Misión a Wellington. [Katisha Harunoai y Stefan Von der Beck]

-Esta bien, ya casi llegamos a donde el médico- habló la mayor mientras yo podía ver como un edificio blanco se asomaba con la palabra "Consultorio" escrita en letras grandes.

En nuestro recorrido por la ciudad había podido presenciar ya 4 caravanas funerarias lo cual hacía obvio los constantes ataques por parte de los Akumas a lo que debería ser la gloriosa capital de Nueva Zelanda. Y estaba ahí intentando no sentirme culpable por no haber llegado antes, aun que no sería mucha la diferencia que habría hecho con una habilidad para pelear tan escasa.
Entramos con el médico quien casi al instante nos atendió en su consultorio privado, nos recibió amablemente pues según dijo había presenciado la batalla en el tren, el hombre apenas me puso unos cuantos parches en la mejilla pero a mi compañera tuvo que vendarle el tobillo.

-¿Va a estar bien? -le pregunté a mi compañera sentándome en una silla a lado de la cama donde ella estaba.

No te preocupes, voy a estar bienasentí con una sonrisa algo forzada. No es que me doliera, si no que no me gustaba tanto el hecho de preocuparle

El doctor dijo que sanaría pronto Afirmé bajando la mirada

Yo me sentí como una carga, además de que casi no hice nada resute la más herida.
A decir verdad, lo único que hice fue quedarme en estado de shock mientras observaba como mi compañero combatía contra el akuma

Y...¿Conocen algún lugar donde podamos hospedarnos? Pregunté tratando de evadir el tema

Pero entonces una de las gemelas protestó

¡¡Yo tengo hambre!! Aimaru levató su mano dando brinquitos emocionada, su hermana le siguió haciendo exactamente lo mismo que ella

Aqui hay una cafetería Esta señalo hacia afuera del consultorio
O también aqui cerca hay un restaurant La otra señaló la ventana

Por mi esta bien cualquiera Sonreí y luego me gire a ver a Stefan [color:1e1b=red¿Tu que piensas stefan-kun?]

Mi compañera estaba herida aun que no lo admitía por lo que no era bueno forzarla en estos momentos. Me entendí como el responsable de cuidar a las niñas por el tiempo en el que ella se recuperaba, y me serviría para averiguar más sobre el paradero de la Inocencia.

-Ah, lo mejor es que lleve a las niñas a comer algo y la dejemos descansar. -me levanté de ahí y me dirigí hacia donde las niñas.

En eso alguien llamó a la puerta dos veces, todos nos volteamos y Aimaru fue corriendo para abrir, detrás de la puerta estaba un hombre encapuchado con una bata amarillenta y vendas que cubrían su rostro. Parecía alterado pero a la vez aliviado de encontrarnos.

-Ustedes son los exorcistas -apuntó a lo obvio.
-¿Quién eres tú? -preguntó la pequeña Aimaru.
-Ah, disculpen. Mi nombre es Fernando y he estado aquí esperándolos.

Un buscador, era como aquellas personas a las que había visto antes en la cafetería. Según tenía entendido ellos dieron los reportes sobre las extrañas luces verdes que aparecían al atardecer.

Estaba a punto de protestar, pero entonces comprendí que la mejor manera de evitar que se preocuparan de mí era quedarme quieta por un buen rato, además no me vendría nada mal un descanso

Esta bien, tengan mucho cuida- Pero entonces alguien tocó la puerta, era un buscador


Ah, disculpen. Mi nombre es Fernando y he estado aquí esperándolos.


Me quedé observándolo, en la Orden me había encontrado con muchos de ellos
Bueno, encantada, Fernando-san Hice una pequeña reverencia con mi cabeza, pero entonces ví que éste nos observaba detenidamente
Dislculpen exorcistas-sama...¿Tuvieron una batalla recientemente? Preguntó al notar nuestras heridas
A-así es...un akuma nos tomó por sorpresa en el tren Respondí Creo que eran unos tres de nivel uno...y uno de nivel dos...Pudimos con los del primer nivel pero el otro escapo... Mi voz fue bajando de tono a uno algo preocupado, hasta ahora había caído en cuenta de que el akuma podría atacar en cualquier momento
¿Alguna pista de a dónde pudo haber huído? Preguntó en tono preocupado igual

Yo negué con la cabeza

En Nueva Zelanda nos encontramos con estas pequeñas Miré a las gemelas Ahora Stefan-kun se dirigía a la cafetería con ellas
Ya veo...lo mejor sería que vaya con ellos ¿Usted no viene?
Creo que me vendría bien descansar un poco Sonreí sin muchas ganas Pero no se preocupe, yo estaré bien Agregué con un gesto de mano mientras con la otra señalaba la puerta Será mejor que vayan de una vez

Estaba un poco incómodo ahora, no había realizado lo peligroso que era dejar a mi compañera sola en una ciudad desconocida con un ataque de aquel Akuma como una posibilidad latente. Aún así era mejor si salíamos pues debíamos de encontrar pistas sobre el paradero de la Inocencia lo antes posible y con la ayuda del señor Fernando debería ser un poco más fácil. Salimos del consultorio y comenzamos a vagar por las calles de Wellington en busca de un lugar para comer, el buscador iba siempre detrás de mi lo que me causaba algo de incomodidad; tener que estar cuidando a las gemelas y al buscador.
Sus ojos eran color añil y algunos mechones negros se escapaban de su frente, era todo lo que podía ver pues las vendas me lo impedían.

-¿Podemos comer aquí? -preguntó Hikari señalándome un pequeño puesto de comida.
-Eh, esta bien. -ambos entramos al restaurante y enseguida nos sentamos para ordenar.

El buscador lucía preocupado y miraba por la ventana repetidas veces.

Me quedé observando unos momentos la puerta por donde, Stefan, el buscador y las gemelas habían salido para internarse en la ciudad en busca de alimento para saciar su apetito

Me envolví en las mantas y me pregunté si se encontrarían bien, busque una posición cómoda y cerre mis ojos, quedando profundamente dormida

Sólo esperaba que nadie resultara herido

Mientras, afuera en la ciudad en un oscuro callejón una figura oscura esperaba al momento en que mis ojos se cerraran

Pasó lentamente el tiempo mientras las hermanas comían, se me hacía un poco extraño como desde que llegamos a Wellington se les había olvidado completamente su familia. Lo cual dejé pasar pues debían estar preocupadas por otras cosas y una vez que solucionaramos este problema podríamos reanudar la búsqueda de sus padres con más calma. Por mi parte estaba terminando de comer y ambos, el buscador y yo solo esperábamos a que las pequeñas terminaran.
Estando dentro de aquel restaurante pudimos ver como la luz iluminaba el lugar con un tono verde para luego desvanecerse y volver a aparecer, al instante Fernando abandonó su lugar frente a la mesa y se apresuró a salir, algo preocupado por su actitud lo seguí también.

-Ese es Exorcista-sama, es un brillo que vemos todas las tardes al caer el sol.
-¿Todos los días?
-Bueno, así fue hasta ayer que no hubo nada pero hoy pasó de nuevo. -dijo ya algo fastidiado y con algo de cansancio de no saber que hacer al respecto.

Me volteé de nuevo y volteé al cielo, los parpadeos verdes aparecían y desaparecían con la misma intensidad sin dar indicios de done provenían. Estuve un buen tiempo viendo al cielo y volteando a todos lados intentado buscar algún lugar en el que la luz tuviera más intensidad pero era inútil. Cuando iba entrando de vuelta al restaurante pude ver que las gemelas estaban dormidas si siquiera haber terminado de comer, iba a ir hacia ellas pero justo entonces escuché un gran estruendo y muchos gritos, rápidamente salí y vi humo saliendo desde el cielo.

-El humo viene el hospital donde esta la Exorcista -habló el buscador igual de consternado que yo.
-Por favor quédese aquí con las gemelas, iré a ver que ocurre. -Sin esperar respuesta salí corriendo hacia el hospital temiendo lo peor.

Escuche gritos y estruendo, no me permitían dormir. Abrí los ojos lentamente sin precartarme de la prescencia oscura que me acechaba.

Inteté enfocar mi vista, pero cuando logré hacerlo era muy tarde pues la oscuridad ya me había invadido por completo


El ruido se detuvo por completo y todo pareció volver a ser paz en el hospital...pero solo era una apariencia...

Y "yo" me encontraba...dormida aún...sin embargo no se trataba tanto de "mí misma"

Después de correr unos cuantos metros en un tiempo que me pareció eterno puede llegar al hospital y entré por la puerta principal procurando evitar salir atropellado por los enfermos en camillas que eran sacados rápidamente de sus habitaciones. Ignoraba a todos los que salían gritando aterrorizados lejos del hospital y lo único en lo que podía pensar era en el mal estado de mi compañera. Por fin llegue a su habitación con el aliento desgastado, intente abrir la puerta pero para mi mala suerte esta estaba atorada. Comencé a oír explosiones de nuevo, tal vez no desde la habitación de mi compañera pero si se estaban acercando por lo que tendría que pensar rápido. Revisé con la mirada todo el lugar y me encontré con una camilla abandonada, la tomé y me alejé un poco para luego correr de nuevo hacía la puerta a toda velocidad con intenciones de hacerla ceder.
Así fue, lo logré al primer intento y la camilla salió volando junto conmigo, al entrar vi el cuarto de Katisha intacto y sorprendentemente ella seguía dormir ignorando el caos que teníamos al rededor.

-Señorita Katisha, señorita. -hablé intentando despertarla al mismo tiempo en que me sacaba de mi propia confusión por aquel arrebatado intento por abrir la puerta.

[off: hola "nii-san" ,"onee-chan" snow y yo te hemos estado buscando y tememos que "otosan" dark de haya raptado en el tema de "quiere al de arriba" xD]

Yo negué con la cabeza bruscamente, en un intento desesperado de avisarle a stefan que esa no era yo si no el akuma. Pero el armario donde me encontraba amarrada no me lo permitía, estaba muy desesperada pues a la distancia en la que stefan se encontraba del akuma era muy corta. En cualquier momento podría hacerle daño

El akuma sonrió bajo las sábanas y despertó actuando como dsi se tratara de mí

hola stefan-kun ¿que haces aqui?-Preguntó el akuma acercándose cada vez más y más a stefan

Por un momento sentí alivio al ver que mi compañera estaba a salvo pero el hecho de que no estuviera en lo más mínimo alarmada me preocupó, era como si no fuera obvio el estruendo de lo que pasaba afuera.
Me levanté moviendo la camilla de mi camino y sacudí el polvo de los escombros que había mientras intentaba llegar a la habitación, me acerqué a mi compañera y volteé mi mirada a la cama donde se encontraba antes, extrañamente las sábanas y el florero que solían estar sobre la mesilla estaban ahora en el suelo, lo dejé pasar pues acababa de haber un caos en el lugar.

Los estruendos y ruidos habían parado mientras yo entraba a aquella habitación, cosa de la que no me di cuenta antes pues estaba ocupado tratando de entrar. No podía dejar de pensar donde estaba el Akuma nivel 2, el principal sospechoso de causar todos los destrozos.

-¿Se encuentra bien? ¿No esta lastimada?

No, estoy bien-Dijo el akuma con una sonrisa

Yo me quedé pensando...tenía que encontrar una forma rápida de avisarle de que se trataba de un akuma...pero no me venían ideas

Oi stefan-kun...¿El buscador no vino contigo o sí?-Preguntó actuando preocupado, pero enrealidad solo se aseguraba de que nadie interfiriera cuando le atacara.

Yo me encontraba realmente asustada, los akumas de nivel dos eran muy inteligentes y este fácilmente podría idear un plan para atacarle por sorpresa

Entonces el akuma se preparó para atacarlo

Mi compañera comenzaba a acercarse cada vez más a mi, la estaba esperando para salir inmediatamente del lugar y reducir el riesgo de un ataque sorpresa. Se veía saludable y completamente estable pero imaginaba que podría tener problemas para salir del cuarto con todos los escombros en el suelo, me volteé para revisar y fue hasta entonces que las ideas se conectaron, mi compañera estaba caminando completamente bien, sin sus vendajes o las vendas desechas en alguna parte de la habitación, me volteé alarmado pero ya era demasiado tarde.
El largo y enorme brazo del Akuma me había sujetado del cuello y en unos instantes ya estaba contra la pared, con la escalofriante cara del nivel 2 muy cerca de la mía y sintiendo como cada vez era más difícil respirar.

-Que difícil de encontrar eres niño.
-Ngh... maldición. -Siquiera podía pensar bien, se me estaba nublando la vista y mis mejillas estaban rojas como de costumbre. En vez de matarme rápidamente se divertía viéndome sufrir.- ¿D-dónde esta la señorita Katisha? -increíble, estaba muriendo y lo único que pensaba era en donde estaría mi compañera. El instinto fraternal no era para nada bueno.
-¿La niña? Ya le he asesinado.

La noticia me calló más pesada de lo que podía soportar, tal vez por la presión de la mano del Akuma sobre mi cuello o el hecho de que Katisha fuera solo una pequeña niña me hizo derramar unas cuantas lágrimas. Por más que intentaba liberarme era inútil sin mi inocencia, un arma que aparentemente no podía activar bajo tanta presión.

-Me voy a divertir un poco y luego acabaré con toda la ciudad para así evolucionar. -rió el nivel 2 mientras me arrastraba un poco más arriba pegado a la pared, me dió un último estrujón y tomándome completamente del cuello me lanzó al otro lado de la habitación con cierta dificultad, en mi corto recorrido por los cielos activé mi inocencia, un poco tarde pues fui a estrellarme contra un armario de aluminio, el estruendo sonó casi tan mal como el golpe que me dí. El Akuma estaba herido, pero también yo, y con aquella noticia que me dio no estaba seguro de poder pelear.

De pronto sentí un brusco movimiento que hizo que mi cabeza diera contra las paredes del armario, cuando me recupere del golpe sentí un peso más encima de mí. Abrí los ojos para encontrarme con Stefan quién había sido atacado por el akuma

¿¿Stefan-kun? note que el akuma había sido herido. Y ahora se encontraba furioso

Maldito mocoso Ahora estaba hecho todo un demonio, su rostro se encontraba rojo por el golpe y al parecer también por el enojo

Stefan intentaba ponerse de pie sin éxito. Estaba aún aturdido por el golpe y eñ akuma se preparaba igualmente para atacar

Cerré los ojos sperando el golpe, golpe que nunca llegó. Abrí los ojos para encontrarme con el akuma inmovilizado

Exorcista-sama!!! -El buscador había entrado a ña habitación y en brazos sostenía un tipo de lámpara con la que había encerrado al akuma ¡¡Rápido, no podré detenerlo por mucho!!

Me encantaría Fenrando-san...pero...estoy amarrada - Esto último lo dije con un puchero mientras que al buscador le caía una gotita de sudor

El buscador poso su vista en stefan, el erala única manera con la que podíamos salir de ahí. Sólo esperaba que pudiera recuperarse de aquel golpe pronto