Misión a Naypyidaw [Naruto & Amber]

Tomé la mano que me ofrecía, esbozando una cálida sonrisa. En verdad, Nami era todo un caballero, y me agradaba muchísimo tenerlo como compañero y apoyo en aquella misión. Me sacudí un poco el polvo que se había impregnado a mi ropa, y observé a todos lados, esperando divisar algo interesante.
-Deberíamos hablar con la gente del pueblo, conocer lo que han visto estos días nos servirá de mucho- dije sonriendo aún, hablando en un tono de voz suave y lento.
Sentí un crujido en mi estómago: comenzaba a sentir un poco de hambre. Pensé en decírselo a mi compañero y apurar el paso hacia el pueblo, pero recordando que estaban incomunicados y que debían escalar para buscar comida, descarté por completo la posibilidad de llegar a pedir simplemente. Estaba más que claro que luego habría que comer y todo eso, pero sentía bastante tristeza tener que recibir de gente que pasaba por problemas como aquellos.
Me sentiré feliz de recibirles algo cuando arreglemos este asunto, pensé en un suspiro.
-Gracias por las palabras de antes- dije de pronto, sonriendo a Nami y comenzando a caminar lentamente.

Nami: jeje de nada, solo digo lo que pienso jeje *tome las maletas y descative mi inocencia y segui camiando al lado de ella a su mismo rigmo mirando haci el cielo notando que se comenzaba a poner nublado y miraba a mi alrededor tratando de encontra un sitio donde depronto nos pudieramos resguardar en caso de que lloviera dirigi la mirada a mi compañera*
Nami: Amber-chan, te gustaria parar a descanzar un rato?, jeje es que me dio como que hambre jeje *por un momento deje la maleta de ella en el suelo y abri la mia para mostrarle adentro diferentes comidas rapidas que solo nesecitaban calentar para poder comerce*
Nami: jeje ademas parece que va a llover, tal vez de paso buscamos un lugar para cubrirnos de la lluvia y comemos. ¿Que me dices? *sonriendole*

-¿Llevas comida rápida en la maleta?- pregunté perpleja, observando con una expresión seria -¿Eso es posible?
Comencé a reír sin poder contenerme, y asintiendo, seguí buscando con la mirada algún lugar al que poder ir. Pasados unos minutos, divisé medio escondida una cabaña, de la cual salía algo de humo.
-Allí- señalé -Seguro que hay alguien que pueda cobijarnos mientras llueve, y sin tenemos suerte, contarnos algo de importancia también.
Tomé mi maleta y comencé a caminar hacia el lugar, tomándole del brazo nuevamente. Unos truenos resonaron por todos lados, por lo que apurando el paso, llegamos a la cabaña en cuestión de minutos. No fue necesario tocar la puerta, puesto que un hombre rubio de unos veinte o treinta años salía muy abrigado con un hacha en la mano.
-¿Cómo cruzaron la montaña?- preguntó el tipo enseguida.
-Usted no parece de por aquí, señor- dije omitiendo su pregunta -Parece que es un extranjero, al igual que nosotros.
-Así es- respondió resoplando, quizás molesto porque su curiosidad no se vio satisfecha.
Nos dio la espalda y comenzó a cortar unos trozos de madera a un costado de la casa. Me separé de Nami y me acerqué, haciendo una leve reverencia.
-Amber Maessen, es un placer señor- dije sonriendo levemente -Si nos permite resguardarnos en su hogar, prometemos contarle cómo subimos, y qué hacemos aquí.
El hombre pasó la vista de Nami a mí repetidas veces, hasta que suspirando, nos hizo una seña para que entráramos en su casa.

*al notar que me miraba mucho me senti algo nervioso y confundido, porque razon me miraba tanto, acaso desconfiaba de mi, deje de pensar en ella y tome la maleta de bianca que se encontraba en sus manos y la entre la maleta a la casa junto con la mia, ya que bianca y ese hombre ya habian entrado primero el hombre se sento en un sillon improvisado y nos invito a sentarnos en unos hacientos que se ubicaban al frente de el espere que mi compañera se sentara primero y me sente a su lado dejando las maletas al lado contrario de donde se encuentra Amber para que no intentara cargarlas nuevamente, me recoste un poco a la silla esperando las palabras del señor*

Me acomodé en mi asiento y observé a Nami; por alguna razón sentía que le molestaba. No me extrañaba en absoluto, puesto que la verdad algunas veces la gente solía decir que mi compañía era deprimente, cosa que no me importaba para nada. Suspiré, y posé la vista en el rubio dueño de casa.
-Mi nombre es Vincent Cavell- dijo suspirando y extendiéndole una mano a Nami -Su nombre no lo conozco, caballero.
-Mi compañero aquí presente es Naruto Namikace- respondí de inmediato, adelantándome.
-Es un placer conocerlos a ambos- dijo Cavell mirándome con unos ojos muy abiertos -La verdad es que hace tiempo que no hay muchos visitantes por estos lugares.
-¿Es por la montaña, verdad?
-Exacto- suspiró el hombre -Me trasladé a este lugar buscando algo nuevo, pero jamás imaginé que pasaría algo así.
-Nosotros estamos aquí para averiguar qué es lo que sucede tras el fenómeno- dije con una expresión seria en mi rostro -Así que sería de gran ayuda que nos diga todo lo que sabe.
-¿Y se supone que debo creer que ustedes solucionarán todo?- dijo Cavell riendo irónico -Lo siento, pero no puedo. Vamos, hay una habitación de invitados al fondo, pueden quedarse por hoy si quieren, o hasta que cese la lluvia.

Nami: Puede creer lo que quiera, igual es su desicion, nosotros sabemos a que hemos venido, y que debemos hacer. Gracias por su hospitalidad *haciendo una pequeña reverencia con un poco de enojo* Vamos Amber-chan *camiando con las malestas hasta la habitacion que nos indico el hombre, entro y dejo las maletas a un lado de la puerta*
Nami: Amber-chan, tu puedes quedarte con la habitacion, igual yo no quiero dormir, no tengo muchas ganas jeje, yo estare afuera de la habitacion si algo nesecitas, ademas las damas nesecitan privacidad *sonriendote, salgo de la habitacion y me siento al frente de ella recostado contra la pared sacando un pequeño libro que cargo y colocandome a leer en una pagina que tenia separada con un hilo rojo que va junto al libro*
Vincent: chico eres un poco modesto no? *hablandome desde la sala*
Nami: porque lo dice? *sin mirarlo todavia concentrandome en el libro*
Vincent: dices que puedes resolver el prolema que alberga en estas montañas, pero yo llevo un tiempo aqui, pues como ya te conte que me vine para esta montaña buscando algo nuevo, y he tratado de saber porque las montañas actuan de esta forma, que les hace creer que ustedes unos jovenes puedan resolver esto?
Nami: que me hace creer que lo puedo resolver? *dejando de leer el libro y mirando hacia el teyo* no creo que lo pueda resolver, se que lo voy a hacer, no tengo ninguna duda alrespecto, ya que yo soy Naruto Namikace, y mi palabra no la retracto nunca, ademas mi compañera es muy agradable, y no es tan aburrido cuando ella esta, por eso, resolvere este prolema que alverga en la montaña, y rezare para que pueda volver a tener una mision con ella *sonriendole al señor*

Pegué el oído a la puerta, sintiendo una repentina curiosidad por saber qué es lo que sucedía allí afuera. Así que Nami pensaba que era agradable...no pude menos que sonreír ampliamente ante esto.
-Bueno, al menos ya sé que no le molesto- murmuré.
Desaté mi cabello dejándolo descansar un poco, mientras me acercaba a una ventana y observaba el paisaje por allí. Las primeras gotas de lluvia comenzaban a sonar en el techo de la vivienda, y algo de frío hacía acto de presencia también. Froté mis brazos intentando lograr algo de calor, mientras me acercaba a la cama y me tumbaba de espaldas en ella.
Comenzaba a oscurecer. Una luz azul-celeste se colaba por la ventana y llenaba la habitación, dando una sensación de mucho más frío del que se sentía. Sumida en mis pensamientos, no supe cuánto tiempo transcurrió, tiempo en el cual estuve durmiendo encima de la cama sin casi mover un músculo.
-La soledad se siente muy bien- murmuré cuando desperté -Pero creo que me doy cuenta que la compañía no está mal.
Me levanté enseguida y acercándome a la puerta, salí a la sala. El señor Cavell estaba sentado en ella con una taza de café en la mano, leyendo un libro a la luz de una lámpara de gas.
-¿Sucede algo?- preguntó el hombre al verme.
-Sólo quería salir un rato afuera- dije acercándome a la salida -Quiero sentir la lluvia.
-No creo que puedas 'resolver el fenómeno' si pescas un resfriado- continuaba escéptico, eso era claro.
Abrí la puerta y salí, sin prestar atención al rubio. La lluvia estaba fría y se sentía muy bien, y observando hacia todos lados creí ver algo raro...no sabía si mis ojos me engañaban producto que había despertado hace poco, o es que la montaña parecía más grande que hace horas atrás.

*estoy durmiendo contra la pared con el libro en mis manos cuando una brisa muy fria me hace temblar haciendo que me despierte pero aun conservando el sueño, miro a mis lados para saber donde estoy y lo recuerdo todo, entonces miro al frente mio y veo la puerta de la habitacion de mi compañera abierta. me levanto apollandome de la pared para no caerme voy hasta donde esta el señor que nos ofrecio su posada pero me quedo cerca arrecostado en una pared para no caerme*
Nami: Disculpe... sabe usted donde se encuentra mi compañera? *con un tono suave y con los ojos medio cerrados por el sueño que todavia esta presente en mi*
Vincent: Si, ella salio de la cabaña, dijo que queria sentir la lluvia *colocando una expresion un poco confusa ya que no entendia de que hablaba ella al momento de decir eso*
Nami: ok.. gracias *me sigo moviendo usando la pared de base para no caerme hasta que llego a la puerta, la abro y saco una mano para que esta se moje con la lluvia y me paso la mano que moje por la cara para despertarme* Bien! ya estoy despierto *salgo de la cabaña tratando de saber por donde y para que mi compañera se ha salido*

Me restregué los ojos un par de veces, intentando saber si era mi imaginación o no. Pero no lo era. Efectivamente, las montañas habían crecido unos cuantos metros más, por lo que tragué saliva al pensar en lo difícil que sería escalarla si seguía creciendo en tamaño.
Suspiré, puesto que la verdad no me gustaba estar perdiendo el tiempo, así que me puse a pensar rápidamente en qué hacer; no creía posible volver a la cama. Miré a todos lados, y mi vista se posó en Nami, el cual se encontraba unos metros más allá de donde yo me encontraba.
-¿También te sentías inquieto allí dentro?- pregunté acercándome y señalando las montañas -No sé si te fijaste del tamaño que tenían cuando llegamos, pero han crecido.
Los lazos con que amarraba mi cabello estaban junto a mi maleta en la cabaña, por lo que mi cabello rosa oscuro, siempre rizado y con bastante volumen, se veía más liso y largo producto de la lluvia. Miré a mi compañero a los ojos, sintiéndome algo confundida respecto de lo que sucedía.
-Opto por salir de este lugar y buscar al resto de la gente- dije.
-Alto ahí.
La voz de Vincent Cavell sonó bastante fuerte, pese a que estaba unos metros más allá. Se acercó rápidamente, vistiendo un grueso abrigo y cubriéndose de la lluvia con el libro.
-No voy a dejar que se vayan así como así- dijo -¿Creen que soy estúpido?
-¿Por qué dice eso, señor?- pregunté desconcertada.
-Es obvio que me subestiman- resopló -No pido que me dejen ir con ustedes, pero es lo menos que pueden hacer por haberles daño hospedaje siendo unos desconocidos, además, estoy harto de esta situación también.

*¿Ir con nosotros? me pregunte a mi mismo, pero que seria de ayuda el... si nos enfretaramos a akumas tendriamos que protegerlo.. pero el nos brindo ayuda cuando nesecitabamos... ademas pudimos reponer nuestras fuerzas y descanzar un rato en una calida cabaña.. mire a mi compañera, y mire al señor*
Nami: Le agradecemos mucho su ospitalidad pero... nosabemos que se va a presentar en el camino.. nosotros no somos chicos normales... somos exorcistas... pueden aparecer algunos.. akumas que nos podria atacar.. y usted solos seria una carga para nosotros, ya que nos tocaria defenderlo a usted, perdon por ser tan duro, pero... es la verdad
*el señor me quedo observando con una cara de sorpresa, ya que al saber que tan jovenes y siendo exorcistas aunque se notaba en la cara del hombre rubio que no sabia exactamams ente sobre los exorcista y los akumas, pero tampoco pensaba explicarle porque estaria perdiendo mi tiempo, ya que el simplemente no me creeria. Solo me resigne a esperar que el contestara a lo que me habia dicho a ese hombre, esperando una respuesta negativa departe de el*
Vincent: ¿Exorcistas? no se que es eso, ni menos sobre los akumas, pero no puedo dejar a un par de jovenes en un bosque a estas horas de la noche, ademas me imagino que ustedes no saben el camino para llegar al pueblo *me observo y asenti con mi cabeza indicandole que en realidad el tenia razon, nos sabiamos ni sabemos como llegar exactamente al pueblo, ya que supongo que por la lluvia el camino se ha vuelto mas dificil para trasportarce en especial sobre una montaña que cambia tanto, ademas de que si cambia tan rapido, debemos movernos, mi compañera tiene razon.. la mantoña a crecido y no podemos perder mas tiempo*
Nami: Esta bien señor, puede acompañarnos, pero trate de no estorbanos mucho *mirandolo con una seriedad importante para que entendiera que hablo encerio, el señor solo se limito a asentir con la cabeza*

-Voy por mis cosas- dije caminando hacia la cabaña.
Estrujé un poco mi cabello, el cual estaba empapado. Lo até en dos coletas nuevamente, y tomando mi maleta y de paso la de Nami, regresé al exterior. Sonreí, entregándole sus pertenencias a mi compañero.
-Es bueno tener un guía de nuestro lado- comenté viendo como Cavell se alejaba a su cabaña -Supongo que cuando comience la acción podemos dejarlo con el resto de la gente del pueblo.
La lluvia seguía cayendo, pero su intensidad había disminuido un poco, al punto que ya no golpeaba el suelo con la fuerza que tiempo atrás. Sacudí un par de veces mi vestido y el abrigo de la Orden, y miré a Nami sonriendo.
-A mi también me pareces agradable- dije recordando las palabras que había dicho antes de que cayera en un profundo sueño.
Vincent Cavell regresó con una mochila bastante grande a la espalda, con su grueso abrigo mejor acomodado al cuerpo. Nos miró suspirando, y pasando la vista de mi compañero a mí, se puso a la cabeza del grupo.
-El viaje no es muy largo, pero el bosque es espeso- dijo mientras cerraba la puerta de su casa con una llave plateada y gastada -Sólo no me pierdan de vista.

*ignore lo que nos dije el señor con un poco de enojo, pero luego le sonrei a mi compañera*
Nami: jeje y eso ¿Porque me dices eso? *sonriendole todavia a un mas mientras seguimos caminando atras del rubio, pero no tan alejados, nuestras pisadas resonaban por los pequeños charcos que todavia seguian por la lluvia cuya esta ya era mucho menos que cuando nos cruzamos con el señor Vincent. Lleve una mano a mi pelo y lo sacudi un poco, para el lado contrario por donde iva mi agradable compañera para que ella no resultara mojada por este, con la misma agua que quedo en mi mano me lo pase nuevamente por mi cara para que mi se notara tanto que estubiera todavia con un poco de sueño por la incomodida del sitio donde estaba descanzando no pude dormir hasta cierto momento el cual fue muy corto. entonces recorde algo y lleve mi mano que estaba seca a la mano de mi compañera y le quite la maleta teniendo dos malestas en mi mano seca, sacudo un poco la mano mojada y agarro mi maleta con esta. Miro a mi compañera y le sonrio un poco*
Nami: Las damas no deberian cargar cosas como estas, es un trabajo para nosotros

-Sólo digamos que las paredes tienen oídos- dije en mi tono suave de siempre, esbozando una sonrisa misteriosa, dejando que cargara mi maleta -Muchas gracias, caballero.
Vincent Cavell en verdad no era un hombre liviano de sangre; su actitud algo arrogante molestaba mucho, al menos así fue conmigo y tenía la sensación de que mi compañero se sentía de igual forma. Deseaba con todas mis ganas mostrarle qué era un exorcista, y cerrarle la boca de una vez...ya vería con sus propios ojos que éramos mucho más capaces de lo que aparentábamos para él.
El viaje a través del bosque no fue largo, como prometió nuestro guía. Los árboles estaban bastante juntos unos de otros, por lo que la visibilidad era reducida; hubiera dado lo que fuera por una lámpara allí, pero sabía que teniendo alguien que nos llevara por el camino correcto, no sería necesario. Pasados unos quince o veinte minutos llegamos al otro lado, donde un hermoso pueblo se dejaba ver ante nosotros. Las calles estaban vacías debido al horario, y seguro que el fenómeno también motivaba a la gente a permanecer en sus casas.
-No voy a pronunciar el trabalenguas de nombre que tiene el pueblo, así que supondré que ya saben cómo se llama- dijo Cavell -Hay una estación de policía por allí, y el edificio que se ve allá es una posada- dijo indicando el lugar al que se refería con el dedo -De verdad dudo que haya algo que hacer a estas horas, así que es mejor descansar.
-Creo que no pienso igual que usted, señor- dije -Es mejor aprovechar el tiempo todo lo que se pueda, dado que la montaña aumenta de tamaño con cada momento que pasa.
Un temblor muy fuerte comenzó a sacudir todo, haciendo que hasta Cavell se tambaleara. Me sostuve de un brazo de Nami, a punto de perder el equilibrio. Intuyendo qué sucedía, observé las montañas; comenzaban a crecer otra vez, aunque no demasiado.
-¿Ve lo que digo?- agregué sonriendo levemente.

*mire las montañas con curiosidad tratando de encontrar el punto donde las montañas comienzan a crecer con mas rapides, comence a pensar que si no hacemos algo las motañas terminaran creando un fuerte alrededor de este pueblo haciendo que no pueda entrar ni salir nadie*
Nami: Amber-chan tiene razon no tenemos mas tiempo que perder, ya llegamos hasta aqui, porque no buscamos pistas mientras amanece, y cuando amanesca le podremos preguntar a las personas de este pueblo si saben algo hacerca del origen de este extraño evento, señor *hablando un poco con firmeza hacia el hombre que nos guio hasta el pueblo* si sucede algo mantengase atras de nosotros, le pude haber dicho que nos seria un estorbo... pero no puedo dejarlo morir, haci que hagame caso, ¿¡Entendido!?
*el señor solo asintio con la cabeza un poco sorprendido por el tono en que le hablo un joven como yo, aunque no me importo mucho. Voltie a mirar a mi compañera mirandola seriamente*
Nami: ¿Como prefieres? ¿Que busquemos todos juntos las pistas o que nos separemos? *mirandola esperando su respuesta*