[MN] A la persecución de los piratas

por **MadalyneFriar** Sáb Sep 17, 2016 10:31 pm

Komui escribió:Varias islas y archipiélagos, así como también los habitantes de Nueva Zelanda se han visto afectados por un barco fantasma. Así es como lo describen los habitantes afectados de esta zona. Australia no es mirada en menos, también ha sufrido diversos ataques.

Los ataques en sí son sólo saqueos varios, hechos por piratas. Según testigos se puede ver claramente la bandera pirata en el barco, muestra real de que ellos al parecer no van con cuentos.

El método de operación es sencillo, entran a los puertos durante la noche. Los testigos describen un gran barco de velas negras, cubierto por una espesa neblina, que impide ver claramente a los tripulantes, pero si permite oírlos. Se pueden apreciar sus pasos por entre los puentes de madera, sus gritos y su jerga pirata entre otros. No han atacado a gente, no hay heridos, pero si hay mucho miedo entre las poblaciones que tienen un puerto o viven cerca del mar.

Hay gente valiente, que ha intentado subirse en el barco, obteniendo como resultado caer al mar. Así es, al parecer se trata de un barco fantasma, porque no tiene forma material según los testigos. Pero aún así, los piratas de aquel barco roban cosas (dinero, armas, ropa, comida, etc) y las llevan al barco. Para luego zarpar y desaparecer en la distancia.

La misión es investigar qué es lo que está pasando en este barco. Para eso se dirigirán enseguida a Australia, donde tomarán un barco ya preparado por la orden para dar con este barco pirata y resolver lo que esta ocurriendo. Podría existir una inocencia involucrada o algo más.

Atte. Komui.

Era un día soleado, en el cielo se pintaba con varias nubes de distintas formas que lo adornaban, podías sentarte a adivinar aquellas formas que quizá tenía, la imaginación se podía estimular con aquel ejercicio, pero no era tiempo para sentarse en el pasto a disfrutar aquel día. La chica hacia sonar sus zapatos andando por aquel edificio, gracias a aprenderse el mapa que le otorgaron y con unas cuantas instrucciones sabía llegar a su lugar de destino. Sus orbes azules miraban al frente y se desviaban cuando alguna gente del personal ya sea exorcistas o buscadores pasaban a su lado, regalándoles en ese día una sonrisa dulce.
Suspiró al llegar a su destino, el punto de encuentro para su próxima misión, aún se considera una principiante, no estaba llena de misiones en su historial, pero quería aprender y superarse a si misma, para eso estaba en ese lugar. Miró aquel adorno en la pared que le daba el tiempo exacto en el que se encontraba en el momento, había llegado un poco antes de lo acordado, su tiempo nunca era definido, no tenía buena costumbre en eso, en ocasiones llegaba antes justo como ese momento, a veces llegaba puntual y se arrepentía cuando llegaba algunos minutos después de lo acordado.

Sus ojos se posaban en la descripción de su misión, intentaba encontrar algún detalle que no se haya memorizado, pero nada se le escapaba cada que quitaba la vista de encima de este, dejó aquel repaso cuando su compañero llegaba en ese momento. Lo miró fijamente, aquel cabello largo podía engañar a la gente, si no fuera por sus rasgos masculinos bien marcados, aquella persona diría que es una chica, aunque por su mismo rostro sabía que era alguien del cual tener cuidado.

Se acercó a este hasta estar a unos cuantos pasos del mismo pero no sin invadir el espacio personal de este, se aclaró la garganta para llamar su atención aunque no quería ser tan obvia, pues su mismo uniforme la delataba como su compañera. –Buenos días, soy Madalyne Friar, seré tu compañera para esta misión, espero ser de tu ayuda –Le brindo una tranquila sonrisa, algo le decía que debía ser siempre cuidadosa con su actitud hacia este.

por **Kanda Yuu** Mar Sep 27, 2016 10:42 pm

—Deja de mandarme a misiones con otros exorcistas, Komui. —Kanda abrió el reporte de la misión, leyéndolo por encima. Su mano izquierda, que sostenía la carpeta, estaba vendada casi en su totalidad a excepción de las últimas falanges de sus dedos, pero se lo quitaría y lo cambiaría por su guante antes de marcharse. —Sabes que no soy bueno trabajando en grupo. —Chasqueó la lengua, leyendo “mar” y “barco fantasma”, entre todo.
— Seguro has tenido buenas experiencias al respecto. —aventuró con un toque de humor.
—Como sea. No soy una niñera. —Replicó de mala gana, soltando un suspiro de resignación. —¿Quién es ahora? —Cerró la carpeta y levantó su mirada hacía el director general.
—No la conoces pero tiene un buen espíritu…

Kanda recibió esa respuesta con un mal gesto de la cara. Aquellos de buen espíritu solían ser los más difíciles de tratar. Recibió sus últimas indicaciones de parte de Komui y salió para acabar de alistarse, aprovechando los minutos que le quedaban.

Se vistió con su uniforme, ajustándolo bien, subiendo cierres, acomodando las solapas y cerrando los botones. Tiró de los cordones de sus botas, anudándolos y haciendo un moño a cada una, y cruzó las cintas a las hebillas asegurándose así, que quedaran bien firmes a sus piernas. Lentamente se quitó el vendaje de su mano, dando vueltas y vueltas sin nada de prisa, hasta que se topó con la gaza y finalmente con la piel. La examinó unos segundos. Estaba completamente curada y no se notaba nada que antes hubiera tenido una herida. Estiró los dedos y los flexionó: no tuvo problemas para moverla. Cubrió la palma y el dorso con el guante y tomando sus cosas, abandonó su cuarto.

Cuando entró fue recibido por uno de los científicos que rondaban eternamente los portales del arca, ansiosos de conocimiento y al fondo, en una zona despejada, estaba la puerta que iban a atravesar. No le hacía nada de ilusión ir a una misión que involucrara el océano y mucho menos tonterías como un barco fantasma. Atravesó la habitación, asiendo firmemente a Mugen con su mano izquierda y se detuvo ante la puerta. La rutina de esta acción... sería bueno ahorrársela de vez en cuando. Los buscadores que irían con ellos saludaron, identificándose y poniéndose al servicio de ambos, pero a Kanda lo distrajo un carraspeo y volteó. Tuvo que inclinar la cabeza hacia abajo para verla bien.

—Sí eso significa que no vas a interponerte en mi camino, está bien para mí. —La observó unos segundos más y continuó su camino, era hora de marcharse. Uno de los científicos abrió la puerta para ellos y los despidieron, deseándoles suerte. Kanda entró con su grupo, sin rechazar su destino, pero desagradándole un poco más a cada paso que daba.

por **MadalyneFriar** Mar Oct 11, 2016 3:29 am

En cuanto el chico abrió la boca, se dio cuenta que para evitar malentendidos y tensión dentro de la misión debía ser cuidadosa con cada cosa que le decía, midiendo sus palabras con mucho diligencia. Se daba cuenta que el chico había pasado por grandes experiencias por lo tanto no debía desaprovechar la oportunidad de aprender más de este.
-Y espero ayudarte si es necesario –No quería sonar arrogante pero también necesitaba detonar que ella podía serle de utilidad en la misión, detestaría ser una “damisela en peligro” porque ella era fuerte a su manera.

Siguió al chico de cerca pero manteniendo una distancia considerable de este, al pasar por el arca era quizá algo nuevo para ella pero con el tiempo se acostumbraría poco a poco. Se mantuvo callada notando el llegar del lugar destinado. Olfateó en el aire ese olor peculiar del agua salada del mar, sonrió era un olor algo nuevo para ella, dentro de poco se emocionaba por conocer las costas, pero no se dejó llevar por las emociones nunca era algo bueno y menos cuando tenía un objetivo que cumplir.
Sintió el sol picar más fuerte en su piel, aquellos rayos cegaban a cualquiera que se quedara viendo más de unos minutos, escuchaba las gaviotas cantar a lo lejos mientras el sonido de la gente era opacado por las distancia en la que se encontraban.

Empezó a tener un menester por explorar el lugar, una ves fija su meta, deseaba cumplirla a como de lugar. Antes que el impulso la llevara a una tragedia, miró a su compañero esperando sus indicaciones, no quería ser una niña dependiente de este pero tampoco podía no tomarlo en cuenta en una misión de dúo.
-¿A dónde vamos primero? –Le preguntó con voz calmada, mirándolo fijamente obediente a sus palabras-.

por **Kanda Yuu** Jue Oct 20, 2016 1:48 am

Pasó de largo por el pasillo, con un frío desinterés sobre el paisaje en el interior del arca que había visto ya en varias ocasiones y se mantenía sin cambios, como un iluso cuadro colgado en una pared. Detrás de él, pero puede que no demasiado retirada, caminaba la chica que sería su compañera en está misión y, por delante, iban los dos buscadores que los asistirían. La voz de la chica se hizo sonar de nuevo y se dio el tiempo de verla de reojo un momento. Sus palabras le trajeron a la mente un perro. Un perro callejero que rogaba por aceptación o un pedazo de pan duro para comer.

La catedral de St. Stephen, a la que llegaron, era un ostentoso y elegante lugar que se encontraba algo lejos del puerto, que era su destino real, pero si la Orden se encontraba trabajando con la diligencia que comenzaba a mostrar, no tendrían problemas con llegar al barco que los esperaba, aun si se atrasaban un poco por la distancia. Uno de los curas los estaba esperando cuando salieron del arca y les indicó, con unas breves instrucciones, que en el exterior los estaría esperando un carruaje para llevarlos al puerto.

Comenzó a sentir el calor abrazador de la costa, muy diferente al fresco casi continuo de Europa, pero ni así se quitó prenda alguna. Con las puertas abiertas, apuntando al exterior ya, escuchó de nuevo la voz de la muchacha. Suspiró y volvió a mirarla de reojo, el rostro estoico por unos segundos, enmarcando sus suaves pero duros rasgos. Era como un maltes o un chihuahua. Pero no le gustaban los perros.

—Un chihuahua… —musitó, exteriorizando sus pensamientos, apartando la mirada de ella después de ese comentario aleatorio. A la luz del exterior el sol era más implacable. El buscador se adelantó y abrió la puerta del carruaje. Kanda entró primero, y los buscadores esperaron a que ingresara la exorcista para subir ellos después y ponerse en marcha.

Kanda se acomodó contra la ventana y revisó el reporte de la misión para hacer tiempo. No era la primera vez que subía a un barco y era una suerte que su cuerpo fuera como es. Pero el problema del espacio parecía constante sin importar el tipo de embarcación al que subiera. En está ocasión viajarían en un navío ancho que había sido restaurado para propósitos como este. Pertenecía a la Orden Oscura pero, obviamente, cosas como el proceso de compra y de donde lo habían obtenido, no era requerida. Sintió una breve curiosidad al respecto y curiosamente, levantó la mirada y la enfocó calle abajo, mientras el carruaje enfilaba a buen paso rumbo al puerto.

por **MadalyneFriar** Lun Ene 09, 2017 6:53 pm

Los cabellos de la chica se movieron ante el movimiento de esta, ladeó su cabeza intrigada por el comentario del alto. Tenía buen oído gracias a su pasado siendo parte de una escuela de música. Intentó recordar el por qué de la frase que había pronunciado, ¿Fue un insulto o halago? Realmente no le daba importancia, quizá el mayor estaba hablando para si mismo, no lo culpaba muchas personas lo hacían como costumbre, incluso ella era una.

Los orbes de la chica curiosos miraban el paisaje que les brindaba enfrente, el clima para su gusto estaba demasiado agradable, lástima que su concentración debía ser fija, deseaba por mucho ayudar en esta misión se tomaba en serio su papel de exorcista de apoyo, que más que solo dar escudos poder ayudar a aliviar la angustia de los habitantes.

Sus botas sonaron contra el carruaje cuando entró, inclinando su cabeza para que agradecer a los buscadores que la habían dejado entrar primero que ella, se sentó enfrente de su compañero, no porque quisiera tener una plática con este, más bien para estar a la mano por si se necesitaba su apoyo, aunque al parecer por los comentarios del contrario se podía cuidar bien solo. Estaba a punto de hacer lo mismo de este para revisar los detalles de la misión pero observar por la ventana para ella suponía más que leer, a veces el observar el comportamiento de los habitantes en su mente daba mucho más información de lo que podría encontrar en un informe.

Notó como al estar cerca de su destino, el flujo de gente era menos, los residentes se notaban en alerta de su alrededor, la francesa dejo que de sus labios saliera un suspiro, quería ayudar realmente a mantener la calma del lugar. Justo al terminar tal pensamiento se detuvo su transporte, mirando al contrario sabiendo que quizá este querría salir primero.

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