Reclutamiento en New York

Había esperado bastante cuando por fin había salido un doctor de la habitación de Doll. Me había dicho que ella estaba fuera de peligro y que estaba bien. Era un gran alivio lo que me había dicho ese doctor.

Cuando estuve por entrar en la habitación salio una enfermera del lugar así que le pregunte si podía entrar a ver como estaba Doll y si podía acompañarla. Pero me dijo, con un tono muy rudo, -Usted esta loco señor, la señorita que usted trajo estuvo en mucho peligro y la logramos salvar así que le pido por favor que la deje descansar sin visitas-. Me resulto muy molesto lo que me dijo pero por el bienestar de Doll le iba a hacer caso e iba a comprar algunas cosas por la ciudad mientras tanto.

Cuando salí del hospital me di cuenta que no tenia dinero con migo así que fui al banco a sacar todos mis ahorros de la vida, todos esos ahorros que junte desde que Salí de ese maldito orfanato.

Al llegar al lugar tuve que esperar unos 10 minutos para que me atiendan porque había mucha gente en el banco. Cuando por fin me toco a mi le di mis datos y fui a la bóveda principal donde tenia mis ahorros. Estaban ahí porque a pesar de que no tuve los grandes trabajos, había conseguido una fortuna para sobrevivir en los momentos difíciles y ahora este era uno de esos. Claro no tenía bastante como para llenar un maletín pero era bastante.

Saque todo mi dinero y me fui a la casa de frente donde iba a comprar unas flores para Doll. Compre 1 ramo de flores del que me dijo la vendedora que eran las mas lindas, yo no sabia mucho de flores pero como no me importaba gastar parte de ese dinero en alguien que me salvo la vida antes y me dio un futuro inesperado.

De paso al hospital compre una caja de chocolates por si no le gustaban las flores. Compre una caja entera y de la mas cara porque me había acordado que ella había pagado mi vaso de agua en el restaurante y ni siquiera me pidió que lo pague. Eso era un gran gesto para mí, un total desconocido para ella.

Por fin había llegado al hospital y fui directo a la habitación de Doll. Cuando entre la vi como estaba acostada así que le deje la caja de bombones en la mesa que estaba al lado de su cama y las flores en un florero que estaba en cima de la mesa. Me senté en una silla en frente de su cama y espere a que no me sacaran de la habitación y que ella pueda despertarse.

Oía los susurros de las enfermeras, y podía entenderlos, decían entre ellas lo linda y pequeña que era la exorcista y se quedaban deprimidas al ver su delgado cuerpo en una camilla y hasta se preguntaban el como había llegado ahí, incluso culpaban a Hisoka, quien la había llevado a ese lugar de inmediato; que gesto tan bueno de su parte, gracias a él estaba viva y ahora las enfermeras le eran indiferentes, si supieran...

Pero no quería despertar, se encontraba en el mejor sueño del mundo, ¿El mejor? si, soñaba la deliciosa comida de Jerry, la extrañaba y añoraba con ansias, quizá prometería comer todo lo posible al llegar a la Orden después de salir del hospital, junto a Hisoka, cierto... ¿Dónde estará? Ya tendría tiempo para saber, pero por ahora era descansar tranquilamente sin ruido alguno ni nadie que le moleste, no es que fuera a tener muchísimas visitas en el hospital, claramente estaba.

―Doctor, ¿Se imagina como llegó esta niña linda aquí?―Le preguntó una de las más amables enfermeras del lugar al afamado doctor de esa parte de Norte América, más éste dudaba mucho las razones que llevaron a Doll al punto de la muerte y pensaban que la pequeña no explicaría demasiado por lo que ocurrió, y eso era más que obvio, Doll odiaba dar explicaciones por lo que hacía o ocurría.―La verdad no lo sé señorita, podría ser que un violador o quizá fue un accidente por parte suya―Explicó formal y caballerosamente el hombre de cabellos rubios, mientras la enfermera le miraba asombrada ante tan elegante respuesta que había recibido a su tan... em, extraña pregunta.

―Tengo... hambre―Musitó levemente Doll, levántandose de la pequeña cama, la enfermera y el doctor actuaron con rápidez y la hicieron acostarse de nuevo para que sus heridas sanasen sin complicaciones y que las suturas no se rompieran.―Perdone señorita, pero por ahora no podrá levantarse―Explicó gratamente la enfermera.

―¡¡¿Qué?!!―Fue la reacción de la exorcista, quería golpear a la enfermera, pero sus fuerzas estaban nulas y sus brazos se encontraban peresozos en ese momento, situación más estúpida que le ha tocado, la enfermera amablemente le dijo que tendría que quedarse durante unos días en aquel hospital, la alimentarían hasta que ella sanara, pero, algo que Doll tenía en cuenta era:―No tengo dinero para pagar los gastos por salvarme, así que será mejor que me vaya―

A lo que la enfermera se sorprendió, y casi a punto de llorar, corrió hacia el doctor y suplicándole casi de rodillas le dijo que le permitiera a la niña quedarse en aquella estancia de forma gratuita, aunque la pequeña no entendía el por qué se había puesto así la enfermera, tan sólo de haber dicho aquella frasesita sin chiste.―Tremenda loca―

Volvió a dormirse plenamente sin moverse ni un segundo, respiraba bien, pero había veces que le costaba hacerlo perfectamente, en unos minutos cuando ya casi se iba al mundo de los dormidos, escuchó unos ruidos y abrió enseguida los ojos, intentó girar su cara levemente para ver de qué o quién se trataba, y ahí estaba Hisoka, el chico que la ayudó y le salvó la vida.

―Hisoka...―Susurró, mientras lograba poner en pie la mitad de su cuerpo.

Spoiler:

Luego de que me sentara en la silla no había pasado mucho tiempo cuando Doll había abierto sus ojos y se despertó. La mire con una cara de compasión cuando por fin la vi despierta y estaba a salvo. A pesar de todo ella era muy joven y vivía una vida muy complicada donde podía perder la vida. -Hmp… Parece que por fin te despertaste, me alegro de que estés bien-.

Me levante para agarrar la jara de agua y serví 2 vasos para nosotros. Le deje el de ella al lado de su cama y me volví a sentar pero esta vez con el vaso de agua en la mano. Tome un poco del agua y me puse serio. –Perdóname si hubiera matado a todos los Akumas antes tu no estarías en esta situación. Pero por favor explícame quien era ese chico que te ataco y que relación tuvo con tigo-
Al decir eso me sentí un poco mal por pedirle que me dijera algo ya que no era mis problemas ni eran cosas que debían importarme pero esta vez me importaban por la única razón de querer saber que le paso exactamente a Doll. –Perdón, sino quieres decirme esta bien, no te preocupes-.

-Mmm… toma te compre una caja de bombones y unas flores, no se si te gustan pero según la vendedora era las mas lindas que tenia-. Mientras le entregaba la caja de bombones me acorde de todo el momento de desesperación que tuve cuando ella cayo inconciente en el pavimento y tuve que llevarla al hospital.

Seguía algo adormilada, pero con un masaje en los ojos se quitaría de inmediato, y así sucedió, el sueño se le fué y enseguida esbozó una leve sonrisa notable, ¿Por qué? La razón era gracias a que Hisoka se encontraba a salvo de esos malditos akumas despreciables, y no necesitó de su insignificante ayuda para defenderse, le contempló servir el agua en un par de vasos y dejarlo a lado de su cama, pero ella no gustaba del agua.―No me agrada beber agua simple―Le comentó, no por que se le diera la gana despreciar lo que había hecho, si no para que supiera tan solo un poco de ella.

Escuchó sus disculpas, pero, si el hubiera destruido a esos akumas y le hubiera podido ayudar, no hubiera salido salvo de aquella, y ella lo lamentaría, así que agradecía en cierto modo a aquellos akumas nivel uno que lo entretuvieron para que no sufriese más peligro que eso.―Eliott... fue mi mayordomo en la mansión en la que vivía antes de convertirme en exorcista, y, yo le...―Formuló un pequeño silencio ante lo que iba a decir, no podía decir amaba tan fácilmente ante Hisoka, pues apenas se conocían, y tampoco le parecía bien hacerlo al no tener tanta confianzita, por lo tanto cambiaría la frase por otra.―Apreciaba mucho, eramos buenos amigos―

―Tu no hubieras podido hacer nada contra ese nivel dos, te hace falta entrenamiento para que pudieres derrotarle sin salir tan herido como yo, ¿Sabes? es la primera vez que destruyo a uno de tal nivel―Anunció susurrante, pero era bastante claro como el agua, se encontraba algo débil y recordó que debía desactivar su inocencia, ya que no lo había hecho desde que cayó desmayada después de destruir al nivel dos.―Innocence, out...―

Vió la caja de bombones y las flores sobre el jarrón, y se preguntaba la razón de eso, no odiaba las flores, pero tampoco le gustaban, los bombones... no pudo comentar algo cuando enseguida abrió la caja y comenzó a comerse -mejor dicho, atragantarse- con dos o tres bombones en la boca, tenía mucha hambre desde hacia buenos ratos, pero la noche ya pronto acabaría, ya que por una ventana podía ver el cielo ya no tan oscuro como estaba cuando salvó a la chica y peleó contra el nivel dos, en algunos minutos o horas el sol daría sus primeros rayos en Nueva York y un nuevo día comenzaría, en ese momento dejó su atragantamiento y comenzó a comerse los bombones más lentamente, mientras miraba detenidamente las ventanas de madera y, las primeras luces del día Sábado dieron a parar en el rostro de la exorcista.―Gracias por los bombones―Dijo, mientras se quedaba pensando en los tantos días que se quedaría en ese lugar, Sábado y Domingo, el próximo Martes podría partir hacia la Orden nuevamente.

―El martes partiremos en barco hacia la Orden―





Era martes justamente, las enfermeras llegaron a la habitación de Doll que ya tenía suficientes -o más de las normales- fuerzas para levantarse e irse del lugar, al estar de pie, las muchachas tuvieron que inclinarse un poco -debido a la altura de Doll- para poder quitarle las vendas y ver que tal había quedado la cicatriz del pecho, al desvendar, vieron lo inimaginable, o, más bien, vieron que la cicatriz era perfecta, no se notaba mucho pero era notoria, sonrieron entusiasmadas, Doll podía irse sin complicaciones.

Y tenían todo previsto, ya que la chiquilla había llegado sin chaqueta o blusa, le hicieron un abrigo de lana, de color azul marino, encontraron por la calle su chaleco de exorcista, el cual estaba casi destruido -más bien solo tenía roto la parte del pecho- y al no querer repararlo, decidieron quitar la insignia de la Orden, crear otro ropaje y pegarle lo que habían quitado, quedando perfectamente como ellas querían. Ahora no tenía que preocuparse por buscar vestimenta, ya que seguramente había perdido todo el dinero que le había sobrado después de la cena.

―¿Estás listo para partir, Hisoka?

Ya era martes y era el día cuando por fin iríamos hacia la Orden Oscura para hacerme un exorcista. Me levante muy temprano esa mañana para preparar todo lo que tenia en el hotel, ya que en el casino no podía volver tuve que ir hacia un hotel. No tenía mucho equipaje solo una maleta y no muy grande, en verdad nunca tuve mucho equipaje ya que siempre viajaba y debía moverme, no era conveniente llevar demasiado equipaje.

Ni siquiera desayune por estar apurado en ir hacia al hospital. En el camino pase por algunos lugares donde representaron algo para mi. El primero que pase fue el casino Black Joke, seguía tal cual lo dejamos pero lo estaban remodelando ya que la causa según la policía fue que todo el mundo desapareció del lugar. Los nuevos dueños no le importaban mucho y dentro de un mes iban a demolerlo para poder hacer uno más grande y con todos los pecados que se me podían ocurrir.

El segundo lugar fue la calle donde Doll había actuado como una verdadera héroe en frente de toda la gente para salvar a esa chica y detener al idiota del asesino que por unos segundos mas también mataba a Doll. En esos momentos me daba tanto odio porque también recordé la cobarde actitud de la gente.

El tercero y ultimo lugar fue donde ocurrió toda la acción ese lugar donde mate a todos esos Akumas, aprendí a usar mi Inocencia, vi un Akuma nivel 2 dañar gravemente a Doll y tener que llevarla con toda mi desesperación hacia el hospital. Si ese día no la hubieran atendido rápido a Doll creo que pude matar a alguien en ese hospital, la gente no podía ser tan mala. Estaba bien mi elección: matar Akumas, no defender a los humanos, si a mis amigos y compañeros, divertirse (agregada recientemente que fue una regla que Hisoka tuvo desde chico).

Cuando llegue al hospital, ya era muy tarde Doll ya estaba despierta y le estaban sacando las vendas. Estaba bien ella solo tenia una cicatriz de ese incidente. Cuando le vi la cicatriz me acorde de que su ropa la tenia rota por el ataque y yo le había sacado lo demás para intentar parar el sangrado. Por suerte una de las enfermeras le tenían para ella un abrigo de lana. Que mal de mi parte por no haberle comprado algo para cubrirse.

-Estoy listo Doll, cuando quieras partamos, yo te sigo- Estaba entusiasmado por ir a la Orden pero antes de irse Hisoka debía darle un regalo a Doll que en su debido momento se lo daría. –Toma Doll este es un regalo para vos pero no lo abras hasta que nos separemos o pienses que es necesario- Le había entregado un pequeño paquete donde adentro estaba todo el dinero que había ahorrado Hisoka desde que era un niño y se lo daba a ella porque Doll le había salvado su vida y le mostró otra forma de divertirse.

Spoiler:

Al recibir de nuevo otro regalo de Hisoka, estuvo a punto de rechazarlo. "Aceptalo" susurró una voz interna, y lo aceptó riendo internamente, por que no se separarían hasta llegar a la Orden e irse cada uno a donde debía, aquel paquete lo abriría cuando entrase a su habitación, para tener algo de privacidad, pero antes de poder dar un paso para salir, el par de enfermeras la sostuvieron con un fuerte abrazo cariñoso.―¡No queremos que te vayas!―Tenían más de dos razones para impedirlo, una, la pequeña y confianzuda amistad que habían desarrollado, dos, se preocupaban por que Doll saliera peor en sus próximas misiones.

Doll las tranquilizó y prometió nunca olvidarlas, al igual que formuló una segunda promesa.―Si vuelvo a éste lugar en algún tiempo, prometo visitarlas―Sonrió dulcemente ante ellas, era una de las pocas sinceras sonrisas que ella dedicaba, quería mucho a ese par de enfermas, a ellas les contó sus venturas, mostró la mordida en su hombro y, les dijo acerca de su pasado, en los tres o cuatro días que se quedó internada en ese lugar, les regaló las flores que había recibido de Hisoka, que todavía no se habían marchitado, para que la recordaran, y ellas en cambio le dieron varios libros que parecían interesantes.

Agradeció a las enfermeras por el abrigo y los libros, tomó la maleta de los libros y se dispuso salir del hospital, ya un barco esperaba en el puerto para llevarles a su destino, el continente Europeo, se detuvo en la puerta del hospital, esperando a Hisoka para comprobar que aún seguía ahí, no tuvo la oportunidad de tratarle mal, pues él le había tratado bien durante su estancia, caminó hacia donde debía encontrarse el puerto, observó el sitio donde peleó contra el akuma, pasó por el lugar donde se vió como una heroína y el Black Joke, no sentenció ninguna palabra al pasar por esos lugares, eran recuerdos en su interior, recuerdos que pasarían por sus ojos la próxima vez que estuviera al borde de la muerte.

Llegó al puerto y ahí estaba el barco dispuesto a llevarles, sonrió levemente, ya extrañaba la deliciosa comida de Jerry nuevamente, pero antes de subir tenía que comentar cierta cosilla que se le había venido a la mente.―Cuando pongas un pie sobre el barco, tu vida será otra―Era eso, los recuerdos que tuviera no debían afectar la decisión de Hisoka, o eso suponía, caminó nuevamente hacia el barco y puso un pie sobre la cubierta, en unos minutos el barco zarparía y tendrían algunos buenos días de viaje hasta llegar a Europa.

―Espero que a partir de ahora, tu decisión sobre ser exorcista no se vea frustrada por la muerte, muchas veces la muerte nos hace cambiar de opinión, te persigue todo el tiempo que vas de misión, pero, destruir Akumas es divertido, ¿Verdad?―

Y se dedicó a mirar el sol en todo su esplendor.
[Cambio de Escena]