Misión de la Fábrica de Juguetes, Martinica. [Vidoll & Sei]

El clima cálido de la zona le resultaba agradable, en cierto modo. En el otro, le resultaba insoportable.

Agradable porque su poder se veía considerablemente incrementado y porque le gustaban los sitios cálidos. Desagradable porque hacía que su cuerpo estuviese algo más caliente y por lo tanto la cabeza le doliera el triple.

Sin aguantar, se sacó la chaqueta agradeciendo no llevar ninguna camiseta debajo, y se la colocó sobre el hombro. Luego sobre la cabeza. Y de nuevo sorbe el hombro. Schiebe!!! Aquello no servía para nada!

Estuvo a punto de comprar un sombrero, pero se contuvo por lo ridículo que resultaba. Además, probablemente no le ayudaría lo más mínimo.

Le lanzó una mirada asesina al buscador.

- Sabes donde demonios hay una posada, un hotel, cualquier sitio me vale con tal de que tenga... sombra o algo condenadamente frío.

El hombre lo miró con una sonrisa, que desapareció al momento en el que Sei lo miró a los ojos.

- Bueno... creo que hay una en la calle principal... es por aquí. - dijo poniéndose en marcha rápidamente.

Sei no dirigió la vista atrás.

- Oe, mädchen... voto por que descansemos y vayamos a ver la fábrica a la noche. A fin de cuentas, dudo que encontremos nada a esta hora. - le comentó mientras se frotaba el cuello malhumorado. El pelo se le estaba pegando a la nuca y le molestaba. - A no ser que tengas miedo... puedo ir solo. - lo dijo solo por picarla, pero estaba tan de mal humor que le apetecía cualquier excusa para descargarse.

Y sin más, siguió al buscador. Ella sería sensata, esperaba, y iría con ellos. Si no, tenían los golem...

El haberse arrojado al mar en plena travesía no le había servido para nada, tan solo para refrescarse unos segundos y oír los gritos de los pasajeros. Joder. Al final, los gritos le habían devuelto el maldito dolor...

Clima cálido, era el colmo. ¡Odio el calor! Prefería el frío o el fresco por sobretodas las cosas, el calor me obligaba a despojarme de mi chaqueta exorcista, y claramente eso hice al sentir el clima de Martinica, me quité la chaqueta y la amarré de las mangas alrededor de mi cadera, para no cargar con ella, al parecer Sei había hecho lo mismo con su chaqueta, pero la seguia cargando en mano.

El Garçon, alias Sei, estaba desesperado por encontrar un bendito hotel o posada, lo que viniera primero, quizá no soportaba el calor y eso, en realidad no me importa, esperé pacientemente a que Sei comenzara a caminar, para así seguir detrás de él y, aburrirme, como siempre.

- Oe, mädchen... voto por que descansemos y vayamos a ver la fábrica a la noche. A fin de cuentas, dudo que encontremos nada a esta hora. - Oí de parte de Sei, era algo que cualquiera pensaría, todo es mejor de noche, todo se presenta de noche, todos los misterios se ven de noche, ¿Por qué? No tengo idea.

-Ok... - Le dije, el sol quizá pronto estaría en su mejor punto dentro de un rato y no queria quedarme parada para sentirlo. - A no ser que tengas miedo... puedo ir solo. -

- ¡¿MIEDO?! - Grité, su comentario no me gustó para nada y no tenia intenciones de tener paciencia. Yo nunca tendría miedo de algo tan insignificante como una fábrica de juguetes que cobraba vida durante las noches y que, por obvia, era inofensiva por que no había indicios de muertos ya que la gente es tan miedosa para ir a tal lugar.

- ¡Que tengan miedo esos juguetes! ¡Por que los destrozaré! - Terminé gritando, y mientras Sei seguia al buscador, yo me adelanté a los dos sin importar que, era mi actitud, mi enfado, ¿Y qué? así soy yo.

Spoiler:

Le hizo gracia la actitud de la chica, le parecía bastante... impaciente por comenzar. Al igual que el.

Se rió ante el gesto infantil de adelantarlos a el y al buscador, pero siguió admirando su determinación. Claro que no tenía ni idea del camino..

- Mädchen... no vaya a ser que te pierdas. - le soltó cuando el y el buscador torcieron a la izquierda en una calle.

Entraron en lo que parecía una travesía... un poco carnavalesca. Al menos la gente iba toda disfrazada como en carnaval... quizá había algún tipo de festividad...

Y la música... estuvo a punto de estrangular a un hombre que tocaba una tuba cerca de su oído derecho.

El buscador se adelantó corriendo y les hizo señas delante de lo que parecía una especie de caballerizas restauradas.

Sei dirigió la vista atrás un momento para comprobar si la chica seguía con ellos y luego se internó entre la multitud hasta llegar a la acera, donde contempló las desgastadas puertas de madera de la hacienda antes de entrar y sumirse en un apacible silencio.

En su cabeza pareció resonar un suave coro celestial... que silenció rápidamente. Al fin, paz y fresco.

Una mujer bajita habló con el buscador en francés. Esto no le soprendió, puesto que la isla era colonia francesa. Hablaba el idioma perfectamente, pero quizá debía dejarselo a su querida compañera...

Así que simplemente puso cara de aburrimiento y esperó a que ella pareciera. Suponia que les darían habitaciones separadas... proque si no le daba la impresión de que la niña lo intentaría arrojar por la ventana... cosa que el le dejaría hacer con gusto. El tejado parecía una buena opción, antes que oírla protestar toda la noche...

[Off: Perdón la tardanza e__e]

Seguí caminando y miré con solo los ojos hacia a un lado y verifiqué que habian doblado a la izquierda, pronto quedé detrás de Sei, y poco a poco veía un carnaval frente a mis ojos, había demasiado ruido y no era algo que yo gustase, en fin, habría que acostumbrarse, pude oír a algun par de gente hablar en fránces, mi idioma natal, eso haría más fácil la búsqueda de información.

Poco más adelante vi al buscador hacer señas, y justo unas caballerizas, yo seguí caminando lentamente, y entonces vi la mirada de Sei, parecía verificar mi pequeña e insignificante presencia, para ver si no me perdí, pero en fin, que mas daba.

En el lugar, el buscador habló con una señora, pude entender perfectamente lo que decía, al parecer solo tenía dos habitaciones disponibles, las fiestas en ese momento hacían que personas de otros países se hospedaran en Martinica, el buscador se acercó a Sei y a mi.

- Solo tiene un par de habitaciones - Anunció, no le di importancia al hecho, de igual manera no me interesaba dormir sola o acompañada. - Supongo que hemos de elegir quien dormirá solo y quien dormirá con alguien, ¿No es así? - Dije, poniendo una cara algo más amable, ya me encontraba cansada y queria dormir tan siquiera unas horas, para luego investigar.

- Así es, elija usted, señorita - Contestó, pero tomar decisiones por los demás no era lo mío, después ocurrirían problemas por ello. - Elijan ustedes dos, yo solo quiero descansar, así que no importa - Sonreí, y luego bostezé, preferiría conformarme con lo que eligieran, a elegir por mi misma y luego sufrir las consecuencias.

[off: TnT ahora te tengo que pedir perdón yo... u_u llevamos media misíón a base de perdones X3]

Sei escuchó a la chica con una ceja arqueda. Así que quería guerra la señorita...

Pues el no estaba precisamente de buen humor, y aunque lo estuviera, sospechaba que habría respondido lo mismo. A fin de cuentas, Dämon se moría de risa con la actitud de su compañera.

Entreabriendo a penas lso ojos y con voz perezosa, miró directamente a los ojos a la joven mientras pronunciaba arrastrando las palabras. A fin de cuentas, adoraba el francés...

- Bien entonces... señor buscador, doy por hecho de que estará más cansado que nosotros y necesitará más espacio para establecer comunicación con sus compañeros de la fábrica, así quesi a mademoiselle no le importa, le ofrezco mi compañía esta noche. - Lo dijo de esa forma a propósito, pues sonaba dando forma a muchos equívocos.

No le importaba ni un poco. Por una vez, no quería comportarse como Sei... aunque quizá era por el dolor de cabeza y Dämon lo estaba manejando. Se le escapó una sonrisa. Qué demonios importaba quien fuese... era el mismo cuerpo.

Se dio la vuelta dejando al buscador ya la dueña del hotel con diversos grados de rubor y sorpresa reflejados en su rostro, sin molestarse en mirar a su compañera. No le estaba pidiendo permiso. Y se dirigió hacia el final del pasillo, donde le olía a fresco y flores.
Quizá encontrase un jardin donde tumbarse un rato...

[Off: LOL X3]

Pronto una directa mirada sentí, pude ver los ojos de Sei mirándome y con voz perezosa, hablaba en fránces la decisión que había tomado, una compañía ésta noche, claro, si es que esa noche estaríamos ahí, ya que iríamos a investigar aquella vieja fábrica, llevarme algún peluche de ese lugar sería interesante, Sei se había ido por un camino, dejando sonrojados y sorprendidos al buscador y a la señora, mi mirada no cambió, seguía desinteresada en ello, o quizá eso aparentaba...

- Dígame donde está la habitación, me estoy asando... - Dije en tono burlón, y la señora cambió su cara sorprendida a una sonriente, enseguida dió media vuelta y comenzó a caminar, era obvio que yo le tenía que seguir, puse mis manos sobre mi nuca y comenzé a seguirla, ignorando al par de hombres que me acompañaban esa vez, pronto llegamos a una puerta, la cual abrió al instante.

- Esperamos le agrade la estancia, señorita - Dijo la mujer, no le contesté y enseguida entré a la habitación, camas separadas, quizá era algo bueno después de todo, total, no me interesaba, le cerré la puerta en la cara a la mujer y me tiré encima de una cama que estaba cerca de la ventana, por la cual se veía el carnaval que habíamos pasado anteriormente, quizá me escaparía para investigar yo sola y comprar algo interesante de paso, pero primero, dormir... el grito de una mujer despavorida me había dado sueño, eso cuando estabamos en el barco y mi compañero se había tirado al mar, supongo que la misión al final sería muy interesante... muy, muy interesante...

Había encontrado una enorme piedra granítica sobre la que tumbarse en aquel agradable jardín, dentro del patio trasero del hotel.
En el centro, una fuente que proporcionaba el frescor justo para que su piel recuperase la humedad pero sin sofocar, y como estaba orientado al este y eran más de las 5 de la tarde, no hacía calor.


Sei se permitió relajarse a gusto por primera vez desde que empezaran el martir... la misión.
Su boca se curvó ligeramente hacia arriba, pensando en las caras de la dueña del hotel y el buscador, y pronto fue substituída por una apertura en forma de bostezo.

Si que daba modorra el calor...
Decidió imitar a un gato bastante gordo que había visto refugiado bajo una cornisa al entrar y hecharse una siesta hasta que anocheciera un poco.
Además, su compañera ya debía estar cómoda e instalada en 'su' habitación, por lo que no había nada de que preocuparse.

Bostezó de nuevo mientras se le cerraban lentamente los ojos. A pesar de todo seguía atento y vigilando, pero por lo menos le calmaría el dolor de cabeza...

Se quedó dormida, profundamente dormida... fuera se oían gritos y llantos, al igual que explosiones, el buscador en su cómoda habitación salió rápidamente a ver lo ocurrido, iba a avisar al par de exorcistas pero no sabía donde se encontraba cada uno y fue enseguida con la señora tan siquiera para buscar a Vidoll.

La chiquilla dormía bien, muy bien abrazando una almohada y soñando, soñando como había conocido a su maestro y también, la parte dolorosa de ingresar a la Orden, quizá tendría que olvidarse de aquel chico... quizá...

Entre tanto grito y explosión... la pequeña chica no abrió por ningún momento los ojos, quería dormir, dormir y dormir... y si fuera toda la noche, toda la noche dormiría... pero creo que eso no sería así, ya que cierto buscador estaba tocando la puerta como loco y casi la derrumba...

- ¡SEÑORITA! - Y ahí la vió, abrazando la almohada como si de un peluche se tratase, con los labios entreabiertos y un hilo de saliva salir por ellos, esa era Vidoll profundamente dormida, daba ternura en sí... pero en ese momento la ternura no servía. - ¡SEÑORITA! - Gritó más fuerte el buscador, la exorcista enseguida abrió lentamente los ojos y sin abrirlos completamente se levantó de la cama, se dirigió hacia el buscador, éste se veía un poco sorprendido ante la forma de levantarse de la chica y no pudo decir palabra alguna. Enseguida Doll le propició una patada en el estómago lanzándolo fuera de la habitación.

- Mierda y gusanos podridos... interrumpir de ésta manera... - Comenzó a correr, para salir del lugar y comenzar a luchar, el buscador se encontraba fuera de combate y la señora simplemente le ayudó a levantarse, el muchacho se había quedado sin aire y comenzó a respirar un poco agitado.

- Esa es la fuerza de una mujer - Dijo enseguida, pero difícilmente pudo hacerlo.

El gato movió una oreja.

Luego la otra.

Luego tembló.

Y acabó por bufar y saltar de la cornisa, justo cuando un disparo alcanzaba su localización anterior.

Sei hacía rato que estaba despierto, aunque la chaqueta se le había quedado en la roca... pero qué importaba.
Pero quizá los akumas estaban usando los tatuajes rojos de sus antebrazos como diana, proque alguna bala le había rozado los guantes.

Corrió un momento entre las columnas mientras contaba sonriendo.

- Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis.... siete. - concluyó dirigendo la vista hacia el último akuma que se alzaba sobre el patio donde tan relajado había pasado la tarde.- Bien. Hora de despertar de la siesta. Dämon der flammen. -murmuró mientras sentía el conocido calor surgir de sus manos y extenderse por todo su cuerpo.

Estaba de bastante buen humor, por lo que aún tenía a Dämon bajo control.

En dos saltos, se subió a la enrome roca y atacó a los akumas que estaban más bajos, mientras musitaba un ritmo de una canción que le gustaba. Tres listos.

Se apoyó en la misma cornisa que el gato y se sujetó un moemnto con las manos sonriendo perversamente a los cuatro akumas restantes, que enseguida comenzaron con su racha de disparos.

Saltó y corrió por la cornisa en horizontal, e impulsándose con un pie, se subió sobre uno de los akumas, a la vez que le daba un puñetazo en la máscara.

- Stay still patient; wilt thou my sister of merciful troth be? - Cuatro. Seguía tarareando por lo bajo. Saltó al siguiente akuma en medio de la explosión de lanterior. Lo sujetó por uno de los cables qu e enseguida comenzó a arder, y lo lanzó contra el muro del hotel.- And let it flow red and full in taste o'er my lips. - Ya iban 5. Los dos últimos se elevaron más en el aire y desde allí le dispararon. El dejó que el humo se elevara para cubrirlo, y luego simplemente saltó y se fué impulsando, de la cornisa al balcón, y del balcón al tejado. Luego del tejado a la pequeña torre reloj del hotel. Y ya estaba por encima de los akuma.

Estos, pensando que lo habían destruido, apuntaron al tejado del hotel y abrieron un gran boquete, derribándolo, muy cerca de las habitaciones. Le sorprendió levemente que la grieta dejara ver a su compañera, con cara de pocos amigos, lo que hizo que su sonrisa se hiciera más amplia.

La saludó como si se tratase de un generl, y luego saltó hacia los akumas, dando una voltereta. Calló sobre uno de ellos, lo golpeó tres veces levemente en puntos críticos, y luego saltó al suelo. Al otro le dio un puñetazo sin tan siquiera darse la vuelta.

Mientras la explosión resonaba a sus espaldas, sus labios siguieron moviénoose a la par que sus pies, hacia su compañera y el tejado derrumbado.

- A dream that will sojourn eternally...Empty the flagon in me!In which theatre I will act? - le dijo cuando llegó a su altura, y sin bajarse tel tejado, se inclinó en una reverencia desactivando los guantes.- Bonne nuit, mademoiselle. Espero que hayas dormido bien. - le soltó en tono irónico al ver lo despeinada que estaba.

Iba a hacer otro comentario cuando de pronto a lo lejos se oyó un desgarrador grito de pánico.

El simplemente suspiró. A bailar de nuevo.

Y hehcó a correr hacia el borde del tejado, saltando sin pensar la altura de 13 metros. Amortiguó suavemente la caída sin inmutarse, era poco comparado con el entrenamiento de su 'querido' general y se dispuso a esperar a su compañera y al buscador para que los guiara a la fábrica. Pues a fin de cuentas, de allí debía surgir el sonido... y los akuma.

Un paso, luego otro... así se la llevó tratando de encontrar la salida, parecía un laberinto. De pronto algo hizo que se abriera un gran hueco en el tejado, poco antes de que Vidoll llegara a ese punto, en el cual pudo ver a Sei a lo lejos destruyendo a algunos Akumas, se había llevado la diversión.

Dijo algo en un idioma poco conocido para Doll, y a la par habló de la "pequeña" siesta que la chica había tomado.

- ¿Y tú que crees? - Dijo con tono de voz fuerte, antes de oír el grito de pánico de alguien, por lo menos había hayado una salida del lugar, Sei ya se había ido y quizá era su turno de destruir algunos Akumas, saltó hacia arriba pero le parecia imposible llegar al tejado, hora de buscar otra salida.

- Innocence, fonctionner - Los pasadores que traía en el pelo comenzaron a brillar, y enseguida desaparecieron. Vidoll juntó sus manos y las puso a un costado suyo concentrándose, en un movimiento duro y rápido hacia el frente, millares de flores atravesaron la pared quedandose impregnadas en ella, su plan no habia funcionado.

Comenzó a correr con las manos sueltas y mansas, las flores se quitaron de la pared siguiendo a su dueña. Pronto llegó a la salida del lugar, que estaba justo a unos metros de su habitación; un trabajo duro hecho en vano. Salió del hotel y buscó con la mirada a su compañero, sin verlo aún.

Detrás de ella venía el buscador, con una mano en su estómago, al parecer la patada le había dolido y mucho, tanto, que apenas y podia hablar un poco. Doll se puso de brazos cruzados cerrando los ojos, para ver si alguno de los dos se aparecia por ahí, por que ella no iría a buscarlos ni por su propia voluntad.

- Que problemático - Musitó, suspirando enseguida.

Se quedó donde estaba, atento a ver si veía a su compañera y al buscador mientras esperaba.

Parason unos minutos y se cansó. Tsk.

- Ya me encontrarán por el camino. - murmuró mientras echaba a correr por la horas antes abarrotada ya haora desierta.

Se dejo guiar por los cada vez más insistentes gritos, esperando que sus compañeros lo oyeran, aunque Dämon votaba por ir solo y dejarle a el toda la diversión.

Un jalón de cabello.

Poco a poco la pequeña exorcista se desesperaba parada en ese lugar, si tan solo no la hubieran despertado...

Hasta que por fin el ruido de unos pasos detrás de sí la puso alerta y levemente mirando hacia atrás, pudo ver al tan esperado buscador, sonrió.

- Ya era hora... - Más que felicidad de por fin irse, sentía un tremendo odio por aquel buscador que la había despertado y hecho esperar, pasos más lentos que daba el pobre. - Perdone la tardanza, señorita - Quizá la patada después de todo le había hecho mal.

Comenzó a correr, si acaso Sei se llevaba toda la diversión habría otra víctima de sus golpes. En fin, el buscador se había adelantado a Doll para guiarla a la fábrica.

Un grito más fuerte.

- ¿Quien grita tanto? Si nos acercamos más, quedaré sorda - Comentó la chica, mientras seguía corriendo, el buscador rió ante el comentario y una explosión se vió justo frente al buscador que lo hizo detenerse y caer al suelo sorprendido, Doll se detuvo enseguida.

La diversión había llegado, otra manada de Akumas nivel uno se había presentado en la ciudad, a pocos metros se podía ver una fábrica, y otro grito más fuerte que el anterior se oyó. Una notable sonrisa se dibujó en la cara de Doll quien su inocencia ya había activado.

- Escóndete, no quisiera que éstos monstruos te lastimen... - Anunció la chiquilla, subiendo lentamente las manos a sus costados dando a ver millares de flores azules en el cielo, y así comenzaba el show.


Se agachó lentamente posicionando sus manos hacia atrás, chocó su mano izquierda con la derecha en un rápido movimiento, las flores habían impactado en un Akuma que en dos segundos explotó.


Comenzaron los disparos, pero ninguno se dirigía directamente a ella. Un giro suave con el cuerpo, las flores rodearon a unos cuatro Akumas en el cielo, alzó las manos y las flores se movieron hacia arriba un poco.

- Gusanos inútiles... - Susurró golpeando sus manos contra el suelo, las flores impactaron en los cuatro Akumas. Se oyeron cuatro explosiones, faltaban tres. El buscador se encontraba detrás del tejado de un puesto de comida destrozado, quizá sobreviviría ahí. - Parece danzar... y sus flores seguirle el compás... - Musitó.

Corrió hacia los últimos tres que a pocos metros se encontraban, vió a su compañero en la lejanía, sonrió levemente y al llegar al punto donde los últimos tres estaban, dió un salto y se oyeron las explosiones, había terminado.

El buscador salió de su escondite y siguió a la exorcista que corría hacia un punto, cuando llegó a estar justo a lado de su compañero le dió dos palmadas en la espada en forma de saludo, muy sonriente.

- Corre muy rápido... - Pensó el buscador, quien apenas podía igualar el paso de la chica.

- ¡Hola! - Gritó y siguió corriendo hacia el lugar donde había oído los gritos.

Se giró para ver a la pequeña bala que se dirigía hacia el. La francesita traía cara de malas pulgas, pero a el más que intimidarlo, lo divertía. Negó con la cabeza resignado, ya se había tropezado con unos cuantos grupos aislados de akuma, pero se había encargado rápidamente de ellos. A fin de cuentas solo eran nivel uno, como bien le había recordado un aburrido Dämon.

- ... Hola de nuevo, mädchen. Has armado bastante jaleo ahí atrás. -le dijo mientras miraba hacia donde había destrozado a los akuma.- Aunque supongo que así tendremos un bonito comité de bienvenida. -añadió con una deslumbrante sonrisa de alegría. Ahora que estaban a punto de llegar a la fábrica, se moría por una buena pelea.

Siguió corriendo y le hizo una seña al buscador para que se acercara.

- Dígame, maestro exorcista.

Sei arqueó la ceja. Nunca le habían llamado así. Era... incómodo.

- Me llamo Sei, buscador. El único maestro que he tenido... en fin, no te gustaría conocerlo. - le comentó con un gesto del brazo para que dejara de llamarlo así. El otro hombre asintió soprendido, pero Sei ni se fijó. Tenía prisa y habló rápido.- Ve junto a tus compañeros de la fábrica y diles que ya pueden retirar la barrera. Como mucho colocaros de forma que si algun akuma intenta atacar el pueblo, podáis atraparlo. Pero dudo que pasen sobre nosotros. -murmuró sonriendo macabramente.- En resumen, vuestro trabajo es proteger al pueblo, pero bajo ningún concepto os metáis en el combate. -aquello había sonado como una amenaza, y Sei no hizo nada por evitarlo. No sabía lo que iba a pasar, y aunque Dämon no pudiera dañarles con la inocencia... bien podía derribar un edificio o hacerles cualquier otra cosa sin el poder de los guantes. Esperaba no descontrolarse tanto...

El buscador lo miró con los ojos muy abiertos y visiblemente preocupado. Dirigió una mirada hacia la pequeña, que consiguió un bufido de sorna por parte de Dämon. No soportaba a los héroes. Sei simplemente lo fulminó con una fimre mirada que el otro hombre no pudo eludir, y acabó dándose la vuelta resignado mientras comenzaba a contactar con el grupo de control de la fábrica.

Una vez solos, Sei evaluó con la vista a su compañera. No parecía muy frágil... así que no se preocuparía demasiado. Dämon le susurró que no pensaba hacerle nada a la pequeña francesa... nada malo.
Sei sintió un escalofrío.

Al cabo de unos pocos metros, apareció ante ellos una esquina de un edificio, y tras doblarla, se encontraron frente a frente con una enorme construcción en ruinas. Un letrero medio borrado servía de indicador para el nombre: ~~Fábrique de poignets et ours de peluche S.A~~

Sei clavó los ojos en la entrada, pues de allí surgían los gritos. Había akumas, apostados sobre la fábrica, delante y a los lados. Formaban una barrera de nivel . Pero no le preocuapaban demasiado.

Lo peor era lo que 'protegían'. En medio de un círculo, al menos 4 niños y 3 niñas con ropa de dormir se abrazaban asustados. Temblaban y lloraban, pero ninguno estaba gritando.

El horrible grito provenía de un rincón oscuro, un poco más allá. Y ahora parecía intensificarse y modular, casi como una macabra canción de cuna.

Alguna extraña razón hizo que las nubes se despejaran un poco, pues a pesar del bochorno de la tarde, el cielo se había encapotado y vuelto frío y gris. Un tiempo perfecto.

La luz de la luna se reflejó en el contorno de los tablones de la fábrica, hasta dar de lleno en una figura redondeada y metálica. Luego se fue extendiendo por unas bellas molduras doradas, y una plataforma con alguien subido sobre ella. Alguien esbelto y con una specie de tutú de giraba y daba vueltas como si bailara.

- Phantastisch wenn Herr... ein schönes Niveau 2!! - dijo sonriendo contento de verdad por primera vez en mucho tiempo.Al recordar su anterior batalla con uno de ese nivel, su cuerpo se calentó al momento, tanto que olvidó hablar en inglés o algo que su comapañera entendiese. La verdad, casi ni se acordaba de ella mientras se lanzaba corriendo hacia aquel extraño akuma bailarín.

Dämon rugía complacido, observando la figura de la bailarina, que si no fuera por el tamaño a escala humana y la máscara plateada que portaba, no habría parecido un monstruo. Luego su mirada se posó en los niños... y frenó.

Los akuma nivel 1 le apuntaron con sus cañones. Dämon le gritó para que se lanzara sobre el nivel 2. Pero el miraba a los niños... porque lo contemplaban como sie lno fuese mejor que sus captores. Incluso parecían más asustados.

La ráfaga de balazos no se hizo esperar.

- Agh, schieBe!... - murmuró enfadado mientras retrocedía un poco. De pronto se dio la vuelta recordando a la chica. - Oe, Mädchen!! Saca a los niños de ahí y ... si quieres haz algo con algún nivel 1. Pero no te acerques a mi!! - le rugió. Y luego simplemente se lanzó a la batalla, concentrado por fin en el maldito nivel 2.

Frenó. Estaba justo frente al lugar donde ocurría todo, aquella fábrica, en su mente no resonaba más que la palabra "Entrar". Con un semblante enérgico y con muchas ganas, sonreía de oreja a oreja...

Había algo en aquella fábrica que le ponía de buenas, se había olvidado completamente del sueño y ahora tenía una gran necesidad por entrar. Detrás suyo oía las voces de el buscador y su compañero, pero las ignoró por completo, un brillo se veía en sus ojos lilas... que era raro de ver.

Seguía mirando hacía el frente, y también pudo sentir que alguien la miraba, pero no le dió importancia.

- Hora de entrar... hora de entrar, hora de entrar - Murmuró para sí, de igual manera quizá nadie lo oíria. Al cabo de unos minutos se encontraron con la fábrica real, hecha ruinas y un letrero en fránces, al parecer era una fábrica de peluches.

Doll miró hacia todas partes, había Akumas y una figura que danzaba en la oscuridad, otro Akuma, que básicamente le recordó a uno que le había atacado en su anterior misión. Su mirada se sorprendió al ver a siete niños rodeados por Akumas.

- Y yo que pensaba que no tenían cerebro - Pensó. Miró al cielo y pudo ver la luna, y vió a Sei comenzar a correr sobre la figura danzarina, y entonces, se oyeron los disparos.

Doll corrió hacia el lugar donde estaban los niños, se tendría que concentrar de más esta vez si queria que sobrevivieran, los niños tenian miradas sorprendidas al ver a la chiquilla, y comenzaron a llorar aún más oyendo los disparos.

- Oe, Mädchen!! Saca a los niños de ahí y ... si quieres haz algo con algún nivel uno. Pero no te acerques a mi!! - Gritó Sei a lo lejos. Doll ya había ido a por los niños.

Poco a poco los niños se abrazaban entre sí, pensando que si cubriendose se salvarían, Doll movió su mano izquierda y pudo poner una barrera alrededor y por encima de ellos, aquello duraría si acaso Doll no se distraía. Los niños comenzaron a llorar más, la exorcista comenzaba a enfadarse.

- ¡DEJEN DE LLORAR Y NO SE MUEVAN! - Gritó, los niños temblaban pero cesaron sus llantos e intentaron tranquilizarse, quizá la señorita exorcista daba más miedo que los Akumas.

Los desgarradores gritos de hace algunos momentos quizá desconcentrarian a Doll, pero intentó hacer como que no los 'escucha' y por lo tanto siguió, millares de flores rodearon a los Akumas que disparaban, en un movimiento rápido la exorcista se agachó y varias explosiones resonaron.

Otro grito.

Era desesperante oirlo, perdió la concentración y la barrera que protegía a los niños se había deshecho, éstos comenzaron a llorar enseguida, Doll se acercó a ellos.

- Si siguen llorando vendrán más, los otros aún no se han dado cuenta que existo, asi que, shh - Puso su dedo índice enmedio de sus labios, y todos los niños se quedaron en silencio, la mirada que transmitian era de miedo y tristeza, quizá querían ver a sus padres de nuevo.

De entre todos ellos había un niño, que a pesar de todo, se encontraba tranquilo y en silencio, quizá por la edad que se veía tener no supiera acerca de esas cosas y no le espantara el hecho que estuviera en peligro. Puso otra barrera. - Ésta barrera impedirá que alguien o algo los toque, claro, si se mantienen abrazados, tranquilos y en silencio - Susurró de cerca, los disparos comenzaron nuevamente.