Viaje hacia la Orden [Alice - Ichigo]

-¡Eve!

Seguía gritando a lo que corría calle por calle. En serio que era una situación peligrosa, pero, sino la encontraba antes de que los exorcistas lo hicieran, no podría entregarle la Inocencia. Se suponía su posición debía ser secreta, en todo momento, y no debía regresar a la Orden, no aun, y que dos exorcistas lo vieran arruinaría todo.

Seguía eliminando a los Akumas como iban apareciendo, pero lo anormal de todo es que eran puros niveles 1, ¿de qué se trataba todo esto?. ¿El cerebro detrás de todo esto tan solo tenía niveles bajos? debía encontrarla, por igual, antes de que desatara los niveles más altos, dificultando todo.

En seguida, en medio del camino, vio un Akuma cerca de unos escombros, parecía que había encontrado algo raro, mas bien se acercaba a unos de esos escombros cada vez más, pero éste lo destruyo antes de que eso sucediera.

-¡Eve!

Siguió gritando, mientras no paraba en ningún momento de correr, a menos que otra voz lo hiciera.

-¿Ah?...

Se extrañó el austriaco, girando a varios de los lados.

-Eh... Haine... ¿no te pareció haber escuchado algo?...

-Vinimos a destruir Akumas... no a detenernos cada vez que escuchas algo.

Contestó de forma descortés el Alemán, siguiendo caminando por el pueblo. No podían correr, puesto que cualquier Akuma les podía tomar desprevenido, era mejor caminar y serciorarse de que todo estaba limpio, despues de todo para eso habían venido.

-Si... debe ser mi imaginación...

El corazón le palpitaba a mil por segundo, iban a morir, de un segundo a otro, ya no había nada que pudiese hacer. “Adios Gustav…” pensó la chica apretando sus labios, comenzaba a ponerse melodramática… cerró los ojos con fuerza y esperó, oyó el sonido de una explosión, sobresaltada dio un respingo y en un descuido dejó al niño para asomarse.

No alcanzó a visualizar que había pasado, pero de entre el polvo que se había levantado vio una figura muy familiar pasar rápidamente muy cerca suyo, no alcanzó a reaccionar si no hasta que escuchó que el general la llamaba. “Es él…” pensó sorprendida, los había salvado, justo a tiempo, poco a poco la frecuencia de sus latidos disminuyó…

-Aquí…- murmuró atónita mientras daba un suspiro, sólo la suerte la había salvado esta vez… se giró lentamente y vio la silueta de su maestro alejarse...
-¡¡Espere!!- gritó reaccionando mientras rezaba por que la oyera -¡¡Estoy aquí!!- volvió a gritar agitando sus brazos por sobre su cabeza.

El grito que dio el niño en ese momento la hizo volverse bruscamente, el pequeño estaba llorando. –Tranquilo! –Exclamó Eve acercándose al niño –Estaremos bien…- murmuró tomándolo por los hombros. Estaba a punto de volverse para ver si el general había alcanzado oírla cuando recordó que había perdido la Inocencia, ¿Qué le diría?, un tenue escalofrío le recorrió el cuerpo, no le gustaba que la regañaran, no estaba acostumbrada a eso, y él, su maestro ya la había regañado antes por algo menos grave, la Inocencia era irremplazable, demasiado valiosa, o al menos eso había entendido cuando él le explicó acerca de la orden y la “Guerra Santa”.

“Tranquila…” se dijo a si misma intentando animarse, “Después de esto podrás regresar a casa” pensó mientras se giraba sin abrir los ojos, por un lado deseaba que hubiese regresado, pero por el otro...

Luego de destruir aquel Akuma con su Inocencia, siguió llamando a Eve, pero no parecía haber nadie. Esperaba que apareciera cerca, pero estaba equivocado.

(¿Dónde?... ¿Donde estás?)

Miró alrededor, pero no parecía haber nada, justo cuando empezó a correr, y ya llevaba unos dos pasos, escuchó una voz proveniente de los escombros. "¡Espere!" Escuchó claramente. Para lo cual volteo, no notando nada extraño. Lo siguiente fue que una chica alzó sus manos mostrándose, aquella chica era... era... si, exactamente, Eve, la aprendiz de exorcista que apenas estaba aprendiendo a usar su Inocencia, la chica que buscaba.

-Eve...

Susurró, para lo que se acercó rápidamente, notando a otra persona la acompañaba, más específicamente, un niño que parecía asustado.¿Qué había ocurrido mientras dejó a Alice?

-¿Estás bien?, ¿Sucedió algo?

Dijo con voz preocupada, después de todo, ella estaba a su cargo.

-Por cierto, olvidaste muy importante en el camino, ¿sabes?

Dejó unos segundos de duda, mientras buscaba en sus ropas lo que ella había olvidado. Al encontrarlo, lo sacó rápidamente y lo lanzó suavemente a Eve para que lo atrapara.

-¿Que pasaría si el enemigo lo encontrara?, la próxima vez ten más cuidado... que no estaré para recogerla.

Pareció sonreir un poco, algo de manera misteriosa.

Al abrir los ojos y levantar la mirada se encontró con el general, guardó silencio antes su preguntas, pues era largo y complicado de explicar en esas circunstancias…

-¿Algo importante?...-repitió murmurando, durante los escasos segundos que duró la pausa logró adivinar de que se trataba, lo único de lo que podría tratarse era el incensario, ¿Qué otra cosa importante habría podido olvidar?, una oleada de alivio la recorrió, pero no sólo eso, también una de decepción, durante unos minutos había creído que la pesadilla había terminado tan rápido como empezó. Al menos no se había ilusionado demasiado con la idea.

Vio por el aire su Inocencia, extendió sus brazos alcanzándola, la sostuvo entre sus manos y la observó fijamente. “Juntas otra vez…” pensó esbozando una débil sonrisa.

-No fue que la olvidara -respondió en voz baja sin levantar la mirada -Cuando regresé por ella ya no estaba -Añadió cayendo en la cuenta de que durante esos momentos estuvieron muy cerca. Levantó el rostro y observó un poco sorprendida la sonrisa de su maestro, no estaba enojado, eso era más que bueno, le devolvió la sonrisa y giró por completo su cuerpo tomando al niño de la mano.

-Entré aquí y encontré a este pequeño… creo que su familia no…-no quiso completar la frase, el niño estaba más tranquilo, pero seguía sollozando. En ese momento se le vino un recuerdo horrible a la cabeza, la mujer que había reunido a los niños del pueblo para que viesen como sus familiares eran asesinados por los Akumas.

-Había una mujer, era extraño, le daba órdenes a los Akumas y ellos la obedecían… ella… - sostuvo la mirada fija en el rostro del general y luego de una leve pausa continuó:

-¿Quién podría ser?, creo… que era humana -dudaba que el general pudiese adivinar de quien se tratase sin darle una descripción física al menos, pero los recuerdos de ese momento eran recientes y borrosos, además, no se sentía capaz de recordar lo ocurrido detalladamente.

"Entré aquí y encontré a este pequeño… creo que su familia no…-"

Dijo Eve, hablando del pequeño ahí presente.

-Entiendo...

Dijo después de Eve, en lo que su silencio lo decía todo. Estaba ahí, quieto, recapacitando las cosas. ¿Era seguro que Eve se fuera de una vez?, ¿estaba preparada?, esa cosas solía ser respondidas antes, y justo como ahora, sabía cual era. Si lo estaba, estaba preparada, salvó a un joven del peligro que ahora corría. Lo protegió hasta en el último momento, y nunca lo dejó solo. Además de eso, sobrevivió sin Inocencia hasta encontrarla, ¿qué más preparada que eso estaba?, podría ser que mucho más.

-Por ahora no tendrás que preocuparte de eso...

La chica quizá se pudo preguntar, ¿por qué? o una de sus variantes, pero en seguida sería respondida.

-... Tu única preocupación ahora es escapar de la ciudad e irte a la Orden Oscura, ahí, serás una Exorcista, una a la que estás preparada para ello, ya no tengo más dudas.

Su leve sonrisa ya no era tan notoria, más bien todo lo contrario.

-Al parecer llegaron exorcistas a la ciudad, después de todo, queda muy cerca de la Orden Oscura, era de esperar que llegaran en unas horas... mientras, yo terminaré de encargarme del pueblo. Ya hay pocos Akumas en el lugar, y quizá los exorcistas lo destruyan en el camino. Así que tu irás con ellos, me puedes dejar al niño, yo me encargaré de él de ahora en adelante, y le encontraré un buen hogar.

Vio a la chica esperando sus expresiones, siendo buenas o malas, debía suceder en algún momento, qué mejor en éste.

-Los Akumas más fuertes escaparon, quizá ya encontraron la inocencia y no hay más razón para atacar éste lugar...

Dejó unos breves instantes para respirar un poco, y mirar hacia otro lado.

-... Ellos seguirán haciendo de las suyas cueste lo que cueste, es por eso que nosotros nos encargamos de destruirlos y salvar a las personas, aunque a veces no podamos con todo... ¿Puedo confiar en que harás lo posible por evitar que esto suceda en algún otro lugar?

Esta última pregunta la hizo mirándola a la cara, con una cara casi de culpabilidad por lo que sucedió.

(Yo todavía no puedo...)

-¿No preocuparme? -Murmuró sorprendida, ¿Qué estaba pasando?, ¿debía simplemente ignorar que habían humanos que mataban a las personas? Que estaba pasando?…Bajó la mirada con resignación al oir lo siguente que dijo, tenía toda la razón, era completamente estúpido que ella se quedara allí… Sólo estorbaba.

“Exorcistas” pensó al escuchar las palabras de su maestro, enlazándolas con el recuerdo de las explosiones hace algunos momentos, debían ser ellos.
No quería marcharse, menos aún con personas que no conocía, pero eso era lo único que podía hacer… Le dirigió una mirada al pequeño, no podría ayudarlo a encontrar a su madre, trató de sonreír para tranquilizarlo un poco, pero no supo si lo logró o no. Tenía ganas de llorar, el niño le recordaba mucho a ella de pequeña, ambos habían perdido a sus padres siendo muy pequeños, aunque al menos el niño no cargaría con el recuerdo de que fue su propia madre quien escogió morir como lo hacía Eve. Le tembló el labio inferior, pero logró contenerse, no era el momento…

-¿Puedo confiar en que harás lo posible por evitar que esto suceda en algún otro lugar?- la voz de su maestro llegó a sus oídos como si proviniese de un lugar muy lejano.
Cerró los ojos con fuerza, los recuerdos de ese día llegaron a su mente de golpe, no había tenido ni un segundo de calma desde que habían llegado a ese pueblo, ni un solo segundo para lograr asimilar lo que estaba ocurriendo, había visto cosa horribles, cosa que hubiese deseado olvidar en cuanto las presenció, pero una voz familiar hizo eco en su mente…durante una de las noches posteriores a la muerte de su madre oyó a Gustav hablar con Isabel, acerca de ella misma y de su hermano, jamás olvidó las palabras de Gustav… “Lo que no los destruye, los hará más fuertes”, el dolor siempre existía, pero junto con eso, también venía la fortaleza… Tenía que sobreponerse, presentía que eso no sería lo peor que le ocurriría, tenía que prepararse para eso.

Levantó la cabeza y vio fijamente a su maestro, le dio la sensación de que él no estaba bien del todo… Sonrió y dijo con voz firme:

- Prometo que no dejaré que algo así se repita -

-Es mejor de lo que esperaba...

Recuperó un poco su sonrisa, para luego bajar y quedarse en cuclillas, para estar casi a la misma altura que el pequeño, puso sus codos encima de sus muslos mientras lo miraba.

-Lo siento, pequeño... pero tendrás que irte conmigo. A menos que quieras quedarte con ella...

Esperó a que el chico se decidiera ir con él o no, era su decisión después de todo, o bien podía acompañar a Eve hasta la Orden, y servir como estudiante a Buscador o Científico, en caso de no querer una vida normal.

-No tiene sentido de que tu y yo nos despidamos... ¿No estás de acuerdo, Eve?

Dijo sin mirarla a los ojos, puesto que su cabello impedía ello, tan solo tenía fijo mirando al chico para saber qué elegía.

(De todas formas, nos volveremos a ver...)

[Lo siento por el post corto, pero como ya el post siguiente ya prácticamente terminamos, pues será momento de terminarla de buena manera*

Escuchó atentamente las palabras de su maestro, cuando se dirigió al pequeño que la había acompañado hasta ese momento, se volvió para verlo también.

Al oír su pregunta el niño se volvió hacia Eve, ella no estaba segura si debía decirle algo o no, pero… si el General había dicho que podía encontrarle un hogar, de todos modos ella no sabría que hacer con él. Le sonrió intentando darle confianza…decir que no seguirían juntos, se secó las lágrimas con el dorso de la mano.
“Porque nos volveremos a ver”, Eve completó esa frase en su mente, supuso que a eso se refería su maestro.

- Eso espero-respondió encogiéndose de hombros mientras esbozaba una sonrisa.

-¿Tu nombre…?- La voz casi en un murmullo del niño llamó su atención, Eve rió y se acercó al pequeño, aún después de todo el tiempo que habían pasado dando vueltas por el pueblo, sólo en ese momento se percató de que no habían llegado a presentarse -Eve, ¿tu? -respondió gentilmente.
-Thomas… -Contestó el pequeño, se acercó y le dijo al oído: -¿Y mamá?-
La sonrisa de Eve desapareció, ¿como decirle que era muy probable que su madre estuviese muerta? Dio un suspiro y dijo:

-Lo siento mucho… no se donde está… pero, no te rindas ¿vale? la encontrarás –Respondió también en un susurro, estaba diciendo una enorme mentira, probablemente eso no ocurriría, pero aún así ella lo deseaba con todas sus fuerzas.

-La próxima vez iremos a jugar a algún lugar ¿vale? –añadió Eve. El pequeño asintió con la cabeza evidentemente más animada. Tenía que marcharse pronto, dio un largo suspiro mientras se levantaba, primero debía ir a buscar sus cosa al bosque… sólo esperaba que aquella mujer ya se hubiese marchado.

-Entonces… es mejor que vaya por mis cosas para reunirme con los exorcistas ¿verdad? -Preguntó dirigiéndose a su maestro. De todos modos ya conocía la respuesta.

-Adiós -dijo dirigiéndose al pequeño mientras levantaba su palma -No hagas demasiadas travesuras -añadió. El niño le devolvió la sonrisa y levantó su palma haciéndola chocar con la de ella.

El pequeño retrocedió unos pasos y se ubicó al lado del general. -Cuídese -dijo Eve esta vez dirigiéndose a su maestro.

[Rol Off: Don't Worry ^^]

A lo que Eve se despedía, Ichigo no hizo más que ver la escena. Era algo que no le gustaba ver a menudo; las despedidas. No volver a una persona que conociste en alguna parte de tu vida, aun más en la parte más difícil, era algo que despreciaba, ¿pero había algo que podía hacer?, absolutamente nada.

Thomás se acercó a él y el general lo único que hizo fue extender un poco más su sonrisa, siendo incluso la sonrisa más verdadera que había visto Eve en todo su viaje con él.

-Tampoco hagas demasiadas travesuras... Eve...

Esta vez, lo que la chica le había dicho al niño, el maestro se lo dijo a su alumna, sabiendo que era ella la que más se perdía y solía ser la más curiosa. El peli naranja no hizo más que mirar hacia su derecha, la parte donde finalizaba la calle, y caminar hacia allá. Desde la posición de Eve, tan solo unos 7 pasos bastaron para que los perdiera de vista, gracias a unas casas que había en medio. El niño volteo hacia ella antes de que ésta les perdiera de vista, sin embargo, Ichigo no lo llegó a hacer.

-¡Oye, tú!

Gritaba un hombre encima de una de las casas, a su lado, otra persona con traje idéntico, eran los exorcistas.

-Parece que encontramos a una sobrevivientes más...

Agregó el australiano, mientras se acercaban a ella.

--Unos días después--

Luego de buscar entre pueblos, logró encontrar una familia dispuesta a cuidarlo. Era un lugar un poco más civilizado que el anterior. Incluso tenía edificios y una que otra personas ricas en el lugar. Parecía un buen lugar para vivir, y no era para menos aprovechar que el niño creciera en un ambiente tranquilo.

-Toma...

Hablaba Thomas con el general. Le daba un brazalete hecho a mano, con el nombre de Eve impreso. Al parecer el niño sabía hacer manualidades con sus padres biológicos, y la única chica que lo ayudó en todo ese desastre, aun arriesgando su vida, fue Eve, debía entregarle algo por todo lo que hizo.

-¿Qué es esto?...

Observaba el brazalete Ichigo, y mirar el nombre hecho a mano. No hizo más que una muy leve sonrisa en su rostro, para luego mirar al niño.

-Ya veo... es para ella...

-¡Si!, cuando la veas de nuevo... dile que... dile que... que le agradezco... ya encontré a mi mamá.

Aquella familia con la que lo dejaría el general era una muy buena. Personas que realmente sabrían como hacer feliz a aquel niño, aunque no se veía mucho de ese tipo, aquel cambio equivalente funcionó. A cambio de llevar aquel infierno sobre sus hombros por varias horas, ver a personas morir bajo escombros, o disparos de Akuma, logró encontrar algo que lo compensaba, una familia que lo haría feliz.

-Se lo entregaré cuando la vea... ahora, preocúpate por otra cosa...

Los padres esperaban a unos metros detrás de Thomás, y justo cuando dijo esa frase el peli naranja, volteo a ellos, para que Thomás volteara y los notara. Este correría a ellos y abrazaría a su nueva madre, y su padre tan solo pondría su mano sobre la cabeza del chico, sonriendo.

Ichigo volteo y se guardó el brazalete en el bolsillo, nuevamente sonreía, aunque ésta vez no lo notaría nada más que el ser todopoderoso, y decir unas palabras para él.

-Nuestros caminos se cruzaran nuevamente... eso es inevitable...

[Fin de la misión por mi parte. Disculpa la tardanza extrema~, tuve problemas de imaginación extrema~s. Pero por fin terminamos xD]

Asintió con la cabeza sonriendo, ojalá las “travesuras” que ella podía hacer fuesen como las que haría el pequeño Thomas… Los vio marchar en silencio hasta que su vista se perdió entre las casa medio destruidas y se despidió con la mano cuando el pequeño Thomas se giró. Se puso de cuclillas pensando… tenía que ir por sus cosas, esencialmente por la fotografía con su familia. Se llevó lentamente una mano a la cabeza, le dolía todo el cuerpo, en ese momento, en que todo había acabado, al menos momentáneamente, su cuerpo pareció pasarle la cuenta… apenas y se había llevado algunos rasguños, pero ir corriendo de un lado para el otro sin parar en casi todo el día, la había dejado exhausta, en su vida había hecho tanto ejercicio en un mismo día.

-¡Oye, tú!- Una voz desconocida la sacó de sus pensamientos, levantó el rostro y vio a dos hombres de apariencia caucásica, uno de ello era bastante alto y el segundo llevaba un látigo en su mano, a juzgar por la ropa que llevaban eran los exorcistas que habían llegado al pueblo, le habían ahorrado el trabajo, no tendría que buscarlos.

-Parece que encontramos a una sobreviviente más... - dijo el segundo exorcista, Eve se puso rápidamente de pie, no estaba segura de cómo les tenía que explicar que era una nueva recluta a exorcista y que necesitaban que la llevaran a la Orden por que no tenía ni la más remota idea de adonde quedaba eso…

Sin una “explicación” previa le entregó el incensario al exorcista que estaba más próximo a ella -Es una inocencia… y yo… soy compatible con ella…- dijo con la mirada clavada en suelo, levantó la cabeza y comenzó a explicarles todo lo ocurrido, desde la llegada del General a su pueblo, hasta ese preciso instante, después de dar por finalizada la narración de lo ocurrido exhaló un largo y sonoro suspiro.

Ambos hombres guardaron silencio durante unos segundos, hasta que uno de ellos rompió el silencio y preguntó por el General Kurosaki.

-Ni idea… se fue- respondió ella encogiéndose de hombros. -Entonces ¿que diablos esperamos? vamos -dijo el exorcista mal alto, que, de alguna manera tenía un aspecto algo “agresivo”.

-Si, ya no hay nada que hacer aquí- respondió el segundo mientras observaba a su alrededor -Nosotros te llevaremos, no te preocupes -añadió luego entregándole a Eve el incensario.

-¿Pueden esperar un segundo? Es que… debo ir a buscar mis cosas- respondió Eve antes de que alcanzasen a comenzar la marcha.
-Si, ¿Necesitas compañía? -respondió el exorcista cabello castaño.
-No. Está bien, sólo tardaré unos minutos- dijo Eve negando con la cabeza, todo parecía indicar que las cosas habían llegado a su fin, ya no se oía ningún tipo de sonido que diera a entender lo contrario.

-Entonces nos encontramos en la entrada sur -respondió el segundo exorcista mientras emprendía la marcha en la dirección que había indicado con su dedo, el otro exorcista, el alto, sólo le dirigió una mirada de soslayo y avanzó con paso desgarbado. Sin perder más tiempo Eve salió del pueblo, ahora reconocía perfectamente en qué lugar estaba, el nerviosismo y la prisa que llevaba la última vez que había pasado por allí habían hecho que perdiese la orientación. Fácilmente llegó hasta el árbol en el que había dejado sus pertenencias, las sacó rápidamente y se giró sobre sus talones alejándose, ya sólo debía llegar hasta la salida sur de ese pueblo, la caminata fue muy tranquila, no se tomó la molestia de apresurarse, estaba cansada y los exorcistas la esperarían. Durante el trayecto intentó no pensar demasiado en lo que ocurriría ni en lo que se le venía de ese momento en adelante, lo único que deseaba era dormir, dormir y una buena comida…

Al llegara a la entrada se encontró con uno sólo de los exorcistas, advirtiendo el rostro de confusión de Eve, el chico del látigo dijo antes de que la muchacha pudiese preguntar:

-Se adelantó, no tiene mucha paciencia -se encogió de hombros y comenzó a caminar. Antes de seguirlo Eve lanzó una última mirada al pueblo destruido, esperaba no tener que ver algo como eso nuevamente.

[Cambio de escena]

En primer lugar, lamento la tardanza en evaluar >.<

General Ichigo

Originalidad: 3
Concordancia: 3
Interpretacion: 3
Realismo: 3
Respeto de las normas: 3

Total: 15 puntos

Actuacion sublime ^^

Exorcista Eve Wristler

Originalidad: 2 (Aunque el principio fue flojo, has ido mejorando conforme avanzaba la mision)
Concordancia: 3
Interpretacion: 2
Realismo: 3
Respeto de las normas: 3

Total: 13 puntos