Mision a Tasmania!!!

-No lo creo!- gritó Lavi agrandando su martillo, y junto con Gurie lograron protejerse de las balas, aunque sea un rato. El akuma furioso empezó a disparar con más fuerza. -¡Malditos exoristas me las pagaran!- Estaba fuera de si, molesto y sin que Lavi se diera cuenta fue acercándose.

Por su parte, Lavi fue hasta la criatura, y guiándose por la mano de Allen, pudo snetir la inocencia bajo su palma. Estaba justo alli... pero si la sacaban el animal moriría. Tenían que abrirlo. La inocencia estaba siendo cruel con alguien que la protejió. Lavi tomó una nota mental la cual seria escrita en uno de los libros de bookman.

La inocencia no dejaba otra alternativa, y el pelirrojo podía sentir el dolor del animal, aunque el, al ser un aprendiz de bookman no podía interferir. Miró a Allen y también lo vio triste. Estaban entre la espada y la pared, además el tiempo estaba en su contra. "Lavi, eres un Bookman, no puede tener corazon, las personas son solo manchas de tinta en el papel." Las palabras de Bookman vinieron a su mente. Su mentor le repetía eso cada vez más seguido.

-Lo siento- dijo Lavi al animal, quien al parecer entendió porque soltó un fuerte y audible gemido de dolor. Lavi palmó la inocencia de nuevo, y en eso algo inesperado paso. La mano del pelirrojo se hundió en la carne. Lavi abrió los ojos sorprendido mientras su mano se deslizaba. No lo podía creer y menos cuando la yema de sus dedos tocaron la inocencia. Aun sorprendida la tomó, retirandola de a pocos y pudo jurar sentir el latir del animal cada vez más aprisa.

Luego de unos segundos, logró sacarla por completo. La miró atónito pero luego miró mas sorprendido al animal que gruñía y se quejaba. Lavi captó enseguida: Sin la inocenia y con las balas de akuma... No le quedaba más tiempo en esta tierra.

-En verdad lo lamento...- susurró dándole unas palmadas.

-¡Yo no! Esa inocencia es mía!- gritó el akuma de nivel dos, que sin que Lavi se diera cuenta, logró bajar esquivando su martillo y apunto directamente al animal y a los exorcistas al lado de este. -Despídanse exorcistas... este es su fin.-

-¡No!- Grite y con este acto Gurie salio disparado.- ¡Gurie nivel 3: Kaze no Kai!- Y nuevamente la forma de Gurie se transformo cambiando las plumas plateadas por unas de color rojizo a la vez que crecía; agito las alas y soltó una ráfaga tan potente que al chocar contra el ataque del akuma la zona retumbo creando un hueco en la tierra.

-¡¿Pero qué?!- El akuma miro asustado al ave que había detenido su ataque, pero antes de lograr reaccionar y atacar o en todo caso escapar, el akuma se partió en dos y sin tocar el suelo estallo.

-Quciera poder decir que es el ultimo pero…- Aun se veían mas akumas en los alrededores, y estos se encontraban mas alterados debido a que la inocencia ya se encontraba fuera del cuerpo que les causo problemas, para ellos ya era simplemente “arrebatársela a los exorcistas”- No tenemos las cosas fáciles aun.- Me acerque lo mas que pude a Allen y Lavi.- ¿Están bien?- Al preguntar pude observar como la criatura cerraba los ojos lentamente y los pentagramas invadían su cuerpo, se había terminado al fin para ella, no sufriría mas y poco a poco se desintegro.

(Off. No es muy larga mi parte je je je pero aqui esta =_= no dare explicaciones ya saben que me paso je je je pero mi carga disminuyo Yei! Y volviendo al rol ¿Metemos akuma nivel 3?)

[Off: ¿Alguien dijo nivel tres? Es que se ve que quieren diversión y sangre para rato eh xD]

Allen quedó mudo, desde el instante en el cual Lavi le arrebató la Inocencia del cuerpo a la bestia. Estaba arrodillado a su frente, con la cabeza gacha, donde podía ver tranquilamente el cuello y cabeza de aquella polimerización de animales de cualquier tipo. Los mechones de su cabello le ensombrecían la mirada, y la fina línea recta en que se habían convertido sus labios, de alguna manera expresaba cómo se sentía en aquel momento.

Nunca antes había presenciado en vivo y directo la crueldad de la cual era capaz de tener la Inocencia con el fin de esconderse de sus amenazas. Puesto que ella era la culpable de que aquellos animales que seguramente se habían acercado inocentemente hacia donde se encontraba, con curiosidad, terminasen en aquella forma tan abominable, y que además, tuviesen un fin tan trágico como aquel, en medio de una carnicería de Akumas, víctima del veneno letal que poco a poco corroía su cuerpo, no le parecía del todo justo aquel final o aquella manera de tratar las cosas. Con éxito estaba a salvo, si, pero a costa de vidas inocentes, que fuesen humanos o no, seguían siendo seres viviente. Sentían, olían, veían… ¿no era eso suficiente como para considerarlos y tenerles aunque fuese un resquicio de piedad? Quizá era él demasiado sentimental, o tal vez pensaba de la forma más correcta y justiciera. ¿Quién podría saberlo?

Esos pensamientos lo dejaron breves instantes distante de lo que sucedía a su alrededor. De repente, cuando la imagen del animal empezó a desvanecerse entre cenizas, Allen comprendió que incluso antes de pensar en salvarle era inevitable que pereciera. El sonido regresó, así como la conciencia le impelía a moverse o a hacer algo, si es que no quería terminar como aquel animal. Ahora dudaba de que su Inocencia pudiese salvarlo a él también en una situación parecida.

Pero la criatura no era compatible, tú si

Qué injusto

Más valía actuar por sí mismo, y sobrevivir bajo sus propias capacidades. De tal manera que se levantó, estando al lado de sus compañeros, y todavía con la mirada ensombrecida. Volvió a hacer surgir el brillo en su Inocencia, y apuntó a los Akumas más cercanos para dispararles.

-Tenemos que darnos prisa y eliminarlos –musitó, sintiendo de alguna forma que no era él el que decía eso, sino una parte en su interior que en la mayoría de las veces, acudía fría y profesional en casos como aquel- Debemos proteger a toda costa la Inocencia.

Y disparó.

Su puntería, bajo aquella carga de confusión y consternación ahora a raya, parecía haber mejorado bastante, por lo que destruía limpiamente a los adversarios que quedaban inevitablemente en su mira. Sentía algo de rabia, ya que los Akumas, o mejor dicho, el Conde, había sido el causante principal de que las cosas hubiesen terminado de esa forma. La Inocencia habría podido zafarse fácilmente del cuerpo de la bestia, y quizá todo hubiese vuelto a la normalidad. Sin embargo, fue gracias al veneno que el rumbo cambió, y no quedó ninguna otra alternativa que tomar más que la eutanasia. Porque eso habían hecho ¿no? le habían matado por piedad. Habían evitado que su sufrimiento se prolongara más de lo que podría soportar.

Su ojo maldito, concentrado en los Akuma que tenía al frente, no captó la aparición de una cuarta presencia allí, enemiga, y además, más imponente que las otras superfluas con las cuales se estaba enfrentando.

-¡Ahh!- No fue algo que me esperara, de hecho pensaba que ya todo había acabado, solo unos cuantos akumas mas y listo, pero cuando aquella onda llego contra apenas alcance a cubrirme, por lo que sin poder pensar en mis amigos. Salí volando, cayendo en el duro suelo. Gurie llego en seguida a mi lado y seguido se escucho aquella risa…

-¡Ja, ja, ja, ja! Los exorcistas son tan tontos. Parece que tendré el derecho de acabarlos yo mismo.

-Ma-Maldición…- me levante con pesadez y dolor en algunas zonas de mi cuerpo, vi de reojo la sangre en mi brazo pero no le tome mucha importancia, en este momento llamaba mas mi atención aquella nueva presencia. Lo primero que divise fue un cuerpo con una complexión como de un humano; no distinguía mucho porque aun había una cortina de polvo alrededor.- Otro… akuma.

-Los matare y recuperare la inocencia para el Conde.- Una armadura cubría su cuerpo, una color tinto y con un brillo que hasta en la oscuridad se notaria. Escuche como comenzaba a avanzar… pero ¿A dónde? ¿Hacia quien? Y cuando alcé el rostro y parte de mi cuerpo el akuma hizo un nuevo movimiento que fue como un golpe del aire y más tierra se levanto. Ahora menos lo sabría.- ¡¡Allen, Lavi!!- Intente llamarlos recordando que no sabia con exactitud el estado de cada uno ni donde se encontraban. Tenia mucho miedo, no por el akuma sino por ellos.

(Off. Aqui esta!! El akuma en aparicion, no lo describi del too, si desean agregarle mas cosas haganlo! es todo suyo!! xD)

Tampoco lo había visto venir, le había tomado por sorpresa. Todo sucedió muy rápido, en un momento había estado al pendiente de los movimientos de los débiles Akumas, alerta y con los sentidos tan agudizados como podía para evitar caer en desgracia, y al otro su ojo izquierdo le mostraba una suerte de silueta espantosa que desapareció de su vista al alzarse el viento, piedras y arena de forma violenta ante algo parecido a una onda expansiva que…

-¿¡Qué está sucediendo!?

No sabía si había pasado también con sus amigos, pero lo cierto es que aquella imponente e invisible fuerza le había propulsado con agresividad hacia atrás, y al intentar mantenerse en pie y además, refrenarse, dejó una larga y profunda huella en la tierra del talón de sus botas en una línea recta perfecta, siendo inevitablemente arrastrado. Su retroceso cesó en cuanto un árbol se interpuso en su camino y chocó de espaldas con él. Allen sintió una punzada, y no dudó de que se debiera a algunas astillas clavadas en su espina dorsal.

-¡Ngh! ¿Rika?, ¿Lavi? ¿Están bien? –intentó llamarles, pero lo que salió de sus labios fue apenas un quebrado hilo de su voz.

-¡Ja, ja, ja, ja! Los exorcistas son tan tontos. Parece que tendré el derecho de acabarlos yo mismo.

Otra voz. La nube de polvo que había a su alrededor no le permitía visualizar bien de quién se trataba aquella nueva presencia, pero su ojo maldito le hizo el favor. La silueta del alma torturada de aquel Akuma se dibujó sobre la cabeza de éste, y Allen no pudo reprimir un gemido por la sorpresa y el susto. El cadáver maltratado y putrefacto se retorcía de dolor, uno más intenso que los que antes el albino había presenciado, sus gritos y lamentos eran más bien chillidos. Lo que estremeció a Allen fueron los intentos de aquella alma por comunicarse con los exorcistas, a pesar de saber que no podía ser oído por las personas normales. Sus palabras, temblorosas, llenas de pánico y dolor, apenas podían ser susurradas entre una boca marchita en donde no se distinguían labios, sino una enorme cavidad desdentada.

Quiéreme… ámame… sálvame

-¡¡Allen, Lavi!! –la voz de Rika fue engullida por una nueva onda. El nivel tres había pateado la tierra con una fuerza desorbitante, y ahora el polvo y el humo se intensificaban hasta hacer el entorno indivisible.

Sin embargo, Allen no estaba exactamente pendiente de todo aquello. Ni siquiera había alcanzado a escuchar la voz de su compañera exorcista.

-¿Qué es esto?, ¿qué significa esto? -susurró para sí mismo mientras instintivamente se cubría el ojo.

El alma de aquel nivel tres… Le temblaba el pulso y sentía cómo algunas lágrimas se le agolpaban en los ojos, calientes ¿Cómo podía haber más sufrimiento para las almas de los Akumas, tal como el que estaba mirando ahora?, ¿es que cada vez era peor? ¿No había final? Un nudo le cerró la garganta, mientras el odio y el dolor se arremolinaban a su alrededor. Ya había visto mucho aquel día, demasiado sufrimiento, demasiadas desgracias…se incorporó de golpe, con la mirada llena de ira mientras en su mente se dibujaba el rostro del Conde Milenario. Era una de esas situaciones en donde su odio hacia él se renovaba y crecía como una lengüeta de fuego vivo.

El Akuma había ido por él, y de verdad habría logrado llegarle de sorpresa y matarlo, sino fuera porque volvía a ser él, Allen Walker, y aquellas energías de las que era capaz de emanar se removían con fiereza en su interior.

Antes de que el nivel tres hubiese logrado desgarrar su cuello con los brazos extendidos, una lluvia de balas se precipitó contra él y le obligó a retroceder.

-¿Uh?

Gracias a la fuerza de ellas, parte del humo se disipó y desveló la silueta del exorcista peliblanco de pie y con un semblante determinado. Ya no se cubría el ojo, y la visión de aquella alma que continuaba pidiendo ayuda no hacía más que alimentar su temple y decisión por acabar con aquel que estaba a su frente.

Quiéreme… ámame… sálvame

-Oh, vaya, parece que tenemos al primer exorcista en pie –se burló el nivel tres, el cual alzaba sobre su torso unas enormes garras afiladas que parecían ser de buitre- Quieres ser el primero de mis víctimas, ¿cierto? No te preocupes, tengo tiempo para todos. He decidido que haré de sus muertes una tragedia… serán lentas y dolorosas. Sus últimos momentos serán los más aterradores que habrán tenido en sus vidas.

-Siento mucho decirte esto, pero está fuera de mis planes morir aquí –alzó el cañón y le apuntó- Te acabaré, y así salvaré aquella pobre alma que cargas contigo.

-¿Qué? Dices cosas realmente extrañas exorcista, pero está bien. Muéstrame lo que tienes entonces, no me contendré.

Allen avanzó hacia él y descargó otro millar de balas relucientes. Las barras amarillentas silbaron en el aire y buscaron atravesar a su objetivo, que a diferencia de muchos otros, era muy rápido, y podía esquivarlas casi danzando.

Lavi tampoco se esperó la aparición del akuma. Sencillamente creyó que faltaba poco para acabar con los niveles uno y dos de la zona, pero esto daba un giro a las cosas. Cuando una extraña e invisible fuerza empezó a arrastrarlo, junto con Allen, Lavi trató de mantenerse en pié pero fue impulsado hacia atrás. Antes que la fuerza lo enviara lejos, logró agarrarse a una de las ramas bajas de un árbol que milagrosamente no había sufrido la destruccion como los otros y agrandó su martillo para protegerse.

Lo había tomado desprevenido y cuando todo pasó le costó enforcar la mirada para ver donde estaban sus compañeros.

-¡¡Allen, Lavi!!- escuchó gritar a Rika. Ahora podía inferor que estaba bien y luego busco a Allen. El peliblanco tenía un rara expresión en su rostro mientras observaba al akuma. Lavi se acercó, siempre en posición de ataque por si el akuma lanzaba uno inesperado y escuchó su charla.

Desde que Allen Walker llegó a la orden se supo que era especial. El destructor del tiempo, había sido maldecido de pequeño y terminó con un ojo que era capaz de ver el alma de los akumas. Eso lo confirmó en la misión que tuvo cuando conocieron a Arystar Krory. El mundo que Allen veía era una carga que siempre debería cargar, pero a la vez una gran ventaja en el campo de batalla.

Vió como Allen estaba decidido a acabar con el akuma y asintió. Mientras más rápido terminaran con él más pronto podía devolver la inocencia a la orden.

-¿Qué? Dices cosas realmente extrañas exorcista, pero está bien. Muéstrame lo que tienes entonces, no me contendré.- Y así empezó la batalla. Allen atacó disparando y Lavi aprovechó esa oportunidad para invocar sus Kanjis. Usó el sello de fuego y pronto una serpiente rodeó al akuma.

-¿No creías que te iba a dejar toda la diversión, nee Moyashi?-

Y para esto una vez que logre divisarles a ambos, me sentí un poco mas aliviada, mas no calmada gracias a la presencia de aquel akuma, observe la rápida conversación con Allen a pesar de no escucharle mientras iba hacia Gurie.- ¿Estas bien?- Gurie me miro y agito levemente la cabeza en manera de asentimiento.- Me alegra porque aun nos falta eso y no es como los otros.- El halcón miro al akuma y chillo.- Vamos Gurie.- Me subí en él haciendo un esfuerzo por un golpe que recibí en la pierna izquierda en la caída, y el ave se alzo arrojando una capa de tierra con las alas. Y justo en eso pude divisar el ataque resplandeciente de Allen seguida por aquella majestuosa serpiente de fuego que rodeo al akuma en un santiamén. Ambos ataques realmente potentes. Y nuevamente Gurie chillo indicándome que debíamos acompañar el ataque, regrese a la realidad y asentí. Y dando inicio con un agitar de alas que cada vez se intensifico mas y mas hasta que en el viento se formaron unas ondas como cuchillas que atravesaban toda la serpiente sin dejar espacio libre.

-Wow.- Exclame. Los tres ataques juntos parecían como un maravilloso espectáculo de fuegos y luces. Y de nuevo elevándome en el aire, comenzando a volar rodeando aquella serpiente seguía el paso de todo.- ¿Será… todo?- No vi movimiento abajo, todo indicaba que se había acabado. Sonreí y Gurie descendió hasta Allen y Lavi a la vez que la serpiente y los ataques se convertían en humo, pero justo cuando toque el suelo una explosión mas y al girarme allí estaba la figura.- ¡¿Pero que?!

-¡¡Exorcistas!! ¡Voy a matarlos!- Salio disparado y al verlo note que realmente ya no se encontraba en buen estado, el ataque había surtido efecto, mas no le mato.

-¡Ah!- Me cubrí, pero Gurie fue quien recibió el golpe colocándose delante mió.

Los disparos que Allen le lanzó al nivel tres, no parecían ser lo suficiente como para retenerle, o siquiera hacerle daño. Aquella criatura esquivaba con pasos elásticos cada una de las balas que intentaban perforarle, empero, no todas eran tan fáciles de ignorar, más por la cantidad de estas que por su fuerza o rapidez. El Akuma chasqueó la lengua irritado, y buscando un punto ciego en estas, dio las intenciones de acercarse hasta donde estaba Allen para abalanzarse sobre él y degollarle, sin embargo, antes de que esto sucediera y hasta el propio peliblanco se percatara de ello, una enorme y flamante serpiente incandescente rodeó al Akuma y engulló posteriormente, dejando sólo visible su silueta dentro de la zona infernal.

Allen parpadeó sorprendido y entonces una voz familiar le trajo completamente de vuelta al mundo.

-¿No creías que te iba a dejar toda la diversión, nee Moyashi?

Lavi.

Allen miró con una expresión perpleja al pelirrojo, y una sensación que nada tenía que ver con su dolor hacia el alma destrozada del Akuma, le recordó que la batalla no era solamente entre la máquina y él. También estaban sus amigos. El caer en esa cuenta fue lo equivalente a recibir un puñetazo en el plexo solar. El recuerdo de Lenalee abofeteándole, aquella vez en la ciudad que siempre se repetía, empezó a perpetrar en su mente. Aquello había sido lo mismo. Allen buscó la cálida palabra que conllevaba a todos esos recuerdos donde había herido a sus compañeros, no física, sino internamente y la encontró, pero en esta ocasión sin algún deje de tristeza. Sólo un sentimiento alegre que le hizo sonreír, como si acabara de constatar la verdad absoluta del universo.

Tenía amigos. No estaba solo. No era el único que llevaba esa inmensa carga de Apóstol de Dios sobre sus hombros.

-Estúpido Lavi –dijo el muchacho con la vista oculta tras los mechones de su cabello- ¿Cuántas veces te he dicho que es Allen? –le regañó, y cuando alzó el rostro hacia él, se pudo ver con claridad la sonrisa de oreja a oreja que cargaba en los labios, así como sus ojos relucientes de felicidad, cual niño pequeño.

Justo en ese momento, Guri se mostró con Rika por encima de sus cabezas, acompañando el ataque tanto de Allen como de Lavi con una fuerte ráfaga cortesía del halcón. Las tres fuerzas combinadas, parecían desde cierta apariencia imponentes. Rika se unió a ellos descendiendo, y justo en ese momento, cuando pensaban de verdad que todo, absolutamente todo había concluido, la desgracia volvió a la carga, con el grito desgarrador del Akuma iracundo, luego de deshacerse de los ataques que para él eran tóxicos de los exorcistas con una explosión.

-¡¡Exorcistas!! ¡Voy a matarlos!

-¿Todavía con vida? –exclamó sorprendido Allen.

En ese momento, a gran velocidad, su enemigo cargó contra Rika, que fue protegida por Gurie. El golpe del Akuma no parecía exactamente uno de niña. El choque de su puño contra el cuerpo del halcón produjo un ruido seco. Ante la idea de que podría hacerle verdadero daño a sus compañeros, Allen le apuntó de nuevo con su arma.

-¡Ni siquiera lo pienses! –y disparó.

Algunos perdigones le llegaron directamente, por la cercanía, y lanzó un grito histérico de dolor, al ver resentida sus heridas con aquella nueva ofensiva. Miró a Allen con odio y se le abalanzó tempestivamente. El peliblanco apenas tuvo tiempo de retroceder y cubrirse con su Inocencia. Un crujido seco salió del impacto, y seguido de eso, un grito de dolor, pero no exactamente del nivel tres.

-Mi…brazo ¡Agh!

Unas pequeñas grietas se habían formado por el cañón surcando desde la boca hasta por más de la mitad del brazo del chico. Eran pequeñas, casi inofensivas, pero producían un dolor insoportable.

El Akuma rió y se desvaneció. Allen alzó la mirada, mordiéndose los labios para no chillar.

-¿A dónde se a…? –Su ojo lo localizó emprendiendo el contraataque, muy cerca de…-¡Cuidado Lavi! ¡Va hacia ti!

Había estado esquivando los ataques del ahora fastidioso nivel tres. Ultimamente, en todas las misiones de la orden surgían, por eso Bookman estaba seguro que algo se acercaba pero el que ni Bookman ni él pudieron desifrarlo. No obstante, podía presumir que la mision no estaba nada mal, el akuma les estaba dando pelea y era muy malo no poder dañarlo severamente con ningún ataque, pero al menos se habían defendido y la inocencia yacía ilesa en su bolsillo. Lo unico por debatir era si eso estaba a su favor o no. Por una parte la tuvo antes de los akumas y pudieron acabar con la pobre criatura. Por otro lado, eso hizo venir al nivel tres y ahora que tenían algo que proteger estaban en desventaja.

-Estúpido Lavi –dijo Allen en modo de respuesta- ¿Cuántas veces te he dicho que es Allen? – Lavi allí tuvo que reír, Allen lo estaba tratando como a un crío y tal vez lo merecía, claro no iba a aceptarlo jamás.

Ahora que lo pensaba, todos lo trataban asi. Lavi rió más pero paró preocupado cuando el akuma se lanzó sobre rika. Con ayuda de Gurie, la castaña evito el ataque y fue allí cuando el akuma, molesto, cansado y dolido atacó a Allen. No dolido fisicamente, aún no había logrado de darle un golpe mortal, pero si herido en el orgullo, el cual lavi podía jurar se incrementaba con los niveles de evolución. Tal vez al momento de evolucionar las cadenas de las almas atrapadas se convertían en amarres más complejos y difíciles de romper. El alma, torturada cambiaba en apariencia porque el cambio era interno. Cambio psicológico al darte cuenta que estas en manos de un perfecto titiritero como el Conde del Milenio.

El akuma atacó a Allen y lo que pasó lo dejó atónito. El akuma no solo había resistido el ataque, más logró dañar el arma anti akuma del peliblanco. Fueron sutiles y el moyashi pudo reaccionar, quien no reaccionó muy deprisa fue él, quien solo con el grito de Allen logró enfocarse en el ataque próximo.

-¡Cuidado Lavi! ¡Va hacia ti!-

Efectivamente, iba hacia él. Pero su objetivo, a diferencia de los anteriores ataques no era solo matarlo, era matarlo y conseguir la inocencia. Si la del pelirrojo estaba al alance mejor, un punto más y un exorcista menos. Un orgullo realísitico para le conde cuya sonrisa se ancharía al máximo. El akuma vino a gran velocidad y Lavi solo pudo hacer una cosa: alargar su martillo y tratar de usarlo como un bate para desviar la ruta de su atacante. No funcionó, el akuma sientiendo la trampa lanzó un ataque de lejos que en vez de impacatar contra el y su inocencia, impactó en el suelo que se movió estrepitosamente como si la tierra se abriera y Lavi rodó en el piso.

-Muy lento exorcista! Esa inocencia es mía!- El nivel tres estaba fuera de si, y se lanzó para atacar a Lavi quien al caer había sentido una punzada en el talón y solo alcanzó a rodar, esta vez por voluntad para evitar el ataque. El akuma rió. Lavi suspiró. Sabía que la inocencia en su bolsillo le estaba trayendo problemas.

-No puede ser... Estas cosas solo me pasan a mi- susurró recordando el "estúpido Lavi" de Allen-kun.

-¡Gurie!- En el acto corrí hacia mi ave que yacía en el suelo con un ala mal herida, me arrodille junto a este y trate de levantarle.- Gurie…- Y solo para calmarme este levanto la cabeza y soltó un leve chillido.- Perdóname, no debí descuidarme así. Lo siento tanto.- Y este se incorporo.- Gu-Gurie.- Y fue entonces que escuche el grito de Allen y me volví sobre mi lugar. Aquella escena me impacto, mis pupilas se dilataron viendo a Allen en aquel estado y sentí la necesidad de levantarme e ir hacia él con o sin Gurie a mi lado, pero mis piernas de principio no reaccionaron. No hasta que escuche ahora como Allen le gritaba a Lavi.

-¡Cuidado Lavi! ¡Va hacia ti!- Ahora toda mi atención se dirigió al pelirrojo y al Akuma, no perdí ni un detalle en mi angustia, el ataque de Lavi y como el Akuma le esquivo y contraataco creando aquel poso por el que solo vi desaparecer a Lavi rodando.

-¡¡¡LAVIII!!!- Le Grite y levantándome sin importar las heridas que pudiese tener o el dolor que me abordaría después, corrí hacia allí.- ¡No Lavi!- De nuevo insistí con el llamarlo. ¿Qué se suponía que hacia sin Gurie a mi lado? Suicidio posiblemente, pero en ese momento no lo pensé, solamente quería ayudarle; Tome lo primero que encontré en el suelo, que solo era un palo y no se veía muy resistente para acabarla y estando cerca del akuma que solo iba hacia mi compañero salte y le restregué el palo en la espalda. Era obvio que mi punto no era hacerle daño, eso no pasaría pero si lograba distraerle ya era algo a mi favor. Y así fue, llame su atención…

Se giro a mi.- ¡Solo eres una basura!- Tan rápido que ni lo vi venir, me golpeo de lleno en el estomago, ni si quiera tuve tiempo de sentir aquel dolor, cuando me sujeto del cuello y levanto hasta que mis pies dejaron de tocar el suelo. Ahora si, el dolor era agonizante, probablemente tendría ya varias costillas rotas solo con ese golpe, abrí los ojos levemente y lo primero que busque fue a Lavi, quería saber que estaba bien aunque yo no. Escuche el chillido de Gurie, por lo que intuí que ya estaba bastante cerca, pero… ¿Atacaría a pesar de estar en esta situación? Luego de un momento comprendí que no se arriesgaría hasta ver el espacio libre.

-¡Suelta a Rika ahora mismo!

El Akuma se vio sorprendido al no identificar al instante de dónde provenía la voz, y fue demasiado tarde cuando se dio cuenta de que venía nada más ni nada menos que tras él, puesto que en ese instante Allen le había disparado, y varios de los perdigones de su Inocencia le habían dado de lleno en la espina dorsal, o lo que fuera que tenía en esa zona de la espalda. Se produjo el mismo sonido de balas contra el metal.

-¡Arg! ¡Maldito exorcista! –gruñó molesto.

Para variar, el ataque no le había dañado considerablemente, pero algo le había hecho. La parte trasera de su armadura estaba ligeramente hundida y ennegrecida. Con el odio ferviente aún asomado en sus tres grotescos ojos, miró al peliblanco y se precipitó contra él a una velocidad alucinante. A Allen no le dio tiempo siquiera de sorprenderse, cuando aquella máquina ya le había dado un golpe con el revés de sus garras en todo el rostro hacia un lado, y además, alzaba a Rika como si de un muñeco de trapo se tratara, para atizarla contra el exorcista menor, golpeando a ambos al mismo tiempo. La fuerza del ataque había sido tal, que los dos salieron disparados varios metros lejos del Akuma. Mientras volaban prácticamente en el aire, Allen alcanzó a tomar a Rika, algo aturdido por el dolor sin embargo, para así protegerla con su cuerpo cuando cayeron al suelo.

-Aah…ugh. Rika, ¿te… encuentras… bien? –se atrevió a preguntar en un jadeo. La parte de su rostro maltratada le ardía, y estaba casi insensible. Suerte había tenido que no le hubiera roto la quijada o más de un diente. La espalda, sin embargo, le producía un dolor palpitante que lo mortificaba.

El Akuma soltó una larga carcajada que resonó por todo el bosque, con un tono demencial capaz de erizar los vellos de la nuca de cualquier ser viviente. Allen sintió algo parecido por detrás de su cuello.

-Vaya, vaya ¡¿Es eso todo lo que pueden hacer, inútiles exorcistas?! ¡¡No son nada!! –les gritó a pleno pulmón, arrebolado en el éxtasis de su “triunfo”.

Luego detuvo su pequeña celebración y miró en la dirección de Lavi, nuevamente con el brillo malicioso y anhelante en su mirada. Fue en ese momento que a Allen se le prendió el bombillo, aunque demasiado tarde.

¡Es verdad! Lavi es el que lleva la Inocencia consigo, aquella revelación, más que cualquier cosa le aterró. Eso significaba que su amigo estaba en el punto de mira principal de aquella bestia.

-No...Va a intentar matarlo a él primero

Sin querer había dicho el pensamiento en voz alta.

Con un esfuerzo sobrehumano, intentó ponerse de pie. Al principio las piernas le temblaron y se tambaleó, pero luego consiguió mantenerse dentro de lo que cabía, firme. El nivel tres le dirigió una mirada curiosa al tiempo que ladeaba la cabeza.

-¿Todavía sigues con vida? –el Akuma alargó una fina garra y señaló a Lavi- Tendrás que esperar tu turno para morir. Él será el primero –de nuevo la risa exorbitante.

-¡No! –medio gritó Allen mirándolo con rabia, y sin pensarlo, alzó su brazo izquierdo aún activado y disparó, sin hacer calculo alguno en especial.

Las reacciones de su cuerpo comenzaban a ser instintivas, guiándose por el mero impulso electrizante tras la idea de tener a un valioso amigo en peligro. Los protegería, a Lavi, a Rika y a la Inocencia, pasara lo que pasara.

-Eres realmente molesto, ¿sabías eso? -Con la gracilidad de un bailarín experto, su oponente esquivaba cada una de las balas como si nada fueran, hasta acercarse a Allen- Muérete ya.

Dicho eso, pareció cargar en la palma de su mano una suerte de esfera a base de potente materia oscura, y la disparó contra el peliblanco.

No necesitaba que el akuma se lo recordara. Lavi sabía muy bien que estaba en la mira y en era quien encabezaba la lista del nivel tres. Cuando este estuvo a punto de atacarlo, no esperó que Rika lo ayudara. La castaña había puesto su vida en peligro tratando de parar el ataque y más sin inocencia.

En ese momento el trató de atacar, pero cuando intentó pararse sintió que todo le dio vueltas, como un mareo repentino que junto con el dolor de su brazo no ayudó. Menos mal Allen fue quien atacó, Lavi no lo vio directamente al estar en un ángulo opuesto pero si escuchó las balas de la inocencia y el ligero grito de dolor del akuma. Rika, quien habían estado atrapada a manos del nivel dos cayó solo para ser atrapada por Allen. El pelirrojo vio a los lejos que ambos exorcistas estaban heridos, en un impulso quiso ir a ayudarlo, pero cuando el akuma se volteó a él supo eso estaba fuera de discusión. Si se acercaba ahora, pondría en peligro a esos dos, más de lo que estaban.


-Vaya, vaya ¡¿Es eso todo lo que pueden hacer, inútiles exorcistas?! ¡¡No son nada!! – gritó el akuma y la expresión de Lavi se tornó seria. No la iba a mostrar a sus amigos, ni a nadie más pero tenía que aceptar las palabras del akuma. Tal vez los tres no estaban desarmados pero sí en desventaja. Desde que capturaron la inocencia, la misión solo parecía complicarse. El akuma lo volvió a mirar y una sonrisa sicópata se apareció en su desfigurado rostro. Pero Allen llamó su atenció.


-¿Todavía sigues con vida? –el Akuma alargó una fina garra y señaló a Lavi- Tendrás que esperar tu turno para morir. Él será el primero – y rió, divertido de su propio chiste. Bien, si el akuma quería ir tras él no había problema, él huiría con la inocencia. En esa misión estaba como ambos, como exorcista, miembro de la Orden Oscura y como aprendiz de Bookman, encargado de recopilar y guardar la historia. Una de sus misiones era proteger ese pedazo brillante en su bolsillo del conde del milenio. Y lo iba a hacer.


-¡No!- La voz de Allen atrajo su atención. Y allí todo se complicó, si eso era posible.


-Eres realmente molesto, ¿sabías eso? –El akuma reía mientras se acercaba al peliblanco, esquivando sus ataques con facilidad - Muérete ya.-


De la palma de su mano se formó una esfera que se agrandaba. Era de color oscura con aura morada y parecía brillar. Lavi se percató, que el suelo perdía color como si su vitalidad hubiera sido consumida y miró con horror a su amigo que estaba a punto de morir. Bien, pensó Lavi sonriendo y corriendo hacia el akuma, si tanto Rika como Allen había jugado a quien salva pero muere primero, él también lo haría. La luz que venía de su bolsillo aumentó y Lavi rió. Esa era la respuesta de la inocencia. “La inocencia!” Fue allí que los ojos de Lavi brillaron. Tenía el plan perfecto para lograr que el akuma se olvidara de los dos.


-El conde no lo tomará muy bien…- dijo logrando que el akuma se volteara a él y la esfera dejara de crecer. –Pero adelante…- Lavi volvió a sonreír. El akuma enarcó una ceja.


-¿Qué rayos quieres decir con eso exorcista? ¡Te mataré!- Falta poco, pensó Lavi. Más el akuma solo se volteó a encararlo a medias, la esfera seguía apuntando al peliblanco.


-El milenario te mando a recobrar y destruir la inocencia. No creo que encuentre gracioso que te pongas a jugar. Tu misión no es divertirte con exorcistas.- Movió la cabeza de un lado a otro. - ¿Qué pensara?-


-¿Nani?!- Ahora, el nivel tres si volteó y avanzó hacia él.- ¡El conde me recompensará por acabar con los tres!- Lavi trató de no reír, los akumas podían ser peligrosos pero nada inteligentes.


-¿Seguro?... Entonces ¿No necesitas esto?- y metiendo la mano a su bolsillo, sacó la inocencia sin dejar de sonreír. – Oh, pero adelante… sigue con lo tuyo.-


-¡Maldito! ¡Eres una escoria!- miró hacia Allen y Rika y gritó - ¡Los tres lo son! Viejo, luego vendré por ti, el pelirrojo va primero.- Pero cuando volteó encontró a Lavi a varios metros lejos de él pues ya había empezado a correr.

Al principio sentía que todo se acababa, que mi historia terminaba allí, tantas imágenes llegaron a mi cabeza y fue muy leve lo que escuchaba fuera de mis recuerdos, pero aun así capte la voz de Allen.

-¡Suelta a Rika ahora mismo!- “Allen” susurre mas estoy segura que no me escucho, mas bien parecía que solo moví los labios. De pronto sentí un nuevo movimiento y en cuestión de segundos un golpe realmente fuerte que hasta me ayudo a reaccionar un poco, de principio sentí la falta de aire.- Aah…ugh. Rika, ¿te… encuentras… bien?

Tosí y con lentitud trate de incorporarme antes de poder decir palabra alguna.- S-Si… Gra-Gracias Allen.- No era cierto completamente pero ¿Qué mas daba?
Tan pronto como recupere el sentido correctamente vi a Gurie volar hacia mi a toda prisa, me alegraba el verlo, pero esa alegría no duro mucho cuando escuche nuevamente a Allen.

-No...Va a intentar matarlo a él primero.- Esto me hizo virar y ver al akuma que iba hacia Lavi.

-Hay que… detenerle.- Intente levantarme, pero solo poner el peso sobre mi pierna derecha caí de nuevo.- No… me falles ahora… Lavi…- Cerré los ojos con fuerza, no quería sentirme así, tan impotente, tan…

-El conde no lo tomará muy bien…- La voz de Lavi me hizo regresar.- Pero adelante… El milenario te mando a recobrar y destruir la inocencia. No creo que encuentre gracioso que te pongas a jugar. Tu misión no es divertirte con exorcistas.- El akuma realmente se veía disgustado y confundido. ¿Qué pensara?- Gurie Chillo haciéndome girar de nuevo, hacia éste, me empujo con el pico. ¿Quería que me levantara? Y así lo hice tomándolo de un hala hice fuerza para alzarme y cuando regrese la vista a Lavi descubrí la inocencia fuera y sin perderle la huella a mi pelirrojo compañero, vi como se alejaba corriendo.

-…Lavi…- El akuma ya lo había notado también y salio detrás de Lavi.

-¡¡Voy a matarte!!- Creo aquella bola de energía que antes hizo y apunto a Lavi.

-¡Gurie!- Grite y de un salto estaba arriba de él.- Rápido.- Mi primer plan era atacar al akuma antes de que hiciera algo, pero lanzo la bola de energía muy rápido, por lo que me vi en la necesidad de desactivar un nivel de Gurie y que este quedara en el primer nivel de la inocencia y así tomar una velocidad enorme y sobre pasar el ataque a la vez que Gurie con las patas tomaba a Lavi y lo alzaba para evitar ser tocado por la energía.- Gurie hay que salir del alcance del akuma.- Indique dándole unas palmadas.- Lavi.- Me asome por el lomo.- ¿Estas bien? No te preocupes que Gurie no te va a soltar.- Trate de sonreír levemente.