Viaje hacia la Orden [Alice - Ichigo]

(no hay problema)

Eve seguía corriendo pasando rápidamente sobre matorrales, estaba completamente desorientada, debido a lo ocurrido no tenía la seguridad de cual era la dirección que seguía y el sol estaba sobre su cabeza lo que obviamente no la ayudaba a ubicarse, sin embargo, aún con esa desventaja no quiso detenerse hasta estar segura de no ser seguida por la mujer o alguno de los akumas…

Momentos después su ritmo comenzó a decaer, no estaba acostumbrada a ir corriendo todo el día…minutos después y debido al cansancio se detuvo y se ubicó tras un árbol, aún nerviosa y con la respiración entrecortada, se asomó para observar la dirección de la que venía…suspiró… no había señal de ello.
Se sentó en el suelo tras el árbol más tranquila, puso sus manos en su pecho y dirigió su rostro al cielo intentando apaciguar su respiración… Tenía el incensario en su regazo, después de unos segundos bajó la mirada observándolo… se sentía muy extraña, lo ocurrido le había demostrado que, ciertamente, tenía algún tipo de conexión con esa Inocencia… en un principio había guardado algunas dudas con respecto a su “compatibilidad” con ella, pero ahora… la esperanza que había guardado en lo profundo de su corazón había desaparecido, la esperanza de regresar a su hogar…

Un sonido relativamente lejano la sacó de sus pensamientos bruscamente… se asomó nuevamente guardando absoluto silencio… sólo fue por un segundo pero le pareció ver un movimiento entre los árboles.

-Maldición…-pensó mientras se ponía de pie dispuesta a volver a correr, avanzó rápidamente entre el espeso bosque, todas las direcciones le parecían iguales, por lo que no se dio cuenta si cambió de dirección o no.

Comenzó a introducirse en una zona más abundante en matorrales, lo que dificultaba su andar… sorpresivamente se tropezó y cayó por una zona mas “despejada” pero inclinada, arrastrándose con el rostro hacia abajo, extendió sus brazos al frente en un intento de detenerse cerrando los ojos.
Cuando se detuvo abrió los ojos y le vino una sensación de asco terror, tenia las manos estancadas en lo que parecía “lodo”, levantó la vista y descubrió que estaba justo en el borde de un lago carmesí, desesperada intento incorporarse pero en la posición en la que se encontraba le resultaba muy difícil, además la inclinación del terreno y su propio peso la arrastraban lentamente al lago.

-¿Qué es esto?- pensó asustada mientras intentaba retroceder con sus brazos, incluso el olor le recordaba a sangre y le provocaba nauseas, aunque probablemente era su imaginación.

-¿eh?-notó que no tenía la inocencia, volteó su mirada buscándola... la encontró de inmediato… estaba a unos centímetros de su mano derecha, con esfuerzo y resistiendo el malestar que sentía, comenzó a incorporarse…

Reí como hace mucho que no lo hacía, la acción de aquella chiquilla había sido inesperada y la forma en que había escapado, igual que un ratón acobardado me hubieron recordado lo patéticos que solían ser los humanos cuando se trataba de proteger sus vidas, pero aquella mocosa era más divertida que cualquier otro... era una Exorcista que huía del enemigo a quien debía destruir. Haciendo aquello mucho más divertido aquel escenario.

-Ama!- chilló el nivel dos herido, se notaba enrabiado y yo deje de reír, tomé mi abanico y aún con una gran sonrisa empecé a abanicarme.

-Puedes ir por ella si quieres...- comenté, el demonio se apresuró a encontrar a la responsable de su "desperfecto", le miré marcharse aunque un presentimiento me decía que no volvería a ver a aquel Akuma. Después de todo, las hormigas no trabajaban solas.

"Gracias por todo" pensé con calma y mirando a "Tres" le indique que continuásemos nuestro camino, él asintió.

Algunos metros después llegamos finalmente al lago que el Conde había descrito, el olor que se percibía en aquel lugar era repugnante así que me abaniqué con más fuerza.

"Al parecer esto sí es sangre... y seguro que también inocencia" me dije arrugando los labios, molesta.

De pronto decenas de Akuma de distintos rangos aparecieron en rededor al lago, una asamblea del "mal" que se reunía para acabar con sus "enemigos". Una risa burlona surgió de mis labios. Cada uno de los nivel dos, alrededor de cincuenta, traía una persona, fuera hombre o mujer, joven o anciano. Sonreí ante ello sin dejar de proporcionarme aire.

Los rehenes suplicaban por ayuda completamente aterrados, gemían, lloraban y alguno que otro rezaba. Hubiese disfrutado más esa conmovedora escena si no fuese por el "extraño" olor del fluido acumulado... no me disgustaba para nada aquel hermoso color carmesí pero empezaba a marearme el olor.

-GENTE!- grité con fuerza -AQUEL QUE ENCUENTRE UN OBJETO DE LUZ VERDOSA EN ESTE LAGO ENSANGRENTADO SE LE PERMITIRA VIVIR... EL QUE NO, PUES GRACIAS POR PARTICIPAR!- concluí y enseguida todos los inocentes fueron arrojados a lo que debiera ser agua. Más gritos.

"Espero que aprendieran a nadar"

-Qué haremos ahora?- cuestionó Tres, aunque un quinteto de otros Akuma se habían acumulado para escuchar también.

-Que los Uno los vigilen quien no coopere que muera, todos los demás que me sigan en su forma humana- agregué dispuesta a retirarme algunos metros de aquel lugar. Los demonios se dispusieron a cumplir mis órdenes.

Momentos después era seguida por una horda de "personas" que caminaban entre el bosque. A lo lejos algunos disparos solían escucharse esporádicamente.

"Que mala es la gente, por qué se niega a ayudar a quien lo necesita?" pensé con sarcasmo mientras agitaba mi abanico.

Unos pasos fuertes se escuchaban en el bosque, una nube de arena se formaba detrás de aquel individuo que corría de tal forma, que levantara tierra. Los matorrales eran golpeadas por al paso del peli naranja, escuchándose como si del viento acercándose con fuerza se tratase.

-¡Eve!

El grito de aquel maestro buscando a su alumna era totalmente audible para los que estuvieran cerca. Inevitablemente corría hacia el lago, ya que era el único camino que indicaba el bosque. Todavía no conocía a dónde lo llevaría ese camino, pero si la guiaba hacia Eve, no tendría quejas. Odiaba el hecho del que fuera secuestrada por Akumas, pero, ¿los Akumas secuestrando?, si fuera eso, la matarían al instante, y no la raptarían, entonces, ¿por qué?. No tenía una respuesta todavía, pero seguramente era algo peor, una mente más brillante que la de un Akuma debía estar mandándolos, ¿Un aliado del Conde?, ¿Un Noé? . Qué razón había para destruir el pueblo, si había una.

(Maldición... tengo que llegar antes de que algo malo suceda... podría haber... ¿Inocencia?...)

-Solo lo sabré cuando llegue.

Se le escapó de su boca, ya que no era momento para hablar.

..
Al fin pudo ponerse de pie, tomo de inmediato la Inocencia y se quedó viendo el “lago”, la sensación de asco era permanente…

- No puede ser sangre… - pensó… lógicamente, no podía ser sangre, la cantidad de personas o animales que debían ser sacrificados para lograr algo de tal magnitud era inverosímil… pero entonces ¿Que? ¿Que podía estar ocurriendo?

- La Inocencia… ¿hizo esto?- susurró, obviamente para si misma. Era la única explicación coherente que hallaba para lo que veían sus ojos…

- Entonces… esa mujer viene por la Inocencia… -pensó, ella misma era testigo de que ella daba ordenes a los Akuma… pero… ¿Por que la obedecían? ¿Que era? … intentó recordar la noche en que el general le había explicado acerca de Inocencia, Akuma, la orden, el Conde del Milenio… pero no le venia a la mente nada que aclarara sus dudas…

Estaba absorta en sus pensamientos cuando de pronto escuchó un grito…
No parecía ser demasiado lejos… le tomó unos segundos reconocerlo debido a lo bajo que se escuchaba, era el general, estaba llamándola…
Se volteó intentando descubrir la dirección de la que venia la voz… fue en ese momento cuando notó que desde el pueblo, venían una cantidad enorme de Akumas… pasaron elevándose sobre su cabeza, con la prisa que parecían llevar ni siquiera la notaron… retrocedió unos pasos cautelosamente y terminó oculta en la maleza… pudo observar que algunos Akumas, los más “evolucionados” llevaban personas…

-¿Qué... por que?-pensó… ¿que podían estar planeando? Para que mantener a esa personas vivas?

Oyó lo una voz gritar pero no pudo escuchar con claridad… los Akumas liberaron a sus prisioneros lanzándolos al “agua”…

Atónita observó la situación, ¿Qué esta pasando? ¿Qué mente retorcida haría eso? Solo segundos después vio que algunas personas desesperadas intentaban salir, sin pensarlo mucho se dispuso a abandonar su escondite y ayudar a un niño, que era el más cercano a ella, a salir… pero un Akuma, nivel uno, le disparó… por primera vez pudo ver con claridad la forma en que las personas morían después de ser tocadas por las balas de las maquinas… el cuerpo del pequeño se llenó de estrellas, para luego desaparecer en polvo… pareció ocurrir lo mismo en todas las cercanías del lago, podía oír disparos en casi todas direcciones…

¿Cómo podía ser posible?... cerró los ojos con fuerza, para luego abrirlos con decisión… tenía que intentar detener esa masacre, fuese como fuese… no podía quedarse a sólo observar…

Unos rayos salieron del bosque, impactando en muchos de los Akumas ahí encontrados. Unos tan ligeros que se podía igualar a un hilo, que solo se podría ver por la luz que emitía. Esta luz parpadeaba de un color carmesí, y ese era el color enérgico perteneciente a su Inocencia. De entre la oscuridad que formaba el bosque, visto así por las innumerables hojas que hacían sombra, y cada vez más bajo formaba oscuridad, pocos podían ver su interior, a menos que claro, entraran.

El sol estaba casi por ocultarse, haciendo así que la oscuridad poco a poco se hiciera más presente. Los rayos solares se podían ver por encima de las nubes, y un color naranja se notaba en el cielo.

Explosiones, casi como un efecto dominó se escuchó seguidamente, haciendo prestar atención a los que estaban alrededor de que sucedió algo. Aun así, el autor de ese ataque no apareció a la vista de todo el mundo, estaba oculto, esperando el momento para atacar cuando no lo vieran. Así podría salvar a las personas sin tener que ir directo hacia ellos. De ser ese caso, podría poner en riesgo sus vidas, en cambio esto haría que los Akumas lo buscasen por el bosque, y así tener oportunidad de atacarles.

-
Estaba realmente decidida a hacer algo, pero la Inocencia, al parecer, no quería reaccionar...

-vamos…- susurró, ¿Por qué no funcionaba como la últimas vez?- por favor…

Antes de que pudiese hacer o decir algo, escuchó una estruendosa explosión frente a ella, levantó su vista sorprendida…

-¿Qué…?- lo que había provocado la explosión era la destrucción de algunos Akumas… Durante unos segundos creyó ver una fina luz carmesí… lo reconoció casi de inmediato, era el ataque del general, el ataque que la ultima vez la había salvado a ella y a su mejor amiga de la muerte…

-eso es bueno… muy bueno- pensó dejando atrás la desesperación, relajándose un poco, que el general estuviese cerca era realmente tranquilizante, la posibilidad de que las personas que seguían con vida, sobrevivieran, aumentaba considerablemente, de uno a cien.

Observó con cuidado el lago, algunos de los Akumas habían sido destruidos, y el resto parecían “desconcertados”, por decirlo de alguna manera… Seguía intranquila, pero el motivo era diferente… ¿Por qué la Inocencia no se activaba…? Lo había logrado hace sólo unos minutos…

-¿de verdad… soy tan egoísta?-pensó con impotencia… cuando ella estuvo en peligro la activo… pero cuando se trataba de otras personas… ¿Por qué no podía hacerlo?

-Maldición- susurró guardando el incensario nuevamente en su bolso, se lo cruzó por el pecho y comenzó a avanzar con paso decidido, aún cerca, habían personas intentando salir… Con asco se metió en el lago, intentando caminar por el lodo, a través del “agua”…

El General se encontraba escondido entre los árboles, aguardando para cuando el momento llegara. Era obvio que para alejarlos de los civiles, primero tenía que atacar desde una zona donde no se viera, y después, la curiosidad y las ganas de matar de un Akuma harían el resto.

Nuestro héroe se encontraba encima de la rama de un árbol, viendo la reacción de los Akumas ante lo ocurrido, era momento de que se movieran, o sino, tendría que volver a hacerlo, hasta que todos fueran destruidos. Era una buena táctica, dándose cuenta cualquier humano de lo que quería lograr, uno de un IQ promedio, en cambio Akumas de nivel 1, de poca inteligencia, y un nivel 2, cerca del promedio, no deberían aguantar mucho tiempo antes de acercarse al bosque, momento en el cual, atacaría sin dejar rastro de sus enemigos.

No veía a Alice en ninguna parte, cosa extraña, ya que aquella explosión se debía tratar de una Inocencia y materia oscura chocando, era la única manera de que eso se tratara, o por lo menos eso pensaba, pero de todas formas le había atraído a un buen lugar para defender a las personas.

-¿Un lago de sangre?

Preguntó justo en el momento en el que dejó de ver a esos monstruos, y entre las hojas del árbol donde se escondía, miraba el lago. ¿Mataron a tantas personas como para hacer que el lago tuviera ese lago?, ¿era posible?, para obtener ese color solo de rojo la cantidad de personas sacrificadas era alta.

-Lo pagarán caro.

Todavía existía la oportunidad de salvar a los Inocentes humanos que estaban en el lago. Una figura salía del bosque, era una chica de una estatura media-baja, de cabello castaño. Esta parecía disponerse a ayudar a los civiles a salir del agua, momento en el que se sorprendió el exorcista, sabiendo que todavía era peligroso salir a donde estaban los Akumas.

-¡Eve!

Exclamó en voz baja, para no dar su posición.

Una sonrisa surgió en mis labios cuando a lo lejos escuché varias explosiones que indicaban que los Uno habían sido atacados y destruidos, mi cumuló de acompañantes me miraban expectantes ante aquella reacción.

-Tranquilos ya les toca- comenté abanicándome -los tres se quedan conmigo, los demás se regresan a la ciudad y terminan por destruirla, no me importa si algún edificio queda en pie lo que realmente tienen que cumplir es con matar al mayor número de persona que puedan, fácil no?- agregué alegremente, los akuma se miraron y en instantes una veintena de niveles dos se elevaron por encima del bosque dirigiéndose velozmente hacia el poblado.

-Que cuatro niveles tres se coloquen en los puntos cardinales fuera de la ciudad y que maten a todo aquel que quiera escapar y por favor consígueme una espada y una vara de lucha- dije al demonio oscuro y de mayor nivel que se encontraba conmigo, este asintió y se dispuso a cumplir sus órdenes.

Mientras yo me dediqué a caminar entre el bosque, escuchando complacida el sonido de los gritos, explosiones y caos que llegaba hasta mis oídos desde la dirección del lago y el de la ciudad.

"Un poquito más…" pensé mientras caminaba con tranquilidad entre la maleza.

¿

Eve intentaba adentrarse un poco más en el “lago”, superando increíblemente sorprendida de si misma, sus nauseas… comenzó a avanzar rápidamente por el “agua”, de pronto, sintió que algo… o alguien tomaba su tobillo, sorprendida, y en parte, asustada, dirigió su vista hacia abajo, pero antes de que pudiese “ver” algo, lo que se aferrada a su tobillo la arrastró bajo el agua.

- ah!- sólo alcanzó a dar un pequeño grito, al ser sumergida su voz se apagó y termino con algo de ese “liquido” en la boca… alzó sus manos en un intentó de afirmarse a algo, pero fue un esfuerzo inútil, no había nada a su alrededor de lo que se hubiese podido aferrar…

Bajo el “agua” intentó abrir sus ojos pero con el color que tenía el agua le sería imposible ver, por lo que se abstuvo, intentó safarse de lo que la tenía firmemente atrapada, entonces, antes de que hubiese podido alcanzar sus pies sintió que alguien le tomaba la mano fuertemente…

-una persona - pensó horrorizada, la forma que tomaba su mano era definitivamente humana, de pronto quien la sostenía, quien quiera que fuese, la soltó, como si se hubiese desfallecido…

Eso le dio la libertad de volver a la superficie, cuando lo hizo respiró con total libertad, las nauseas volvieron rápidamente…

-era… una persona…- pensó mientras recuperaba el aliento, si aquella persona se había desmayado, no tenía mucho tiempo para sacarlo, dio un vistazo rápido al “lago”… y casi en contra de su propia voluntad tomó aire y se sumergió… intento buscar durante unos segundos… fue un verdadero alivio descubrir que la persona que la había sujetado no había quedado inconciente… palpó casi de inmediato su brazo, lo siguió y alcanzó finalmente los pies, descubrió que enredados en ellos, había una especie de “alga”, Eve no podía asegurarlo solo con el tacto, intentó quitarla con ayuda de aquella persona…pero comenzó a faltarle aire… nunca fue buena resistiendo bajo al agua, desesperada intentó cortarlas de alguna manera, sus manos se movían frenéticamente, no duraría mucho tiempo así… Casi por un milagro lograron liberarse.

Al salir a la superficie, floto con ella un hombre… tal vez de veinte años… comenzaron a nadar rápidamente hasta la orilla, sin prestar atención a su alrededor… alcanzaron la orilla en cuestión de segundos, pues la distancia era poca, al llegar el hombre de dejo caer de espaldas y Eve se quedó unos metros más cerca del lago, de rodillas recuperando el aliento… dirigió su vista al hombre para confirmar su estado, pero… vio que aquel rostro frente a ella, cambió, de uno intrigado a otro aterrorizado…

- no!!.- pensó Eve de inmediato creyendo adivinar el por que de su reacción…

-¡Eve!

Gritó esta vez más fuerte, saliendo de su escondite para correr hacia su alumna, antes de que algo pudiera sucederle. Algo que se dio cuenta casi en seguida fue que en los árboles se empezaron a mover no solo una, sino muchos entes en dirección de la que había llegado

(La ciudad)

Casi al instante se dio cuenta de eso. Apretó el puño al ver que estaba en otra cosa, y no llegaría a la ciudad a tiempo pero cosa buena fue que los habitantes ya debieron escapar hace tiempo, cosa que solo destruirían cosas materiales y no vidas humanas, aun así era muy importante rescatar la ciudad, ¿como vivirían los niños sin esas casas a las que estaban tan acostumbradas?

Miró nuevamente hacia atrás, viendo que Eve salió del agua con un hombre ahogado. Por lo menos definió así por sacarlo del agua. Creyó que estaba muerto, si quiera se fijó en la cara, ya que tenía algo más importante que eso.

-Están atacando la ciudad, tenemos que irnos Eve

No hizo algún movimiento como agarrarla del brazo y llevarla a juro, o gritarle, sabía que todavía era una novata, y que no podía hacer muchas cosas, aun así, tenía que llevársela con él, para que no corriera el mismo peligro que antes.

Caminé algunos metros más, avanzaba con cierta dificultad por aquel paisaje, lleno de ramas y arbustos...

"Vaya que elegí el camino más tortuoso" me dije con cierta molestia, mientras hacía un lado una rama que obstruía mi visión. Un grito ahogado se escuchó entonces. Sonreí ante aquella escena una mujer madura mantenía abrazada a un pequeño de no más de siete años al cual le cubría la boca con sus manos, ambos permanecían recargados al troncó de un árbol, sentados y encogidos... era obvio que habían escuchado las explosiones, los gritos y ellos les había asustado. La de cabellos café me miró con sorpresa y cierto alivio cuando por fin salí de entre los matorrales.

-No era mi intención asustarlos- dije levantando las manos frente a mí -es que no supe a donde huir, corrí por el bosque y al parecer me he perdido- comenté fingiendo estar angustiada.

-Entonces si está pasando algo grave en la ciudad y el lago no es cierto?- cuestionó la desconocida, su voz se notaba quebrada y nerviosa. Instintivamente abrazó al chico, quien expectante me observaba con ojos luminosos.

-Seres horrendos se encuentran destruyendo el poblado... y otros raptaron gente, les han arrojado al lago! Gracias a Dios que he escapado- exclamé mientras me arrodillaba frente al dúo. La mujer de ojos negros rompió en llanto y con gran apremio abrazó con mucha más fuerza a su "enano" acompañante, atrayéndolo hasta su pecho y hundiendo su cabeza en su pequeño cuello.

-Todo es culpa de la flor Mamá, yo te lo había dicho es su culpa que el lago sea rojo- habló entonces el infante, su voz se notaba algo opacada por el obstáculo que representaba el cuerpo de su madre apretándolo. Cierto brillo apareció en mis verdes ojos, si aquella flor era lo que pensaba...

-O por favor Jeremy! En qué piensas ahora!- exclamó la mujer retomando su posición, se notaba confusa y más que preocupada, sin duda alguna lo menos que quería escuchar eran las historias del pequeño.

-Pues yo creo que Jeremy tiene razón, yo he venido hasta aquí para investigar el extraño suceso... por lo regular siempre son causa de un material extraño, que lo único que trae consigo son la desolación y la masacre- interrumpí, las palabras que pronuncié fueron dichas con gran tristeza incluso mi mirada se halló perdida en el suelo, como si de verdad estuviese triste -si la flor que dice Jeremy es esa materia, con destruirla bastará para que esos seres se vayan, yo sé cómo acabar con ella!- exclamé con fuerza, arrastrándome con las rodillas sobre la tierra y con cierta desesperación tomé la mano de la mujer, me mostraba ansiosa.

La de cabellos castaña me miró con cierta duda y luego volteó para mirar a su hijo.

-Si nos apresuramos seguro que aún podremos salvar a mucha gente!- volví a interrumpir imprimiendo aún más fuerza en mi gesto de falsa esperanza. La Madre volvió a mirarme buscando en mis ojos la respuesta, quería confiar en mí.

-Dónde está esa flor Jeremy?- dijo entonces, el susodicho sonrió abiertamente y yo igualmente lo hice. Finalmente los tres nos colocamos de pie y avanzamos por el bosque dirigidos por el pequeño.



Una sombra oscura pareció iluminar mis ojos cuando con gran diversión había recordado aquellas palabras, pronunciadas alguna vez por mi difunto esposo.

"Insecto..."

...

Mientras tanto en otro lugar, en una de las salidas de la ciudad uno de los niveles tres atacaba sin tregua alguna a varias decenas de personas que pretendían huir en un carruaje. En segundos el Akuma había devorado todas y cada una de aquellas almas. Y seguramente no había sido el único en tener un banquete similar...

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-Akuma…- pensó de inmediato, la reacción del hombre no podía ser otra cosa…

Casi al instante escuchó la voz del General Kurosaki gritando:

-Están atacando la ciudad, tenemos que irnos Eve.

Se volteó, el general estaba allí, a unos metros de distancia, antes de seguirlo volvió su vista nuevamente al hombre y descubrió que ya no estaba, lo vio a unos metros de ella aterrorizado, se dio bruscamente la vuelta esperando encontrar a un akuma, pero no había nada… El hombre seguía asustado, intentaba retroceder… Eve se puso de pie e intento acercarse, pero el hombre se arrodilló, y rogó:

-¡Por favor no me hagas nada!-gritó con sus manos temblando - ¡volveré a buscar!

-No… no voy a lastimarte… tranquilízate- respondió totalmente confundida por su actitud, el tipo era mayor que ella, no solo en edad sino estatura y aparentemente fuerza, no le sería difícil reducirla, y el aspecto de la chica era muy poco aterrorizador.

-Tu…- el hombre pareció tranquilizarse, pero la seguía observando cautelosamente- ¿no eres su amiga?- inquirió con cierto temor.

-¿De quien?-pensó Eve de inmediato…

-No -respondió con firmeza, adivinando quien era la persona de la que hablaba el hombre, dirigió su vista a su alrededor… no había nada, cuando se fijó en lago pudo ver a la distancia que aún habían personas intentando salir…-¿Qué ocurrió? -preguntó sin mirarlo. El hombre seguía dudando… pero se decidió a hablar rápidamente.

- El pueblo fue atacado por unos mounstros… y algunos de nosotros fuimos traídos hasta aquí - su voz sonaba afectada, pero no era de extrañar… con lo que había vivido.- Entonces una mujer… nos ordenó buscar en el lago un objeto… algo que tuviese un resplandor verde… dijo que quien lo encontrara, sobreviviría…

-No puede ser otra cosa… Inocencia- pensó Eve haciendo una mueca de desagrado… durante unos segundos se quedó pensando que hacer… - Escucha… yo debo irme – dijo, recordando las ultimas palabras que escuchó de general - ¿puedes ayudar a las personas que quedan en el lago a salir?

- si…-respondió el hombre.

-Bien- dijo Eve para si misma avanzando corriendo hacia al bosque… le costaba caminar, el peso de la ropa húmeda se hacia notar fácilmente…

-¡No! - exclamó… comenzó a buscar rápidamente en su bolso- General… - dijo cuando al fin llegó hasta él- espere un segundo…-pidió mientras seguía buscando.

- La fotografía…- pensó buscando, probablemente se habría mojado… no quería perder la fotografía de su familia, mucho menos cuando apenas se había marchado… se desplomó contra el suelo para buscar mejor entre sus pertenencias mojadas.

- Que alivio… - suspiró cuando al fin la encontró… el marco había protegido en su mayor parte a la fotografía, solo la arte inferior de ella estaba “manchada”. ¿y ahora… donde la dejaría para que estuviera a salvo?, toda la ropa que llevaba estaba mojada, incluso la que llevaba dentro de su bolso… y caminar era realmente molesto, sentía su cuerpo mucho más pesado y además olía a sangre, lo que le provocaba nauseas… Levantó su vista buscando un lugar… debía darse prisa, debían marcharse lo más pronto posible… Se puso de pie y se apresuró hasta un árbol que parecía tener un espacio en el tronco, vació su bolso y metió todo lo que llevaba ahí, se quedó solo con el vestido que llevaba puesto y, claro está, su Inocencia. Se puso de pie, lista para partir.

[Sorry, sorry, so~rry por la tardanza pero fuerzas mayores me impidieron seguir posteando aquí xD de ahora en más intentaré postear más a menudo e_e]

Ichigo ya estaba preocupado por el hecho de que la ciudad ahora estaba siendo atacada, gracias a que los sonidos de explosiones y gritos daba esa impresión, y que no estaba nada lejos de la realidad. Finalmente por darse prisa. Agarró el brazo de la chica, como la cual no esperaba hacerlo, pero la prisa se lo obligaba, y empezó a correr a toda la velocidad posible, llegando a lo máximo de 40 a 45 KM/H, quizá la chica saltaría para agarrar impulso de la velocidad, pero algo de lo que estaba más pendiente era de la vida de esos aldeanos.

Quizá la orden se enteraría de una manera extraordinariamente rápida, ya que después de ese pueblo, unos kilómetros más adelante estaría la Orden, pero para que llegasen los Akumas hasta ahí, y ciertamente una gran cantidad, era increíble.¿Para qué llevar tal cantidad de Akumas?, ¿alguna vez se había visto algo igual?, si, cuando fue a aquel castillo de chapultepec en México, pero en ese entonces era prácticamente un novato, que claramente casi no hizo nada ahí, no más que perder el tiempo destruyendo Akumas, sin llegar a aquella torre de la cual estaba asignado entrar, junto a su compañera.

Su compañera finalmente murió, ante un ataque Akuma masivo, y solo quedó vivo el pelinaranja de ese grupo de ataque, perdiendo al posibilidad de salvar a alguien. Desde ese entonces, decidió mejorar su estilo de pelea, no dejar que nadie más muriera por su culpa, y aparentemente volvía a suceder una y otra vez. Parecía estar jugando a algo parecido al ajedrez, pero con la única diferencia que él era la única pieza en el tablero, junto a todas las piezas del contrario. Podía destruir a los peones, podía destruir a los alfiles (que vendrían siendo los niveles 2) podía destruir a las torres (que serían los niveles 3) Los problemas vendrían en cuanto atacaran los caballos y la reina (siendo respectivamente el desconocido los ACM y los Noé) y el intocable rey, que por ser el más importante, sería el Conde del Milenio, todas las piezas encajaban a la perfección, pero, ¿cual sería el ganador?

Dio por detenerse un segundo, y agarrar a Eve por las piernas y la espalda, y llevarla en sus brazos, y así correr la velocidad anteriormente dicha, pero por un poco menos.

-Discúlpame Eve... pero no puedo dejar que más personas mueran... tengo que acabar esto lo más pronto posible, pero tampoco te puedo dejar atrás. Pronto tendrás las mismas posibilidades que yo, destruir Akumas y...

Dio un salto, esquivando uno de los arbustos, para cuando aterrizó, volvió a hablar.

-... Salvar a las personas. Pero espero que esto acabe antes de que eso suceda... Los Akumas, noés, Aliados del Conde, y el mismo Conde... todos sean erradicados, y las personas... las personas vivan por primera vez en su historia, una vida pacífica.

No miró en ningún momento a Eve ciertamente, siempre mirando hacia el frente. Algo que no se veía en él comúnmente sería que dijera lo que pensaba, y lo que pasara por su mente, pocas personas, aun siendo de las más cercanas, conocían eso de él, pero lo que tenían en común, es que sabían que él era alguien de palabra, y que aunque de 100 personas, salvara más del 70% estaría satisfecho, y que aun mejor no muriera nadie por estar él a cargo, sería un logro mayor del que estaría orgulloso.

[Off: Sepan que estuve esperando que adelantaran ^^U alice aún esta activa?]

Paso a paso, metro a metro, una sensación reconfortante inundaba mi sistema... el hecho de encontrarme nuevamente tan cerca de la Inocencia me hacia recordar lo bien que sentía tenerla entre las manos segundos antes de destruirla. Un sentimiento placentero de la energía transformándose en el universo...

"Qué va! Tal vez esta no sea la ocasión" me dije con una sonrisa socarrona en los labios.

-Ahí esta!- exclamó el pequeño indicando con ternura el inicio de un claro de bosque.

En el "estanque" que allí se hallaba, un gran lirio (del tamaño de una sandía) color granate y resplandor verdoso se alzaba en medio del cumulo de liquido carmín, que por el olor podía distinguirse como sangre.

La madre y yo intercambios miradas "preocupadas" y antes de que pudiese decir algo la mujer abrazó a Jeremy y comentó:

-Yo seré quien vaya, mi hijo se quedará aquí con usted

-No hay necesidad de ello, por favor quédense ambos, como les he dicho yo tengo conocimiento de esta situación y seré yo quien me encargue- dije con amabilidad, la castaña suspiró un tanto aliviada por mis palabras sin embargo el gesto nervioso de su cara no hubo cambiado en nada.

-Pero está en el agua roja... sus raíces están en el fondo del laguito- comentó ingenuamente el niño, ello me hizo observar con detenimiento aquel mencionado "laguito" y percatarme que en cierto punto surgía un fino arroyo que seguramente acababa desembocando en el gran lago.

-Vaya que la Inocencia es un poder maravilloso, convertir toda el agua cercana en sangre... quizá esa planta buscaba venganza- hablé burlonamente y di varios aplausos. Instantes después un akuma nivel 3 de color plateado apareció de entre las copas de los árboles.

La mujer pegó un grito de sorpresa y horror mientras eran apresados por el recién llegado, el infante comenzó a llorar en el momento en que un nivel dos de aspecto bizarro hizo acto de presencia.

-Quién eres? Maldita! Tú estabas detrás del ataque? Nos engañaste!- gritó eufórica la de cabellos café. Le miré arqueando una ceja y le di la espalda, sus preguntas habían sido tan poco interesantes que me decidí a ignorarle acercándome hasta Dos.

-Llévame hasta la flor... la arrancaré de una buena vez- le ordené al extraño ser quien me tomo de la cintura y me elevó suavemente por el aire hasta el lirio. La posición que había adoptado, boca abajo, con los brazos libres y flotando sostenida a espaldas del akuma me permitió alcanzar con facilidad mi objetivo sin mojarme.

La Madre y su hijo seguían gritando y sollozando sin consuelo.

Tras unos minutos en los que me hube dedicado a jalar y cortar, con ayuda de una daga, las raíces de aquella planta, por fin pude hacerme con la peculiar flor. Para cuando el nivel dos me hubo puesto nuevamente sobre tierra firme el cumulo de sangre ya había vuelto a ser agua.

-Lo han visto? Les dije que sabría cómo solucionar ese problema- comenté con serenidad mientras distraídamente acariciaba los pétalos rojizos y húmedos de la gran planta que sostenía entre los brazos. Ambos "humanos" parecieron tranquilizarse y dejar de golpear al plateado nivel tres.

-Que les parece si vamos a la ciudad?- cuestioné en un tono bastante macabro, tenía varias ideas en mente y todas ellas les involucraban.

...

Y el cielo se vio invadido por una nueva nube de akumas que se dirigía a aquel poblado, donde cada uno cargaba ya fuese un árbol, una persona o una enorme piedra...