El bosquecito...!

Bueno, este es mi primer fic, anterior a que salga mi ultra powaa fic inventado por mi con una mini ayuda de una amiga con la intención de cautivar a la audiencia con una historia un poco loca llena de amor, locuras, tropesones y muerte. (Wow que publicidad le hago a algo que posiblemente no me lea nadie)
Bueno, sientensé, apoyen bien el traste y a leer se a dicho.

DEJEN COMENTS PLZZZ! >w<


Capítulo 1: Bosque frondoso.

Sin importar a donde se mirase, todo entorno a Adler, era frondoso y elegante. Las copas de los árboles eran tan verdes y elegantes como si todo hubiera sido podado y cuidado con el amor y la dedicacion de un jardinero real. Ciertamente, aunque en ese lugar no existían los humanos, más no en leyendas, era cierto que el bosque era cuidado con exquisita delicadeza por todos los seres que habitaban en él, siendo que el bosque les proveía alimento y refugio de los monstruos en el exterior del mismo.
Las criaturas como Adler, Prunks, pequeñas, de prominente barriga, ínfimas orejas y amarronado pelaje, generalmente, los viajeros de su especie llevaban con sí una pequeña y no muy gruesa rama a modo de bastón y una pequeña daga en sus mochilas. Ya habían pasado cuatro días desde que el pequeño Prunk había entrado de el exterior gracias a un portal abierto por una tega, encargadas de las puertas fuera de el boscaje, guardianas que cuidaban los portales con uñas y dientes, temídas por criaturas ajenas al bosque.
El objetivo de el pequeño Adler era llegar al castillo de la reina Dietlinde, quién le enviaría una importante dotación que ayudase a el pueblo natal de Adler que era atacado por Ryongs... Inividuos de tamaño notable y mirada penetrante, bastante parecido a lo cual en su mundo se les llame rinocerontes, a diferencia que estos se erguían en sus patas traseras y hablaban con total fluidez. La tan sola idea de cruzarse con uno de estos monstruos, como les llamaba Adler, era terrible, y más terrible fué el momento en el cual se le fué encomendada la tarea de ir hasta el bosque a pedir ayuda a la reina de los Galeses.
Ya hacercándose al imponente castillo conformado por varias ramas e iluminado con pequeñas luminiscencias obtenidas de algunos árboles. Aunque un poco desprolijo, la ciudadela no perdía su toque noble y elegante.
Una vez en las puertas de las mismas, cuales eran de madera de roble, con sutiles toques florales tallados en la partes superiores a los lados externos de los mismos. SIn perder más tiempo, el pequeñín tocó la puerta y sentose sobre el tierno césped esperándo una respuesta. Fueron tan solo unos minutos los que pasaron cuando las inmenzas puertas se abieron, percatándose Adler de que no era una puerta sola, sino varias puertas de distintos tamaños, abiéndose la puerta de casi al medio. Una alta y elegante figura se hizo presente detrás de las puertas, pero todo estaba demaciado brillante, por la cantidad de luminiscencias tras ella como para que el Prunk pudiera afirmar que era.