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False God. The cure for pain [Gonzaga – Verzegnassi]

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Mensaje por Sigma-chan Sáb Dic 21, 2013 10:42 pm

Combatir, combatir y combatir... era una constante para cualquiera, para aquellos que vivían en la pobreza, para los que querían ser más ricos, quienes trabajaban en las industrias, los que se hallaban enfermos; la vida era una asidua batalla por sobrevivir y convertirse en exorcista hacia ese concepto aún más claro, bueno que él hubiese nacido acaudalado y tuviese la ventaja de acceder a ser entrenado desde pequeño, aunque en realidad su intención practicando nunca se encaminó a inmiscuirse en la Guerra, algo irónico.

El castaño esquivó otro grupo de balas, ayudándose de su rapidez y la confusión por parte del ovalado enemigo quien al ver cómo el exorcista en vez de alejarse había decidido correr hacia él, dando saltos para no ser tocado por las balas, decidió elevarse un par de metros más. Aquello fue lo que el milanés había estado esperando, así que de inmediato dio un par de piruetas y hábilmente se deslizó bajo el cuerpo del akuma, con un movimiento preciso de sus armas su especialidad fue liberada y el choque de polvo dio de lleno en la parte baja de la máquina que se retorció mientras el joven rodaba varios metros lejos de él. Finalmente la explosión de la criatura de metal fue señal de que el italiano había terminado con su labor, al menos por el momento.

En cuanto el exorcista se reincorporó nuevos estallidos llamaron su atención, pues estos provenían de la ubicación del kiosco, logrando que una leve mueca se formara en sus labios pues ahora la situación se complicaba y la posibilidad de que lograse encontrar al esferoide que había “raptado” al niño simplemente se esfumaba, así que sin necesidad de reflexionarlo más emprendió una nueva carrera de vuelta al lugar donde (esperaba) siguiesen sus compañeros, notando al acercarse y por el ruido de los constantes balazos que los enemigos eran más que los que hubo combatido antes.

-Bien…- murmuró encontrándose a escasa distancia del kiosco, siendo capaz ya de mirar la barrera luminosa que estaba a punto de ceder, hizo entonces un par de movimientos con las tonfas y estas empezaron a refulgir con mayor intensidad, transformándose en segundos a una mejorada forma (que incluía cuchillas sobresalientes y un nuevo color plateado brillante) no valía la pena estar conservar energía cuando era claro que la vida de otros se hallaba en peligro.  

Llegó a la plazuela en el instante en que el escudo caía y la silueta de su compañera se alejaba rumbo a un edificio cercano, seguida por uno de los niveles uno que no era parte de la extraña formación “triangular” a la que el de mirar violácea se acercaba por la espalda. Los buscadores habían reaccionado prontamente y un par de ellos lograron formar un escudo pequeño para que los otros escaparan, las personas en el kiosco gritaban aterradas mientras los disparos continuaban y el resto de los buscadores luchaban por protegerlas alzando una nueva defensa.

Ther destruyó de un solo golpe, haciendo uso de “grava”, a dos de los entes esféricos de la formación atravesándolos con el flujo de rocas gracias a la cercanía que habían mantenido entre ellos. La explosión generada, aunada al desconcierto, logró que los otros dos akumas salieran despedidos varios metros, a lo que el joven actuó velozmente y dio alcance a uno de ellos (el más cercano) y evitando que se repusiera volvió a utilizar su técnica de más largo alcance contra él terminando por destruirle fácilmente, ahora restaba uno más… lo buscó con la mirada.

“Vaya…”  pensó con molestia, pues el último armatoste al parecer había conseguido dar con la ubicación de la exorcista y se aproximaba hacia el edificio con la clara intención de destruirla, el castaño corrió tras él y tras llegar a la distancia que requería para atacarlo, un nuevo grupo de rocas se encargó de atravesar su metálica coraza mientras el exorcista se alejaba varios pasos para evitar la explosión, cierto alivio comenzaba a recorrer el cuerpo del joven (pues se habían terminado los akumas) cuando el nivel uno decidió como “última voluntad” que explotaría junto con el edificio, así que se había tirado hacia él. Ther se percató de aquello.

-¡¡KATYA, AL OTRO TEJADO!!- gritó fuertemente el de Milán visiblemente preocupado (algo poco común en él) acompañado del movimiento de su brazo para indicar que se refería a que saltara al techo contiguo; un parpadear después el estallido del súbdito del Conde se presentó junto con el inminente derrumbe de la construcción.

-¡Katya!- volvió a exclamar aunque con menos fuerza, aproximándose presuroso a la zona, buscando con sus azulinos la silueta de su compañera…



[Rededores de la Iglesia]


Cuando las primeras detonaciones llegaron hasta los oídos de la multitud, la reacción “lógica” de la gente fue inquietarse, más aún cuando algunos lograron reconocer que aquellos ruidos pertenecían a los monstruos que ya antes habían visto rondando por la ciudad. Sin embargo en el momento en que los “bombazos”  se escucharon (que irónicamente anunciaban su destrucción) el pánico se desató, gritos y llanto se elevaron al viento… y entre el caos, la primera opción de las personas fue agolparse sobre las puertas de la Iglesia, rogando porque les permitieran entrar y refugiarse.

Pero mientras los extraños guardias se ocupaban de impedir que ello sucediera, y el desorden iba en aumento, el extraño quinteto (que había estado observando a la distancia y que recién llegaba) se estaba encargando de raptar a ciertos pobladores, siendo casi invisibles entre tanto alboroto...
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Mensaje por Invitado Jue Dic 26, 2013 7:53 am

Katya se disponía a saltar sobre uno de los akumas que(sin saber por qué deshacía la formación)
se dirigía en dirección al Kiosko,cuando este explotó.¿Qué estaba pasando? No se podía haber autodestruído así sin más.
Se asomó al borde del edificio y comprobó que su compañero era el causante de la destrucción de los akumas que estaban en formación.
"Gracias Ther"
Cuando se encaminaba a la puerta del tejado para poder bajar,escuchó a su compañero y se apresuró a volver al borde del tejado.
-¡¡KATYA, AL OTRO TEJADO!!- no entendía qué quería decir su compañero con que saltara al otro tejado,hasta que vio a un akuma dirigirse hacia el edificio donde se encontraba.
"¡Mierda!No me va a dar tiempo a saltar..."
La explosión destruyó la estructura del edificio,haciendo que el edificio se derrumbase.
El suelo se fue agrietando,Katya sabía que iba a caer junto con el edificio. El suelo ya comenzaba a caer y la pelirroja con él.
"Tengo que pensar en algo...piensa...¡Piesa maldita sea!"
Justo en el momento en que aterrizó sobre los restos del edificio,se le iluminaron las ideas.
Antes de ver que tenía una pequeña parte del edificio encima,pudo escuchar a su compañero.
-¡Katya!
No lo dudó y apartó las rocas con su espada,la cual había utilizado para cortar y protegerse de lo que le había caído encima. La protección de su espada no había evitado que tuviera arañaron y moratones en todo su cuerpo,pero le había salvado la vida al cortar los enormes trozos de edificio que habrían destrozado su cuerpo en segundos.
La espada ayudó a la pelirroja a apartar los escombros y las piedras.
Estaba herida y cansada,casi no se podía mantener en pie.
Vio a su compañero un poco más lejos de su posición.Intentó acercarse a su compañero.Se iba tambaleando de un lado a otro,sus piernas temblaban.
-¡Ther!-había conseguido pronunciar su nombre con un tono lo suficientemente alto como para que lo escuchara.
"¿Me habrá escuchado?... Tal vez sigue pensando que estoy sepultada debajo de los escombros...Bien,solo tengo fuerzas para gritar una vez más..."
-¡¡Ther!!-no pudo comprobar si su compañero la había escuchado o no,las piernas no resistieron más y se desplomó.
Katya quería levantarse,quería comprobar si esas personas y los buscadores se encontraban a salvo en el kiosko,no podía quedarse ahí siendo...la "herida"(aunque lo estuviera),debía ayudar a los que se hallaban poco más allá donde alcanzaba su vista.
Se le nubló la vista y unas lágrimas rodaron por sus mejillas¿Por qué lloraba? Le dolían las heridas,si,sentía dolor con solo moverse,si,pero lo que más le dolían...había sido el hecho de pensar en que no había podido ayudar en gran cosa.
"Sabía que no era buena para esto...solo estorbo.A este paso...todos me odiarán...¡Maldita sea! Ni siquiera me puedo levantar! Lo siento mamá...papá..."
Las lágrimas se intensificaron,haciendo rodar el doble sobre las mejillas sucias y arañadas de la exorcista.
Intentó levantarse un par de veces más,antes de que el dolor la hiciera desvanecerse.


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Mensaje por Sigma-chan Dom Dic 29, 2013 2:28 pm

[Días atrás]

Fue una noche tranquila, cálida como era costumbre en la costa y el clérigo había salido a caminar al jardín de su pequeña Iglesia, mientras pensaba en las palabras que le dedicaría a los fieles en la misa del siguiente día miraba con singular alegría el bello cielo estrellado, dedicando un pensamiento de gratitud al Creador y sintiéndose afortunado de vivir, de servir a Dios y a las personas.

Fue entonces que el crujir de los arbustos a su alrededor interrumpió sus reflexiones e intentó agudizar su vista, enfocándose en las sombras, buscando lo que pudiese ser el causante de aquellos extraños sonidos. Grande fue su sorpresa, cuando al decidir acercarse con sigilo, descubrió un menudo cuerpo tendido en el suelo y suaves sollozos surgían de él. El Padre Miguel se apresuró para ayudar.

-¿Qué te paso? ¿Cómo te encuentras?- le cuestionó brindándole apoyo, la delgada figura balbuceó con nerviosismo que se había caído y que le dolía su rodilla derecha, por lo que fue evidente por su tono de voz que se trataba de una jovencita de tal vez quince años y rostro angelical.

-Tranquila hija mía, no llores, vamos dentro para que pueda curar tus raspones- le dijo él con una sonrisa.

-¡Pero el tesoro! ¡El milagro! ¡Ellos quieren robarlo y tengo que protegerlo!- exclamó la muchacha mientras envolvía con sus manos un objeto que colgaba de su cuello, aprisionándolo contra su pecho. El sacerdote abrió mucho los párpados sorprendido de esas palabras y no pudo evitar preguntar:

-¿De qué tesoro estás hablando hija?

Y la aludida agachó la mirada, haciendo una pausa antes de contestar mientras una sospechosa, retorcida y sombría sonrisa se formaba en sus labios...


...


El italiano se encontraba tenso estando cerca de los escombros, dirigiendo la mirada hacia a los tejados aledaños en búsqueda de la pelirroja, deseando que pronto su pequeña silueta se asomase en las alturas; pero los segundos transcurrían y la idea de que en realidad hubiese caído le empezaba a preocupar, estuvo a punto de ocupar su golem para intentar hacer contacto con ella cuando fue capaz de escuchar su nombre, el cual no provenía de los techos.

Contuvo la respiración un momento y se movió apresurado hacia donde hubo escuchado la voz, escudriñando con su violáceos ojos el panorama, atento de cualquier movimiento o sonido que llegase a sus sentidos.

-¡¡Ther!!- escuchó nuevamente a la uniformada de negro y esta vez logró verla caminar con dificultad, intentando alcanzarle. El aludido aceleró el paso y logró atraparla al desplomarse, apenas un segundo antes de que cayera al suelo. Se permitió entonces soltar un suspiró de alivió, aunque momentos después un gestó triste se formó en su rostro al notar las lágrimas y el mal estado de su compañera.

-Discúlpeme señorita Katya, ha sido mi error...- murmuró, la situación estaba complicándose de un modo que no hubiese imaginado y ellos seguían sin hallar la clave para resolverla. El que los niveles uno estuviesen actuando de forma ordenada, el envenenamiento de la italiana, el rapto del muchacho, el sospechoso asunto de Rene... Eran muchas piezas y aún no encajaban.


“A veces lo simple también es bueno...”




-¡Joven!- exclamó la voz de Bernard quien recién llegaba a su posición y era acompañado por Daniel, este último contuvo una maldición al notar la condición de la más joven y sin esperar alguna explicación se dispuso a cargarla, alejándola suavemente del castaño y tomándola entre sus brazos, el buscador de ojos verdes fue el primero en emprender camino una vez más hacia el kiosco.

-¿Señor usted se encuentra bien?- preguntó Bernard al notar que el castaño permanecía impávido mientras comenzaban a andar, Ther movió suavemente la cabeza afirmando, aunque a decir verdad no se hallaba muy estable en sus pensamientos pues había arriesgado la vida de la ojiazul y ello seguía resonando en su cabeza, pero no tenía ningún daño físico y por ello no mentía sobre "estar bien".

-Un akuma se llevó a Emiliano...- habló lo más sereno que pudo -y me temo que el lugar al que se dirigió es la Iglesia, lo mejor que se me ocurre es volver a separarnos, ustedes permanezcan junto con la señorita Katya y por favor no la pierdan de vista- explicó ante la mirada atenta del buscador -yo iré junto con sus otros compañeros y buscaremos la forma de dispersar a los civiles en la "Catedral"... son un blanco muy fácil para los Akumas y sin ellos ahí podremos buscar la forma de entrar al recinto, algo me dice que el Sacerdote no querrá recibirnos de un modo pacífico- agregó.

-Entonces también nos encargaremos de encontrar un buen resguardo para los civiles en el kiosco y el niño que aún está enfermo, el joven médico se ha ofrecido a seguir ayudando. Cuando la señorita despierte le informaremos del plan y seguro les alcanzáremos- dijo el de beige con tono decidido.

-Claro, les mantendré informados entonces. Por favor Bernard, que la joven Katya no se esfuerce y de ser posible que evite enfrentamientos- concluyó el milanés una vez llegaron a su destino, se acercó a los otros buscadores y les pidió le acompañarán rumbo a la Iglesia, obviamente les explicaría la estrategia en el camino.

"Señorita Katya recupérese pronto" pensó mientras corría junto con los uniformados de beige hacia su nuevo destino, en donde los pobladores seguían en caos, ansiosos por resguardarse dentro de "la Casa de Dios", ignorantes de que aún si consiguieran entrar seguirían en peligro...
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Mensaje por Invitado Sáb Ene 04, 2014 8:18 am

Daniel depositó a la muchacha encima de un conjunto de mantas que habían preparado para su herida compañera.
Bernard y Daniel observaban preocupados a su compañera,la cual aún no había abierto los ojos.
Daniel se había fijado en lo frágil que parecía su joven y delgado cuerpo,y en lo magullado y lastimado que estaba,no pudo evitar pensar en lo mucho que odiaba todo el asunto del Conde y sus criaturas.Se había hecho buscador para ayudar a esos exorcistas que solamente eran niños,para evitar que les sucedieran cosas tan desastrosas como le había sucedido a la pelirroja.
-No te culpes,Daniel-su amigo se había dado cuenta hacía mucho de que su compañero se culpaba a sí mismo cuando algún exorcista salía herido en una misión en la que él estuviera,aunque no fuera culpa suya.
-¡Cómo no me voy a culpar!¡Todo esto ha sucedido porque no pude ayudarla a combatir!
-No podríamos haber hecho nada...No somos como ellos,Daniel...Por mucho que queramos ayudarlos de otra forma...ese es su mundo,y no pertenecemos a él...
Daniel no respondió,sabía que su amigo tenía razón,ese era su mundo,un mundo lleno de dolor y sufrimiento al que estaban destinados,quisieran o no.

[En el subterráneo de la Iglesia principal]


-Tsk,parece que esos malditos se dirigen hacia aquí...Sacerdote,ya sabes lo que hacer.Vosotros,ocupaos de ellos.-tan pronto como lo dijo,varias sombras salieron rápidas del subterráneo.
-Entendido.No permitiré que roben este precioso tesoro.Niña,ya sabes lo que tienes que hacer,intercepta a la muchacha que fue herida por culpa de esos ladrones y tráela aquí.
-Bien,sacerdote,como te dije...Esos ladrones intentan robarnos el tesoro,y por si fuera poco,han herido a esa inocente joven para robarle sabe Dios que.Tenemos que ocuparnos de ellos y traer a esa chica aquí para "curarla".
-Por supuesto
Una última y pequeña sombra,salió caminando del subterráneo,en dirección a su objetivo.

[En el kiosko]

Era una noche tranquila y alegre para Katya y su famila,la cual se había reunido para celebrar su cumpleaños.Toda la paz y la alegría que sentían los presentes,se transformó en miedo y espanto,cuando unas mostruosas máquinas comenzaron a matar a todos los presentes en la gran casa.
El padre de Katya le había entregado una extraña espada que tenía un tenue brillo azulado,cuando...
-¡¡NOOOO!!-la pelirroja se había despertado alterada,sudando y llorando.
-¿¡Qué ha pasado!?-Daniel se veía muy preocupado y estaba expectante,esperando una respuesta.
-He...he tenido una pesadilla.Me pasa a menudo.-la pelirroja se miró el cuerpo.Estaba herida,eso lo recordaba.
La muchacha observó que tenía las muñecas vendadas,junto con parte de la pierna izquierda,a parte de poseer  una tirita en la mejilla derecha y unas cuantas en la pierda derecha y brazo izquierdo.
-Vaya...-comenzó la chica,viendo que su compañero mostraba una mueca al mirarla-No pensaba que estaba tan herida..jajaja-no pudo evitar que la risa falsa sonara muy carente de emoción.Obviamente había intentado sonreir como si no fuera nada importante,para alegrar un poco a su compañero y librarle un poco de la carga  que hacía la preocupación.
-No deberías intentar hacer que parezca algo poco importante Katya...Casi no la cuentas esta vez....-Daniel la miraba serio y preocupado a la vez.
-Lo siento,Daniel.Solo pretendía....animarte un poco.Estás triste por mi culpa,lo siento,de verdad que lo siento...-el buscador negó con la cabeza,haciendo entender que no era su culpa,que no debía culparse,algo irónico,ya que Daniel se culpaba a sí mismo.-Sé muy bien...que estoy herida,también sé que no soy buena haciendo esto,que solo causo problemas a los que me rodean.Solo causo preocupación y soy una molestia para todos...eso lo sé....lo sé muy bien....Pero..pero yo quiero ser de ayuda,quiero que todos sean felices,quiero alejar las preocupaciones de los que me rodean...yo...yo...
A la italiana se le llenaron los ojos de lágrimas.Comenzó a llorar,no por el dolor de las heridas,si no por el dolor que sentía en su corazón,algo lo oprimía con tanta fuerza que casi no era capaz de respirar.Daniel la abrazó,intentando consolarla un poco,intentando alejar sus penas.No quería verla así.
Se separaron,Katya ya estaba algo más calmada y se secaba las lágrimas.
-Lo siento...otra vez te hice preocupar...
-No tienes que disculparte.Sé lo duro que es esto,y no quiero imaginármelo con tu corta edad...
-Eh,que tampoco soy una mocosa
-Claro que lo eres-dijo sarcástico.
La pelirroja hinchó los mofletes.y Daniel comenzó a reírse,de seguido,la muchacha también.
En ese momento,una niña se presentó ante ellos.
-Katya....¡Estás herida!¿Estás bien?-la voz de la niña tenía un tono de preocupación.
-Li...¿¡Liliana!?-la muchacha se levantó con brusquedad,para luega caer,aún le dolían mucho las heridas-¡¿Tú estás bien?! Desapareciste sin más y...esas cosas...pensaba que...-desde luego,Katya no pensaba decirle que sospechaba de ella....¡Se había olvidado! Con todo el tema del envenenamiento y el ataque sincronizado de los akumas...¡Se había olvidado contarle a Ther sobre los que sospechaba de Liliana!
-Si...yo estoy bien....re-recordé que una amiga estaba en mi casa,esperando a que yo....volviera con comida...robada-esto último lo dijo en un susurro que ni Katya ni Daniel escucharon.
-Pero...¿Qué haces aquí?-la pelirroja no iba a creerla tan fácilmente...de haber tenido una amiga esperando por ella...no se habría ido con ella,algo pintaba mal en todo este asunto,e intentaría averiguar el por qué.
-Yo...como te encontraba,empecé a buscarte....Y ahora veo que estás herida.Ven conmigo...El sacerdote puede curarte...


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Mensaje por Sigma-chan Miér Ene 08, 2014 1:42 pm

Había fallado al no considerar aquel factor, una omisión bastante obvia teniendo en cuenta que en el propio reporte de la Orden se hallaba escrito: disturbios. Y es que una vez los tres uniformados de la cruz llegaron a la explanada de la Iglesia, alejados del epicentro de la caótica escena ante sus ojos; en la que los habitantes peleaban y rogaban por entrar a la sagrada construcción sin importar a quien tuvieran que dañar, fue claro para ellos que aquellas personas estaban dispuestas a todo menos a cooperar con su evacuación.

El desalentador panorama impresionó al italiano a tal punto, que desvió la mirada hacia los hombres que le acompañaban en busca de algo de lógica, un respiro que le permitiese pensar que aún se encontraba frente a personas y no un simple rebaño en pánico. Aunque con sólo pensar en sus anteriores experiencias la probabilidad de lo primero se reducía, los humanos también eran seres con instintos muy básicos igual que las ovejas y no podía culparlos.

-Joven el evacuar a estas personas, me temo, llevará más tiempo del planeado...- habló Marco externando la evidente situación que amenazaba por obstaculizarles, aunque sus palabras aún denotaban esperanza.

-Sería mejor que nos deje este asunto a nosotros y usted se adelantara en entrar a la Iglesia de incógnito- sugirió el otro hombre, aunque el aludido hizo una leve mueca pues no acababa por gustarle la idea de dejarlos solos en tan mala posición. Fue entonces que el poderoso repicar de la campana principal logró llamar la atención de todos los presentes, que por un momento abandonaron su violencia, para alzar su vista hacia el campanario donde la figura de un hombre era visible.

-El Sacerdote...- murmuró el buscador de la barba y sin necesidad de alguna otra palabra el trío de la Orden Oscura se apresuró a acercarse, para obtener una mejor visión de los actos del religioso, quien en las alturas había alzado los brazos hacia al cielo mientras sostenía algún objeto entre sus manos. El sonoro ruido de la gran campana continuaba invadiendo el ambiente.

Pronto los pobladores comenzaron a murmurar mientras poco a poco se iban hincando, todo el desorden y la desolación se convirtió en una oración conjunta guiada por el sacerdote que se mantenía en su pose dramática, en cierto punto el milanés y sus acompañantes también se habían puesto de rodillas con la finalidad de mezclarse y no llamar la atención mientras eran testigos de la extraña devoción que la multitud tenía por el cura... ¿O lo que este portaba? ¿Aquello en sus manos era el tan popular tesoro?

Ther agudizó su vista con la intención de descubrir la identidad del objeto, pero este no era lo suficientemente grande y sin embargo no era notable ninguna iluminación verdosa (característica de la Inocencia) aunque por el tipo de reflejo de la luz sobre este, pudo deducir que seguramente se encontraba hecho de metal. Desvió su violácea mirada hacia el suelo mientras intentaba hilar alguna teoría en base a lo que habían vivido hasta el momento... y de improviso las campanadas cesaron.

-¡Hijos míos han sido valientes!- vociferó el clérigo desde lo alto una vez el rezo también se detuvo -Y por eso ¡todos serán bendecidos por el milagro! Pero antes la maldad debe abandonar este lugar, deben perecer los demonios ¡deben ahuyentarse a los impuros!- prosiguió con el discurso y el de Italia tuvo un mal presentimiento, así que llevó sus manos hasta sus armas, los buscadores se dieron cuenta de aquello e igualmente comenzaron a tensarse, dispuestos a batallar -No deben temer, las apariencias engañan y hay veces que los que creemos monstruos no son más que ángeles disfrazados...

Y entre la multitud "los ángeles" emergieron con "disfraz" de esferas metálicas y múltiples cañones, quienes acribillaron a varios de los fieles mientras que el Verzegnassi destruía al que había surgido a un par de metros de su posición y los de beige se encargaban de proteger a cuantos podían de la detonación activando sus escudos.

-El enemigo nos tiene vigilados de alguna forma, tengan cuidado- transmitió agitado (y quizá con interferencia por el caos) usando su golem, corriendo y esquivando hábilmente a la gente y demás impedimentos, para acercarse a los esferoides restantes; esperando que la joven exorcista o cualquiera de los demás en el kiosco escuchasen el mensaje.

-¡Milagros del Conde aquí estoy!- exclamó con cierto disgusto en su tono, llamando la atención de sus enemigos e incluso soltó una columna de polvo al aire para que le identificasen fácilmente mientras continuaba en movimiento, cosa que por suerte para los habitantes de Minatitlán, sucedió pronto. El italiano esquivó varias balas y haciendo uso de “polvo” logró destruir un nuevo akuma mientras los dos restantes le rodeaban, intentando darle alcance con sus balas de sangre antes que él a ellos...
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Mensaje por Invitado Lun Ene 13, 2014 4:15 pm

La pelirroja estaba anonada. No solo le había mentido respecto a donde realmente había ido,si no que también pretendía que fuera junto al sacerdote,claramente había trampa en todo eso,pero no podía perder esta oportunidad¿no? Debía confirmar si aquel "tesoro milagroso" del que se decía,poseía el sacerdote, era realmente una inocencia.
Con una gran determinación asintió y comenzó a incorporarse.
Dio los primeros pasos bastante estable,la medicina que le habían administrado en las heridas comenzaba a hacer su efecto,el dolor era soportable.
El castaño no tardó ni medio segundo en reaccionar,la agarró por la muñeca.
-No puedes irte así sin más. Sigues herida y la medicina no ha hecho todo su efecto,debes reposar. A parte,recuerda lo que dijo tu compañero,no debes sobreesforzarte,y nos ha dejado a Bernard y a mi a tu cuidado.-Daniel no podía dejar que la italiana se fuera,debía...no,quería asegurarse de que no volviera a resultar herida,cosa que esperaba no poder cumplir,pero al menos quería intentarlo mientras permanecía con él.
La pelirroja se giró suavemente y le dedicó una sonrisa,sabía perfectamente que podía ser una trampa si se confirmaba lo que sospechaba sobre Liliana,sabía que quien quisiera que hubiera mandado a esos akumas a atacar anteriormente podía estar vigilándolos,si,lo sabía,pero no podía desperdiciar esa oportuninad. Tenía que confirmar lo que estaba sucediendo,no podía quedarse de brazos cruzados,no ahora que se le presentaba la oportunidad de verificar la verdad de aquel misterioso "tesoro" que portaba el sacerdote.
-Lo siento,Daniel. Debo verificar si lo que sospecho es o no cierto,también está el asunto de lo que hemos venido a investigar.-se liberó delicadamente de la mano de Daniel,no opuso resistencia,sabía que la muchacha tenía razón,no se lo podía negar.
-Solo te pido que tengas cuidado-la italiana asintió sonriente y se niveló a la altura de la pequeña niña,quien se había parado unos metros más adelante.
-No te preocupes,Katya,el sacerdote me ha dicho que podrá curarte. Pronto estarás bien.-la exorcista asintió,fingiendo que de verdad se creía todo eso.
Era obvio que no podía creerse que ese tesoro era milagroso,había visto el estado de los niños que habían estado expuestos a al "milagroso tesoro",había comprobado como algunas personas habían muerto poco después de haber sido "curados" por el sacerdote,no iba a creerse nada de que ese "milagro" existiera. También estaba el tema de por qué Liliana no le había dicho la verdad,el misterioso personaje que había sincronizado tan detenidamente a los akumas,la verdad de si era o no una inocencia lo que poseía el sacerdote,cosa que en ese momente dudaba la muchacha. Eran una sin fin de hipótesis y preguntas que se acumulaban en la cabeza de la joven pelirroja.
La joven exorcista iba inmersa en sus pensamientos,por lo que no pudo ver como esa pequeña e inocente niña sonreía siniestramente de oreja a oreja. Un ruido proveniente de uno de los bolsillos de la pelirroja hizo desaparecer esa sonrisa en el rostro de Liliana.
-¿Pero qué demo...-había despertado de su trance de pensamientos,y ahora aceleraba el paso,su golem la había alertado de que Ther estaba en problemas,no podía quedarse sin hacer nada,debía llegar lo antes posible.
"Esta vez sí seré de ayuda"

[En la Iglesia principal]

El sacerdote observaba la batalla con algo de asombro en sus ojos. Esos "ladrones de tesoros" estaban aniquilando a sus "ángeles".
-Sacerdote,-escuchó la voz proveniente de la campana-No te preocupes por esos impertinentes,mis "ángeles" se ocuparán de detenerlos. Por el momento vuelve al interior,la joven se está acercando.-hizo una pausa-Ah,y no te preocupes por esas personas,mis "ángeles" les traerán la paz.
El religioso obedeció y se adentró al interior,portando su "milagro" con él.


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Mensaje por Sigma-chan Mar Ene 21, 2014 2:43 am

Sin duda, todo aquel caos distaba de la decente idea de lograr que los habitantes de Minatitlán evacuaran aquel lugar voluntariamente, de hecho las bajas ocasionadas por las malditas máquinas del Conde jamás fueron una opción y aunque doliese aceptarlo, los disparos funcionaban; pues ahora la población se había dispersado, huyendo del lugar lo más rápido que podían.

Los buscadores habían reaccionado velozmente ante la contingencia y en cuanto el exorcista logró destruir el akuma más cercano, ellos se dividieron para proteger con los escudos de luz a los más vulnerables mientras intentaban guiar a las personas a base de gritos, se notaba que aquellos rastreadores eran experimentados, pues sus acciones habían sido coordinadas a pesar del caos y de no poderse comunicar tan abiertamente entre ellos. El resultado fue satisfactorio, pues la mayor parte de los pobladores habían abandonado la zona para cuando el uniformado de negro batallaba con los últimos dos armatostes, aunque aún quedaban rezagados (en su mayoría ancianos, niños perdidos y heridos por la misma masa en pánico) y los de la Orden se apresuraban para brindarles protección, además de organización para que salieran de aquel lugar. La ventaja hasta el momento era que el joven mantenía bien distraídas a las máquinas.

-¡Por favor ayúdennos!- exclamó Marco, llevando en brazos a un jovencito que había sido pisado por un buen grupo de ciudadanos, dejándolo inconsciente, también era rodeado por un par de viejos, algunas mujeres y varios niños, la mayoría de los pequeños corrían sollozando; la petición había sido dirigida a los guardias en la entrada del recinto en “disputa”, quienes sospechosamente no se habían movido ni si quiera un centímetro de su lugar y mantenían la mirada perdida en la lejanía, de hecho si no fuera por su leve respirar podrían confundirse fácilmente con estatuas muy realistas.

-¡Tienen que salir de aquí!- volvió a gritar el hombre de la Orden, pero una vez más no obtuvo respuesta, así que decidió detener sus pasos un momento y dejar al chico en los brazos de una de las mujeres, les dio varias instrucciones y dejó que continuasen sin él. El buscador corrió un par de metros para llegar con los vigilantes.

-Señores corren peligro, deben abandonar la zona- dijo una vez estuvo frente al trío y para su sorpresa, lo que recibió como réplica fue un puñetazo por parte del hombre a su izquierda que se limitó a gritar un severo “¡No puede entrar!”. Marco a penas y había logrado esquivar el golpe, aunque el roce del puño y lo inesperado de la acción, había bastado para lograr que el buscador cayera al suelo (aunque no se había hecho daño) con un gesto más que extrañado en el rostro…

Mientras tanto, el de ojos violáceos esquivaba por enésima vez una de las balas de sangre que el último akuma se empeñaban en descargar sobre su persona, de hecho había salido bien librado del ataque en conjunto por parte de los esferoides haciendo uso de “tierra húmeda”, con lo cual se había mantenido a resguardo el suficiente tiempo como para que los akumas dejasen de coordinarse y después salir en el instante justo para destruir, a base de un sorpresivo choque de arena, a uno más de los akumas.

“Falta poco…”  pensó dando una pirueta, mirando de reojo como la plaza se hallaba casi por completo despejada, y es que si aún no destruía a aquel demonio, engañándolo para que le siguiese en forma circular, era porque pretendía usarlo para entrar a la Iglesia. Dio entonces un nuevo salto y volvió a girar evitando perder la atención de su contendiente, tenía que agradecer por la falta de iniciativa/inteligencia de los Uno en general, de lo contrario hacía algunos minutos que habría fracasado.

Fue entonces que tras volver a eludir uno de los proyectiles, calculando que ya había dado el suficiente tiempo a los habitantes de escapar, cambió el rumbo de su carrera dirigiéndose directamente hacia la sagrada construcción, siendo precisos hacia sus grandes puertas de metal. El akuma seguía tras él y gracias a que los civiles ya no eran un obstáculo, el trayecto fue menos complicado; por lo que faltando algunos metros, al Verzegnassi le fue extraño divisar la presencia del buscador de la barba, quien al parecer se encontraba peleando con uno de los aguerridos centinelas que antes hubo visto.

-¡Marco cúbranse!- atinó a advertir el italiano y aceleró el paso con la firme intención de taclear a los extraños hombres de la entrada, pero aquello no fue necesario pues el rastreador una vez más había reaccionado adecuadamente y tras considerar las intenciones del castaño le dio tremendo golpe a su agresor que lo derribó sobre sus compañeros y de inmediato activó el escudo de luz, formando una pequeña capa sobre él y los guardianes.

Ther sonrió levemente al notar aquello y con seguridad se dispuso a terminar con su plan, faltando escasos metros de la entrada volvió a cambiar el rumbo de su carrera, esta vez girando ciento ochenta grados, después sorteó varias balas y cuando el akuma estuvo más cerca, aprovechando cierto espacio entre los disparos, dio un gran salto vertical ocasionando que esta vez los proyectiles dieran de lleno en el portón a su espalda e instantáneamente hizo un movimiento con sus armas, arrojando el poder de grava hacia el akuma, que al contacto con la sustancia de Dios no hizo más que estallar mientras el italiano rodaba por el pavimento.

El ojiazul se quedó hecho un ovillo algunos instantes en lo que recuperaba el aliento, tal vez el destruir a los niveles uno ya no representaba dificultad para su Inocencia, sin embargo el estilo de combate que él manejaba sí que necesitaba de su energía, suspiró desactivando las tonfas, les guardó y con movimientos pausados comenzó a ponerse de pie; una mano extendida le recibió estando hincado y cuando alzó la vista se encontró con el rostro tranquilo de Jacobo.

-Lo ha logrado joven, entraremos por la puerta principal- comentó el buscador con una sonrisa, Ther asintió mientras tomaba la mano del de beige y con su ayuda terminaba por levantarse -ya tampoco hay que preocuparse por la gente- agregó ofreciéndole una cantimplora con agua.

-Gracias por su esfuerzo- comentó el de Milán y tras recibir el objeto comenzó a beber su contenido. El buscador sonrió.

-¡Señor, Jacobo!- exclamó el otro uniformado quien había terminado de noquear a los otros dos sujetos y ya había bajado el escudo, de hecho estaba acuclillado revisando los cuerpos inconscientes -¡Miren esto!- agregó haciendo señas para que se acercasen. Los aludidos hicieron lo propio y tras observar lo que señalaba su compañero un silencio extraño se formó entre ellos.

-Tienen las mismas marcas sospechosas que los chicos del kiosco…- dijo por fin Jacobo, haciendo una mueca y frunciendo el ceño. Ther desvió la mirada al gran agujero en el metal de la entrada y luego tomó asiento en el suelo con las piernas cruzadas, liberó entonces a su golem, pretendía transmitir un mensaje para su compañera pero a decir verdad no estaba seguro de que debía informarle.

-¿Señorita Katya, se encuentra mejor? Hay algo que me gustaría comentarle, tengo cierta hipótesis de la situación… ¿podrá venir hasta la Iglesia?- transmitió finalmente.




[Cámaras subterráneas de la Iglesia]



-P-Pero ¿q-qué ha sido eso?- tartamudeó el sacerdote al percibir como el techo se tambaleaba, la figura que le acompañaba masculló un “maldición” y de inmediato haló al Padre para que se internaran más entre los túneles.

-¿No deberíamos escapar hija mía? El tesoro peligra…- agregó mientras apresuraba el paso.

-Necesito llevarlos conmigo, necesito mi colección, no voy a darles a mis lindos juguetes…- murmuró la aludida y continuó caminando.



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Mensaje por Invitado Miér Ene 29, 2014 4:06 pm

La pelirroja seguía sin estar muy convencida de lo que estaba haciendo,pero ya que tenía una oportunidad,debía aprovechar lo que su acompañante le ofrecía.
Debía concretar todo lo que le rondaba por la cabeza,y sabía que no podía hacerlo sin pruebas,las que Liliana le estaba proporcionando en ese momento.
"Bien,pronto me reuniré con Ther y los demás...será la hora de aclarar todo esto."
La pequeña caminaba tranquila a la izquierda de la exorcista. Miraba al frente,parecía que estuviera perdida en su mundo,cuando de repente se paró en seco.
-Liliana,-se había parado y estaba ligeramente girada,mirando a la niña-¿Ocurre algo? ¿Por qué te paras así de repente?
-. . .
Bien,eso la había pillado por sorpresa,no se esperaba que se parara así de repente,sin alguna razón aparente.
Todo era silencio,ninguna de las dos se había movido o pronunciado palabra a lo largo de varios minutos,pero algo hizo que la ojiazul reaccionara. El leve sonido de una campana resonó en toda la calle.
Sacó su arma,alerta,sabía perfectamente que ese sonido no traía nada bueno,y lo sabía por experiencia. No vio el resplandor azul que Keyblade adoptaba cuando se trataba de las máquinas del Conde,pero aún así no la envainó,era demasiado arriesgado según pensaba.
-Liliana,muévete,puede ser peligro...-la pequeña ya no se hallaba en los alrededores,algo que sorprendió a Katya...bueno,no realmente,ya había pasado en una ocasión anterior,en las mismas circunstancias,cuando ese sonido había hecho presencia.
"Esto no es...genial,mi hipótesis se ha roto en mil pedazos."
Había comprobado el filo de su espada,ningún rasto de algún color azulado,acontecimiento que indicaba la presencia de esos "demonios". Estaba casi segura de que Liliana pertenecía  a esas desgraciadas almas que eran cautivadas por el Conde...
"Pero....de haber sido así...Keyblade me lo habría demostrado hacía tiempo con su color...Entonces...si no es un akuma...¿Qué es? Pero,esa vez...¡Déjate de esa vez,Katya,estamos en el presente,pre-sen-te,debes pensar en los acontecimiento de ahora no en los pasados,en eso consiste una investigación..."
De acuerdo,se había hecho un completo lío al respecto,no sabía si creer lo que pensaba en un principio o lo que estaba viviendo ahora mismo,debía confirmarlo,crear más posibilidades.
Se había quedado unos minutos pensando en lo que ahora era una enorme macedonia de ideas sin cronquetar e hipótesis disparatadas. Cuando volvió a la realidad,comenzó a caminar,por el momento era lo más sensato ante posibles ataques (se acordaba de la anterior emboscada).
Los ojos le indicaban al cuerpo por donde ir,pero su cerebro estaba ocupado en manejar ciertos asuntos indispensables para esas primera misión que estaba llevando a cabo. Estaba comenzando a dolerle la cabeza de tanto pensar,necesitaba aclararse,pero no encontraba un forma eficaz de hacerlo,cada vez que lo intentaba,volvía al mismo caos del principio...hasta que se acordó.

[Hacía varias semanas atrás]
Ambos se econtraban en el paisaje de campo que tanto les gustaba para entrenar,pero en ese momento se econtraban descansando sobre la fina y verde hierba.
-Kat,piensas demasiado tus movimientos,te sería más fácil si...
-Prefiero pensar bien las cosas antes de hacerlas...siempre se lo digo,maestro.-le interrumpió su discípula.
-Bien-suspiró-En ese caso...creo que te haces demasiado lío pensando en muchas cosas a la vez. Te recomendaría que intentaras relajar un poco tu mente. Para poder hacerlo eficaz sigue estos pasos. 1.Intenta pensar en una cosa a la vez. 2.Visualiza lo más claro posible lo que pretendes resolver. y,por último pero no menos importante... 3.Confía en tus instintos y déjate llevar por ellos.
-Lo intentaré.-sonrió.
Ambos se levantaron y se pusieron de nuevo a su práctica.

[En el tiempo actual]

"Bien,maestro...pondré en práctica lo que me enseñó."
Una vez lo hubo puesto en práctica,lo veía más claro. Intentó visiualizar cualquier cosa que se le escapara anteriormente en algún momento de la historia.
Bien,intentaba encontrar alguna cosa,algún indicio que le diera cualquier pista sobre la verdadera existencia de esa niña llamada Liliana.
Estaba cuando se habían conocido,el momento del envenenamiento,cuando misteriosamente,poco antes del ataque la niña había desaparecido;su segundo reencuentro,cuando le había ofrecido llevarla al sacerdote....¡Espera!¿Cómo era que sabía dónde se encontraba en ese momento? Bueno,eso era bastante ilógico,sabiendo que la niña había desaparecido sin dejar ni rastro.
Ya tenía algo...¿Se le podía llamar pista? De todos modos,algo era algo.
Siguió pensando...visualizando todo hasta el momento...recordó a Liliana,su forma de vestir claramente era deprimente,signo de que era pobre;estaba su cabello sucio,su piel sucia y en el la parte de la nuca había una especie de estigma que...¿Estigma? ¡Alto ahí! Recordaba haber visto ese estigma en alguna parte....pero,¿Dónde?
Un ruido extraño la despertó de su subsconciente,donde hasta ahora se encontraba buscando alguna pista de todo el asunto,se calmó cuando vio que era su gólem,el cual salió disparado de su bolsillo.
- ¿Señorita Katya, se encuentra mejor? Hay algo que me gustaría comentarle, tengo cierta hipótesis de la situación… ¿podrá venir hasta la Iglesia? -la voz de uno de los buscadores que acompañaban a Ther resonó a través del aparto.
Se había olvidado por completo de que debía reunirse lo antes posible con sus compañeros.
-Si,estoy bastante estable ahora mismo. Me estaba dirigiendo hacia vosotros en este preciso momento,me gustaría aclarar mis dudas con vosotros,si no es molestia. Realmente me he topado con algo muy curioso en este momento.-cortó la comunicación.
Apuró un poco su paso,pronto se reuniría con sus compañeros.

[Miestras tanto en el subterráneo]

Cuando una diminuta entidad entró en los subterráneos,la mujer corrió hacia esta.
-¡Mi juguete! Menos mal que no te han tocado esos desgraciados.
Le hizo unas cuantas preguntas,a las cuales la sombra en los subterráneos respondió precisa y claramente. Parecía que la mujer había recibido buenas noticias,por lo que,aún a regañadientes se internaron en lo más profundo del subterráneo,donde se encontraban a salvo,por el momento.
La entidad se hallaba en el regazo de la mujer.
-Bien hecho,pequeño juguete-dijo acariciando la cabellera de una pequeña criatura muy sucia- La has llevado directamente a donde mis preciados juguetes le darán una cordial bienvenida-comenzó a reírse diabólicamente.
-Disculpe...pero esa niña...-comenzó,intentando acercarse a la niña.
-¡Cállate,inmundo! ¡No toques a una pieza de mi colección preferida!-volvió a acariciar la niña-No te preocupes mi querida Lili...nadie más te tendrá.
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Mensaje por Sigma-chan Lun Feb 03, 2014 10:42 pm

Sonrió suavemente al escuchar que el estado de su compatriota era estable, más tarde le haría saber de su admiración, pues la muchacha había demostrado tener una gran determinación y fuerza para sobreponerse a las calamidades que le habían ocurrido. Seguramente hubo puesto un gran empeño durante sus entrenamientos previos, porque el de ojos violáceos  suponía que los había tenido, puesto que de no ser así la pelirroja sin duda era una especie de genialidad y ello era aún más admirable. Dio un hondo suspiro y volvió a beber agua, aquel descanso “tenía pinta” de ser corto y quería aprovechar que Marco se encargaba de investigar los alrededores de la Iglesia, en busca de algún movimiento sospechoso, para pensar en alguna estrategia antes de adentrase en el recinto.

-A-A…- se escuchó mascullar a  uno de los hombres tendidos a su espalda, ocasionando que tanto él como Jacobo se acercasen rápidamente con la intención de ayudar, pues al parecer el poblador estaba recobrando la consciencia -A-Ayu… A-Am-m…- continuó murmurando, Ther y el buscador cruzaron miradas un instante. Este último se arrodillo junto al desconocido y alzándole un poco lo hizo beber el líquido ámbar de un frasco que recién había obtenido de su bolsillo.

-Pienso que está siendo usado involuntariamente, era una idea que rondaba antes por mi mente y ahora me parece muy probable- habló con calma hacia el buscador quien asintió suavemente con la cabeza y poco a poco recostó al hombre en el suelo una vez más, el cual mascullaba lo mismo cada vez más lento y bajo gracias al somnífero que le habían dado a beber.

-Tiene mucho sentido Señor, eso también explicaría por qué el jovencito del kiosco se hubo ido con los akumas…- dijo colocándose a un costado del italiano.

-E igualmente esa marca tras sus cuellos- habló distraídamente el más joven mientras se acuclillaba junto a uno de los inconscientes y tomaba sus tonfas, les activó y una vez cambiaron de forma y el leve resplandor verdoso que les envolvía se hizo presente, acercó la punta de una de ellas hacía la cicatriz del afectado a su lado. Un grito agudo y poderoso surgió de los labios del desmayado quien se retorció torpemente, logrando que el milanés reaccionara deteniendo fuertemente sus brazos, aprisionándolo contra el pavimento con la intención de continuar acercando su arma hacia su piel en el cuello.

Jacobo tardó en procesar aquello un par de segundos pues realmente le había sorprendido el repentino grito del musculoso guardián, pero más aun lo que ante sus ojos ocurría con la extraña marca ramificada, la cual se movía, contrayéndose con la cercanía de la Inocencia del joven. Bajo la piel había algo y sin duda repudiaba la sustancia divina, le hacía sufrir a “eso” y también a su portador (el cual continuaba quejándose y moviéndose cada vez con más vigor).

Finalmente el buscador entendió aquello y sin dudar más, ayudó al exorcista a retener al sujeto con tanta energía como le era posible, algo que permitió que el de Italia lograse apoyar por completo su arma contra la “piel dañada” y tras un tremendo grito por parte del desdichado vigilante un tenso silencio se formó entre los presentes.

-Desagradable…- comentó con simpleza el Verzegnassi mirando como una pequeña esfera acababa de brotar del cuello del sujeto que volvía a estar inconsciente, dejando un circulo enrojecido del tamaño de una uva en la piel de la víctima (las ramificaciones habían desaparecido). La “cosa” en cuestión tenía un color negro ahumado, de hecho parecía más bien que se había chamuscado, era como la cascarilla de lo que antes pudo ser un fruto pequeño o una semilla; la cual terminó por hacerse polvo y desaparecer.

-¿Materia Oscura?- susurró el rastreador con tono de estupefacción en la voz, si aquello era cierto entonces la posibilidad de que el Padre con delirios de grandeza fuese un Aliado del Conde o en el mejor de los casos un akuma, era grande.

-Jacobo hacerme el favor de contactar con sus demás compañeros y que al igual que la señorita Katya se reúnan aquí- habló el de ojos azulinos mientras se colocaba en pie y acomodaba sus prendas, el aludido le miró un tanto desconfiado, se notaba claramente en su expresión que estaba a punto de preguntar a dónde pretendía ir si aún había afectados, sin embargo el milanés se adelantó:

-Iré a investigar el interior de la Iglesia…- dijo con simpleza y sin dar tiempo a replicas se apresuró a cruzar por el hueco del portón.





Cuando Marco encontró accidentalmente aquella “camuflada entrada” en la parte trasera de la construcción (se trataban de varios tabiques sueltos, los cuales dejaban el espacio suficiente para que una persona promedio pasara) y decidiera adentrarse en el túnel que protegía, jamás espero encontrar aquella escalofriante cámara a penas iluminada por un par de quinqués, donde más de una docena de hombres de distintas edades y apariencias varias, aunque ninguno de más de treinta años y visiblemente apuestos, “descansaban pacíficamente” de pie, inmóviles, solemnes; en vitrinas de cristal. Igual que si se tratasen de “muñecas de colección”.

El buscador contuvo una exclamación al notar los pequeños agujeros en el vidrio que fungían como ventilación para los “aparadores” ¡Todos ellos estaban vivos!




         
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Mensaje por Invitado Dom Feb 09, 2014 12:54 pm

La italiana seguía su camino,intentando,al mismo tiempo,encontrar algo que pudiera aclarar las cosas. No buscaba encontrar una gran pista o respuesta,a esas alturas sabía que solo se liaría aún más,solo pretendía dar con algo que la ayudara a visualizar mejor sus ideas.
"Ese estigma...lo he visto antes. Pero¿Qué tiene que ver con el sacerdote y los akumas? No lo entiendo..."
Estaba a punto de acabarse la calle que la llevaría junto a sus compañeros,cuando un muchacho apareció frente a ella.
Se paró en seco.
"Este niño...Lo he visto antes...¿Dónde?"
Ambos estaban parados uno frente a otro,mientras que la pelirroja intentaba visualizar a aquel niño en sus recuerdos.
El primero en moverse fue el niño,estaba cabizbajo. Instintivamente,Katya retrocedió,algo sorprendida.
Cuando el joven alzó la cabeza,los ojos azules de la exorcista se abrieron de par en par.
"No...No es posible. Está inconsciente,y aún así...No me digas que..."
El muchacho lanzó un puñetazo,el cual la ojiazul esquivó y aprovechó esa oportunidad para colocarse detrás de él.
El corto cabello de el niño le permitieron confirmar lo que sospechaba,ahí estaba el estigma.
Ahora lo veía todo claro. Estaba siendo controlado. Eso explicaría el por qué Liliana desaparecía sin dejar ni rastro y luego ocurrían cosas que la perjudicaban;eso aclaraba el hecho de que supiera de su localización,alguien se la había dado.
Su atacante volvió a lanzar un nuevo ataque,otro. Uno tras otro los fue esquivando,sin demasiada dificultad.
Su espada comenzó a brillar con su típico brillo azulado.
"En el mejor momento posible" Pensó con ironía.
Un par de cuerpos esféricos salieron de la oscuridad de los callejones y comenzaron sus ataques.
La pelirroja hizo uso de sus habilidades y fue destruyéndolos uno a uno,mientras que las explosiones destrozaban alguna edificación a su paso.
Cuando ya no quedaban akumas que la entorpecieran en su misión,se giró a ver al niño,no cabía duda de que él había dado su localización a aquellos demonios del Conde. Había echado a correr en dirección a sus compañeros.
La chica no lo dudó,salió corriendo en su busca,de todas formas debía ir en esa dirección.
A lo lejos,divisó las siluetas de los que suponía serían sus compañeros. No dudó en gritar.
-¡Theeeer! ¡Chicoooos! ¡El niño! ¡Qué no escape,está con ellos!
Esperaba con todas sus fuerzas que sus compañeros,los cuales estaban más cerca del muchacho (que se dirigía hacia la edificación) pudieran detenerlo,puesto que ella no era demasiado rápido en cuanto a carreras se trataba.
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Mensaje por Sigma-chan Mar Mar 04, 2014 2:23 pm

Observó el recinto mientras avanzaba con sigilo, los asientos de madera finamente barnizados, los vitrales de los ventanales que retrataban ciertos pasajes de la biblia, el altar tan pulcro coronado por la imagen del Mesías... Por extraño que pareciera, nada (a excepción de los múltiples destrozos en la entrada) parecía fuera de lugar y ello le daba un mal presentimiento al exorcista.

El de Italia continuó alerta, acercándose poco a poco hasta el altar, presionando con firmeza el mango de sus tonfas y agudizando su oído para escuchar cualquier movimiento extraño a su alrededor, aunque hasta el momento sólo el eco de sus pisadas le habían acompañado.

El de mirar azulino decidió entonces que era momento de revolver algunas cosas y empezó por el atrio. Aunque tras la rápida inspección no halló ninguna rareza y siguió con el altar, dedicando una reverencia a la imagen del Salvador, en realidad él no era adepto de ninguna religión pero sus modales si estaban muy arraigados. Fue entonces, en el instante en que bajó la mirada, que se percató que se hallaba de pie sobre una circunferencia bastante parecida a la tapa de una coladera (que tenía dos incisiones que bien podrían funcionar como agarradera) aunque con mayor estilo; y sin reflexionarlo más tiempo dio unos cuantos pasos fuera del círculo, se agachó lo suficiente, colocó sus armas a un costado y con ayuda de ambas manos comenzó a levantar la extraña tapa.

Dejó escapar un suspiro al terminar de abrir la compuerta y tras un rápido vistazo al interior del túnel pudo notar una escalerilla recta, volvió a tomar sus tonfas mientras pensaba que alguien de la complexión y edad del Padre no le sería tan fácil el levantar aquella tapa, aumentando la probabilidad que de encontrarlo no estaría solo. Pretendía arriesgarse a descender por el túnel cuando el característico sonido de los proyectiles akuma (no tan cercanos) le detuvieron, girando la mirada hacia la puerta del lugar y un segundo después ya caminaba presuroso hacia ella, sin embargo no alcanzó a cruzar el umbral cuando el sonido de nuevos estallidos se hicieron presentes, claro indicador que los akumas habían sido destruidos muy probablemente a manos de su compañera.

Ther se notó un tanto dubitativo, dando una rápida y discreta mirada hacia el reciente descubrimiento en el fondo del pasillo... Tentaría a la suerte así que se puso en marcha nuevamente y con agilidad cruzó los escombros, saliendo por el agujero de la entrada. Justo a tiempo para percatarse de como Jacobo se abalanzaba sobre una pequeña silueta que corría despavorida, escapando seguramente de la pelirroja quien le seguía algunos metros detrás.

El de Milán llegó hasta el buscador, el cual ya tenía controlado al chico y le daba a beber la misma "pócima" que a los otros para que durmiese.

-También tiene la marca Señor- le informó mientras levantaba al muchacho con cuidado, llevándolo en brazos -Bernard y Daniel ya vienen en camino igualmente- concluyó mirando hacia la exorcista. Ther asintió suavemente con un movimiento de cabeza.

-Bien, porque descubrí un túnel y me parece que estamos acercándonos al o los responsables- habló el de ojos violáceos y fue entonces que cierto detalle saltó a su mente, alertándole: ¿dónde estaba Marco? Ya había pasado el suficiente tiempo para que hiciese su investigación y seguro hubiese acudido a su encuentro tras oír las explosiones, algo no andaba muy bien.

-Jacobo cuide de los heridos, Señorita Katya por favor busque a Marco en los rededores de la Iglesia, él empezó por aquel lado- dijo con cierta premura en la voz y señalando el camino a la izquierda de la Iglesia -yo me internaré en el túnel...- agregó y sin esperar respuesta se alejó rápidamente hacia el interior de la construcción.



[En la cámara de las vitrinas]


Quizá no había tenido las agallas suficientes o al contrario se trataba de un exceso de valor, pero lo cierto es que la opción de simplemente salir de tan tétrico lugar e informar a sus compañeros de su hallazgo, no le había parecido lo correcto y por ello se atrevió a intentar abrir si quiera aquellas prisiones de vidrio.

Tratando de ser sigiloso no rompió ninguna de las vitrinas y observando con cuidado se percató que las cerraduras de las "jaulas" tenían idéntica forma, así que le fue fácil deducir que una llave maestra podía ayudarle y con un poco de suerte podría estar en algún lugar de la cámara. Le buscó en los rincones, suelo y demás sitios en los que se imaginó podía encontrarla, incluso empujando algún tabique que resultase sospechoso, pero al parecer las probabilidades estaban en su contra.

El buscador dio un suspiro mientras miraba tristemente la lucecilla que iluminaba suavemente el lugar, un instante después cerró su puño con decisión y pretendió golpear la primera prisión de cristal que tuvo al alcance, sin embargo el ruido de pisadas y el eco de voces acercándose le detuvieron en seco. Su corazón se notó agitado y una extraña mueca en sus labios delató su nerviosismo, reaccionando torpemente, buscando un sitio en donde resguardarse para que no fuesen a descubrirle...

-El poder del tesoro es suficiente, ya nos atrasamos demasiado. La gloria está de nuestra parte, ellos son sólo carga...- se escuchó decir con cierto aire de arrogancia a uno de los recién llegados al lugar, se trataba del Padre con delirios de poder y una pequeña niña que con llave en mano comenzó a abrir las vitrinas.

Marco tragó saliva mientras se encogía aún más en el rincón en el que se hallaba, varias oraciones cruzaron en su pensamiento y luego algunas ideas, improvisaciones de lo que se consideraría un plan arriesgado.


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Mensaje por Invitado Miér Mar 05, 2014 5:20 pm

Comprobó como su compañero se alejaba. Estaba tentada de seguirle y desobedecer,recién se habían reunido...pero decidió que lo más sensato sería seguir las indicaciones de Ther.
Antes de seguir el camino que Marco había emprendido,se giró y bajó la mirada hacia aquel muchacho. No aparentaba más de 13 años,era demasiado joven,pero,¿acaso no lo era ella?
-Jacobo,mantenlo aquí dormido. Acabaremos con esto,lo prometo.-el buscador solo asintió,pero su mirada mostraba tristeza ¿sería acaso por la condición del chico o...sentía lástima por ella? De todas formas,debía darse prisa en ir en busca de Marco,si había algún otro akuma cerca,sería mejor que fuera a ayudarlo.
Se encaminó al lugar señalado anteriormente por su compañero.
Observó con atención los escombros y la gran destrucción alrededor de la gran iglesia,no cabía duda de que la pelea había sido atroz,y se había cobrado muchas vidas.
-Por favor,que no sea demasiado tarde...-habló para sí en un susurro.
Cuando llegó a la parte trasera de la edificación,se topó con un agujero,creado por tabiques rotos y demás piezas que alguna vez formaron parte de la Iglesia. No es que fuera demasiado grande,pero sí lo suficientemente ancho como para que ella pudiera pasar.
Se infiltró cuidadosamente,procurando no hacerse daño con las estructuras rotas.
Una vez dentro,ahogó un grito y se escondió detrás de una de las vitrinas. Había podido distinguir dos siluetas en aquella oscura y poco iluminada sala,debía de ser precavida y esconderse.
-Bien. Niña,desacte de estos primero.-la chiquilla asintió y se acercó a su primer objetivo-Puede que ella los proteja,pero son solo un estorbo,ahora que el poder del tesoro está totalmente revitalizado
-Si
Esa voz la conocía,no cabía duda de que era ella.
No lo dudó y salió de su escondite,su espada resplandecía con su característico color azulado.
-¡¡Liliana!! ¡¡Detente!!-la chica con el nombre de Liliana ya no se hallaba en aquella tétrica y oscura sala,en su lugar se encontraba una enorme esfera metálica.
La máquina dirigió sus amenazantes armas hacia el cuerpo de la exorcista.
Lanzó su feroz ataque sin descontrol,procurando destruir el cuerpo de la de cabellos rojos.
En aquel diminuto espacio no había suficiente espacio como para entablar una lucha,a parte de eso,tanto el suelo como el techo temblaban con los proyectiles de aquella maldita máquina. No podía perder más tiempo. Ya había cortado unas cuantas balas cuando se halló lo suficientemente cerca del akuma,era su oportunidad,no debía dudar si quería acabar con aquella pelea,debía acabarlo de un golpe.
-Descansa en pez.....Liliana.-su espada había atravesado el frío cuerpo de su enemigo,un corte limpio y preciso;solo bastó eso para acabar con aquella creación del Conde y darle paz.
Lo sabía,sabía todo aquel tiempo que aquella inocente niña había sido convertida en akuma,sus sospechas se habían aclarado.
Sacudió su cabeza,mientras secaba con su manga unas débiles lágrimas que corrían por su rostro sucio y golpeado.
Estaba a punto de gritar el nombre del hombre al que estaba buscando,cuando se percató de que el sacerdote no se hallaba en su anterior posición.
Se giró de inmediato.
-Lo siento niña,pensaba curarte esas feas heridas...pero veo que solo eres otro de esos asquerosos y molestos ladrones
La voz del sacerdote resonó a sus espaldas,no le daría tiempo a reaccionar para cubrirse. Había cerrado los ojos,esperando un golpe que nunca llegó. Abrió los ojos cuando escuchó:
-Eso fue sucio,viejo.-abrió los ojos,irónicamente,Marco la había encontrado a ella ¿o él había estado ahí todo el tiempo? Sinceramente no se disputó la respuesta,solo agradeció la ayuda.-Mira que atacar por las espaldas...eso es de cobardes.
El sacerdote llevó su mano a donde Marco le había asestado el golpe y se levantó.
-No os creáis que por un golpe me rindo. La voluntad de Dios está conmigo,solo los elegidos por este poder pueden ser bendecidos con la sagrada bendición.-de túnica,sacó una llave con extraña forma y la insertó en la vitrina que tenía más cerca.
Un hombre de no más de 25 cayó al suelo,inmóvil.
-¡Levántate! ¡Sé de utilidad y ocúpate de ellos!-el cuerpo inmóvil de aquel hombre,comenzó a levantarse poco a poco. Mientras,el sacerdote fue abriendo las demás vitrinas,haciendo un total de diez enemigos a los cuales deberían vencer.
-Señorita Katya,¿repartimos a cinco cada uno?
-Me parece buena idea.-la ojiazul guardó su arma,no sabía si seguían vivos y debía precavir que hubiera alguna muerte innecesaria. No era muy buena en las peleas,pero desde luego,aquella no la perdería.
Marco asestó el primer puñetazo a su enemigo,esquivando los demás ataques de sus agresores.
Katya no tenía la suficiente fuerza en sus manos para asestar fuertes puñetazos,pero sus piernas eran otra cosa.
Se agachó,esquivando tres puñetazos de aquellos "zombies" sin razón,tan pronto como se agachó,utilizó su pierna derecha para derribar a dos de sus enemigos. Tan pronto como lo hizo,tuvo que hacer un giro hacia atrás apoyando sus manos.
Los dos esquivaron cuantos ataques pudieron. Comenzaban a cansarse,pero sus enemigos parecía que ni siquiera sudaban. Todos asestaban y recibían golpes del contrario,pero ninguno parecía caer,aquella pelea iba a ser una larga y tediosa batalla.
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Mensaje por Sigma-chan Sáb Jun 14, 2014 1:33 am

Habría esperado que tras su descenso la oscuridad le consumiera, así que llevaba ambas armas activas con la intención de que su verdosa luz le brindase visión a través de los túneles, sin embargo el encontrarse con varios candiles ubicados a lo largo del camino representó una ventaja inesperada que le alegró. A pesar de que el alumbrado era tenue y hasta lúgubre, la amarillenta iluminación le permitió moverse rápido y sigilosamente mientras buscaba alguna pista del sacerdote.

Fue entonces que el eco de un estruendo terminó por alertar (aún más) al italiano que dejando de lado la discreción, corrió por el estrecho pasillo pensando que por la naturaleza del sonido era muy probable que se tratara de algún akuma, lo cual significaba que quizá sus compañeros estuviesen en el mismo sitio que aquella aberración. Sus apresurados pasos se detuvieron de improvisto a escasos metros de la sombra humana que recién “surgía” en el camino, colocándose en  guardia justo cuando una delgada silueta le bloqueó el paso.

-¡Ayuda!- exclamó con nerviosismo, acercándose con pasos torpes hacia el Verzegnassi, descubriendo su identidad bajo la trémula luz del candil más cercano: se trataba de una joven mujer de cabellos cobrizos, piel levemente bronceada y mirar castaño; sus facciones eran encantadoras y su menuda figura le daban un aire de fragilidad muy peculiar. Ther dudó un segundo el bajar sus armas, sospechando de las circunstancias de la muchacha, pero sus lágrimas y gimoteos lograron finalmente que descendiera los brazos.

-¿Cómo llegó a este sitio?- le cuestionó con cierta premura mientras le halaba de una muñeca, con la intención de proseguir su camino. La joven dejó salir algo parecido a un grito y detuvo de un tirón al de negro, quien arqueando una ceja expresó su sorpresa ante tal acción por parte de la chica.

-El Padre… él me encerró en este horrible lugar, por favor sácame de aquí- dijo impaciente la de ojos café y dio más presión a su agarre, jalando al aludido en dirección contraria. El de Italia le observó extrañado, lo cierto es que para haber estado encerrada en contra de su voluntad se notaba sana, limpia y sus ropas no tenían indicios de maltrato, hasta parecían nuevas. La idea de que hubieran estado manipulando a la chica de forma diferente a la fuerza, pasó por su mente.

-Es seguro ir por ahí, la alcanzaré pronto…- comentó en tono sereno  y con tranquilidad pretendió soltarse del agarre de ella, aunque la muchacha le presionó más fuerte al sentir la mano del exorcista sobre la suya.

-Tengo miedo, por favor…- susurró bajando la mirada.

-¿Alguien más está prisionero?- preguntó el milanés, quien discretamente dirigió su mano libre hasta el mango de una de sus tonfas en el costado. La de cabello rojizo negó agitando la cabeza.

-Sólo yo.- agregó llorosa, pero el exorcista no se encontraba tranquilo (a pesar de que continuaba impávido) la posibilidad de que sus compañeros se hallasen en problemas en algún lugar de aquel subterráneo, no sólo por los akumas sino por el sacerdote que empezaba a sospechar era un ACM, le impedía decidirse en acompañar a la mujer, hizo entonces un movimiento para indicar que la llevaría fuera; por lo que la joven le soltó con una suave sonrisa en los labios.

Fue cuando el golem en su bolsillo se liberó, transmitiendo una extraña interferencia que incluía sonidos parecidos a golpes, que el de ojos violáceos cambio espontáneamente de dirección con un apresurado “lo siento” en los labios y corrió por los túneles, ya había perdido tiempo valioso y sabiendo que no lo recuperaría, imprimió aún más velocidad a sus pasos; estuvo a punto de pasar a otra zona de los túneles, cuando sintió que era aprisionado por el tobillo con una gruesa cuerda, deteniéndose estrepitosamente y en una posición incómoda que le salvó de caer.

-¡No te acercarás a ellos! ¡Son míos! ¡¡MÍOS!!- gritó la criatura a su espalda: un nivel dos con aspecto de humanoide y cabeza semejante a un capullo de rosa, aunque su rostro parecía una máscara de muñeca de porcelana y tenía unas extrañas alas de mariposa con aspecto corroído. El italiano no tardó en descubrir que las lianas que le sostenían eran sus "brazos"…

De inmediato activó ambas armas en su segundo nivel y con las cuchillas que sobresalían de ellas, cortó de un movimiento la liana que lo aprisionaba, ocasionando que la criatura gritase furiosa e intentase latiguearlo por su osadía. Ther esquivó los “golpes” del enemigo y con habilidad le proporcionó varios cortes más en sus peculiares extremidades.  

“¿Suyos?” pensó mientras el akuma le maldecía con furia y él se resguardaba tras una saliente, ahora sabía que la muchacha era aquella aberración ¿pero sería ese nivel dos el causante de todo o el Cura? ¿Cómo?

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Mensaje por Invitado Vie Jul 04, 2014 12:02 pm

La lucha cada vez se hacía más intensa,y las fuerzas de ambos se iba acabando. Katya seguía derrumbando a sus contrincantes,pero estos volvían a levantarse,como si una voluntad de hierro los obligara a alzarse aún siendo abatidos;no podrían aguantar por mucho más tiempo...y la lucha no hacía más que prolongarse y agotar las pocas fuerzas que le quedaban a la muchacha y su compañero. "No duraré mucho más tiempo..." La chica observó los cuerpos de aquellos hombres,no era normal que con semejantes golpes y heridas pudieran volver a levantarse,y mucho menos que no mostraran ni un ápice de cansancio,algo iba mal,y lo sabía.
En un movimiento por evitar ser golpeada,observó la marca del cuello de sus atacantes,dando paso a una profunda y oscura herida. "Lo sabía...están muertos." Sin pensarlo mucho,desenvainó su espada y partió en dos el torso de aquel hombre,el cual no gritó,no sangró,no mostró vida alguna...ya estaba muerto hacía mucho antes de que la pelirroja lo hubiera cortado en dos. No obstante,Katya le dirigió una mirada triste y apenada hacia él...Nadie se merecía un destino como aquel,por su apariencia,no le echaba más de 18 años. "Malditos akumas...malditos Noah...¡Maldito Conde!" Apretó con fuerza el mango de su espada y cerró su propio puño,haciendo que sus músculos y fracciones faciales se tensaran,mostrando su furia y desagrado con la situación actual. -¡Están muertos! ¡Acaba con ellos,Marco!-le gritó a su compañero,mientras que,con los ojos húmedos,acababa con el resto de sus rivales,viendo como sus cuerpos inertes y no sangrantes caían al suelo,sin volver a levantarse. La pelea duró varios minutos más,y,cuando sus enemigos no se volvieron a levantar del suelo...
-Creo...-comenzó a decir Marco,jadeando debido a la pelea-Creo..que esto ya está...-llevó una mano a su frente,secando el sudor que corría por ella-
La exorcista observó al sacerdote,el cual se disponía a huir por el pasadizo que se encontraba más adelante;comenzó a correr tras él,dejando a Marco algo atrasado,ciertamente,el buscador le ganaba en edad y experiencia,pero no en agilidad y velocidad,desventajas de la edad.
Lo siguió persiguiendo por los pasadizos,mientras que se perdía en las sombras junto con el sacerdote. "Lo atraparé cueste lo que cueste. Debo ser de utilidad para mis compañeros...y no puedo perdonar lo que este hombre ha estado haciendo..."
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