer!?
─ Esta es nuestra oportunidad ─ se dirigió Lal a los chicos ─ Colonnello nos está haciendo tiempo para que podamos seguir ─, la mujer miró a Tsuna y seguido de eso le tomó fuertemente de brazo para jalarlo hacia la salida. ─ ¡Vamos!
─ ¡Espera, Lal! ─ Protestó, no pudiendo resistirse a la fuerza de la morena, fue arrastrado y obligado a correr en cuanto salieron del instituto.
─ ¡Décimo! ─ Gritó Gokudera frustrado, aquella mujer no había hecho más que disponer desde que llegó, igual a como lo hizo en el futuro cuando se encontraron -, esa mujer, siempre haciendo lo que le viene en gana... ¡Mierda! ─ protestó furioso y comenzó a correr en la misma dirección en la que Lal y Tsuna para darles alcance.
─ Vamos ─ dijo Yamamoto imitando a Gokudera.
─ ¡Esto se pone cada vez más EXTREMO! ─ exclamó Ryohei, más miró antes a su joven maestro quien seguía luchando contra Hibari sin devolverle ningún golpe y sin recibir ninguno por parte de este ─ ¡Shishio!* ¡Alcáncenos después! ─ dijo antes de comenzar a correr.
─ ¡Sí! ¡Déjenmelo a mí, kora! ─ Contestó con una sonrisa confiada, evadiendo otro movimiento veloz de Hibari, quien ya se veía más y más impaciente.
─ ¿Hasta cuando vas a seguir eludiéndome? ─ Preguntó este molesto mientras continuaba arrojándole golpes, obligando a Colonnello a moverse cada vez más lejos de la salida, dándole a entender lo que el guardián de la nube pretendía hacer, al llevarlo hasta una de las paredes de la escuela, de esa manera estaría arrinconado. El militar adivinó esto y se sonrió confiadamente.
─ Por eso decían que eres el guardián más fuerte, kora ─ comentó este mientras bajaba su cabeza y la echaba hacia atrás, así como parte del tronco para eludir un golpe a su frente, que de darle le hubiese partido el cráneo con toda la intención del mundo. Era más que claro que ya el encuentro empezaba a subir a un nivel de riesgo, mayor al que podría controlar sin emplear sus técnicas. ─ Esto empieza a ser peligroso.
─ Eso es porque sigues sin hacer nada más que evasivas ─ susurró el pelinegro blandiendo sus tonfas, buscando empujar a Colonnello contra la pared para molerle a golpes finalmente.
Una voz detuvo a ambos.
─ Es suficiente, Hibari.
Tanto Kyouya como Colonnello se volvieron hacia el lugar donde provenía aquella voz masculina, extrañamente familiar para el arcobaleno de la lluvia. Había una silueta alta cubierta por la sombra que daba la pared de un lado del edificio, su rostro no podía apreciarse completamente y solo se distinguía a un hombre con traje de gala y sombrero de copa baja, donde un camaleón reposaba durmiente. Este esbozó una sonrisa al ver que ocupaba la atención de ambos, lo que hizo más reconocible a Colonnello aquel misterioso sujeto. En cambio Hibari no parecía estar del todo seguro de aquella persona, pero en cuanto examinó con más cuidado comprobó todo lo que necesitaba saber y bajó sus tonfas.
─ Pronto ningún lugar de Namimori será seguro para Tsuna... ─ susurró el hombre con un tono bastante sombrío.
~*~*~*~*~*~*
Tsuna ya ni sabía cuanto tiempo tenía corriendo. Ni llegó a fijarse en que dirección de la ciudad iba, y dudaba que Lal lo supiese al llevarlo aún del brazo. Atrás veía a Gokudera, Yamamoto y Ryohei.
Colonnello se quedó a contener a Hibari san, espero que ambos estén bien ─ pensó.
No deseaba en lo mínimo que ambos resultasen lastimados por aquella pelea sin sentido, aunque Colonnello hubiese sido el que causó esos destrozos y Hibari de saberlo no se lo perdonaría hasta que estuviese tres metros bajo tierra. Tsuna apartó ese pensamiento de su mente, no era momento para pensar en cosas horribles.
Ahora que prestaba atención, y Lal aminoraba la velocidad viéndose lo suficientemente lejos del instituto, se encontraban en el centro de la ciudad en una de las avenidas más concurridas por la mañana, donde estaban los puestos de verduras frescas, pescados y demás locales de víveres. Aprovechó ese momento para llenar de aire sus pulmones y reposar sus piernas un momento, lo mismo hicieron los otros que también se detuvieron al llegar. Solamente Lal, Yamamoto y Ryohei se encontraban serenos por obvias razones que Tsuna y Gokudera conocían bastante bien, lo que hace una vida llena de actividad física.
Cuando recobraron el aliento, Gokudera aprovechó para reprocharle a Lal nuevamente su prepotencia.
─ Serás... ¡Mira que arrastrar al Décimo de esa manera! ¡Pudo haberse hecho daño, maldita mujer!
Lal ni siquiera lo miró, estaba colocándose los lentes sobre los ojos y barriendo con la mirada los alrededores del pequeño mercado para comprobar que no hubiese otro peligro cerca. Yamamoto intentaba contener a Gokudera así como Tsuna para que no empezase una nueva pelea. Después de unos segundos, la agente del CEDEF se volvió hacia ellos retirando los lentes de sus ojos para colocarlos encima de su cabeza, mirándoles como si no hubiese escuchado absolutamente nada de los berridos del guardián de la tormenta.
─ Nadie nos sigue de momento, creo que con esto tendrán oportunidad de escuchar lo que tengo que decir para hacerse una idea de la situación ─ habló atrapando la atención de todos. No habían olvidado que tanto ella como Colonnello les debían una buena explicación sobre lo que sucedía. Tsuna miraba a Lal a la cara, cayendo en la cuenta de que posiblemente, ni ella sabía bien lo que sucedía en realidad.
─ ¿Vas a explicarnos lo que sucede... por qué Colonnello y tú han crecido? ─ Preguntó Tsuna con cautela.
─ Solamente puedo decirles lo que sé y me está permitido referir ─ contestó entrecerrando la mirada. Estaba claro que no iba a decirles todo.
─ ¡Y aún tienes el descaro de ocultarnos información! ─ Le espetó Gokudera al límite de su tolerancia ─, Décimo, creo que lo mejor es que busquemos a Reborn san, él seguramente sabrá algo al respecto ─ miró a Tsuna con bastante confianza en lo que decía--después de todo él también es un arcobaleno, seguramente nos desvelará más información de lo que esta odiosa mujer podría.
Aquel comentario hizo que Lal esbozase una leve sonrisa burlona, ese gesto llamó la atención de los jóvenes guardianes e irritó aún más a Gokudera.
─ Puedes intentar localizar a Reborn ahora, pero solo perderás tu tiempo en ello ─ explicaba ─ dada la situación, Reborn debe estarse ocultando lo mejor posible, y en caso de que decida aparecer, él jamás les revelaría aquello que no puede decir -su vista se fijó en Yamamoto ─ él lo sabe bien.
Todas las caras volvieron hacia el aludido, que se llevaba una mano detrás de la cabeza con gesto modesto y despreocupado, o más bien como si se disculpase con sus compañeros. A él no le gustaba ocultarles cosas a sus amigos, pero el bebé le había dicho que no hablase hasta que se lo permitiese, hecho que hasta el día de hoy no sucedía.
─ Lo siento, el bebé todavía no me ha dado permiso de contarles ─ respondió bastante incómodo.
─ No, no te sientas mal Yamamoto ─ se apresuró en agregar Tsuna, no tenía la intención de perturbar a Yamamoto con la situación--si no puedes no tienes porqué hacerlo... ─ sonrió como solía hacerlo para tratar de armonizar las cosas entre sus compañeros ─ ya encontraremos otra forma de averiguar lo que sucede ¿Vale?
─ Así es, averiguaremos lo que sucede aunque tengamos que llegar al EXTREMO ─ agregó Ryohei palmeando el hombro de Yamamoto.
En lo que el guardián del sol terminó de hablar, el suelo se sacudió con cierta violencia, como si algo muy pesado hubiese tocado tierra, tal cual un sonido que parecía provenir de algo bastante pesado alertó a las gentes que ese día estaban haciendo su mercado o ganándose el pan vendiendo sus hortalizas. Varios puestos de madera arrojaron la mercancía fuera de su lugar, y en lo que algunos se dispusieron a tomarlos para colocarlos de vuelta, creyendo que ya había acabado, lo mismo se repitió y más sucesivamente. Era algo que se acercaba, algo muy grande.
Las personas empezaron a asustarse y las mujeres a tomar a sus niños de las manos, preparados para correr en cualquier momento.
─ ¿¡Qué es... qué está pasando!? ─ Se pregunta un aterrado Tsuna retrocediendo instintivamente.
─ ¿¡Qué rayos es...!? ─ Exclamó Gokudera, quien dirigió su vista hacía Lal como si ella fuese la única responsable de todo ─ ¡Oye, mujer!
─ Esto no es bueno ─ Lal frunció el ceño bastante molesta, ya sospechaba lo que estaba pasando y no le hacía ninguna gracia ─, ese idiota.
─ ¿Eh? ─ Tsuna miró a Lal tratando de adivinar a quién se refería. ¿A cuantas personas podría llamar "idiota" en un solo día?
─ ¡JIAAAJAJAJAJAJA! ¡Lo conseguí! ¡Tal como lo había adivinado el Décimo Vongola se presentaría! ─dijo una voz amplificada por lo que podría ser un altavoz, pero el sonido de aquella voz chillona y la expresión ridiculizada de esta le era familiar a Tsuna y sus amigos.
─ Esa voz, creo que la conozco ─ susurró Tsuna.
─ ¡Mire Décimo! ¡Arriba! ─ exclamó Gokudera señalando un punto con el dedo de su diestra.
En el lugar donde indicaba el chico bomba, estaba entre unos edificios cerca de una de las avenidas. Allí la horrible silueta de un pulpo gigante se mostraba, y al mero estilo de la película de Gozzilla, sus tentáculos se enredaban en el edificio más alto, donde las personas de adentro gritaban despavoridas y otras acababan desmayadas de la impresión. En las calles, la gente corría espantada sin consideración de las muchas mujeres con niños que habían acabado inconscientes por el susto. Los bebés lloraban sin consuelo alguno y los vendedores se unían a escape despavorido de las masas. Todo había quedado como una auténtica película de monstruos gigantes que invaden la ciudad, y ya sabían a quien atribuirle la culpa.
─ ¡No puede ser! ¡Acaso será...!
─ Skull, solo a él se le ocurriría una entrada de tan mal gusto, kora ─ dijo Colonnello apareciendo de lo más tranquilo, con los brazos cruzados y con Falco sobrevolándoles, estando entre Lal y Tsuna, sin que nadie lo hubiese visto venir.
─ ¡Colonnello! ¿¡Y cuando llegó!? ─ Se preguntó un sorprendido Tsuna, tanto como los otros. La interrogante sobre la pelea con Hibari asaltó su mente ─ ¿¡Y qué sucedió con Hibari san!?
─ Ha tenido que atender sus propios asuntos ─ contestó sin quitarle la mirada a la enormidad de molusco que seguía causando el impacto del siglo, uno que Namimori no olvidaría jamás. ─ Si no detenemos a ese imbécil es capaz de acabar con la ciudad entera sin darse cuenta, kora ─ agregó con un aire bastante serio.
Tsuna se quedó mirando un rato a Colonnello, fijándose en ciertos detalles que con toda aquella situación no había podido percatarse: aunque tuviese esa apariencia seguía comportándose como el mismo bebé que había conocido en Mafialand. Entonces Reborn debía estar en la misma situación ¿No?
─ ¿Cómo vamos a detenerlo? ─ Interrumpió Yamamoto tomándole seriedad al asunto.
─ Si neutralizamos a Skull, su mascota no podrá llevar ninguna acción ya que solo obedece a las órdenes de él ─ explicó Lal colocándose los visores. La pantalla de los binoculares digitalizados ampliaron el rango de imagen del edificio donde el pulpo gigante estaba apoyado, no quedaba nadie en el edificio salvo las personas desvanecidas que se habían quedado atrás irremediablemente sin recibir ayuda ─ hay personas inconscientes dentro del edificio que está cautivo, hay que sacarlas antes de que algo realmente malo pase como ese tarado meta la pata.
─ En ese caso, los guardianes deberían ir a prestarles auxilio mientras nos encargamos de Skull, kora ─ resolvió el militar.
─ Espera un momento, ¿Desde cuando ustedes dan las órdenes? ─ Interrumpió Gokudera. En ese momento parte de la estructura del mencionado edificio comenzaba a desprenderse por el peso del molusco de ocho tentáculos. Aquello puso el alma en un hilo a los presentes.
─ ¡DATE PRISA DÉCIMO VONGOLA O NO ME HARÉ RESPONSABLE DE...! ¡Me caigo! ¡ME CAIGO! ─ Gritaba por el altavoz el pelimorado.
─ ¡Las personas que están ahí...! ─ Chilló Tsuna aterrado de la posibilidad de que aquellos inocentes acabasen bajo los escombros y el enorme pulpo del arcobaleno de la nube ─ ¡Hay que hacer algo pronto...!
─ Es bueno que no lo hallas olvidado ─ dijo una voz masculina, de cuya silueta apuntaba a Tsuna con un revolver con detalles verdes ─ que antes de cualquier movimiento la vida de los implicados es lo más importante ─ seguido de ello, la misteriosa figura disparó a Tsuna directamente a su frente sin ninguna vacilación.
Al castaño se le nubló la vista repentinamente, y la sensación de vacío no duró ni medio segundo cuando ya se encontraba completamente mentalizado en lo que debía hacer. Aquel hombre le arrojó los X Gloves quienes primero parecían inofensivos guantes de invierno con el inconfundible 27 en cada uno, y al colocárselos mutaron a la versión Anillo Vongola de la misma arma. El naranja fluorescente destelló en sus ojos, similar a la llama que ardía en su frente, mostrando el Mode Hyper del Décimo Vongola. Quién para no perder más tiempo se apoyó en sus guantes para impulsarse con su propia llama para elevarse y llegar rápidamente a donde se encontraba el problemático arcobaleno.
─ ¡Jmjmjmjm! Has subestimado mi ingenio nuevamente Décimo Vongola, ¡Ahora te haré pagar por lo que has hecho! ─ Exclamó jactante el crecido arcobaleno que, para los ojos de Tsuna no había cambiado en nada. Solamente su estatura y la nueva complexión de su cuerpo. Del resto llevaba el mismo casco que cubría su cabeza y la vestimenta de motociclista.
─ No ha cambiado mucho, será más sencillo así ─ musitó el muchacho con voz calma mientras se aproximaba en aire hacia la cabeza del molusco, donde Skull estaba parado con los brazos apoyados en cada lado de su cintura con porte arrogante. El pequeño Vongola supo inmediatamente el sentido que tenían las palabras de Skull al desafiarle con tanta confianza, los tentáculos de su mascota se estiraban con una longitud engañosa rebasando la distancia que llevaba con estos en el aire. Tsuna eludió con rapidez las primeras dos embestidas ayudándose de sus potentes flamas propulsoras. Después con cada movimiento del molusco empezaba a caer en la cuenta de que aquella cosa se extendía tanto como quisiese.
Tuvo un momento para pensar un poco en lo que sucedía con la criatura de Skull, ahora que lo recordaba el atributo del arcobaleno era la nube, es decir la propagación o crecimiento. El aumento de volumen por decirlo con palabras similares a las de Gokudera. Seguramente estaría empleando su llama en el de alguna manera. Hasta que la Hyper Intuición del muchacho captó la idea al ver a Skull sobre su mascota, en todo lo que llevaba no se había separado de él, lo que quería decir que lo estaba alimentando con sus llamas. ¡Desde la planta de sus pies!
A Tsuna se llenó de satisfacción ese descubrimiento, y se dispuso a llevar la estrategia que tenía pensada.
Comenzó a acercarse en vía recta hacia Skull.
─ Jiji, pero que acción tan imprudente ¡Morderás el polvo! ─ Exclamó viendo como se acercaba Tsunayoshi.
─ Si te derribo entonces ese pulpo volverá a la normalidad ¿Me equivoco? ─ Preguntó el Décimo con voz segura, probando las reacciones del arcobaleno, quien se había quedado callado de la impresión respondiendo con un "¿qué?" entrecortado.
El hombre de traje sonrió.
─ Parece que Tsuna ha descubierto la técnica de Skull.
─ La verdad, yo me pregunto qué medio habrá usado ese tonto para pasarle su llama a su mascota, kora ─ se preguntó Colonnello mirando el encuentro.
─ Solo observa ─ respondió Lal tomando la atención del resto, que atendiendo su sugerencia decidieron hurgar en la imagen de Skull sobre su pulpo gigante con la intención de descubrir algo más.
─ Ji ~ al parecer he ganado la atención de todos, ¡Solo vean! ¡El arma secreta que yo, Skull, he desarrollado con mi ingenio después de meses de práctica! ─ Fanfarroneó el motociclista mostrando un control remoto similar a los que se usa para los televisores. Presionó con el dedo gordo un botón color púrpura y en el cielo se divisó una pantalla holográfica que mostraba una serie de gráficos animados, transmitiendo el capítulo 103 de D. Gray-man en la pelea contra el nivel 4º .-Sí, están viendo justamente a Allen y a Lenalee con su nueva inocencia dando volteretas contra el condenado Akuma-.
─ ¡Maldición, me equivoqué de menú! ─ Avergonzado, presiona el botón nuevamente quitando la transmisión, para cambiarla a una pantalla en blanco. Una gran gota de sudor apareció en la frente de los espectadores.
─...
─ ¡Ahora sí! ¡Jeje! ─ presionó un segundo botón azulado y seleccionó en las opciones de la barra de herramientas que sugería la pantalla, muy similar al de aquellas máquinas de "Dance Dance Revolution" (DDR)*. Nadie podía adivinar que era lo que el motociclista estaba a punto de hacer, pero todos sugerían que sería alguna burrada.
─ Oigan, eso se parece mucho a los juegos de DDR ¿No? ─ Preguntó Yamamoto.
─ Realmente, ¿En qué estará pensando ese sujeto? ─ Contestó Gokudera también confundido.
─ ¡Oye! ¡El del pulpo gigante! ─ Gritó Ryohei con las dos manos alrededor de la boca para amplificar el sonido de su voz--¿¡Qué piensas ponerte a bailar justamente ahora!?
─ Je, pobres ilusos ─ se jactó el Arcobaleno ─ ¡Esta es solo la cuartada de las verdaderas habilidades de mi arma!
Seleccionó lo que pareció ser una pista que en la pantalla holográfica rezaba con el nombre de "DAN DARIRAM". Aceptó la opción y la canción comenzó a sonar escuchándose a muchos kilómetros de la ciudad con una buena claridad y resolución. Las flechas aparecieron en la pantalla y en los pies de Skull se formó la conocida plataforma de cuatro flechas en cruz de forma holográfica. Seguido de esto los pies del motociclista comenzaron a moverse perfectamente coordinados con el ritmo de la canción y la aparición de las flechas, mostrando un "Perfect" y un "Great" con cada paso que este daba, que de no ser por otra situación se ganaría la admiración de muchos fans del Break Dance.
─ Vaya, hay que admitir que lo hace muy bien y sus pasos son extremadamente buenos ─ alegó Ryohei.
─ La verdad ─ coincidió Yamamoto.
─ Que arma más estúpida ─ agregó Gokudera con hastío.
─ Es propia de los gustos de Skull ─ agregó Colonnello sin dejar de mirar al arcobaleno de la nube ─ sin embargo, lo que tiene de ridícula esa arma también la lleva de potente ─ mencionó con seriedad ─ miren con más atención a su mascota ─ todos se volvieron hacia donde indicaba el militar y grande fue la sorpresa de ver al pulpo gigante moverse con más agilidad y precisión de como le indicaba su propio amo. Las estocadas contra Tsuna eran más certeras y se notaba que cada vez eran más difíciles de rehuir y confundir.
─ Ha sincronizado los pasos con los movimientos, es como si por cada pista tuviese un estilo diferente de ataques ─dedujo Lal ─ así como defensas ─ terminado de decir eso, el Décimo Vongola intentaba pasar por un punto abierto hacia la cabeza del pulpo, a lo cual fue rechazado por uno de los tentáculos de este y casi barrido de no ser por sus rápidos propulsores.
─ De esa manera, también pasa su llama por la planta de los pies al cuerpo de su mascota, y mantenerla en el tamaño que desee o alterarlo si es su gusto ─ concluyó el misterioso hombre del cual cuya identidad aún no era revelada por parte de nadie. Aunque ya algunos le reconocían.
─ Tch, está causando muchos problemas ─ dijo Tsuna entrecerrando la mirada, con la cual desde su altura podía ver a través de los cristales del edificio a las personas inconscientes, y la misma estructura cediendo de a poco al peso, dado que los movimientos del gigante comenzaban a debilitar la estructura de concreto. ─ Es hora de terminarlo ya ─ sentenció dirigiendo su cuerpo a una altura por encima de las cabezas del molusco y Skull que seguía bailando.
─ Je ¡Prueba este súper paso Vongola! ─ Le espetó moviendo sus pies ágilmente y transmitiendo con los pasos una serie de movimientos impredecibles a los extendibles tentáculos del pulpo. Tsuna alcanzó a predecir la mayoría de los movimientos fijando su atención y se aprovechó de esto para moverse entre estos cual ratón escurridizo para acabar atando la mayoría de los brazos del molusco y dejarlos hecho un nudo bastante problemático de desatar. ─ ¡No puede ser!
─ Ha predicho un movimiento bastante complejo en poco tiempo ─ admitió Lal, omitiendo una nota de impresión en su voz.
─ Hay que reconocerlo, tu alumno ha crecido mucho en este tiempo, kora ─ agregó Colonnello sonriendo con levedad.
─ Puede ser, pero aún le falta mucho.
─ ¡Esperen un momento! ¡No estarán diciendo que este sujeto es...! ─ Gokudera se volvió hacia el misterioso hombre, quien ahora esbozaba una pequeña sonrisa confiada.
Desde el aire, el muchacho ya preparaba su siguiente estrategia desde un buen tiempo.
─ ¡X Burner Air! ─ Musitó en posición desde el aire, con la llama de apoyo lista y la de ataque siendo disparada contra la cabeza de Skull y el pulpo en vertical para no darle al edificio. Lo que ocasionó que las flamas armonizaran con la anatomía del pulpo y poco a poco le sofocasen y evaporaran el efecto de la llama del arcobaleno, consiguiendo que el tamaño del molusco se redujese al de un cuaderno normal. En consecuencia tanto el motociclista como su pulpo estuvieron a punto de caerse desde una altura mortal, de no ser porque el Décimo era piadoso y los había sujetado a tiempo con los brazos a ambos.
─ ¡Genial, tal como se esperaba del Décimo! ─ Admiró Gokudera, acercándose al lugar donde Tsuna descendía con Skull y su mascota con aspecto quemado y aturdido.
─ ¿Se encuentra bien, Tsuna? ─ Preguntó Yamamoto mirando a Skull inconsciente, mientras era seguido por Ryohei y el resto.
─ Sí ─ afirmó. La llama de su frente se desvaneció y Tsuna regresaba a ser el mismo ─ creo que solo están aturdidos por el calor, espero no haberme pasado.
─ Una acción extrema responsable ─ concluyó Ryohei ─ muy propio de ti Sawada.
─ Chicos ─ el castaño les sonrió con gentileza, mientras con cuidado depositaba a Skull en el suelo, quien sujetaba entre sus brazos a un inocente molusco durmiente ─, creo que así estará bien.
─ Buen trabajo, Tsuna ─ dijo la voz del hombre que hasta los momentos no revelaba su identidad. El revolver que llevaba en su mano se transformó en el conocido camaleón cambiaformas de nombre León. Él cual descansaba con toda su confianza sobre los dedos del sujeto, lo levantó hasta llevarlo al borde de su sombrero de copa baja donde el reptil se acomodó. Tsuna le miraba confundido, tentado a pronunciar ese nombre pero con temor a equivocarse ¿Podría hacerlo a estas alturas con tantas dudas de por medio? No, estaba convencido de ello. ─ Con eso Skull no molestará en un rato.
─ Reborn... ¡Reborn! ¿¡Re-realmente eres tú!? ─ Preguntó el muchacho urgido de una respuesta. El Hitman sonrió levemente, mostrando tenuemente su mirada por debajo de la sombra de sus ojos a causa del sombrero.
─ Es bueno saber que aunque lleve esta apariencia puedas reconocerme ─ su sonrisa se ensombreció un poco ─, lástima que no sea la mejor de las situaciones para ello.
─ Esto... ¿¡Esto tiene que ver con lo que ha sucedido con los otros arcobalenos!? ¿¡Reborn!? ─ La voz de Tsuna era desesperada por la necesidad de alguna razón por la que justificase toda aquella locura. Y de porqué los arcobalenos habían crecido. No soportaba la idea de tener que luchar ahora contra su tutor, no otra vez y por razones poco coherentes.
El silencio reinó por interminables segundos para todos.
─ Regresemos a casa, Tsuna ─ fue su respuesta.
─ ¿Eh? ─ Parpadeó el castaño escéptico.
─ Ahí te explicaré mejor la situación ─ aclaró para luego volverse hacia Lal y Colonnello ─ he conseguido calmar al resto de los que han venido, por lo que no causarán más problemas en la ciudad ─ los otros dos mayores asintieron a esa respuesta dándose por entendidos.
─ Re-reborn...
─ Se paciente ─ le dijo su tutor para volverse en sentido contrario, dándole la espalda al castaño y mirándolo de reojo ─ pronto lo comprenderás.
~*~*~*~*~*~*
Acabaron llegando a la Residencia Sawada sin ningún percance, tal como lo había dicho Reborn, las cosas se habían calmado, aunque a Tsuna le costaba creérselo dada sus experiencias anteriores con las diferentes pruebas y dificultades por las que ya había pasado. El silencio se había mantenido en todo el camino exceptuando por el sonido de sus pasos, alguna que otras miradas entre los guardianes para reconfortarse y llenarse de seguridad. Juntos enfrentarían cualquier adversidad y eso era suficiente.
Reborn se detuvo en la entrada y todos le imitaron, se volvió hacia ellos antes de llamar a la puerta.
─ ¿Has dejado a Skull en donde no cause problemas? ─ le preguntó a Colonnello causando que todas las miradas se posaran en él.
─ Descuida, recuerdo haberlo dejado en un lugar donde estará retenido hasta la tarde, kora ─ repuso este con aire despreocupado. Los guardianes se preguntaron que quería decir el rubio con eso.
─ Perfecto ─ contestó Reborn para luego tocar la puerta presionando el timbre de llegada.
Se escuchó un "¡Espere un momento!" de una voz que no pertenecía a la madre de Tsuna, pero sí era familiar. Al abrirse la puerta se encontraron con una Haru que llevaba el uniforme de su escuela y un delantal de cocina encima.
─ ¡Ha-haru! ─ exclamó Tsuna sorprendido ─ ¿Qué haces en mi casa?
─ Tsuna san ha llegado de la escuela más pronto de lo que pensé ─ contestó la chica, percatándose también de la presencia de los tres mayores a quien dos de ellos no reconocía ─ ¡Hahí! ¡Pero si es la señorita de...! ─ dijo al ver a Lal ─ ¡No puede ser que hallamos de nuevo...! ─ exclamó más sorprendida y levemente asustada con la posibilidad de que hubiese pasado algo del futuro.
─ ¡No-no es eso Haru! ─ Respondió Tsuna haciendo señas de negación con las manos ─ no es nada que tenga que ver con el futuro... ─ aclaró y la chica se serenó junto con él ─ ellos son...
─ Yo soy el padre de Reborn, Haru ─ dijo el Hitman callando de inmediato a su pupilo antes de que inventase una excusa peor de la que él había preparado con anticipación ─ he venido en su lugar ya que él ha decidido tomarse unas vacaciones cortas ─ mintió ─ yo estoy para continuar supervisando el entrenamiento de Tsuna por él.
─ ¡Reborn! ¡Lo tenías todo planeado! ─ Pensó Tsuna impresionado con la excusa de su tutor.
─ Él es el hermano mayor de Colonnello ─ señaló al militar ─ y ella es la hermana mayor de la chica que conociste en el futuro ─ agregó señalando también a Lal. Haru pareció creerle.
─ Ahora entiendo todo ─ sonrió ─ estaba preocupada por no poder reconocer al padre de Reborn chan cuando viniese a Namimori, pero si hasta se parecen mucho ─ agregó asombrada mirando las patillas del Hitman y comparándolas con las del pequeño Reborn.
─ ¿¡QUE!? ─ Tsuna quedó perplejo con el engaño que seguramente Reborn habría trabajado en Haru con mucha antelación. ─ ¡Por eso no apareció en toda la mañana, lo estuvo preparando todo desde antes! ¿Y por qué Reborn le pidió que viniese a mi casa?
─ Sí, tenemos mucho parecido ─ musitó el hombre enroscándose una de las patillas entre los dedos de su zurda ─ ¿Los amigos que te dije ya están adentro?
─ ¡Así es! ─ replicó encantada ─ son todos muy interesantes aunque... ─ la voz de Haru fue apagándose con cierto temor, y tragó saliva ─ algunos de ellos dan mucho miedo desu.
─ ¿Eh? ¿Qué quieres decir con "amigos", Haru? ─ interrogó Tsuna imaginando lo peor. ─ No Reborn... no habrás... no... aquí... ¡NO EN MI CASA, REBORN! ─ pensó aterrado.
─ ¡¡¡QUITENME A ESTE ENANO DE ENCIMA!!! ─ Una potente voz que resonó en todas las paredes de la casa e incluso obligó a todos a llevarse las manos a los oídos.
─ Shishishishi~ parece que se te da bien el trabajo de niñera ─ canturreó una voz desde la sala de estar. Tsuna las identificó y la sangre se le fue de la cabeza.
─ Esas voces ─ murmuró Gokudera listo para entrar en acción.
─ ¡No puede ser! ─ el joven castaño corrió desde la entrada y en un dos por tres llegó a la sala de estar donde tristemente confirmó sus sospechas ─ ¿¡VARIA!?
En la mesa de tomar té se encontraba Belphegor con una taza de té verde y unas galletas de arroz, tal como Tsuna lo recordaba con su chaqueta del escuadrón Varia y su tiara que lo colocaba en el apodo de "Príncipe", mostrando siempre esa sonrisa que a Tsuna siempre le daba escalofríos. Pero lo verdaderamente impactante fue ver a Squalo al borde de su furia con Lambo abrazándole una de sus botas mientras lloraba a todo pulmón y llenaba de mocos el cuero del calzado.
El mundo estaba por caerle a Tsuna en los hombros.
─ No puede... ser... ─ susurraba con cara de horror y aturdido con las imágenes que solo significaban una cosa. Problemas ─ ¿¡Qué hacen ellos en mi casa, Reborn!?
─ ¡OEEE! ¡TU MOCOSO, TE LO REGALO! ─ gritó el espadachín quien tomaba a Lambo con su mano real y lo arrancaba de su bota sin problemas, se lo aventó a Tsuna en un tiro directo a la cara. El muchacho acabó K.O. contra la pared contraria al igual que el niño con traje de vaca. Los guardianes fueron a auxiliar a su jefe en cuanto le vieron, y Gokudera tuvo que reprimir sus instintos asesinos en contra de Squalo por respeto a la casa del Décimo Vongola.
─ Buen tiro Squalo ─ le felicitó Bel quien no paraba de reírse con la escena.
─ Esos malditos locos de Varia ─ gruñó Gokudera quien ayudaba a Tsuna a levantarse con cuidado, después de haberse debatido en la inconciencia por despertar. Pensó en dejarse llevar por el estado y dejarse caer, pero el terror de dejar su casa a merced de esos asesinos desquiciados fue mayor ─ ¿Qué demonios harán en casa del Décimo?
─ Eh, Gokudera kun... a dónde... ¿A dónde fueron Reborn y los otros? ─ preguntó sobándose la parte posterior de la cabeza con una mano. Yamamoto tenía a Lambo en sus manos.
─ Les vi entrar en la cocina, seguramente Reborn san sabrá el motivo de todo esto ─ contestó el peliplateado.
─ Sí, estoy seguro de que Reborn planeó todo esto desde el inicio ─ afirmó.
Mayor fue la sorpresa cuando entraron a la cocina.
Tsuna tenía la boca abierta formando una "O" perfecta. Gokudera y Yamamoto también estaban impresionados y Ryohei no entendía ni las reacciones de sus compañeros ni porqué aquellas personas estaban en casa de Tsuna.
Todo era muy extraño.
En la mesa se encontraba un hombre cuya edad rondaba entre los veinticinco y treinta años de edad, vestía ropas propias de China y que tenía un aterrador parecido con Hibari Kyouya. Este muy tranquilo a pesar de los escándalos, permanecía en silencio bebiendo del té verde que estaba sirviendo Haru muy amablemente. Frente a él estaba alguien cuyo género no se podía determinar con certeza, pese a que bajo la capucha que llevaba se mostraban unas facciones finas y delicadas acompañadas de unas marcas púrpuras de triángulo invertido, calculando con ello que no tendría más de veintidós o veintitrés. Reborn estaba sentado en un extremo encabezando la reunión, Lal y Colonnello estaban sentados uno al lado del otro manteniendo también el silencio que reinaba en la cocina.
Pero el silencio fue roto cuando Tsuna vio los pacificadores sobre la mesa, apartando los de Reborn, Lal y Colonnello, había uno rojo y otro índigo, cada uno frente a su dueño. En ese momento, comprendió de quienes se trataban las otras personas.
Más arcobalenos.
─ ¡Ellos también son…! ─ exclamó Tsuna mirando a Reborn.
─ Así es, ellos son Vipper y Fong ─ explicó bebiendo un sorbo de café que Haru acababa de servirle ─ ¿Haru, podrías vigilar la entrada? ─ le pidió amablemente a la muchacha ─ presiento que la señora Sawada y los demás llegarán en cualquier momento con las cosas del almuerzo.
─ Uh ─ la chica primero miró con recelo disimulado a quienes estaban en la mesa, sobretodo por aquellos pacificadores de colores. ─ Por supuesto ─ respondió sonriendo para salir de la cocina por la otra puerta y esperar a recibir a quienes venían con el mercado.
Otro silencio de pocos segundos.
─ Imagino que sabrás reconocer a ambos, ya que también les evaluaron durante las pruebas ─ dijo Reborn rompiendo la inercia.
─ ¡En cualquier caso! Fue bastante cruel haberle mentido a Haru de esa manera para que preparase todo esto ─ insistió el muchacho bastante compungido con aquella situación. Después de lo sucedido en el futuro odiaba tener que mentirle a Haru y a los demás sobre las cosas vinculadas con la mafia.
─ Lo entiendo, pero no tenía otra opción, Tsuna ─ respondió después de beber un sorbo de su Café Expresso con un tono bastante serio ─ de estas cosas no puedo hablar con cualquiera, y eso te incluye a ti y a los guardianes.
─ Reborn... ─ se desanimó el muchacho. Había muchos secretos que el Hitman no deseaba revelarle en absoluto.
─ Siéntense ─ les dijo a los chicos ─ si quieren escuchar lo que sucede o parte de ello para saber a qué nos estamos ateniendo todos.
Los jóvenes Vongola tomaron asiento en las sillas libres, y todas las miradas iban dirigidas a Reborn, por quien esperaban una explicación.
─ Bien, esto es lo que sucede.
Fin del primer capi =) larguito pero así son los capis de este fic, con mucha comedia y Katekyomanía x3
Glosario de términos
*Yo: Saludo casual muy usual en Estados Unidos por los raperos y reggetoneros.
*Shishio: Significa Maestro, no profesor ni docente sino maestro, no confundir con la expresión "Sensei".
*DDR: Juego de máquinas muy popular de baile interactivo.
Bye bee~~
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Re: Arcobaleno Carnival [Katekyo Hitman Reborn!]
* Intentando formar una O perfecta con la boca* XDDD, es dificil >.< !
Es una forma de ver reborn que jamás se me habría ocurrido ò-ó, anonadada me hallo , enhorabuena X3. Me he reído un montón que raro ù.u con todo lo que le pasa a atun-chan XD. Pobre tsuna?. . . naaah XDDD!!
<.< estoy deseando ver cuando aparece eso que me prometiste x3 sip, el 6927 ponlo XDDDD, ten piedad ò3o pero aún así la historia me tiene muy intrigada Colonnello is big? WHAT?? p.p aunque is so sexy XD.
Por lo demás, diré que es largo x.x, tenía canas al terminar de leerlo XD, pero genialoso òxo. Así que espero con ganas el próximo x3!
òwó soy la 1º
Es una forma de ver reborn que jamás se me habría ocurrido ò-ó,
<.< estoy deseando ver cuando aparece eso que me prometiste x3
Por lo demás, diré que es largo x.x, tenía canas al terminar de leerlo XD, pero genialoso òxo. Así que espero con ganas el próximo x3!
òwó soy la 1º
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Re: Arcobaleno Carnival [Katekyo Hitman Reborn!]
Noooo~!!! ;O; Yo quería ser la primera en comentaaar! >O< -berrinche-
Bue~ mejor me dejo de lamentar y prosigo con el comentario, aunque podría extenderlo eternamente (?) y no cansarme -insertecaritaLOL-
Primero que nada, yo lo había leído antes, pero como no lo había continuado se me había olvidado y releerlo me resultó tan genialoso como la primera vez x3 Realmente uno se ríe y queda expectante para lo que sigue de una manera completamente equilibrada... muy Reborn ;DD (?)
Estoy ansiosa por leer la continuación cuando la cuelguespor flojera a ir a FF.net así que espero que no tardes mucho porque sé que ya lo tienes escrito e_é
Recuerda.. Elmo sabe donde vives~(?)
PD: Aguanta Arcobaleno Carnival!!
Bue~ mejor me dejo de lamentar y prosigo con el comentario, aunque podría extenderlo eternamente (?) y no cansarme -insertecaritaLOL-
Primero que nada, yo lo había leído antes, pero como no lo había continuado se me había olvidado y releerlo me resultó tan genialoso como la primera vez x3 Realmente uno se ríe y queda expectante para lo que sigue de una manera completamente equilibrada... muy Reborn ;DD (?)
Estoy ansiosa por leer la continuación cuando la cuelgues
Recuerda.. Elmo sabe donde vives~(?)
PD: Aguanta Arcobaleno Carnival!!
Re: Arcobaleno Carnival [Katekyo Hitman Reborn!]
xD bueno, el fic por donde va actualmente está entero en ff.net, pero lo quise subir aquí para poner las imágenes de los personajes OC y sobretodo los openings y que se viese más interactivo, en ff no se puede pero ni modo =) ¡Aquí sí!
En breve subiré el segundo capi xD con más humor todavía~~ me alegro que al menos a dos les haya interesado y gustado, gracias por los comentarios Faith y Joker x3!
¡¡No Elmo no me lleves ;O;!!
En breve subiré el segundo capi xD con más humor todavía~~ me alegro que al menos a dos les haya interesado y gustado, gracias por los comentarios Faith y Joker x3!
¡¡No Elmo no me lleves ;O;!!
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