Misión a Caucaia [Juliette B. & Arystar Krory]

Brasil, un país tropical, y Caucaia una de sus ciudades, era el lugar donde esta vez se dirigian Juliette y Kill, habian viajado desde Europa, por lo que las costumbres serían diferentes y tendrían que lidiar con cosas no antes practicadas, en este caso, por Juliette. Caucaia, un lindo lugar cerca del mar, llena de parques con mucha vegetación.

- Vaya, lindo lugar - Dijo Juliette sonriendo, y mirando los alrededores. Su loro, Wincott, se encontraba en su hombro, dormido, el viaje habia sido muy largo y estaba muy cansado.
- Espero no haiga demasiado calor, por que no lo soportaré - Prosiguió la exorcista, dando un paso hacia adelante y esperar alguna orden o alguna sugerencia, por si acaso. Delante del par, una buscadora se encontraba, esperandolos.

- Buenas tardes, maestros - Saludó la chica, haciendo una reverencia y volviendo a su lugar en unos minutos. - Mi nombre es Christine Montreal, y seré la buscadora que estará junto a ustedes - Dijo formalmente la chica, delgada, un poco más alta que Juliette y de cabello rubio, tenia unos hermosos ojos azules, que resaltaban mucho.

[off: tu compañera no ha podido rolear aquí, así que... te guste o no vas a tener que aturarme XD]


Observé con gran asombro la belleza del paisaje. Muy diferente a la suya, austera y fría, Brasil era colorido, soleado y por lo que pude apreciar en un principio, era acogedor. Pero el lugar en si, era una enorme ciudad llamada Caucaia, que pegada al Océano Atlántico, poseía unas maravillosas vistas.

Sumergido en mis pensamientos, no me di cuenta que mi compañera ya había encontrado a la exorcista, una bella mujer rubia de ojos azules. Por un momento noté como mi corazón dió un salto. Tenía cierto parecido con Eliade, y eso solo me frustraba y entristecía... pero no podía dar esa imagen, se suponía que era un exorcista y como tal debía ejercer.

Me acerqué a ellas para saludar a la buscadora, y noté la diferencia entre mi compañera y yo en cuanto a la estatura y personalidad. Mientras que ella era bajita y extrovertida y le sacaba más de dos cabeza y era introvertido... recé para que nos llevásemos bien.

-Buenas tardes señorita Montreal.- Dije inclinándome ligeramente.- Espero que no nos haya tenido que esperar demasiado...

-Claro que no. En todo caso, como ve, aquí se pasa el tiempo volando.- Dijo con una leve sonrisa.

Lo que decía era algo cierto. Se veía gente jugando, charlando o hablando... parecía sacado de otro mundo...

Al poco empecé a sentir calor, verdaderamente mi compañera tenía razón, hacía demasiado calor, al cual no estábamos acostumbrados.

Pero no estaba allí para pasar calor, si era realmente un animal el que atacaba iba a pararlo, y si era una inocencia, intentaría solucionar el problema.

-Señorita Montreal... Por lo del problema con el supuesto animal ¿podría informarnos mejor? No es por incomodarla, pero hay muchas vidas que salvar- Dije con una determinación innata en mi.

Empecé a pensar en como quedaría ante la sociedad si salvase al pueblo de aquel mal... cuando algo me llamó la atención. Cuando en principio pensé que era un peluche, pronto me di cuenta de que era real... un loro. Sabía que mi compañera tenía una mascota... pero nunca habría pensado que hubiese un loro...

Brasil, un lugar acalorado, eso había comenzado a sentir Julie, un leve calor que en unos cuantos minutos tendría que apagar, quitando su traje de exorcista, aquella gabardina que daba calor, Wincott por fin abrió los ojos y pudo ver el paisaje, era un poco parecido a Italia, aunque con más calor y color.

- ¿Esto es brasil? - Preguntó el loro, estirando sus pequeñas alas verdes para no entumecerse, y dando un largo pero suave bostezo para empezar el dia. - Oh, vaya... ¿Como te llamas? - Se dirigió al muchacho que justamente se encontraba a lado de Juliette, vestido con una capa negra y tenia un mechón blanco de pelo, parecía tímido, pero simpático a la vez.

- Cierto, ¿Cual es tu nombre? - Agregó Julie, mientras miraba de frente al muchacho con una leve sonrisa amistosa, tendrían que llevarse bien y eso era algo que a Julie le salía perfectamente, llevarse bien con las personas, excepto con Wincott. El exorcista habia saludado a la buscadora, y pedido información sobre aquel suceso que los traía a Brasil, Christine tosió un poco para comenzar a hablar.

- Se sabe que por las noches, un animal acecha el parque central de esta hermosa ciudad, algunos valientes han salido a domar a la bestia, pero les ha costado la vida intentarlo... - Al decir lo ultimo, bajó la mirada, era triste ver que personas tan valiente murieran por algo que ellos no entendían ni sabían, que era algo que solo los exorcistas quizá podrían resolver y traer paz a aquella ciudad.

Había apretado tanto el calor que mi compañera se tuvo que quitar la chaqueta del uniforme, cosa que posiblemente tendría que hacer lo mismo dentro de un rato.

Si me había sorprendido el animal de compañía de mi compañera, todavía me sorprendió más el hecho de que aquel pequeño loro pudiese hablar. Pero al igual que todos también parecía tener color.

Mi compañera me miró y me preguntó cual era mi nombre.

-Yo... me llamo Arystar Krory, pero si les es más cómodo pueden llamarme Krory simplemente.- Dije con algo de timidez

Estaba algo incómodo, tratar con mujeres era más difícil que tratar con los de mi mismo género... Esperaba no tener ningún contratiempo con ellas por ese motivo.

-¿Una bestia?... Vaya suena peligroso. Pobres muchachos, perder la vida de esa manera...- Me dirigí a mi compañera- Ahora que me acuerdo, yo tampoco se tu nombre.- Dije con una pizca de curiosidad- ¿Crees que deberíamos ir a investigar?

Julie oyó que Krory, no sabia su nombre, le miró alegremente y sonrió, para enseguida dar una leve reverencia y presentarse. Wincott tenia una cara de indiferencia hacia todos, no tenia ganas de nada y era normal ya que acababa de despertar de una larga siesta desde la orden.

- Me llamo Juliette Scarlet Di Benedetto - Volvió a su lugar - Sé que es un poco largo, pero puedes llamarme Julie o Scarlet, como más se te sea cómodo - Agregó poniendo una mano en su nuca, mientras se avergonzaba un poco de su nombre tan largo, fue puesto por su padre, a quien tanto adora, así que, le encantaba.

- Veo que te sorprendiste un poco al oír hablar a mi mascota, bueno, este pequeño loro que ves en mi hombro se llama Wincott, yo le enseñé a hablar, así que, mejor no lo hagas enojar o te gritará muchas ofensas, incluso te picoteará - Dijo Julie acariciando al pequeño loro. - Calla pequeña, solo espero que no se pase de la raya - Contestó el loro ante el comentario de su dueña.

- Supongo que hemos de comenzar a investigar - Dijo Christine, dando media vuelta para ir al centro de la ciudad. - Y también tenemos que conseguir un lugar donde descansar, en el día, claro, ya que saldremos por la noche a buscar al dichoso animal que causa todos estos estragos - Comentó Julie, dando paso apresurado para encontrar una posada o un hotel tan siquiera.

- Espero no me pongan de carnada, soy muy jugoso para morir comido por una bestia - Dijo el loro, abrazándose a si mismo, temblando un poco por el miedo hacia la bestia antes mencionada, domar a una bestia no era fácil, quizá tendrían que ir a un circo para aprender a hacerlo. - Gran idea Wincott, tu serás la carnada - Contestó Julie, en modo de broma, para espantar más al pequeño loro.

No pude evitar quedarme con la boca algo abierta al escuchar el nombre entero de mi compañera, y yo que pensaba que el mío era algo complicado...

-Si no le importa, le llamaré Julie.- Dije mientras se rascaba la cabeza con una mano.- Encantada de conocerla.

Mi compañera no debía tener más que 16 o 17 años. En comparación conmigo parecía un viejo, pero tener la vitalidad de alguien joven no era malo, así que no tenía ninguna queja con respecto a mi compañera, además, como se dice, nada es lo que aparenta ser.

Al escuchar la queja de Wincott hacia su dueña por su presentación no pude evitar esbozar una sonrisa. El pequeño loro recordaba un poco al comportamiento que había entre un padre y su hija, cosa que me agradó bastante por parte del animal.

-Tranquilo, intentaré ayudar en todo lo que pueda y evitar que le pase algo a alguien.- Dije con un puño delante como señal de promesa.

Christine nos aconsejó para ir a investigar pero mi compañera se adelantó y sugirió descansar durante el día y investigar por la noche. La verdad es que Julie era bastante ingeniosa... si la bestia atacaba de noche sería un buen comienzo el buscar en esa etapa del día... y por lo que sabía hoy era luna llena, con lo que sería más fácil investigar.

Lo que no había imaginado es que se utilizaría de señuelo al loro.

-¿Estás... estás segura?- Pregunté algo sorprendido- Mira que si sale algo mal le puede suceder algo malo... ¿y si se lo come?- Dije aterrado.

-Bah, es un loro a fin de cuentas.- Espetó rapidamente la buscadora.

Ahí decidí callarme, ese comentario traería consecuencias y no se porque pero en ese momento se me ocurrió la idea de buscar un lugar para dormir.

Llendo por una de las calles secundarias encontré una posada bastante... como decirlo... acogedora. Por lo que pude ver había muchas casas de colores claros, con lo que supuse que sería para ahuyentar el color. Entré con cuidado para no molestar y me dirigí a la pequeña recepción. Allí había una mujer de mediana edad que cosía una camisa.

-Esto... disculpe señora, ¿podría alquilarme una habitación?- Pregunté algo cortado.

La reacción no se hizo esperar. En cuanto la mujer alzó la vista y me vio a mi y a mis dientes se echó hacia atrás y empezó a gritar.

-¡Ahhh!¡Un mostruo!¡Nos va a venir a destrozar como el otro!- Empezó a gritar la mujer.

Intenté tranquilizar a la mujer, pero como siempre, no supe muy bien como actuar. Estaba claro que a este paso tendría que ponerme una mascarilla para que no se me viesen los dientes.

-Por favor señora, tranquilícese, que no le voy a hacer nada.- Dije suplicando y con los ojos ya llorosos.

La mujer comenzó a tirarme libros y lo primero que caía en sus manos. Tenía que haberme quedado con ellas...

*¿Quién me mandaría a mi?* Pensé mientras me ocultaba con una bandeja *Socorro*

Todos se llevaban bien, era algo bueno, aunque el mal genio de Wincott quizá comenzaría pequeños pero pequeños problemas, pero nada grande ni grave, mientras, caminaban entre las calles para encontrar un lugar donde hospedarse temporalmente, esa era su misión durante siquiera unos minutos.

- ¿Estás... estás segura? - Preguntó Krory, algo aterrado por el comentario de Julie, el poner a Wincott de carnada era una gran idea, era algo peligroso, pero, era una broma, una mala broma al fin y al cabo. - No, es mentira... No utilizaremos a Wincott de carnada, es peligroso, aunque, pensandolo bien, el vuela rápido, quizá serviria, lo pensaré mientras caminamos - En eso se oyó la voz de la buscadora, quien había dicho algo que molestaría un poco tanto a Julie como a Wincott.

- No soy un simple loro, soy Wincott... ¿Te queda claro muchacha? - Anunció Wincott, dirigiendose a la buscadora, bastante enojado por su comentario, el no era un simple loro, era un loro que hablaba y se experesaba fácilmente, un loro bueno y con mal humor, pero Wincott era así, y así sería toda la vida.

- Oh, ya, calmense... - Dijo Julie, la buscadora asintió con la cabeza y Wincott se quedó callado, ya no tenía más que decir, no se pondría a discutir con alguien que lo creía un simple y común animal. - Bueno, sigamos con la búsqueda - Agregó Julie.

Durante la discusión no se oyó ni pio de Krory, y cuando Julie le iba a decir algo, el chico ya no estaba donde se suponía que debía estar, había desaparecido. - ¿Donde está Krory? - Preguntó Julie, mirando a la buscadora, Christine se limitó a decir con su cuerpo "No tengo idea", se les había perdido.

- Quizá se fue a buscar una posada, yo que sé - Anunció Wincott, Julie le miró algo más calmada, era lo más probable que pasaría, quizá al chico no le gustaban las discusiones, y a Julie tampoco, aunque a veces tenía que meterse en algunas, ya sea discutiendo o no haciendolo. Los tres comenzaron a buscar al susodicho, y encontraron una posada, a la cual entraron y pudieron ver una masacre, de libros.

Ahí estaba Krory, escondido tras una bandeja siendo golpeado por los libros que una anciana le lanzaba, ya eran bastantes libros muertos en el suelo, pobres libros, y también, pobre Krory. - ¡Lárgate, Bestia Maligna! - Gritó la anciana, aún lanzando los libros hacia el pobre Krory, enseguida, Julie detuvo a la anciana, agarrandola de las manos.

- Señora, ¿Que rayos hace? - Se dirigió a la anciana, la anciana le miró más tranquila, pensando que habían venido a su rescate. - ¡Aquella bestia quiere comerme, atacarme! - Dijo dramaticamente la anciana, cubriendose la cara con sus manos casi sollozando, había exagerado bastante la situación.

- Calmese, el chico no le hará nada, somos exorcistas y venimos a investigar sobre la bestia que acecha durante las noches, si usted me pudiera dar información acerca de lo sucedido, anécdotas, leyendas, testigos vivos, familiares de testigos, cualquier indicio podría servirme - Le comenzó a decir Julie, la anciana se dirigió más tranquila a la recepción. - Que loca - Comentó Wincott.

- No sé nada sobre aquello - Fue su última frase. La mirada de Christine dió a parar en la anciana, esa mirada expresaba que ella sabía algo, al igual que la frase que ésta había dicho por último.

Suspirando, bendije por lo bajo a mi compañera que me había salvado de la furia histérica de la señora. Con cautela bajé poco a poco la bandeja que sujetaba, mientras hacia un amago de dejar de llorar. Nunca pensé que alguien dramatizaría tan bien como para poder creérselo de buenas a primeras, y eso que ya había observado varios revinches de komui.

-Siento... haberla asustado señora.- Dije disculpándome mientras inclinaba la espalda ligeramente.- Pero creo que nos ayudaría si nos informase de algo que nos pudiese ayudar...

Mientras se lo preguntaba escuché a Wincott llamarle loca, con lo que tuve que reprimir una sonrisa, no sería nada educado por mi parte.

-No sé nada sobre aquello.

No pude evitar que mis hombros se desplomasen y que mis ánimos se fueran abajo. Si aquella señora había reaccionado así conmigo seguramente sabría algo, pero por lo que parecía no tenía la mayor idea...

-Y no quiero disculpa ninguna, si tienes esa apariencia no es culpa mía. Pero yo que tú miraría por tus espaldas, no creo que le caigas bien a la gente del pueblo, monstruo.- Me espetó la señora con desprecio.

Eso me dejó atónito. A veces pasaban cosas como aquellas, pero nunca había llegado a ese extremo. La señora o debía haberlo pasado mal o era una mala persona. La verdad es que ya no me daban ganas de continuar la misión, sinceramente, algunos akumas eran mejor ¨persona¨que los humanos en si. Y por su olor, esa señora no era ningún akuma, cosa que por extraña que parezca me dió pena...

-Julie... ¿nos quedamos en esta posada o buscamos mejor compañía?- Mi voz sonaba agria, como deprimida.- Aunque si esta es así no me quiero imaginar a los demás.- Dije esto último en un susurro.

[Off: Perdonen si cambio la perspectiva de la narración, es que se me vino la cosa de usar la primera persona <.<]

Las cosas habian cambiado, ahora seria un poco más difícil saber sobre la situación aunque todavia quedaba tiempo a pensar en algo antes de salir a la noche para buscar a la bestia, por ahora me encontraba enfadada por la situación que se había formado gracias a la extraña apariencia de mi compañero, estando en la orden uno puede acostumbrarse a ver cualquier anomalía y decir, es un héroe.

- Y no quiero disculpa ninguna, si tienes esa apariencia no es culpa mía. Pero yo que tú miraría por tus espaldas, no creo que le caigas bien a la gente del pueblo, monstruo. - Un enunciado que dolía y apuñalaba el corazón más duro, si, esas palabras me dejaron un poco sorprendida y aún más enojada que hace algunos minutos, en verdad la gente era más odiosa mientras pasaba el tiempo, más egoísmo y tantas malas personas se hacen día a día, era hora de desahogarme. Enseguida oí a Krory preguntarme si nos quedariamos en aquel lugar, en aquel monstruoso lugar.

- Nos quedaremos aqui, no quisiera una situación peor a ésta, y tampoco quisiera que otro MONSTRUO - Resalté bien la palabra para hacer sentir mal a la señora, quien había hecho sentir mal a mi compañero. - Te ataque con lo que tenga a la mano, las personas hoy en día ya no toleran nada, ni siquiera a las personas que podrían salvarle la vida - Anuncié, había terminado de decir lo que quería decir y tal vez, eso haría cambiar de parecer a la anciana. Wincott tenía una cara de pocos amigos, odiaba las dramatizaciones y discusiones con personas inútiles para el, y la anciana ahora era una inútil, o eso creo viendo su mirada. Enseguida la anciana, aún con cara molesta, sacó un par de llaves las cuales agarré, enseguida saqué algunas monedas y se las dí.

- El pago de ésta noche, quizá mañana ya no regresemos - Le dije a la señora, dirigiendome a Krory y dandole una llave, el dormiría solo mientras yo dormiría con Christine, Wincott se quedaría conmigo, por la mera costumbre. - Espero no me causen ningún problema, sus habitaciones son las únicas que tengo, están en el segundo piso, cada una tiene un pequeño baño, disfruten su estancia - Dijo la anciana, con mala gana, sentándose en una silla y revisando cosas en las que no me tendría que meter.

- Krory, deja todo lo que tengas que dejar en tu habitación y nos vemos aqui en unos minutos, comenzaremos por buscar información, ¿Ok? - Le anuncié y comenzé a subir unos escalones junto a Christine para dirigirme a nuestra habitación, a descansar unos momentos antes de salir en la larga búsqueda.

Noté como mi rostro se tornaba encarnado mientras escuchaba la represalia de mi compañera hacia la anciana por su comentario tan inoportuno. Pero por lo que parecía, y a mi sorpresa, la anciana le entregó unas llaves para las habitaciones.

Mientras me entregaba mi llave solo pude susurrarle un ¨gracias¨ de corazón. Que alguien tan joven me tuviese que proteger de esa manera me deprimía un poco, pero tampoco habría sido capaz de decirle algo a la anciana, con que resignado fui a dejar mis cosas a la habitación para luego volver con mi compañera y la buscadora.

La habitación, comparada con la de la Orden, era cutre, creo que no habría mejor adjetivo para describirla. Las paredes estaban medio destrozadas por la humedad, el armario, o lo que quedaba de él, corcomido por las termitas y la cama y el baño se salvaban, por lo menos servían para descansar, que era realmente lo necesario. Dejando mis pertenencias en una de las esquinas más alejadas del armario salí de mi cuarto y les esperé en la salida... no tenía ganas de aguantar una mirada de la anciana, no se si soportaría otra mirada de esas... dañarían hasta el corazón más vacio...

Mientras esperaba pude observar lo que decía la anciana. Mucha gente, los adultos en general, me miraban con expresiones duras, como enfadadas por algo. Quizás por ser extranjero... o sabe Dios lo que... pero también pude observar como a otras personas, sobretodo las de piel muy clara y cabello claro, que las observaban mal. Me pareció realmente raro esa reacción, pero después de los ataques que debían de haber pasado, la gente ya no se fiaba ni de su propia sombra.

Inmerso en mis pensamientos no noté como un chico, que iba en bicicleta, chocaba contra mi. El impacto no fue tan fuerte como esperaba, pero el chico acabó en el suelo y con una herida algo profunda en la rodilla.

-¡Lo siento mucho de verdad!- Dije preocupado mientras atendía al chico.- No te vi y no pude apartarme ¿estás bien?

El chico me miró y noté una mirada al principio de miedo, pero al segundo siguiente ya mostraba una mirada más confiada.

-Realmente quien debía sentirlo sería yo, yo fui quien choco...auch.- Dijo mientras se miraba la herida.- Creo que será mejor que me valla a casa... disculpe el choque, fue un despiste mío...

Mientras ayudaba al chico a levantarse se me ocurrió preguntarle sobre los sucesos con el que respondió con un cambio brusco de expresión.

-Señor, con todos mis respetos... no se que es, pero no creo que nos sea de gran ayuda. Será mejor que se vaya... por su bien.

El comentario me dejó contrariado...No tenía la menor idea de lo que sucedía aquí... pero sería mejor que esperase a mi compañera antes de ir yo solo... no querría perderme...

[Off: Perdona la tardanza... no me inspiré... ._.]

Yo y Christine subimos los escalones y nos dirigimos a la habitación que nos tocaba, abrí yo la puerta y puse un paso adentro de la habitación... el lugar era terrible.
Era una... ¿Cual palabra usar? Una posilga, habia polvo en el suelo, las paredes estaban humedas, un armario pequeño y sencillo, un par cama sencillas, pero por lo menos era algo.

Christine tomó sus cosas y las dejó sobre una de las camas, yo por en cambio ya había salido de la habitación, pues pertenencias no tengo y no tendré, unicamente tengo mi inocencia y a mi Loro, el cual seguia aburrido y con cara de pocos amigos, bajé las escaleras y justo detrás de mi venia Christine, caminando tranquilamente, a lo lejos pude ver a Krory hablando con un pequeño niño, que enseguida se fue del lugar.

- ¡Krooooooory! - Grité desde mi lugar, alzando una mano y agitandola de izquierda a derecha para que supiera de mi presencia, también sonreí. Christine seguía caminando hasta que por fin llegamos al lugar donde mi compañero estaba.

- Tengo hambre... - Anunció mi pequeño loro, estirando sus pequeñas y verdes alas. - Eso es cosa de siempre, Wincott... bueno, a lo que iba, ¿Con quien hablabas Krory? ¿Conoces a ese niño? - Curioseaba, como siempre, pero no me queria quedar con la duda de la existencia de ese niño, pero quizá seria esencial para darnos información, para poder seguir con la misión.

- Quizá solo tropezó con el - Agregó Christine, en tono de desinterés, esa actitud no me gustaba y nunca me iría a gustar, por ahora, luego quizá me acostumbraría a ella, después de todo, quizá nunca la vuelva a ver. - Tsk... Es solo un niño, un insignificante niño - Gritó Wincott, el odiaba a los niños, sufrió varias veces con los juegos de éstos, ya que el era el juguete.

[off:*llega corriendo* Gomeneeee!!!TT que se me fue completamente y me había olvidado @@U... en fin a escribir tocan]

Mientras observaba al niño alejarse intenté captar algún olor, o algo sospechoso en el que me pudiera fiar, pero era imposible, solo olía a la salmuera de una pequeña tiendecita de ultramarinos que había a pocos pasos de donde me encontraba. Y sinceramente... era un olor bastante desagradable, provocando que me llevara la mano a la cara, en un vano intento de evitar ese desagradable olor.

Pero pocos segundos después noté un olor algo infantil diría yo. Girando sobre mis pies algo despacio, pude observar a la pequeña Julie, que movía el brazo como saludo como si la vida le fuese en ello. Una mueca ligeramente parecida a la de una sonrisa se dibujó en mi rostro, la verdad es que resultaba algo agradable el contacto con una persona tan dicharachera como aquella jovencita, incluso no pude evitar compararla con Lavi... algo que no sabía si era algo bueno o malo la verdad.

-Eso es cosa de siempre, Wincott... bueno, a lo que iba, ¿Con quien hablabas Krory? ¿Conoces a ese niño?- Preguntó Julie mientras Wincott sacudía las alas.

-La verdad es que yo también tengo algo de hambre, sospecho que no me debió sentar muy bien la comida... aunque entonces no debería tener hambre...- Reflexioné en voz alta mientras me tocaba levemente la barbilla.- Ah, perdona Julie... Pues choqué con el niño sin querer, pero no lo conocía de antes... aunque la verdad es que se comportaba muy raro, parecía asustado pero a la vez estaba muy serio, como si lo hubiesen advertido de algo. O quizás sean cosas mías.- Dije mientras observaba al niño irse.

-Tsk... Es solo un niño, un insignificante niño

Notaba al loro de mi compañera un poco irascible y a la vez con un deje de tristeza. No pude evitar sentirme un poco torpe ya que al fin y al cabo, seguía siendo un animal, aunque se comportase como los humanos, algo de lo que no podía enorgullecerse la buscadora, que a pesar de su aspecto algo fraternal era fría e indiferente.

-Será solo un niño, pero muchas veces ayudan... aunque otras pueden entorpecer. Y por lo sucedido anteriormente con la señora pienso que serán los niños los que nos podrán ayudar, o por lo menos creo que son más fáciles de convencer. Este niño decía que nos fuéramos de aquí, así que algo raro pasa...

Si, también se decía que los niños siempre decían la verdad.

¿Por que no buscar información con niños? Pero, ¿Como atraer a los niños hacía ellos? Tendrían que pensar en que harían para hacer tal cosa y sacarles información, habría niños que dirían cosas interesantes y otros que saldrían corriendo, o eso suponía.

- Bueno, lo de los niños es cierto... pero no creo que sus padres dejen que nos acerquemos por ser unos desconocidos, ¿No crees, Krory? - Comentó Julie, cruzando los brazos en gesto de pensar.

La mayoría de los niños sabían que no debían hablar con extraños, y tanto Julie, Christine y Krory son extraños, para los niños, claro.

Si tan solo hubiera una idea, algo que los hiciera 'conocidos' en vez de simples 'extraños'.

- Maestros, ¿Por qué no usamos al pequeño loro como atracción? Ver un loro que habla es extraño y muy atrayente, aparte de que éste loro se expresa graciosamente.

- ¡NI LO PIENSEN! ¡NO SERÉ UNA ATRACCIÓN PARA NIÑOS! ¡HAGAN LO QUE QUIERAN PERO NO ME INCLUYAN!

Una sonrisa se dibujó en los labios de la exorcista, aplaudiendo y sonriendo muy alegre, tenian un plan y sería muy divertido hacerlo, los niños eran divertidos para ella y hacer reir a la gente era algo que le apetecía en el fondo.

- Kukuku~ Buena idea Christine~ - Contestó en un tono infantil la exorcista, sujetando al loro por sus patas para luego abrazarlo con sus manos sin dejarlo escapar.

- Tsk... los odio.

-Bueno, lo de los niños es cierto... pero no creo que sus padres dejen que nos acerquemos por ser unos desconocidos, ¿No crees, Krory?

Solo asentí con la cabeza. La última vez que había intentado acercarme a un niño para algo, como pedir indicaciones, se había puesto a llorar o a llamar a su madre. Estaba claro que si había que pedirle algo a los niños esta debía ser Julie, que con su corta edad y su aspecto infantil podría ganarse su confianza. El caso es que esto se complicaba más de lo que habría deseado... entre el asfixiante calor, tan poco habitual para mi, y la poca colaboración de los ciudadanos hacía de esta misión algo complicada.

-Maestros, ¿Por qué no usamos al pequeño loro como atracción? Ver un loro que habla es extraño y muy atrayente, aparte de que éste loro se expresa graciosamente.

- ¡NI LO PIENSEN! ¡NO SERÉ UNA ATRACCIÓN PARA NIÑOS! ¡HAGAN LO QUE QUIERAN PERO NO ME INCLUYAN!

Tuve que reconocer que la idea de Christine era buena, a pesar de los lamentos y gritos del pobre Wincott. Supongo que para él era mala idea, el hecho de tener que ser el cebo no era muy gratificante, sobretodo cuando acababas en manos de unos niños que bien, o lo destrozaban, o simplemente lo utilizarían como un muñeco.

Ante este panorama observe con algo de temor la reacción de mi compañera que a pesar del tono infantil que había utilizado podía notar notas en su voz algo psicópatas, algo no muy tranquilizante. Disimuladamente me alejé unos centímetros.

-Por favor Julie, no pongas esa voz, que me das miedo.- Dije algo agachado y mirando al loro con compasión. Ya me daba algo de pena el pobre animal.

Pero a pesar de los lamentos de Wincott parecía que la buscadora tenía razón. Al girar la cabeza pude notar como unos minúsculos niños, quizás entre 3 y 4 años, miraban a Wincott con curiosidad. Escuchar a un loro no era muy normal desde mi punto de vista, y menos de una forma tan extrovertida como aquella. Uno de ellos salió del escondrijo, una niña con dos coletas, un vestido blanco y una piruleta.

No debía saber hablar, ya que solo miró al loro con unos grandes ojos verdes, lo señaló y emitió una aguda carcajada, señalizando, de alguna manera que se podían acercar, llegando a haber 6 niños alrededor nuestra.

-Vaya, al final si que resultó, pero no se si estos niños nos podrán ayudar...