En el sur de Barcelona [Luissander - Alice]

El comedor era grande y sobre todo, espacioso. Una enorme y larga mesa se encontraba en el centro de la misma. Alice había seguido a Luis hasta ese lugar, claramente con la curiosidad clavada en su mirada, cuya expresión le hacía parecer una niña pequeña. Se sentó en la silla que el chico había corrido para ella, le sonrió y rápidamente se acomodo en la silla, aún mirando de cierta sorpresa el lugar, paseando sus orbes, de un color azul oscuro, por cada rincón del lugar, hasta que Luis ocupo una silla frente a ella.

No tardo mucho para que un plato apareciera frente a ella, un hombre le había dejado un plato. Olía exquisito, era una comida completamente gourmet, se notaba el acabado elegante, aquella hoja de albahaca sobre la carne, perfectamente cocida y algunos vegetales al vapor que le rodeaban. Una presentación perfecta, ya que ni el borde del plato estaba sucio. Así mismo, el dueño de aquella casa, le servían otro plato parecido al de ella, para que luego, el que había dejado los platos, se retirara segundos después de decir unas palabras.

-Bueno Alice, espero que la comida de Midelle sea de tu agrado

- Creo que me gustara, se ve delicioso.- exclamo contemplando el plato. Antes de empezar a comer, se fijo en los cubiertos que estaban sobre la mesa, comenzó con los cubiertos que estaban por fuera, ya que eso había aprendido hacer con anterioridad, hasta ella misma se sorprendió el poder recordarlo y que ahora le fueron de utilidad. Tomo un cuchillo y un tenedor para cortar la carne y enseguida llevo un pequeño trozo a su boca. El jugo de la carne estaba condimentado a la perfección, hasta se tomo el tiempo de saborearlo, cuando le llevo a su boca.

- ¡Esta delicioso!- grito, luego de haber tragado aquel bocado. Era una lástima todo aquello ya que se estaba olvidando completamente de su misión en ese momento.- Dime algo… esa arma que llevas consigo ¿Te asustarías si la perdieras?- Era una pregunta bastante tonta, ya que no venía al caso, pero debía preguntarle antes de seguir con esto o antes que se olvidara de lo que fuera que tuviera que hacer. Observo por una de las ventanas y se dio cuenta que ya era completamente de noche.

Mientas esperaba respuesta, ella misma se preguntaba si hoy podría dormir con normalidad. Claramente no había dejado de comer, hasta se podría decir que la mitad de su plato estaba ya casi vació, y eso que era una cantidad mas o menos mesurada. Pero seguía comiendo, aún sin perder la elegancia y los buenos modales en la mesa.

La noche ya caía completa sobre nosotros, por la ventana se podía apreciar un cielo oscuro iluminado por miles de motitas brillantes. Las estrellas eran realmente fascinantes para mi, en mis clases de astronomía aprendía sobre ellas y otros cuerpos celestes y realmente me intrigaba la idea de como la luz de las estrellas taradaba en llegar a ser captada por nuestros ojos, tal vez alguna de esas estrellas en nuestro presente ya no existiera o hubiese cambiado y la estuviesemos percibiendo a como era hace docientos años.

Suspire al ver la luna iluminar una de las tantas plantas que se dejaba ver desde el jardín, una planta llena de flores rojas con un solo punto naranja en medio. Las camelias eran mis flores favoritas pues junto con mi madre las habiamos sembrado y cuidado con mucho esmero para crecieran en aquellas tierras tan distintas a las nativas, una flor que se creía carecía de aroma pero en realidad sí lo tenía, un olor suave y dulce pero que había que buscar con detenimiento.

- Dime algo… esa arma que llevas consigo ¿Te asustarías si la perdieras?- Dijo Alice haciendome salir de mis cavilaciones, era una pregunta extraña pues no lo había considerado.

-no lo se...supongo que sí pues...no es que me guste ni nada pero creo que si la perdiera me quedaría sin un objeto que se ha tornado importante en tan solo dos días- dije un poco inseguro pues mis palabras no parecían mías, removía con el tenedor la comida de mi plato mientras hablaba- creo que la respuesta sería un sí, definitivamente, ¿por que?

- No es por nada en realidad, simple curiosidad.- respondió la de cabellos negros, moviendo sus manos frente de ella de manera negativa.- Es que como no te la has quitado de encima… ni siquiera para comer.- comento ella, jugando con su plato de comida: usaba sus cubiertos para mover la comida de un lado a otro, hasta que por fin consumió un pedazo de uno de aquellas verduras.

- Te acuerdas de los akumas ¿verdad?- hablo luego.- Bueno, por si no lo notaste, mi trabajo...- lo último lo dijo de una manera no muy convencida, casi como sin ganas, como si en realidad no fuera un trabajo o más bien ella no lo consideraba como tal. En ese momento alguien tocaba a la puerta, mientras Alice seguí hablando.- … es exterminarlos, verás…

Sus palabras fueron interrumpidas por un grito ahogado que venía de la entrada, al parecer de la sirvienta que antes les había recibido. Esto fue acompañado de un gran estruendo, como si alguien hubiese arrancado las puertas principales bruscamente y sin ningún esfuerzo. Alice se levanto bruscamente de la silla, en señal de relejo, mientras la silla caía hacia atrás.- No creo que…- comento ella, parecía irónico que solo por nombrarlos ellos hubiesen aparecido aquí. La otra mujer seguía allí dando gritos. Alice corrió a la entrada principal, no fue difícil llegar hasta allá.

Lamentablemente, sus conjeturas eran ciertas, delante de ella se podía ver un extraño akuma nivel dos. Su cuerpo era mucho mas grande que su cabeza, claramente en proporciones. Era obvio que él había arrancado las puertas de aquella casa, ya que llevaba en una de sus grandes manos un pedazo de la puerta. En pocas palabras ese akuma era descomunal, además claro de llevar una armadura que cubría todo su cuerpo, hasta su pequeña cabeza. Detrás de él se podía ver muchos mas akumas, pero estos eran de nivel uno, serían unos 15 en total.

Claramente habían dejado su huella al venir hasta el lugar. Ya que se podía ver unas cuantas ropas tiradas en el suelo, y el polvo que se levantaba por la leve brisa. Ahora que la puerta estaba abierta, se escuchaban hasta sollozos, provenientes seguramente de los sobrevivientes, los cuales se aseguraron de estar en sus casas.- … no puede ser…

- Exorcista…- hasta la voz del aquel nivel dos parecía ser extraña, como la de un robot y bastante grave, como si tuviera algún tipo de enfermedad en su garganta que le impidiera hablar con claridad. Alice se acerco a al mujer, quien servía en la casa de Luis, aún seguía viva.

- Es peligroso, debe irse y sacar a Luis de aquí.- recomendó Alice, ayudándole a pararse, ya que del susto, la sirvienta se había caído al suelo.

- Danos la inocencia.- hablo el akuma nuevamente, con aquella voz ronca y pastosa que tenía. Dando un paso hacia ellos, destruyendo, lo que quedaba, del marco de la puerta. La sirvienta se recupero de su shock y enseguida fue hacia donde estaba el joven Luissander.- El humano tiene la inocencia.- sus manos se posaron en lo que quedaba de marco donde antes había una puerta, para empujarla, como si fuera una puerta corrediza y abrir mas la entrada. Obviamente la casa tembló ante aquella fuerza, además claro de ganarse unas grietas y que ahora, la entrada fuera el doble de lo normal, dejando que los niveles uno entrarán fácilmente.

- ¡Deben irse!- les grito Alice, claramente venían por Luissander, de seguro notaron que era alguien compatible con la inocencia. Le matarían y le arrebatarían su arma. Rápidamente activo su inocencia, para poder convocar los poderes de su inocencia, con un solo grito barrió con cinco akumas niveles uno, los cuales estaban cercanos a ellos.

Alice había dicho que era puramente curiosidad ya que no me había apartado del arma ni siquiera para cenar, me di cuenta de ello y me sorprendi al mismo tiempo pues a pesar de sentirme incomodo con ella aún la llevaba en el bolsillo, era mala idea y pensaba que quizá debería dejarla por allí lo antes posible, guardarla o algo. La chica empezó a hablar sobre los akumas y su trabajo, me extraño aquel termino pues exterminar akumas no era algo para una chica como ella ¿o si?.

Fue interrumpida por unos gritos, aquellos hicieron que se me helara la sangre de las sorpresa al darme cuenta que era Clariss la que gritaba, Alice ya estaba de pie pues el sonido de su silla al caer me había llamado la atención, se encamino hacía el recibidor y tarde unos segundos en seguirla. Allí, en medio de una ligera lluvia de trozos de mader estaba un akuma, era diferete al resto de los que estaban a sus espaldas.

La voz de aquella criatura me hizo quedar completamente inmovil, era realmente pastosa y horrenda, daba una sensación espantosa y quería alejarme de el, terminó de destruir la puerta antes de acercarse a mi, pude escuchar entonces gritos lejanos que seguramente eran de los pobladores de aquel pueblo, mi pueblo.

-deben irse- dijo Alice antes de gritar y hacer desaparecer apor lo menos cinco de aquellas criaturas a espaldas de la más extraña y por lo visto lider del resto.

Clariss me había tomado de la mano y tratado de jalar pero no me deje, no podía dejar a Alice en un momento así, ya sabía que si me quedaba solo conseguiría que me mataran pero por lo visto aquellas criaturas me querían a mi y lo habían demostrado cuando dos de ellos se lanzaron contra mi.

Con dificultad lograba esquivar las balas que disparaban, había destruido gran parte de mi casa, lo unico que me quedaba y lo estaban haciendo pedazos y claro que no iba a permitirlo, una de las balas rompió una ventana a mis espaldas y algunos cristales pequeños se clavaron en mi espalda e incluso en mi rostro al agacharme para esquivar la siguiente.

Aún sabiendo que no lograría mucho subí las escaleras mientras era perseguido y así mismo sacaba el arma de mi bolsillo, gracias al cielo había guardado también dos juegos de balas de repuesto o estaría mas que frito. Empece a disparar a mis espaldas pero las balas solo revotaban sin hacer daño alguno, empezaba a desesperarme y tropece, caí y de alguna forma pase por debajo de ellos regresando abajo, al estar allí uno rompió la pared a mis espaldas dejando ver el jardín y un árbol lleno de flores rojas que compartía pared con la ventana de la cocina.

No podía dejar que destruyeran aquel árbol, realmente me dolía una pierna y estaba sangrando un poco inclusive pero no me importaba, apunte directamente e uno de ellos y dispare...

Algo que no esperaba sucedió, el arma volvió a brillar y la bala esta vez atravezó la cabeza del akuma haciendolo estallar, así seguí disparando y termine con los tres que me rodeaban, lamentablemente aquello capto la atención del resto.

¿Cuáles serían las cosas importantes en ese momento? Por ahora, salvar a la gente que estaba en peligro, a toda esa pobre gente que ni culpa tenía de haber estado en aquel lugar. Los akumas tenían toda la culpa de esta desgracia y que ahora Luis y compañía estuviera en peligro.

- ¡La inocencia!- escucho una voz desgarradora provenir de un akuma que estaba cerca de ellos. Hace mucho rato que había perdido a Luis de su campo de visión, pero este había regresado minutos después, luego de que ella se encarga de algunos akumas y redujera su número.

- ¡El chico mátenlo!

- ¡Quítenle esa arma!- gritaron varios akumas que, ignorando la presencia de la pelinegra, avanzaron hacia él, como animales rastreros apunto de devorar a su nueva presa. Luissander estaba en peligro en ese momento.

- Ni de broma…- murmuro Alice con los puños apretados, se sentía bastante ofendida al ser ignorada o eso parecía, tal vez solo enojada por las bajas que habían ocurrido en el pueblo y ni ella lo había notado.- … les dejare convida… ustedes…- sus manos temblaban por la ira contenida que yacía en su interior. Fu en lapsos de un pestañeo, que aquello exploto en forma de un grito. Alice había lanzado un grito alto, fuerte, el cual debió haberse escuchado por toda la casa de Luissander.

Los akumas, uno por uno explotaban, tanto los niveles uno, como los de nivel dos, que eran unos pocos que estaban en ese lugar. Estos explotaron alrededor de Luissander, ya que estos iban a por ellos.

- ¡No! ¡La inocencia…!- clamaba un akuma nivel dos, alargando su extraño y largo brazo, hacia donde estaba Luissander, pero sin efecto alguno ya que no le alcanzaba, el poder de Alice hacia mella en él y lo destruía completamente.- ¡Te maldigo exorcista!- grito por último antes de desaparecer por completo de ese lugar. No solo los akumas se vieron afectados por el potente grito de Alice, hasta los vidrios de la casa se rompieron, algunos solo consiguieron unas grietas, aún así debían ser cambiados.

Todo se calmo, en cuando Alice dejo de gritar y los akumas habían desaparecido completamente. Alice respiro agitadamente, como si le faltara el aliento. Aquel grito había durado más de lo que ella hubiera querido, tanto así que sus pulmones pedían a gritos un poco de aire para poder seguir trabajando. Cayó al suelo de rodillas, no es que estuviera cansada, tal vez un poco, pero tenía un rostro más tranquilo y aliviado. Aunque al ver a su alrededor, se percato que su poder había afectado a las ventanas de la casa y que los akumas habían hecho todo un desastre.

- Luis ¿estás bien?- pregunto ella, aún sentada en el suelo, observándolo desde donde estaba, sin intenciones de moverse.- Lamento lo de tu casa…- le dijo ella.- Hasta yo me excedí…- comento un poco apenada, ahora mismo se sentía agotada, eran los efectos por usar su propia inocencia al máximo, pero si no lo hubiera hecho, los akumas seguirían haciendo estragos y aumentando el número de muertes en ese tranquilo pueblo.

- Creo que necesito explicarte algo…- dijo vagamente, casi murmurando y sin observar a Luissander al rostro, parecía que el piso ahora le era mucho mas interesante que antes, a pesar de que estaba un poco sucio por la pelea ocasionada.

Los akumas habían estallado, algunos vidrios se habían roto, un grito había llenado el aire y por fin cesado mientras yo solo estaba inmóvil, al pie de las escaleras con los brazos extendidos hacía el frente y un arma entre mis manos. Jadeaba ligeramente pues había tenido que correr y esquivar cosas por un rato, vi a Alice caer de rodillas luego de haber destruido a todos aquellos monstruos.

Seguía allí parado y mis manos temblaban sin poder controlarlas a pesar de intentarlo, el arma cayó al suelo y mis brazos cayeron a los lados de mi cuerpo. Estaba completamente aturdido, no pensaba, no sentía y mis ojos miraban un poco ausentes a la chica.

-Luis ¿estás bien?, lamento lo de tu casa, hasta yo me excedí- dijo ella pero sus palabras me rozaron sin producir efecto, por un segundo.

Poco a poco empezaba a recobrar mi razón, mi cuerpo empezaba a doler y las heridas en mi espalda, brazos y rostro empezaban a arder. Me sentía cansado y mis manos seguían temblando ligeramente y un poco más controladas que antes, el dolor no era solo físico, las personas que habían muerto afuera eran sus conocidos, sus amigos y sus familiares. La casa Amaster había quedado echa un desastre, una de las paredes tenía un agujero enorme y varios vidrios habían resultado rotos y no solo por Alice, las escaleras tenían algunos peldaños sueltos y el suelo estaba cubierto de polvo.

- Creo que necesito explicarte algo…- dijo Alice sin mirarme, solo miraba el suelo y yo la miraba a ella, no me había movido de donde estaba y no pensaba hacerlo hasta recuperar el control de mi cuerpo que al parecer no me obedecía.

- Pero antes… Será mejor llevarte a un lugar para que descanses.- Observo algún lugar en donde recostarlo, no era su casa aquella, se levanto del piso rápidamente, cosa que no debió hacer, sintió un pequeño mareo que le hizo detenerse por un momento. Camino hasta algún lugar, donde vio una sala, y allí en medio había un perfecto sillón para que el chico pudiera descansar y recuperarse. Volvió sobre sus pasos, decidida a que el chico se recuperara, fue hasta él y lo movió del lugar. A la fuerza, ya que al parecer no iba hacer muy cooperativo en esta ocasión, no sabía que mas hacer. Por lo menos Clariss había sobrevivido, se encontraba muy asustada, pero al ver el estado del joven a quien cuidaba salió de su escondite enseguida y entendió a donde iba llevarlo.

Alice no le prestó atención, ya que ahora llevo a Luis hasta aquel mullido sofá, al menos esa habitación estaba casi completa, un poco sucia en la entrada, algunas cortinas hechas jirones y lo vidrios destrozados, pero el sillón seguía en pie. Alice solo le quito el polvo un poco y sentó a Luis allí.

- Oye Luis…- llamo Alice suavemente, observándole preocupada, pero este no iba hacerle caso al parecer, si apenas le había traído hasta aquí y seguramente no había escuchado lo que le había dicho antes.- Luis…- hablo ella nuevamente, su voz salió suave, cual terciopelo. Sin embargo, Alice tenía poca ¿paciencia? Como fuera, ella se levanto de donde estaba y se puso a un lado del chico.- ¡Luis!- le grito ella cerca de su oído. Justo cuando llegaba la empleada, Alice claramente no lo hacía con mala intención, pero era eso o darle una cachetada para que saliera de ese estado.

- No le grite así al joven Luissander.- corrió Clairss rápidamente hacia ellos, haciendo de madre regañona hacia la jovencita que les había salvado la vida. Traía consigo una bandeja de plata, que milagrosamente estaba limpia, con unas tazas humeantes de café, al mismo tiempo había llevado aquella pistola que llevaba Luissander . Esta le dejo a un lado de él y la bandeja en el piso y le dio una taza caliente al chico, haciendo que sus manos rodearán la taza.- Joven Luissander, esto le sentara bien, tómelo.- pidió ella con dulzura, tal como la dulzura de una madre a un hijo, eso fue lo que pensó Alice en ese instante, al ver la imagen de ambos.

- Usted también tome un poco.- Alice observo a la mujer que le ofrecía la taza de café, solo tomo la taza y dejo que la tibieza de esta calentara sus manos y el aroma del café inundara sus sentidos en ese momento, fue solo el olor que le despertó un poco más. No iba a tomarlo, no gustaba mucho del café, era muy amargo, así que solo dejo que el olor llegara a su sentido.

Tenían que irse pronto del lugar, no sabía si Luissander estaba ahora despierto completamente o no. Camino hasta una de las ventanas rotas y observo el lugar, oía quejidos, personas buscando sobrevivientes, corriendo y ayudándose. Se volvería a repetir esto.- Sabes Luis…- comento Alice, dejando la taza de café intacta sobre el marco de la ventana.- también tienes el poder de destruirlos, a los akumas.- hablo sin darle la cara.- Por eso te atacan… y atacan a otros… eso hacen ellos, matar para hacerse más fuertes.- siguió hablando ella, esta vez jugando con algunos jirones de cortinas que quedaron colgando.- Yo puedo matarlos a mi manera y tú tienes… tu propia forma de hacerlo.- Respiro hondo para continuar hablando.

- Somos muy pocos los que tenemos ese poder…- termino de decir ella, quería saber la reacción que tendría ante eso. Después de todo era cierto, Luis era compatible con la inocencia y por lo tanto esos akumas le perseguirían por siempre.

¿Qué elegirás Luis?

¿Tu, que elegiste Alice? ¿Te arrepientes acaso?

Sacudió levemente su cabeza, antes las voces fantasmales que aparecieron repentinamente en su conciencia; Eso había sido extraño. Pero espero la reacción de aquel chico, que apenas había conocido hoy.

Al parecer estaba completamente en mí mismo, no escuchaba nada de lo que ocurría a mi alrededor ni mucho menos, el tiempo se había detenido para mi y todo estaba en una calma tan perfecta que me hubiese gustado estar allí para siempre, quizá eso era la paz verdadera o tal vez solo estaba desubicado.

De un momento a otro me vi en la sala de estar, la voz de Alice empezó a sacarme de mi mismo, el contacto de algo caliente terminó de despertarme y la voz de Clariss llegó hasta mi y entonces parpadee un poco perdido aún pero ya casi completamente sobre la tierra.

-Sabes Luis… también tienes el poder de destruirlos, a los akumas. Por eso te atacan… y atacan a otros… eso hacen ellos, matar para hacerse más fuertes. Yo puedo matarlos a mi manera y tú tienes… tu propia forma de hacerlo.

< Somos muy pocos los que tenemos ese poder…- dijo Alice y esta vez escuche atento cada palabra de su boca, ¿que significaba aquello?

Sus palabras causaban diferentes efectos en mi cabeza, y diablos si estaba mareado, ¿que debía hacer?. Clariss se sentó a mi lado y de alguna forma empezó a sacudir mi ropa, trataba de hacerlo con disimulo pero era demasiado indiscreta. Por un momento sentí el impulso de abrazarla y un segundo después el impulso me instaba a salir corriendo de aquella habitación ya que el contacto de la mano de Clariss me hacía recordar mucho a mi propia madre.

-Alice...yo...yo quiero destruir akumas, no me importa que...- mi voz sonaba temblorosa al princiío pero obtuvo un tono firme y decidido, además agregué para espanto de Clariss- ...no me importa siquiera mi propia vida, solo quiero destruir a todos los akumas que me sea posible.- la mire a los ojos, tal vez la chica no me miraba pero mis ojos estaban decididos y respaldaban mis palabras

Las palabras de Luissander le alarmaron, no, simplemente le sorprendieron. Un chico como aquel pidiendo ser un exorcista, acabar con los akumas, maquinas asesinas con un instinto básico y común. La mirada del chico era ruda, fuerte, se notaba decisión y valor tras esos ojos. La chica de cabellos largos le observaba, al final le sonrió cálidamente, tal como ella sabía hacerlo para hacer sentir a una persona cómoda y que estaba con alguien que nunca podría hacerle daño.

¿Nunca?

- Si esa es tu respuesta.- Clariss parecía algo confundida, ya que no sabían que hablaban ambos jovencitos. Lo único que sabía es que las palabras de Luis le habían dejado preocupada. Alice se acerco a él, quedando solo unos cuantos pasos entre ellos.- Tendrás que irte de aquí…- murmuro ella.

- Los akumas vienen por que ahora tu eres como yo.- miro de reojo el arma, la cual pertenecía al chico y esa arma sería su posesión más valiosa desde ahora.- No dudarán en seguir viniendo y atacando este lugar… tanto a ti, como a mí, como a las personas que viven en este pueblo.- exclamo observando por la ventana, donde había dejado el café que ni siquiera tomo.- Es lo malo de ser un exorcista…- comento ella algo desanimada.

- Si tienes que despedirte de alguien… hazlo.- le dijo ella, luego llevo su mano a su cabeza para arreglar su cabello.- Se que es apresurado, pero ya tuvimos dos ataques de akumas, podrían venir mas… parecen muy interesados en ti.- comento Alice luego de unos segundos, dejando su cabello de lado. Parecía una niña pequeña mirando el largo de su cabello.

- ¡Señorita Alice!- pudo escuchar unas voces muy familiares para ella en esos instantes. Ella misma se volteo, los gritos venían desde el pueblo.- ¡Señorita Alice!- escucho nuevamente su nombre. Alice tenía un rostro de duda, ya que había pensado que los buscadores estarían en el otro pueblo y no aquí.

- ¡Estoy aquí!- respondió ella finalmente, salió de la casa de Luissander, diciéndole que le espera aquí, para llegar hasta el patio delantero. Allí había un par de hombres, cuyas capaz amarillentas y el enorme bolso que cargaban tras su espalda le indicaban como buscadores. Al ver la pequeña figura de Alice salir de aquella casa, la cual tenía severos daños superficiales, fueron hacia a la chica para asegurarse que se encontraba, sus caras mostraron alivio al ver el estado de la chica.

- Vinimos tan rápido como pudimos.- exclamo uno de los buscadores, cuyo rostro era jovial, pero mas alto que la muchacha.- Vimos un pequeño grupo de akumas dirigirse a esta dirección, pero veo que llegamos tarde.- comento el buscador, apenado al ver el pueblo que tuvo que soportar el ataque de los akumas.- Nunca había visto algo así, de seguro había inocencia aquí ¿no?

- No solo eso, también hay un futuro exorcista.- comento ella, ambos buscadores se quedaron sorprendidos ante sus palabras. Enseguida les invito a pasar a aquella casa para que conocieran a Luissander.- ¡Luis!- entro ella gritando el nombre del chico. Los buscadores observaron al muchacho sorprendidos de ver a otro exorcista, un nuevo miembro para orden.

- Ellos son buscadores, ayudan con las labores de los exorcistas y también detienen a los akumas.- le explico.

- Es un gusto en conocerlo.- hablo uno de ellos haciendo una reverencia, al mismo tiempo que el otro le copiaba. Eran dos buscadores los que se presentaron ante Luissander.- Si tiene alguna pregunta no dude en hacerla.

- Señorita Alice…- hablo el buscador, cuya voz era ronca y acento extranjero.- Los otros buscadores se quedaron vigilando el pueblo y ayudando a los sobrevivientes.- Alice se relajo al escucharlo, se sentía mal el irse y no poder ayudar a las personas afectadas.- Si ya termino la misión, será mejor que se valla.- comento el buscador. Alice soltó un bufido, se notaba que los buscadores no perdían su tiempo, especialmente si se trataba de Alice. Cuya personalidad era a veces el de una cría y siempre optaba hacer lo que a ella le parecía, sin acatar las órdenes de sus superiores.

- Luis ¿Qué harás?- pregunto nuevamente, ya que de seguro el chico quería llevarse algo o despedirse de alguna persona.

Creí estar listo y realmente sentía estarlo pero el tener que irme no era fácil, ¿como despedirme de todos?, si lo hacía no me dejarían marchar y lo mejor era irme y dejarles algún mensaje con Clariss para que se los entregara cuando ya me hubiese ido y no pudiesen detenerme.

Escuche unas voces llamar a Alice y esta me pidió esperarla adentro mientras salía de la casa, me quede con Clariss que me miraba aprensivamente, suspire y me senté junto a ella, le tome las manos y la mire a los ojos.

-Yo...ya has escuchado que debo de irme, espero lo entiendas y se que tal vez no lo hagas, esta casa a pesar de estar un poco desordenada tiene arreglo. Clariss tu fuiste un gran apoyo para mi siempre y créeme, te voy aextrañar- no espere lo que ella hizo, me abrazó con todas fuerzas.

-Joven, yo realmente espero que se cuide, iré a a alistar algunas cosas para su viaje pues no creo que sea conveniente que esperen mucho para irse, la joven Alice es muy dulce y espero lo cuide bien, le pedirle a Midelle que busque los dulces que su madre tenía escondidos de usted para que se los lleve- dijo ella tratando de contener el llanto y yo solo sonreía al verla salir por la puerta.

-Luis- escuche llamar a Alice mientras salía al recibidor y la encontraba con dos personas vestidas de forma muy extraña- Ellos son buscadores, ayudan con las labores de los exorcistas y también detienen a los akumas.

-encantado- dije saludando a ambos jóvenes, terminaron de charlar pues al parecer uno de ellos estaba preocupado por el tiempo o por Alice mejor dicho.

- Luis, ¿que harás?- dijo Alice mirándome, esa pregunta me hizo suspirar pensativo nuevamente.

- Espera un segundo, debo hacer algo de que nos vayamos y además Clariss quiere despedirse de ti.- dije mirando a la mujer aparecer por la puerta con una maleta pequeña y un paquete en las manos.

Subí corriendo las escaleras hacía el segundo piso, rebusque entre mis cosas pero me fije que Clariss ya había guardado lo indispensable, tome un papel y una pluma, extendí la hoja sobre la mesa de mi habitación y empece a escribir varias notas cortas en la misma hoja para luego cortarlas.

Spoiler:

Cuando hube terminado de escribir la nota para Alba y otras personas de las cuales estaba seguro repararían en mi ausencia decidí bajar de nuevo, no sin antes sacar de su casa la cadena de plata que mi madre me había regalado dos años atrás, realmente la había odiado entonces pero ahora la quería conmigo.

-estoy listo Alice- dije sonriendo al pie de la escalera.

Clariss se despidió de Alice de una manera tan maternal, como había sido con Luissander. Le abrazo cálidamente, sorprendiendo a la exorcista ante tal muestra de afecto. A los de ojos de Clariss aquella jovencita seguía siendo una pequeña niña, no se imaginaba que carga tan grande llevaban aquellos delgados hombros. Y esa misma carga recaería en el joven que había estado cuidando desde que era un niño.

Mientras Luissander iba a por sus cosas, y Clariss se despedía, otro buscador hizo su aparición, al parecer había sido llamado por otro de los buscadores que había encontrado a Alice. El buscador se presento como Arthur y sus demás colegas le informaron del asunto, así mismo el nuevo buscador se presentaba ante Alice y le daba una noticia.

- ¡¿Qué?!- grito Alice al enterarse de aquello de la propia voz de aquel buscador.

- Lo siento mucho, señorita Alice, pero son órdenes de Komui.- el buscador trato de disculparse, se sentía mal dejando a Luis solo, de seguro tenía muchas dudas que tal vez, solo ella podía llegar a responder. En ese instante el joven Luissander bajaba por las escaleras, Clariss fue y le entrego la pequeña maleta que contenía las pertenencias de él, estaba muy triste por tener que perder a aquel chico que había cuidado. Alice se acerco a ellos.

- Lo lamento.- dijo ella.- Pensé que te podía acompañar a la orden.- decía muy apenada por las circunstancias, llevo una mano tras su nuca, para rascar su cabeza.- Al parecer debo ir a otro lugar antes.- exclamo mirando a nuevo buscador que ahora se había integrado con ellos, este solo se inclino al saber que Luissander estaba ahí.- ¡Pero no te preocupes! Los buscadores te llevarán a la orden y te explicarán todo lo que debas saber.

- Así es joven Luissander.- exclamo el mismo buscador que ya antes había hablado con él.- Cuidaremos de usted…- le sonrió amablemente.- La seguridad de los exorcistas es nuestra labor.- comento el muy orgulloso de su trabajo.- No poseemos armas especiales como ustedes, pero sabemos como enfrentarnos a los akumas si es necesario.- Alice pensó que el buscador hablaba mucho, pero en el fondo era de mucha confianza a la hora de la batalla. Ella misma lo había comprobado antes.

- Los transportes están ya listos.- dijo el buscador cuya voz ronca llamo la atención de todos, claramente tenía prisa. Era muy importante para él, que el jovencito, que pronto sería un exorcista, llegará a salvo a la orden, para recibir las indicaciones necesarias de Komui.

Alice le sonrió a Luis para infundirle ánimos, al parecer ahí se despedirían.- Es una pena que no pueda volver contigo, solo te digo que tengas cuidado con Komui.- eso último lo susurro para que los buscadores no le escucharán, sabía muy bien que Luis no lo conocía, pero cuando llegará lo haría . Sentía mucha rabia, al pensar que no podría volver a la orden, aunque tampoco gustaba pasar mucho tiempo en ese lugar, pero por lo menos quería estar con Luis, después de todo, esto debía ser nuevo para él.

Los buscadores fueron los primeros en andar hasta los transportes, al parecer dos carrozas estaban esperando. Afuera de la casa de Luissander otros buscadores más, ya que llevaban el mismo uniforme de las personas que le acompañaban, parecían ayudar a la gente del lugar. Corrían de aquí por allá, dando órdenes, pero sobre todo vigilando que no hubiera akumas.



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[off: bueno creo que con tu siguiente post terminamos la misión ^^, un gusto rolear contigo x3. Cuando des el final, procedere a darte los puntos por la misión de tu reclutamiento, byeee~ ]

Alice me había dicho que no podría acompañarme a la orden, pensé que tal vez ella podría explicarme algunas de las cosas que no entendía aún pero al parecer ese no sería el caso. Ella se disculpo y realmente parecía apenada por ello.

-¡Pero no te preocupes! Los buscadores te llevarán a la orden y te explicarán todo lo que debas saber.- dijo ella.

-Así es joven Luissander. Cuidaremos de usted… La seguridad de los exorcistas es nuestra labor.No poseemos armas especiales como ustedes, pero sabemos como enfrentarnos a los akumas si es necesario.- dijo el mismo buscador con el que me había presentado antes, era realmente muy simpático.

Otro de los buscadores aviso que ya estaban listos los medios de transporte, Alice me sonrió y luego se acercó a mi para despedirse- Es una pena que no pueda volver contigo, solo te digo que tengas cuidado con Komui.- dijo ella y susurró lo último para que solo yo lo escuchara.

AL salir nos encontramos con dos carrozas, uno para Alice que tenía que ir a cumplir con sus obligaciones y otro para mi que emprendía mi viaje hacía algo desconocido, había otros buscadores que al parecer ayudaban a las personas, me sentí mejor al saber que las cosas mejorarían por aquellos lados, al subir junto con los buscadores pude ver a Clariss que se mantenía en la puerta viéndonos a ambos, a Alice y a mi, pronto ya no la vería más. La carroza empezó a moverse y alejarse.

-El viaje será largo, ¿seguro que siente bien al dejar todo atrás?- dijo el buscador tratando de no ser muy rudo con aquella pregunta.

-si...estoy seguro- dije mirando al buscador con una sonrisa de seguridad, algo me decía que por lo menos tendría con quien hablar durante el viaje.

Spoiler:

Bueno evaluando ahora.

Creatividad: 0 pts (Escribes bien tus roles, pero será mejor que vallas aprendiendo de creatividad. La mayoria de las cosas las describi yo. Recuerda que esta fue TU misión de reclutamiento, quien se tenía que lucir era el novato, es como si en esta misión tú fueras el protagonista.)
Concordandia: 2 pts
Realismo: 2 pts
Razonamiento: 1 pts (eso por lo de creatividad, debes saber que Alice no conoce el lugar donde vives [tu casa]. Haber descrito el lugar antes de... hubiese sido mucho mejor.)
Ortografía: 2pts

En total 7 pts.

Entre otras cosas, hacer mas largos tus post, agregar mas cosas, describir el ambiente, situaciones, etc. Son buenas recomendaciones para tu personaje y para que sobreviva las otras misiones.
Ya puedes ir con Komui, y postear en disponibles/libres cuando gustes.

Tema cerrado.