Rotten Corruption

Un detallito ^^ a medida que la historia avanza, que creo que no es el caso del capitulo I, es que encontraran sucesos u otro tipo de cosas que no van acordes al periodo en que se desarrolla la historia puesto que el espacio tiempo esta "quebrado", hecho que se explicara máaaaaas adelante :3. Tambien que existe el caso que alguna mala palabra salga O.o pero ignorenla, es parte de la escencia del personaje xde eso *-*
Ahora a leer:

Estaba lloviendo muy fuerte, los árboles se inclinaban hacia un lado a punto de tocar el suelo por el fuerte viento, el cual soplaba haciendo un ruido increíblemente infernal, sonaba como un coro de ángeles caídos. En medio de aquel torrencial escenario se encontraba una pared de forma cilíndrica, transparente y por ella se desplazaban rallos de luz, también aparecían y desaparecían diferentes formas cuadradas con el mismo resplandor. A ese lugar lo llamaban “Rotten Corruption”. Existen muchas historias de mal agüero sobre ese lugar y nadie ha sido capaz de ir allí a causa de todos los rumores, solo los desgraciados marcados por el castigo divino y eterno de Dios pueden ir ahí, es su destino.
Han pasado los años y Rotten Corruption pasó a ser solo un cuento de niños, ya nadie cree que ese lugar exista, pero puede que tal vez alguien se atreva a creer en una fantasía que para muchos es patética.

Capitulo I:
Londres. Mediados del siglo XIX.

Era invierno y la nieve teñía las calles de blanco, los tejados de las casas y las hojas de los árboles un verdadero centro nevado. Algunos niños jugaban con ese frío material blanco, haciendo bolas y lanzándoselas unos a otros. La vida parecía muy reconfortante en lo que era el pueblo, tranquilidad y amabilidad.
De una biblioteca sale un niño de aproximadamente ocho años cargando un libro muy grueso, vestía un abrigo largo de color café oscuro, una bufanda cubría su cuello y sus manos estaban desnudas al igual que su cabeza, el pequeño tenía una cabellera rubia bastante hermosa, parecía de seda, sus ojos rubíes era lo que más captaba la atención de la gente, además de tener una venda cubriendo su frente.
El niño entro a otro local cercano a la biblioteca, al parecer ahí hacían copias. El lugar era muy reconfortante, de mediano tamaño y había un ambiente tibio. El chico se acerco al puesto de atención y tocó un timbre que ahí había. Enseguida un señor robusto salió de una habitación, tenía un bigote muy gracioso y una boina cubría su cabeza escasa de cabellera, cuando vio al niño sonrió de oreja a oreja-¿Qué te trae por aquí hoy Damian?-le preguntó mientras lo tomaba en sus brazos dándole un apretado abrazó-Señor Aldrich me está apretando mucho-dijo el niño intentado respirar-¡Oh! perdóname-decía mientras lo dejaba en el suelo-Señor Aldrich ¿puede copiarme una página de este libro?-preguntó Damian entregándoselo. El hombre tomó el libro y vio una página marcada, lo abrió justo en esa parte para revisar que quería copiar el niño, cuando lo vio miró a Damian-¿Otra vez con eso?-le preguntó el Señor Aldrich, luego suspiro-Por favor-suplicó Damian con sus manitas juntas, en su rostro se veía nada más que ternura-Se lo suplico, sino lo hace nunca terminare mi investigación-continuó. El viejo Aldrich sintió que no le quedaba otra-Esta bien niño, está bien-sonrió al ver que el pequeño estaba feliz. El hombre puso por debajo de la hoja marcada un papel entintado y bajo este ultimo una hoja blanca, presionó con fuerza tal que se marcara, en unos minutos le entrego la copia a Damian que estaba esperando ansiosamente sentado en un banco de madera.
-Gracias, de verdad se lo agradezco-dijo contento. De uno de los bolsillos de su abrigo sacó el dinero para pagarle al hombre-No Damian, no hace falta pagar por eso- respondió el Señor Aldrich guardándole el dinero al chico en el bolsillo-¿Esta seguro?-preguntó Damian extrañado-Claro, no hay problema. Ahora mejor ve a casa, en invierno hace mucho más frió por la noche y es tarde para que un niño como tú este solo por aquí, puede que tú madre te este buscando ahora mismo-sonrió. Damian le devolvió la sonrisa y salió fuera. En la calle miró el reloj de una tienda relojera, todos los relojes marcaban las 08:45-Ya es tarde-se dijo a sí mismo. La biblioteca ya estaba cerrada para devolver el libro. En ese momento mientras pensaba en que hacer los faroles comenzaron a encenderse dejando iluminada toda la plaza central. Damian subió un poco su bufanda hasta taparse la nariz y corrió hasta casa.
Su hogar no era como el de los chicos de la plaza, sino que era una casona bastante grande, como una mansión, muy bella por fuera con un color ladrillo oscuro y el tejado estaba cubierto de nieve, estaba rodeada de arbustos floreados en las rejas que daban a la calle. La puerta de la reja estaba cerrada, así que no tuvo más opción que escalarla, pasó el libro por entre los barrotes y ahora era su turno de pasar por ese obstáculo tan alto. Se aferro lo más fuerte que pudo y comenzó a subir al igual como cuando los gatos suben a los arboles, solo que esta vez era un niño de ocho años subiendo por una reja. Logro exitosamente llegar arriba, pero ahora debía bajar y el final de esa enorme reja resulta que cada barrote tenía una afilada punta. El rostro de Damian estaba pálido, tenía que dar una salto enorme sin quedar atravesado por esas puntas-Puedo hacerlo-se dijo y dio un gran salto al interior el cual fue bastante perfecto, no como su aterrizaje, pues callo rodando al suelo. Se quedo ahí estirado mirando las estrellas en ese oscuro cielo, la luna se veía preciosa desde ahí, sus cálidos rayos de luz tocaban su cara y sintió la sensación de dormir-Primero debo entrar-dicho eso se puso de pie, fue a buscar el libro y se dirigió a la puerta principal-Espero no me regañen, ni siquiera dije que saldría-estaba nervioso, trago saliva y lentamente abrió la puerta, asomó su cabeza al interior y no vio a nadie, solo la escalera alfombrada que llevaba al segundo piso y por el lado derecho parte del salón. Entró y cerró cuidadosamente para que nadie se percatara de su llegada. Con pasos silenciosos comenzó a subir la escalera. Ya en la segunda planta de la casa pudo respirar tranquilo mientras miraba hacia abajo, pero cuando se volteó chocó con un cuerpo solido, retrocedió un poco y frente a él estaba su madre. Una mujer joven, de bellos ojos azules, tan azules como un zafiro recién pulido, tenía una cabellera larga hasta la cintura y clara, lucía un vestido largo bastante elegante de terciopelo, era tan largo que sus pies no se veían. Su rostro no mostraba enfado, pero si algo de preocupación-¿Dónde estabas?-le pregunto mientras le quitaba la bufanda-Dando un paseo-respondió Damian-¿Tu solo? Y… ¿Qué viste?- su madre seguía haciéndole preguntas, ese tipo de situación hacia que Damian se pusiera nervioso, se sentía como en un interrogatorio donde seria declarado culpable-Nada-dijo sonriendo tímidamente-¿Nada?-su madre le quitaba el abrigo cuando vio el grueso libro, sonrió dulce y se lo quito de las manos dejándolo sobre una pequeña mesa que había cerca-Saliste para dar un paseo y no viste nada, que curioso-dijo entre suaves risitas. Damian se sonrojo-No te rías-le dijo. La mujer lo miró con ternura y le acarició el pelo, tomo el libro y lo devolvió a su hijo-La próxima vez que salgas avísame ¿sí?-le decía mientras bajaba las escaleras-Si-respondió él. Corrió hasta su cuarto, se tiro sobre la cama y encendió la luz que estaba sobre la mesita de noche al lado izquierdo de su cama. Su habitación era bastante amplia, pero a diferencia de los niños que tienen su cuarto lleno de juguetes Damian la tenía repleta de libros y en rincón de todo el espacio había una mesa revuelta en papeles y una montaña de textos-Ahora podré llegar a donde tanto quiero-abrió el libro y sacó la copia que el Señor Aldrich le había hecho. Era un mapa de alguna parte de Rusia, un lugar desconocido, la información del libro era escasa, todo lo que pudo obtener entre todas esas palabras es que ese era el posible mapa que llevaba hasta Rotten Corruption. Damian estaba orgulloso de todo el trabajo que había estado haciendo por mucho tiempo y al fin había encontrado la última pieza ¿Realmente ese lugar existe en alguna parte?- mientras se hacia esa pregunta tocó su frente vendada-Espera un poco más, estaré contigo pronto-susurró.
Al día siguiente despertó abrazando sus documentos de investigación, al verlos sonrió, los hizo a un lado para levantarse y se asomó a la ventana de su cuarto. El día estaba hermoso, soleado, a pesar de la nieve en las calles, todo era perfecto para iniciar su búsqueda. Se cambio de ropa y bajo rápidamente por las escaleras casi tropezando, cuando creyó que caía su madre lo sujeto-No corras así, ya te lo eh dicho hasta el cansancio-dio un suspiro y lo miró con dulzura-Es extraño que te levantes tan temprano, así que como ya estás en pie desayunemos juntos-una sonrisa se dibujo en el rostro de la mujer, Damian le devolvió el gesto asintiendo con la cabeza.
-Ha pasado mucho tiempo, desde que tú padre y tú hermano fueron de viaje-la voz de la madre tenía un tono nostálgico-Ni siquiera se han comunicado con nosotros-algunas lagrimas brotaron de sus ojos. Damian la miró sin saber cómo reaccionar y sintió desesperación, por una extraña razón lo primero que atino a hacer fue levantarse de la silla en la que estaba sentado y golpear la mesa con ambas manos hechas un puño gritando-¡¡Ellos no nos abandonaron no lo vuelvas a pensar!!-dicho eso su madre quedó impactada ¿Cómo sabía su hijo lo que estaba pensando? Se secó las lagrimas con un pañuelo y miro a Damian a los ojos-Tienes los mismos ojos que tú padre, hijito-el niño se sonrojo y oculto su cara mirando al suelo-Al menos yo te diría cuando regresaría-fueron las palabras del chico-La mujer sonrió riendo-Si. Tienes razón-Damian al ver sonreír a su madre subió a buscar sus investigaciones para partir a la búsqueda de aquel legendario lugar, pero las cosas no saldrían tan bien como él creía.

En alguna parte de Rusia el terror se apoderaba de un laboratorio-¡¡Corran todos, rápido!!-la gente se empujaba unas con otras, se lanzaban por las escaleras para escapar si era necesario, incluso pasaban corriendo por encima de aquellos que tropezaron en el camino.
-¡Muévete que me estorbas!-gritó un hombre empujando a un niño, este cayó al suelo de inmediato. El sujeto se detuvo y volvió a mirar al chico-Un niño como tú no debería andar solo por aquí, además estamos evacuando por algo que se salió de control, así que corre con tus padres-el chico no se movió, seguía tumbado en el suelo. El hombre algo preocupado se acercó para ayudarlo-¿Me escuchaste? Levántate de una vez, no puedes quedarte ahí tirado en medio del pasillo-lo sujeto por un brazo para ponerlo en pie y mientras hacía esto vio la cara del muchacho soltándolo inmediatamente completamente aterrorizado-¡A-Aléjate, aléjate!-el niño se puso de pie por sí mismo, era bastante delgado, de grandes ojos y cabellera albina al igual que su piel, dando pasos lentos comenzó a acercase a quien lo había empujado-¡Dije que te alejaras de mi, VETE!-el muchacho no retrocedió, siguió avanzando lentamente y el hombre escapo corriendo, pero no llego muy lejos, delante de él estaba el chico, mirándolo fijamente con sus ojos violáceos-Pero…¡¿Cómo?!-intento voltearse para correr pero sus piernas no eran capaces de moverse, era como si algo lo retuviera, miró a sus pies y no había nada, pero tenía la sensación de ser sujetado por algo, volvió a mirar al niño y este tenía en su rostro una expresión sádica, sonreía terroríficamente e iba a matarlo-No…por favor, no lo hagas…no…¡¡NO!!-en unos segundos los vidrios del pasillo se pintaron de sangre.