Misiòn a Shangai

Extendido a lo largo de los asientos del vagon como un vago, manos a los costados, ojos cerrados, casi durmiendo, se encontraba Alex relajado. Repentinamente el tren da una frenada y el chico cae sin reaccion alguna para despuès levantarse algo adormilado todavia y frotandose la cabeza por el golpe.

- Que pas..? - no termina de preguntarse, que una explosion proveniente de la locomotora ocurre inesperadamente. Afortunadamente el exorcista permanecìa en un ultimo vagon.

Acto seguido, la gente corrìa huyendo despavorida mientras que desde la ventanilla se divisaba un nivel 1 acercarse. Entre los vagones pasaba el monstruo, el cual bastó tenerlo cerca y desprevenido para acabarlo.

La Locomotora había quedado destruída y no había manera de seguir asi, por lo que tras caminar, rato despuès el chico llego a la proxima estación donde aguardo al proximo viaje a Shangai.

Horas despues, casi llegando..
No fue un viaje tan largo, quizas pareciò mas corto aun, ya que fueron dos debido a los inconvenientes con aquel Akuma sobre las vìas en que el tren por poco descarrila.

Miranda había salido del tren a trompicones, chocando con varias personas y haciendo refunfuñar a uno que otro viajero por su incompetencia, y lo único que podía hacer la muchacha era disculparse a cada paso.

Por fin alcanzó la plataforma, se sintió aliviada al encontrar una banca sola para esperar a su compañero. Intentó calmar sus nervios comiendo lo primero que sacó su de su bolsa, evitando pensar en lo que podía salir mal en la misión y concentrando su atención en las personas que pasaban.

Ya estaba Alex en la terminal mirando a ambos lados, buscando perdido en la multitud a su compañera que quizas halla llegado antes que él debido al posterior retraso.

Tiempo luego, encontro lo que buscaba. Se acerco esquivando la corriente de personas, como si de un pez en el rio se tratase.

- Buenas tardes - dijo a un costado - Disculpe si la he hecho esperar demasiado, hubo unos inconvenientes en el camino - exclamò haciendo una reverencia.

Al escuchar que alguien la saludaba la mujer se paró en seguida, era un joven que hacía una leve reverencia, inmediatamente la chica correspondió su saludo haciendo lo mismo pero con sus movimientos torpes -Ah...no, para nada, has llegado a tiempo, es un gusto trabajar contigo, soy Miranda Lotto- dijo la exorcista que parecía todo un manojo de nervios. Su falta de experiencia y la vida que había llevado contribuían en gran parte a esto.
Tomó su pequeño equipaje del suelo y sostuvo una sonrisa, estaba preparada para salir de ese lugar atiborrado de gente.

- Oh, bien, Igualmente - contestò - puede llamarme Alex - dijo omitiendo su apellido.

Segun el informe, al llegar tendriamos que ir por los buscadores alojados en cierto punto de la zona, pues se suponia que conocian y estaban al tanto del movimiento y ultimas acciones del sujeto conflictivo. Tomando esto como punto de referencia Alex emprendio camino junto a su compañera.

Los exorcistas caminaron hasta los lugares más probables donde pudieran ocurrir los contrabandos sin acercarse demasiado, todos los hombres alrededor parecían sospechosos. Los exorcistas se detuvieron en un punto donde eran visibles y los buscadores no tendrían dificultad de encontrarlos.
-No comprendo ¿por qué un akuma estaría envuelto en esto del contrabando?- preguntó la muchacha que tenía algo de miedo de las miradas amenazadoras de los sujetos frente a ellos.

- Puede ser que halla alguien màs implicado en esto, nunca se sabe.. - el mirar de la gente alrededor estaba empezando a incomodar a Alex, a un punto de gritar 'por que las miradas', pero se contuvo, no quiso causar alboroto, esperando calmo la llegada de los bucadores.

- La verdad, siendo un objetivo movil, debe ser dificil incluso para ellos los rastreadores. Habrà que verificar si es necesario la informacion en la comisaria en cuanto a los asesinatos, y la aduana... es crucial por los ingresos y egresos de dicho contrabando. -

Miranda quedó perdida en sus pensamientos al escuchar la respuesta de su compañero. Uno de los hombres que los había estado observando se acercó con el ceño fruncido, estaba dispuesto a interrogar a los exorcistas y si era necesario, usar algunas de sus maniobras, otros tres sujetos le siguieron, con exactamente la misma actitud. Antes de que algo pasara un hombre con gabardina hasta los pies y un equipaje algo pesado en su espalda llegó hasta ellos corriendo.
-Exorcistas, por fin los encuentro- dijo el hombre con un tono de alivio en su voz.

- Esta gente.. es mi impresion o estan incubriendo algo.. - se decia para si mismo al ver venir a 3 sujetos hacia el y Miranda.

Antes de que lograran llegar a los exorcistas un hombre con gabardina hasta los pies y un equipaje algo pesado en su espalda llegó hasta ellos corriendo.
-Exorcistas, por fin los encuentro- dijo el hombre con un tono de alivio en su voz.

- Gracias a Dios ha llegado - decìa Alex mas tranquilo.

No muy lejos surgiò la voz de uno de los sujetos que se acercaban a paso normal-ligero, como si algo les ocurriese. - ¿Que buscan?. Señores. ¿Por que estan aqui? -

- Las preguntas las haremos nosotros - susurro Alex sin ser escuchado mas que por su compañera y el rastreador.

- Por favor, permitanme responderle, cualquier descuido o informacion sobrante afectaria su mision - objetò el buscador.

Los exorcistas dejaron que el hombre hablara, sería un problema si tenían que lidiar con hombres que no entienden razones.
-Buscamos a un hombre, su nombre es Liang -dijo el buscador con voz firme.
Al escuchar ese nombre los tres hombres se miraron contrariados, pero respondieron en seguida -No sé para qué buscan al jefe, pero les recomendaría mantenerse fuera-.
-Sabemos lo que buscamos, así que si saben dónde está sería mejor que nos lo dijeran.- ahora la expreción del buscador se volvió sombría, a pesar de haberlo dicho en una manera amable parecía que los estaba amenazando.
Miranda se sintió bastante asustada e incómoda, al parecer el buscador sabía quién eran éstas personas.

Por alguna razon, la situacion llegaba a impacientar a Alex. No obstante se limito a quedarse en el lugar, callado.

Pasaron un par de segundos - No estamos al tanto de sus movimientos, solo cumplimos nuestro trabajo, cualquier otra informacion se encuentra fuera de nuestro dominio... -

- No los tomare por embusteros, porque seria inadecuado acatar esa actitud tan apresurada... la policia ha estado investigando sus resintos hace un tiempo y las sospechas son cada vez mayores, ¿que intento decir? de no cooperar para con nosotros, suponiendo que las evidencias actuales sean ciertas, quedarian implicados como incubridores, y serian enviados a prision. Lo digo por su bien, si hay algo que informar, haganlo, cualquier informacion por mas minima que sea servira. -

La informacion del buscador provenia en gran parte del distrito policial e investigaciones, una de las ventajas a favor de los exorcistas. Cooperando entre sì, no habria drama a la hora de dar una conclusion a todo.

Ahora los tres hombres no parecían tan gallardos como antes, bajaron sus puños a los costados apretándolos sin embargo a sus costados -A su izquierda hay unas oficinas, vallan al sótano y toquen cuatro veces, si por algún motivo nos mencionan, no sólo nos verán a nosotros la próxima vez, lo sabremos si lo hacen- los hombres hablaron tan bajo que Miranda no capto algunas cosas, el buscador sólo hizo una pequeña reverencia y se alejó con paso tranquilo.
Miranda hizo lo mismo, pero ella se apresuró más y sigió temblando. Si el tal Liang era la persona que buscaban, sería algo bueno, pero a la vez muy peligroso.
-Eto...¿vamos a verlo en éste momento?- dijo la chica esperando que la respuesta le tranquilizara.

Alex continuo caminando a la par. Mientras iban hacia las oficinas Miranda exclamò aparentemente asustada:

-Eto...¿vamos a verlo en éste momento?-

- Probablente si.. pero no se preocupe, todo saldra bien, tengo experiencia en esto - dijo sonriendo su compañero Alex, intentando que no cunda el panico.

- Mm. para estar preparados ¿como es su inocencia? - dijo el chico segundos mas tarde.

Su compañero logró calmarla un poco, pero aún así no parecía ser un lugar muy agradable al que se dirijían, las oficinas estaban en un edificio viejo y descuidado.
Miranda respondió a la pregunta de su compañero, sin quitar los ojos de aquel edificio tan extraño -Umm, bueno pues...puedo retroceder el tiempo, las heridas causadas desaparecen, pero, sólo si no estoy inconciente y sólo dura mientras tenga encendida mi inocencia, cuando se apaga, las heridas vuelven a aparecer, y puedo crear una cúpula de relojes para evitar cualquier daño, los akumas y los noahs no pueden entrar, cualquier otra persona puede entrar y salir...eso es todo.-la exorcista estaba un poco decepcionada, no podía dañar a un akuma, y su inocencia no ayudaba mucho, sólo en el momento.
Entraron al edificio, las puertas rechinaron, pero nadie se dio cuenta porque en realidad no había ninguna persona ahí, se acercaron a la puerta que daba al sótano y el corazón de Miranda se aceleró.